Miércoles 26 de Mayo de 2004

Informe de Prensa de la APDH La Plata - Juicio por la Verdad

 

 

"Graselli me dijo que buscara a mi hijo en una comisaría"
La madre de un desaparecido contó que el ex capellán de la Armada tenía una lista con nombres de desaparecidos: "Me dijo que sabía que estaba en una comisaría, pero no me dijo cuál". Y señaló que luego la hizo echar de la iglesia con los militares.


Por Lucas Miguel y Francisco Martínez (Secretaría de Prensa) 

 

LA PLATA (26may04).- La madre de un desaparecido aseguró hoy en el Juicio por la Verdad que el ex capellán de la Armada, Emilio Teodoro Graselli, tenía una lista con nombres de personas desaparecidas, entre las que estaba su hijo, y que le dijo que lo buscara "en una comisaría".

La vinculación de Graselli con la represión ilegal no es nueva. La Cámara Federal de esta ciudad ya lo interrogó dos veces y secuestró el fichero con más de dos mil piezas que el sacerdote había elaborado con datos propios y de los familiares que iban a consultarlo a la capilla Stella Maris, en la Capital Federal, sobre el destino de los seres queridos.

La declaración que brindó hoy Nilda Briozzi, de 73 años, aporta aún más datos contra el clérigo: la existencia en su poder de una lista de desaparecidos y el conocimiento que tenía sobre el lugar de detención de cada uno de ellos, dos circunstancias que negó rotundamente las dos veces que fue citado por el Tribunal.

Briozzi es la madre de Eduardo Roberto Bonín, un obrero de Astilleros Río Santiago que fue secuestrado en La Plata el 23 de febrero de 1977 en el consultorio odontológico de Norma Campano, en la calle 33, entre 24 y 25. En esa oportunidad los represores se también llevaron a Elena de la Cuadra y a su esposo, Héctor Baratti; a la odontóloga y a su marido, Pedro Campano, y a Humberto Fraccaroli. Todos permanecen desaparecidos.

La familia Bonín, oriunda de Federación, provincia de Entre Ríos, se movilizó entonces a La Plata para realizar gestiones por la búsqueda de Eduardo. "Vine, e hice un montón de habeas corpus —la Cámara cuenta con tres en el expediente— y hasta me dijeron que pudo haber estado en la Unidad 9 de La Plata", aseguró Briozzi.

Y luego mencionó al secretario del ex vicario castrense Adolfo Tortolo. "Graselli me dijo que sabía que (Eduardo) estaba en una comisaría, pero no me dijo cuál. Fui después y me dijo que no estaba más ahí", contó. Y luego añadió: "Graselli tenía una lista de nombres y estaba mi hijo. Me hizo sacar con los milicos, porque le dije tantas cosas...", recordó. El juez Leopoldo Schiffrin acotó: "Graselli negó lo de las listas. Vamos a ver si hacemos una confrontación", aunque no aclaró si se refería a un careo.

Briozzi indicó que, tras visitar al cura, fue hasta el Destacamento de Arana, sede de un centro clandestino de detención, en las afueras de La Plata: "Me dijeron que ahí no estaba". Según el libro Memoria Debida, el joven Eduardo Bonín fue visto allí.

Siete sobrevivientes que declararon en el Juicio por la Verdad lo ubicaron a mediados de 1977 en los centros clandestinos que funcionaron en las comisaría 5° y 8° de esta ciudad.

La mujer también dijo que su otro hijo, Alcides Ernesto Bonín, estuvo secuestrado durante la última dictadura. Alcides, narró, fue interceptado cuando viajaba a Buenos Aires y pasó quince días detenido ilegalmente en un lugar cercano a un aeropuerto. Después de su liberación, vivió un tiempo en Florencio Varela y después se exilió en Suecia, donde hoy reside.

En esta misma causa declaró el primo de los Bonín, Néstor Petrauzkas. Contó que los hermanos vinieron de Federación a vivir a la casa de su tío Héctor Gómez, que reside en Berisso, al este de La Plata, y también era obrero de Astilleros Río Santiago.

Petrauzkas aseguró que, tras la desaparición de Eduardo, Alcides se fue a vivir con él a su casa de Monte Chingolo, en el Gran Buenos Aires. A esa altura, el sobreviviente trabajaba en "una empresa de gas". Según contó el testigo, los hermanos dejaron Astilleros antes del golpe de Estado porque se sentían perseguidos.

También señaló que, cuando lo liberaron, Alcides se presentó en la casa de su tío Héctor Gómez: "Apareció semidesnudo, golpeado, herido. No podía hablar bien, no podía comer. Contó que lo dieron por muerto y lo tiraron en un camino", señaló Petrauzkas.



Más policías de la 3° de Lanús

Hoy también declaró el suboficial mayor de la Policía bonaerense, Lucas Evangelista Sosa, quien actualmente se desempeña en el Comando Lanús de la Departamental Lomas de Zamora y durante la dictadura prestó servicios en la comisaría 3° de Lanús, también conocida como comisaría de Valentín Alsina.

El policía, de 59 años, reconoció haber custodiado y dado de comer a los detenidos ilegales y se acordó de los nombres de todos sus compañeros. No obstante, en el inicio del interrogatorio, Schiffrin le preguntó sobre los prisioneros y el hombre se atajó: "¿Qué le puedo decir yo de eso?", preguntó.

Sosa dijo que no recordaba la cantidad de "detenidos políticos" que había en la comisaría pero que calculaba que "siempre serían entre 15 o 20, todos jóvenes", entre los que había mujeres, aunque no recordó embarazadas.

Dijo también que los detenidos eran llevados hasta allí "en coches particulares" por "policías de otras comisarías", que "iban vestidos de civil". Y señaló que los "detenidos políticos estaban detenidos muchos meses, hasta ocho meses".

Según se ha probado en la causa Camps y en este juicio, la comisaría 3° de Lanús fue utilizada en el circuito represivo como el paso previo o la transición del sistema clandestino de detención al oficial. Los detenidos de los distintos centros clandestinos del Gran Buenos Aires eran llevados hasta allí y, luego de un tiempo, puestos a disposición del Poder Ejecutivo Nacional —que reconocía por decreto que los tenía prisioneros— y trasladados a unidades penales.

El policía, que por entonces era agente, mostró mala memoria cuando le preguntaron por las dos felicitaciones que obran en su legajo en 1976, por haber participado en "actos destacados de servicio". No las recordó. Y sólo recibió tres felicitaciones en su vida profesional. La restante fue en 1992.

"Nunca participé en enfrentamientos. Nunca tiré tiros en la calle. Nunca detení (sic) a nadie", dijo, cuando el fiscal Carlos Dulau Dumm le preguntó si alguna vez había participado en una detención o en un enfrentamiento.

Sosa mencionó entre sus compañeros a los comisarios Pini y Crespo, al oficial Moreira, al sargento Verón, a los cabo primero Roberto Martínez y Albino Vazquez, a Jesús Héctor Galván y a un policía de apellido Sánchez.

También declaró el ex policía Ramón Silvano Sánchez, quien se desempeño en la 3° de Lanús durante toda su carrera, entre 1967 y 1992.

Sánchez dijo que durante la dictadura "había toda clase de detenidos" en esa dependencia policial. Y cuando le preguntaron por los detenidos políticos, agregó: "Venían por orden del Poder Ejecutivo (...) Estaban apartados, en otro lugar".

Señaló que esos detenidos eran trasladados por el Ejército, "generalmente en camionetas verdes", y que en alguna oportunidad los custodió en sus celdas.

El ex policía recordó a algunos compañeros de trabajo: el oficial Añasco, a Antonio Pirilio, a los comisarios Pini y Crespo y al inspector Moreira, de quien la semana pasada una ex detenida dijo que llevaba a los prisioneros "manos y cráneos para terminar de limpiarlos". "Era alguien importante, el tercero en importancia" dentro de la comisaría, dijo Sánchez, quien negó haber visto mujeres embarazadas en la comisaría en la que trabajó.



Ex detenida

La Cámara Federal también había citado a declarar a la ex detenida Beatriz Lilian Bermúdez. La mujer entró a la sala de audiencias como todo testigo, pero en ese momento el juez Schiffrin estimó inconveniente el testimonio puesto que la sobreviviente ya había declarado en la instrucción de la causa Sanz —también lo hizo en el reciente juicio oral por ese caso ver 230304B—, llevada adelante por el juez Arnaldo Corazza. "Le agradecemos y le pedimos disculpas", se excusó el juez, al anunciar que ese testimonio será agregado a la causa.



Participantes

De las audiencias de hoy participaron los jueces Leopoldo Schiffrin y Julio Reboredo; el fiscal de Cámara, Carlos Dulau Dumm; los abogados de la APDH La Plata Alicia Peralta, Jaime Glüzmann y Marta Vedio; y el defensor oficial ad hoc, Jorge Cozzi. 


  

 

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