El médico Siri negó la existencia de detenidas clandestinas en la Unidad Penitenciaria N° 8.
Declaró ante la Cámara Federal al igual que su colega Esteban Vera, quien sí admitió el hecho.
Por Secretaría de Prensa APDH La Plata
LA PLATA (05abril2006).- En la jornada de
la fecha declararon los médicos pediatras de la Unidad N° 8 de Olmos, donde eran
llevadas a tener sus hijos las detenidas en el CCD, conocido como la Cacha. En
primer lugar, lo hizo el Dr. Néstor Siri, quien negó tener conocimiento de la
existencia de parturientas N.N. Sí reconoció que había detenidas comunes y otras
a disposición del PEN, aunque destacó que el único caso que le pareció anormal
dentro de esa unidad carcelaria, fue el del nacimiento de los mellizos Reggiardo
– Tolosa, quienes tuvieron que ser indicados como números uno y dos en la
historia clínica, ya que desconocían no sólo sus nombres sino el de la madre.
Según él esta "única situación irregular” fue denunciada por él ante las
autoridades médicas y del Servicio, aunque sólo en forma verbal, obteniendo como
respuesta que habían sido trasladados.
El Dr. Leopoldo Schiffrin, Juez de la Cámara Federal de La Plata, lo anotició de
la obligación de denunciar que tienen los profesionales de la salud, médicos,
parteras (art. 177 inc.2 C.PPN) , en cuanto a delitos contra la vida e
integridad física, derivando la denuncia al Ministerio Público Fiscal, a fin de
que analice la posibilidad de realizar una denuncia penal.
A pesar de la lectura de declaraciones de otros profesionales de la Unidad, que
sí reconocieron la existencia de mujeres encapuchadas, sin identificar y con
custodia especial , como el caso del Dr. Vera, no se pudo lograr ningún aporte
por parte del Dr. Siri a este respecto.
Ante la posibilidad de que existieren contradicciones con la declaraciones que
luego efectuaría el Dr. Esteban Vera, el Dr. Emanuel Lovelli, representante de
la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo, solicitó que el Dr. Siri quedara a
disposición del Tribunal para un eventual careo ente ambos.
"Me creyeron buchón"
En el caso de Vera, el Tribunal comenzó la audiencia leyéndole las declaraciones
que el mismo había realizado en la causa penal que se siguió por la apropiación
de los mellizos Reggiardo Tolosa. El profesional la ratificó en su totalidad,
reconociendo una vez más la existencia de parturientas en situación irregular,
añadiendo que a los tres días de producido el nacimiento de los mellizos, se
acercó a su consultorio la abuela de los mismos, pidiendo información sobre el
nacimiento. Respondiéndole con detalles como el peso, situación en que se
encontraban, sexo, etc. ; situación que le valió un traslado a la ciudad de
Bahía Blanca porque "lo creyeron buchón", de la que fue notificado por escrito.
Dada esta circunstancia el Dr. Vera decide presentar su renuncia al cargo.
Preguntado acerca de otros casos de mujeres que fueran detenidas clandestinas,
respondió que se comentaba que ese tipo de mujeres venían "a horas inhóspitas,
de madrugada y de noche".
Vera aportó un dato de suma importancia, al relatar que en la misma Unidad
recibió la visita de un oficial, que vestía de verde y a quien nunca había visto
antes, que le pedía ir a ver a un enfermo, pero con la condición que debía ir
encapuchado, a lo que el pediatra se negó. Comunicada esta anomalía a sus
autoridades nuevamente no logró obtener una respuesta satisfactoria.
Ambos médicos reconocieron haber compartido el lugar de trabajo con la partera
María Delgadillo, quien se encuentra a la fecha desaparecida.
Finalmente no se consideró oportuno efectuar un careo ente ambos profesionales
dando de ésta manera por finalizadas estas declaraciones.
En otro orden, declaró el Sr. Kiril Chacaroff, ex detenido, de 85 años de edad,
a quien lo secuestraron de su taller de compostura de zapatos en la localidad de
Ensenada, el día 24 de marzo de 1976.
En el operativo le robaron todo lo que se encontraba en su taller, aduciendo los
policías del operativo que lo que se llevaban era las armas encontradas, esto
según los testimonios de los vecinos.
En primer término fue trasladado al Liceo Naval, de allí a la Unidad N° 9, luego
al penal de Devoto, para ser trasladado definitivamente a la Unidad N° 9 desde
dónde lo liberaron el 18 de julio de 1980.
El Sr. Nicoloff relató el trato inhumano que recibió en la Unidad N° 9, siendo
torturado en varias ocasiones, llegando a padecer fisura de costillas. “Los
guardias se divertían con las torturas” , dijo consternado.
No recordó a compañeros asesinados dentro del penal, pero sí cuando eran
liberados del mismo, los secuestraban para luego aparecer asesinados.
Ante el pedido del Ministerio Público, una vez desgrabada la declaración se
remitirá al Juzgado N° 1 a cargo del Dr. Blanco a fin de que se agregue a la
causa que investiga los crímenes cometidos en la Unidad Carcelaria N° 9 de La
Plata durante la dictadura.
“Hubo jueces que se constituían en las sesiones de tortura. ¿A quién íbamos a
recurrir?”
También prestó declaración Eduardo Rubén Castellanos, quien estuvo detenido por
un delito común desde enero de 1976 y alojado en distintas dependencias que a la
vez funcionaban como centros clandestinos de detención. Conforme a su relato,
fue alojado en la Brigada de Avellaneda, donde fue encapuchado, torturado y
recibió el mismo trato que han relatado en este juicio tantos liberados. Allí
existía un recinto grande que tenía un grupo de calabozos a cada lado. Al día
siguiente del golpe comenzó la construcción de un paredón divisorio, para poder
separar los presos comunes de los políticos. Relató haber visto a varias mujeres
jóvenes embarazadas y también a personas de edad avanzada.
En la Brigada necesitaban lugar para alojar a los detenidos políticos y por eso
fue trasladado al “Pozo de Bánfield”, donde no fue torturado, pero escuchó como
torturaban a otras personas.
El testigo ratificó la totalidad del contenido de la declaración que prestara
ante la Comisión Nacional de Desaparición de Personas, en la que había aportado
gran cantidad de nombres y detalles, e hizo referencia específica a la
imposibilidad de denunciar los delitos de que era víctima, ya que según dijo,
era un hecho conocido y comentado que los propios jueces se constituían en las
sesiones de tortura.
Alfredo Astiz en La Cacha
Por último, prestó declaración Bonifacia del Carmen Díaz, quien fuera privada de
libertad en dos oportunidades para ser interrogada por el paradero de su hermano
Víctor Hugo Díaz, quien se fugara del Regimiento de La Tablada (ver informe del
17 de Marzo de 1999).
La testigo estuvo detenida en el centro clandestino conocido como "La Cacha",
ubicado en galpones de Radio Provincia en la localidad de Olmos, entre el 4 de
noviembre y el 4 de diciembre de 1977. Allí conoció al matrimonio formado por
María del Carmen Barros y Roberto Zaffore, a quien llamaban Simón. Ellos eran
entrevistados en el mismo lugar de su alojamiento por un oficial. Cuando éste
llegaba, los guardias les advertían que no debían intentar ver ni escuchar,
porque "el ángel" era terrible y sin duda serían torturados como represalia.
La hermana de la testigo, Elvira Díaz, reconoció al oficial apodado "el ángel"
como el marino Alfredo Astiz.
En La Cacha tanto la testigo como su hermana fueron víctimas de sesiones de
tortura a su ingreso y luego alojadas en la planta alta del edificio (hoy
destruido), donde tuvieron contacto con otros detenidos, como Nora Formiga, por
cuyo caso será llevado a juicio oral en poco tiempo el ex Director de
Investigaciones de la Policía Provincial, Miguel Osvaldo Etchecolatz.
De las audiencias de hoy participaron los jueces Leopoldo Schiffrin y Julio
Reboredo, el Fiscal General Marcelo Molina, las Dras. Alicia Peralta, Elizabeth
Rivas y Marta Vedio por la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos La Plata
y el Dr. Emanuel Lovelli por la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo.
Página Inicial del Juicio por la Verdad La Plata
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