Miércoles 11 de Julio de 2007

Juicio por la Verdad (La Plata)

Se desarrolló una nueva jornada en el Juicio por la Verdad de La Plata. El tribunal interrogó a un testigo. El resto de las audiencias fueron reprogramadas por problemas de agenda de los magistrados. Hoy declaró la ex detenida - desaparecida, María Rosa Martínez.

Informe de Silvina Arias, Secretaría de Prensa de la APDH La Plata

Causa Nº 1499 Caratulada: Martínez, María Rosa
Declaró María Rosa Martínez

La Plata (11jul07).- María Rosa Martínez era estudiante de la carrera de Ciencias Médicas en la U.N.L.P y fue secuestrada el 17 de mayo de 1976 en Plaza Italia, junto a dos compañeros de la facultad. “Todos fuimos torturados y permanecimos en un mismo lugar hasta que nos trasladaron a distintas comisarías”, afirmó la testigo ante los jueces Schiffrin y Reboredo. 

Martínez estuvo en varios centros clandestinos de detención, entre ellos el Pozo de Arana, la comisaría octava y la comisaría primera de La Plata, donde pasó gran parte de su cautiverio. Dio a luz en 1977 en el Hospital San Martín, y estuvo con su hijo hasta que cumplió los seis meses y le fue entregado a sus padres que vivían en la localidad bonaerense de Rojas. 

“El Comando de Operaciones tácticas me llevó a dar a luz al San Martín”, narró María Rosa Martínez, quien luego de eso fue derivada al penal de Devoto, donde permaneció hasta su liberación ocurrida en 1979.

Su testimonio: 

“Estaba esperando el micro y me detuvieron, al primer lugar al que llegué entré por un portón, luego fui llevada a Arana donde estuve aproximadamente 10 días, se escuchaba el tren, el ladrido de los perros”, aseguró .

“Buscaban información centralmente sobre quienes eran nuestros compañeros de facultad. Querían nombres”. “Fui trasladada a la comisaría primera en un operativo donde se apagaron todas las luces, yo estuve vendada y atada. Me dijeron otros presos que hubo un revuelo en el lugar porque decían que iba a traer a un subversivo”. 

Además Martínez reveló que “en la comisaría octava, cuando llegué, supe que había gente que había estado en un campo de concentración”. En otro tramo del relato señaló: “Cuando salí de Devoto me dijeron que tenían orden del Ejército de Junín de monitorear mis pasos”.