Lunes 1° de Octubre de 2001 

Juicio por la Verdad, Mar del Plata.

 

 

En la sala de audiencias del Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Mar del Plata, ante sus integrantes los Dres. Roberto Atilio Falcone, Néstor Rubén Parra y Mario Alberto Portela, juntamente con el Sr. Secretario, Dr. Facundo Luis Caparelli prestaron declaración testimonial los Sres. Pablo Lerner y José Angel Nicoló.

 


Informe de la Secretaría de DDHH de A.D.U.M. 
y la Comisión del Juicio por la Verdad de Mar del Plata
 

 

Declaración testimonial del Sr. Pablo Lerner

El Sr. Pablo Lerner, psicólogo, manifestó que fue detenido el día 28 de mayo de 1976 cerca de las dos de la madrugada en su domicilio particular esta ciudad. Un grupo de personas ingresó a su casa, se apropiaron de varias pertenencias de valor, lo llevaron encapuchado hasta la esquina y lo subieron en un camión para trasladarlo a un lugar que luego supo se trataba de un polígono de tiro en la Base Naval de Mar del Plata, en donde estuvo quince días. Al sexto día le preguntaron si sufría alguna cardiopatía, lo subieron a golpes en un automóvil y dieron varias vueltas, aunque él cree que dentro de la misma Base Naval. Lo descendieron del automóvil, lo ataron a una canilla y comenzaron a darle picana eléctrica. A raiz de eso un brazo le quedó paralizado durante cerca de cien días. Las preguntas eran incoherentes: por las armas, por compañeros suyos de la facultad. Luego lo llevaron a unos calabozos en la Base Naval. Por los conscriptos supo que en la Base había detenida más gente pero una situación mucho más dura que la suya. A su juicio no toda la gente de la Base estaba preparada para participar en la represión y esto les generaba muchas contradicciones. Lo mismo sintió con respecto al médico que lo atendió. Este llegó a decirle que ir a curar a detenidos después de la tortura iba en contra de la ética médica. Pero Lerner dudaba con respecto a la veracidad de las atrocidades que le contaban. Este médico también le contó que en el casino de oficiales había discusiones muy fuertes con respecto a su destino y que algunos querían tirarlo al mar. Otro oficial de profesión odontólogo, de apellido Hoffman, corpulento, semi-calvo y de alrededor de treinta años de edad, estaba muy mal por lo que pidió la baja y se despidió de ellos diciendo que él había entrado a la marina para sacar muelas y no para ser carcelero. El abogado de la Base, el capitán Gullot le firmó unos documentos a su madre para que pudiera cobrar sus haberes su lugar de trabajo, la Municipalidad de Gral. Pueyrredón. Luego de 15 días en el polígono de tiro es llevado a los calabozos. Musmeci y Pavlosky están con él desde la llegada a los calabozos y hasta el final de su detención. Debido al pedido de su madre monseñor Rómulo García fue a hablar con Barda. Juan Garivotto también hizo gestiones por él. 

Entre los nombres que recuerda de gente de la Base puede mencionar a los Cabos Salazar, Uateleu y uno apodado "cara de goma". Salazar estaba avergonzado por lo que estaba pasando. Estando en la Base pudo ver el rostro de un torturador: era alto, canoso, el pelo encrespado y ojos muy claros, con tonada cordobesa.

Aproximadamente el día 7/9/76 lo subieron a un vehículo militar junto con otras personas y previo paso por el GADA 601 lo llevaron a aeroparque y lo trasladaron a la U IX de La Plata. Allí se encontró con Amílcar González, Alvarez, Mario Cámara, Abdul Saravia y Romer. El estuvo en el pabellón trece. A la gente la distribuían según su pertenencia política. 

Salió en libertad luego de diecinueve meses, para la Navidad de 1977, por disposición del decreto nro. 3810/7, pero el decreto de su detención era el nro. 1704/76 del 13 de agosto de ese año. En una ocasión vio un sacerdote en la Base Naval, era el capellán del lugar de apellido Sosa, un día abrió su celda sorpresivamente y le dijo "arrepiéntete de tus pecados", al no recibir respuesta le dijo "encomiéndate a la Virgen" y se fue. 



Declaración del Sr. José Angel Nicoló

El Sr. José Angel Nicolo manifestó que el día 7 de julio de 1976, alrededor de las 16:30 horas varios civiles entraron a su negocio pidiendo documentos. Su socio llego y preguntó que pasaba, quien dirigía el procedimiento le apuntó en la cabeza y les ordenó cerrar el negocio. Los encapucharon, a su socio lo subieron a un Torino marrón y a él a un Falcon celeste. Tenía la sensación que lo llevarían a la Base Naval, porque unos veinte días antes un amigo suyo y compañero de la agrupación del peronismo en la facultad le contó que había estado detenido en la Base. Apenas lo subieron al auto le preguntaron por un tal Sanjurjo, pero él no sabía quien era. Entraron a la Base lo metieron en una oficina donde se escuchaban voces y máquinas de escribir. El interrogatorio era confuso y le preguntaron por Pablo Lerner. Luego lo llevaron a lo que él cree era el polígono de tiro y lo sentaron en el piso. Su socio fue dejado en libertad enseguida. Al día siguiente cerca del mediodía lo llevaron a un lugar con piso de baldosas y pared celeste, lo sentaron contra la pared y le dieron comida. Luego le sacaron fotos, lo llevaron afuera, a un lugar donde había arena y lo colocaron dentro de una carpa de playa. Allí lo tuvieron entre el 8 y el 12 de julio por lo que pasó mucho frío. Comían ahí mismo, y recién la segunda noche le dieron una frazada. La noche del 12 de julio lo llevaron a dormir adentro y él solicitó hablar con quien se hacía llamar "Comisario". Este le sacó la capucha y detrás de la persona que tenía enfrente vio el escudo de la marina en la pared. Esa noche fue testigo de una situación muy desagradable que prefirió detallar a los integrantes del Tribunal en audiencia privada. El supone que el "Comisario" era el sujeto de apellido Racedo, descripto por Ponsico en su declaración. 

De día la pasaban en las carpas. Un sujeto muy calmo le dijo que se iba a encargar de él y de su seguridad pero le pidió que hablara sobre su militancia en la universidad. Este supuesto protector se hacía llamar César. A partir del miércoles 14 de julio su situación cambió porque lo blanquearon, dejando que su padre le haga llegar un abrigo. Ese mismo día le hacen un careo en la carpa y escucha la voz de otro detenido, quien aseguraba que él conocía a Sanjurjo. Cesar le explicó que su futuro podía ser que lo pusieran a disposición del Poder Ejecutivo, que se fuera con Pablo Lerner o que lo dejaran en libertad. 

El viernes 16 de julio le hicieron bajar la cabeza y lo subieron a un Falcon. Previamente le hicieron firmar un acta de devolución de sus cosas dado que lo ponían en libertad. Lo bajaron en la esquina de Juan B. Justo y Tucumán y le dijeron que lo querían ver en una semana por lo que concertaron encontrarse el viernes 23 a las 19 horas en el café Doria. El concurrió puntualmente y a los pocos minutos llegó una persona que le volvió a preguntar por Sanjurjo. El reitera que no lo conoce y entonces le dicen "Sanjurjo Calú". Recién ahí se dio cuenta de quien hablaban, y recordó que lo conocía. Calú era Carlos Alberto Oliva, detenido el 5 de agosto de 1976. 

El Sr. Nicoló cree que el Dr. Pelegrini presentó un habeas corpus en su favor pero no averiguó nada.

 

Ver el acta original de esta audiencia

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