Lunes 14 de Mayo de 2001 

Juicio por la Verdad, Mar del Plata.

 

 

En la ciudad de Mar del Plata prestaron declaración testimonial el Dr. Luis Rafaghelli y el Dr. Rubén Junco en la sala de audiencias del Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Mar del Plata ante sus integrantes los Dres. Mario Alberto Portela, Roberto Atilio Falcone y Néstor Rubén Parra, juntamente con el Sr. Secretario, Dr. Facundo Luis Capparelli.

 


Informe de la Secretaría de DDHH de A.D.U.M. 
y la Comisión del Juicio por la Verdad de Mar del Plata
 

 

El Dr. Luis Rafaghelli ratificó la declaración prestada ante la CONADEP como asimismo el acta de inspección de los lugares de detención clandestina de esta ciudad realizada por dicha comisión. Asi mismo ratificó en su declaración que fue detenido en su estudio en la ciudad de Necochea el día 20 de abril de 1976 a las 17 horas por un grupo de entre ocho y diez personas vestidas de civil, entre quienes se encontraba el Cabo Adrián Arguello y el Sub Comisario Mario Larrea, ambos de la Policía de la Provincia de Bs. As. En dicho procedimiento el primero de los nombrados le puso una 45 en la cabeza, fue atado con alambre y encapuchado y sometido a una golpiza salvaje durante treinta minutos, luego fue llevado a la Comisaría de Necochea. El Sub Comisario Larrea en el momento del procedimiento le dijo "guardá silencio, respondemos a órdenes del Ejército". 

Cuando llegó a la Comisaría, en el patio había una persona de alto rango militar. Rafaghelli presume que era el Coronel Cornejo, en ese lugar también fue sometido a golpiza. Lo interrogaron torpemente en relación a su actividad como abogado laboralista, preguntándole "quienes son los zurdos, donde están las armas". Le prometían "si decís algo te vas en libertad, sino te vas a Sierra Chica". Le sustrajeron el llavero que tenía y allanaron su casa particular, la de sus padres y el estudio. En uno de esos procedimientos encerraron en el baño a sus hijos de dos y cuatro años. A las veintitrés horas lo trasladaron a Mar del Plata, junto a su hermana en condición de rehén, la que también había sido llevada de su estudio. Estima que su detención tuvo que ver con su actividad profesional, porque no hacía política, y había intervenido en tres conflictos importantes de la ciudad de Necochea, uno de ellos contra el astillero Vanoli. 

Llegó a Mar del Plata en una condición deplorable y fue alojado en un buzón de la comisaria cuarta donde estuvo treinta y siete días incomunicado. En esta dependencia policial estuvo también con Amílcar González, Gutierrez, Longhi, Aramburu, Del Prado, Starita, Lencinas, y dos chicas de apellido Vallejo y Martínez Teco. Fue sacado de la Comisaría Cuarta el 26 de abril y el 6 de mayo alrededor de las once o doce de la noche, y fue llevado en un vehículo a una dependencia militar distante a unos quince o veinte minutos de la Cuarta. Allí fue desnudado, humedecido y sometido a tortura de picana eléctrica, le preguntaban por gente de Mar del Plata que él no conocía; también le preguntaron por el Dr. Centeno respecto de quien tenía un altísimo concepto personal y profesional. Ante su respuesta en relación al concepto de Centeno fue sometido a una sesión de tortura mucho más dura, mientras le decían "ese zurdo hijo de puta". En ese lugar escuchó que cuando hablaban por radio hacían referencia al operativo "tordo". Cree que su detención se debió a alguna denuncia del sector empresarial. Estima que en este sentido su detención podría ser común con respecto al caso del Dr. Centeno. 

Para Rafaghelli el golpe militar tuvo complicidad de los médicos, del Poder Judicial, de empresarios; y que la muerte de Centeno fue un mensaje para la abogacía en general y para los que ejercían en el ámbito laboral en particular. Como no daba nombres lo amenazaron con que lo iban a derivar a las "AAA". Después de treinta y siete días fue derivado a un pabellón con otros detenidos políticos en la Comisaría Cuarta donde eran sometidos a tortura psicológica permanente. Allí fue visitado por el Comisario Asad, quien se presentó como hombre de inteligencia. Por ese entonces el Jefe de la policía de la Provincia de Bs. As. era Brinzoni y el Ministro de Gobierno el Dr. James Smart, quien contestó a trámites de amigos suyos respecto de su paradero que él estaba detenido a disposición de autoridades militares; tal como surge del expediente cuya copia hizo entrega en ese momento al Tribunal. Su padre interpuso habeas corpus redactado por abogados que no lo patrocinaban y ni siquiera los llevaban porque hacerlo significaba poner en riesgo su integridad. Nunca tuvo novedades respecto de ese trámite. 

En agosto de 1976 lo sacaron esposado junto con el Dr. León Funes y fue llevado a el GADA 601 y atendido por Barda, quien le anunció que sería liberado y le advirtió "que si recibía información de él, lo iban a traer con las patas para adelante, que se cuidara con las juntas, que no hiciera más derecho laboral". Al advertir la Biblia sobre el escritorio de Barda, el declarante le cuestionó que lo que estaban haciendo las fuerzas Armadas no era acorde con un comportamiento cristiano a lo que Barda respondió "que las Fuerzas Armadas estaban librando una guerra y que todo sospechoso es considerado culpable hasta que fuere investigado". 

Rafaghelli no pudo ingresar al Ministerio de Trabajo entre 1976 y 1978. Su vida hasta 1979 no fue fácil dado que fue permanentemente seguido por automóviles de la policía. No pudo instalar un estudio hasta 1979/1980. 

En 1977 cuando sucedió lo de "la noche de las corbatas" conversó con el Dr. Bernal quien le dijo "mire realmente acá no hay garantías de nada, no sabemos lo que va a pasar". A su juicio la bisagra se produjo con la visita de la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas. 

Comenzada la década del ochenta se encontró en la ciudad de La Plata con un amigo de su infancia de la ciudad de Lobería, el Dr. Miguel Angel Nicocia, quien después de recibido y en la misma época en la que él estaba detenido, hizo el servicio militar en el GADA 601. Esta persona trabajaba en la sección administrativa y tuvo a su cargo la redacción de las actas de las altas y bajas de los detenidos políticos. Esta persona le confirmó que existía "el acta de traslados", que significaban los vuelos de la muerte. Esta persona también le dijo que él había estado en esa planilla. Por lo tanto existía un procedimiento administrativo en relación a los detenidos y desaparecidos. Seguidamente el compareciente fue interrogado por el Tribunal, el Ministerio Público y los representantes legales de los denunciantes dejándose expresa constancia que en Necochea, quien con ímpetu realizaba los procedimientos era el Comisario Bicareli, que intervino en el secuestro del Dr. Garamendi y del artista Povi Laitis. En la Comisaría Cuarta fue atendido por un médico que le dijo "quedate tranquilo pibe, que se te va a pasar", mientras él no podía ni siquiera caminar. Los empresarios y los militares tenían asesores jurídicos. Estos fueron quienes le dijeron a los militares que había que cambiar la ley de contrato de trabajo. Para Rafaghelli esto se evidencia porque el golpe fue el 24 de marzo de 1976 y el 29 de abril del 76 se modificaron ciento veinticinco artículos de la ley de contrato de trabajos. 


Declaración testimonial al Dr. Rubén Junco, 

El Dr. Junco manifestó que el día 7 de julio de 1977 entre las 18:30 y 19 horas recibió un llamado en el Colegio de Abogados de su hermano, quien le comunicó que un hecho anormal estaba ocurriendo en el estudio jurídico del Dr. Ricci, donde mucha gente de civil había ingresado armada. Su hermano tenía el estudio contable en el mismo edificio que el estudio jurídico del Dr. Ricci. Inmediatamente llamó por teléfono a la Unidad Regional y a la Comisaría Segunda denunciando el hecho y solicitando la concurrencia de policías al lugar. Luego se dirigió al estudio del Dr. Ricci ubicado en calle Falucho cuando justo se estaban yendo los últimos automóviles. El encargado del edificio le manifestó lo sucedido y le confirmó que lo habían llevado al Dr. Ricci. El Dr. Bernal, presidente del consejo, convocó a una reunión a las 21 horas, que debido a los hechos sobrevinientes se convirtió en una sesión permanente. Al día siguiente se entrevistaron con el Coronel Barda quien manifestó su desconocimiento y ajeneidad por lo ocurrido. Ante ello el declarante le manifestó que ante la falta de concurrencia al lugar de la policía parecía que se trataba de una zona liberada. Ante ello el Coronel Barda se enojó. 

Se contactó con el oficial de inteligencia del ejército Osvaldo Salvade, actualmente fallecido, quien le dijo que los secuestros los estaban haciendo los montoneros. Recibieron en el Colegio de Abogados a un oficial del ejército quien intentó darles explicaciones de la situación de las fuerzas armadas argumentando que no sabían nada respecto de los secuestros. En esos momentos ya se estaban recibiendo las denuncias del secuestro de los Dres. Fresneda, Alais, y los restantes, víctimas de "las noches de las corbatas". El día 8 de julio se produjo el secuestro del Dr. Centeno, tomando conocimiento a través de la esposa y la hija.

Ante la gravedad de los hechos las autoridades del Colegio de Abogados de Mar del Plata y de la Federación Argentina de Colegios de Abogados consiguen que se les conceda una entrevista con el Ministro del Interior Albano Harguindeguy. El Colegio de Abogados de Mar del Plata lo designa a él para que concurra junto con las autoridades de la F.A.C.A. En el interin, apareció el cuerpo del Dr. Centeno, siendo él, junto con el Dr. Scaglioti y el Dr. Bernal, quienes reconocieron el cadaver en la morgue del Cementerio de La Loma. El cadáver tenía golpes muy intensos en la nariz, tenía el tabique quebrado, un edema en el pecho producto de los golpes, tenía marcas en las manos y los pies de grilletes anchos de tres o cuatro centímetros, producto de haber estado encadenado. También presentaba picaduras en los tobillos. El discurso del Dr. Bernal en el sepelio fue digno y valiente. Luego concurrió a la entrevista con el Ministro del Interior: la reunión fue muy violenta. Antes de la entrevista tuvo que denunciar por cuáles casos pedirían. Habló por los casos de Alais, Fresneda, Bozzi, Arestín y Bataglia. Sacaban la calificación de cada uno expresando "maoista, comunista, etc." Cuando llegó al caso de Candeloro, Harguindeguy le manifestó que "no tenían noticia de su paradero". En ese momento el Dr. Junco le entregó una fotocopia de la constancia de la detención de Candeloro por parte de la Policía Federal de Neuquén, manifestándole que con esa constancia podía averiguar inmediatamente que pasaba. Harguindeguy quedó sorprendido y hubo una promesa de mandar a la F.A.C.A. un informe por escrito que nunca llegó. El Dr. Junco afirmó que la constancia que entregó en la entrevista con Harguindeguy, obligó a las fuerzas armadas a blanquear la situación con respecto al Dr. Candeloro, y que por ello apareció el informe que Barda envió al Dr. Hoofft en el habeas corpus.

Al poco tiempo apareció el Dr. Bozzi en el automóvil del Dr. Centeno junto a cadáveres de montoneros, en una operación de confusión para hacer creer que los montoneros lo habían secuestrado. Al Dr. Junco no le caben dudas que fueron las fuerzas armadas.

 

 

 

Ver el acta original de esta audiencia

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