Lunes 16 de Julio de 2001 

Juicio por la Verdad, Mar del Plata.

 

 

En la sala de audiencias del Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Mar del Plata sus integrantes Dres., Roberto Atilio Falcone y Néstor Rubén Parra, juntamente con el Sr. Secretario, Dr. Facundo Luis Capparelli convocan a prestar declaración testimonial al Dr. Eduardo Soarez y a la Sra. Isabel Eckerl.

 


Informe de la Secretaría de DDHH de A.D.U.M. 
y la Comisión del Juicio por la Verdad de Mar del Plata
 

 

El Dr. Eduardo Soarez, manifestó que durante los primeros años de la década del 70 fue secretario de la Juventud Peronista y Oficial de la Agrupación Montoneros de Mar del Plata. Según Soarez, en esta ciudad el enfrentamiento y nivel de violencia alcanzó proporciones inusuales, ello no sólo por la concentración de las diversas fuerzas armadas sino también por la existencia de grupos de extrema derecha que operaban en el ámbito de la Universidad y de los gremios. Estos grupos eran muy fuertes, no masivamente porque no lo buscaban, sino por su estrecha relación con las fuerzas de seguridad, ya que operaban al amparo sobre todo, de la Policía Bonaerense y de la Marina. Esto sucedió durante una década, desde mediados de los 60 hasta mediados de los 70. Estos grupos de extrema derecha eran el C.N.U. y el C.D.O., autoreivindicadamente nacifascistas, y que operaban con la protección tanto de la Base Naval como del ESIM. La sóla existencia de agrupaciones con ideas progresistas o de izquierda era suficiente motivo para que estos grupos trataran de combatirlos y erradicarlos. Siempre existían agresiones armadas, especialmente de la CNU, en asambleas universitarias o en las marchas populares o en utilización de espacios para pintadas. Entre otras cosas sabe que cuando había que pintar la pared de Luro e Independencia, muy disputada políticamente, dos camionetas de la Armada se estacionaban cerca y recién entonces miembros de la CNU escribían allí sus propagandas. También recuerda en una ocasión haber observado a un conocido integrante de esa agrupación, Eduardo Ullúa, portando un revolver y disparando en cercanías al ámbito donde se desarrollaba una asamblea universitaria que se había convocado a raíz de una huelga de hambre que se llevaba a cabo en una vieja casa de la calle Colón, al fondo. Esta Asamblea se hizo en la Facultad de Humanidades de la Universidad Católica y el incidente de ruptura de la misma por parte del CNU., comenzó con la explosión de petardos, lo que provocó una salida abrupta de los asambleístas, entre los cuales en una de las primeras filas se encontraba Soarez, que pudo observar al indicado Ullúa disparando con un arma de puño. El Jefe de la C.N.U. era Piantoni, a esa organización pertenecían Gustavo Demarchi, Gómez, Piati, Ullúa, Delgado, Arenasa y el Tano Nicola a quien le apodaban "killer", los hermanos Gómez ligados al sindicato del pescado. Perteneciente al C.D.O. recuerda a Mario Cámara. Esto le consta personalmente, entre otras cosas porque a fines de 1973 entre septiembre y noviembre, se realizó una asamblea de representantes de los distintos grupos juveniles del peronismo en el local de la CGT de Mar del Plata cuyo Secretario General era Nelson Rizzo. Esa reunión fue pública y difundida por los medios de prensa, ya que había sido convocada en todos los lugares del país por la estructura del partido y por el propio General Perón. Soarez concurrió a esa asamblea en representación de la Juventud Peronista, mientras que por el C.D.O. estuvo Mario Cámara y como representante de la C.N.U. acudió Gustavo Demarchi. En esa asamblea recuerda con exactitud a Gustavo Demarchi como representante de la CNU porque les increpaba a los representantes de las organizaciones de izquierda afirmando "todos ustedes representan una sola cosa por lo que tienen que unificar personería", " a mí no me van a correr con sellos, todos Uds. responden a Dante Gullo". En esa reunión no hubo acuerdo, fue muy tensa y la salida fue complicada ya que había armas y temores de enfrentamientos Con los cambios políticos sucedidos en el país a principio de los años 70 estos sectores de la derecha del peronismo, rápidamente pasaron a ocupar cargos importantes dentro de la estructura del partido y en esta ciudad tuvieron una importante presencia armada. Con el paso a la clandestinidad de organizaciones de izquierda como Montoneros, esta presencia se hizo sentir duramente ya que comenzaron a masacrar, o a participar en matanzas de familias enteras. Es muy difícil comprender esas matanzas, sin tener en claro que estos grupos estaban conformados por civiles de la ultra derecha peronista y por fuerzas de seguridad. Todo este cuadro de situación se agravaba por la circunstancia de que en Mar del Plata todos se conocían, los militantes de oraganizaciones de izquierda eran fácilmente identificables, por lo tanto, para los grupos de extrema derecha, matar fue como pescar en una pecera. Las muertes de Elizagaray, sus primos y tío de la familia Videla, Gasparri, Kelin sólo se entiende a partir de la confluencia entre civiles y las fuerzas de seguridad. 

Soarez fue detenido el 12 de mayo de 1975 en la esquina de Güemes y Colón junto a Julia Noemí Giganti. En ese momento él era un referente de la Juventud Peronista. Fueron trasladados a la Unidad Regional local de la policía bonaerense y sometidos a la tortura de picana eléctrica y submarino durante diez días, de dos a tres veces por día. Estuvieron alojados en un camión de traslado de detenidos, desde donde los bajaban encapuchados, los subían a un automóvil y los trasladaban hasta un lugar distante a unos quince minutos donde los sometían a las torturas. Los interrogatorios fueron muy salvajes, todos fueron conducidos por el Comisario Maití e intervinieron también los oficiales Cruz y Queiras. Luego fue trasladado a la Comisaria segunda de esta ciudad y alojado en una celda con detenidos comunes. Julia Giganti fue llevada a la Comisaría primera. En la sede de la comisaría le tomó indagatoria el Juez Federal González Echeverry ante la presencia del comisario Maití y sin la asistencia de defensor. Lo primero que hizo en esa declaración fue denunciar las torturas, que eran evidentes por las lesiones que presentaba. Meses después insistió ante el Juez y su defensora oficial, Dra. Ana María Teodori, sin lograr que se investigue. El 25 de mayo de 1975 se produjo un intento de copamiento de la Comisaría segunda para liberarlo, pero la operación fracasó y en el enfrentamiento muere Arturo Lewinger, jefe regional de Montoneros, y también un cabo de la policía bonaerense. La policía intentó fusilarlo inmediatamente pero González Echeverry, que llegó sorpresivamente lo impidió. El Juez ordenó su traslado a la delegación de la Policía Federal, hasta que el 27 de mayo fue trasladado a Sierra Chica. Ese mismo día siendo la una treinta horas de la madrugada un grupo de entre diez y doce personas vestidas de civil pero exhibiendo credenciales de la policía ingresó a casa de sus padres y una vez que identificaron a su papá, Eduardo Adolfo Soarez, llamaron a unos jóvenes de civil , de menos de treinta años, que se encontraban en el interior de los automóviles en los que se trasladaban quienes reconocieron su casa y ratificaron la identidad de su padre. Le ordenaron a su padre que se vistiera y que los acompañara, despidiéndose aquél de su madre manifestándole que creía que lo iban a matar, razón por la cual le entregó sus pertenencias, el reloj, una medalla y cadenitas. Lo llevaron directamente al campo de deportes y fue fusilado inmediatamente. Tenía más de treinta disparos de 9 milimetros y 2 disparos de itaka calibre 12/70 en su cabeza. Su madre hizo la denuncia en la Comisaría tercera, y a raíz de lo sucedido se instruyó causa penal en el Juzgado Federal registrada con el nro. 163 donde hay un sobreseimiento por no haberse podido identificar a los autores. Su madre debió irse de la ciudad porque continuaron con la presencia intimidante en las cercanías de su casa. 

El estuvo cuatro años detenido en Sierra Chica y luego un año más en el penal de Rawson. En primera instancia fue condenado a la pena de ocho años de prisión por infracción a la ley 20.840, asociación ilícita, tenencia de armas y de explosivos y robo automotor; que la Cámara de Apelaciones revocó y le puso la pena en seis años de prisión. Su causa registrada con el nro. 252 que tramitó en el Juzgado Federal se encuentra desaparecida, hay un expediente reconstruido pero muy escueto. Posteriormente Gustavo Demarchi fue Fiscal Federal en sus dos causas, haciéndole saber el declarante al Juez y a su defensora, la Dra. Teodoris que el citado Fiscal debía excusarse porque tenía manifiesta enemistad y parcialidad. Gustavo Demarchi no sólo no se excusó sino que formuló acusación en su contra y le pidió dieciocho años de prisión. La Dra. Ana María Teodoris, no obstante ser su defensora, le dijo "no me vengas con denuncias de torturas, vos sos un Montonero...que esperabas que pasara con tu padre si colaboró con el copamiento a la comisaría". El secretario del juzgado Dr. Leonidas Fiore lo trató muy bien, no sólo a él sino también a su madre. Recuerda que le dijo muy sentido que lamentaba el asesinato de su padre y que le mandó un telegrama en el momento justo en que debía solicitar su libertad condicional, y que por ello la obtuvo antes que Giganti.

Con respecto al asesinato de María del Carmen Maggi, Soarez manifestó que el mismo obedeció a la misma modalidad que el de su padre: esto es, fue víctima de un grupo compuesto por civiles y miembros de las fuerzas de seguridad.



Declaración testimonial de Isabel Carmen Eckerl

La sra. Eckerl manifestó que tuvo participación política y social en la Universidad y en la U.T.A. Su esposo tenía actividad en la J.U.P. Tanto ella como su esposo eran integrantes de Montoneros, todo lo que hacían era con una convicción muy sólida, con un idealismo profundo volcado a hechos cotidianos. Eran víctimas permanentes de la policía y de grupos armados de extrema derecha, sobre todo de la C.N.U., que actuaba en conjunto con las Fuerzas de Seguridad. Así recuerda que para pintar determinados lugares, por ejemplo la pared de Luro e Independencia, la CNU utilizaba el apoyo de camionetas de la Armada que le hacían la custodia del lugar mientras hacían la propaganda. Esto era público. Que su esposo Federico Guillermo Baez era estudiante de derecho y compañero de estudios de muchos integrantes de la C.N.U. Esta gente empezó a buscar explícito apoyo de las Fuerzas Armadas frente al apoyo popular que tenían las organizaciones de izquierda. Una de las personas que integraba la CNU era Gustavo Demarchi, ello le consta porque su esposo concurrió a una asamblea de representantes de organizaciones juveniles peronistas en el año 1973 y en esa ocasión Gustavo Demarchi fue como representante de la CNU. También integraban la CNU Corres, Delgado, los dos Arenaza, y Gómez entre otros. El 15 de julio de 1975 es detenida en su casa por personal de la Brigada de Investigaciones de la policía bonaerense, estaba junto a su ex cuñada y su hijo de dos años. La trasladaron a la Unidad Regional, donde no fue torturada pero sí indagada de manera agresiva por los policías. Se le formó causa penal por infracción a la ley 20.840, le tomó indagatoria la Jueza subrogante, la Dra. Ana María Teodoris, quien la agredió verbalmente en todo momento al igual que a su madre y a su suegro, a quienes tuvo demorados en el Juzgado Federal veinticuatro horas. Durante su declaración la Dra. Teodoris pretendía que ella nombrara a gente que conociera. Isabel Eckerl, irónicamente, comenzó a nombrar gente que conocía, pero de la CNU, ante lo cuál la Dra. Teodoris le dijo "sos una mentirosa esos son amigos míos, compañeros míos y no tuyos". Luego fue llevada a la carcel de Dolores y a los pocos días le avisaron que la Dra. Teodoris iba a ser su Defensora Oficial, lo cual rechazó rotundamente, por lo que le nombraron al Dr. Carreras. Gustavo Demarchi era el Fiscal y la acusó por infracción a la ley 20.840 al art. 213 bis y 189 del Código Penal solicitándole catorce años de prisión, con acusaciones que eran extrajudiciales como por ejemplo atentar contra el ser nacional y contra la integridad de la Patria. La sra. Eckerl hizo entrega de copias de las actuaciones judiciales referidas durante su declaración, disponiendo el Tribunal que se incorporen a la presente causa. Se deja constancia literal de un fragmento de los fundamentos del dictamen del Dr. Demarchi como Fiscal en la causa que se le siguió a la declarante, dictamen fecho el 30 de abril de 1976: "que existen circunstancias agravantes en general con respecto a todos los detenidos, en virtud del carácter anti-nacional que reviste la organización que integran y que excede el marco judicial, extendiéndose a todo el ámbito de la vida del país buscando socavar sus instituciones, depreciando las legítimas tradiciones patrias y tratando de violentar el ser nacional...".

El Juez Tarantino, con fecha 28 de abril de 1978 la condenó a la pena de cuatro años, reconociendo que el pedido fiscal era excesivo, mientras que la Cámara Federal la absolvió. No obstante estuvo un año detenida a disposición del P.E.N. En dos ocasiones le fue rechazada la opción para salir del país hasta que en 1980 pudo salir con destino a Viena. 

Durante su detención sus suegros y su madre comenzaron a sufrir llamados telefónicos y amenazas. A principio de febrero de 1976 en la "Revista Mercado" salió publicado que ella junto a su marido habían matado al Coronel Reyes en Mar del Plata, cosa que no era cierta porque ella ya estaba detenida. Lo inculpan a su esposo de esa muerte y allanan el domicilio de sus padres y de sus suegros. Era personal no uniformado pero con borceguíes, y amenazaban con matar a su esposo. en esa oportunidad se llevaron a su madre y también a sus suegros -Federico Guillermo Baez y Agnes Acevedo- , así como a su cuñada. A su madre la torturaron, quedó sorda de un oído y tuvo problemas de riñones hasta el día de su muerte. Luego de varios días la arrojaron en un campo relativamente cerca de la ruta nacional número 2. Su madre le dijo que durante el procedimiento le decía a su esposo que llamara al abogado "Chiche" Botteri, hijo de un amigo, enterándose después que la casa de este abogado fue allanada a las pocas horas. Al tiempo su madre identificó a dos de las personas que habían hecho el procedimiento: a uno lo vio en la tapa del diario La Capital en el año 1976 en una foto que reflejaba la primer visita de Videla a Mar del Plata como presidente; al otro lo reconoció en la Comisaría cuarta cuando fue a tramitar un certificado. 

Los cuerpos de sus suegros y de su cuñada fueron encontrados en la ruta 2, cerca de Dolores sin manos y destrozados. El cuerpo de su suegro fue reconocido por Angel Roig dado que eran conocidos del partido radical. Según supo tiempo después, a su suegro le había fallado el corazón y tuvieron que matar a toda la familia para que no hubiera testigos. Esta versión la habría recogido el martillero Cavalcanti. Durante un año hubo permanentemente una consigna en la esquina de la casa de sus padres, hasta que en abril de 1977 desapareció. La sra. Eckerl estima que pudo deberse a que en esa fecha pudieron haber secuestrado a su esposo Federico, de quien no sabe cuándo ni cómo desapareció. Finalmente recuerda que durante su detención en el penal de Olmos el Dr. Gustavo Demarchi en calidad de Fiscal, efectuó una visita y recorrió un pasillo del penal armado. Se notaba la culata de un revólver debajo de su saco. Estaba acompañado de dos personas, uno más bajo. Las presas, entretanto, eran obligadas a permanecer de pie contra la pared. 

Se deja expresa constancia que la sra. Eckerl ignora dónde están sepultados los restos de sus suegros y de su cuñada. Tiene conocimiento que a raíz de una denuncia formulada ante la CONADEP por una tía de su esposo se instruyó causa penal que tramitó en el Juzgado Federal de Mar del Plata sin que se haya dispuesto medida probatoria alguna tendiente a dilucidar lo que sucedió y el lugar donde se encuentran los cadáveres, haciendo entrega de una copia de dichas actuaciones junto a legajos de la CONADEP de Agnes Acevedo, Federico Guillermo Baez, y María Ercilia Baez. Desea agregar que a la Sra Cerone de Baguenetta, coimputada en la causa, la torturaron con picana eléctrica. 

 

 

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