Lunes 28 de Mayo de 2001 

Juicio por la Verdad, Mar del Plata.

 

 

En la ciudad de Mar del Plata prestaron declaración testimonial la Sra. Lidia Cisneros de Siddi, la Sra. Marta Fernández y el Dr. Pedro José en la sala de audiencias del Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Mar del Plata ante sus integrantes los Dres. Mario Alberto Portela, Roberto Atilio Falcone y Néstor Rubén Parra, juntamente con el Sr. Secretario, Dr. Facundo Luis Capparelli.

 

 


Informe de la Secretaría de DDHH de A.D.U.M. 
y la Comisión del Juicio por la Verdad de Mar del Plata
 

 

En primer lugar declaró la Sra. Lidia Cisneros de Siddi, de profesión enfermera, quien manifestó que en el año 1975 uno de sus hijos, Miguel Angel Siddi, fue detenido cuando se encontraba pegando carteles por personal de la Comisaría tercera. El Comisario de la tercera, vecino suyo, le aconsejó que lo sacaran del país porque había sido fichado por la SIDE, pero su hijo no quiso hacerlo. Posteriormente a este hecho, tuvo varios allanamientos en su casa por grupos de personas vestidas de civil, armadas y en autos particulares. En una oportunidad alcanzó a ver que uno de los vehículos era un Ford Falcon. A partir de estos episodios su hijo decidió irse a La Plata a mediados de 1977. A fines del mes de septiembre o principios de octubre de ese año, su hijo desapareció sin que ella pudiera saber día, hora ni nada. Algunos de sus amigos también fueron asesinado por las fuerzas armadas, entre ellos Alejandro Logoluso. 

En calidad de Jefa del Departamento de Enfermería del Hospital Regional de Mar del Plata, durante los años de la dictadura militar pudo presenciar varios casos de víctimas de las Fuerzas Armadas. En mayo de 1977 una joven embarazada en muy grave estado fue llevada directamente al quirófano y operada por el Dr. José. Años después supo por el padre de esta joven, que su nombre era Liliana Lavalle. Durante la operación, personal policial entraba al quirófano y en ningún momento permitían que la joven hablara con nadie. Luego de operada fue llevada a terapia intensiva fuertemente custodiada. Al día siguiente, en contra la voluntad de los médicos, específicamente en contra la opinión del Dr. Ferrer, los militares se la llevaron. Según constató el obstetra, el Dr. Elena, el bebé estaba vivo. Al poco tiempo, por informaciones periodísticas según recuerda la Sra. de Siddi, supo que el cuerpo de la joven apareció sin vida, tirado en la calle.

También recuerda a un herido de bala que los militares llevaron al hospital y que tampoco permitían que hablara con nadie. El joven estaba registrado como N.N. dado que los militares nunca decían los nombres de las personas que ellos llevaban. Luego de operado, y pese a su delicado estado, los militares, en contra la opinión médica, también lo retiraron del hospital. 

La Sra de Siddi también recuerda un joven de apellido Olave, que en una oportunidad, herido en las piernas había sido llevado al hospital por los militares. Aproximadamente un año después de este hecho, el joven volvió a concurrir al Hospital para ser intervenido, esa vez voluntariamente. Sin embargo la noche del mismo día en que se internó, en horas de la madrugada fue secuestrado por un grupo desconocido, supuestamente paramilitares. 

El Dr. Spirito era el Director Interventor del Hospital y pertenecía a la marina. En contra de un decreto vigente en esa época, ordenó en varias oportunidades, que se recibieran en la morgue del Hospital cuerpos baleados que traían fuerzas armadas o policiales.

La Sra de Siddi quiso hacer entrega de copia del libro de report del hospital, donde consta todo esto. Los libros del hospital, donde figuraban los ingresos y egresos, no están más: fueron retirados, no recuerda si por los militares, o por orden de un juez.

En una oportunidad la Sra de Siddi fue separada de su cargo por el Dr. Spirito, y trasladada a prestar servicio a la Zona Sanitaria octava. El motivo de esta represalia fue no haber permitido el retiro de un cuerpo de la morgue por personal de la marina, que pretendía llevarlo sin entregar ninguna documentación. Ya en 1986 fue citada a la Base Naval local donde le mostraron un expediente y le preguntaron si las firmas insertas eran de ella. Las reconoció todas porque eran las presentaciones de Habeas Corpus a favor de su hijo desaparecido. La Sra de Siddi también hizo entrega de esa citación.

Se dejó expresa constancia que en una oportunidad, el Dr. Guitlin le dijo que había contado más de sesenta disparos en el cuerpo del Dr. Goldemberg. La Sra de Siddi recuerda también que en la morgue a los N.N. le tomaban huellas digitales y que en esa época, a cargo de la misma estaba el Sr. Cano.


A continuación prestó declaración testimonial a la Sra. Marta Fernández, enfermera, quien manifestó que en 1975 un joven con lesión en los miembros inferiores, que se llamaba Jorge Olave y había sido baleado por los militares, estuvo internado en terapia intensiva del Hospital Regional, donde la nombrada prestaba y presta servicios. Año y medio después esta persona volvió voluntariamente para ser reintervenido. La noche del mismo día en que se internó, en horas de la madrugada supo a través del Sr. Félix Ramón que a Olave se lo habían llevado personas vestidas de blanco quienes le pusieron algo en la boca y lo cargaron en los hombros. Entraron y salieron por la puerta principal del hospital y lo subieron a un auto verde. 

Los militares cada vez que traían un herido, vestían uniforme de color verde, ostentaban armas largas y prohibían al personal del Hospital hablar con los pacientes que ellos traían. En una ocasión el jefe de uno de estos operativos, les cortó la luz y los ascensores del hospital. 

Se dejó expresa constancia que el Dr. Juan Castorina era médico en el Hospital Regional al mismo tiempo que prestaba el servicio militar, por prórroga. En una oportunidad el Dr. Castorina le preguntó por teléfono por el estado de un paciente intervenido quirúrgicamente del cráneo, que había sido llevado por los militares y fuertemente custodiado durante su estadía en el hospital. Estima que el Dr. Castorina se interiorizó por el estado del paciente porque había un militar que lo quería trasladar. 

Por cada paciente que ingresaba se formaba una historia clínica y si bien no le consta que fueron secuestradas, el comentario es que no están más en el hospital.


Seguidamente, el Sr. Presidente, convocó a prestar declaración testimonial al Dr. Carlos Roberto José, quien manifestó que en 1977 recibió a una mujer joven con herida de bala y que presentaba signos de hemorragia interna. Se la intervino quirúrgicamente, se le extirpó el baso y luego fue derivada a terapia intensiva. Estaba embarazada y el bebé estaba vivo. A los dos o tres días los militares se la llevaron. La gente que la trajo vestía uniforme militar de color verde, estaban permanentemente al lado de la herida y entraron al quirófano presenciando la operación. 

También recordó el caso de un paciente que fue retirado en forma misteriosa por desconocidos, sin conocer detalles de lo ocurrido. 

Recuerda además, que en el año 1975 personas vestidas de civil portando armas cortas, trajeron a un sacerdote de alrededor de cuarenta años a quien operó de heridas de bala en el intestino. Recuerda que este sacerdote le rogó que no lo dejara solo. Se lo signaba como sacerdote tercermundista. También fue retirado del hospital por un grupo de personas, antes de su restablecimiento.

Se dejó expresa constancia que el Dr. Juan Castorina prestaba servicios en el Hospital Regional al mismo tiempo que era conscripto. Luego se desempeñó como médico del servicio penitenciario. El Dr. José cree que aún hoy sigue trabajando para el servicio penitenciario.

 

 

 

Ver el acta original de esta audiencia

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