Lunes 3 de Diciembre de 2001 

Juicio por la Verdad, Mar del Plata.

 

 

Informe de la Secretaría de DDHH de A.D.U.M. 
y la Comisión del Juicio por la Verdad de Mar del Plata
 

 


Mar del Plata, 3 de diciembre de 2001. En el Tribunal Oral de esta ciudad prestaron declaración testimonial Guillermo Alberto Gómez y Luisa del Carmen Cardozo.

 

Testimonio de Guillermo Alberto Gómez

En la sala de audiencias del Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Mar del Plata sus integrantes, los Dres. Roberto Atilio Falcone, Mario Alberto Portela y Néstor Rubén Parra, convocaron a prestar declaración testimonial al Sr. Guillermo Alberto Gómez quien manifestó que en abril de 1976 quedó cesante de todos sus cargos en la Universidad de Mar del Plata. En ese momento era director de departamento y profesor en ingeniería. Alegaron como motivo que era un factor de perturbación social. En septiembre de 1976, cree que el día 16, golpearon la puerta de su casa en Maipú 4941, y cuando abrió apareció gente uniformada de fajina y con armas largas, pertenecientes a alguna de las fuerzas armadas. Revolvieron todo, lo hicieron vestir, le ataron las manos, y lo subieron a un camión del ejército. El camión cargó gente en otros lugares y los llevaron al cuartel de bomberos por calle Salta. Ahí lo metieron en una sala donde había más de veinte personas. En ese lugar había gente atada, vendada en los ojos, o sin vendar, como él, que pudo ver todo. Sus captores expresaban “ésta noche va haber parrillada”. Luego supo que eso significaba que iba a haber tortura. A la noche lo subieron en la parte trasera de un auto, lo encapucharon y lo llevaron a un lugar que luego supo que se trataba de “La Cueva”, en el aeropuerto local, porque pudo reconocerlo con la CONADEP. Allí había otras personas, como por ejemplo Cristina Bidegain. Al cabo de una hora lo llevaron a un cuarto y lo dejaron solo. Allí estuvo tres o cuatro días. Sentía el ruido de los aviones, del tren y de los pájaros a la mañana. Al atardecer empezaban las sesiones de tortura, se sentían muchos gritos. Una noche un torturado se les quedó en la mesa de tortura. En ese lugar estuvo José Fardin y recuerda a un chico de sólo quince años, cuyos padres tenían panadería en Salta o Jujuy. En ese lugar estuvo cerca de una semana, hasta que un día le hicieron un interrogatorio muy tonto, lo subieron a un auto y lo llevaron a la Cuarta. Allí le sacaron las vendas, lo anotaron en el libro de guardia y lo pasaron a las celdas. En la comisaría cuarta vio a Julio D’Auro, Domínguez, Jorge Porthe -muy torturado-, y a Medina. Una noche lo llevaron al GADA 601, lo interrogaron en un cuarto para asegurarse que él no contaría lo que había pasado. Le dijeron que lo mejor era olvidar todo. Al día siguiente lo dejaron en libertad. Su cautiverio duró alrededor de veinte días. Gómez consideró que su secuestro tuvo relación con su participación gremial como presidente del centro de estudiantes. También recordó que quien lo entrevistó en el GADA 601 tenía treinta años, bigotes gruesos y recortados, pelo castaño tirando a pelirrojo y vestía uniforme. La relación entre los policías de la cuarta, “los buenos”, y los que lo trasladaban desde La Cueva, “los malos”, era distante. El clima de la comisaría cambiaba cuando llegaban estos últimos. 



Testimonio de Luisa del Carmen Cardozo

Concluida esta declaración se convocó a prestar declaración testimonial a la Sra. Luisa del Carmen Cardozo quien manifestó que su militancia peronista comenzó en 1943, siguiendo a Evita. En 1959 vino a Mar del Plata y empezó a trabajar en una fábrica de pescado. Empezaron a reunirse en el SOIP para reclamar por la garantía horaria y se hicieron reuniones también en la Municipalidad. Con ese pretexto, el 5 de diciembre de 1975 fueron a su casa en Moreno 4267, alrededor de cinco personas: le dieron vuelta todo y le dijeron “quédese tranquila somos de la federal”. Pudo observar que sólo dos llevaban ese uniforme. La sacaron a la calle, adonde estaba lleno de camiones, la ataron, le taparon la cara y la tiraron arriba de un camión. Sus hijos de cuatro, siete, nueve y quince años quedaron solos. Junto a ellos llevaron a Liliana Carmen Medina y su marido. La llevaron por la zona del barrio Martillo, adonde subieron a más gente y las trasladaron hasta la Base Naval. A ese lugar llegaban camiones con mucha gente. Les decían “tírenlas al mar” y las agarraban de pies y manos y las tiraban para abajo cayendo sobre el pasto, era una tortura psicológica. También comenzaron a violar a las mujeres. Los hicieron caminar por el pasto y bajar unas escaleras de cinco o seis escalones. Le levantaron la capucha para sacarle fotos y observó como media cuadra de gente tirada y soldados arriba con armas largas. El que sacó las fotos era, el padre de Uby Sacco, boxeador muy conocido. Luego la llevaron a la tortura hasta que se desmayó. La dejaron tirada como un día. Al día siguiente la llevaron arrastrando a un camión y fueron a parar a la comisaría cuarta. Luego de varios días, el 6 de enero, la llevaron en micro a la U VIII de La Plata. Allí le dijeron que estaba a disposición del P.E.N. Los militares hacían requisas con perros. En la cuarta sacaban gente de noche para ser torturarada. En la U VIII estuvo hasta diciembre de 1976 y luego la llevaron a la cárcel de Devoto, adonde estuvo quince días. Luego la llevaron a Coordinación Federal. Allí sentía como torturaban a la gente de tal forma que no podían hablar. Ahí se equivocaron: los habían puesto en el lugar de entrada, pero luego los pusieron en el de salida y a la noche la dejaron en libertad. Le dieron dinero para el taxi y se fue a la casa de su hermano en Bs. As. No le hicieron ninguna causa penal. La Sra. de Cardozo recordó que en la U VIII, el Dr. Vallejos le dijo que se quedara tranquila, que estaba a disposición del P.E.N. En la U VIII estuvo con Isabel Eckerl y una chica embarazada de Mar del Plata, esposa de Portillo, que tuvo su hijo allí. Durante un tiempo fue vigilada por soldados y cambió de domicilio y de trabajo varias veces. Quince días después de salir en libertad, la fue a visitar a su domicilio Jorge Olave y Estela Lombardo, ambos actualmente desaparecidos. El Padre Monteverde, de Don Bosco la ayudó mucho con sus hijos en la guardería Belén.

 

 

Ver el acta original de esta audiencia

Ir a la Página Inicial del Juicio por la Verdad