Lunes 10 de Diciembre de 2001 

Juicio por la Verdad, Mar del Plata.

 

 

Informe de la Secretaría de DDHH de A.D.U.M. 
y la Comisión del Juicio por la Verdad de Mar del Plata
 

 


Mar del Plata, 10 de diciembre de 2001. En el Tribunal Oral de esta ciudad prestó declaración testimonial Omar Basabe.

 

Testimonio de Omar Basabe

En la sala de audiencias del Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Mar del Plata ante sus integrantes Dres. Roberto Atilio Falcone, Mario Alberto Portela y Néstor Rubén Parra, prestó declaración testimonial al Sr. Omar Basabe, docente universitario y domiciliado actualmente en Canadá. El Sr. Basabe manifestó que fue detenido de su domicilio en la ciudad de Necochea en la madrugada del 27 de marzo de 1976 por un grupo de militares. Lo esposaron, le cubrieron la cabeza con una campera, lo golpearon a patadas y con armas y lo subieron a un camión militar. Lo llevaron a la Comisaría del centro en Necochea. Allí lo interrogaron a golpe: le preguntaban por los Dres. Di Mauro y Urtz, compañero de él en el Hospital Municipal de Necochea, también por los hermanos De Francisco. Le pegaban en el costado porque sabían que tenía hepatitis. Al día siguiente lo trasladaron a Mar del Plata en la parte trasera de un Jeep, junto a Martín Garamendi, que no podía moverse de lo torturado que estaba. Pasaron por una base militar y luego por la comisaría cuarta. Durante el viaje pudo ver que Bicarelli venía detrás del Jeep en un coche particular. Estuvo varios días incomunicado en una celda. Una noche lo sacaron, lo encapucharon y lo cargaron en un coche. Luego de varias vueltas lo llevaron a un lugar por un camino de pedregullo. Estuvo varios minutos arriba del auto mientras escuchaba gente que estaba siendo torturada. Luego lo bajaron por una escalera y hacia la derecha estaba el cuarto de torturas, donde había una especie de cama. Lo ataron desnudo y comenzaron a aplicarle descargas eléctricas muy fuertes por todo el cuerpo, ojos, nariz, boca, encías, lengua, ano, genitales y pies. Preguntaban y picaneaban. La primer sesión duró mucho tiempo. Luego lo tiraron en otro cuarto junto a otras personas y lo volvieron a meter a una segunda sesión. Le preguntaban por Agustín Prieto, los hermanos De Francisco, por Garamendi y por los médicos compañeros suyos. Luego lo regresaron a la cuarta y allí pudo ver a Garamendi, Aramburu, Gimenez, Battaglia, Povilaitis, “Cali” y un muchacho joven que había sido colgado y no podía moverse. También estuvo María Esther Martínez Teco, a quien sacaban casi todas las noches para interrogar. En los techos de la comisaría había personal militar. A fines de abril o principios de mayo lo trasladaron a Sierra Chica, pero la noche anterior le dijeron a Garamendi que en el traslado simularían una fuga para matarlos. Viajaron en avión sin capucha y sin esposas y cuando llegó lo pusieron en una celda incomunicado. Una semana después lo sacaron a los golpes, lo ataron de pies y manos, le vendaron los ojos, lo encapucharon, lo subieron a un camión y lo trajeron de regreso a la cuarta. Durante el viaje los militares jugaban a la ruleta rusa. A los pocos días lo trasladaron a Devoto y lo pusieron en un pabellón hasta septiembre, cuando es llevado a la Unidad Penal de La Plata en un traslado masivo. Estuvo en el pabellón 16. El régimen era de terror: en una ocasión lo descubrieron gesticulando con otro preso y el Oficial Rivarola le dijo que a la noche lo iban a venir a buscar. Era un oficial feroz, joven, delgado y con un tic nervioso en el hombro. A la noche vino un tal Anaya o Amaya y lo llevaron hasta el sótano del penal. Allí lo desnudaron, lo golpeaban en el estomago y en los genitales y comenzaron la tortura con el submarino. Lo mojaron y lo metieron desnudo, en una celda totalmente oscura e incomunicado. Perdió la noción del tiempo. El 10 de diciembre lo liberaron sin ningún tipo de explicación, sólo supo que estuvo a disposición del PEN por decreto nº 110. El responsable de su detención fue Barda, quien luego de su liberación, lo entrevistó. Barda le dijo que había estado a favor de Perón, pero que las fuerzas sociales habían excedido los límites, le reconoció que estaba al tanto de lo que le había pasado pero prefería pecar por exceso y no por defecto. El le dijo que quería irse del país, Barda le dijo que se lo recomendaba y que le facilitaría el trámite del pasaporte. Que se casó y se fue a Italia donde estuvo ilegal durante dos años hasta que se presentó como refugiado en la ONU y lo mandaron a Canadá. Luego de su detención hicieron un procedimiento en casa de su novia, a quien detuvieron durante una noche y se robaron cosas de su casa de Necochea. Uno de los policías que intervino era de apellido Casas. Durante la sesión de tortura escuchó la voz de Bicarelli, a quien conocía perfectamente desde que nació, porque vivía al lado de su casa y era amigo de su hermano. En la cuarta aparecía seguido un policía que hablaba en alemán con Povilaitis. Este decía que no era momento de ideologías, sino de nacionalismos. El personal de la cuarta era correcto. Durante su cautiverio su madre se entrevistaba con Barda, quien le reconocía que estaba detenido. En la comisaría de Necochea se torturaba. Luis Raffaghelli fue también muy torturado. El jefe del Hospital Municipal, el Dr. Sacharías lo amenazó de muerte. Le dijo que lo iban a matar como rata, como a todos los montoneros. Sacharías fue fanático de Isabel, luego fue fotografiado con los militares y posteriormente fue funcionario democrático. Era miembro del grupo de “amigos de las fuerzas armadas”. 

Para justificar su arresto lo acusaban de usar el mimeógrafo y robar medicina para las organizaciones armadas, todo absolutamente falso. Garamendi fue torturado en la Villa Díaz Vélez. En la cárcel, los curas hablaban mal de los detenidos y defendían el proceso. En la comisaría de Necochea había un policía, Burgos, a quien conocían de antes pero quien les dijo que hicieran de cuenta que nunca se habían conocido.

 

 

Ver el acta original de esta audiencia

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