Lunes 19 de Noviembre de 2001 

Juicio por la Verdad, Mar del Plata.

 

 

Informe de la Secretaría de DDHH de A.D.U.M. 
y la Comisión del Juicio por la Verdad de Mar del Plata
 

 


Mar del Plata, 19 de noviembre de 2001. En el Tribunal Oral de esta ciudad prestaron declaración testimonial Liliana Gardella, ex detenida desaparecida, María Luz Montolio y Mirta Hernández de Vera.

 

Testimonio de Liliana Gardella

El 25 de noviembre de 1977, en horas de la mañana en uno de los andenes de la estación de trenes de Mar del Plata, Liliana Gardella fue sorprendida por hombres de civil que se le tiraron encima, llevándola a un auto que estaba en la playa de estacionamiento de la estación. De ahí fue conducida a la Base Naval, donde permaneció durante 10 días. El edificio en el cual estuvo detenida era cuadrado y de dos plantas. En la planta alta había entre 7 y 8 celdas muy pequeñas. En un extremo se encontraba el baño y enfrente a las celdas había una gran habitación. Mientras duró su detención siempre estuvo sentada de frente a una pared. De noche le arrojaban un colchón en el que podía acostarse, y sólo en ese momento podía cambiar de posición. Cuando le traían la comida permanecía mirando a la pared por lo que nunca pudo verle la cara a nadie. Siempre oyó el ruido del mar y de las sirenas de los barcos. 


En 4 ó 5 oportunidades la llevaron a la planta baja, a una habitación muy grande, donde fue picaneada. En otros interrogatorios que ocurrieron en una oficina no fue sometida a apremios físicos. También fue torturada en su celda. Le preguntaban acerca de su militancia, de gente que ella podía conocer, etc.


Mientras estuvo en la celda no pudo ver a nadie, pero al ser llevada al baño se dio cuenta que en la habitación grande del primer piso había otras personas. También al ser llevada al baño se cruzó con Liliana Peryra, que estaba embarazada y con quien se conocían de antes. En la planta baja, en las oficinas, vio a otras personas que ella conocía: Eduardo Cagnola (marido de Liliana Pereyra), Laura Godoy, Silvia Castilla y a una chica que no conocía de antes pero que posteriormente pudo identificar como Cecilia Eguía. También recuerda a Adriana Casajus, que desapareció en la misma fecha de su secuestro, a José Valledor y a un muchacho de Bahía Blanca de alrededor de 28 años, que usaba lentes permanentemente, de cabello lacio y de cara huesuda. Era muy amigo de Silvia dado que mbos eran estudiantes de ingeniería química en esa ciudad. Antes de su secuestro supo que Silvia Castilla y Laura Godoy estaban embarazadas. Ella fue secuestrada un viernes y Laura al lunes siguiente. Cree recordarla con el uniforme del Hospital Regional, adonde ambas estudiaban enfermería. 


En la Base nunca vio gente uniformada, sólo de civil. Nunca supo los nombres del personal, pero recuerda dos apodos "Fibra", que era un hombre de cara huesuda, alto, blanco y delgado y "Monterrosa" o algo parecido, que era, morocho y alto. También recuerda a otro hombre, alto, blanco, muy cabezón y de cara redonda y a uno gordo, morocho, de manos muy pequeñas. En una oportunidad ella fue mostrada a quien era el jefe de todos ellos, un hombre bajo, rubio, de ojos claros. El ocupaba solo una oficina. 


Después de unos días fue llevada a una oficina de las de planta baja donde le comunicaron que iba a ser trasladada a Buenos Aires. El traslado fue realizado en un auto conducido por "Fibra" y además iba custodiada por otro hombre. No viajó encapuchada sino con la cabeza para abajo. Primero fue llevada al centro clandestino de detención "Club Atlético", donde permaneció unas horas para finalmente ser ingresada a la ESMA. Fue un cautiverio muy largo dado que permaneció detenida en ese lugar hasta el 8 de enero de 1979. Liliana Gardella recordó que en la ESMA volvió a ver personas que había visto en la Base Naval de Mar del Plata: Liliana Pereyra, quien finalmente tuvo su bebé en cautiverio en los primeros meses del 78, el bebé continúa desaparecido y Liliana apareció como abatida en un enfrentamiento en Mar del Plata en julio de 1978, un muchacho de apellido Casado (en diciembre de 1978) y Patricia Mancuso, también embarazada, pero en este caso el bebé fue entregado a la familia. Si bien Liliana no vio a Patricia en la Base, ella le comentó que también había estado detenida en esa dependencia en Mar del Plata. Gardella cree que el traslado de Liliana Pereyra a la ESMA fue exclusivamente a los efectos de hacerla tener su bebé. 


En la ESMA estuvo durante unas semanas en le casino de oficiales . Luego la llevaron a otro lugar para someterla a "un proceso de recuperación". En ese lugar el personal estaba uniformado y le sacaban la capucha para hacer diferentes tareas: escribir a máquina, limpiar, cebar mate. Los oficiales Sheller y Febrés la notificaban periódicamente con respecto a su situación. Mientras duró esta situación ella pudo comunicarse con su familia, e inclusive le permitieron viajar a Chaco. En una oportunidad viajó sola en un avión de línea regresando en otro avión a las pocas horas.


Entre los oficiales de la ESMA que ella recuerda figuran González (de la Policía Provincial), Sheller, Febrés, Perrén, Pernías, Astiz, Rolón y Acosta. Si bien Sheller y Febrés tomaban muchas decisiones el jefe era Acosta. En el caso de su viaje a Chaco, antes de autorizarla consultaron con Acosta. Ella sólo vio a Acosta en el momento de su liberación. 


Liliana Gardella también recordó que en la ESMA había un centro de "embarazadas" adonde ocurrían los partos. No pudo precisar las fechas de los mismos dado que todo ese período fue de gran confusión para ella. Determinados hechos le permitieron establecer una idea del tiempo, por ejemplo la llegada a la ESMA de las monjas francesas. 


De la ESMA precisó que había tres lugares de detención, "Capucha", "Capuchita", en el altillo y el sótano, que era el lugar adonde se torturaba. A veces torturaban las 24 horas del día. 


En una oportunidad un detenido le comentó que lo habían subido dormido a un avión pero que finalmente lo habían traído nuevamente a la ESMA. La fantasía de todos ellos eran que iban a ser trasladados a campos en el sur del país hasta que volviera la democracia. No era tan fácil aceptar la idea de que los traslados significaban la muerte. 




Testimonio de María Luz Montolio

El segundo testimonio correspondió a la Sra. María Luz Montolio, quien presenció el secuestro de su esposo, Adrián López. La Sra. Montolio relató que a fines de octubre –ella estaba por tener su segundo hijo- Angel Prado, militante del PST al igual que ellos, se acercó al domicilio de ambos para contarles que su esposa, Norma Huder de Prado había sido secuestrada y que temía que comenzaran a ser perseguidos. 


Posteriormente, estando ella internada en el Hospital de Comunidad a causa del parto, fueron visitados por Guillermo Berdini quien también les advirtió que debían cuidarse dado que había una persecución contra los militantes del PST. En esos días fueron secuestrados Patricia Gaitán, Elena Ferreiro, José Martinez , Gustavo Stati y Ostrowiescki. Todos los mencionado, incluso Prado y Berdini continúan desaparecidos. Por otra parte, al salir del Hospital, Angel Prado continuaba en la casa de ellos. Su marido decidió alertar a los compañeros del PST que aún estaban en la ciudad y sacarlos de Mar del Plata con un rastrojero que tenían. Ella se va a la casa de sus padres y ahí es nuevamente visitada por Guillermo Berdini, quien les dice que estuvo en la Base Naval y que con su esposa habían decidido irse de la ciudad. Les comenta además que durante su detención no había dado el domicilio de ellos. 


Preocupados por la situación es que el 8 de noviembre vuelven a su domicilio con la intención de retirar algunas cosas y mudarse. Estando en la casa llegaron varios hombres de civil que se identificaron como de la Policía. Quien daba las órdenes era un hombre bajo, rubio, y de ojos claros. Además vio a otro morocho, bajo y violento y a un tercer hombre, también morocho peor de trato más amable. Les pidieron documentos y finalmente decidieronn llevarse detenido a su esposo. La Sra. Marín, dueña de la propiedad presenció el operativo pero no pudo precisar el número de individuos, ni de autos, ni la Fuerza a la que pertenecían. La Sra. Montolio, al cabo de un rato decidió ir a la casa de sus padres. Al llegar se enteró que su esposo había llamado avisando del operativo. Hubo un segundo llamado y ella advirtió por la voz, que su esposo había sido torturado. Cuando le preguntó adónde estaba, el respondió que creía que en la Base Naval. Por otra parte Adrián López insistió con que si se comunicaba Guillermo Schilling no le dijera nada acerca de su detención. Esta fue la última vez que la Sra. Montolio tuvo noticias de su esposo. 


María Luz Montollio recordó a otros miltiantes del PST que fueron secuestados, entre ellos Nacho Moreno y Mario Rodríguez. Indicó también que Gabriel Della Valle, quien fue detenido en la Base y luego liberado, dijo haber escuchado la voz de Adrián. 


Testimonio de Mirta Hernández de Vera

La última testigo fue Mirta Hernández de Vera, quien declaró que debido al secuestro y desaparición de su marido, Rodolfo Vera el 7/11/77, militante del Partido Comunista Marxista Leninista, viajó a San Clemente con Mabel D´Amico el 30 de diciembre de ese año. Allí convivió con Silvia Roncoroni y su hijita, Oscar y Carlos Vera y Osiris Domínguez. Tiempo después volvió a Mar del Plata, habitando una casa en Caisamar junto con Silvia Roncoroni, Cristina Greco (embarazada de 8 meses) y las hijitas de ambas. Finalmente el 25 de enero llegaron de Mendoza María Elena Ferrando y Cristina D´Amico. A eso de las 23 hs., luego de la visita de Oscar Vera, irrumpieron en la casa un grupo de hombres. María Elena Ferrando, Cristina D´Amico y ella escaparon por el fondo de la casa. Las dos primeras fueron localizadas pero ella no fue descubierta. No pudo reconocer a los secuestradores, sólo vio una camioneta estacionada lejos con un hombre que daba órdenes con altavoz y a otro hombre con traje oscuro que estaba en una casa vecina vigilando. Supone que eran del GADA. Todas las mujeres permanecen desaparecidas y sabe que Cristina Greco dio a luz en la ESMA. Supo después que el 7 de diciembre, a la misma hora fueron secuestrdos en Mendoza varios integrantes del PCML, hoy desaparecidos, entre ellos Walter Domínguez y su esposa embarazada, un matrimonio de Berisso y Adriana Alcaraz y su esposo. Esa zona estaba a cargo del Gral. Maradona.

 

 

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