Lunes 16 de Mayo de 2005 

Juicio por la Verdad, Mar del Plata.

 

 

Informe Carmen Segarra (Secretaría de DDHH de A.D.U.M.)  

 


Un empleado del cementerio Parque de Mar del Plata denuncia que durante 1977 fueron enterrados cadáveres nn, "los chicos", con procedimientos diferentes a los habituales.
La liberación del abogado Bozzi, secuestrado en la Base Aérea, pretendió hacerse pasar por un enfrentamiento entre la policía y los Montoneros.En el día de la fecha prestaron declaración testimonial los señores Carlos Alfredo García, sepulturero del Cementerio Parque, y Carlos Aurelio Bozzi, abogado laboralista.



El señor Carlos García se desempeña como empleado en el Cementerio Parque desde 1977 hasta la actualidad. Particularmente en el año 1997, en su función de sepulturero tuvo que enterrar personas nn, según procedimientos diferentes a los habituales.
García recordó que durante ese año, en numerosas oportunidades llegaron al Cementerio Parque cadáveres nn que eran ingresados en carros de asalto de la Policía y que eran custodiados por efectivos de esa fuerza hasta que se producía su inhumación. Este hecho se producía tanto de mañana como de tarde. Los cadáveres ingresaban desnudos, sin cajones y eran colocados en el piso de la morgue del cementerio, que en ese momento no era la habilitada judicialmente (la morgue judicial era la del Cementerio de La Loma). Si los cadáveres eran ingresados de noche, la policía permanecía hasta la mañana custodiándolos. Estos cadáveres venían con herida de bala y sin rastros de haber sufrido autopsia. Generalmente eran jóvenes de alrededor de 20 años, muchachos y muchachas, a quien él se refería como "los chicos".
Los empleados del cementerio no veían cuando eran ingresados a la morgue, sino que directamente los encajonaban ahí en cajones provistos por la Municipalidad. El capataz del cementerio, Raúl Espinosa, decidía en que sector inhumarlos y el personal policial esperaba el enterramiento apuntando a los empleados. En ese momento el Cementerio se encontraba intervenido y los directores eran los comisarios Ruiz y Del Villar. Los casos de los otros nn, indigentes encontrados en la vía pública por ejemplo, eran manejados por la morgue judicial del Cementerio de La Loma, se enterraban con orden policial y la documentación era archivada en el cementerio. A diferencia de esto, "los chicos", como los llamaba García sólo se enterraban con una orden de trabajo que les entregaba la policía y que ellos completaban con el lugar de enterramiento, entregándola luego a la administración. García ignora el circuito que pudieron haber seguido estas órdenes y si se abrieron legajos.
García recuerda que en varias oportunidades llegaron familiares buscando algunos cuerpos, aunque ignora como consiguieron los datos. Uno de ellos fue un señor de Bahía Blanca que pudo exhumar a su hijo, quien tenía un balazo en la frente. En otra oportunidad conversó con una señora que buscaba a su hijo y a su nuera. García cree que esta señora finalmente logró sacarlos del Cementerio Parque.
García asegura que durante esos enterramientos nunca se colocó un cajón arriba de otro en una misma fosa ni se utilizaron fosas comunes. Tampoco hubo cremaciones. Por otra parte aclaró que los restos de los nn de 1977 no han sido movidos, ya que existe una orden judicial de no innovar.

A continuación prestó declaración el Dr. Bozzi, que en 1977 se desempeñaba como abogado laboralista junto con el Dr. Fresneda. Este último además trabajaba por las mañanas como herrero artístico. Ambos compartían un estudio en Independencia entre Falucho y Gascón. Este departamento pertenecía a la madre de Tomás Fresneda, quien habitaba ahí. Bozzi recuerda que el 8 de Julio de 1977 al llegar a las 17 hs. al estudio, Fresneda recibió un llamado telefónico y se retiró. A las 18.50 aún no había regresado, pero Bozzi junto con un amigo de Fresneda, "Pichi", que se encontraba en el estudio, decide retirarse. Bozzi recuerda que al mirar por la ventana le llamó la atención el poco movimiento que había en la calle Independencia. Sólo vio a una persona de sobretodo yendo y viniendo por la vereda. Cuando abrió la puerta de calle, vio una pistola que lo apuntaba a la cabeza. Lo obligaron a subir nuevamente al departamento, le taparon la cabeza con la capucha de su abrigo y comenzaron a interrogarlo acerca de Fresneda y su esposa. Al revisarlo, encontraron en su cartera cheques y dinero de un cliente y se los robaron. El jefe del operativo, antes de retirarse le preguntó si conocía a Arestín, le pegó dos trompadas y le dijo "te vamos a hacer juicio revolucionario, porque por burgueses como vos mueren muchos compañeros". Como empezaron a sonar los teléfonos este oficial se puso muy nervioso y rompió uno de ellos. El otro seguía sonando en la habitación de la madre de Fresneda, pero Bozzi le pidió que no entrara, ya que la señora se encontraba enferma. De pronto Bozzi oyó la voz de Fresneda quien dice que es a él a quien estaban buscando. Al rato vio que junto a Fresneda estaba su señora, Mercedes Argañaraz de Fresneda y los dos pequeños hijos del matrimonio. Mercedes acostó a los niños junto a su abuela y después de un rato los sacaron a todos a la calle.
Los subieron a una camioneta que Bozzi reconoce como de la Fuerza Aérea y los ponen a Fresneda adelante y a él atrás. Cuando Bozzi se movía hacía sonar una alarma del vehículo, episodio que ocurre dos veces. Mientras los trasladaban, Bozzi vio acercarse un vehículo con una luz roja y blanca, que se detuvo para preguntar si todo iba bien. Avanzaron por Gascón hasta la ruta, doblaron primero a la izquierda y luego a la derecha y bajaron en un lugar arbolado. Allí había un Chevrolet 400 azul y el hombre de sobretodo esperando. A Tomás y a él les ponen una capucha y continúan por la ruta. Hasta ese momento el trato había sido correcto. Finalmente los bajan en un lugar en el que se escuchan voces y autos. Quedaron frente a una escalera y les preguntan acerca de sus ideologías. Fresneda responde que era socialista, a lo que le contestan "sos del ERP". Bozzi se reconoce como cristiano y le responden "Ah! Montonero". Los introducen en una pieza subterránea, con piso de madera, a la que accedieron bajando una escalera, quedando Fresneda a su derecha. Bozzi se encontraba atado con una soga que le impedía moverse. En un momento les dicen que se porten bien porque ese día no querían matar a nadie. A las 12 de la noche se oyó el Himno Nacional, ya que se iniciaba el 9 de julio. Luego apagaron la radio y pudo oír la voz de la esposa de Fresneda que le preguntaba a Tomás si estaba bien. Bozzi está convencido de que estaban solos y quiere escaparse, pero Fresneda lo hace desistir de esta idea. En un rincón de la habitación en la que se encontraban, ven un pulóver beige manchado de sangre y manchas de sangre en la pared. Fresneda estaba seguro de que a él y a su esposa los iban a matar.
A la mañana siguiente, le dijeron a Fresneda "tapate la cara", ya que se había sacado la capucha, lo golpearon mucho y lo esposaron. Estaba muy nervioso. Al testigo le sacaron las ligaduras. Les trajeron mate cocido en una vajilla enlozada, sin identificación, y luego les dieron de comer. La comida la traían dos mujeres que cantaban muy bien.
En ese lugar había una cocina, otra piecita con una cama con manta y una capucha sobre ella y un baño con 4 compartimentos, en el que nuca vio rastros de nada.. El 10 de julio bajaó un guardia que les dijo que iban a tener visitas. Ambos fueron interrogados y Fresneda dijo ignorar por qué están detenidos y que ambos eran abogados laboralistas. En un momento Fresneda le dijo que había amigos que los iban a ayudar, pero Bozzi no supo a que se refería. Les dijeron que se quedaran tranquilos, que estarían allí algunos días. Fresneda se animó. Al día siguiente los volvieron a interrogar: primero a Mercedes, luego a Tomás y por último a él. Bozzi relata que lo pusieron arriba de una mesa a la que lo ataron con cables. Le preguntaron datos personales y familiares y qué pensaba acerca de la violencia. Cuando lo regresaron nuevamente a la pieza Tomás le dice con alegría que iba a ser liberado y que él y su esposa saldrían un poco más tarde. Bozzi recuerda que en esos días dormía profundamente y que a los 2 ó 3 días de ese interrogatorio, al despertarse vio que Tomás y Mercedes ya no estaban con él. El estaba preocupado por su ausencia. Una vez escuchó la voz de Fresneda pidiendo ayuda porque se sentía mal y luego a una de las mujeres diciendo "qué susto, casi se muere". Entre el 12 y el 14 de julio apareció alguien que lo pateó y le dijo que no mirara. Entre dos lo arrastraron hasta un lugar que Bozzi creyó en el exterior. Lo sentaron sobre algo húmedo. El creyó que estaba en la caja de una camioneta, pero cuando se animó a mirar se dio cuenta que estaba en otra habitación con piso de baldosas, sobre una colchoneta orinada. También vio que había un baño como de club, que se encontraba muy limpio.
Un día en el que transmitían un partido de Boca, oyó que un guardia preguntaba por la "mina que habían traído anoche". "Ya se calmó", contestó otro. Bozzi pudo reconstruir que ese partido de Boca fue el 14 de julio, así como relacionar posteriormente a partir de listas de desaparecidos, que se pudo tratar de Marta Vázquez y su esposo Néstor Enrique García, ambos abogados, secuestrados el 13 de julio de 1977. Un guardia le comunicó que en 24 ó 48 horas iba a tener novedades y es llevado nuevamente a la pieza en la que había sido interrogado inicialmente. Lo sientan en un banco y le dicen que les había mentido porque no había contado que había sido el editor de la revista Planteo. También le dicen que ellos son Montoneros, que habían regresado al país para luchar contra los militares y le preguntaron si se quiere unir a ellos trayendo armas desde Uruguay a través del padre. También le dijeron que si la Policía lo interrogaba debía decir que había estado en un lugar con ascensores y que lo liberarían en La Plata. Bozzi supuso que esto puede tener alguna relación con la ESMA, ya que años después se enteró que dicho centro clandestino de detención contaba con ascensores. Después de esto le dijeron "gritá Perón o muerte" y otro dijo "dejá que vienen los militares" y lo metieron dentro del baúl de un Falcon. Le sacaron la capucha, le pusieron tapones en los oídos, lo vendaron y lo arrastrron hacia fuera. El primer tramo del camino que recorren era de tierra, luego entraron bruscamente en el asfalto. A pesar de los tapones en sus oído, escucha que en el auto hay una mujer, alguien que conduce y otra persona más que cuchichea. De pronto, el coche giró bruscamente a la derecha, derrapó y se detuvo. El que manejaba dijo sorprendido "qué pasa". Las puertas se abrieron, escuchó tiros que parecían de escopeta,. Ttambién oye que alguien sale corriendo, que se disparan 4 tiros, y que alguien cae en el asiento de atrás del auto. Pudo escuchar tres quejidos. Después de un rato oyó una sirena y ruido de trote de caballos. Alguien abrió el baúl del auto, adonde él continuaba atado y vendado. Una persona le preguntó que hacía ahí y un oficial lo obligó a pararse en el medio de la calle. El que lo apuntaba se mostraba nervioso y se le caían los cartuchos al suelo todo el tiempo. Volvieron a preguntarle que hacía en el baúl y le piden los documentos. Alguien dijo que se trata de uno de los abogados que estaban buscando hace cuatro días y le preguntaron si quería identificar dos cadáveres que había en el auto, a lo que Bozzi se niega. Había otro muerto tirado en el pasto. En ese momento se detuvo un auto y una persona que lo conocía (cuya identidad el testigo reveló en audiencia privada), quiso hablar con el oficial, pero le ordenaron que se fuera y así lo hizo. Lo llevaron hacia una camioneta y pudo ver un casco con una hendidura y un soldado con la frente herida. De ahí lo condujeron al GADA, adonde le comunicaron que "el ejército argentino no mata a nadie". Le tomaron declaración y le dijeron que el coronel Arrillaga lo quería ver. Antes de retirarse fue al baño y vio al oficial herido, quien le dijo que su herida era leve y que se encontraba bien. También le comunicaron que sus padres estaban ahí y que como su padre había tenido un pico de presión, se retire manejando él. Arrillaga le había avisado a su padre que él había sido secuestrado por Montoneros y cada tanto lo llamaban para decirle que se quedara tranquilo.
Bozzi relató que hasta el año 1984 nunca supo adónde estuvo detenido. Pero que a partir de la información obtenida en el Juicio a las Juntas Militares, pudo ir haciéndose una idea acerca de la responsabilidad de la Fuerza Aérea en su secuestro, ya que recordaba el sonido cercano de aviones que aterrizaban y despegaban, que en una oportunidad pudo ver a través de los postigos aparatos con relojes y manómetros, además de que se prendían periódicamente ventiladores poderosos. Esto lo hace suponer que estuvo en el centro clandestino denominado "La Cueva", situado en el predio del aeropuerto.
También relató que dado lo confuso del episodio de su liberación, dudó mucho tiempo respectó de la veracidad o no del enfrentamiento que parecía haber ocurrido en ese momento. Recordó que en el diario La Capital del 19 de julio de 1977 salió un comunicado de la Fuerza Aérea diciendo que había habido un enfrentamiento entre los Montoneros y dicha fuerza, en donde mueren tres individuos nn y Bozzi es liberado. Dicho comunicado informaba que Bozzi, Centeno y Fresneda y su esposa habían sido secuestrados por los Montoneros. Bozzi supo posteriormente que el Falcon en el que había sido liberado pertenecía al Dr. Centeno, quien finalmente fue asesinado. Fresneda y su esposa, embarazada, continuan desaparecidos. A su vez, dos días después de su liberación, tuvo la oportunidad de hablar en el aeropuerto de Bs. As con Oscar Gastiarena, periodista del mismo diario, quien había cubierto la noticia en el lugar y que describió a la mujer muerta como "una chica morocha de pelo largo y campera negra". Sospecha que el tiroteo y el tercer hombre muerto, se produjo por algún enfrentamiento entre las mismas fuerzas, debido la sorpresa demostrada por el conductor del Falcon.

Tiempo después, al desarchivarse los registros secretos de los servicios de inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, pudo comprobar que todo había sido planificado por las fuerzas de seguridad para tapar el secuestro de los abogados laboralistas en la llamada "Noche de las Corbatas", y que las dos personas que estaban muertas dentro del auto, habían estado detenidas en La Cacha y traídos especialmente para el simulacro (el testigo reveló en audiencia privada su identidad). Por la investigación que está llevando adelante la Cámara Federal de La Plata, se sabe que dichas personas fueron secuestradas el 28 de junio de 1976 en La Plata. Ambos fueron vistos por sobrevivientes que declararon en Juicio por la Verdad en La Plata, en el centro clandestino de detención La Cacha. Evidentemente esta información demuestra que ambos fueron trasladados a Mar del Plata y posteriormente se simuló su muerte en un enfrentamiento. Bozzi aclaró que uno de estos dos secuestrados era un joven soldado.

 

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