Lunes 30 de Mayo de 2005 

Juicio por la Verdad, Mar del Plata.

 

 

Informe Carmen Segarra y Mailena Martínez Crovetto
(Secretaría de DDHH de A.D.U.M. y Comisión de Prensa Juicio por la Verdad)

 


Nuevos testimonios acerca de inhumaciones de nn en el Cementerio Parque de Mar del Plata.
En la audiencia del día de la fecha prestaron declaración testimonial los señores Jorge Ricardo Sommi y Próspero Daniel Pepe, empleados del cementerio local.



En primer lugar declaró el Sr. Jorge Sommi, quien ingresó como empleado a la Municipalidad de General Pueyrredón en 1976, siendo trasladado al cementerio Parque en agosto de 1977 como supervisor administrativo.

El Sr. Sommi relató que luego del golpe militar de 1976 el Cementerio Parque fue intervenido, quedando su dirección en manos de los comisarios Del Villar y Ruiz. También aclaró que en esa época la presión a la que eran sometidos los empleados fue muy grande. Los empleados hablaban poco, ya que entre ellos había personas de las que no se sabía bien que función cumplían. Según palabras de Sommi eran épocas en las que la vida humana valía muy poco.

Sommi fue interrogado acerca de los procedimientos habituales para inhumar cuerpos nn, por lo que detalló que la documentación requerida incluye el pedido de inhumación realizado por asistentes sociales o fuerzas de seguridad según el caso, una licencia de inhumación otorgada por el Registro Nacional de las Personas, previa presentación a dicha repartición de un certificado de defunción firmado por un médico, y una orden de inhumación emitida en el propio cementerio. Sommi también relató que en el caso de los nn, antes de la inhumación deben tomarse las huellas dactilares, y que en muchos casos posteriormente llega al cementerio la identificación de la persona fallecida.

Cuando se lo interrogó particularmente sobre las inhumaciones ocurridas durante la dictadura, declaró que los cuerpos llegaban a la morgue de día y de noche. Las fuerzas intervinientes eran la Policía de la Provincia y el Ejército, no recordando que participaran otras fuerzas. Los cuerpos eran transportados por ambulancias, aunque ocasionalmente vio algún camión de los que habitualmente transportan personal militar. El personal que recibía los cuerpos (que ingresaban por la morgue), no firmaba ningún documento a las fuerzas de seguridad. La dirección del cementerio les pasaba un informe acerca del lugar adonde habían sido inhumados y esta información también era anotaba por el interventor de turno en un cuaderno. Para todos estos casos también se contaba con la licencia de inhumación otorgada por el Registro Nacional de las Personas y resaltó que los certificados de defunción eran firmados en la mayoría de los casos por dos médicos de policía, aunque no podría aclarar en que lugar físico dichos médicos realizaban la constatación del fallecimiento. Sommi recordó haber vistos médicos en el cementerio, pero nunca haciendo reconocimiento de cuerpos. Todo el procedimiento, desde la llegada de los cuerpos hasta la inhumación era muy rápido. No supo que hubiera sido inhumada ninguna mujer embarazada.

Pese a que posiblemente un enfermero de policía les tomaba las huellas dactilares a estos nn, no recordó que durante la dictadura militar llegara información alguna acerca de la identidad de los inhumados. Aclaró que a pesar de las irregularidades de la época, la documentación respecto de estos casos fue bastante completa y aseguró que siempre se inhumó un sólo un fallecido por sepultura. Aunque aclaró que en los legajos que actualmente hay en el cementerio no figura la planilla con las huellas dactilares de estos nn. También recordó que los comisarios tenían un cuaderno en el que volcaban todos los detalles respecto de estos casos, incluyendo la vestimenta que tenían los fallecidos. Esa información era aportada por el capataz del cementerio, que era quien procedía a inhumar los cuerpos. Cuando se le preguntó acerca de dicho cuaderno, aclaró que el mismo desapareció cuando finalizó la intervención en el cementerio.

Con respecto a la localización física de estas inhumaciones relató que ocurrieron en el sector D, que recién se inauguraba, y el B, lindante con el D. Ante un requerimiento respecto de inhumaciones que ocurrieron en el sector E, Sommi aclaró que ese sector no estaba inaugurado oficialmente en el año 1977, pero que el capataz pudo haberlas realizado ahí de todas formas.

Sommi relató que en varias oportunidades llegaron al cementerio familiares con fotos, pero dado que sabían que los interventores eran comisarios, sólo hacían preguntas a los empleados. Sin embargo él nunca pudo aportar ningún dato, ya que por el tipo de tareas administrativas que realizaba, nunca estaba en contacto con los cuerpos de los fallecidos.

Cuando se le preguntó acerca de si existieron otros lugares donde pudieron ocurrir enterramientos, Sommi dijo que no le constaba. Pero que se corrían rumores acerca de que los cuerpos que luego eran llevados al Cementerio, eran levantados en el Monte Terrabusi, predio lindante al cementerio.

Al cesar la intervención se hizo cargo de la dirección el Sr. Moncada, quien era empleado desde 1968.

Aclaró que debido a una orden judicial de no innovar ocurrida en el año 1986 ó 1987, muchas tumbas nn de aquella época no fueron exhumadas, por lo tanto Sommi sugirió que para avanzar en esta investigación debería pedirse la exhumación de las mismas y que su localización puede ser en los sectores B, D o E. También sugirió analizar los certificados de defunción, ya que los mismos están firmados por médicos.
 



A continuación prestó declaración testimonial el Sr. Pepe, quien ingresó a la Dirección Municipal de Cementerios en el año 80 y al cementerio de La Loma en 1982. Pepe volvió a describir cual es el procedimiento habitual para proceder a la inhumación de nn y que la documentación exigida consta de un pedido de inhumación, una licencia de inhumación y de la orden emitida por el cementerio. También aclaró que en aquella época la morgue judicial funcionaba en el cementerio de La Loma, pero que actualmente funciona en el Cementerio Parque. También aclaró que tanto los médicos como los enfermeros de la morgue no pertenecen al cementerio sino que son personal policial. Los certificados de defunción habitualmente son tramitados por las cocherías, pero en los casos de los nn, los mismos se realizan en la morgue judicial y siempre deben estar firmados por un médico.

Frente a algunas preguntas que le fueron realizadas acerca de lugares en los que probablemente se levantaban cadáveres en la época de la dictadura, dijo que había rumores de que esto ocurría en el Monte Terrabusi, el parque Camet y Playa Grande.

 

 

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