Lunes 5 de Septiembre de 2005 

Juicio por la Verdad, Mar del Plata.

 

 

Informe Carmen Segarra y Mailena Martínez Crovetto
(Comisión de Prensa Juicio por la Verdad)

 


Declaran enfermero y médicos de la policía. Más olvidos que datos. Se sigue reconstruyendo el destino de los desaparecidos.
 


En el día de la fecha prestaron declaración testimonial el enfermero Roberto Gazzo y los médicos Carlos E. Petry y Jorge D. Picardo

En primer lugar declaró el enfermero Roberto Gazzo, quien se desempeña como eviscerador en la morgue desde 1977 hasta la actualidad. Gazzo explicó que durante los años de la dictadura militar, la morgue funcionaba en el cementerio de La Loma. De acuerdo a su relato, él era llamado a concurrir a la misma cada vez que los médicos de la Policía decidían realizar una autopsia. Cada comisaría tenía su médico y había sólo dos evisceradores, él y Horacio Ortiz. En esas oportunidades los cadáveres ya se encontraban depositados en la morgue. Los abogados de los organismos de DDHH le preguntaron si recordaba, en los casos de autopsias realizadas a nn durante la época del terrorismo de Estado, un aumento en el número de NN fallecidos por muerte violenta. Gazzo dijo no recordarlo. Tampoco recordó signos de torturas en los cuerpos ni autopsias colectivas, debido a varios fallecidos nn en un mismo hecho. El Juez Falcone le preguntó con firmeza si nunca conversó con los médicos acerca de los casos de muerte violenta que comenzaron a llegar a la morgue a partir de 1977. Le recordó que en la jurisdicción se denunciaron al menos 400 casos de desaparición de persona, muchas de las cuales sufrieron muerte violenta por lo que es probable que hayan pasado por la morgue del cementerio. Gazzo dijo no recordar nada. Afirmó que en el momento de las autopsias sólo se encontraban él y el médico. Ocasionalmente podía haber un policía, pero nunca personal del ejército. El juez Falcone le mencionó que el Dr. Baillieau testimonió en otra audiencia del Juicio por la Verdad, que tuvo que firmar el certificado de defunción de 5 cuerpos, bajo órdenes del Ejército, sin poder realizarles las autopsias. Gazzo insistió en que nunca vio al ejército en la morgue. Posteriormente el Dr. Sivo, representante de los organismos de DDHH le leyó un acta de defunción en la que consta el deceso de un NN por estallido de cráneo. Gazzo, reconoció que este sería un caso de muerte violenta y que hubo un mayor número en los años del terrorismo de estado. Se le volvió a preguntar si no recordaba algún caso en particular y volvió a decir que no. El Dr. Sivo le preguntó si a partir de 1983, cuando comenzaron a tener mayor difusión los hechos de terrorismo de estado perpetrados por el gobierno militar, nunca había asociado alguna de esas muertes violentas a estos hechos. Gazzo dijo que no, aclarando que él no tenía tiempo de mirar televisión como para enterarse de lo que había ocurrido. Tampoco recuerda rastros de picana, ni cadáveres sin uñas ni falanges, ni edades de las víctimas.
 


A continuación prestó declaración testimonial el Dr. Petry, quien se desempeñó como médico legista en la policía desde 1976 hasta 1983.El Dr. Petry confirmó que él extendía certificados de defunción, que iba al lugar adonde se encontraban los cuerpos o directamente a la morgue, adonde realizaba la autopsia. En el lugar del hecho solía haber policía, ejército, parapoliciales o paramilitares (sin uniforme). El Dr. Petry afirmó que en los casos de defunción por muerte violenta siempre realizó autopsias. Los abogados representantes de los organismos de DDHH le manifestaron que en muchas actas de defunción de tipo colectiva, figuraba su nombre. Entre los ejemplos citaron un acta en la que figura el certificado de defunción, firmada por él, de 4 cuerpos, de los cuales dos se identificaron posteriormente como Fernando Judi y Rosa Ana Frigerio. El Dr. Petry no recordó este caso en particular. Sí recordó un caso ocurrido en una casa cercana a la Villa Olímpica, en donde en una cama había un cadáver con 32 impactos de bala. A su juicio dicha persona debió ser ametrallada mientras estaba en la cama. Era un hombre morocho, de no más de 30 años. Petry supone que el hecho había ocurrido sólo unas horas antes. Posteriormente realizó la autopsia en la morgue.

También se le informó que existen tres actas de defunción, con fecha 18 de noviembre de 1977, en las que él firma los respectivos certificados de defunción. En una noticia periodística publicada en el diario La Opinión, el 23 de noviembre de ese mismo año, se habla de tres personas que aparecen muertas identificadas como Yanni, Caballero y Changazo. El Dr. Petry no sabe como se realizó la identificación, pero dijo que no estaban previstos los mecanismos administrativos como para que él se enterase de la identificación posterior de un NN.

Finalmente se le informó de otros dos hechos ocurridos el 14 y el 15 de julio de 1977. En las actas se reporta la muerte de seis personas, en Barranca de los Lobos y en Chapadmalal. La causa de muerte en los primeros casos fue paro cardiorrespiratorio y en los otros tres, trauma cráneo encefálico. El Dr. Petry recuerda haber asistido solamente a la Barranca y haber observado más de un cuerpo, que uno de los muertos portaba una capucha y que había otro cadáver abajo, en la costa. Los restantes estaban arriba. Las autopsias revelaron que se trató de muertes violentas, todos ejecutados por armas de fuego a corta distancia. No recuerda haber asistido a Chapadmalal, aunque pudo haber realizado todas las autopsias en la morgue. Recuerda que en este caso, se trató de todas personas jóvenes. No recuerda haber visto cadáveres devueltos por el mar, ni con las manos atadas, ni ninguna fisonomía en particular. Al testigo se le mostró la fotografía de una mujer de apellido Yantorno, que fue asesinada en el episodio de los seis cuerpos y posteriormente identificada, pero no la reconoció. En ese episodio también se identificaron a Liliana Pereyra y María Cristina Garofolli. También se le preguntó si se analizaba si las mujeres NN tenían signos de haber dado a luz y contestó que de rutina no se constataba que hubiesen estado embarazadas.

Petry explicó que en los casos de muertes violentas siempre hizo autopsias, no habiendo firmado ningún certificado sin realizarlas. Recordó un caso en la playa de Mar Chiquita, donde se encontró un cadáver enterrado en la arena, que fue sacado por los bomberos. La muerte se había producido por politraumatismo craneal por arma de fuego a corta distancia. Alguien le dijo en ese momento que se trataba de una docente universitaria. (María del Carmen Maggi desaparecida en mayo de 1975. Su cuerpo fue hallado el 23/3/76). Se le consultó sobre dos cadáveres cuyas autopsias realizó en junio de 1976, encontrados en la costa y reconocidos con posterioridad como Nario y su esposa Liliana Pachano. Allí certificó que la muerte databa de 25 a 35 días antes y que había sido por traumatismo craneal por arma de fuego a corta distancia. La identificación posterior se hizo en La Plata por remisión de las manos de los fallecidos. También describió un caso en las cercanías del balneario Luna Roja, a unos 100 m de la ruta 11. Fue citado por personal policial en horas de la noche y concurrió con el enfermero Emilio Ituarte. Dijo que era un espectáculo “dantesco”. Una explosión había destruido la casa y quedaron los restos de cuatro mujeres y un hombre. Estaban los bomberos y alguien le dijo que había sido “un enfrentamiento entre subversivos”, no recordó si había personal policial. Explicó que el resultado de las autopsias se registraba en el libro de Medicina Legal que quedaba en el Cuerpo Médico de la Policía y reconoció el libro que le exhibió el Fiscal como el que quedaba en la morgue, que no le quedaban copias de los resultados. Dijo que nunca vio militares en la morgue ni nadie le dio indicaciones sobre qué hacer y que nunca fue requerida su presencia por el Poder Judicial, salvo una sola vez, por el Dr. Hoft. Se le solicitó al testigo hacer reconocimiento “in situ” de los lugares antedichos, lo cual aceptó.

 

El siguiente testigo fue el Dr. Jorge Daniel Picardo, médico de la Policía de la Provincia de Bs As entre 1975 y 2004. Su tarea hasta 1979, fue en el área médico asistencial, concurriendo a las autopsias cuando se lo requería el jefe del cuerpo médico y en la mayor parte de los casos, como aprendizaje. Luego de 1979, se desempeñó como médico forense. Recordó que siempre había personal de guardia del Ejército en la morgue, pero que no presenciaban las autopsias y que nunca supo quién traía o retiraba los cuerpos. Se le consultó sobre un caso ocurrido el 29/6/77 en Parque Camet, dado que él certificó la muerte de dos personas de sexo masculino que posteriormente fueron identificadas, pero no recordó el hecho. Tampoco recordó específicamente haber visto cadáveres NN con signos de tortura ni maniatados desde 1979, cuando ya estaba a cargo de las autopsias.

 

 

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