Autos Nº 49.167-M-2566
“Manrique, Alfredo M. y otros sobre desaparición"
   
 


Laura Noemí Terrera de Manrique, Rebeca Celina Manrique Terrera, y Alfredo Mario Manrique

 

 

Resumen del caso suministrado por el MEDH Mendoza

 

Los datos:

Alfredo Mario Manrique, nacido el 02 de Enero de 1953, en San Juan, hijo de Alfredo Nicolás Manrique y de Celia Gil. Cursaba en 1977 el último año de la carrera de Ciencias Económicas.

Laura Noemí Terrera de Manrique, nacida el 01 de Junio de 1956 en Mendoza, hija de Isidro Ramón Terrera y de Vicenta Scala, en 1977 tenía la profesión de Maestra.

Se habían casado el 29 de junio de 1975. Vivían y trabajaban en Mendoza.

La hijita de ambos, Rebeca Celina Manrique Terrera, nacida el 08 de Noviembre de 1976 en Mendoza, D.N.I: 25.356.760.

Alfredo tenía 23 años y Laura, 21 años. Los dos eran militantes de la Juventud Peronista, organización Montoneros, donde integraban un grupo de Prensa y Propaganda.

El matrimonio Terrera Manrique, viajó con su pequeña hija a San Juan para visitar a los padres y hermanos de Alfredo. Regresaron a Mendoza el día 24 o 25 de julio de 1977 en un colectivo de línea. Al llegar a la terminal de ómnibus de Mendoza se perdió el rastro de los tres, quienes sin dudas fueron secuestrados por personal de un “grupo de tareas”. Desde ese momento se encuentran desaparecidos.

A la incansable búsqueda de las familias Manrique-Terrera, iniciada a pocas horas del secuestro, años después se sumó el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos de Mendoza.

La causa judicial

En 1985, la justicia promovió las causas penales por la búsqueda de todos los desaparecidos de Mendoza, y entre ellas la de la familia Manrique-Terrera. Con motivo de la sanción de las Leyes de Punto Final y Obediencia Debida las investigaciones judiciales fueron paralizadas. La Justicia Federal de Mendoza no continuó con la búsqueda de la niña secuestrada, a pesar de que la apropiación de menores no se encontraba comprendida en las leyes de impunidad.

Con motivo de la nulidad de aquellas leyes de impunidad el MEDH Mendoza junto a la familia Terrera promovió la nueva querella en demanda de justicia: por la desaparición de la flia. Manrique-Terrera y la búsqueda de Rebeca Celina quien probablemente estaría viviendo con una falsa identidad.

La búsqueda

El MEDH Regional Mendoza, mediante sus abogados, es querellante ante el juzgado Federal Nº 1 de Mendoza, donde radican todas las causas cuya jurisdicción corresponde a esta ciudad y sus Departamentos aledaños provenientes de las violaciones a los DDHH cometidas por la dictadura militar. 

De ellas, unas 25 causas son impulsadas por el MEDH y nuestros abogados son apoderados de la mayoría de los familiares de los detenidos-desaparecidos por quienes se reclama en las mismas. 

Una de estas causas penales es la nº 067 – F que corresponde a la familia Manrique-Terrera, abierta en 1986 a impulso de la Secretaría de DDHH de la Nación, cerrada por las leyes de punto final y obediencia debida, y actualmente con la nulificación de las mismas reimpulsada hace dos años mediante la correspondiente querella presentada en forma conjunta por el MEDH y la familia Terrera.

Sobre la suerte corrida por esta familia se carecía de datos y aún de indicios pues ningún ex preso político había testimoniado sobre el posible paso por lugares de detención, y tampoco se conocen testigos presenciales del secuestro. Todo lo que se sabía era que Laura Terrera, su esposo Alfredo Manrique y Celina, la hijita de ambos de 8 meses de edad, habían realizado un breve viaje a San Juan y el día 25 de julio de 1977 regresaron a Mendoza y desde la Terminal de Ómnibus se perdió todo rastro de ellos. 

En todas sus actividades públicas, el MEDH, como integrante de la Red Nacional por la Identidad, muestra un cuadro (panel) con la fotografía de Laura Terrera (la madre) y la de la bebé, esta última tomada poco tiempo antes de su secuestro. 

Esta misma foto se publica en diarios y TV siempre que se tiene la oportunidad. En septiembre del año 2005 se reactivó la causa mediante la presentación de una nueva querella, ahora en el contexto de las leyes actualmente vigentes. Tanto las familias Manrique y Terrera como el MEDH, hemos mantenido la convicción de que la niña estaba con vida y bajo otra identidad. Es por eso que le dimos publicidad al tema todas las veces que estuvo a nuestro alcance esperando que ella misma, u otras personas, nos aportaran datos de utilidad para encontrarla.

Fue así que una persona que vio las fotos en diarios, y que sabía que en determinada familia había una joven que ignoraba ser adoptada y respondía temporal y fisonómicamente a la posibilidad de que fuera Celina, envió sus dudas a la Red por la Identidad y por esta vía la tomó el MEDH, iniciando un período de contactos y de comparación de datos.

El 1º de febrero de 2007, el MEDH presentó los datos reunidos en dicha investigación al Juzgado Federal Nº 1 de Mendoza donde radica la causa judicial.

En una audiencia celebrada por el Juez con la joven apropiada, con la presencia de la abogada de ella y de los abogados querellantes, ella accedió voluntariamente a hacerse el examen de ADN a través de la CONADI con sede en Buenos Aires. En esta ocasión viajó a Mendoza para entrevistar al Juez y conversar con el MEDH, la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela Carlotto.

El resultado del análisis confirmó en un 99,997% que la joven es hija de Alfredo Manrique y Laura Terrera. Celina está viva, es una mujer sana con una vida sana, instruida, con todos los proyectos de futuro que son propios de una joven íntegra, los cuales no se verán frustrados por el conocimiento de su verdad biológica e histórica. Abuelas recuperó así, el 13 de Marzo de 2007 a la nieta nº 87.

Para las familias Terrera y Manrique se encuentra cumplido el objetivo central de su larga búsqueda. Falta hallar los restos de sus padres de cuyos jóvenes y amorosos brazos fue arrebatada hace casi 30 años. 

A partir de ahora Rebeca Celina dejó de ser una joven desaparecida y comienza un camino de reconstrucción de su verdadera identidad y de reencuentro con su familia biológica. Esto, aún no se ha producido. Aún viven las dos abuelas y tanto ellas como tías/os y primas/os esperan que los tiempos de reacción de Celina ante cambios tan profundos, se cumplan y le permitan querer conocer a esas personas que han sufrido durante tantos años por su injustificable ausencia, y que guardan para ella un gran amor familiar.

Para cerrar el duelo hay tiempo, por ahora celebramos la vida.

 

  

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