De Francesco, Carlos Alberto

La Plata, 25 de Noviembre de 1998


  

En la ciudad de La Plata, Capital de la Provincia de Buenos Aires, a los veinticinco días del mes de noviembre de mil novecientos noventa y ocho hallándose reunida la Cámara Federal de Apelaciones del circuito, encontrándose presentes el Señor Presidente, Dr Leopoldo Schiffrin, y los Señores Jueces Víctor Reboredo, Antonio Pacilio y Carlos Alberto Nogueria, con la asistencia del Secretario Actuante, y dejándose expresa constancia que también se encuentran presentes el Sr Defensor Oficial, Dr Ricardo Alberto Gonzalez, en representación de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos La Plata, los Dres Marta Vedio y Claudio Abalos, comparece una persona previamente citada a quien en este acto se la impone por secretaría de las penas con las que la ley castiga el falso testimonio de acuerdo al art. 275 del Código Penal (conforme art. 295 C.P.M.P), quien seguidamente presta legal juramento de producirse con veracidad en todo lo que supiere y le fuere preguntado. Interrogado por sus circunstancias personales manifiesta llamarse Carlos Alberto De Francesco, ser de nacionalidad argentina, de 54 años de edad, de estado civil casado, con profesión u ocupación farmaceútico, quien se domicilia en la calle Moreno n 177 de la ciudad de Adolfo Gonzales Chaves , Provincia de Buenos Aires , acreditando su identidad mediante Cédula de Identidad Policía Federal Argentina N8.604.783,. haber nacido el día 25 de agosto de 1944, en la ciudad de Gonzáles Chaves , Provincia de ........................... , resulta ser hijo de Reimundo De Francesco y de Casilda Nélida Tavelli - Acto seguido se le entera de las generales de la ley, las que explicadas manifiesta que le comprenden. A continuación se le entera del contenido de esta causa y DECLARA:- Al margen de esta realidad puntual, quisiera aportar -si el Tribunal lo considera pertinente- un testimonio que brindé, a pedido de la Asociación de Ex Detenidos al Juzgado Central de Instrucción N 5 de la Audiencia Nacional Española, sumario 19/97. Tengo aquí una copia -si lo consideran pertinente- donde doy detalles de unas cincuenta personas. Estuve detenido a partir del 9 de diciembre de l976 hasta fines de abril de l977. Cuando fui detenido me llevaron a lo que después supe era el centro de Arana, donde se hacían los interrogatorios mediante torturas, después de unos días de permanecer allí me llevan a otro centro de detención, que después pude establecer que era la comisaría 5. Allí estuve detenido en varias celdas, estaban contiguas, y en una de esas celdas tuve contacto con el detenido Williams que vino con un grupo de personas. Es decir, vi, aproximadamente a unas 200 personas. De muchas de ellas he olvidado los nombres y datos personales, porque venían por grupos. En uno de ellos, llegó Williams. Lógicamente cuando venían grupos, los que estábamos en una celda común, el número de personas fluctuaba porque las celdas eran muy estrechas y precarias, estábamos obligados a convivir y cuando alguien llegaba uno trataba de averiguar quién era y ver si había alguna noticia de la familia de uno. En este caso, al mencionarme él su apellido, yo inmediatamente lo relacioné con la hermana que yo conocía y él me confirmó que era hermano de ella. Además, tenía un parecido físico importante con su hermano varón. Eso también corroboraba mi parecer.

Dr. SCHIFFRIN..- En primer lugar, ¿en qué fecha lo trasladan a usted a la comisaría 5?

Sr. DE FRANCESCO.- Después que fui interrogado en Arana, estimo que estuve un lapso de entre cinco y diez días en Arana. Así que, fue unos días antes de Navidad, tal vez el 15 ó el 20. En primer lugar, estuve en una celda grande donde permanecimos tal vez unos diez o quince días, en la comisaría 5. Para más o menos Navidad, nos pasaron a una celda más chica que fue donde estuve la mayor parte del tiempo detenido. Fue en esa celda chica, que tenía adelante un baño. Es decir, estaba compartimentada: había una celda, sin ventanas, con una sola puerta que daba a un pequeño palier -digamos- donde había un baño y ahí había otra puerta que daba al patio de la comisaría. Esta celda ha sido descripta por otros detenidos.

Aparte, a ese baño, eran conducidas las mujeres que estaban prisioneras para que se higienizaran y, a través de esa puerta que comunicaba, gracias a la colaboración de algunos de los carceleros, que eran policías, podían comunicarse con sus maridos que estaban detenidos en esa celda.

Sr. SCHIFFRIN.- ¿Usted lo vio a Williams en esa situación?

Sr. DE FRANCESCO.- No puedo precisar con exactitud la fecha en que llegó Williams. Pero estimo que ha sido durante el mes de enero o podría haber sido hasta principios de febrero. Porque era una circulación contínua de gente y salvo algunos casos puntuales donde yo puedo explicar alguna referencia, me resulta a veces difícil fijar con precisión los días. No sabíamos bien en qué días vivíamos.

Sr. SCHIFFRIN.- ¿Fue entre enero y febrero?

Sr. DE FRANCESCO.- Sí, después de Navidad seguro.

Sr. SCHIFFRIN.- Bien pudo ser por enero.

Sr. DE FRANCESCO.- Sí, bien pudo ser por enero.

Sr. SCHIFFRIN.- ¿Cuando desaparece usted, queda en la 5 y a Williams se lo llevan?

Sr. DE FRANCESCO.- Sí.

Sr. SCHIFFRIN.- ¿En qué condición física estaba cuando usted lo vio por primera vez?

Sr. DE FRANCESCO.- Estaba relativamente bien físicamente, pero psíquicamente yo lo juzgaba un poco alterado. Yo desconocía cómo era su carácter habitual, pero estaba muy reconcentrado, nervioso y resultaba un poco difícil comunicarse con él. El se comunicaba más con algunos compañeros, es decir, con los que tenía más afinidad ideológica. No sé si su rechazo podía ser porque pensara que si alguien que se le acercara podría estar tratando de obtener información, porque de hecho se pensaba que entre los que estábamos ahí prisioneros podían haber agentes de inteligencia que trataran de obtener información de quienes tenían militancia o si simplemente estaba alterado por las condiciones. Yo tenía la impresión de que podía estar deprimido o muy preocupado por lo qué podría ser su futuro.

Sr. SCHIFFRIN.- ¿Cuándo lo trasladaron?

Sr. DE FRANCESCO.- El estuvo pocos días. No sabría decir, tal vez dos, tres o una semana. No fue un período muy prolongado. Y se lo llevaron; se llevaron a un grupo y la mayoría eran militantes de la Juventud Peronista, la Juventud Universitaria Peronista o de Montoneros. En el caso específico de él no puedo precisar si estaba en la Juventud Universitaria Peronista o en la de los Montoneros. Recuerdo que ideológicamente estaba muy imbuido de su postura, casi diría fanatizado. Eso dificultaba la comunicación con él porque no compartía otra postura.

Dr. SCHIFFRIN.- ¿No tuvo ninguna noticia más de él?

Sr. DE FRANCESCO.- No.

Dr. SCHIFFRIN.- En la declaración que usted formuló ante el juzgado del doctor Garzón en Madrid había una lista larga de personas. ¿Se trataba de personas que estaban en la 5a.o en Arana?

Sr. DE FRANCESCO.- Algunos estaban en Arana y otros en la 5a. Primero algunos estaban en Arana y después en la 5a. La mayor parte estaba en la 5a.

Dr. SCHIFFRIN.- Voy a consultar al Tribunal sobre la incorporación de esta lista al expediente. El Tribunal decide incorporar al expediente una copia de la declaración suya y, al mismo tiempo, yo le solicito a usted que brevemente se refiera a la lista de nombres, para que se haga público.

Sr. DE FRANCESCO.- Esta declaración está estructurada de esta manera: hay un relato de diez páginas donde detallo la circunstancias de mi detención y las torturas que recibí, la metodología que aplicaron. También toda la estructura que existía sobre el control porque se llevaban listas de los prisioneros. Las ocho páginas restantes tienen listas de las personas que ví, separados según los lugares.

Dr. SCHIFFRIN.- Hay un imputado no procesado que tenía un cargo en Arana de suboficial. Se ocupaba de la guardia, se llamaba Rodriguez, quien explicó cómo se hacían las listas que cambiaba guardia por guardia. Es decir que ante el cambio de guardia cada 24 horas se confeccionaba una nueva lista y se destruía la anterior. ¿Usted sabe algo de esto?

Sr. DE FRANCESCO.- Era llamativo que a veces hubiera errores porque las listas no eran las mismas todos los días. Parecía que se confeccionaban distintas listas, por lo que a veces había errores. Eso es coherente con la existencia de distintas listas. En mi declaración relato que una persona conocida de una amiga de mi esposa fue a la comisaría a hacer un trámite y, en un momento, queda a solas en una oficina y ve un listado de nombres en el cual aparecía mi nombre. Al ver esto se conmocionó, se puso muy nerviosa y no se animó a seguir leyendo el listado. Esto corrobora la existencia de estas listas.

Dr. SCHIFFRIN.- ¿Cuál era el rol que desempeñaba el personal policial? Como lo han presentado, este personal de guardia cumplía funciones de vigilancia, alimentación e higiene. ¿Esto es así, verdad?

Sr. DE FRANCESCO.- Esto es así. Al personal de Arana nunca lo vi de uniforme. Un poco por la manera de manejarse, entendía que se trataba de personal policial. En cambio en la 5, en ocasiones vimos de uniforme a los carceleros que nos traían la comida y que, en general, eran suboficiales. Incluso, en una causa por la desaparición de Federico Bachini, se me mostraron fotografías del personal y se me pidió que los identificara, pero como eran de legajos, eran muy antiguas y resultaba muy difícil reconocerlos. Ahí al menos aporté los apodos de los policías que me custodiaban en la 5.

Dr. SCHIFFRIN.- ¿Dónde tramita esa causa?

Sr. DE FRANCESCO.- Yo declaré en La Plata, pero no puedo precisar la causa.

Dr. SCHIFFRIN.- ¿Habrá sido en algún juzgado provincial, alrededor del año ‘84?

Sr. DE FRANCESCO.- Sí, más o menos en esa época. Mi primera declaración referida a la experiencia que viví la hice en la Causa 13, el juicio a los comandantes. Esta declaración que yo presento es una ratificación de lo que declaré en esa oportunidad y lo amplío, porque en esa ocasión, a esa altura de la declaración el Tribunal consideró que era suficiente y me impidió terminar de declarar y dar nombres. Entonces quedó mucha información sin aportar.

Dr. SCHIFFRIN.- ¿También llegó a declarar en la Conadep?

Sr. DE FRANCESCO.- No.

Dr. SCHIFFRIN.- El personal policial, o que suponemos policial en Arana y en la 5, ¿participaba en las torturas? O sea, el personal de carceleros, ¿participaba en los interrogatorios con torturas o lo hacía lo que llamamos grupos de tareas?

Sr. DE FRANCESCO.- Ellos nos conducían al lugar de torturas -yo no sabría decir- pero aparentemente había un grupo de gente que eran carceleros y después, estaban los que torturaban, algunos de los cuales uno podía ver. Pero me da la impresión que, en general, estaban distribuidos los roles. Era como que algunos se ocupaban de la custodia y después, en el momento del interrogatorio ya nos pasaban a otro grupo especializado.

Dr. SCHIFFRIN.- Usted no veía porque tenía los ojos tapados?

Sr. DE FRANCESCO.- Eso era relativo. En Arana esto era más estricto porque las condiciones eran que teníamos las manos atadas y los ojos vendados, cuando recién llegamos se nos dijo que si la venda se nos aflojaba, teníamos que llamar al carcelero para que nos la ajustaran si no, éramos boleta. Esa era la expresión que usaban. Nos costaba la vida si llegábamos a verles las caras. En la 5 la disciplina se relajó y, de hecho, como estábamos un período prolongado solos y las celdas eran grandes, nos corríamos las vendas y nos podíamos ver la cara entre nosotros e incluso a los carceleros.

Se deja constancia que ingresa el señor Fiscal General ante la Cámara doctor Julio Amancio Piaggio.

Dr. SCHIFFRIN.- ¿Nos podría aportar algunos nombres o apodos de responsables principales, carceleros, etcétera?

Sr. DE FRANCESCO.- Sí. En la Comisaría 5 algunos de los nombres de los carceleros que yo puedo aportar, podría decir que fueron, tal vez, los más benévolos con nosotros. Había un oficial, un hombre de cierta edad, de unos cuarenta y tantos o cincuenta años, al que le decíamos el Tío. No sé si era un apodo entre ellos o si lo tenía previamente. Este hombre facilitó el contacto entre cónyuges. Cuando venían las esposas a higienizarse a ese baño que quedaba puerta por medio con la celda, él permitía que se comunicaran con sus esposas y, en alguna ocasión se vio forzado a actuar con severidad porque había algún oficial delante y nos dio algún golpe, pero simulaba pegarnos más de lo que nos pegaba. Después había una persona morocha, norteña, a la que le decían ‘el sapo’, que nos trataba benévolamente y había otro suboficial al que le decían ‘el correntino’ que era más violento con nosotros.

Dr. SHIFFRIN.- Todo eso en ‘la quinta’. ¿Recuerda apodos usados en Arana?

Sr. DE FRANCESCO.- Había un carcelero atípico, que hablaba con acento español y que revelaba un nivel cultural distinto de la mayoría de los carceleros, un nivel superior. Algunos lo mencionaban como ‘el cura’, pero no sé si era un apodo que había surgido entre los detenidos o si venía de sus compañeros. Incluso circulaba la versión de que había estudiado la carrera sacerdotal y que eso explicaba su nivel cultural y su apodo. En un momento dado esta persona me conduce fuera de la celda como para tomarme algunos datos y se interesa un poco por los idiomas que yo hablaba. Y cuando yo, tratando de justificar mi inocencia porque no tenía ninguna militancia política, ofrecí el nombre de algunos profesores que podían dar fe de mi conducta y antecedentes, me dijo: ‘no ponga a sus profesores en problemas’. Además había una persona que -este dato debería confirmarse- presuntamente es un coronel del Ejército de apellido Rospide. Esta persona aparentemente era el que comandaba todo este grupo policial.

Dr. SHIFFRIN.- ¿El de Arana y el de la quinta?

Sr. DE FRANCESCO.- Sí. No sé si jerárquicamente él era el jefe de ese grupo. Yo fui interrogado tres veces, me llevaron a la quinta y me volvieron a Arana. El primer interrogatorio fue mediante tortura, con picana eléctrica y en esa ocasión prácticamente no pude ver quién me torturaba. Después me llevan a la quinta, antes de Navidad me vuelven a Arana y me hacen un interrogatorio de escritorio, en un tono más civilizado, donde la persona que me interroga, por la voz, creo que fue la misma que me interrogó la tercera vez, que fue mediante picana eléctrica y me dijo que había llegado a él alguien que me estaba buscando. En esa ocasión yo le pedí que se me legalice, que si tenían motivos para pensar que yo podía estar desarrollando alguna actividad ilegal, que por lo menos me legalizaran para que mi familia pudiera saber de mi situación. Por supuesto que eso no se realizó. Y la tercera vez sí pude ver la cara de la persona que creo era ese coronel Rospide. Tenía facciones similares a las del actor Ives Montand, en base a este parecido pude relacionarlo.- En la búsqueda que hizo mi familia, a través de un contacto con el jefe del Quinto Cuerpo del Ejército al que llegó mi padre con asiento en Bahía Blanca, los envían a ver al coronel Rospide y les plantea que iba a averiguar si yo estaba detenido o no, y los citó para una nueva entrevista.- En la segunda entrevista él no los recibe y a través de otra persona les hace llegar una respuesta negativa, les niega que me detuvieron.- Asimismo, mi esposa, había presentado un pedido de hábeas corpus que fue respondido negativamente por el Ministerio del Interior

Dr. SCHIFFRIN.- ¿Fue presentado en la ciudad de La Plata?

Sr. DE FRANCESCO.- Sí, en La Plata

Dr. SCHIFFRIN.- ¿En qué Juzgado?

Sr. DE FRANCESCO.- No recuerdo pero podría aportar datos y copias.

Dr. SCHIFFRIN.- Sería muy útil y le agradeceríamos que aporte los datos y las copias.- Lo que dijo es importante y ahora quisiera que usted, brevemente, nos enunciara quiénes son las personas desaparecidas que usted vio en Arana y la Comisaría Quinta.

Sr. DE FRANCESCO.- Voy a usar un listado donde están separados los que recuerdo haber visto en Arana y los que después vi en la Comisaría Quinta.- Había muchos, de algunos no tengo nombres y los identifiqué como NN, de ellos doy datos personales, características para se pudiera hacer una correlación con los testimonios de otros testigos que puedan ayudar a identificarlos.- En Arana había un joven Starita, hijo de un profesor de Química en la carrera de Farmacia; un adolescente de quince años de edad de apellido Villarreal, su padre era ingeniero y familiar de los dueños de El Siglo; un chiquito de diez ó doce años, por la voz porque no lo vi, de apellido Santucho, que había sido detenido por sus padres y en algún momento lo interrogaban por su nombre.

Dr. SCHIFFRIN.- ¿Con tormentos?

Sr. DE FRANCESCO.- No, querían saber sus datos. Vi a varios menores. Villarreal era estudiante secundario y fue detenido frente al Colegio Nacional, creo que recuperó la libertad, no sé si ha prestado testimonio, si no sería importante.- Después había un arquitecto de cuarenta ó cuarenta y cinco años de edad, de tez blanca, cabello castaño, alto, delgado, tenía un brazo dislocado durante el tormento. Para aplicar la picana eléctrica se esposaban los miembros de la persona con sogas, el dispositivo que usaban era una escalera de pintor con cuatro sogas con las que sujetaban los tobillos y las muñecas, y luego estiraban Uno quedaba desnudo y sobre un colchón que estaba mojado -no sé si por la transpiración o lo mojaban adrede- nos colocaban un electrodo en el tobillo y con el otro electrodo hacían la aplicación. También estaba una maestra que la habían detenido en la calle en un operativo; esto lo escuché cuando ella estaba en los pasillos y creo que posteriormente le aplicaron picana. Todo esto sucedió de Arana. En la comisaría 5ta. había una persona que aparentemente era un cuatrero que fue golpeado que se escuchaban los gritos mientras era interrogado, no le aplicaron picana y le preguntaban acerca de desaparición de animales, era un preso común. Algunas de estas personas es probable que las haya visto en Arana pero en ese momento teníamos contactos esporádicos porque había ocasiones que nos sacaban de las celdas para hacer la limpieza, ya que eran muy reducidas, y nos llevaban a un patio y teníamos un mínimo contacto con gente de otras celdas, pero no podíamos comentar demasiada información.

Dr. SCHIFFRIN.- Esto coincide con lo que expresó el suboficial de policía que cumplía funciones en Arana.

Sr. DE FRANCESCO.- Hay algunas cosas que no expresé en el testimonio, por ejemplo, en una ocasión hubo una especie de reunión presumiblemente con algunos oficiales de alta graduación y fue una reunión con una especie de arenga, en Arana, no sé si hubo una comida o un asado, después se escucharon disparos de armas de fuego, es decir, como si estuvieran tirando al blanco o festejando. En Arana una de las cosas que ayudó a establecer que era ese lugar, era el paso del tren y algunas personas que conocían la zona fueron atando cabos; lo mismo sucedió en la comisaría 5ta. donde había un ex sacerdote, Federico Bachini, que por haber sido seminarista en el Seminario Mayor, conocía el sonido de las campanas que se sonaban a las dos o tres cuadras y además en alguna ocasión nos sirvieron comida que él reconoció como que procedía del Seminario, ya que era de mejor calidad a la que habitualmente nos daban. Continúo con el relato de los detenidos en la comisaría 5ta. Fernando Adamov, de Mar del Plata, era un estudiante de descendencia rusa que en una oportunidad lo vi cuando prestaba testimonio en la causa 13. Otro muchacho de apellido Alconada, estudiante de Derecho, creo que era sobrino del ex ministro Alconada Aramburú, y además yo tenía referencias del ministro por un compañero del secundario de apellido Orruma que es abogado y también sobrino de él. Alconada aparentemente era un oficial montonero de jerarquía y fue torturado muy duramente. Sus compañeros lo valoraban por haber recibido torturas sin delatar a nadie. Después hubo un estudiante de antropología que se llamaba Guillermo Almarza, de Tandil. El padre era gerente, no sé si del Banco Hipotecario o del Banco Nación. Con posterioridad, a mi liberación, la familia de él se puso en contacto conmigo porque quería información. Había un joven de apellido Araquistain, de unos 25 años en aquel momento, era estudiante de arquitectura aquí en La Plata y el padre era suboficial de la Armada, no sé si del Liceo Naval o del Regimiento de Infantería de Marina. Más bien, creo que era del Liceo Naval. Pasó por circunstancias muy duras por razones de salud. En un momento dado se le suministraron antibióticos, porque tenía mucha fiebre y fue liberado. Tengo referencias de que su salud estaba muy quebrantada. Había un estudiante de Río Negro de apellido Arrázola, que le decían “el oso” porque su contextura era muy robusta. Era militante de la juventud peronista o montoneros, creo que su familia se dedicaba al cultivo de manzanas. También estaba Federico Baccini, ex sacerdote que se había casado con una cantante lírica, él también era músico, concertista de órgano, y había conocido a quien era su esposa en Madrid, los dos estaban becados estudiando música. Tenían en ese momento una hija de cuatro o cinco meses. Era una persona de una calidad humana excepcional.

Dr. SCHIFFRIN.- Esta señora ha declarando en audiencias anteriores. Tenemos presente ese caso.

Sr. DE FRANCESCO.- También recuerdo otro estudiante de apellido Bovadilla, militante de JUP o montoneros. Hubo otro detenido de apellido Boneto de quien no recuerdo más datos.También estaba Adriana Lelia Calvo, licenciada en Física, esposa de Miguel Angel Laborde. Laborde era químico, compañero mío de carrera y habíamos compartido la vivienda en épocas de estudiantes y lo mismo con Mario Féliz. También estuvo Adriana Calvo, cuya historia es conocida. Un estudiante de apellido Cassino, que era del Movimiento Universitario Peronista o Montonero .Mabel Colalargo, esposa de uno de los detenidos. Otro de apellido Cordero; Mario Rubén Féliz. Había un tal Fosatti, estudiante, que era hijo de un ordenanza del Departamento de Física y que militaba en la Juventud Universitaria Peronista o Montoneros. Este antiguo ordenanza era una persona muy querida por los estudiantes y por los docentes por sus cualidades personales. El padre de este joven, en ese momento, estaba gravemente enfermo, lo cual era un motivo de profunda preocupación para él. Había un estudiante de apellido Iglesias que estudiaba Ingeniería y simultáneamente doctorado en Matemáticas. Tenía un yeso en una pierna; era un joven excepcionalmente brillante. Si mal no recuerdo tenía el promedio más alto en la Facultad. Creo que era militante en la Acción Católica y luego en la Juventud Universitaria Peronista o Montonero. Respecto al caso Alconada, hubo gente que era militante de la Acción Católica en un primer momento, y luego se pasó a la Juventud Peronista o montoneros. Quizás por un espíritu de justicia, los condujo a tomar una elección equivocada. También había un estudiante de apellido Marini, que era montonero o militante de la Juventud Universitaria Peronista. Por aquel momento, el 80 por ciento de los detenidos con los que conviví eran militantes de la JUP o de montoneros. Aparentemente a quienes nos detenían no les importaba demasiado este tema. Los consideraban como que era de la misma organización. Este último detenido había estado en una comisaría del norte de la provincia de Buenos Aires y relató algunas torturas brutales de las que tuvo noticias, como la utilización de la picana eléctrica, la introducción de objetos en el ano, submarino seco o mojado, es decir, la inmersión de la cabeza en algún líquido hasta producir casi la asfixia, o mediante una bolsa de nylon con la que se cubría la cabeza. También hubo detenidos a los que se le aplicaron estos sistemas en la comisaría 5ta que pertenecían a otro grupo político. Eran militantes del partido Comunista Marxista Leninista o Partido Comunista Maoísta. Eran grupos minoritarios que desarrollaban alguna actividad directa, por eso eran tratados con la mayor brutalidad que a la mayoría de los militantes montoneros. Había un detenido Moncalvillo, el Mono; creo que era casi médico y hermano de la periodista Mona Moncalvillo. Según su relato, su padre tenía un negocio de comidas, La Cubana, al lado del cine Select. Había un estudiante de Antropología de Tres Arroyos, que es una localidad vecina a donde vivo. Su padre era español, de profesión ebanista, y creo que no apareció. Tuve oportunidad de tomar contacto con su familia y les transmití lo que sabía de él. Otro estudiante que era o de Río Grande o de Ushuaia, de apellido Mora, cabello oscuro y contextura robusta. Estaba detenido con su esposa o su pareja. La esposa estaba dentro del grupo femenino. Otro estudiante Odorisio, militante de la Juventud Peronista o Montonero, estaba con su novia o esposa. Había una mujer que le decían Perica y que según las informaciones obtenidas su nombre puede ser María Adela Troncoso, esposa del detenido Bobadilla. Otro detenido era Carlos Francisco Simons que era Analista de Sistemas, que también estaba con su esposa, una de las pocas a las que se le permitía conversar con su marido. Ella estaba junto a Adriana Calvo. Simons trabajaba en una empresa de informática de Buenos Aires llamada Data, que pertenecía al grupo farmacéutico Bagó. Creo que vivía en City Bell o Gonnet, es decir, por esa zona. Respecto de Simons, compartió la detención con Mario Féliz También estaba detenido un estudiante de tercero o cuarto año de medicina que era de City Bell. Era rubio, de contextura mediana y tenía un angioma que le cubría la mitad de la cara. Militaba en la Juventud Universitaria Peronista o era Montonero. Había un detenido de 30 ó 35 años de edad de apellido de origen armenio que dijo ser responsable de explosivos para Buenos Aires de los Montoneros. Tenía heridas de perdigones en la pantorrilla. Contó que se había escapado desnudo de Arana, que había sido perseguido y en la huida había recibido disparos de ithaka. Había podido llegar hasta La Plata e incluso había robado ropa que estaba tendida para vestirse. Fue recapturado.

la mayoría de los militantes montoneros tenían cierto recelo porque pensaban que no era el que decía ser o que estaba trabajando allí para brindar información. Había algunos detenidos atípicos. Un señor de unos 50 años que había sido detenido en un cabaret. No sé si tenía vinculación con el mismo, si era dueño, empleado o cliente habitual. Más bien parecía una persona de la noche que un militante de alguna organización política. También había un detenido de 25 años, morocho, no muy alto, de complexión robusta, militante del partido comunista marxista leninista. Había recibido torturas en la comisaría quinta y estuvo aislado. En el momento que a muchos se los llevaron, esta persona seguía detenida. Después había un granadero que estaba haciendo el servicio militar en la residencia presidencial de Olivos. Había sido detenido cuando salía de franco de la residencia. Este granadero dijo que conocía el lugar donde yo vivía porque tenía amistad con mis vecinos.

Dr. SCHIFFRIN.- Ese granadero se llamaba Aleksoski. Ya lo hemos mencionado en otra oportunidad en esta Sala. Era ciudadano de Macedonia, república de Checoslovaquia.

SR. DE FRANCESCO.- Él estaba en otra celda. Yo estuve en tres celdas en la comisaría quinta. La primera daba a un patio, la segunda era grande y fui llevado allí poco antes de navidad. La tercera tenía un baño contiguo y estaba ubicada más hacia el lado de Plaza Moreno. Al lado había una celda más chica donde se hallaba el granadero. Existía una celda de castigo que estaba entre la celda grande y la otra. Allí estuvo aislado Araquistain cuando se agravó su salud porque tenía mucha fiebre y le dieron un antibiótico. En general no había atención médica. En los únicos casos en que hubo atención médica fue con los de Araquistain y Moncalvillo. A este último le dieron un laxante, Agarol, porque tenía un estreñimiento de quince días. En una oportunidad vino alguien que dijo ser médico, pero normalmente no había atención médica. Las instalaciones eran muy precarias, al punto tal que muchas veces tuvimos que hacer nuestras necesidades dentro de las celdas. A veces por el frío que hacía por la noche se nos producían diarreas y llamando a la guardia no obteníamos respuesta. Tuvimos que defecar dentro de las celdas y hacerlo sobre nuestras ropas para que no se dispersara. Al otro día nos daban un balde con agua y recibíamos algún castigo por haber ensuciado la celda. Por supuesto dormíamos en el piso donde había charcos, producto de la condensación de la respiración y de la transpiración, porque todo estaba muy caliente. Las celdas eran impenetrables y veíamos una sensación de asco por parte de los carceleros, además por lo que ellos manifestaban.

Dr. SCHIFFRIN.- ¿Eso era tanto en Arana como en la 5a.?

Sr. DE FRANCESCO.- En Arana las condiciones higiénicas eran mejores, nos sacaban al patio, pero allí no.

Dr. SCHIFFRIN.- ¿En Arana se daban colchonetas o mantas? ¿Eso es cierto?

Sr. DE FRANCESCO.- No, por lo menos yo no las recibí. Cuando fui detenido, en un primer momento estuvo en una celda estrecha, donde había una especie de camastro de cemento. Pero colchonetas en ningún momento recibimos, por lo menos en las celdas donde estuve.

Dr. SCHIFFRIN.- ¿Siempre dormían sobre el desnudo suelo?

Sr. DE FRANCESCO.- Sí. En el último período, cuando empezó a hacer frío, simplemente nos vestíamos con la ropa que teníamos al ser detenidos, pero como era verano, generalmente teníamos poca ropa. En mi caso tenía una campera y un pullover que me robó un carcelero. Un día al amanecer yo tenía puesta una chaqueta y un pullover, entonces un carcelero me despertó y me dijo que me sacara la chaqueta y el pullover, me pegó una trompada en el estómago y se llevó mi pullover. Supongo que tendría frío y precisaba un abrigo. Después la ropa que usábamos era la misma con la que habíamos sido detenidos. Durante otros meses, cuando hacía calor en las celdas, deambulábamos desnudos dentro de las celdas, hasta que venía alguno de los carceleros y nos ordenaba vestirnos. Pero salvo para las comidas, que incluso pasaron hasta tres días sin que nos llevaran comida. Estábamos un poco aislados, no se ocupaban mayormente de nosotros y habían períodos donde dejaban abiertas las puertas que nos comunicaban con el baño para que tuviéramos agua. Ellos no aparecían por un tiempo prolongado. Después del granadero hubo un guardia cárcel, cuyo padre y otro miembro de la familia también eran guardia cárceles. Como nuestros traslados eran generalmente en camiones que venían y estacionaban dentro del patio de la comisaría, nosotros mirábamos por debajo de la puerta y alcanzábamos a ver las cubiertas de los camiones y el calzado de la gente que acompañaba esos vehículos. En varias ocasiones pudimos ver que usaban borceguíes y una especie de uniforme gris. Este señor manifestó que se podría tratar de gente y vehículos del Servicio Penitenciario. Otro detenido era un joven de Juan N. Fernández, que es un pequeño pueblo que está en la zona de Necochea. No sé si está en el partido de Necochea o en el de Lobería. Tenía alrededor de 20 años y militaba en la Juventud Peronista. En un momento dado él decide volverse a su pueblo, como para refugiarse. En un operativo con vehículos militares, creo que en un camión y un jeep, lo fueron a detener a su casa. Había otro detenido de Río Negro, que era estudiante militante montonero, que estaba herido de bala en un muslo, creo que había sido herido con un disparo de pistola. El impacto le había producido la dislocación de la articulación de la cadera. Tenía la cabeza del fémur fuera de lugar y se ayudaba con una muleta muy precaria, de madera y un bastón. En un momento dado le retiraron el bastón, le dejaron la muleta, lo ayudábamos a incorporar porque tenía una sola pierna sana. Había recibido atención médica, antibióticos pero no le hicieron la reducción de la dislocación. Había un joven que era del Partido Comunista, morocho, delgado, de cabello oscuro, estuvo en marzo en la 5. Yo estuve hasta fines de abril. Había un obrero panadero que creo, era militante o simpatizante montonero. Había, también, un albañil paraguayo, de condición muy humilde y de nivel cultural muy bajo, contrastaba con la mayoría de los estudiantes y profesionales que estaban allí y le resultaba muy difícil integrarse al grupo. Él no sabía por qué lo habían detenido, básicamente se trataba de un problema de polleras, alguien lo había denunciado suponía el, por una cuestión de competencia amorosa. Tenía alrededor de 30 años. Había otro caso también atípico , un joven, tal vez de 18 ó 20 años de la zona de Tolosa o Ringuelet, que aparentemente por haber hecho una broma, le había puesto un petardo en la casa de un vecino, que no sé si era militar o policía, lo habían detenido. Había otro militante montonero detenido con la esposa, que era un pintor de autos, su padre era médico, incluso había emprendido estudios, pero había optado por hacer trabajos manuales. En algún momento hubo un detenido que dijo ser policía, creo que estuve con él en Arana, pero por una estadía muy breve. Después hubo un militante montonero que le decían “Pulgar”, sobrenombre irónico porque era una persona de elevada estatura. Hay muchas otras personas que no recuerdo. Creo que hubo un joven de apellido Reboredo, a quien me había olvidado de nombrar.

Dr. SCHIFFRIN.- ¿Llegó a ver usted a ese joven?

Sr. DE FRANCESCO.- No estoy seguro. Incluso, tengo una duda, porque había un joven que vino en un momento dado, más o menos en que lo trajeron a Alconada, y un grupo grande de jóvenes de más o menos entre 20 y 25 años, la mayoría de Juventud Universitaria Peronista o de Montoneros. A uno de ellos, no sé si podría ser este joven, le habían escrito en la espalda y en el abdomen, con ácido sulfúrico, la palabra “MONTO”, que dijo que fue un oficial. Esa quemadura se había ulcerado por el ácido sulfúrico y recuerdo que una de las sugerencias que le hice para tratar de buscarle alguna manera de asepsia para que no se le infectara, fue que se expusiera a la luz del sol. Entonces él pacientemente y aprovechando los haces de luz que entraban a cierta hora, trataba que le diera el sol sobre la zona herida para ver si podía evitar que se infectara.

Dr. SCHIFFRIN.- Sabe usted que me han traído su hábeas corpus. Le pido al señor Secretario que se lo exhiba. Esto le ahorra a usted de tener que presentarlo y vamos a poner copia en su declaración y en su oportunidad se va a agregar a este hábeas corpus que fue rechazado en 1977.

Sr. DE FRANCESCO.- Correcto, ésta es la firma de mi esposa.

Dr. SCHIFFRIN.- ¿Nunca lo había visto?

Sr. DE FRANCESCO.- No. Tengo una copia de la presentación que hizo mi esposa. No sé si acá estará el informe negativo del ministerio del Interior.

Dr. SCHIFFRIN.- Sí, está al final.

Sr. DE FRANCESCO.- Creo que lo firmaba el ministro del Interior Harguindeguy.

Dr. SCHIFFRIN.- Yo no tengo preguntas que hacer, pero pienso que los colegas sí. De modo que le doy la palabra al doctor Piaggio.

Dr. PIAGGIO.- ¿Podría relatar en qué circunstancias fue liberado usted?

Sr. DE FRANCESCO.- En un momento dado nos dijeron a Mario Féliz, a Laborde y a mí que nos preparemos porque nos iban a liberar, pero no sabíamos realmente qué podía ser. Nos sacan de la celda y con los ojos bien vendados y las manos atadas, mantenemos una breve conversación con alguien que nos dice que por esa vez salimos, que no mantengamos contacto entre nosotros una vez que seamos liberados y que si volvemos a caer detenidos no salimos. Nos suben al asiento trasero de un auto y creo que nos quitan la venda y que miremos hacia abajo, es decir, que no miremos a quienes conducen el auto. Yo salgo en un auto con Laborde mientras que en ese momento no sé qué es lo que pasa con Feliz. Ya era de noche, salimos en el auto, nos preguntan si tenemos los documentos, yo digo que no porque mi portafolios había quedado en Arana, me ofrecen llevarme a Arana para buscar mis documentos, rechazo el ofrecimiento porque temía que por ahí hubiera algún cambio de órdenes. Nos llevan a un lugar de las afueras de La Plata y nos ordenan que no miremos y que nos bajemos del auto. Nos bajamos ahí y no sabíamos realmente qué nos esperaba. Cuando vemos que el auto se va, nos abrazamos con mi amigo Miguel.. Miramos y vemos que en el auto había dos personas y una de ellas tenía el cabello bien corto. Eran dos personas. El lugar donde estábamos era más o menos por la zona del hospital Italiano y como los suegros de Mario Féliz vivían a poca distancia de allí, cuando logramos orientarnos, nos dirigimos a su casa. Luego nos presentamos para comunicar que habíamos sido liberados.

Dr. PACILIO.- ¿Esto fue de repente o les comunicaron que iban a ser liberados?

Sr. DE FRANCESCO.- De alguna manera nos lo anunciaron, no fue repentino. Nos dijeron que nos preparáramos. Los otros prisioneros nos pidieron que dejáramos nuestras prendas pero a nosotros nos resultaban muy valiosas, tenía un pañuelo, una campera, pero no sabíamos si nos iban a trasladar a otro lugar o si íbamos a ser liberados. Por eso conservamos la ropa. A posteriori nos lamentamos de ello, pero no sabíamos cuál iba a ser nuestro destino. Muchas veces la posesión de alguna prenda era muy valiosa y por eso no queríamos desprendernos de ellas. Quisiera referirme al tema de los traslados. En el caso de Federico Bachini, a él lo trasladaron en un auto a Arana; lo volvieron a traer y un día a las tres o cuatro horas de la madrugada volvieron a llevárselo en un auto. Solamente tenía puesta una camisa, no tenía los pantalones puestos. Se lo llevaron en ropa interior, pero no supimos cuál fue su destino ni qué fue de él.

Sr. PACILIO.- Usted dijo que cuando estuvo en la comisaría 5a. había un detenido oriundo de Mar del Plata, de apellido armenio, ¿usted recuerda si ese apellido pudo haber sido Abachian?

Sr. DE FRANCESCO.- Puede ser porque los apellidos armenios terminan en “ian”.

Dr. PACILIO.- ¿Recuerda las características físicas de esta persona?

Sr. DE FRANCESCO.- Tenía entre 30 y 35 años. Tenía una calvicie más que incipiente. Era de esas personas velludas en el pecho y en las pantorrillas. Tenía algunas curaciones en sus heridas y estaban en proceso de cicatrización; tenía perforaciones de municiones de Ithaka, según su relato. Era muy conversador. Tenía barba cerrada y cabello castaño. Él nos comentó que había tenido la concesión por uno o dos años de kioscos y puestos de venta de alimentos en la rambla de Mar del Plata. Como él pertenecía a una familia de ascendencia armenia -como siempre pasábamos hambre y el tema siempre se derivaba al de la comida- nos comentaba sobre las comidas típicas de su país.

Dr. REBOREDO.- Quisiera que aclarara algún concepto que usted expresara durante su declaración acerca de “conductas equivocadas”. ¿Qué entiende por conductas equivocada?

Sr. DE FRANCESCO.- Me refiero a la realización de actos terroristas.

Dr. REBOREDO.- ¿A usted le constan?

Sr. DE FRANCESCO.- No. Me refiero institucionalmente, al tipo de actividades que realizaba “Montoneros”, por ejemplo.

Dr. REBOREDO.- ¿Le constan?

Sr. DE FRANCESCO.- Me constan.

Dr. REBOREDO.- ¿Usted puede declarar acerca de un hecho que haya presenciado, sobre lo que acaba de afirmar?

Sr. DE FRANCESCO.- Me refiero a lo que era de público conocimiento respecto de actividades que se realizaban y que se conocían a través de los medios de comunicación. Es decir que me refiero a la metodología de acción armada y la realización de atentados y que la considero equivocada.

Dr. SCHIFFRIN.- Una pregunta más, similar a la que le hacía el doctor Pacilio. Es importante la referencia al granadero, porque tenemos una causa abierta. Este granadero al cual se refiere la causa sería la causa Alersoski. Importa que usted haga una descripción física del mismo. Usted no sabe el apellido pero las circunstancias coinciden en todo.

Sr. DE FRANCESCO.- No. Realmente no puedo aportar demasiado, salvo la estatura, por supuesto, porque es lógica en un granadero. No recuerdo las características físicas de él. Sí tengo la impresión que era de la zona del Gran Buenos Aires. Por su modo de expresión era más del tipo porteño que provinciano.

Dr. SCHIFFRIN.- Es importante.

Dr. PIAGGIO.- Quisiera que se preguntara al testigo si estaría en condiciones, mediante la exhibición de fotografías que han aportado los testigos y, en especial, aprovechando su presencia, de reconocer al señor que ha sido sindicado como granadero, que según los datos sería Alersoski, a Abachian y el caso Reboredo. ¿Estaría en condiciones de reconocer, mediante la exhibición de las fotografías, a las personas que ha mencionado?

Sr. DE FRANCESCO.- Pienso que tal vez podría reconocer al detenido armenio que fue con quien más conversé y con quien más contacto tuve. De los otros dos detenidos tengo un recuerdo muy vago. Pero no sé, a lo mejor viendo la imagen me surge el recuerdo.

Dr. PIAGGIO.- ¿Se podría hacer por vía procesal?

Dr. SCHIFFRIN.- Mandamos a buscar el expediente Abachian.

Sr. DE FRANCESCO.- Este testimonio que tengo acá lo escribí prácticamente en soledad porque vivo a casi 500 kilómetros de La Plata y lógicamente no puedo corroborarlo con otras personas que compartieron la detención conmigo. A veces cuando me encuentro con otras personas y conversamos de lo que vivimos, surgen datos o la memoria se refresca de cosas que había olvidado.

Dr. SCHIFFRIN.- Mientras esperamos que traigan los expedientes, ¿el fiscal tiene alguna pregunta más para formular?

Dra. VEDIO.- ¿Recuerda si la compañera de Fosatti estaba embarazada?

Sr. DE FRANCESCO.- No podría asegurarlo, aunque tengo cierta idea de haber oído algo al respecto.

Dra. VEDIO.- En alguno de los lugares donde usted estuvo, ¿recuerda haber visto alguna otra mujer embarazada, con excepción de Adriana Calvo que ya fue mencionada?

Sr. DE FRANCESCO.- Creo que había otra, incluso, creo que hubo una embarazada que dio a luz en la Comisaría 5.

Dra. VEDIO.- Hay un joven de apellido Iglesias, que se identifica con el número 22, que estaba lastimado en la pierna. ¿Podría ser Juan Miguel Iglesias?

Sr. DE FRANCESCO.- Podría ser. Lo de Miguel me suena, era delgado, de tez blanca y cabello muy oscuro, además, era extremadamente inteligente.

Dra.VEDIO.- El estudiante de medicina que tenía un angioma en la cara, ¿podría ser Miguel Angel Castro Sotelo?

Sr. DE FRANCESCO.- Me suena Castro pero no el segundo apellido.

Dra. VEDIO.- ¿Pudo conversar con esta persona alguna circunstancia relativa al secuestro?

Sr. DE FRANCESCO.- ¿Al secuestro de él?

Dra. VEDIO.- Sí.

Sr. DE FRANCESCO.- No. Seguramente lo he conversado pero no lo recuerdo.

Dra. VEDIO.- En la Comisaría 5, ¿supo que hubiera ido algún juez?

Sr. DE FRANCESCO.- No, no tengo noticias de que haya habido ningún juez. En la Comisaría 5 a la persona que vi es a ese, presuntamente, coronel Rospide, porque los que habían sido torturados ahí nos dijeron que iba y supervisaba las torturas. Recuerdo haberlo visto vestido con saco sport, elegantemente, era una persona de buen porte. Recuerdo haberlo visto a través de la mirilla de la celda, un vistazo muy fugaz y algún detenido me dijo que ese era el coronel.

Dra. VEDIO.- ¿Recuerda la visita de algún sacerdote en alguno de los lugares en que estuvo?

Sr. DE FRANCESCO.- No, sacerdotes no recuerdo.

Dra. VEDIO.- Usted mencionó a Juan Fernández, ¿podría dar una descripción física de esa persona?

Sr. DE FRANCESCO.- No, mencioné a un juven de la localidad llamada Juan N. Fernández, el era jJoven, delgado y no muy alto.

Dra. VEDIO.- Hay otra persona que la identifica como número 49, un pintor de autos, ¿recuerda si esa persona puede ser de Berisso?

Sr. DE FRANCESCO.- Yo tengo la impresión de que podría ser alguien de la zona de Berazategui.

Dra. VEDIO.- Mientras usted estuvo en Arana ¿alguna persona se escapó? Usted habló de alguien que se había escapado.

Sr. DE FRANCESCO.- El armenio contó que se había escapado.

Dra. VEDIO.- ¿Mientras usted estuvo en Arana?

Sr. DE FRANCESCO.- No.- En la Comisaría Quinta una noche hubo un revuelo, no sé si se hubo un intento de fuga o algo así, pero no tuvo consecuencias

Dra. VEDIO.- En la Comisaría Quinta o en Arana ¿conoció o supo de la metodología de los traslados, quién iba a buscar a la gente, cómo la sacaban?

Sr. DE FRANCESCO.- Los traslados entre la Comisaría Quinta y Arana generalmente se hacían en autos sin identificación. Yo fui trasladado en una ocasión sentado en la parte trasera con los ojos vendados, de noche y en otra ocasión en el baúl del vehículo. Era bastante frecuente que trasladaran a la gente dentro del baúl de los vehículos.

Dr. ABALOS.- Usted relató que hubo un parto en la Comisaría Quinta.

Sr. DE FRANCESCO.- No estoy plenamente seguro pero tengo la idea de que hubo un parto, por el comentario de que una detenida dio a luz ahí.

Dr. ABALOS.- ¿Conoce alguna otra circunstancia, cómo se desarrollo, cuándo fue?

Sr. DE FRANCESCO.- Estimo que debe haber sido entre enero y febrero. La idea es que eso ocurrió cuando yo estaba en la celda donde permanecí más tiempo, la que tenía el baño adelante. No sé si a lo mejor Adriana Calvo, que estuvo durante ese período, puede corroborar ese dato.

Dr. ABALOS.- Usted mencionó un detenido de origen armenio ¿tenía algún apodo, por ejemplo, “el turco”?

Sr. DE FRANCESCO.- No recuerdo que lo tuviera. Aparte, generalmente los apodos se utilizan cuando hay varias personas que se conocen y él era alguien que cayó en la celda diciendo tener condición de ser montonero, pero muchos de los montoneros detenidos ahí dudaban sobre la veracidad de esa condición

Dr. ABALOS.- Usted mencionó un detenido de origen paraguayo ¿conoce algún otro dato sobre ese detenido, por ejemplo, la circunstancia de su detención, dónde fue, si fue detenido con otras personas de origen paraguayo?

Sr. DE FRANCESCO.- Era albañil, creo que lo detuvieron individualmente, no sé si en su casa. El de él era más bien un caso aislado y parecía no tener idea de porqué había sido detenido, él lo atribuía a una cuestión sentimental, que había sido denunciado por alguien.

Dr. ABALOS.- Usted mencionó a un granadero ¿tiene conocimiento de que este granadero haya sido sometido a mayores tormentos que el resto de los detenidos?

Sr. DE FRANCESCO.- No, creo que no, fue el tratamiento habitual, picana eléctrica y demás.

Dr. SCHIFFRIN.- Me quedaría por preguntar: cuando sale de la detención y toma contacto con sus parientes ¿qué gestiones efectuaron ellos además del hábeas corpus?

Sr. DE FRANCESCO.- Procuraron hablar con autoridades de la facultad, que eran mis jefes en ese momento. Yo cumplía funciones de ayudante diplomado con dedicación exclusiva. Cuando comunicaron mi desaparición, se acercaron algunos profesores que acompañaron a mi esposa; en los primeros momentos, cuando desaparecí, me buscaron por hospitales y comisarías, por si había tenido algún accidente y después ante la evidencia de no aparecer, mi esposa se asesoró por un abogado y presentó un recurso.

Dr. SCHIFFRIN.- ¿Tuvieron alguna respuesta oficial o noticias suyas en el tiempo que estuvo desaparecido?

Sr. DE FRANCESCO.- Sí, tuvieron dos noticias, supongo que también hubo muchos rumores y falsas noticias, pero por un lado tuvieron la noticia de esa persona que vio mi nombre en una lista en la comisaría 5ta. y también de alguien que era el novio de una compañera de facultad, que aparentemente estaba vinculado con grupos de derecha que trajo la información de que estaba vivo, y que estaba bien y eso fue lo que le dijeron a mi esposa pero no sabía si era sólo un rumor más. Otra comunicación que tuvo mi familia fue cuando condujeron a mi padre al coronel Rospide. Mi padre tuvo un contacto con el jefe del V Cuerpo de Ejército y le dijo que lo viera a ese coronel.

Dr. SCHIFFRIN.- ¿Quién era el jefe del V Cuerpo de Ejército? Tal vez se pueda averiguar porque fue entre los años 1976 y 1977.

Sr. DE FRANCESCO.- Sí, señor presidente, fue en esa época pero no recuerdo su nombre.

Dr. SCHIFFRIN.- ¿Hay algún nombre en esa lista que existía en la comisaría 5ta. que usted conozca pero que no quiere expresar en público? Dado que lo podría expresar por Secretaría en forma reservada.

Sr. DE FRANCESCO.- Cualquier nombre que recuerde lo voy a agregar.

Dr. REBOREDO.- Cuando deja la comisaría 5ta. hizo un relato de una nómina de quienes habían estado detenidos junto con usted. Cuando usted dejó este lugar a fines de abril de 1977 ¿quedaban aquellos que usted mencionó?

Sr. DE FRANCESCO.-Muchas de las personas que yo mencioné fueron trasladadas antes . El hecho de que yo estuve detenido tanto tiempo permitió que viera el tránsito de muchas personas. Cuando me fui quedaban muy pocas, seis o siete.

Dr. REBOREDO.- De las doscientas personas que usted mencionó al comienzo ¿recuerda sólamente ese pequeño número? ¿No tiene otros datos?

Sr. DE FRANCESCO.- Hubo muchas personas que venían en grupo. Establecía a veces contacto con algunas de esas personas. Con el tiempo he olvidado muchos nombres, incluso en algún momento intentábamos hacer ruedas para recordar los nombres, pero con el tiempo se fueron perdiendo. Procuré avisarle a algunas personas, pero al momento de ser liberado me encontré con un cuadro familiar penoso; mi padre, de avanzada edad, estaba enfermo y su salud se había resentido notablemente. Eso me inhibió para localizar y avisar a mucha gente, porque además, había sido advertido de que si volvía a ser detenido no iba a volver a aparecer. De esta manera trataba de velar por mi seguridad personal y por la de mi familia, incluso en un momento dado pensé en hacer una lista con los nombres que recordaba pero no me atreví porque si llegaba nuevamente a ser detenido con una lista de esa naturaleza, podía tener consecuencias muy graves. Tiempo después de ser liberado, realicé algunos trámites. La Universidad desconoció mi desaparición, no justificó mi ausencia y me solicitaron un certificado del lugar donde había estado detenido, me pedían que me excusara ante el decano Jesús Carroza, con una constancia de que yo había estado detenido. Esto me pareció indignante. En esa circunstancia y ante el panorama familiar, decidí renunciar a mi cargo y desvincularme. Me fui a vivir a mi hogar paterno y, finalmente por una serie de circunstancias, terminé quedándome allí. A posteriori, finalicé la carrera de Farmacia que me permitió continuar con el trabajo de mi padre, que tenía una farmacia. En ese tiempo hubo un operativo militar en la casa de un abogado que vivía lindando con la farmacia de mi padre. Fue un momento muy duro ver camiones con soldados entrando y revisando toda la casa. Ese abogado hoy es diputado provincial. Eran hechos disuasorios para tratar de fijar datos.

Dr. REBOREDO.- ¿Puede hacer un relato sucinto de las circunstancias de su detención?

Sr. DE FRANCESCO.- Fue un 9 de diciembre. Yo había estado trabajando en el Departamento de Ingeniería que está próximo al campo de deportes en el subsuelo donde está el Laboratorio de Metalurgia Física .Allí había un equipo de rayos x que necesitaba para hacer un trabajo. Terminé de trabajar, estaba haciendo algunas mediciones y tenía que continuar trabajando en el INIFTA. Fui al bar de Ingeniería para tomar una pequeña colación a modo de almuerzo, antes de ir al otro lugar de trabajo. Mientras estaba en la barra del Centro de Ingeniería, entra un grupo de gente que bajaron de algunos autos, portaban armas largas ,otras armas de puño, y sin identificarse nos dijeron que eran policías. Nos dan la orden de ponernos contra la pared y nos apuntan con fusiles Fal, nos cachean y revisan si había armas debajo de los almohadones de los bancos. Luego nos conducen al interior del Centro de Estudiantes. Yo tenía un portafolio con material de trabajo. En un momento dado me llaman por mi nombre, vuelvo al bar y me enfrento con quien parecía dirigir el grupo: un hombre de aproximadamente cincuenta años, entrecano, no muy alto y me pregunta si soy Carlos de Francesco, y empieza a mirar mis efectos personales. Le hago la aclaración de que también había otras personas con mi nombre en la Facultad, y también le pregunté si no se trataría de un error. Me dijo que no me haga problemas, y que me iban a llevar para aclarar la situación. Ordena que me tapen los ojos con una venda negra, me atan las manos y me tiran entre el asiento trasero y delantero de uno de los vehículos. Así hacen un recorrido corto, de diez minutos, y entran en un lugar que parece ser un garage. Queda el auto en marcha, escucho que conversan y alguien que pregunta ¿qué hacemos con éste? LLévenlo al campo, dijeron. El auto sigue su marcha, recorre un largo trayecto y aparezco en un lugar que creo era Arana. Allí me recibe un carcelero, me retira los efectos personales y me pregunta a qué “orga” pertenecía. Entonces le digo que no comprendía el significado deltérmino “orga” y me aclara que: organización Me aclara que más vale que hable porque de lo contrario lo iba a pasar mal. De ahí me llevan a una celda aislada de dos metros por uno y me interrogan a la segunda noche. Luego aparece un adolescente de apellido Villareal y lo ubican conmigo. Conversamos subrepticiamente y me cuenta las circunstancias de su detención. El chico estaba tremendamente asustado. Si bien no soy practicante, fui educado en un colegio religioso, entonces a su pedidole enseñé las oraciones más corrientes. En el fondo, traté de tranquilizarlo en la medida que pude.

Sr. REBOREDO.- ¿Podría reconocer a alguien de ese grupo de tareas?

SR. DE FRANCESCO.-Sí, aunque no sé hasta qué punto. Recuerdo que había un hombre corpulento, entrecano, gordo y robusto que es el que nos apuntó con el fusil Fal. Luego había un grupo de gente, pero como estábamos encañonados, no pudimos observar más. El operativo fue muy organizado. Uno no se podía mover. Son los dos que pude ver mejor.

Dr. SCHIFFRIN.- Pasamos a realizar el reconocimiento de las fotos. En primer lugar la del granadero.

Sr. DE FRANCESCO.- Podría ser el granadero, pero no me atrevo a asegurarlo con certeza.

Dr. SCHIFFRIN.- En segundo lugar, se le mostrará la foto de Abachian.

Sr. DE FRANCESCO.- Sí; sin embargo, lo recuerdo con más edad de la que parece tener en esta foto. Aquí tiene una cara más infantil de la que yo recuerdo, pero es él, coincide totalmente la calvicie incipiente.

Dr. SCHIFFRIN.- Habiendo efectuado el reconocimiento de las fotos,el acto puede terminar; cabe aclararle que tiene derecho a que el Tribunal le restituya los gastos del viaje.

Dr. PIAGGIO.- Pedimos que al testigo se le exhiban las tres fotos, es decir, faltaría que efectúe el reconocimiento de la fotografía del desaparecido Reboredo.

DR. SCHIFFRIN.- La foto hay que conseguirla, por lo que la sugerencia que me han hecho es que el reconocimiento lo realice luego de que se le dé lectura del acta.

Dr.PIAGGIO.- De acuerdo.

Dr. SCHIFFRIN.- Se reabre el acto, en primer lugar, a fin de que el testigo examine la foto de Alfredo Reboredo, que obra en poder el señor secretario, por favor exhibasela.

Sr. DE FRANCESCO.- Lamentablemente no puedo precisar si coincide con esa persona. Sí recuerdo el apellido.

Dr. SCHIFFRIN.- Muy bien. En segundo término debería hacer una aclaración. En poder del señor secretario obra un acta complementaria de la declaración de la señora Patricia Williams. Por Secretaría se dará lectura del acta para que al mismo tiempo sirva de ratificación por parte de la señora Patricia Williams.

Sr. SECRETARIO.- (lee)

En la ciudad de La Plata , Capital de la Provincia de Buenos Aires, a los veinticinco días del mes de.noviembre de 1998, hallándose reunida la Cámara Federal de Apelaciones del circuito, encontrándose presentes el Señor Presidente, Dr.Leopoldo H. Schiffrin, y los Señores Jueces.Dr. Julio V. Reboredo, Carlos Alberto Nogueira y Antonio Pacilio, con la asistencia del Secretario Actuante, y dejándose expresa constancia que también se encuentran presentes el Sr Fiscal General ante la Cámara, Dr Julio Amancio Piaggio, el Sr Defensor Oficial, Dr Ricardo Alberto Gonzalez, y en representación de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos La Plata, los Dres Marta Vedio y Claudio Abalos, vuelve a comparecer la señora Patricia Williams de las demás condiciones obrantes en autos, y continúa bajo juramento,quien manifiesta que desea realizar una aclaración: sería de su agrado que, dado que en la lista figura sólo el apellido de su hermano, le gustaría que figurara el nombre completo, Carlos Guillermo Jorge Williams. Que es cuanto tiene que aclarar, por lo que no siendo para más se da por finalizado el acto previa lectura que de la presente da en alta voz el actuario, se ratifica el compareciente de todo su contenido, firmando al pie después del señor presidente, Dr. Leopldo Héctor Schiffrin y doctores Julio V. Reboredo, Carlos Alberto Nogueira y Antonio Pacilio, con la asistencia del fiscal general, doctor Julio Amancio Piaggio, el señor defensor oficial, doctor Ricardo Alberto González, y en representación de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos La Plata, doctora Elizabeth Rivas por ante mi, doy fe.-

Dr. SCHIFFRIN.- ¿Puede hacer una aclaración?

Sr. DE FRANCESCO.- Quisiera explicar que en el momento en que yo presenté esa copia desconocía el nombre completo del desaparecido Williams, pero tenía como dato que era hermano de mis compañeros de facultad.

Dr. SCHIFFRIN.- Por las referencias, ¿puede afirmar que se trataba de Carlos Guillermo Jorge Williams?

Sr. DE FRANCESCO.- Sí, porque se corresponde con la versión que yo tenía.

Que no tiene nada más que agregar con lo que se da por finalizado el acto, previa íntegra lectura que el Sr Secretario da de la presente, ratificándola en un todo por ser el fiel reflejo de sus dichos, luego del Sr Presidente, Dr. Leopoldo Schiffrin y Jueces, Dres. Julio Víctor Reboredo, Antonio Pacilio y Carlos Alberto Nogueira;el señor Fiscal General doctor Julio Amancio Piaggio, al igual que los demás intervinientes en el acto y mencionados al comienzo de ésta y por ante mí, de lo que doy fe.-