De Tomas, Néstor Pedro

La Plata, 3 de Marzo de 1999


  

En la ciudad de La Plata, a los tres días del mes de marzo de año 1999, comparece ante el señor Presidente del Tribunal doctor Antonio Pacilio y señores Jueces doctores Carlos Alberto Nogueira, Julio Víctor Reboredo y Leopoldo Héctor Schiffrin y Secretario Actuante doctor Hernán Schapiro, con la presencia del señor Fiscal General ante la Cámara doctor Julio Amancio Piaggio, la señora Defensora Pública Oficial Subrogante doctora María Inés Spinetta y la señora Defensora Elena Ricciardi de Giacomelli, con la presencia en representación de la Asamblea Permanente por los derechos Humanos -La Plata- doctores Elizabeth Rivas y Claudio Abalos y la señora Adelina Dematti de Alaye, una persona previamente citada a los fines de prestar declaración informativa, si es que a ello no se opone, haciéndole saber el derecho que le asiste de negarse a declarar sin que ello haga presunción en su contra. Interrogado el compareciente a tenor de lo preceptuado por el art. 241 del. C.P.M.P., dijo ser y llamarse Néstor Pedro De Tomas, de estado civil casado, de profesión ocupación y oficio médico, de nacionalidad argentino, nacido en la ciudad de La Plata, provincia de Buenos Aires, el día 16 de julio de 1947, que si sabe leer y escribir, con domicilio real en la calle 20 N 1439 de la ciudad de La Plata, acreditó su identidad mediante Libreta de Enrolamiento Nro 8.355.247, dijo ser hijo de Néstor Osvaldo y de Dora Iraizoz. Preguntado si fue procesado anteriormente responde que no, se le hace saber el derecho que le asiste a designar Abogado Defensor a sus costas, expresando que nombra al doctor Carlos Alberto Martínez Gómez, quien se halla presente en este acto, y al citar a dicho profesional concurre junto a su patrocinado y exhibe credencial que lo habilita con T 72 y F 875 de CFALP, manifestando aceptar el cargo y constituye domicilio legal en la calle 11 N 304 de La Plata. A continuación se le entera del contenido de la presente causa en la que se investiga la averiguación de la verdad, siendo que los elementos probatorios que obran en su contra y que fueron base de su citación se trata del marco investigativo que ha asumido esta Cámara para determinar lo acontecido con el destino final de las víctimas de la represión durante los años del llamado “Proceso”, desde 1976 al 1983. Acto seguido el Sr. Presidente del Tribunal expresa :- Que a raíz de una declaración testimonial de una familiar de un desaparecido, el Tribunal tomó conocimiento de una aparente gran cantidad -digo aparente porque no los tenemos - de certificados de defunción, de una gran cantidad de muertes con características similares ocurridas en este período. Estas defunciones serían generalmente de personas de ambos sexos, entre los 20 y 30 años de edad, con muertes traumáticas, por destrucción de masa encefálica por herida de bala en general y por hechos múltiples. Además de contar con la declaración testimonial que le referí, el Tribunal cuenta con asientos registrales provenientes del Registro Civil y del Cementerio donde se da cuenta que usted, en carácter de profesional médico, participó extendiendo certificados de defunción en esas condiciones.

Esos fueron los motivos que llevaron a este Tribunal a convocarlo a declarar. Voy a leerle dos normas. En aquel momento el artículo 82 del Código de Procedimientos Penal de la Provincia de Buenos Aires y el entonces vigente artículo 165 del Código de Procedimientos en materia penal de la Nación, establecían que “El médico, farmacéutico y demás personas que profesan el arte de curar, denunciarán en los certificados envenenamiento y otros graves atentados personales, cualquiera sean, donde hayan prestado los servicios de su profesión. Se encuentran exceptuados aquellos profesionales que han tomado conocimiento de estos hechos en la actuación profesional y que se hayan amparados por el secreto profesional”. Por otro lado, la ley del Registro Nacional de las Personas en su artículo 46, expresamente prescribe que “El fallecimiento es facultativo de la autoridad a la que corresponda expedir el certificado de defunción y deberá identificar la identidad del difunto conforme a los datos consignados en el documento nacional de identidad, y anotará el número de dicho documento en el mencionado certificado de defunción. No disponiéndose del documento nacional de identidad, se tomarán las impresiones dactiloscópicas. Si éstas no pudieran obtenerse, la identidad se probará con la intervención de dos testigos que conozcan al fallecido, haciéndose constar las causas que impidieron los anteriores datos. Si tampoco fuera posible esto último se harán constar las circunstancias que lo impiden”. Así, explicados los motivos que nos llevaron a convocarlo, lo primero que voy a requerirle, y que ya le anticipé, es si usted desea declarar o no. Le aclaro que si usted no desea declarar, su eventual silencio no va a ser tenido como una presunción en su contra.

Sr. DE TOMAS.- Sí, deseo declarar, señor Presidente.

Sr. PRESIDENTE.- Creo haberle explicitado el marco en el cual usted es convocado a esta audiencia. Quisiera que nos explique de la manera más detallada y pormenorizada posible, cuál fue su intervención en los hechos que le he narrado. Sustancialmente, reitero, actas de defunción de cadáveres de NN entre los 20 y 30 años de edad, fallecidos por las causas que le mencioné.

Sr. DE TOMAS.- He firmado certificados de defunción en las circunstancias que usted ha explicitado, y lo he hecho porque en esa época y hasta 1997 fui médico de la Policía de la Provincia de Buenos Aires. En ese sentido, actuábamos como auxiliar de la Justicia., es decir, que a solicitud de la instrucción, nosotros actuábamos en los hechos donde existía intervención médica y he firmado certificados de defunción. No sé si queda contestado.

Sr. PRESIDENTE.- Le solicitaría que nos explique cuál era la operatoria que se seguía por parte de usted, como médico, hasta firmar el certificado de defunción.

Sr. DE TOMAS.- Yo formaba parte de una guardia médica en el Departamento Central de la Policía, donde funcionaba antiguamente la Dirección de Sanidad y Medicina Legal. A partir de fines de 1974 y principios de 1975, me trasladan de otro lugar de actividad médica en donde estaba al Departamento Central de Policía, donde funcionaba la Dirección de Sanidad. En esa Dirección existía una guardia médica con un jefe de guardia médica, como más o menos ocurre en un hospital, donde el jefe médico tenía dos o tres médicos que trabajaban en la guardia. Esta guardia tenía una particularidad: se cumplían 24 horas, pero no eran 24 horas corridas, sino que era una mañana, una tarde y una noche, para cubrir esa cantidad de horas.

O sea, que en la semana uno estaba dos días: una noche o una mañana y posteriormente una tarde en esa guardia. Tenía una doble tarea, una era la de médico asistencial en la cual se hacía la asistencia y el control de ausentismo del personal policial y otra, la médico legal, donde se cumplía a requerimiento de las distintas seccionales que comprendían lo que en esa época se llamaba Unidad Regional La Plata, toda la tarea médico legal de distinto tipo. Nosotros siempre actuábamos en la parte médico legal a requerimiento de la instrucción actuante o sea, de la seccional que tenía a cargo el hecho. En los casos de muerte violenta efectuábamos el levantamiento del cadáver, se hacía el reconocimiento médico legal y se entregaba el certificado de defunción correspondiente.

Sr. PRESIDENTE.- Cuando usted dice “efectuábamos el levantamiento del cadáver”, ¿se refiere a que acudían al lugar del hecho?

Sr. DE TOMAS.- Sí, cuando existía el hecho de muerte violenta, la instrucción llamaba al médico de policía para hacer el reconocimiento del cadáver y se lo trasladaba a la morgue, que en esa época funcionaba en dependencias del Departamento de Policía.

Sr. PRESIDENTE.- El reconocimiento del cadáver ¿se efectuaba en el lugar del hecho?

Sr. DE TOMAS.- No. El reconocimiento del cadáver se efectuaba en la sala de autopsias, es decir se produce el levantamiento del cadáver en el lugar del hecho. Esto se realizaba no solamente en los hechos por los que estoy convocado sino en cualquier hecho común, de cualquier tipo. En todo hecho que ocurría en cualquiera de las comisarías de la ciudad de La Plata, se efectuaba el mismo procedimiento.

Sr. PRESIDENTE.- En todos los casos en los que usted extendió certificados de defunción en las condiciones que venimos mencionando ¿vio el cadáver?

Sr. DE TOMAS.- Siempre he visto el cadáver. Nosotros teníamos una metodología de trabajo y digo nosotros porque esto venía de mucho tiempo atrás. Cuando ingreso a la ciudad de La Plata a cumplir tareas en la Dirección de Medicina Legal, ya existía una cierta metodología de trabajo. Esta metodología consistía en realizar el levantamiento del cadáver y efectuar la práctica médico legal que fuese necesaria y se asentaba en un libro que se llamaba Libro de Reconocimientos Médicos Legales. En esos libros se asentaba toda la tarea médico legal o sea, toda la competencia que tiene el médico dentro de la medicina legal. Cuando un cuerpo ingresa a la morgue se le coloca un número que es correlativo. Existe un libro de morgue donde se asienta el ingreso y el egreso del cadáver.

El ingreso con un número determinado. Todo tipo de cadáver NN o no NN estaba identificado de esa forma, dado que esa era la manera de identificar cadáveres en la morgue. Entonces, por ejemplo, en la cámara N 1 estaba el cadáver N 215 y en la cámara N2, estaba el cadáver N 216; entonces, existían número correlativos de cadáveres siendo este el control que llevaba la morgue y el control que teníamos para entregar los cuerpos. En el libro donde se anotaba la práctica médica legal de reconocimiento, se colocaba que había un cadáver NN de sexo masculino con las distintas características antropológicas de ese cadáver y se colocaba el número que figuraba colocado en ese cadáver y correspondía al número de ingreso a la morgue.

Sr. PRESIDENTE.- ¿Nunca expidió un certificado de defunción a raíz de las aceptaciones que figuraban en el libro de registros.

Sr. DE TOMAS.- Sí, a veces ocurría eso, pero de cualquier manera como el certificado de defunción se entrega cuando se retira el cadáver, uno estaba en condiciones de poder ver y corroborar lo que estaba afirmando. Además, por una cuestión personal, siempre corroboro lo que estoy firmando.

Sr. PRESIDENTE.- Voy a efectuarle un ejercicio de memoria, como lo expresé, nosotros tenemos una gran cantidad de supuestos certificados de defunciones expedidos por usted. En estos momentos no tenemos los certificados pero sí los informes. Le voy a mencionar hechos de muertes y tal vez le pueden llegar algunas ideas a la memoria o características particulares que nos puedan aclarar. En octubre de 1976, era médico de guardia y aparecen expedidos con fecha 28 de octubre de 1976 cinco certificados de defunción de NN del sexo masculino, todos ellos con el mismo causal: destrucción de masa encefálica por herida de bala. Se hace mención al lugar del hecho que acontece en calle 115 y avenida Pereyra Iraola de La Plata. ¿Puede aportar algún dato más?

Sr. DE TOMAS.- No puedo decir exactamente nada, porque no recuerdo el hecho pero he ido a lugares donde hubo enfrentamientos, puntualmente recuerdo haber ido por la calle 30 ó 31 detrás del cementerio, otro caso en calle 4 y 35 -más o menos- pero puntualmente no recuerdo nada.

Sr. PRESIDENTE.- Muy bien. Le voy a preguntar acerca de hechos determinados y conteste si recuerda algún hecho puntual. En 1976, aparece como lugar del hecho Arana, a la 1y 30 de la madrugada dos personas del sexo masculino con destrucción de masa encefálica. ¿Recuerda ese caso?

Sr. DE TOMAS.- No lo recuerdo.

Sr. PRESIDENTE.- En enero de 1977 se registra un hecho donde suceden dos defunciones de personas del sexo masculino por destrucción de masa encefálica por herida de bala. Un hecho aparentemente acontecido a las 23.40, dos masculino, en 38 entre 22 y 23. ¿Puede aportar algo con respecto a esto?

Sr. DE TOMAS.- No lo recuerdo.

Sr. PRESIDENTE.- En abril de 1977 aparece un hecho múltiple, aparentemente hay un certificado de defunción, también expedido por usted, donde se hace mención al lugar del hecho en 35 y 25, a las 2.20 de la mañana, tres masculinos, ¿recuerda algo sobre este hecho?

Sr. DE TOMAS.- No, doctor.

Sr. PRESIDENTE.- En abril de 1977, en 96 y 6 -según figura- ocurre un hecho donde aparecen tres masculinos y una femenina con destrucción de masa encefálica por herida de bala, a la una de la mañana, ¿recuerda algo de esto?

Sr. DE TOMAS.- No lo recuerdo.

Sr. PRESIDENTE.- En abril de 1977 se produce un hecho en 7 y 66 en donde consta hemorragia interna y externa por proyectiles de arma de fuego. Este hecho tiene una particularidad, aparece un NN y una persona identificada con nombre y apellido, Miguel Arturo Rosas, ¿le trae algo a la memoria?

Sr. DE TOMAS.- No, si está identificado es porque tenía la documentación o la instrucción lo identificó, porque nosotros nos manejábamos con las fichas dactilares que tomaba la instrucción.

Sr. PRESIDENTE.- ¿La instrucción tomaba fotos?

Sr. DE TOMAS.- He visto fotógrafos, pero no he visto las fotos.

Sr. PRESIDENTE.- ¿Los fotógrafos tomaban las fotos en el lugar del hecho o en la Morgue?

Sr. DE TOMAS.- En la Morgue y también en el lugar del hecho, pero no le puedo precisar si era habitual.

Sr. PRESIDENTE.- ¿Usted conoce el nombre de alguno de esos fotógrafos?

Sr. DE TOMAS.- No.

Sr. PRESIDENTE.- Le quiero aclarar que en el marco investigativo que le he comentado hacemos especial hincapié en el cementerio de La Plata, lugar en donde esta Cámara ha decretado una medida de no innovar sobre determinadas fosas. Algunos de los certificados correspondientes a esas fosas fueron suscriptos por usted y, por esa razón, le quiero hacer algunas preguntas sobre casos puntuales. En agosto de 1977 se hace mención a una hemorragia interna en un hecho ocurrido en ruta 2, kilómetro 85.500, Abasto, un masculino.

Sr. DE TOMAS.- No lo recuerdo.

Sr. PRESIDENTE.- En diciembre de 1977, en City Bell, a las 3 horas. En este hecho hubo una particularidad que tal vez usted recuerde, aparece suscribiendo un certificado con quemaduras y amputación de manos, ¿esto le recuerda algo?

Sr. DE TOMAS.- Seguramente, si era un quemado, la amputación de manos se produce por la misma carbonización. El caso no lo recuerdo.

Sr. PRESIDENTE.- En septiembre del ‘77, en Berazategui, a las 4.30 horas, una femenina con destrucción de masa encefálica por herida de bala.

Sr. DE TOMAS.- No lo recuerdo. A Berazategui no he ido, lo han traído a La Plata indudablemente.

Sr. PRESIDENTE.- Le menciono Berazategui porque es el lugar donde aconteció el hecho.

Doctor, ¿en qué casos se descartaba la autopsia?

Sr. DE TOMAS.- En los casos en que era clara y evidente la causal de la muerte o cuando existían múltiples impactos de proyectil de armas de fuego con entradas y salidas.

Sr. PRESIDENTE.- ¿Esta es una práctica que se sigue actualmente?

Sr. DE TOMAS.- No, actualmente no. Yo he estado hasta hace muy poco tiempo en actividad y creo que cada vez hay que descartar menos la autopsia médico-legal por el tema de los tóxicos, barbitúricos y drogas que uno en cada hecho tiene que merituar. En esa época no se pensaba tanto en estos casos. Tampoco estábamos tan avanzados en el problema de la toxicología y todo eso.

Sr. PRESIDENTE.- ¿A quién le entregaba el certificado de defunción?

Sr. DE TOMAS.- A quien lo requería. Generalmente a la instrucción o a la gente de la pompa fúnebre que iba a buscar dicho certificado.

Sr. PRESIDENTE.- ¿A partir de ahí perdía contacto con el cadáver?

Sr. DE TOMAS.- Sí. La responsabilidad nuestra era constatar la muerte, determinar la causa y entregar el certificado de defunción.

Sr. REBOREDO.- Doctor: ¿recuerda haber certificado la defunción de dos personas que fallecieron, según los certificados que surgen del acta, en Arana, a la 1 y 30 del día 16 de noviembre de 1976?

Sr. DE TOMAS.-No, no recuerdo. Las circunstancias no las recuerdo.

Sr. REBOREDO.- ¿Recuerda en Arana haber ido a reconocer o levantar algún cadáver?

Sr. DE TOMAS.- Por detrás del Cementerio, por la 137 he ido. No sé si es Arana puntualmente.

Sr. REBOREDO.- Siendo médico de Policía, debe haber ido a requerimiento de la instrucción.

Sr. DE TOMAS.- Sí, nosotros nunca salíamos si no existía el requerimiento de la seccional que correspondía.

Sr. REBOREDO.- ¿En ese caso correspondería al destacamento de Arana?

Sr. DE TOMAS.- No sé si al destacamento de Arana o a la comisaría 5. Realmente no le puedo contestar eso exactamente. Al destacamento de Arana yo no he ido.

Sr. REBOREDO.- En el correr de su declaración mencionó al pasar la calle 4 y 35.

Sr. DE TOMAS.- 4 entre 34 y 35. Lo recuerdo porque fue un enfrentamiento en el cual fuimos requeridos con la ambulancia. Ahí se estaba produciendo un tiroteo y nos tuvimos que quedar un poco retrasados porque teníamos el peligro hacia nosotros. Era de día.

Sr. REBOREDO.- ¿Recuerdo si cuando cesó el tiroteo levantaron cadáveres?

Sr. DE TOMAS.- Sí, pero no le puedo decir cuántos ni cómo. No le recuerdo en este momento. Recuerdo puntualmente eso porque uno estuvo presente. Yo iba con el enfermero y le dije al chofer “bueno, no nos acerquemos hasta que esto termine”. Porque uno estaba en el medio de esa situación.

Dr. REBOREDO.- ¿Usted recuerda haberlo practicado personalmente el reconocimiento de ese cadáver cuando llegó a la morgue?

Sr. DE TOMAS.- Yo le practiqué el reconocimiento y lo asente en el libro Yo hice todo lo que correspondía a las circunstancias.

Dr. REBOREDO.- ¿Algunos de esos cadáveres estaban identificados?

Sr. DE TOMAS.- No lo recuerdo.

Dr. SCHIFFRIN.- Con respecto a elementos que ya los colegas suyos así lo declararon sobre la operatoria de la morgue y que usted nos ha aportado nuevos elementos, yo quisiera componer un cuadro de situación acerca de lo que parece que hemos estado dirimiendo sobre la operatoria. Es decir el libro de ingresos o egresos a la morgue.

SR. DE TOMAS.- El libro de morgue, que todavía se sigue llevando, donde ingresa el cadáver y donde consta el ingreso y egreso de la morgue, ahí está el número.

Dr. SCHIFFRIN.- Luego viene el momento del reconocimiento y luego se acienta en el libro de guardia.

SR. DE TOMAS.- El libro de guardia o de práctica técnico-legales era un libro de 500 o 600 fojas, que venía impreso por la imprenta, donde figuraban todos los datos y cuando era cadáver, se le ponía al cadáver y el número que le correspondía al número de morgue, de todo tipo, identificado o no.

Dr. SCHIFFRIN.- Los colegas que han declarado anteriormente, estamos hablando de casos NN, en el libro de prácticas médicas legales, como decía un colega suyo, que con el contenido del libro se hacía un informe a la instrucción.

SR. DE TOMAS.- En el libro se volcaba todo. Vamos a suponer unas lesiones. Se veía al individuo, nombre y apellido, edad, sexo y se describía la lesión. Todo eso quedaba asentado en el libro. Ante el pedido de la instrucción, uno contestaba el informe correspondiente.

Dr. SCHIFFRIN.- Un colega suyo dijo que siempre llegaba a la instrucción el contenido del reconocimiento a través de una nota...

Dr. DE TOMA.- Ante el llamado de la instrucción, nosotros salíamos. Pero la instrucción es quien envía la nota solicitando el reconocimiento médico, que era contestada por nosotros.

Dr. SCHIFFRIN.- ¿Es decir que ustedes siempre procedían en virtud de un requerimiento que venía de la instrucción para hacer el reconocimiento?

Dr. DE TOMAS.- Siempre actuábamos con la misma mecánica, antes, durante y después de los hechos que se estaban investigando. La metodología de trabajo siempre fue la misma: actuábamos ante la solicitud de la instrucción.

Dr. SCHIFFRIN.- ¿ La solicitud de la instrucción era siempre escrita?

Dr. DE TOMAS.- Generalmente enviaban un radiograma.

Dr. SCHIFFRIN.- Los requerimientos escritos eran mesurados en las oficinas?

Dr. DE TOMAS.- Eran contestados. Pienso que debe quedar un duplicado en algún lado.

Dr. SCHIFFRIN.- Es decir que las notas quedaban registradas.

Dr. DE TOMAS.- Sí. Quedaba copia de nuestra actuación, pero no sé si del pedido.

Dr. SCHIFFRIN.- En cuanto al otorgamiento de los certificados de defunción, venían siempre con un oficio del instructor. Algunos declarantes nos han dicho que también estos oficios eran archivados...

Dr. DE TOMAS.- El certificado de defunción era efectuado por la parte administrativa, porque no compete a la parte médica. El personal de Morgue era quien colocaba el cadáver en el cajón y luego era entregado, como correspondía.

Dr. SCHIFFRIN.- ¿En que lugar era colocado el número en cada cadáver? ¿A través de un cartel en el muslo?

Dr. DE TOMAS.- Los números se colocaban generalmente en los miembros inferiores, y eran marcados con tinta de tomar impresiones porque en aquella época no había marcadores.

Dr. SCHIFFRIN.- ¿Se usaba algún cartelito colgado?

Dr. DE TOMAS.- No lo he visto. Se lo hacía de esa manera para que no desapareciera, ya que las cámaras tenían humedad.

Dr. SCHIFFRIN.- El número que figuraba en varios documentos de la morgue era el que estaba sobre el cuerpo del occiso. ¿Ese número también era registrado en el certificado de defunción?

Dr. DE TOMAS.- Pienso que sí, porque era un control interno para reconocer los cadáveres que ingresaban y egresaban.

Dr. SCHIFFRIN.- Usted estuvo con cierta frecuencia en el levantamiento de cadáveres por enfrentamientos. Un colega suyo se refirió a enfrentamientos reales o supuestos. El supuesto con que, en fin, con la herida que presentaba el cadáver era el disparo de un arma de fuego en la cabeza, lo que causaba destrucción de la masa encefálica y como lo dijo un colega suyo, habitualmente no en el frente sino por el cráneo, por detrás. ¿Qué veía usted?

Sr. DE TOMAS.- Yo observaba múltiples impactos de proyectiles de armas de fuego en la cabeza, en el tórax y en el abdomen. Como usted bien dijo y también mis colegas, la mayoría lo veíamos en el cráneo. No lo puedo aseverar ahora. No recuerdo si era de atrás hacia adelante o viceversa, pero la mayoría eran en la cabeza, en el tórax y en el abdomen.

Dr. SCHIFFRIN.-Muchas gracias.

Dr. REBOREDO.- De las certificaciones que usted ha realizado en NN, ¿tuvo noticias posteriores de que se hubiera identificado algunos de esos NN?

Sr. DE TOMAS.- No tuve noticias en absoluto. Habitualmente cuando ocurre eso, cualquier certificado de defunción hay que rehacerlo. El registro civil lo llama pero esto en la práctica médica común yo no he hecho. Yo me refiero al acto médico de la certificación de la muerte.

Dr. REBOREDO.- Yo tengo un acta donde me consta una anotación marginal respecto a que ese NN, acerca de lo que usted certificó sobre el fallecimiento, el 9 de noviembre de 1976, lugar de fallecimiento calle 4 bis entre 529 y 530, fue posteriormente identificado como Luis Eduardo Sisto de Ansi.

Sr. DE TOMAS.- Eso no lo recuerdo. ¿Yo firmé esa declaración?

Dr. REBOREDO.- No.

Sr. DE TOMAS.- A mi nadie me convocó.

Dr. REBOREDO.- Me refiero a una nota marginal que figura en el acta de defunción.

Sr. DE TOMAS.- Habitualmente lo que debiera haber ocurrido es que me llamen para que yo avale esa certificación.

Dr. REBOREDO.- ¿Usted no fue llamado para la identificación?

Sr. DE TOMAS.- No. No se lo puedo decir porque a mi no me llamaron nunca en ese sentido.

Dr. NOGUEIRA.- Doctor De Tomas: el señor presidente comenzó a interrogarlo y le expuso 10 o 12 casos donde usted había firmado. Usted no recuerda pero quisiera que agudizara la memoria para saber en estos diez o doce casos qué circunstancias o qué características le llamaron la atención, esto desde el punto de vista médico u otro.

Sr. DE TOMAS.- Las características, desde el punto de vista médico, fueron los múltiples impactos de arma de fuego, cosa que no es habitual a excepción de casos de disparos sobre todo el cuerpo. Esto fue lo que me llamó la atención. No puedo aseverar los lugares en cada uno de esos certificados porque no logro recordarlo. He ido a hacer el levantamiento de los cadáveres. Esto lo recuerdo porque lo he hecho pero no puedo aseverarlo con detalles.

Dr. PIAGGIO.- Doctor De Tomas: usted ha adelantado la intervención que le cupo en su carácter de médico forense y que obviamente usted siempre actuó, igual que sus colegas, por algún requerimiento de carácter judicial o bien de una autoridad policial. Me interesaría saber si en alguna oportunidad algún magistrado le ordenó a usted la exhumación y posterior microscopía de algún cadáver.

Dr. DE TOMAS.- ¿En esa época?

Dr. PIAGGIO.- Sí, derivados de algún enfrentamiento múltiple o de algún tiroteo.

Dr. DE TOMAS.- Yo seguí trabajando hasta el ‘97, he hecho exhumaciones posteriores, pero después de los años ‘80. No sé si se refiere a eso. En esa época no recuerdo haber efectuado exhumaciones en los años del ‘76 al ‘83, pero que he actuado en exhumaciones, en muchas.

Dr. PIAGGIO.- La pregunta va dirigida a que normalmente el estudio sobre un cadáver de casos de muertes violentas producidas a raíz de tiroteos, y que se trata de establecer también la intervención que le cupo al agresor: la distancia del disparo, la forma, el sentido, la dirección, la distancia, etcétera. Simplemente quería saber si en ocasión de estos certificados que usted firmó de la época de que la Cámara está abocada al esclarecimiento de la verdad, se había efectuado alguna reautopsia con algún cadáver.

Dr. DE TOMAS.- No sé si en tiempos posteriores, pero que a mí me hayan hecho referencia a que fue de un certificado que yo he hecho, no, nadie me hizo referencia.

Dr. PIAGGIO.- No le han hecho referencia.

Dr. DE TOMAS.- Exhumaciones he hecho muchas en distintas épocas pero que especialmente me hayan referido alguna en que yo haya actuado, no le puedo decir porque no lo han hecho.

Dra. RIVAS.- Señor presidente: quería saber de los colegas médicos del doctor, quiénes eran sus compañeros de guardia.

Dr. DE TOMAS.- En la guardia en que yo estaba, el jefe de guardia era el doctor Ciafardo. También estaban los doctores Pérez Albizú y Pardoni. Creo que circunstancialmente también estuvo el doctor Michelik.

Dra. RIVAS.- Ese número que se colocaba en el cadáver, ¿también se colocaba en los efectos personales, en la ropa, en las distintas cosas que se le podían sacar al cadáver?

Dr. DE TOMAS.- Yo no se lo puedo contestar porque no lo sé. Nosotros desvestíamos el cadáver y se entregaba al morguero que se hacía cargo de la ropa, pero no le puedo aseverar si se le colocaba un número o no. Entiendo que tendría que habérsele colocado, pero no se lo puedo contestar porque no lo sé.

Dra. RIVAS.- En una ciudad como La Plata, entonces muy chica, ¿alguna vez reconoció algún cadáver como perteneciente a algún amigo de la familia, a algún hijo de un amigo?

Dr. DE TOMAS.- No reconocí nunca. A veces, por las circunstancias y las formas de la muerte, estaban irreconocibles.

Dra. RIVAS.- Existen, entre los certificados que el doctor ha expedido, uno de un hecho ocurrido en la calle 30 entre 55 y 56. ¿El doctor recuerda haber estado en ese lugar?

Dr. DE TOMAS.- No, en ese lugar creo no haber estado. Recuerdo el hecho porque lo comentó algún compañero de guardia. Yo he hecho el certificado de defunción, porque alguno a realizado el reconocimiento, pero indudablemente he visto el cadáver, porque acostumbraba a ver todo lo que firmaba.

Sr. PRESIDENTE.- ¿A qué fecha se refiere ese hecho, doctora Rivas?

Dra. RIVAS.- 15 de noviembre de 1976.

Sr. PRESIDENTE.- El día del hecho fue el 24 de noviembre.

Dra. RIVAS.- Sí.

Sr. DE TOMAS.- No recuerdo.

Dra. RIVAS.- En los casos que intervino ¿alguna vez hubo algún cadáver de un menor?

Sr. DE TOMAS.- Nunca vi un cadáver de un menor en los casos que yo intervine ni en la morgue de la ciudad de La Plata.

Dra. RIVAS.- ¿Cadáveres de mujeres embarazadas?

Sr. DE TOMAS.-He visto mujeres, pero no puedo aseverar si estaban embarazadas.

Dra. RIVAS.- ¿Que fuera manifiesto?

Sr. DE TOMAS.- Manifiesto ninguno.

Sra. RIVAS.- En el caso de amputación de manos, el hecho fue el 9/12/77 y la inhumación el 12/1/78, que fue referido por el señor presidente, evidentemente no pudo haber sido un desgarramiento por las mismas quemaduras, porque las manos fueron enterradas días después.

Sr. DE TOMAS.- Puede ser, no recuerdo. Yo le dije lo que podía haber ocurrido, no recuerdo el caso. Para identificación se utiliza la amputación de manos. En la policía existe el servicio de Electro dactiloscopia, donde para cuando la condición del cadáver no permite tomar las huellas digitales por el estado en que se encuentra, se amputan las manos y mediante un proceso se toman esas huellas. Luego vuelven al cajón las manos amputadas. Eso se hace actualmente también: hace 50 años que se realiza esa práctica en la Policía de la Provincia, pero en otros lados no se hace.

Dra. RIVAS.- Hay un episodio que ocurre en 197 y ruta 10, en el que firma un certificado de un cadáver de sexo femenino. La fecha es del 12 de marzo de 1977 -es el acta- y el hecho sucedió el 5 de mayo de 1977. La pregunta es si estuvo en el lugar del hecho y si podría identificar si había otros restos cuyos certificados puedan haber sido otorgados por otro médico.

Sr. DE TOMAS.- No recuerdo ni el lugar ni si existían otros médicos.

Dra. RIVAS.- ¿conocía como médico al doctor Vicente de Arzi?

Sr. DE TOMAS.-Sí. El doctor de Arzi es un médico ginecólogo bastante conocido en la ciudad de La Plata.

Dra. RIVAS.- El doctor de Arzi ¿nunca se acercó a usted y le preguntó por ese cadáver de su hijo, del cual usted había firmado el certificado de defunción?

Sr. DE TOMAS.- Yo no lo recuerdo, doctora,. Realmente no recuerdo si se acercó el doctor de Arzi.

Dra. RIVAS.- En el episodio de la calle 4 entre 35 y 36...

Sr. PRESIDENTE.- Voy a solicitarle, doctora, que especifique la fecha.

Dra. RIVAS.- El doctor manifestó que había estado presente cuando el doctor Reboredo le preguntó sobre el episodio. Este ocurre en la calle 4 entre 35 y 36 y el doctor dijo que lo citaron y que cuando llegó todavía no había terminado el tiroteo. ¿Cómo sabía usted que había cadáveres si todavía no había terminado el enfrentamiento?

Sr. DE TOMAS.- Yo no dije que había cadáveres, dije que había un tiroteo y hasta tanto no terminó no nos acercábamos. Una vez finalizado, nos acercamos, pero no le puedo precisar cuántos cadáveres había. En este momento, no lo recuerdo. Nosotros íbamos con la ambulancia, el chofer y el enfermero que también nos acompañaba y llevamos los cadáveres pero no me pregunte cuántos, porque no le puedo decir.

Dra. RIVAS.- Yo no le pregunté cuántos eran. La citación a los médicos era a los efectos de levantar cadáveres. El doctor De tomas manifestó que había ido previamemte y que tuvo que esperar a que terminara el tiroteo. Mi pregunta es ¿cómo sabían que iba a haber cadáveres como para citar a los médicos para que los levantaran?

Sr. DE TOMAS.- No es así. A nosotros nos llamaron porque había un tiroteo; iba un médico en la ambulancia y el enfermero, pero no se sabía si íbamos a levantar cadáveres. No nos podíamos acercar por el tiroteo pero al finalizar éste, llevé cadáveres, aunque no le puedo precisar cuántos eran. A mí no me citaron porque había cadáveres sino porque había un enfrentamiento en un determinado lugar.

Dra. RIVAS.- Señor presidente: no me queda en claro a qué efectos puede ser llamado un médico en medio de un tiroteo.

Sr. PRESIDENTE.- En esa oportunidad y para aclarar la pregunta, a usted lo llamaban al lugar del hecho cuando había cadáveres. En este hecho puntual ¿en qué circunstancia fue convocado por prevención policial?

Sr. DE TOMAS.- A nosotros nos llamaron a la guardia diciendo que había un enfrentamiento en tal lugar y que necesitaban una ambulancia.

Sr. PRESIDENTE.- ¿Esto era normal?

Sr. DE TOMAS.- A veces era normal. En muchos lugares la ambulancia salía a levantar un accidentado.

Sr. PRESIDENTE.- ¿Se los convocaba aun cuando no hubiera cadáveres sino ante la eventualidad de que los hubiera como productor de un enfrentamiento?

Sr. DE TOMAS.- También si había heridos. En esa ocasión yo traje cadáveres pero no le puedo decir cuántos. La convocatoria existía.

Sr. PRESIDENTE.- Mientras sucedía el tiroteo...

Sr. DE TOMAS. Sí.

Dr. SCHIFFRIN.- Cuando usted mencionó a los heridos en esta ocasión de la calle 4 entre 35 y 36 o en otras en que usted fue a levantar cadáveres de un enfrentamiento, suele haber no sólo fallecidos sino también heridos de distinta gravedad. ¿Alguna vez recogió heridos?

Sr. DE TOMAS.- En esa circunstancias, no.

Dr. NOGUEIRA.- Refiriéndome a este tema de la calle 4 ¿quién lo acompañó?

Sr. DE TOMAS.- No lo recuerdo. Generalmente iba el chofer y el enfermero aunque podía ir otro médico.

Dr. NOGUEIRA.- ¿No se acuerda de los nombres?

Sr. DE TOMAS.- No puedo recordarlos. Ha pasado mucho tiempo.

Dra. RIVAS.- Cuando una persona está en un enfrentamiento y recibe uno o dos disparos, no puede continuar tirando perfectamente. La existencia de múltiples impactos de bala que no son ya los que derriban a una persona sino que son por los que están declarando los médicos, ¿en algún caso no lo vieron más similar a un fusilamiento que a un abatimiento por lucha?

Sr. DE TOMAS.- Doctora: no lo puedo expresar exactamente porque uno se refiere a que son múltiples proyectiles de armas de fuego. No puedo precisas si es un abatimiento o un enfrentamiento porque las características no las conocía. Yo llegaba al lugar y veía cadáveres con impactos de proyectiles, también veía impactos en la acera, las paredes, pero no podía explicar si era un enfrentamiento o no.

Dr. ABALOS.- Me voy a referir al Acta N 48 donde hay una diferencia de cinco días entre la fecha de fallecimiento y la que se libra el acta. Las fechas son 5 de mayo de 1977 y 12 de mayo respectivamente. Quisiera que aclarara esta situación de la diferencia de días entre la fecha de fallecimiento y la fecha que se libra el Acta.

Sr. DE TOMAS.- La fecha de fallecimiento que uno coloca en el certificado de defunción es la que corresponde al momento de la muerte, pero el certificado de defunción se puede extender en el tiempo. Si un hecho ocurre el 3 de marzo de 1999, puedo hacer el certificado de defunción con fecha 15 de marzo, porque o si no si se tienen 24 horas para hacer la inscripción en el Registro Civil entonces se vence. Por eso en el certificado de defunción se coloca la fecha de muerte y de expedición del certificado. No conozco la característica particular de ese caso, pero para eso deberíamos ver el certificado de defunción.

Sr. ABALOS.- Con respecto al Acta N214 de fecha 9 de agosto de 1977 y el Acta realizada el mismo día, el diagnóstico del fallecimiento de la persona es hemorragia interna. Quisiera saber si este caso podría ser de muerte violenta.

Sr. DE TOMAS.- Ese es el certificado que el señor presidente me leyó.

Sr. PRESIDENTE.- ¿Perdón, usted se refiere a un certificado de defunción expedida el 9 de agosto de 1977 a un cadáver ubicado en Ruta 2 Km. 85,500 de Abasto?

Sr. ABALOS.- Sí, dice hemorragia interna pero no aclara is es un hecho producido por muerte violenta. Quisiera que el doctor aclare la situación.

Sr. DE TOMAS.- Se puede producir por otras cuestiones pero lo más probable es que sea por muerte violenta. No sé, tendría que ver el certificado de defunción correspondiente. Es probable que exista una causa principal y una causa accesoria y

en el informe que se envía al Registro Civil siempre se vuelca la causa principal.

Sr. ABALOS.- El doctor mencionó, señor Presidente, que él había concurrido a recoger cadáveres en la vía pública en varias oportunidades. Quisiera que el doctor aclarara cuáles fueron esas oportunidades.

Sr. PRESIDENTE.- ¿Puede usted precisar sus conceptos en ese sentido, doctor?

Sr. DE TOMA.- No, no puedo precisar la fecha, la hora ni el día de las oportunidades en que concurrí. En mi tarea y en mi trabajo fui en distintas oportunidades convocado por la instrucción a recoger cadáveres.

Sr. ABALOS.- Quisiera una mayor precisión acerca de si recuerda algún dato relevante de esa tarea pública a la vez que es una tarea que se graba fácilmente en la memoria.

Sr. PRESIDENTE.- Se la voy a reformular: nosotros ya le hemos preguntado, en relación a las certificaciones que le he mencionado, y le he dado cuenta de los lugares donde aparentemente se produjeron esos decesos. Recuerda usted los lugares que yo le mencioné con lujo de detalles con direcciones que estaban en certificados de defunciones expedidos por usted. La repregunta

sería si usted recuerda haber concurrido a alguno de esos lugares donde ocurrieron esos supuestos hechos que yo le mencioné.

Sr. DE TOMA.- No le puedo precisar exactamente si concurrí o no porque estaría faltando a la verdad pues mi memoria no me permite decirle si a esos determinados lugares concurrí. He concurrido a varios lugares en La Plata pero no se los puedo precisar exactamente porque no los recuerdo.

Sr. ABALOS.- Quisiera saber si el doctor puede referirse a casos en los cuales, si bien no se trata de las actas de defunción que tenemos presentes, podría haber intervenido como lo hicieron otros médicos que declararon anteriormente.

Sr. PRESIDENTE.- ¿Puede hacer mención a un hecho que le haya llamado poderosamente la atención en oportunidad de haber acudido a levantar cadáveres en la vía pública?

Sr. DE TOMAS.- No le puedo precisar ninguno. Todos me llamaron la atención porque era una situación que uno no la había elegido y que tenía que estar eludiéndola en una circunstancia bastante especial. Uno era un médico joven, prácticamente con muy pocos años de recibido. Habitualmente, nosotros usamos una chaqueta con una identificación y éramos unos de los pocos que podíamos ser identificados en esas oportunidades.

Sr. ABALOS.- Quisiera que se le mostrara al doctor para su reconocimiento una fotocopia que consta en la causa y que está identificada.

- El doctor Abalos se acerca al estrado de la Presidencia.

Sr. PRESIDENTE.- A los efectos de proceder a la identificación de una documentación que vamos a intentar someter a su reconocimiento, se va a pasar a un cuarto intermedio de cinco minutos, a los fines de que el secretario busque esa documentación en la Secretaría. En consecuencia, solicito que por favor, doctor De Tomas, permanezca en el recinto.

Sr. PRESIDENTE.- Se reabre el acto. Le voy a hacer exhibir una serie de fotocopias simples de lo que aparenta ser uno de los libros que usted mencionó. No sabemos bien de cuál libro se trata. Pretendemos, en la medida de sus posibilidades y sobre la base de que no son fotocopias autenticadas, que nos dé una noción del libro que se trata; si es uno de los libros que usted nos mencionó en el transcurso de la declaración. Usted verá que las fotocopias contienen en la parte superior un número de orden y en algunas usted aparece como médico. Después le voy a pedir si individualiza uno de los casos para que trate de darnos algún aporte o dato más.

-Así se procede.

¿Podría decirnos si estas fotocopias simples corresponden a uno de los libros que usted mencionó?

Dr. DE TOMAS.- No puedo asegurarlo, porque son facsímiles de los libros de entrada y salida de la Morgue, en los cuales figuran datos de los cadáveres.

Sr. PRESIDENTE.- Le ruego al Secretario que individualice el número de orden 362, que se lo muestre y nos diga de qué se trata.

Dr. DE TOMAS.- Es un libro de entrada de cadáveres...

Sr. PRESIDENTE.- El cadáver entró como NN. ¿Recuerda si todos los cadáveres entraban como NN?

Sr. DE TOMAS.- No, en absoluto. Esta persona ha entrado como NN y luego se la ha identificado con el número 362 por el morguero. Cuando da salida lo da con el nombre Marta Estela Peralta. Allí abajo figura.

Sr. PRESIDENTE.- Señor secretario: individualice el número de orden 370.

- Así se hace.

Sr. PRESIDENTE.- Allí aparece como médico y quisiera saber si es análogo de otro.

Sr. DE TOMAS.- Ese NN luego cuando se lo identifica, el morguero le da la salida con el nombre Aida tanto. Se hace entrega del cadáver Aida tanto. Ingresa como NN porque no está identificado. Después se identifica por la documentación o por las fichas dactiloscópicas o por el reconocimiento del familiar y ahí se coloca el nombre. Ingresó a la morgue como NN.

Dr. ABALOS.- Sobre estas actas, señor presidente -si es que identifica a estas actas-, quisiera preguntarle al deponente la razón por la cual estas actas constan de una serie de casilleros que pueden servir para la identificación antropológica en la cual está descripta la tez, la edad y otros casilleros más; también si se realizó la autopsia. Estos casilleros en las actas que presenté y que constan en ese libro están en blanco. Quisiera preguntarle cuál es la razón por la cual está en blanco si se trata de una persona NN.

Sr. DE TOMAS.- Es el libro del morguero. Allí constan los datos del cadáver para su depósito. En el libro que le corresponde al médico legal allí constan los datos correspondientes. Usted me dirá está puesto pero no está lleno, pero tampoco ése es el trabajo del morguero.

Dr. ABALOS.- En otras actas que presenté al Tribunal, estos casilleros no están llenos. Quisiera preguntarle porque en algunos casos están llenos y en otros no. Quiero aclarar que se trata de casos por accidente.

Sr. PRESIDENTE.- Se refiere al libro que está aquí.

Dr. ABALOS.- Sí, señor presidente. Fíjese que hay una señora de 76 años, de tez blanca donde dice que no se le realizó autopsia.

Sr. PRESIDENTE.- El que figura interviniendo el doctor De Tomas, es el 362.

Dr. ABALOS.- No. El doctor Tomas dijo que era habitual que lo dejaran en blanco. Hay otros donde los espacios están llenos. Quisiera saber cuál era la razón lógica o de operatividad para que algunos figuren llenos y otros no.

Sr. DE TOMAS.- Eso depende de la persona que está en la morgue, depende del morguero de turno. Algunos lo llenan y otros no.

Pero no es de tipo identificatorio.

Dr. REBOREDO.- Vuelvo sobre el episodio de la calle 4 entre 35 y 36 adonde usted concurrió a recoger los cadáveres o los recogió...

Dr. DE TOMAS.- Le voy a hacer una explicación para que quede más claro. Nosotros estábamos en una Dirección de Sanidad de Medicina Legal, o sea que no teníamos solamente ambulancia morguera, teníamos una ambulancia de servicio sanitario que se utilizaba para el personal policial. Cuando existía algún enfrentamiento o algún hecho -supóngase un hecho en una cancha de fútbol- la ambulancia con el médico y el enfermero concurría por si el personal policial tenía algún tipo de problema. O sea que no es una ambulancia morguera como existen actualmente en la ciudad de La Plata que se identifican y dicen “morguera”. Era una ambulancia asistencial común.

Dr. REBOREDO.- La pregunta estaba referida a otra cuestión. ¿Usted levantó cadáveres de ahí?

Dr. DE TOMAS.- Sí.

Dr. REBOREDO.- ¿Recuerda si usted mismo fue el que hizo el reconocimiento, el informe?

Dr. DE TOMAS.- No le puedo asegurar porque no lo recuerdo. Si no lo hice yo lo hizo alguno de los compañeros de la misma guardia.

Dr. REBOREDO.- Es decir que usted volvió con los cadáveres?

Dr. DE TOMAS.- Yo volví a mi lugar de trabajo, a la morgue, con los cadáveres y después no recuerdo si yo hice eso o hice otra tarea. Pero estaba dentro de la misma guardia.

Dr. REBOREDO.- Pero lo que usted debía haber hecho, ¿era dejar los cadáveres en la morgue y asentar en el libro de guardia todas las circunstancias relacionadas con esos cadáveres?

Dr. DE TOMAS.- No, en el libro de guardia lo asienta quien hace el examen del cadáver. Yo no recuerdo si lo hice yo, capaz que lo hice yo. No se lo puedo especificar.

Dr. REBOREDO.- Pero, de haberlo hecho usted ...

Dr. DE TOMAS.- De no haberlo hecho yo, lo hizo otro médico...

Dr. REBOREDO.- Perdón. De haberlo hecho usted, lo que usted debió haber hecho -que no recuerda si lo hizo o no- era asentarlo en el libro de guardia?

Dr. DE TOMAS.- En el libro de partes médico legales, en el libro de la guardia médica no en el libro cuyas fotocopias que me mostraron y que son de la morgue.

Dr. REBOREDO.- El libro de guardia o de partes, ¿se confecciona de puño y letra del profesional?

Dr. DE TOMAS.- De puño y letra del profesional que interviene en cada uno de los hechos.

Dr. NOGUEIRA.- Mi pregunta está relacionada con la que le formulara el doctor Reboredo. Usted dijo hoy que había dos libros, uno de morgue y un libro de partes médico legales.

Dr. DE TOMAS.- Sí.

Dr. NOGUEIRA.- Con referencia a este caso que estamos planteando, cuando usted vino con la ambulancia -usted hizo referencia a que pudo ser usted u otro médico-, acaso cuando viene la ambulancia ¿no tiene que ingresar ese dato en el libro de la morgue?

Dr. DE TOMAS.- Pero los ingresa el morguero que va conmigo o el enfermero.

Dr. NOGUEIRA.- Entonces tenemos que aclarar que tiene entrada por el libro de morgue.

Dr. DE TOMAS.- Sí. Siempre entra por el libro de morgue y después, cuando se hace la pericia, el médico lo ingresa al libro de partes médico legales y entra con el número correspondiente. Me refiero a estos números que son correlativos.

Dra. RIVAS.- La pregunta es si a los lugares donde concurrió -al lugar de los hechos, digamos- en algún momento estuvieron presentes los generales Camps, Suares Mason, Etchecolaz, Forastiero.

Sr. DE TOMAS.- Yo nunca ví a ningún general ni a gente de uniforme. En los lugares cuando uno iba había personal de la comisaría a la que correspondía. Nunca vi a este tipo de gente. Cuando me ha tocado concurrir a los enfrentamientos, nunca vi personal uniformado. Se trataba de gente que no conocía y que ni siquiera tenían nombre o apellidos, aunque sí tenían apodos. En tal caso, no puedo dar referencias sobre eso.

Dr. REBOREDO.- Siguiendo el hilo de la pregunta de la doctora Rivas ¿recuerda los apodos?

Sr. DE TOMAS.- No, doctor, no los recuerdos. Eran apodos triviales. Ninguno se llama de Tomas. Algunos apodos eran jocosos.

Dr. REBOREDO.- Pero si dice que eran jocosos ¿no los recuerda?

Sr. DE TOMAS.- Puedo decirle: pajarito, pirulo, es decir, puedo decir eso, pero no los recuerdo. No hay ningún nombre específico. Que es cuanto tiene que declarar.

No siendo para más se da por finalizado el acto previa e íntegra lectura que el actuario da de la presente (Art. 248 del CPMP) manifestando el compareciente que ratifica su contenido, firmando al pie después del Señor Presidente del Tribunal doctor Antonio Pacilio y señores Jueces doctores Carlos Alberto Nogueira, Julio Víctor Reboredo y Leopoldo Héctor Schiffrin. y de todos los presentes en el acto por ante mi de lo que doy fe.



En la ciudad de La Plata, a los tres días del mes de marzo de año 1999, comparece ante el señor Presidente del Tribunal doctor Antonio Pacilio y señores Jueces doctores Carlos Alberto Nogueira, Julio Víctor Reboredo y Leopoldo Héctor Schiffrin y Secretario Actuante doctor Hernán Schapiro, con la presencia del señor Fiscal General ante la Cámara doctor Julio Amancio Piaggio, la señora Defensora Pública Oficial Subrogante doctora María Inés Spinetta y la señora Defensora Elena Ricciardi de Giacomelli, con la presencia en representación de la Asamblea Permanente por los derechos Humanos -La Plata- doctores Elizabeth Rivas y Claudio Abalos y la señora Adelina Dematti de Alaye, una persona previamente citada a los fines de prestar declaración informativa, si es que a ello no se opone, haciéndole saber el derecho que le asiste de negarse a declarar sin que ello haga presunción en su contra. Interrogado el compareciente a tenor de lo preceptuado por el art. 241 del. C.P.M.P., dijo ser y llamarse Néstor Pedro De Tomas, de estado civil casado, de profesión ocupación y oficio médico, de nacionalidad argentino, nacido en la ciudad de La Plata, provincia de Buenos Aires, el día 16 de julio de 1947, que si sabe leer y escribir, con domicilio real en la calle 20 N° 1439 de la ciudad de La Plata, acreditó su identidad mediante Libreta de Enrolamiento Nro 8.355.247, dijo ser hijo de Néstor Osvaldo y de Dora Iraizoz. Preguntado si fue procesado anteriormente responde que no, se le hace saber el derecho que le asiste a designar Abogado Defensor a sus costas, expresando que nombra al doctor Carlos Alberto Martínez Gómez, quien se halla presente en este acto, y al citar a dicho profesional concurre junto a su patrocinado y exhibe credencial que lo habilita con T° 72 y F° 875 de CFALP, manifestando aceptar el cargo y constituye domicilio legal en la calle 11 N° 304 de La Plata. A continuación se le entera del contenido de la presente causa en la que se investiga la averiguación de la verdad, siendo que los elementos probatorios que obran en su contra y que fueron base de su citación se trata del marco investigativo que ha asumido esta Cámara para determinar lo acontecido con el destino final de las víctimas de la represión durante los años del llamado “Proceso”, desde 1976 al 1983. El compareciente expresa que no se opone al acto por lo que invitado a que manifieste lo que conozca y pueda aportar en este proceso. En este estado se solicita al señor De Tomas cuyos datos de filiación constan en autos, el reconocimiento de la carpeta de fotografías de las víctimas, aportadas por sus familiares, que obran en poder del Tribunal, manifestando el declarante que no reconoce a ninguna de las personas que aparecen fotografiadas en dicho carpeta. Que es cuanto tiene que declarar. No siendo para más se da por finalizado el acto previa e íntegra lectura que el actuario da de la presente (Art. 248 del CPMP) manifestando el compareciente que ratifica su contenido, firmando al pie después del Señor Presidente del Tribunal doctor Antonio Pacilio y señores Jueces doctores Carlos Alberto Nogueira, Julio Víctor Reboredo y Leopoldo Héctor Schiffrin. y de todos los presentes en el acto por ante mi de lo que doy fe.