Gelemur, Ernesto Luis

La Plata, 3 de Marzo de 1999

  

En la ciudad de La Plata, a los tres días del mes de marzo de año 1999, comparece ante el señor Presidente del Tribunal doctor Antonio Pacilio y señores Jueces doctores Carlos Alberto Nogueira, Julio Víctor Reboredo y Leopoldo Héctor Schiffrin y Secretario Actuante doctor Hernán Schapiro, con la presencia del señor Fiscal General ante la cámara doctor Julio Amancio Piaggio, la señora Defensora Pública Oficial Subrogante doctora María Inés Spinetta y la señora Defensora Elena Ricciardi de Giacomelli, con la presencia en representación de la Asamblea Permanente por los derechos Humanos -La Plata- doctores Elizabeth Rivas y Claudio Avalos y la señora Adelina Dematti de Alaye, una persona previamente citada a los fines de prestar declaración informativa, si es que a ello no se opone, haciéndole saber el derecho que le asiste de negarse a declarar sin que ello haga presunción en su contra. Interrogado el compareciente a tenor de lo preceptuado por el art. 241 del. C.P.M.P., dijo ser y llamarse Ernesto Luis Gelemur., sin apodo, de estado civil casado, de profesión ocupación y oficio médico, de nacionalidad argentina , nacido en la ciudad de Dolores, provincia de Buenos Aires, el día 12 de marzo de 1931, que sí sabe leer y escribir, con domicilio real en la calle 5 N? 106 de la ciudad de La Plata, acreditó su identidad mediante Documento Nacional de Identidad Nro 5.132.632., dijo ser hijo de Adrián Gelemur y de María Luisa Nelli de Gelemur. Preguntado si fue procesado anteriormente responde que no tiene conocimiento de ese hecho; se le hace saber el derecho que le asiste a designar Abogado Defensor a sus costas, expresando que no desea designar a nadie debido a que no tiene por que sentirse culpable de nada de lo que pueda decir. Seguidamente el Presidente del Tribunal designa a la señora Defensora Oficial Elena Ricciardi de Giacomelli, quien se halla presente en este acto, a los fines de que asista al declarante, manifestando aceptar el cargo. A continuación se le entera del contenido de la presente causa en la que se investiga la averiguación de la verdad siendo que los elementos probatorios que obran en su contra y que fueron base de su citación se trata del destino final de los restos del señor Carlos Esteban Alaye. El compareciente expresa que no se opone al acto por lo que se lo invita a que manifieste lo que conozca y pueda aportar en este proceso.

Previo a ello el Sr. PRESIDENTE expresa:- Usted fue citado para realizar una declaración informativa respecto de la investigación que se sigue en esta Cámara en relación a los desaparecidos durante el período 1976-1983. Dentro de esta investigación han habido múltiples presentaciones de los familiares de quienes fueran víctimas de esa represión ilegal y una de ellas la realizó la señora de Alaye. Usted va a declarar puntualmente sobre el familiar de esta señora de Alaye. Le aclaro que fue citado justamente a raíz de la declaración testimonial que realizo la señora de Alaye, donde hizo mención que en ese período se produjeron múltiples decesos de personas que no fueron identificadas. Me estoy refiriendo a los NN. Esos decesos fueron certificados por profesionales médicos y la información que nos suministró la señora de Alaye es que uno de esos profesionales médicos es usted y que habría certificado defunciones de NN durante ese período con determinadas particularidades. Serían NN de entre 20 y 30 años. Los causas de defunción también son similares y en la gran mayoría era la destrucción de masa encefálica por herida de bala, en algunas otras carbonización, pero la mayoría por destrucción de masa encefálica por herida de bala. Además de la declaración testimonial que le acabo de señalar, se cuenta con actuaciones registrales provenientes del Registro Civil y del cementerio, donde consta que el médico certificante de alguna de esas defunciones de NN es usted. Esa es la razón por la cual usted fue citado. Debemos también aclararle que hay determinadas normas que regían en aquella época en los ámbitos nacional y provincial. Esas normas son el artículo 82 del Código de Procedimiento Provincial de aquella época y el 65 del Código de Procedimiento Nacional, que establecían las obligaciones de todos los médicos que participaron a nivel de conocimiento de muertes violentas debían denunciarlas ante la autoridad competente, salvo que se tratara de hechos que estaban amparados en secreto profesional. A su vez, la ley del Registro Nacional de las Personas, en su artículo 46 establecía concretamente refiriéndose a la identidad de las personas que era obligación del facultarivo o de la autoridad competente expedir certificados de defunción, debiendo verificar la identidad del difunto conforme a datos consignados en el documento nacional de identidad y, cuando no se dispusiera de éste, se debían tomar las impresiones dactiloscópicas o comprobar la identidad con dos testigos que conocieran al fallecido. En caso de que no hubiera testigo se debía dejar constancia de las circunstancias por las cuales no se los podía ubicar. En el mismo marco del objeto procesal de esta investigación, le debo preguntar si va a declarar o no, haciéndole saber en el supuesto que no declare, su silencio no va a ser tenido en cuenta como presunción en su contra. ¿Va a declarar?

Sr. GELEMUR.- Yo vengo a declarar para tratar de aclarar la situación de acuerdo con lo que he visto y puedo recordar. 

Sra. RICCIARDI.- Señor presidente: a partir de la decisión del doctor Gelemur de declarar, tengo que efectuar una aclaración, porque el proceso considero que tiene dos partes, la primera es la averiguación, en la que se nota un aspecto derivado del carácter penal, y en este sentido la defensa estima que la competencia de la Cámara para realizar la averiguación de los antecedentes para un proceso penal resultaría incompetente. En función de lo dispuesto en el artículo 6? de la resolución 34/98, esta defensa deja planteada la reserva de competencia en esta audiencia de juicio oral porque es un proceso oral. Con ese alcance, cedo la palabra a mi defendido.

Sr. PRESIDENTE.- El Tribunal tiene presente las reservas del caso federal. Doctor Gelemur: usted tiene la posibilidad de manifestar lo más amplia y detalladamente posible de su intervención en los hechos que le he enumerado.

Sr. GELEMUR.- No sé por donde empezar. Lo nuestro fue una tarea de rutina que habitualmente hacemos en sanidad policial, es decir el reconocimiento cuando llegan detenidos, reconocimiento cuando llegan cadáveres y somos llamados por la instrucción, por eso realizaba la salvedad que nosotros no participábamos de la parte de instrucción que es la encargada de la identificación y reconocimiento o no del pedido de autopsia. En Policía hay una cadena de mando que este tipo de tareas las encomienda el juez de instrucción, así es que nos llegaba el pedido por orden superior para efectuar o no una determinada operación de autopsia, siendo esto muy distinto a la práctica privada, donde uno puede aconsejar o solicitar por ser responsables de la muerte una operación de autopsia. Pero en estos casos siendo médico oficial, dependiendo de la Marina, el Ejército o la Aeronaútica, si la instrucción se mueve para hacer una determinada cosa, debemos seguir ese movimiento y no podemos torcer las normas trazadas. Reconocíamos al detenido o al cadáver por las señas que tenían. En el caso de los cadáveres discriminábamos el número de lesiones o cantidad de proyectiles o lo que fuera, pero eso cuenta por el que ve el cadáver. Uno puede observar múltiples heridas o fracturas y lo puede o no volcar en el informe.

Sr. PRESIDENTE.- Para ordenar su exposición, le voy a efectuar una serie de preguntas: ¿desde cuándo es médico de sanidad?

Sr. GELEMUR.- Entré como estudiante a Policía y en 1971 como médico y ejercí la profesión primero siendo médico de reconocimientos médicos, ya que cumplíamos servicios auxiliares. En Policía hay una ocupación comando y otra servicios. Sanidad se encargaba de efectuar los reconocimientos médicos y aprobábamos o no las carpetas médicas. Hacía guardias en Sanidad. El sistema era así. 

Sr. PRESIDENTE.- ¿Desde qué año hizo guardias en Sanidad?

Sr. GELEMUR.- Al poco tiempo de recibirme, ya empecé a hacer guardias. 

Sr. PRESIDENTE.- Concretamente en el período investigado, remontémonos de marzo del ‘76 hasta 1980 aproximadamente. ¿Dónde revistó, dónde prestaba servicios concretamente?

Sr. GELEMUR.- En la central de Sanidad. Formaba parte de una guardia donde había un jefe de guardia, un segundo y después estaba el médico que hacía reconocimiento de lesiones. 

Sr. PRESIDENTE.- Le pido a usted que me relate cuál era el proceso que lo llevaba a usted a firmar un certificado de defunción de un NN con las características de lesiones. Es decir, ¿cuáles era nos pasos que se seguían hasta que usted, médico de guardia, firmaba ese certificado?

Sr. GELEMUR.- Eso lo tengo bien claro. Cuando reconozco a un paciente o a un detenido o a un ser humano con los elementos necesarios para justificar la muerte reconociendo que no tengo los elementos básicos, entonces, en los casos de para cardiorespiratorio, destrucción de masa encefálica y demás elementos, son datos...

Sr. PRESIDENTE.- Usted en todos los casos que emitía un certificado de defunción de las personas con las características que le mencioné, ¿veía usted el cadáver?

Sr. GELEMUR.- Por lo general, sí. 

Sr. PRESIDENTE.- ¿Qué significa por lo general?

Sr. GELEMUR.- Porque a veces ocurría que otros médicos en distintos días, pudieron haber visto ese cadáver y yo dar el certificado de defunción de un cadáver visto por otro médico. 

Sr. PRESIDENTE.- El médico que veía el cadáver, ¿asentaba en algún lugar lo que había visto?

Sr. GELEMUR.- Hay libros donde está todo asentado.

Sr. PRESIDENTE.- ¿Usted, entonces, generalmente veía los cadáveres de otros profesionales y expedía el certificado de defunción de los que figuraban en el libro? ¿Es así? 

Sr. GELEMUR.- Es así y como médico pienso que es correcto.

Sr. PRESIDENTE.- Cuando usted veía el cadáver, ¿lo hacía en la morgue o en el lugar donde se había producido el deceso?

Sr. GELEMUR.- Por lo general, nunca reconocí un cadáver como para realizar un certificado de defunción en ningún lugar del hecho. Nunca tuve la suerte ni la desgracia, nunca tuve la oportunidad -Dios me dio una mano- de no ver ningún elemento en la calle ni fuera de la morgue. Siempre fue en la morgue. Eso fue lo que me tocó a mí como médico, no puedo generalizar. Yo hablo de mi caso. Por lo menos la rutina la tengo en los casos que vi.

Sr. PRESIDENTE.- Usted hizo mención a la instrucción policial. ¿Nunca intervino ningún juez?

Sr. GELEMUR.- El juez estaba tácito. Era el juez de turno el que intervenía. La carátula siempre venía con el nombre del juez que intervenía.

Sr. PRESIDENTE.- ¿En todos los casos usted veía la carátula del juez que intervenía?

Sr. GELEMUR.- Eso me lo dejaba la instrucción. En Policía venía caratulado así. Yo puedo hablar de la parte médica, pero de lo demás no me pregunten porque no es que no quiera contestar. Sería tendencioso dar una opinión. El resto no tiene nada que ver.

Sr. PRESIDENTE.- Explíqueme por qué razón en los casos de una muerte como por ejemplo en la que mencioné de un hecho traumático, de un problema de pérdida de masa encefálica por herida de bala no se hace la autopsia.

Sr. GELEMUR.- Usted sabe que en la cátedra de la facultad de Medicina, dando clases sobre cuáles son las causales del deceso, desestimamos la operación de autopsia y solamente nos movemos a pedido del juez. Si el juez no la cree conveniente, después del informe médico que nosotros realizamos, no la hacemos. En caso contrario, accedemos al pedido del juez. Pero cuando son claras y evidentes, los artículos del Código nos dan la posibilidad de ampararnos en ellos para no realizarlas, para evitar que un cadáver se mutile aún más y para dar tranquilidad a los familiares para que puedan verlo.

Sr. PRESIDENTE.- Entre los años que le acabo de mencionar ¿notó un incremento de cadáveres NN?

Dr. GELEMUR.- Era una cantidad fuera de lo normal.

Sr. PRESIDENTE.- ¿A usted le llamó la atención?

Dr. GELEMUR.- Por supuesto.

Sr. PRESIDENTE.- ¿Esto motivaba algún tipo de comentario entre ustedes? ¿Tenía algún tipo de instrucción en cuanto a cómo se debería actuar en estos casos?

Dr. GELEMUR.- No, no hemos sido manejados por nadie. No nos dijeron qué teníamos que hacer ni qué es lo que estaba sucediendo.

Sr. PRESIDENTE.- ¿Usted era miembro o jefe de guardia?

Dr. GELEMUR.- Médico de guardia.

Sr. PRESIDENTE.- ¿Recuerda quién era el jefe de guardia?

Dr. GELEMUR.- No lo recuerdo. La dirección estaba a cargo de un médico fallecido, el doctor Armando Lara, legista, profesor de la Facultad, titular de la cátedra de medicina legal. No puedo hablar de cosas que no conozco. Nosotros reconocíamos a los detenidos, les dábamos consejos, les preguntábamos si les pasaba algo y les suministrábamos la droga, si la necesitaban. Veíamos si estaban lesionados y si los trataban bien. Con relación a los fallecidos, las causales de la muerte eran evidentes.

Sr. PRESIDENTE.- Voy a acudir a su memoria. Posiblemente por el desarrollo de los hechos que le voy a mencionar, por tratarse de muertes múltiples de idénticas características ocurridas el mismo día, a la misma hora y en el mismo lugar, puede que usted haga memoria y recuerde algo más. Remontémonos al 27 de enero de 1978. Usted habría suscripto cuatro certificados de defunción de personas de sexo masculino, NN, con destrucción de masa encefálica por herida de bala. El hecho habría acontecido en las rutas 6 y 215. ¿Recuerda algo de eso?

Dr. GELEMUR.- No puedo decirle que lo recuerdo con precisión porque le mentiría. Lo que pudo haber sucedido es que yo haya reconocido uno o dos cadáveres y los otros dos los haya reconocido otro médico, habiendo firmado yo los cuatro. Sin el documento en mano y el expediente a la vista, no puedo hablar con certeza.

Sr. PRESIDENTE.- Entonces, ¿usted no recuerda si firmó los certificados de defunción?

SR. GELEMUR.- En eso fui claro. Yo tengo una trayectoria nítida desde que nací y le agradezco mucho a mis padres. Lo que le puedo decir, referido a los cadáveres, nunca tuve que realizar nada en el lugar del hecho. Ese es un tema de medicina legal.

Sr. PRESIDENTE.- En ese mismo año, unos días antes, el 21 de enero, aparece, aparentemente firmado por usted, un hecho múltiple -destrucción de masa encefálica jpor herida de bala- de tres personas de sexo femenino. ¿esto usted tampoco lo puede jprecisar?

SR. GELEMUR.- No. si yo tuviera los libros a la vista,... usted sabe que la memoria puede fallar. Si tuviera el libro de guardias para poder asociar... Yo tengo también que agregar algo: mi cuadro hipertensivo fue jprecisamente jpor el estrés emocional que causó una bomba en el Departamento y que la onda expansiva nos despidió diez metros. Fue el día que hirieron al coronel Troz. Tengo antecedentes ante circunstancias variadas y he vivido un poco en las tinieblas, como todos los médicos de esa época. Es así que a mi salud la cuido mucho porque me han quedado secuelas muy grandes.

SR. PRESIDENTE.- ¿Usted sentía temor en el trabajo?

SR. GELEMUR.- S{i, yo no estaba bien por el ambiente general que había. A mí nadie me empujó que esté atemorizado, pero se vivía un humo, diría yo, malo. Cuando uno salía a la calle tenía mucho temor. Y mire que no no tengo temor a nada!, pero en este caso tenía temor.

SR. PRESIDENTE.- ¿Recibieron amenazas?

SR. GELEMUR.- Sí, recibimos amenazas por lcarta de grupos, de agrupaciones, de esa época que decía, por ejemplo, “si usted es médico de policía, ya sabe dónde está” y en cualquier momento le va a pasar esto, esto y esto.

SR PRESIDENTE.- Entiendo el temor, pero yo me estoy refiriendo a otro tipo de temor, al temor en la realización de su tarea con respecto a sus superiores. ¿Usted recibía amenazas?

SR. GELEMUR.- Ahí nunca jamás tuve presión de nada, y no tuve que poner nada distinto a lo que yo personalmente veía.. Todo esto está plasmado en los libros.

Dr. REBOREDO.- Cuando usted extendía los certificados, ¿era a los efectos de la exhumación de cadáveres?

SR. GELEMUR.- Es condición sine qua nom para poder hacer el trámite.

Dr. REBOREDO.- ¿A quién se lo entregaba?

SR. GELEMUR.- Nosotros teníamos un pedido de certificado de defunción hecho por la instrucción. 

Dr. REBOREDO.- ¿Ellos retiraban los cadáveres de la morgue?

SR. GELEMUR.- Nosotros emitíamos los certificados de defunción y ellos se llevaban los papeles, hacían las fichas dactiloscópicas para la identificación, y retiraban los cadáveres. De ahí no puedo hablar más.

Sr. REBOREDO.- ¿Cómo hacía para saber si el cadáver respondía al certificado que se le entregaba a la instrucción?

Sr. GELEMUR.- En el certificado asentábamos los datos más importantes como por ejemplo sexo, color de piel, datos de identificación, etcétera. Lo demás corre por cuenta de la instrucción.

Sr. REBOREDO.- ¿Los datos de la instrucción se anotaban en el libro y no en el certificado?

Sr. GELEMUR.- Así es. En del certificado sólo se ponía la hora aproximada, causa , y edad, en el caso de que la supiéramos.

Sr. REBOREDO.- La pregunta que le hizo el señor presidente está referida a cuatro cadáveres que habían sido recogidos en la intersección de las rutas 6 y 215 y casualmente los cuatro certificados se refieren a personas NN de entre 35 y 40 años. Supongo que para certificar la edad aproximada debió haber visto los cadáveres.

Sr. GELEMUR.- Los cadáveres los veía solamente en la morgue de Sanidad. Le agradezco a Dios no haber visto ningún enfrentamiento. Por lo menos eso es lo que me tocó. Ruidos había por todos lados.

SR. REBOREDO.- Una vez que usted reconocía los cadáveres en la morgue, los anotaba en el libro de guardias.

Sr. GELEMUR.- El libro de guardias es como una especie de diario íntimo en el que se asentaba el nombre del jefe de guardia y el nombre de la persona, si era identificada; si no era identificada lo poníamos como NN. Además de esto, colocábamos los datos de mayor importancia -como dije- que ayuden a identificar el cadáver. Eso es lo que se hacía constar.

Sr. REBOREDO.- Una vez reconocido el cuerpo, ¿qué otra actividad se desarrollaba?

Sr. GELEMUR.- La actividad era asistencial. Los médicos de policía hacíamos reconocimiento de vivos, lesionados, casos de estupro... Los trabajos eran muchísimos y todo se asentaba en el libro de guardias.

Sr. REBOREDO.- ¿Cómo estaba constituida la guardia?

Sr. GELEMUR.- Por un médico jefe de guardia, un segundo jefe, un médico para reconocimiento en hospitales y un médico para carpetas médicas. Así se componía la guardia policial.

Sr. REBOREDO.- ¿Había algún empleado administrativo?

Sr-GELEMUR.- Sí, el empleado administrativo era el que hacía los informes médicos legales.

Sr. REBOREDO.- ¿El libro de actas estaba confeccionado de puño y letra por cada uno de los médicos?

Sr. GELEMUR.- Si.

Dr. SCHIFFRIN.- Doctor Gelemur: para enmarcar las preguntas que me quedan -muchas ya han sido contestadas- quiero insistir en lo que ya ha mencionado el doctor Pacilio sobre los objetivos de estas audiencias que parten, en el caso específico que estamos considerando, de las investigaciones sobre el cementerio de La Plata donde están enterrados, ya sea en el osario como en tumbas individuales, una cantidad muy grande de cadáveres de NN todos o casi todos con las características que le narraba el doctor Pacilio. Vale decir que me refiero a personas bastante jóvenes, con destrucción de masa encefálica por disparo. Existen múltiples pruebas de que esos cadáveres venían de la morgue policial ya que está en las declaraciones, en los libros del cementerio, y se trata de personas que cayeron víctimas del terrorismo de Estado o, puede ser, por enfrentamientos -algunos, otros no-; pero de todos modos, todos lleva a que fueron fusilamientos. Esta es una situación que se da poco, no es tan frecuente y que no da lugar a que en pocos años -entre el ‘76 y el ‘78- hayan habido centenares de casos en un solo cementerio. Por tal motivo, nuestro fin es poder saber quiénes son estos NN cuya identidad se entiende, en general, que fue suprimida. No son NN auténticos sino NN fabricados. Pero, ¿qué ocurre? Que si bien poseemos los libros del cementerio, las fichas sobre cuya base se confeccionaron, estamos todavía buscando, porque no sabemos dónde están -fueron entregados en un Juzgado y metidos en una maraña administrativa- los libros de guardia. Nos serían muy útiles pero todavía no los hemos conseguido. Los certificados de defunción, tengo la certeza moral, por múltiple información seria, que fueron destruidos así como las fichas dactiloscópicas que se utilizan en esos casos. De manera que si no hay una confirmación de los médicos que en ese momento intervenían en la morgue y de otros funcionarios, es muy difícil que podamos llegar a saber el nombre y apellido de estos supuestos NN de los cuales consta, por prueba indubitable como por ejemplo el caso de Bettini, que sus nombres eran perfectamente conocidos por la autoridad que manejaba estas cuestiones y que eran militares y policiales. Entonces, lo que buscamos nosotros es que usted nos dé algún elemento para poder suplir la falta de los elementos fundamentales de la identificación que sobre todo serían las fichas. Confiamos en que podamos encontrar los libros. De ahí que yo quisiera que usted me ratificara lo que sus colegas, en la audiencia anterior, han declarado. Desde ya hablamos de los libros de guardia -todos están contestes en que los libros de guardia se llevaban en esas condiciones que usted dice- pero también hay otro libro sobre el cual habló uno de sus colegas en la audiencia anterior que era el libro de oficios. El explicaba que cuando la instrucción quería la entrega de un cadáver lo hacía mediante un oficio y un oficial de administración guardaba y encuadernaba. ¿Es así?

Sr. GELEMUR.- De eso no tengo conocimiento, pero puede ser así. Todo puede ser así. Yo ya le digo que ha pasado mucho tiempo, pero estoy plenamente convencido y si puedo dar una luz para aclarar este problema que nos preocupa a todos porque nosotros hemos sido médicos. Yo lo he sido de Policía porque estaba estudiando y necesitaba trabajar. Entonces encontré la posibilidad de entrar en Policía y entré así que yo no tengo ni la afinidad ni estoy en contra de la institución policial. Al contrario, con el tiempo usted alcanza a querer a los elementos que en una época no le eran simpáticos.

Quiero decirle que todo lo que pueda manifestar para aclarar esto, lo voy a decir, pero de eso que usted me pide no puedo colaborar. Si está claro eso en el libro de guardias, ya que es un testimonio muy importante que puede ayudar mucho, porque de él se pueden extraer muchas cosas.

Dr. SCHIFFRIN.- Estamos haciendo reales esfuerzos por encontrar ese libro de guardias. Fueron entregados en el Juzgado Penal N? 1 de la Plata aproximadamente en 1984. Allí fueron incorporados a una causa que todavía no podemos saber dónde está. Con esto quiero decir que hay dispersión de los elementos de prueba. Sin embargo, ahora pareciera que hay otro libro más, porque el encargado de la morgue anotaba la entrega de cadáveres en un libro.

Sr. GELEMUR.- Es importante lo que usted dice, porque en todo lugar de policía y en todas las dependencias, siempre hay un libro que se inaugura todos los años que es para la entrada y salida de todos los elementos que pasan por la morgue. Eso es elemental, es decir, si entra algo a la morgue se tiene que anotar: la vestimenta que trajo, la postura de la persona, todo eso tiene que notarse en un libro que lo tiene el encargado de la morgue. Ese libro está en las morgues de todo el mundo. Todos los países -adelantados o no- tienen ese libro en la morgue.

Dr. SCHIFFRIN.- Lo hemos estado buscando y hasta lo hemos requerido por oficio.

Sr. GELEMUR.- Mas que todo se hace por eso: para poder identificar el cadáver. Ese es el objeto del libro.

Dr. SCHIFFRIN.- Correcto. Somos conscientes de la necesidad de contar con estos libros, pero nos da mucho trabajo hallarlos.

Sr. GELEMUR.- No es una tarea fácil, indudablemente, y más, cuando pasa el tiempo se complica más. Recuerdo que una vez por un homicidio, un juez me hizo una pregunta a los dos años de ese hecho. Y yo le dije, que si esa misma pregunta me la hubiera hecho dos semanas después del hecho, hubiese sido la respuesta de un valor tremendo.

Dr. SCHIFFRIN.- En cuanto a los informes, sus colegas -sobre todo el doctor Dossena- manifestaron que en el caso de muertes violentas, la instrucción realiza un informe escrito y también cuando hay salidas de la morgue. Esos informes escritos tienen un cierto detalle.

Sr. GELEMUR.- Siempre hay un informe escrito.

Dr. SCHIFFRIN.- Incluso manifestaron que cuando ingresaron como administrativos se lo pasaban transcribiendo informes. Sin embargo, en estos casos de destrucción de masa encefálica y de cráneo, según sus colegas, no se hacían informes.

Sr. GELEMUR.- El informe médico legal siempre corre por cuenta y pedido del juez. Si los elementos probatorios son claros, no se hace el informe y sólo se deja sentado en el libro de guardia y se entrega el certificado de defunción. Cuando realmente hay una intervención de la Justicia, entonces sí el médico legal de turno o quien fuere eleva el peritaje médico legal, con ficha con fotos, con fotos de autopsia.

Dr. SCHIFFRIN.- Entonces debe pedirlo el juez. Y aunque no se realicen autopsias igual se envía el informe más detallado. Esto no me quedó muy en claro de la audiencia del miércoles pasado. La idea que me quedó era que el informe se hacía con o sin autopsia.

Sr. GELEMUR. Los datos se pasan al libro y una vez que se registran en el libro se actúa de acuerdo con la instrucción. La instrucción por nota hace el pedido del informe médico legal y si no hay nota, no se contesta el peritaje médico legal. Tiene que haber una nota previa.

Dr. SCHIFFRIN.- ¿Y esas notas dónde se archivan?

Sr. GELEMUR.- Había oficinas donde estaba el encargado de archivarlas.

Dr. SCHIFFRIN.- Entonces existe una cuarta especie de documentos archivados.

Sr. GELEMUR.- Correcto. Eso se hacía de rutina. Era algo habitual que siempre se hacía: realizar el peritaje médico legal, contestar la nota del informe médico legal y, en caso de autopsia, realizar el peritaje médico legal por pedido del juez.

Dr. SCHIFFRIN.- Eso está más claro que en la audiencia anterior. Luego hay otras cosas que tiene que ver con las capacidades de la morgue. Aquí se dijo que era una morgue con lugares limitados para conservación de cadáveres.

Sr. GELEMUR.- La morgue de La Plata era chica, no era grande, luego se hizo otra que se inaugurara en honor al fallecido doctor Ciafardo, en el cementerio de La Plata. Entonces, se hacía lo que se podía. Yo conozco otras morgues que son ejemplo, pero hay otras que no lo son.

Dr. SCHIFFRIN.- Aquí se ha hablado, en audiencias anteriores, que existió en aquellos tiempos terribles, gran acumulación de cadáveres en la morgue. El motivo que se daba era que los ataúdes que proveía la Municipalidad vía cementerio no alcanzaban, entonces había que esperar que llegaran más y eso retrasaba la entrega de los mismos.

Sr. GELEMUR.- Eso puede haber ocurrido. Usted sabe que las cosas ocurren de acuerdo con situaciones que se daban. En esa época hubo situaciones particulares y con esto no quiero entrar en temas políticos ni personales porque eso a mí no me concierne. Creo que sí se podía dar el caso de acumulación de cadáveres y sobresaturación de determinados elementos.

Dr. SCHIFFRIN.- En la primera audiencia de este año, el 17 de febrero, declararon los parientes del doctor Bettini y de su yerno, víctimas del terrorismo de Estado. Era una familia de buena condición social y económica. El hijo del doctor Bettini también fue secuestrado, pero por las múltiples conexiones de su familia les dijeron que había muerto y que estaba sepultado como NN en el cementerio de La Plata, aunque se lo halló luego de muchas dificultades. También sucedió lo mismo con el hijo del gobernador Zapag. La señora de Bettini nos comentó que en la morgue policial había cadáveres con cartelitos que indicaban el día que tenían que aparecer y eso podía ocurrir en la calle, como producto de un enfrentamiento.¿Usted tenía idea de esto?

Sr. GELEMUR.-Sinceramente no sé nada. He visto cadáveres con los tobillos atados, con el nombre de la persona o la identificación que en ese momento se podía tener y eso ocurría en todos los hospitales del país. Pero eso que usted me cuenta realmente nunca lo vi.

Dr. SCHIFFRIN.- Lo que sucede es que eso fue expuesto en este Tribunal. 

Sr. GELEMUR.- Puede ocurrir, pero yo nunca lo vi.

Dr. SCHIFFRIN.- En otra oportunidad se hizo un comentario acerca de que se cortaban las manos de desaparecidos, también se comentó que había manos enterradas en el cementerio. ¿Existe una práctica de cortar las manos para una identificación?

Sr. GELEMUR.- No, yo en Policía no he visto nada de esto. Lo que recuerdo es que las manos se las cortaron al general Perón.

Dr. PIAGGIO.- Usted mencionó en su relato que siempre actuó para la expedición de los certificados con una nota previa. También afirmó que esa nota provenía de una autoridad judicial. ¿En los casos en que intervino, siempre tuvo una nota oficial para expedirse en ese sentido en todos los casos en que usted participó?

Sr. GELEMUR.- Siempre actué en función de los pedidos que se me han realizado. Para los certificados de defunción siempre se me otorgó un pedido previo.

Dr. PIAGGIO.- ¿Usted vio esas notas previas o algún empleado administrativo le comunicó en forma oral ese pedido?

Sr. GELEMUR.- En Policía siempre se trabaja en función de elementos oficiales, nunca verbalmente. No sé si en la Marina, Ejército o Aeronaútica se actúa de esa manera. Nosotros siempre actuamos con elementos previos.

Dra. RIVAS.- ¿Trabaja actualmente en Policía?

Sr. GELEMUR.- Me retiré en 1990.

Dra. RIVAS.- ¿Con qué cargo se retiró?

Sr. GELEMUR.- Nuestro agrupamiento es como médicos asimilados a la jerarquía de seguridad. En mi caso, me retiré con el cargo de comisario función 8.

Dra. RIVAS.- ¿Cuando ascendió a ese cargo?

Sr. GELEMUR.- Aproximadamente cuatro o cinco años antes de retirarme.

Dra. RIVAS.- En todos los certificados firmados por usted se habla de muerte por pérdida de masa encefálica por arma de fuego. Me gustaría que me explicara si esa pérdida de masa encefálica se produce por un disparo próximo a la cabeza o si es a mayor distancia.

Sr. PRESIDENTE.- Los certificados hablan de destrucción de masa encefálica.

Dra. RIVAS.- De acuerdo, con mayor razón.

Sr. PRESIDENTE.- Doctor, conteste, por favor, si destrucción y pérdida es lo mismo. 

Sr. GELEMUR.- No, no es lo mismo. Puede haber una hemorragia con pérdida de masa encefálica por un traumatismo múltiple de cráneo. En cambio, la destrucción de masa encefálica, por lo general se produce cuando hay sutura en la calota. Eso puede ser a corta, mediana o larga distancia. A veces, el impacto de bala hace como una sutura del cerebro afectando zonas del temporal y parietal u occipital provocando la destrucción de parte de la masa en encefálica. Es distinta la destrucción y pérdida de la masa encefálica. Pérdida puede haber por una causa equis. Un tumor cerebral puede dar una pérdida de masa encefálica. Además, la distancia es importante y depende también del arma utilizada. Si usted utiliza un calibre 32, va a ser mínima; si usted utiliza armas de guerra o itaca o elementos de proyectiles gruesos, pesados o blindados, destruye totalmente la masa encefálica. No puede individualizar parte del cerebro, se le va de las manos. 

Sra. RIVAS.- En los casos en que el doctor intervino, ¿puede determinar qué calibre pudieron tener las rmas y a qué distancia pudieron haber sido arrojados los disparos que dieron lugar a esa destrucción?

Sr. GELEMUR.- Para eso tengo que tener los libros a mano. De cualquier manera, fueron de grueso calibre, la mayoría, por los orificios de entrada. Eso es indudable. No le puedo especificar qué calibre, pero fueron de grueso calibre y varios orificios. 

Sra. RIVAS.- Quiero saber si el doctor tiene conocimiento de que en la Ley Orgánica del Registro Civil, tenía vigencia en esa época el artículo 142 por el cual se obligaba a los médicos de Policía a concurrir al lugar del hecho. 

Sr. PRESIDENTE.- ¿Tiene conocimiento de esa norma?

Sr. GELEMUR.- Nosotros conocemos perfectamente toda la actividad del médico forense. A parte, yo dije que estuve en la facultad de Medicina como profesor y sé que el médico tiene que estar en el lugar del hecho. Lo que pasa es que la instrucción llegaba antes al lugar del hecho. A veces, las cosas no se hacían como correspondía. Por lo general, a veces el que tiene que mover el cadáver es el forense y al revés, a veces los cadáveres no eran movidos por el forense. Así que, el lugar del hecho era relativo. 

Sr. AVALOS.- En 1976, ¿qué jerarquía tenía usted en la Policía?

Sr. GELEMUR.- Era médico prácticamente recién recibido. Era de los que corres atrás para poder ayudar en la guardia. Hacía reconocimiento de carpetas. 

Sr. AVALOS.- ¿Cuál era la jerarquía dentro de la Policía?

Sr. GELEMUR.- Quizás subayudante o ayudante.

Sr. AVALOS.- Durante los años ‘76 a ‘79, ¿ascendió usted en la Policía? 

Sr. GELEMUR.- Me parece que no. No soy de los que me dieron galones por nada. 

Sr. AVALOS.- ¿Recibió premios?

Sr. GELEMUR.- No, absolutamente nada. Al contrario, amenazas como todos y siempre viví preocupado por problemas no ajenos, porque son argentinos y soy argentino. Yo quiero que se aclare todo y a la cárcel con los que tengan que ir a la cárcel. Desgraciadamente, los caminos a veces son tortuosos para llevar al que tienen que llevar. Es una opinión personal. 

Sr. AVALOS.- En marzo de 1976, ¿cambió algo en la forma de trabajar? ¿Hay alguna diferencia entre la forma de trabajar que tenía usted como médico policial antes de marzo de 1976 y luego de marzo de 1976?

Dr. GELEMUR.- Esa es una pregunta difícil de contestar. Eso a mí me arruinó. Delante mío estalló prácticamente el departamento. Eso me ha hecho mucho mal, físicamente estoy destrozado, pero eso lo vivo yo y a nadie le importa. Lo que a la gente le importa es que uno fue médico de policía en esa época y quiere saber todo.

Sr. AVALOS.- Acerca de su actuación personal como médico ¿cambió la forma de trabajar?

Dr. GELEMUR.- El médico puede cambiar todo pero la sutura siempre la hace bien, nervioso o intranquilo, siempre sutura bien. La forma de ser del médico no cambia en nada absolutamente.

Sr. PRESIDENTE.- El sentido de la pregunta es si la operatoria dentro de la Dirección de Sanidad cambió después de marzo de 1976.

Dr. GELEMUR.- Nosotros trabajamos como médicos de policía. Si usted me habla de la parte administrativa o de seguridad...

Sr. PRESIDENTE.- Entonces ¿usted opina que no cambió en nada, que siguió todo igual? Me estoy refiriendo al modo de actuar de los médicos.

Dr. GELEMUR.- Los médicos seguíamos reconociendo nuestra actividad médica tal cual lo hacíamos siempre. Esa fue como una especie de carga en la que hubo que descargar los camiones... Lo del médico de guardia es una rutina, reconocimiento de cadáveres, violaciones, accidentes de tránsito, eso no cambia en nada.

Dr. AVALOS.- El doctor recién dijo “había que descargar los camiones”, pediría que aclare esta expresión.

Dr. GELEMUR.- Estábamos acostumbrados a oír bombas de noche. El que vivía en La Plata en esa época no podía dormir porque escuchaba bombas por todos lados. A eso me refería. Fue una época en la que hubo problemas, todos lo sabemos, pero la vida tiene que seguir.

Dr. AVALOS.- ¿Usted conoció casos en donde concurrían camiones cargados de cadáveres?

Dr. GELEMUR.- No. 

Dr. AVALOS.- ¿Qué medios de transporte se utilizaba para llevar el cadáver desde la Morgue judicial al cementerio?

Dr. GELEMUR.- Los cadáveres se transportaban en las ambulancias de Sanidad.

Dr. AVALOS.- ¿Qué se utilizaba para transportarlos desde la Morgue hasta el cementerio?

Dr. GELEMUR.- Eso no lo sé.

Dr. AVALOS.- El criterio médico que usted utilizaba para no realizar la autopsia ¿era puramente personal?

Dr. GELEMUR.- No, los criterios personales se dejan de lado ante los elementos que usted tiene que trabajar en función oficial. 

Dr. AVALOS.- La pregunta se refiere a lo que usted manifestó cuando dijo que si las causas de la muerte eran claras y evidentes, la autopsia no debía realizarse, eso supone el aceptar un cierto criterio médico ¿ese criterio médico es suyo, individual, o era compartido por otros colegas?

Dr. GELEMUR.- Eso lo comparten todos los colegas.

Dr. AVALOS.- Es decir, había una norma no escrita...

Dr. GELEMUR.- El médico es médico y todos estamos de acuerdo con este tipo de actitud. Eso es responsabilidad y secreto médico.

Dr. AVALOS.- Usted aclaró que el criterio sobre si hacía falta realizar la autopsia o no, era el criterio personal del médico. Sobre la pregunta que usted aclaró sobre si hacía falta que en cada autopsia quedara a criterio personal del médico, ¿eso estaba estatuido? 

SR. GELEMUR.- Nosotros nos manejamos por lo que está estatuido.

DR. AVALOS.- Oo sea que la decisión, en definitiva, la tomaba el médico?

SR. GELEMUR.- La toma el médico y después es supervisada por el juez.

DR. AVALOS.- ¿Es posible que hayan intervenido más de un médico en la inspección de tres o cuatro cadáveres? ¿Era la práctica común?

SR. GELEMUR.- Puede ser. No era lo común, pero cuando hay un accidente múltiple, concurren varios médicos.

DR. AVALOS.- ¿Usted tomaba anotaciones personales? ¿De qué tipo?

SR. GELEMUR.- Yo nunca llevé nada a casa.

DR. AVALOS.- Me refiero a que por prácticas médicas, usted tomaba anotaciones personales en el momento de realizar el examen al cadáver.

SR. GELEMUR.- No. lo único que aparece es lo que está en el libro de guardias. Todo lo volcaba enseguida en el libro de guardias.

DR. AVALOS.- Usted dijo que realizaba reconocimiento de detenidos y que los aconsejaba. ¿en qué lugares usted realizaba esos reconocimientos?

SR. GELEMUR.- A pedido de la instrucción, ya sea de la seccional segunda o de la novena. Nosotros teníamos jurisdicción en todos lados. Cuando nos llamaban ibamos con la ambulancia y los médicos.

DR. AVALOS.- ¿Alguna vez fue a la comisaría quinta?

SR. GELEMUR.- Sí, además estaba cerca de un lugar al que yo quiero mucho.

DR. AVALOS.- ¿Alguna vez fue a las instalaciones de Radio Provincia en la localidad de Olmos o al destacamento militar de Arana a reconocer detenidos?

SR. GELEMUR.- No. En seccionales policiales sí he estado, pero en destacamentos no.

DR. AVALOS.- ¿Por qué tiene la seguridad de que no fue a Arana?

SR. GELEMUR.- Porque lo tengo muy claro porque ando muy bien de la cabeza. Tengo las neuronas bien puestas, todavía.

DR. AVALOS.- ¿Había médicos que iban a ese lugar? O usted tenía otra jurisdicción?

SR. GELEMUR.- Yo he ido a muchos lugares y ya le digo: detenidos había por todos lados y en una época donde hay movimiento de tropas y de elementos pudo haber detenidos en miles de lugares. todo esto está volcado en los libros y aparece en qué seccional se hacían. No son criterios personales los que se utilizaron sino criterios oficiales.

DR. AVALOS.- Los médicos que realizaban los reconocimiento de los cadáveres, ¿estaban divididos en grupos? Es decir, había médicos que participaban más en reconocimiento de cadáveres que otros?

SR. GELEMUR.- No. nosotros estábamos en las guardias, que estaban constituidas por un jefe, un subjefe, uno para reconocimiento y otro para las carpetas. Posiblemente a algunos grupos le haya tocado reconocer cantidades enormes. Y si, es como esos casos de suicidios de veinte personas, porque creían que se terminaba el mundo y si le tocan a usted, bueno...

DR. AVALOS.- ¿Recuerda si algún grupo de médicos haya hecho reconocimiento a cadáveres NN? ¿Se discutía sobre estos casos?

SR. GELEMUR.- No. Nosotros, en la parte de planteos y discusiones nunca discutíamos y yo no participaba en reuniones de ese tipo. Nosotros estábamos habilitados nada más que para la parte médico legal. Osea que no puedo decir otra cosa, no puedo ocultar nada, porque está todo claro. Lo mío es todo claro y está todo escrito.

DR. AVALOS.- ¿Era común durante esos años el aumento importante del número de cadáveres NN?

SR. GELEMUR.- Por supuesto hubo aumento, pero también en estos momentos hay cadáveres NN. En esa época, por supuesto hubo aumentos, hubo incrementos.

DR. AVALOS.- ¿La instrucción policial la hacía algún policía en particular?

SR. GELEMUR.- Ese tema me inhibe. Yo nunca participé en interrogatorios policiales. Cuando iba y algún oficial o suboficial me invitaba a tomar un café porque voy a interrogar a un detenido, yo decía que no. la función del médico de policía es clara. Yo aprendí de los mayores, yo me hice con los grandes médicos y siempre me decían que tu tarea es la de médico de policía y para eso hay que imbuirse del tema.

DR. AVALOS.- En los cadáveres que le tocó reconocer, ¿usted encontró signos de torturas?

SR. GELEMUR.- No. los signos de tortura o signos de evidencia que por lo general siempre son pre-morten, porque postmortem no se pueden diagnosticar, yo nunca... Si he visto algo, lo he hecho constar. A mí me han tocado casos de personas vivas y he detallado del primero al último hematoma, el primero amarillo, el segundo rojo, con colores y todo he detallado.

DR. AVALOS.- En personas vivas que han sido torturados, ¿usted ha hecho esas descripciones?

SR. GELEMUR.- Sí, en personas que supuestamente habían sido torturadas. Y si yo he visto algún hematoma, lo he hecho constar.

DR. AVALOS.- ¿Recuerda si entre los años 1976 a 1979, en el reconocimiento de detenidos, usted vio personas que tuvieran signos de torturas o tormentos?

SR. GELEMUR.- Si lo hubiese visto, lo hubiese hecho constar. No recuerdo haber visto.

Dr. SCHIFFRIN.- Tengo interés en que me dé datos más claros sobre los mecanismos administrativos. Hace un rato nos contaba cuándo se hacía una autopsia y cuándo no se la hacía. Usted afirmó que el juez miraba los papeles y según ellos, decidía si se practicaba autopsia o no. Pero esto no me cierra de acuerdo al circuito documental que hablábamos antes. Si bien se dijo que una vez reconocido el cadáver se asentaba en el libro de gurardias, también afirmó que el informe detallado a la autoridad policial no se hacía si esto no era pedido por nota. Entonces no sé de qué manera los datos asentados en el libro de guardia le llegaban al instructor policial o al juez. No comprendo el mecanismo.

Sr. GELEMUR.- Todo reconocimiento médico legal tenía la nota correspondiente. Yo voy con el libro a hacer el reconocimiento de la persona, eso va con la nota que el escribiente completa, la nota va a la instrucción y de la instrucción, llega al juez con el expediente.

Dr. SCHIFFRIN.- Eso no estaba en mi conocimiento. ¿Cuando se fundaba la nota que a su vez tenía datos extraídos del libro de guardia, se conservaba copia de la nota?

Sr. GELEMUR.- Sí.

Dr. SCHIFFRIN.- ¿En el libro de guardia se guardaba copia de la nota?

Sr- GELEMUR.- Si, gracias a ese archivo yo me salvaba de muchas cosas.

Dr. SCHIFFRIN.- Por lo tanto ahora tenemos un nuevo archivo que buscar. Muchas gracias.

Dr. REBOREDO.- Doctor: ¿el personal que retiraba los cadáveres era de la instrucción? ¿Usted estaba cuando se hacía esa diligencia?

Sr. GELEMUR.- Eso no puedo contestárselo. Yo quisiera contestarle con todo gusto pero no puedo. La verdad es que nuestra tarea era en el interior de la dependencia donde siempre estábamos ocupados, haciendo otras cosas como por ejemplo, completando informes médicos legales o incurriendo en otros temas. Lo otro era un operativo que se hacía afuera.

Dr. REBOREDO.- ¿Conoció a Héctor Emiliano Lencina? Era policía.

SR. GELEMUR.- No, es un apellido conocido pero no lo conozco personalmente..

Dr. REBOREDO.- ¿Conoció a José Mario Fuentes?

SR. GELEMUR.- No, tampoco.

Dr. REBOREDO.- Usted dijo que asistía a detenidos en distintas comisarias lo cual era requerido por la autoridad competente. ¿usted concurrió a la comisaría 5ta en alguna oportunidad?

Sr. GELEMUR.- Puede ser, tal vez fui.

Dr. REBOREDO.- Le pregunto por la comisaría 5ta porque recuerdo que usted durante algún tiempo vivió en ese barrio.

Sr. GELEMUR.- No tiene nada que ver. A la comisaría 5ta la conozco pero no era médico de la seccional.

Dr. REBOREDO.- ¿Concurrió o no a la comisaría 5ta a asistir detenidos?

Sr. GELEMUR.- Seguramente alguna vez debo haber ido pero no lo recuerdo. No hay seccional de policía que los médicos de guardia no hayamos concurrido.

Dr. REBOREDO.- Usted iba a la comisaría y los detenidos se encontraban en las correspondientes alcaldías de las comisarias o en las celdas.

Sr. GELEMUR.- Cuando íbamos y el detenido se encontraba en la celda pedíamos que lo trajeran porque como tratábamos de reconocer a los detenidos que allí estaban, entonces para poder verlos mejor los traían esposados a una salita que siempre tenían cerca de la cocina. Yo le hacía preguntas de cómo se encontraba, si estaba lesionado, si tenía algún problema, cómo lo trataban. Los motivos por los que estaban detenidos no interesaban, no interesaba si era un asesino, si violó a un niño o a un abuelo. Eso es problema de él. Nosotros hacíamos el trabajo de sanidad; nosotros cumplíamos con el reconocimiento como médico legal, ver si tenía lesiones, alguna enfermedad con la cual se perjudicara él o a los demás. No me pregunte nada más porque no se lo puedo contestar.

Dr. REBOREDO.- Quiere decir que en ninguna de la comisarias pudo advertir que había otras celdas dentro de las comisarias.

Sr. GELEMUR.- En eso no nos fijábamos.

Dra. SPINETTA.- Usted dijo que tenía que reconocer detenidos en las comisarias, además de asentarlo en un libro de guardia, ¿había algún otro libro donde se asentaba su visita y al detenido que visitaba?

Sr. GELEMUR.- El hecho ocurría así: nosotros recibíamos el llamado, por ejemplo de la seccional 2da donde se solicitaba a un médico de guardia. Cuando entrábamos a la seccional quedaba fichado en el libro de guardia tanto el nombre del médico como del enfermero. Es una especie de oficio, veíamos al detenido, nos retirábamos y se anotaba el momento en que nos íbamos.

Dra. SPINETTA.- ¿No anotaban cómo estaba la persona?

Dr. GELEMUR.- No. Ahí dábamos el parte al oficial de turno de cómo se encontraba, si necesitaba medicamentos para entregárselos si era diabético o si tenía un tratamiento infeccioso para enviarle los antibióticos porque la farmacia de Policía se los proveía.

Dra. SPINETTA.- Del ‘76 al ‘80, ¿tuvo oportunidad de ver en las comisarías alguna personas con signos efidentes de tortura?

Sr. GELEMUR.- No lo recuerdo, pero todo eso está documentado porque nosotros pedíamos el análisis anátomo patológico para las personas recientemente difuntas. En un caso en que yo sospechaba que estaba muerto igual yo pedí que le hicieran el análisis anátomo patológico. O sea, nosotros por rutina hacíamos eso. Lo veíamos de frente, en la región dorsal, región ventral; le decíamos “abrí las piernas, abrí las axilas” le preguntábamos “¿tenés algún problema genital complejo? ¿te hicieron algo? ¿dónde?” Si era así, le pedíamos que nos mostrara. Siempre se hizo eso.

Dr. REBOREDO.- A los cadáveres, cuando llegaban a la morgue ¿se les sacaban fotografías?

Sr. GELEMUR.- Todos los cadáveres en la morgue tienen que ser fotografiados. Todos. Si vienen vestidos, se les saca la ropa, se lo provisiona de otra ropa y se envía a la sección Criminalística como corresponde. Todo el envoltorio de la ropa va a Criminalística para su estudio, para el estudio de proyectiles, de orificios, manchas, porciones de pólvora. Y las fotos son de rutina, en blanco y negro en esa época pero las fotos son de rutina.

Dra. RIVAS.- En el caso en que intervino ¿registró deceso de menores o de mujeres embarazadas?

Sr. GELEMUR.- No. En las guardias que yo estuve no me tocaron ni menores ni mujeres embarazadas. Por lo general siempre fueron cadáveres de adultos pero no he visto menores ni mujeres embarazadas.

Dr. NOGUEIRA.- Doctor Gelemur: me gustaría insistir en que explicara las pautas científicas legales por las cuales en determinados casos los médicos prescinden dela autopsia.

Sr. GELEMUR.- Nosotros tenemos un criterio muy claro. Cuando vemos que los signos de un cadáver -comenzamos siempre por la piel y luego las pupilas- como los signos vitales son pupilas, corazón y circulación. Se da el caso de pupilas paralíticas y corazón parado. Si tenemos dudas, se pide hacer un electroencefalograma. En esa época se podía pedir. Ahora se hacen tomografías computadas de encéfalo, para ver si hay movimiento cerebral. Pero nosotros con esos signos, pupilas, paro cardíaco y nada de circulación, y si ya encontrábamos rigidez, teníamos los signos más que evidentes para determinar la muerte de una persona. Ahora, para no realizar la autopsia, teníamos que tener la conciencia plena de que la muerte se produjo ya sea por un infarto, una insuficiencia cardíaca aguda. Si es una muerte natural, como por ejemplo de un domicilio cuando nos llaman para ver un cadáver o una persona que se está por morir, con esos signos evidentes no hay por qué mutilar un cadáver. Son claras y evidentes las causales de la muerte. Ahora, si nosotros vemos que la persona presenta algún pequeño raspón o escoriación en alguna parte que no puede ser de arrastre sino que sospechamos que pudo haber sido por caída o tiene alguna pequeña herida o un pequeño hematoma o algo, automáticamente le realizamos la autopsia. Y aún más: automáticamente se pide realizar la autopsia.

Dr. NOGUEIRA.- Entiendo lo que usted dice, pero esos criterios que tienen los médicos en estas circunstancias son criterios de verosimilitud o de certeza? ¿Son criterios absolutos o relativos?

Sr. GELEMUR.- Son de certeza, porque hay que diagnosticar la muerte de una persona. Es una cosa muy seria. No puedo determinar, porque me parece, la muerte de alguien. Tengo que contar con signos claros y contundentes respecto de que la persona ha fallecido.

Dr. NOGUEIRA.- Concretamente le pregunto, doctor Gelemur, si un cadáver tiene un disparo en la cabeza ¿usted puede decir que murió o que la causa de la muerte fue ese disparo?

Sr. GELEMUR.- Depende la zona en que haya sido el disparo. Por ejemplo: Abraham Lincoln tuvo un disparo en la cabeza, y el médico de esa época le sacó el proyectil y murió. Si le hubiese dejado el proyectil, hubiera vivido. El problema, ante todo, es aplicar el criterio. Ahí hay que efectuar la autopsia, porque en un suicidio el proyectil puede alojarse, por ejemplo, a 50 centímetros de la cabeza o en los distintos huesos del cráneo. Entonces, si hay un sólo disparo -que es lo que usted preguntó- es necesario realizar una autopsia a fin de determinar la causa real de la muerte. Por más que se esté seguro de que esa sea la causa, yo no me quedo contento y tengo que completar más la información con la autopsia. Además, es seguro que el juez me va a pedir que realice la autopsia. Además, de veinte años a esta parte siempre se realizan autopsias sea cual fuere la causa de muerte: porque respiró mal, porque caminó mal, etcétera. Ese es un criterio que veo bien, porque primero se hace la autopsia para diagnosticar la muerte y segundo, porque puede existir algún elemento extraño que provocó esa muerte.

Dr. NOGUEIRA.- Al principio de su declaración hizo referencia a “humo malo”, es decir, que en esta ciudad se respiraba “humo malo”. Eso lo puedo comprender, porque en esa época vivía aquí. Ese “humo malo” ¿se reflejaba en su tarea técnica?

Sr. GELEMUR.- No.

Dr. NOGUEIRA.- Precisamente quiero saber si cuando llegaban esa cantidad de cadáveres, los médicos no tenían ya una especie de predisposición en saber cuál era la causa de la muerte de esas personas.

Sr. GELEMUR.- La pregunta tiene su sentido, indudablemente, pero es algo que duele mucho porque son humanos los que venían y yo soy un ser humano. No escapo a ser un ser humano. Soy médico, pero me duele el dolor de los demás y cuando muere un chico, me duele. Cuando muere alguien, lo conozca o no, el dolor es tremendo. Pero ese dolor el médico lo tiene in situ, no quiere decir que lo lleve permanentemente, porque si nosotros vivimos permanentemente de los dolores, no podemos curar a los enfermos. Tengo que hacer como una especie de borrón y cuenta nueva. No puedo olvidar, no olvido, tengo memoria y recuerdo las cosas que pasaron, pero el médico tiene que seguir, porque hay otro enfermo por delante que tiene que tratar, sea amigo o enemigo. Está bien lo que usted me dice: nos hizo mal, pero tenemos que seguir trabajando.

Dr. SCHIFFRIN.- Analizando el último tramo de su declaración, suscitada por las preguntas formuladas por el doctor Nogueira, se me presentaron nuevas confusiones que quisiera que usted tratara de disipármelas. Aquí, justamente, los casos que nos preocupan y que en mayor cantidad estamos examinando, son los de destrucción de masa encefálica por disparo. ¿Cuál es el criterio para hacer la autopsia? Aquí no sabemos si hay sido con un disparo o más de uno. Cuando encontraban esos casos que no eran tan comunes, porque parece que ninguno era calificado como suicidio, entonces, ¿qué pasa cuando aparece una persona con destrucción de masa encefálica provocada por uno o varios disparos? ¿Eso se asienta en el libro de guadia?

¿Se anota cuántos disparos se observan?

Sr. GELEMUR.- En el libro de guardias consta todo, es decir, si es un disparo o son múltiples, porque a veces no se puede dilucidar con exactitud cuántos son. Nunca me tocó certificar un cadáver con un sólo disparo.

Sr. SCHIFFRIN.- ¿En los casos que usted ha certificado se trataba de múltiples disparos?

Sr. GELEMUR.- Sí.

Sr. SCHIFFRIN.- Entonces, en el caso de múltiples disparon, se entendía que la autopsia no hacía falta.

Sr. GELEMUR.- Los cadáveres que yo certificaba tenían la masa encefálica destruida, creo que no se podría diagnosticar otra cosa.

Sr. SCHIFFRIN-- ¿Se dejaba constancia del orificio de entrada de los disparos?

Sr. GELEMUR.- Por lo general consta la trayectoria del proyectil . Porque si eran múltiples disparos con la consiguiente destrucción de masa encefálica, no se podría tomar la misma y determinar por dónde pasó el disparo.

Dr. REBOREDO.-¿No recuerda en estos casos particulares el orificio de entrada de esos múltiples disparos, en qué región se hallaba.

Sr. GELEMUR.- La respuesta no la puedo dar en este momento, necesitaría ver el libro. Por lo general, había orificios en la zona del tórax. Son los que más recuerdo.

Dr. REBOREDO.- Los orificios en el tórax ¿pueden causar destrucción de masa encefálica?

Sr. GELEMUR.- No, los casos que yo más recuerdo son de tórax.

Dr. REBOREDO.- Pero usted ha certificado ...

Sr. GELEMUR.- Sí, en ese caso la mayoría eran en la zona frontal.

Dr. AVALOS.- ¿Figuraba en el libro de guardias el nombre del instructor policial?

Sr. GELEMUR.- La instrucción tiene un nombre establecido. En el libro de guardia no figura el nombre del instructor sino el del médico que firmaba y la fecha. 

Dr. AVALOS.- ¿Figuraba en algún otro libro?

Sr. GELEMUR.- Eso figura en el libro de entradas del instructor.

Sr. PRESIDENTE.- El interrogatorio ha concluido ¿quiere agregar algo más?

Sr. GELEMUR.- Me siento tranquilo en el sentido de que pude aportar algunos datos y, además, tengo la tranquilidad de que mi tarea es límpida. Me siento satisfecho de poder colaborar para saber qué es lo que pasó.

Que es cuanto tiene que declarar. No siendo para más se da por finalizado el acto previa e íntegra lectura que el actuario da de la presente (Art. 248 del CPMP) manifestando el compareciente que ratifica su contenido, firmando al pie después del Señor Presidente del Tribunal doctor Antonio Pacilio y señores Jueces doctores Carlos Alberto Nogueira, Julio Víctor Reboredo y Leopoldo Héctor Schiffrin. y de todos los presentes en el acto por ante mi de lo que doy fe
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