Langone, Omar Rafael
 

La Plata, 10 de Marzo de 1999


 
En la ciudad de La Plata, a los diez días del mes de marzo de año 1999, comparece ante el señor Presidente del Tribunal doctor Antonio Pacilio y señores Jueces doctores Carlos Alberto Nogueira, Leopoldo Héctor Schiffrin y Julio Reboredo y Secretario Actuante doctor Hernan Schapiro, con la presencia del señor Fiscal General ante la cámara doctor Julio Amancio Piaggio, el señor Defensor Público Oficial doctor Ricardo Gonzalez con la presencia en representación de la Asamblea Permanente por los derechos Humanos -La Plata- de la doctora Elizabeth Rivas y el doctor Claudio Abalos; y la señora Adelina Dematti de Alaye, una persona previamente citada a los fines de prestar declaración informativa, si es que a ello no se opone, haciéndole saber el derecho que le asiste de negarse a declarar sin que ello haga presunción en su contra. Interrogado el compareciente a tenor de lo preceptuado por el art. 241 del. C.P.M.P., dijo ser y llamarse Omar Rafael Langone, sin apodo, de estado civil casado, de profesión ocupación y oficio .médico., de nacionalidad argentino, nacido en la Capital Federal, el día 6 de Febrero de 1937, que si sabe leer y escribir, con domicilio real en la calle 35 N° 1312 de la ciudad de La Plata, acreditó su identidad mediante Cédula de Identidad nro.6.842.212., dijo ser hijo de Domingo Langone y de Enriqueta Manzi. Preguntado si fue procesado anteriormente responde que no, se le hace saber el derecho que le asiste a designar Abogado Defensor a sus costas, expresa que nombra al doctor Andrés Vitali, quien se halla presente en este acto, y al citar a dicho profesional concurre junto a su patrocinado y exhibe credencial que lo habilita con T° 71 y F° 805 de C.A.F.L.P.,manifestando aceptar el cargo y constituye domicilio legal en la calle 48 N° 874, piso 1 oficina 21. A continuación se le entera del contenido de la presente causa en la que se investiga la averiguación de la verdad siendo que los elementos probatorios que obran en su contra y que fueron base de su citación seencuentran en la causa “Alaye, Carlos Esteban s/ Desaparición”. El compareciente expresa que (no se opone al acto por lo que invitado a que manifieste lo que conozca y pueda aportar en este proceso) DECLARA:

Sr. PRESIDENTE.- ¿Acepta el cargo?

Sr. VITALI.- Sí.

Sr. PRESIDENTE.- Seguidamente le voy a ilustrar, en el marco investigativo que le mencioné, los motivos por los cuales usted fue convocado a declarar. Como le anticipé, esta es una investigación cuyo objetivo primordial el aclarar algunos hechos, y usted ha sido llamado para declarar puntualmente en el legajo de búsqueda del desaparecido Alayes. En esas actuaciones obra una declaración testimonial de la madre del desaparecido, dando cuenta de que un gran número de médicos aparecen otorgando certificados de defunción de personas no identificadas, es decir NN, de similares características. Se trata de hechos múltiples de personas de ambos sexos con edades aproximadas a los veinte y treinta años, cuyas causas de defunción se reiteran. Una de las que más se reitera es la destrucción de masa encefálica por herida de arma de fuego. Además de contar con esa declaración testimonial, en las actuaciones obran asientos registrales, tanto del Registro de las Personas como del Cementerio de la ciudad de La Plata, donde usted aparece como uno de los médicos certificantes de este tipo de defunciones. Aparece firmando certificados de defunción con las características que le mencioné. No contamos con los certificados, por lo tanto no se los podremos exhibir. A continuación le voy a leer las disposiciones legales aplicables sobre la materia, vigentes por entonces. El artículo 82 del Código de Procedimiento Penal de la Provincia de Buenos Aires y el artículo 165 del Código Nacional en materia penal vigente en aquel momento dicen:

Se lee el contenido de ambas normas.

Por otro lado el artículo 46 de la ley del Registro Nacional de las Personas referido a la identificación de fallecidos, dice:

También se Lee.

Debo preguntarle a continuación si usted va a declarar, haciéndole saber que en el supuesto de que no declare, su silencio no será entendido como presunción en su contra.

Sr. LANGONE.- Quiero decirle que como individuo, como padre y como médico, en este momento me siento satisfecho por haber sido citado por este Tribunal.

porque considero que podría llevar tranquilidad a ciertos espíritus intranquilos por hechos ocurridos en una época que no quiero recordar.

Sr. PRESIDENTE.- Le voy a pedir entonces que usted con la mayor precisión posible nos trate de poner al tanto de cuál fue su intervención en los hechos que le acabo de relatar.

Sr. LANGONE.- Si usted me argumenta que pude haber firmado algún certificado de defunción, en 33 años de médico y cirujano y de policía, puedo decirle que sí he certificado muchas defunciones de defunción. No puedo precisar de quiénes.

Sr. PRESIDENTE.- Voy a tratar de colaborar con usted para encaminar la declaración. Usted acaba de decir que fue policía ¿dónde se desempeñó, desde cuando y hasta cuándo?

Sr. LANGONE.- Me desempeñé en la Dirección de Sanidad, en el Cuerpo Médico de La Plata y en la Escuela Vucetich.

SR. PRESIDENTE.- ¿Podría precisar los años?

Sr. LANGONE.- En la ciudad de La Plata puede ser que haya sido desde 1970 hasta 1991, que fue cuando me retiré.

SR. PRESIDENTE.- Desde 1970 ¿dónde se desempeñó?

Sr. LANGONE.- En la Escuela Vucetich hasta 1971, 1971/1979 en la Dirección de Sanidad y 1979/1980 a 1991 en el Departamento de Medicina Funcional.

SR. PRESIDENTE.- En la Jefatura , en la Dirección de Sanidad de La Plata, ¿en qué tiempo se desempeñó?

Sr. LANGONE.- En la misma época.

SR. PRESIDENTE.- Concretamente en la guardia, ¿en qué tiempo se desempeñó?

Sr. LANGONE.- En la guardia se acostumbraba a entrar como residente, haciendo reconocimiento de la inasistencia del personal. Fui ascendiendo en la medida que mis conocimientos de medicina legal fueron reconocidos por mis superiores. Ascendí hasta llegar a cumplir tareas de médico forense.

SR. PRESIDENTE.- Quisiera que usted comente lo relativo a los certificados de personas NN. Díganos cuál era la mecánica que se seguía hasta que usted expedía el certificado.

Sr. LANGONE.- La mecánica era recibir un llamado telefónico por la madrugada respecto a que había sucedido un enfrentamiento con heridos. Recuerdo haber concurrido en una oportunidad detrás del Seminario y haber encontrado personal policial, algunos identificables por el uniforme y otros de civil no identificables. Allí encontramos dos cadáveres que fueron examinados en el lugar y luego llevados a la morgue de policía.

SR. PRESIDENTE.- ¿Cuándo sucedió eso?

SR. LANGONE.- No puedo precisar la fecha.

SR. PRESIDENTE.- ¿En qué año?

Sr. LANGONE.- En el ‘76 o en el ‘77.

SR. PRESIDENTE.- ¿A qué seminario se refiere, al mayor o al menor?

Sr. LANGONE.- El que está en la calle 25 y 66.

SR. PRESIDENTE.- ¿Recuerda la época del año?

Sr. LANGONE.- No lo puedo recordar.

SR. PRESIDENTE.- Cuando usted empezó a relatar manifestó 

¿En todas las oportunidades usted personalmente concurrió al lugar del hecho a levantar el cadáver o alguien hacía esa tarea?

Sr. LANGONE.- A mí me correspondió, por mala suerte -o como quiera decirse- retirar cadáveres en dos oportunidades. La otra fue por las afueras del cementerio; eran tres o cuatro cadáveres carbonizados en un auto totalmente prendido fuego. En cuanto llegamos con las ambulancias no pudimos, nadie podía arrimarse al auto en combustión. Tuvimos que esperar la llegada de los bomberos para poder retirar los cuerpos carbonizados. 

Sr. PRESIDENTE.- ¿En qué año aconteció esto que usted relata? 

Sr.LANGONE.- No puede precisar exactamente. Debe haber sido en el ‘76 o ‘77.

Sr. PRESIDENTE.- ¿La época del año tampoco la puede memorar?

Sr. LANGONE.- Diría que era una noche fría.

Sr. PRESIDENTE.- ¿Estas fueron las dos únicas oportunidades en que usted recuerda haber ido al lugar del hecho?

Sr. LANGONE.- Exactamente.-

Sr. PRESIDENTE.-¿Y se trató de personas no identificadas?¿Los cadáveres eran N.N.?

Sr. LANGONE.- Eran NN. Los carbonizados no había formas de identificarlos.Y los del Seminario fueron llevados a la morgue de Policía y la instrucción ... 

Sr. PRESIDENTE.- ¿Cuántos cadáveres eran?

Sr. LANGONE.- Dos.

Sr. PRESIDENTE.- Y usted participó del traslado del cadáver hacia el cuerpo médico?

Sr. LANGONE.- Sí.

Sr. PRESIDENTE.- ¿Usted practicó también el reconocimiento de los cadáveres para expedir el certificado de defunción en la morgue?

Sr.LANGONE.- En la morgue yo procedí a examinar las causales del fallecimiento que eran múltiples heridas de arma de fuego y destrucción de masa encefálica. Volcábamos las anotaciones respectivas en el libro de guardia correlativo de la Dirección de Sanidad. Cuando digo correlativo quiero significar que es un libro de 300 a 600 folios, revestido en cuero donde se hacían las anotaciones de todos los reconocimientos legales; o sea, no solamente de estos cadáveres sino también de suicidios, homicidios, violaciones, accidentes de trabajo, accidentes ferroviarios. Cada cual llevaba una numeración y a los cadáveres se les ponía la numeración correlativa del libro de guardia.

Sr. PRESIDENTE.- En todos los casos en que usted expidió certificados de defunción, ¿fue por haber visto el cadáver?

Sr.LANGONE.- No lo puedo precisar porque el certificado de defunción no se elabora inmediatamente al examen pericial, se elabora cuando la instrucción viene con los elementos necesarios para retirar el cadáver de la morgue -llámese cajón- y tiene ya el momento oportuno para ser trasladado al cementerio. Eso podría llevar dos, tres o cinco días. Puede ser factible que un cadáver examinado por mí tenga su muerte certificada por otro colega de la guardia correspondiente o, viceversa, pude haber firmado algún certificado de acuerdo a los informes del libro correspondiente.

Sr. PRESIDENTE.- En la causa donde se asienta como causal de defunción la destrucción de la masa encefálica por herida de arma de fuego, ¿se hace autopsia o no? 

Sr.LANGONE.- Nosotros nos basábamos en el artículo 105 del CPP que nos decía que siendo claras y evidentes las causas de muerte, no es necesaria la operación de autopsia. En algunas oportunidades -no puedo decirle si fue referido a estos hechos o a otros similares- nos llegaba una resolución, una solicitud del juez para que sí se le realizara la operación de autopsia.

Pero en mi vida profesional no he recibido ningún pedido de autopsia o de reautopsia, tanto en casos particulares como de los que se están tratando aquí.

Sr. PRESIDENTE.- ¿En alguna oportunidad dejó de lado esta metodología o sugirió una autopsia?

Sr. LANGONE.- Particularmente, no. Pero tengo entendido que algún colega solicitó al jefe superior, que en ese momento era el doctor Sotés, la realización de la operación de autopsia quien dijo que si eran claras las causas de muerte, no era necesaria la autopsia.

Sr. PRESIDENTE.- ¿Quién es el colega al que usted alude?

Sr. LANGONE.- No puedo precisarlo porque nuestras conversaciones eran mutuas y muchas. Luego de haber vivido una época de hechos delictivos comunes, hemos visto cómo aumentaban este tipo de cadáveres, nuestra inquietud, entre los integrantes del cuerpo médico, hacía que nos hiciéramos estas preguntas y hayamos conseguido ese tipo de respuestas.

Sr. PRESIDENTE.- ¿Vive el doctor Sotés?

Dr. LANGONE.- Creo que no.

Sr. PRESIDENTE.- En el supuesto que un cadáver NN con posterioridad fuera identificado, ¿usted era llamado a firmar el segundo certificado en donde se lo identificaba al NN?

Dr. LANGONE.- Eso no me ocurrió.

Sr. PRESIDENTE.- Le hago esta pregunta porque de acuerdo al asiento que tenemos, el 20 de diciembre de 1976 usted aparecería certificando un hecho acontecido en 35 y 10, de La Plata, a las 18 y 45 horas, un deceso de un NN masculino que posteriormente fue identificado como Claudio Tolosa. El nuevo certificado médico, aparentemente también habría sido expedido por usted dos días después de la fecha que le mencioné. ¿Recuerda este hecho?

Dr. LANGONE.- No lo recuerdo con precisión, pero si un cadáver posteriormente a la exhumación, con un certificado de NN es rotulado por la instrucción como fulano de tal, en presencia del certificado anterior, hay que hacer uno nuevo.

Sr. PRESIDENTE.- ¿Quién hace el certificado médico, el mismo profesional que intervino en la anterior oportunidad?

Dr. LANGONE.- Exactamente.

Sr. PRESIDENTE.- ¿Usted no recuerda lo que le estoy mencionando?

Dr. LANGONE.- Honestamente no lo recuerdo.

Sr. PRESIDENTE.- El 22 de noviembre del ‘76 se produce un hecho en 49 y 135, a las 12 horas, en esa oportunidad hubo varios decesos, concretamente 3 femeninos y dos masculinos, usted aparece firmando los certificados de defunción de todas estas personas con la misma causa de defunción: destrucción de masa encefálica por heridas de armas de fuego. ¿Recuerda ese hecho y haber visto esos cadáveres?

Dr. LANGONE.- No recuerdo esa dirección como que haya asistido o levantado cadáveres en esa zona. No dudo -si usted me lo afirma- que firmé esos certificados.

Sr. PRESIDENTE.- No tenemos los certificado pero figuran los asientos.

Dr. LANGONE.- Puede ser posible. Tal vez ocurrió que el reconocimiento lo haya hecho un médico de guardia y la instrucción vino a retirar los cadáveres 5 ó 6 días después. Entonces, el médico de guardia tiene la obligación de solucionar el problema, de certificar la muerte en base a los casos registrados en los libros de guardia.

Sr. PRESIDENTE.- En una intoxicación con cianuro, la causa de muerte ¿es evidente?

Sr. LANGONE.- La intoxicación por cianuro produce una asfixia química y un paro cardio respiratorio semejante a una insuficiencia cardíaca. Puede ser factible que se olfatee el olor cianídrico del envenenamiento, pero es importante llegar a esa conclusión con una autopsia que pueda llevar las vísceras al laboratorio químico pericial, para que así se certifique. 

Sr. PRESIDENTE.- ¿Recuerda concretamente haber expedido un certificado médico donde conste alguna muerte por intoxicación con cianuro?

Sr. LANGONE.- No lo recuerdo.

Sr. PRESIDENTE.- ¿Tampoco recuerda haber levantado esa información del libro de guardias?

Sr. LANGONE.- No recuerdo, pero es posible.

SR. PRESIDENTE.- ¿Recuerda el hecho acaecido el 29 de abril de 1977 donde muere una persona de sexo masculino de unos 25 años? Usted aparecería firmando el certificado respectivo ¿lo recuerda ?

Sr. LANGONE.- No lo recuerdo.

Sr. PRESIDENTE.- En enero de 1977 se produce un hecho con múltiples decesos a las 0.30, en 72 entre 117 y 118. Son dos personas de sexo masculino y se asienta como causa de defunción destrucción de masa encefálica por herida de arma de fuego. Usted aparecería firmando el certificado ¿recuerda el lugar del hecho, haber levantado información, expedido el certificado?

Sr. LANGONE.- A esa dirección, con seguridad yo no concurrí y si aparecen firmados los certificados de defunción fue por la misma metodología empleada desde tiempo atrás y que se sigue implementando actualmente en determinadas salas de terapia intensiva. Cuando un colega atiende a un paciente con un cáncer de riñón y éste muere en terapia, la firma del certificado de defunción la puede otorgar el médico jefe de terapia en base a la historia clínica que le brinda el médico de cabecera.

Dr. REBOREDO.- Voy a referirme a dos casos puntuales: según dos actas labradas como consecuencia de un certificado suyo, en Arana el 16 de noviembre de 1976, a la 1.30, se habría producido el deceso de dos NN con destrucción de masa encefálica por herida de arma de fuego .

¿Usted recuerda si habrá ido a Arana? ¿Recuerda esa circunstancia que le menciono?

Sr. LANGONE.- Cuando fui a levantar cadáveres cerca del cementerio, puede haber sido esa localidad.

Dr. REBOREDO.-¿Era algún lugar determinado de Arana?

Sr. LANGONE.- Era campo.

Dr. REBOREDO.-Doctor, apelo a su memoria con relación a otro hecho que habría ocurrido en la calle 69 y 121 de La Plata el 16 de abril. Las circunstancias, idénticas: destrucción de masa encefálica por herida de arma de fuego. Quizás, por la hora, es más fácil de recordar: 14 y 10 de ese día; masculino entre 20 y 25 años de edad.

Sr. LANGONE.- Lo que puedo acordarme, doctor, es que a la hora de luz del día no recuerdo haber ido a levantar ningún cadáver.

Dr. SCHIFFRIN.- Prosiguiendo, doctor, con el tema de los cadáveres que fue a recoger en una zona detrás del cementerio. ¿Eran los que estaban en un auto quemado?

Sr. LANGONE.- En un auto quemado.

Dr. SCHIFFRIN.- ¿Dónde estaba el auto? Usted va a recoger cadáveres que encontró carbonizados, tuvo que esperar que fueran los bomberos ¿es así?

Sr. LANGONE.- Exacto.

Dr. SCHIFFRIN.- ¿Qué zona era donde se produce ese hecho?

Sr. LANGONE.- Atrás del cementerio.

Dr. SCHIFFRIN.- usted también admitía que esa zona detrás del cementerio podía estar próxima a Arana y podían ser aquellos cadáveres a los cuales se refieren las actas que mencionara el doctor Reboredo con destrucción de masa encefálica. En los casos de combustión del cadáver, ahí, para determinar si fue causa de la muerte la propia combustión o si se quemó el cuerpo cuando ya era un cadáver, ¿se hace inevitablemente la autopsia?

Sr. LANGONE.-La duda de que habían sido muertos por herida de arma de fuego no existía por las múltiples perforaciones que presentaba el auto que se estaba prendiendo fuego. La instrucción debió enviar -como considoero que lo hizo- esos cadáveres al laboratorio de necropapiloscopía que funciona en la jefatura de policía, para identificarlos.

Dr. SCHIFFRIN.- Es ahí donde se cortan las manos.

Sr. LANGONE.- Exactamente.

Dr. SCHIFFRIN.-Pero en segundo término, usted que estuvo ahí y fue el responsable en recoger los cadáveres, después ¿se estaba en condiciones de saber si en el cuerpo se registraban disparon?

Sr. LANGONE.- No me refería a que eran cadáveres quemados sino a cadáveres carbonizados.

Dr. SCHIFFRIN.- Carbonizados.

Sr. LANGONE.- Es decir, eran una masa inerte, negra, difícil de poder identificar nada.

Dr. SCHIFFRIN.-¿Usted puede decir que habían sido muertos antes por los disparos que estaban en el auto?

Sr. LANGONE.- Exacto.

Dr. SCHIFFRIN.-¿No había otra posibilidad?

Sr. LANGONE.- La conclusión que puedo sacar es esa.

Dr. SCHIFFRIN.- Cuando reciben los oficios de la instrucción ¿no es común que se ponga quién es el instructor, la seccional, y también cuál es el juzgado interviniente? Ahora, en estos casos de enfrentamientos supuestos o reales, con cadáveres que siempre presentaban disparos de armas de fuego, ¿estaba la especificación del juzgado interviniente?

Sr. LANGONE.- Eso no lo puedo precisar porque no lo recuerdo. Lo que sí recuerdo fehacientemente es que en esa época el juez de instrucción era el comisario de seccional. 

Sr. SCHIFFRIN.- No, no es así. Si me permite, doctor, la Provincia siempre tuvo hasta la feliz sanción del nuevo código, un pésimo sistema contrario a la Constitución por el cual muchas de las tareas de la instrucción, que siempre existió, estaban delegadas a los comisarios Para afuera, aparecía el comisario como si fuera el juez instructor, pero éste actuaba en realidad, como un subordinado al juez penal de instrucción que era instructor y de sentencia a la vez. Naturalmente, siempre se coloca el instructor con qué juzgado trabaja porque actúa como auxiliar del juez. 

Sr. LANGONE.- De acuerdo. La modalidad de trabajo era que, asentados los datos del cadáver, señas particulares, edad aproximada, causas de muerte y seccional que era solicitado el recogimiento del cadáver, se elaboran tres tipos de planillajes: uno, es el certificado de defunción que lo hace el médico que puede ser el de otra guardia si transcurre el pedido tres o cuatro días después; el acta de defunción, que es la que he visto que figura en el diario La Nación con nombre y apellido, otorgado por Omar Langone, que la elabora el Registro Civil en base al certificado de defunción y, un tercer y más importante elemento, que es el informe médico-legal que se confecciona a requerimiento o solicitud. O sea, que si el juez de turno solicita el informe médico-legal, recuerdo perfectamente que el encabezamiento de un informe de ese tipo dice: “Informo bajo juramento de ley y demás prescripciones médico legales al señor juez fulano de tal” y se pasa a describir la totalidad de la operación de autopsia o del examen del cadáver. Si llega el pedido del juez, el informe se elabora; si no llega ningún pedido de informe específico, no se elabora. Y si se llega a elaborar, ese documento sí lleva la firma del médico que había practicado la inspección del cadáver. Porque ya no era tan urgente como el certificado de defunción para facilitar el entierro, sino que era un documento administrativo que salía cuando salía, la próxima guardia o a los dos o tres días cuando veníamos a hacer la firma de ese informe. 

Dr. SCHIFFRIN.- Hay que compatibilizar estos dichos suyos con los de otros colegas a los que les preguntamos como el juez de instrucción o el instructor policial podían llegar a solicitar o requerir el informe médico especializado en autopsia. Es decir, si no tenían, primero, algún tipo de minutas sobre circunstancias de la muerte. Nos dijeron “no, lo que ocurre es que lo que se ponía en el Libro de Guardia, también se comunicaba a la instrucción”. 

Sr. LANGONE.- Exactamente. Nosotros no hablábamos con el juez, sino que era la instrucción la que le comunicaba al juez el hecho. 

Dr. SCHIFFRIN.- Sus colegas dijeron “sí, se vertía el contenido del Libro de Guardia en un informe que se mandaba a la instrucción”. Hablaron en el sentido de que no era un informe médico-legal, sino un extracto del Libro de Guardia para que la instrucción tuviera las causas de la muerte en el primer reconocimiento. 

Sr. LANGONE.- Es factible. 

Sr. SCHIFFRIN.- Mi preocupación va mucho por el tema de la intervención judicial, porque comparo este caso con la morgue de la Capital Federal. Esta morgue era y sigue siendo una morgue judicial. Pero en aquellos tiempos, ‘76,’ 77 y hasta el ‘82, dependía directamente de la Cámara del Crimen. 

El cuerpo médico forense estaba encargado de la morgue y cuando empezaban a recibir muchos cadáveres NN, generalmente carbonizados o muy quemados, en el oficio de ingreso figuraban la autoridad policial y un consejo de guerra permanente N? 1. Como habían reglas que todos conocían, que sin intervención judicial o de juez de instrucción no se podía ni siquiera utilizar la morgue judicial, estos médicos se alarmaron mucho, pero al final fueron obligados. Esto consta en el expediente, fueron obligados por el presidente de la Cámara del Crimen, que después fue procesado por este motivo en 1984. ¿No hubo algo parecido? En la declaración del cuerpo médico forense de Capital Federal decían que eso los alarmó y que protestaron para evitar caer en esta responsabilidad. Decían que sin intervención del juez nunca hubieran actuado. Dejaron constancia de su protesta, lo que les vino muy bien. ¿Acá no pasó nada de eso?

Dr. LANGONE.- Acá ocurrió algo así. Nosotros, como habíamos visto incrementado este tipo de casos de muerte, nos fuimos quejando a nuestro jefe inmediato superior. Nadie nos obligó ni nos puso una pistola en la cabeza para que tengamos que hacer lo que estábamos haciendo, ya que lo hacíamos porque como médicos teníamos la obligación de certificar la causa de la muerte. Nosotros no teníamos por qué saber, ni lo sabíamos, donde había ocurrido, quien las había producido ni cómo había sido el enfrentamiento, pero debíamos solucionar un problema de justificación y describir las lesiones para que ese cadáver pudiera recibir sepultura. 

Dr. SCHIFFRIN.- ¿Usted no tenía idea de la realidad? La realidad efectiva y comprobadísima que motivó esta investigación, es que este mecanismo, en el cual está incluida la actividad en la morgue, tenía como fin la supresión de la identidad de las personas que la tenían bien establecida y que el mecanismo de desaparición forzada culminara en la desaparición de la memoria, damnatio memoriae, de la existencia misma de la persona desaparecida y de su nombre. ¿Este mecanismo que se había instituido en esa época no era visualizado por ustedes?

Dr. LANGONE.- Los hechos en general sí, pero no solamente por los médicos de policía, porque las causas que nosotros tomábamos y dilucidábamos con el certificado, al otro día salían en los diarios diciendo que en tal zona se había producido un enfrentamiento, pero salían en los diarios sin nombre ni apellido. O sea que era algo que conocía el pueblo en general. Pero esa modalidad, en particular, la desconocía.

Dr. SCHIFFRIN.- ¿Salían con nombre y apellido?

Dr. LANGONE.- No. Salían sin nombre ni apellido, lo que nos llamaba la atención tanto a nosotros como a la ciudadanía, o sea que no era algo escondido. Es decir que nos tocó hacer certificados de defunción no de personas desaparecidas sino aparecidas, porque las teníamos en forma palpable, viéndolas, examinándolas y entregando la certificación para que la instrucción tenga un dato más.

Dr. SCHIFFRIN.- Ese es el dato que más necesitamos saber, es decir dónde se inserta el eslabón perdido, donde el número de identificación que ustedes utilizaban y que correspondía a un nombre. Por eso la policía entregó algunos NN como los casos Bettini y Zapag, que se conocen con toda precisión.

Sr. LANGONE.- Policía contaba con elementos suficientes para poder reconocer los cadáveres, tenía peritos balísticos, fotográficos, dactiloscópicos, que eran los encargados de identificarlos. Nosotros recibíamos un cadáver de un protagonismo civil -por así decirlo- que venía con un nombre y apellido y con el documento en mano del instructor, no eran estos casos, lo que nosotros teníamos presente era que en los certificados de defunción se colocaba el sexo, señas particulares y en un margen, con doble firma se escribía: “a identificar por el instructor”. No es una obligación de los médicos identificar un cadáver porque no estamos preparados para ello.

Dr. REBOREDO.- Cuando el cadáver llegaba a la morgue ¿qué procedimiento se acostumbraba a efectuar? Ustedes levantaban el cadáver en el lugar donde se producía el hecho y en la ambulancia llegaban a jefatura, a la morgue, ¿y ahí qué procedimiento se seguía? No me interesa el procedimiento administrativo sino el procedimiento real, el de los hechos en sí. ¿Se revisaban los bolsillos para ver si tenía alguna documentación el occiso?

Sr. LANGONE.- En mis años de profesión nunca revisé los bolsillos de ningún cadáver.

Dr. REBOREDO.- ¿El morguero...?

Sr. LANGONE.- El morguero era el encargado de desvestir el cadáver para efectuar la inspección ocular. El instructor era el encargado de retirar todo elemento de valor y documentación que pudiera llevar el mismo.

Dr. REBOREDO.- ¿Se tomaban fotografías de los cadáveres?

Sr. LANGONE.- El fotógrafo estaba permanentemente dentro de la morgue y además su oficina se encontraba cercano al lugar. El instructor era el encargado de aprobar si se le tomaban fotografías al fallecido.

Dr. REBOREDO.- ¿El señor fiscal quiere hacer preguntas?

Dr. PIAGGIO.- Es un mero dato que quizás pueda servir de algo. Cuando concurrió a las afueras del cementerio había un automóvil que se estaba prendiendo fuego ¿puede recordar las características del vehículo?

Sr. LANGONE.- No, ni haciendo el mayor esfuerzo me puedo acordar del tipo de vehículo.

Dr. PIAGGIO.- El doctor mencionó que muy contiguo a su despacho trabajaba permanentemente en la morgue un fotógrafo. Quisiera saber si ese fotógrafo era una sola persona, si la función la desempeñaban varios y, en su caso, si nos puede mencionar los apellidos de los fotógrafos.

Sr. LANGONE.- Me ha quedado algo como Rodríguez.

Dr. PIAGGIO- Características físicas.

Sr. LANGONE.- Un señor de unos cincuenta años, de un metro ochenta centímetros de estatura y bastante obeso. La guardia de fotógrafos era múltiple y a veces no coincidía con las nuestras. Policía tiene un sistema de trabajo por el cual algunas guardias son semanales más un domingo rotativo y una mañana, otro pesonal está veinticuatro por cuarenta y ocho horas y otro personal ocho por ocho horas. O sea que no coincidimos plenamente.

Dr. PIAGGIO.- Gracias.

Sr. PRESIDENTE.- Tiene la palabra la doctora Elizabeth Rivas, por la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de La Plata.

Dra. RIVAS.- Quisiera saber si en los casos que hubo varias víctimas todas las actas y certificados de defunción fueron firmadas por el mismo médico o podían ser unos por uno y otros por otros. Supongamos que había siete cadáveres encontrados en un solo lugar, los siete certificados de defunción eran firmados por el mismo médico?

Sr. LANGONE.- Cuando se retiraban los cadáveres de la morgue normalmente venía la comisión de instrucción de esa zona y se llevaba los correspondientes a ella, por ejemplo, si venían de la comisaría Quinta, se los llevaba en un solo viaje, en cajones de la Municipalidad y con certificados que se confeccionaban en el momento. Es factible que ese médico pudo no haber reconocido los cadáveres el día del hecho y haber firmado los dos, tres o cuatro certificados correspondientes al momento que los retiraban de la morgue. 

Dra. RIVAS.- En los casos múltiples ¿retiraban todos los cadáveres que habían en esa circunstancia o algunos sí y otros después con lo que se podría presumir que se enterraban todos juntos?

Sr. LANGONE.- Eso no lo puedo precisar.

Dra. RIVAS.- Usted hizo referencia al llamado de madrugada para concurrir al lugar ¿siempre era así?

Sr. LANGONE.- Lo normal era que ocurriera después de las 12 o la 1 de la mañana.

Dra. RIVAS.- En el caso de Arana ¿usted recuerda si el auto tenía chapa identificatoria a la vista?

Sr. LANGONE.- Puedo recordar que en esos años circulaban muchos autos sin chapa y que se había generalizado en el vulgo la frase “cuidado que viene el Falcon”.

Dra. RIVAS.- Usted hizo referencia al informe que podía ser solicitado por el juez de instrucción ¿en alguno de estos casos recuerda que algún juez haya pedido dicho informe?

Sr. LANGONE.- El pedido de los jueces no le llega directamente al médico sino al director o al jefe de Policía. O sea que a mí como médico no me llegó ninguno de estos pedidos de informes, lo que no quiere decir que no los hayan hecho.

Dra. RIVAS.- Usted dijo que cuando llegaba el cadáver a la morgue era desvestido. ¿Alguna vez vio que el morguero extrajera algún documento de identidad de las ropas?

Sr. LANGONE.- No, nunca lo he visto.

Dra. RIVAS.- Nada más.

Dr. ABALOS.- ¿Vio bebes, niños o mujeres embarazadas?

Sr. LANGONE.- No me tocó ver cadáveres de esa naturaleza.

Dr. ABALOS.- ¿Vio mujeres que hubieran dado a luz recientemente?

Sr. LANGONE.- No.

Dr. ABALOS.- Respecto de todos los cadáveres que le tocó reconocer dentro de la morgue ¿fue usted personalmente a recogerlos en la calle?

Sr. LANGONE.- Los que reconocí en la morgue los fui a recoger a la calle. De algún certificado que haya firmado por la metódica ampliada puede ser que no.

Dr. ABALOS.- Es decir que nunca hubo un caso en el que la instrucción llevó el cadáver a la morgue y usted lo reconoció ahí.

Sr. LANGONE.- En mi caso, no. 

Dr. ABALOS: ¿Antes de 1976, existía alguna norma policial que significara alguna restricción para acudir como médico a alguna dependencia policial de La Plata?

Sr. LANGONE: Yo no he recibido nada en contra en contra de poder ingresar a ninguna dependencia policial de La Plata. Además, si no existía llamado de determinado lugar no iba y si existía el llamado por supuesto que iba

Dr. ABALOS.- Luego del ‘76, esta metodología siguió de la misma manera? 

Sr. LANGONE.-De la misma manera.

Dr. ABALOS.- O sea que no había ninguna restricción de una norma policial para acudir a distintas dependencias policiales como médico.

Sr. LANGONE.-No.

SR. ABALOS.- ¿Concurrió alguna vez a Arana?

Sr. LANGONE.- No conozco el destacamento de Arana

SR. ABALOS.- Algún médico que compartía con usted la guardia, ¿fue al destacamento de Arana? 

Sr. LANGONE.- Que yo sepa, no. Nosotros trabajábamos en las seccionales dependientes de la unidad regional de La Plata.

SR. ABALOS.- ¿Y Arana no dependía de la unidad regional La Plata?

Sr. LANGONE.- Pero no fui convocado.

SR. ABALOS.- ¿De haber sido convocado, qué médicohubiese concurrido?

Sr. LANGONE.- Al que le tocara.

SR. ABALOS.- ¿de la Dirección de Sanidad?

Sr. LANGONE.- Y si llaman, porque si hay un médico que tiene que ir a ver a un detenido a un integrante de la repartición, tiene que ir.

SR. ABALOS.- ¿Conoce alguna otra dependencia policial de La Plata donde ningún médico hubiera concurrido?

Sr. LANGONE.- No.

SR. ABALOS.- ¿Usted conoce algún médico que en su ausencia haya concurrido al destacamento de Arana?

Sr. LANGONE.- Honestamente, no. Donde sí me tocó concurrir a parte de las seccionales fue al cuerpo de infantería. 

SR. ABALOS.- ¿Es llamativo o de acuerdo a su experiencia como médico que no recuerde que algún médico haya ido a Arana, o es normal?

Sr. LANGONE.- Es normal porque no fue un destacamento de mucha actividad policial.

SR. ABALOS.- ¿Reconoció detenidos en las comisarías?

Sr. LANGONE.- Sí.

SR. ABALOS.- Reconoció casos de detenidos ilegales en las comisarías?

Sr. LANGONE.- No sé porque jamás le pregunté al detenido por qué motivos estaba preso.

SR. ABALOS.- En la comisaría quinta, de la ciudad de La Plata, usted concurrió?

Sr. LANGONE.- Sí.

SR. ABALOS.- En qué lugar de la comisaría usted hacía reconocimiento médico?

Sr. LANGONE.- En alguna oportunidad en el despacho del oficial de guardia o en el calabozo. 

SR. ABALOS.- ¿Podría ubicar dentro de la comisaría dónde quedaba el calabozo?

Sr. LANGONE.- De la comisaría quinta, justamente, es la que menos me acuerdo.

SR. ABALOS.- ¿Quedaban detrás, en la parte muy posterior, o en la parte delantera?

Sr. LANGONE.- Lo normal, por lo que recuerdo, en las comisarías tanto la primera, la segunda, la octava, en la parte posterior. De la quinta, no recuerdo.

SR. ABALOS.- ¿Recuerda casos de detenidos donde se evidenciaba que habían sido torturados?

Sr. LANGONE.- No. He visto detenidos con conjuntivitis, dolores de barriga, faringitis, problemas de diarrea, pero no he visto torturados.

SR. ABALOS.- ¿Había algún tipo de patologías por haber estado encerrado en las comisarías?

Sr. LANGONE.- Sí, por ejemplo sarna y piojos.

SR. ABALOS.- De los cadáveres que usted hacía reconocimiento, ¿extrajo proyectiles?

Sr. LANGONE.- En la mayoría de los casos tenían orificio de entrada y salida y, en alguna oportunidad, un proyectil que estaba a flor de piel fue extraído del cadáver que estaba detrás del cementerio- fue entregado a la instrucción en una bolsita de Nylon con el número de cadáver y seccional correspondiente.

SR. ABALOS.- ¿Ese número de cadáver qué número seguía?

Sr. LANGONE.-Seguía un orden correlativo mezclado con aborto, violación, riñas en bares, choques, destrozos ferroviarios.

SR. ABALOS.- ¿El número que le otorgaba el médico dentro de la morgue para establecer el reconocimiento, cadáver uno, dos, tres u otro número, qué otro número le ponían?

Sr. LANGONE.- El correspondiente al libro de guardias.

SR. ABALOS.- ¿Ese es el número que se le incorporaba a la bolsita de nylon?

Sr. LANGONE.- Sí.

SR. ABALOS.- ¿Conoció a médicos que no dependían del director de Sanidad, médicos policiales?

Sr. LANGONE.- Personalmente, no.

SR. ABALOS.- ¿Conoció a médicos que trabajaban como médicos policiales y no pertenecían a la Dirección de Sanidad durante el período que se investiga?

Sr. LANGONE.- Si usted se refiere a la Dirección de Sanidad de la ciudad de La Plata, no.

SR. ABALOS.- ¿Conoció a un médico que pertenecía a la Dirección de Investigaciones?

Sr. LANGONE.-De nombre los he escuchado.

SR. ABALOS.- ¿Puede nombrarlos?

Sr. LANGONE.- He escuchado al doctor Berges, mencionado como médico de policía, pero no perteneciente a la Dirección de Sanidad. No puedo negar haberlo escuchado porque lo ha escuchado todo el mundo.

Sr. ABALOS.- ¿Lo vio personalmente?

Sr. LANGONE.- No. Nunca trabajamos juntos.

Sr. ABALOS.- ¿Algunos de los médicos de la Dirección de Sanidad pudo haberse encontrado con el doctor Bergés? 

Sr. LANGONE.- No sé. 

Sr. ABALOS.- ¿Había médicos que dependían de la Direción de Inteligencia?

Sr. LANGONE.- No sé.

Sr. ABALOS.- ¿Recibió menciones o ascensos durante esa época?

Sr. LANGONE.- No

Sr. ABALOS.- Usted dijo que era una mala suerte retirar cadáveres de la vía pública. ¿Por qué motivo?

Sr. LANGONE.- Porque en una Dirección de Sanidad que era orgullo en las policías de América del Sur, en la que funcionaba la cátedra de Medicina Legal, con profesores de primera línea, habíamos empezado a ver cosas que no correspondían a los hechos normales de la vida cotidiana. Por eso dije “mala suerte”.

Sr. ABALOS.- ¿A qué cosas se refiere?

Sr. LANGONE.- Me refiero al uso de múltiples disparos de armas de fuego con las que se destruía la masa encefálica, en la mayoría de gente joven. 

Sr. ABALOS. ¿Cuando llegaban los cadáveres a la morgue, realizaban una descripción antropológica?

Sr. LANGONE.- Sí. 

Sr. ABALOS.- ¿Se incluía el peso?

Sr. LANGONE. Sí, el peso aproximado. 

Sr. ABALOS.- ¿Se reflejaban síntomas de adelgazamiento en los cadáveres?

Sr. LANGONE. Generalmente todos estaban sucios y con barba.

Sr. ABALOS.- ¿Cuánto tiempo tarda el examen de las vísceras en las pericias?

Sr. LANGONE.- A la respuesta deberían darla quienes trabajan en ese tema. Lo desconozco.

Sr. ABALOS.- ¿Durante 1977, recuerda aproximadamente cuánto tiempo se tardaba?

Sr. LANGONE.- No más de siete días.

Sr. ABALOS.- En el acta que se transcribe un certificado de defunción, la diferencia entre la fecha que se denuncia la muerte y la fecha del certificado de defunción, es menor de siete días, y la causa de muerte es intoxicación con cianuro. ¿Cómo se entiende que la identificación de la causal de la muerte por examen de vísceras sea superior a la fecha de determinación de la causal de muerte?

Sr. LANGONE.- Nunca trabajé en la Dirección de Medicina Pericial de Tribunales. Pero si lo comparo con el trabajo en un laboratorio bacteriológico, le puedo decir que hay gérmenes o bacterias que se detectan en la primera visualización microscópica, mientras que otros a veces llevan veinte o treinta días. Puede ser que en los casos que haya habido de por medio drogas o venenos, la fórmula sea más rápida o más corta. Cuando hoy dije “no más de siete días”, lo dije con una inseguridad total. Arbitré un número sin darme cuenta.

Sr. SCHIFFRIN.- ¿Quisiera hacerle una pregunta? 

Se refiere a que en octubre de 1978 se llevó a cabo una reestructuración del servicio del cual usted formaba parte. Entonces, los médicos, como explicó el doctor Brolese, fueron reasignados en las distintas seccionales. El doctor Brolese quedó como jefe de este servicio en la Unidad Regional de La Plata. También vimos que la morgue que estaba en esa jefatura, y la cual se utilizaba para los casos N.N., en algún momento posterior a marzo de 1979 debió ser cerrada. Esto lo dijo el doctor Brolese lo cual es un dato nuevo y es importante tener en claro la estructura. ¿usted recuerda alguno de estos datos?

Sr. LANGONE.- La Dirección de Sanidad en la cual presté servicio en forma orgullosa por la organización que tenía, posteriormente disuelta por la Dirección General y pasó a ser una dirección dependiente de la Dirección Judicial. En esa época también había desaparecido el señor jefe de Policía y teníamos como jefe a un interventor. Quiere decir, que hubo varios cambios en esa época, dispuestos por la superioridad.

Dr. SCHIFFRIN.- Lo que usted dice fue previo al ‘78.

Sr. LANGONE.- Fue transcurriendo en esa época. No puedo precisar ni el año ni la fecha.

Dr. SCHIFFRIN.- Sobre todo por este mecanismo de reasignación de los médicos a seccionales en la parte de Medicina Legal, con la posterior clausura de la morgue de jefatura en algún momento de 1979, ¿usted recuerda esto?

Sr. LANGONE.- La clausura de la morgue no creo que haya sido causada por la época vivida sino por una necesidad. Tenía una infraestructura perimida; no podía existir una morgue en el centro de la ciudad la cual contaba con sólo tres cámaras porque, por ejemplo, cuando tuve que asistir al choque ferroviario en la curva de Altamirano se recibieron tantos cadáveres que se los amontaban en los pasillos de jefatura. Creo que el traslado ha sido para una mejor ubicación de la morgue.

Dr. SCHIFFRIN.- Si. Estamos examinando la entrada de cadáveres que fueron recogidos en las calles, las guardias, los médicos de guardia, etcétera; es un mecanismo que deja de funcionar en 1978. Aparecen los médicos de guardia en las comisarias. Esto ocurrió así. Estoy tratando de delimitar los tiempos. 

Sr. LANGONE.- Creo que el traslado fue para mejorar el sistema porque si no todo estaba centralizado en ambulancias, en enfermeros, en médicos de guardias, en médico asistencial. Otra cosa que ocurrió en esa época, lo cual nos trajo abundante trabajo, fue que el personal policial por temor a ser asistido en hospitales públicos concurría en demasía a las consultas clínicas. Por ello, se implementó un sistema, un servicio de medicina funcional por especialidades dentro de la Jefatura para poder atender al personal y a su familia. A raíz de ello fui designado como médico urólogo.

Dr. SCHIFFRIN.- Respecto a los cadáveres que usted recogió en la zona de atrás del Cementerio

¿Usted sólo una vez concurrió para recoger los cadáveres carbonizados o fue otra vez que encontró otros cadáveres?

Sr. LANGONE.- Fui dos veces.

Dr. SCHIFFRIN.- Así lo entendió el doctor Reboredo. 

Sr. LANGONE.- Unos eran carbonizados y otros no.

Dr.SCHIFFRIN.- ¿En la misma zona? 

Sr. LANGONE.- Los dos estaban en el campo pero unos más al este. 

Dra. RIVAS.- Esos cadáveres que encontró en Arana, ¿usted dice que estaban en el campo? 

Sr. LANGONE.- En el campo.

Dra. RIVAS.- ¿En el medio de un campo? 

Sr. LANGONE.- En medio de un pastizal.

Dra. RIVAS.- El episodio de atrás del seminario que usted mencionó ¿era en la calle o en algún domicilio?

Sr. LANGONE.- Fue en la calle, en el paredón de atrás del seminario.

Dra. RIVAS.- Usted mencionó que había ido al Cuerpo de Infantería. ¿Con qué objeto? 

Sr. LANGONE.- Con el objeto de revisar detenidos también.

Dra. RIVAS.- Tenían alguna característica particular esos detenidos? Esto es, ¿estaban con los ojos vendados, tenían alguna característica particular que no fuera la del detenido habitual legal?

Sr. LANGONE.- Me llamó la atención haber visto muchos casos de conjuntivitis. 

Dra. RIVAS.- ¿Los llevaban a su presencia?

Sr. LANGONE.- No. Los ponían en el patio de Infantería y yo los revisaba allí. 

Dra. RIVAS.- ¿Otro tipo de característica como barbas muy crecidas...

Sr. LANGONE.- Algunos sí.

Dra. RIVAS.- ...que diera la sensación que había pasado mucho tiempo desde la detención?

Sr. LANGONE.- Algunos sí, pero era una época de usar barbas. Puedo decirle que he conversado con algunos jóvenes ellos mismos han visto también en mi figura la ostentación de mi apellido en mi chaqueta. Porque, está bien que yo dije que venía a hacer este tipo de exposición y a hablar con toda la verdad, pero también es digno saber que nosotros, los médicos de la Dirección de Sanidad de Policía, firmamos sin haber cambiado ninguna causa de muerte con nuestra firma y sello y ostentando en nuestra chaqueta el apellido y esto lo llevábamos dentro del hospital, de la clínica, en la calle y en policía,

Dr. REBOREDO.- Una última pregunta: los dos cadáveres que usted recogió atrás del seminario, ¿fue con precisión en la avenida 66? 

Sr.LANGONE.- No, por la parte posterior del seminario que creo que es 23 o 24. 23 entre 65 y 66.

Dr. REBOREDO.- ¿Del lado de la vereda del seminario?

Sr. LANGONE.- De la vereda del seminario.

Que es cuanto tiene que declarar. No siendo para más se da por finalizado el acto previa e íntegra lectura que el actuario da de la presente (Art. 248 del CPMP) manifestando el compareciente que ratifica su contenido, firmando al pie después del Señor Presidente del Tribunal doctor Antonio Pacilio y señores Jueces doctores Carlos Alberto Nogueira, Leopoldo Héctor Schiffrin, Julio Victor Reboredo y de todos los presentes en el acto por ante mi de lo que doy fe.