Lanusse,
Alejandro
Agustín
Dr. López:
Se llama al estrado al Sr. Alejandro Agustín LANUSSE.
Dr. Gil Lavedra:
¿Existe algún motivo o circunstancia que afecte la
imparcialidad de su testimonio y le impida decir la verdad?
Lanusse:
Dr. Gil Lavedra:
¿Conoció Ud. a Edgardo SAJON?
Lanusse:
Sí, lo conocí.
Dr. Gil Lavedra:
¿Sabe Ud. si ha sido privado de su libertad?
Lanusse:
Sí señor.
Dr. Gil Lavedra:
¿Ha hecho Ud. gestiones tendientes a establecer su
paradero?
Lanusse:
Como es de dominio público, así es doctor.
Dr. Gil Lavedra: ¿Podría relatar al tribunal general, cuáles han sido
esas gestiones circunstanciales y cuál ha sido el resultado?
Lanusse: Podría, pero no quiero exponerme al rigor de mi memoria,
me ratifico de todo lo que he dicho en anteriores oportunidades plenamente y
creo que lo puedo decir con formalidad y responsabilidad porque lo he dicho ante
organismos ofíciales, ya sea tribunales ordinarios de justicia, como ante
autoridades nacionales; estoy sí dispuesto a contestar todas las preguntas que
se me quieran hacer en aras de mi propósito de ponerme a disposición de la
justicia y facilitar su tarea.
Dr. Gil Lavedra:
Dígame dónde ha prestado Ud. declaración en relación
con este caso con anterioridad.
Lanusse:
He prestado declaración;
primero manifestaciones públicas, después de tener conversaciones formales y
responsables con quienes entonces eran autoridades del Ejército y de la Nación,
en el año '77, horas después de la desaparición de Edgardo SAJON, con
posterioridad he prestado declaración ante el juez OLIVIERI, también he
prestado declaración ante otros dos jueces con motivo de las querellas que me
presentaran el Gral. CAMPS y el Crio. Gral. ETCHECOLATZ, también en diciembre
del '77 fui sancionado por el comandante en jefe; en agosto del '76 ya fui
sancionado por el comandante en jefe, aunque no tiene relación con el caso, sí
tiene relación con mi permanente repudio a los procedimientos entonces llamados
por izquierda, fue con motivo de una extraña y absurda manifestación pública
del Gral. Adel VILAS en Bahía Blanca, que cuestionaba el honor, la integridad
moral de un ex colaborador mío, el Dr. MALEC, eso me implicó una sanción de
parte del Presidente y comandante en jefe del Ejército; posteriormente en
diciembre del '77, recibí otra sanción del comandante en jefe del Ejército,
previa una intervención de un Tribunal Superior de Honor que no me sancionó
ese Tribunal de Honor, pero sí me sancionó el comandante en jefe del Ejército;
posteriormente en agosto del '84 y en noviembre del '84, he vuelto a recibir
sanciones después de prestar amplia y total declaración delante de Tribunales
de Honor del Ejército.
Dr. Gil Lavedra:
Lanusse:
Los así llamados procedimientos por izquierda no es una
expresión que yo haya inventado, a mí me resulta Dr. muy reconfortante, muy
positivo ver que hoy hay tantas personalidades entre las cuales los incluyo a
Uds., están preocupados por los procedimientos habidos en el país años atrás,
pero también es cierto que hoy están preocupados, que hoy es común y hasta
diría si Ud. me permite una expresión muy ortodoxa que está de moda,
manifestarse fastidiado, enervado por los abusos cometidos, pero quién ignora
los abusos cometidos, me pregunto si hay alguien que pueda ignorar la acepción
de la palabra o el término ése utilizado por "procedimientos por
izquierda"... Pero no obstante eso, le voy a contestar, Dr., así se dio en
llamar como todos sabemos, creo que a nadie de los presentes puede excluir de
ese conocimiento, a los procedimientos que estaban al margen de la ley y de las
disposiciones legales vigentes. Procedimientos en la clandestinidad.
Dr. GIL Lavedra:
General, ¿podría usted con lo que su memoria le permita,
manifestar al Tribunal con quiénes mantuvo aunque sea escuetamente entrevistas
en relación con el caso SAJON y cuál fue el contenido de estas entrevistas?
Lanusse:
Podría hacerlo muy largo, no sé a qué parte de las
personas o a qué sector de las personas con quien yo he hablado a ustedes les
interesa, si se refieren a las autoridades o a todas las personas que hablaron
conmigo con motivo de este tema.
Dr. GIL Lavedra:
Especialmente las autoridades.
Lanusse:
El presidente entonces de la República, el general VIDELA,
con el comandante en jefe de la Armada, almirante MASSERA, con el gobernador de
la provincia de Bs. As. Gral. SAINT JEAN, con el general VIOLA.
Dr. GIL Lavedra:
¿Podría explicar al Tribunal cuál fue el contenido de
estas entrevistas?
Lanusse:
Era un vehemente y permanente requerimiento de que me
dieran información sobre qué había pasado con Edgardo SAJON, el primer
contacto lo tuve el mismo día, primero de abril del año '77, que me permitiría
hablar por teléfono a la casa de Gobierno con el general VIDELA, le manifesté
lo que ya era de conocimiento y el temor que tenía, que ya fuera una realidad
la desaparición así entre comillas, de Edgardo SAJON, me ofrecí a acompañar
a la Sra. de SAJON al Comando del primer cuerpo de Ejército porque tenía
conocimiento de que todas las actividades que se realizaban, tanto policiales
como por efectivos militares, eran todas subordinadas al comandante del primer
cuerpo de Ejército, en esa oportunidad, el general VIDELA. Rápidamente, cosa
no característica en él, me contestó que por favor no fuera yo al primer
cuerpo de Ejército, que dejara el tema en sus manos, dos días después, al
recibirme en su residencia de Campo de Mayo, me explicó el porqué de eso,
porque él pensó que la desaparición de SAJON pudiese tener relaciones con un
procedimiento clandestino, de esos que se llamaban por izquierda, Dr., que se
estaba realizando nada más en 30 días, en el ámbito de la provincia de Bs.
As. bajo la responsabilidad del Gral. SUAREZ MASON, del gobernador de la Pcia.
Gral. SAINT JEAN y del jefe de la Policía Gral. CAMPS, ese procedimiento estaba
vinculado con las investigaciones que se hacían sobre el llamado Grupo GRAIVER,
como no me resultaba del todo claro por qué se me... parecía a VIDELA
conveniente que yo no fuese, él me dio a entender que era preferible que yo no
me metiera en un procedimiento de esas características. Tuve ratificación de
ese procedimiento clandestino, al conversar el día lunes 4 de abril con el
almirante MASSERA, a su pedido MASSERA me dijo que ese procedimiento se había
hecho con conocimiento y autorización de la Junta, a pesar de que él no estaba
muy convencido de su resultado, de los resultados que daría como positivos o
negativos.
Dr. Gil Lavedra:
¿A qué procedimiento concreto se refiere?
Lanusse:
Lo que ya acabo de decir hace dos minutos, al procedimiento
clandestino que se hiciera en el ámbito de la Pcia. de Bs. As. en relación con
el grupo GRAIVER.
Dr. Gil Lavedra:
General, ¿mantuvo usted alguna entrevista con el jefe del
Estado Mayor del Ejército?
Lanusse:
Sí señor, primero el día 4, él me llamó por teléfono;
lunes 4 a la mañana, y el día 26 de abril, el día 25 me llamó de nuevo por
teléfono a mi casa para invitarme a tomar un café con él, al día siguiente
en su despacho conversé con él, conversé como lo he hecho siempre con ellos,
sin ninguna limitación, creía que mi jerarquía en el Ejército me permitía
proceder así con ellos, más en el caso del Gral. VIOLA, que entones tenía
menor jerarquía que la mía.
Dr. Gil Lavedra:
¿Qué le manifestó el Gral. VIOLA en esa oportunidad?
Lanusse:
Le pedí al Gral. VIOLA, antes de que yo entrase, no sé si
emplear la palabra formular cargos, pero sí transmitirle las impresiones, que
casi podría decir convicciones que tenía, de la culpabilidad en este
procedimiento de los Grales. SUAREZ MASON, SAINT JEAN y coronel CAMPS, le pedí
que los llamara porque deseaba seguir hablando en presencia de ellos, prefirió
no hacerlo.
Dr. Gil Lavedra:
¿Tuvo usted alguna entrevista con el Gral. VIDELA,
posteriormente de la ya relatada?
Lanusse:
Con el Gral. VIDELA tuve entrevistas en reiteradas
oportunidades con motivo de los procedimientos, digamos judiciales o Tribunales
de Honor, a que fui sometido. Tuve con anterioridad y vuelvo a decir que no con
estrecha relación del caso SAJON, entrevista con el Gral. VIDELA. Después de
cumplir el arresto que me impusiera en agosto del '76 allí le hice saber mi
criterio respecto de los procedimientos que se realizaron en el Ejército, con
oficiales encapuchados y todos o muchos de ellos al margen de la ley.
Dr. Gil Lavedra:
¿Y qué le contestó?
Lanusse:
Que las órdenes estaban escritas, y concretas y no
incluidas en esas cosas, yo le digo, usted a mí no me puede decir que ignora lo
que sucede.
Dr. Gil Lavedra:
Ud. envió un telegrama público.
Lanusse:
Sí señor.
Dr. Gil Lavedra:
¿El 7 de abril del año '77?
Lanusse:
Sí señor, ante el cúmulo de noticias ligeras; algunas no
creo que fueran espontáneas de los propios periodistas, así en términos
generales, sino de algunos centros que generaban ese tipo de versiones
intencionadas, particularmente en el ámbito de la provincia de Buenos Aires, en
una agencia de noticias que creo se llamaba Prensa Argentina, que en un momento
dirigió un señor Nores BORDEROY, y que después quedó a cargo otro llamado
ACUÑA, y que particularmente recogía con mucha amplitud, prolijidad y
oportunidad al diario Nueva Provincia. Con motivo de eso mandé un telegrama, y
de las versiones referidas a mis intensas actividades de esos días para
descubrir dónde estaba SAJON, cómo había desaparecido y en manos de quién
había sido; entonces me pareció conveniente dirigir por telegrama público a
personas de mi vinculación que estaban en el interior del país --dos de ellas
son ofíciales del Ejército y las otras dos parientes míos, un hijo y ya no
recuerdo la cuarta---. El hecho que ese texto lo recibió un sobrino mío, el
hoy capitán Lanusse, por cuestiones a lo mejor de falta de experiencia de él o
por otra razón, llegó a ser transcripto en un periódico. Esto también
significó una sanción para el capitán LANUSSE. El texto de ese telegrama es
que no aceptaba que alguien pudiera poner en duda la integridad moral de Edgardo
SAJON, y mucho menos que lo hiciera con el cobarde procedimiento de no dar la
cara con abusos de fuerza y con los llamados procedimientos por izquierda; esto,
palabras más o menos, pero tengo en mi poder, no aquí el texto del telegrama,
con los recibos del correo correspondiente.
Dr. Gil Lavedra:
¿Supo Gral., si Horacio RODRIGUEZ LARRETA fue privado de
su libertad?
Lanusse:
Lo supe y lo manifesté a las autoridades, así como de
otras personas entre las cuales incluyo al doctor Miguel ANCHORENA, de quien
conocía a su señora desde que era una niña; hablé por teléfono el día 3 de
abril y me dijo que sí, que su marido había sido secuestrado; me dijo cómo
habían sido los detalles de los últimos momentos en que lo vio, y con sorpresa
dos o tres días después vi o leí que el doctor Miguel ANCHORENA negaba que
hubiera sido secuestrado; muchas personas que les ocurrieron hechos semejantes
negaron después haber sido secuestradas, cuando sí lo estuvieron y en
ambientes militares.
Dr. GIL Lavedra:
¿Usted conocía el motivo por el cual fueron privados de
su libertad?
Lanusse:
Dr. Gil Lavedra:
¿Tiene usted alguna circunstancia que permita vincular
ambos episodios?
Lanusse:
No sólo la tengo yo; hay constancias de los anormales
procedimientos, del entonces juez MARQUARDT para disponer mi prisión y hay
constancias en la sentencia que dicta la Cámara al determinar nuestra
excarcelación. (... ) Ya con anterioridad a la desaparición de SAJON hacían
saber que las investigaciones relacionadas con este señor GRAIVER, tenían un
deliberado motivo político, el objetivo se llamaba Alejandro LANUSSE. Los que
fueron entonces detenidos por el caso GRAIVER, incluyendo a periodistas, todos
fueron juzgados y todos fueron declarados inocentes de los cargos que se les
formulaban, hasta creo que hubo una resolución de la Corte Suprema de Justicia
que así lo dispuso, pero a Edgardo SAJON no se le dio oportunidad de ser
juzgado Nº de defenderse contra las acusaciones, se optó por eliminarlo, por
hacerlo desaparecer.
Dr. Gil Lavedra:
Lanusse:
A todos sin excepción, pero además me lo dijo primero a mí
el general Jorge Rafael VIDELA.
Dr. Gil Lavedra:
¿Conocía usted a Elena Angélica HOLMBERG?
Lanusse:
Elena HOLMBERG es prima hermana mía; podría contestar que
la conocí desde que nació; su madre era hermana de mi padre.
Dr. Gil Lavedra:
¿Conoce Ud. si fue privada de su libertad?
Lanusse:
Como todos los argentinos que hemos tratado de ser
responsables de lo que iba aconteciendo en el país, más allá de las
capacidades que tenían para incidir en la suerte de los acontecimientos.
Dr. Gil Lavedra:
¿Conoce Ud. las circunstancias en que ello ocurrió?
Lanusse:
Le debo recordar algo que a lo mejor no llegó al
conocimiento de todos; ella desapareció, si mal no recuerdo, el 20 de diciembre
del año '78; ahora yo he venido por el caso SAJON y usted me lleva al caso
HOLMBERG; igual estoy a disposición de la justicia.
Dr. Gil Lavedra:
Usted ha sido citado como testigo.
Lanusse:
Aproximadamente creo que fue el 11 de enero; a mí me
llegaron versiones que había aparecido el cadáver de Elena HOLMBERG; tomé
contacto con el jefe de Policía, general OJEDA, que me confirmó que era
cierto; tomé contacto con los familiares... Terminé encontrándome en el
cementerio de Benavídez, permítame la expresión no muy formal... con mi amigo
el juez MARQUARDT, y con mi primo hermano, el teniente coronel retirado Enrique
HOLMBERG. Fui acompañado con dos hijos de Enrique HOLMBERG y con la custodia
policial que ya tenía, y una patrulla o un móvil de la policía de la Pcia. de
Bs. As., que nos alumbraba con los faros del automóvil. Desenterramos los
restos de una persona; de entrada el doctor Enrique HOLMBERG, hermano de la
desaparecida, me manifestó que le parecía extraño que pudieran ser los de su
hermana por el tamaño de los huesos; esa noche, del cementerio de Benavídez
nos fuimos al hospital de Tigre, aunque las primeras revisaciones las hicieron
en la morgue de Buenos Aires. Finalmente se llegó a la conclusión que esos
restos no eran de Elena HOLMBERG, allí, el hermano, Enrique HOLMBERG, me dijo
que había arreglado con SUAREZ MASON, que habían sido amigos y compañeros
durante el exilio, para que lo acompañara a la mañana siguiente a la Unidad
Regional de Tigre; lamenté que ya se hubiera comprometido a hacer eso, pero le
dije que fuera. Después me comentó su experiencia; cuando llegan a la Unidad
de Tigre, donde SUAREZ MASON empieza a recriminarle al comisario de ahí, con la
torpeza en que habían incurrido porque los restos de Elena se encontraban en un
río de Tigre, esto lo dijo apenas 48 horas después que había desaparecido y
nadie sabía nada.
Dr. Gil Lavedra:
Pudo...
Lanusse:
Después aparece un cuerpo en el río, con un anillo de
sello de oro que tenía las iniciales E.H... y a la pobre gente de la policía
no se les ocurrió que podían tener algo que ver. Entonces SUAREZ MASON le
recrimina esa torpeza a la policía; el jefe de la unidad le respondió a SUAREZ
MASON que había una contradicción en el sumario...
Dr. Gil Lavedra:
Lanusse:
El jefe de la unidad de Tigre le dijo entonces a SUAREZ
MASON que él tenía razón en recriminarle, pero él se olvidaba que si han
tirado más de ocho mil cuerpos al río, cómo reconocer cada uno.
Dr. Gil Lavedra:
¿Pudo concursar usted las actuaciones policiales
referentes al hallazgo del cadáver?
Lanusse:
En el caso Elena HOLMBERG yo no hice ningún procedimiento,
nada más que acompañar a los familiares toda vez que ellos me lo requirieron.
Dr. Gil Lavedra:
¿Antes que fuera detenida, Elena HOLMBERG le había
efectuado a usted algún comentario referente a la existencia de algún problema
en la sede diplomática de París?
Lanusse:
Sí, en agosto del '78, cuando estuve en Francia. Allí
hablé con las dos hermanas HOLMBERG; allí Elena me contó las desinteligencias
que había tenido con el grupo de oficiales de la Marina que había venido a
reemplazarla a ella.
Dr. Gil Lavedra:
¿Recuerda usted qué tipo de desinteligencias le narró?
Lanusse:
No recuerdo con precisión pero sí fue una serie de
razonamientos de desinteligencias, que por exigencias del almirante MASSERA le
pedían el retiro de la Embajada a pesar de que el embajador ANCHORENA opinaba
lo contrario.
Dr. Gil Lavedra:
¿Le efectuó algún comentario de qué actividades
realizaba el centro piloto de París?
Lanusse:
Me dio opiniones no muy positivas ni laudatorias del centro
piloto, yo tuve oportunidad estando en París a requerimiento de los embajadores
ANCHORENA y MASSUH que estaban en la UNESCO, yo acepté una entrevista con un
periodista del diario Le Monde que según me decían era el más agresivo, el más
duro contra la Argentina y sus autoridades. Antes de recibir a este periodista,
me vinieron a saludar los integrantes de la embajada, entre ellos el capitán de
fragata, no recuerdo su apellido, que estaba encargado precisamente de las
Relaciones Públicas, en lo que hace a la prensa. Entonces le pedí a este capitán
que se quedara, que me acompañara en esa entrevista, es decir en concreto ante
su pregunta, las manifestaciones de Elena HOLMBERG surgían de su pobre juicio
sobre la capacidad de estos oficiales de Marina para desempeñar sus funciones,
aclaro que fueron 5 o 6 que la reemplazaron en la función que ella desempeñaba.
Dr. Gil Lavedra:
Señor fiscal, ¿quisiera usted efectuar alguna observación
al testimonio?
Dr. Strassera:
Sí señor presidente'. Si el testigo conoce algún otro
caso de los que ha denominado "operativo por izquierda".
Lanusse:
Yo no sé francamente en qué situación me quisieron poner
o dónde me quieren llevar, quién no conoce procedimientos, numerosos
procedimientos, a qué viene que yo los diga.
Dr. Gil Lavedra:
No, perdón general, la pregunta...
Lanusse:
Yo estoy acá para responder por el caso SAJON.
Dr. Gil Lavedra:
Perdón general, la pregunta del señor fiscal apunta a si
usted tiene conocimiento personal de algún otro caso que usted mismo ha
denominado procedimientos por izquierda.
Lanusse:
En la medida, amplitud, intensidad que tengo del caso SAJON
y del caso Elena HOLMBERG por razones diferentes, no, en el caso de SAJON,
motiva como me ha motivado durante toda mi vida, ya sea en el ámbito militar
como en el ámbito de gobernante, hacerme cargo de los problemas de mis
subordinados, o de mis colaboradores y responder por cualquier ataque que
pudiera pretender hacerse contra ellos, en el caso de Elena HOLMBERG, es obvio,
que diga por qué me motivé.
Dr. Strassera:
Señor presidente, el testigo dijo que no era posible que
lo ignorasen, yo hablo de órdenes y esto es distinto.
Dr. Gil Lavedra:
Esto no es algo que pueda haber caído bajo su apreciación.
No ha lugar a la pregunta, Doctor Strassera.
Lanusse:
¿Me permite doctor? Quiero aclararle a la persona que ha
hecho la pregunta ésta, que yo no he concurrido acá en mi carácter de
teniente general que está haciendo referencia mi jerarquía, he venido como
ciudadano argentino que quiere cumplir con las leyes, que quiere acatar a la
justicia, respetarla, facilitar su gestión, en ninguna medida yo acepto estar
acá como asesor técnico de nadie.
Dr. Gil Lavedra:
Señor general, usted ha sido citado como testigo; ha
comparecido y se lo va a someter a las preguntas que el tribunal estime
pertinentes.
Lanusse:
Ese tipo de preguntas le aclaro desde ya doctor, que yo no
las voy a contestar porque yo no soy asesor de nadie acá.
Dr. Gil Lavedra:
Le repito señor general, que usted está obligado a
contestar las preguntas que el tribunal estime procedentes. Señor fiscal.
Dr. Strassera:
Bien, señor presidente, entonces voy a pedir que dé razón
de sus dichos en cuanto a la manifestación que hizo en el sentido de que esto
no podía ser desconocido por el presidente de la Nación o por el comandante en
jefe.
Dr. Gil Lavedra:
Está contestada, Sr. fiscal.
Dr. Strassera:
¿Alguna vez supo que en las escuelas militares argentinas
se enseñase como método apto para combatir la subversión la aplicación de
torturas?
Dr. Gil Lavedra:
La pregunta es manifiestamente improcedente Señor fiscal,
no ha lugar.
Dr. Strassera:
¿Alguna vez alguna autoridad de las que entrevistó le
reconoció la utilización de estos métodos clandestinos?
Lanusse:
Estando detenido en prisión preventiva en Campo de Mayo,
en la Escuela de Comunicaciones, se ordenó mi captura, digamos mi encierro, en
la Alcaidía con centinela a la vista y el allanamiento en mi casa el día 4 de
mayo; dos días después apareció el jefe de la guarnición de Campo de Mayo
acompañado de su segundo, me refiero al general RIVEROS y BIGNONE; en esa
oportunidad el general RIVEROS pretendió poder recriminarme o retarme por mis
manifestaciones públicas de repudio contra los procedimientos por izquierda,
agregando que gracias a ellos yo vivía. Le dije que había oportunidades en que
era preferible no vivir, general RIVEROS. Además usted no tiene jerarquía Nº
atribuciones como para pretender indicarme a mí cómo debo proceder. Los ánimos
se caldearon entre ambos y el general BIGNONE, propio de su personalidad e
idiosincrasia, pretendió mediar con muy poca felicidad por cierto y dijo: mi
general, yo hasta el año pasado pensaba como usted, ahora he cambiado de forma
de pensar; lo lamento general BIGNONE, con la misma franqueza le digo que
entonces hasta el año pasado yo tenía un concepto del general BIGNONE y que
ahora no lo mantengo y además recuerdo que no sé si en la época suya pero sí
en la época actual; que por ahí hay procedimientos ordenados en el Colegio
Militar en los cuales algunos de los oficiales ejecutores salen encapuchados y
eso lo hacen pasando por la guardia donde hay cadetes y le pregunto a ustedes y
les pido que reflexionen, no que me contesten a mí, si eso es una forma de
educar a los oficiales del futuro.
Dr. Buero:
Señor presidente, solicito se le pregunte al testigo si en
base a las gestiones realizadas o por otros antecedentes considera que el señor
SAJON puede aún continuar detenido con vida.
Lanusse:
No me hago ninguna ilusión al respecto.
Dr., Orgeira:
Señor presidente, la primera pregunta tiende a que el
testigo dé razón de dichos suyos, de dichos de él. Ha manifestado por lo
menos por dos veces que ha venido a declarar por el caso SAJON, quiero saber
para qué manifiesta si él fue citado a declarar por el caso SAJON como
manifiesta.
Dr. Gil Lavedra:
Resulta improcedente la pregunta doctor ORGEIRA.
Dr. Orgeira:
Para que diga el testigo por qué entiende entonces que él
ha venido por el caso SAJON exclusivamente.
Dr. Gil Lavedra:
Dr. Orgeira:
Dr. Gil Lavedra:
Doctor Orgeira, usted conoce cuáles son los testigos que
han sido propuestos por el fiscal, y en cada caso qué testigos responden o van
a prestar testimonios por cada caso; esto usted lo conoce perfectamente porque
figura en los cuadernos que están a disposición de las partes. Por otro lado,
el testigo ha hecho amplia referencia a la gran cantidad de oportunidades en las
cuales él ha tenido intervención o declaración en relación con el caso
SAJON.
Dr. Orgeira:
Quería la razón del dicho; está bien Sr. Presidente,
impugne la falta de respuesta. Para que diga el testigo por intermedio de la
Presidencia si ha...
Lanusse:
Dr. Gil Lavedra:
Perdón señor general, yo le pediría que usted se limite
a responder las preguntas que se le formulen. Dr. ORGEIRA.
Dr. ORGEIRA:
La impugnación es al Tribunal, Sr. presidente, que quede
bien en claro, y no al testigo. Para que diga el testigo si ratifica haber
manifestado el reconocimiento que tiene que tener la ciudadanía en general, de
la exitosa y tan necesaria acción contra el terrorismo subversivo; si ha dicho
esa manifestación del reconocimiento de la ciudadanía en general de la exitosa
y tan necesaria acción contra el terrorismo subversivo llevado a cabo en el país.
Lanusse:
Sí y además el doctor lo sabe porque supongo que ha leído
diarios durante estos años y me remito, si quiere se lo facilito a él, a una
difusión de una noticia que salió el 9 de septiembre del año '79 en todos los
diarios del país que era ni más ni menos que el relato de mi conversación con
la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que visitó el país invitada
por el gobierno argentino. Si el doctor quiere mayor ilustración sobre esto le
doy esto, formalmente si lo quiere.
Dr. ORGEIRA:
Antes que se retire el testigo solicito ya que la ofrece,
que quede como prueba.
Dr. Gil Lavedra:
Puede entregar al secretario ese documento por favor.
Lanusse:
Sí, sí, además no tengo ninguna limitación para decir y
reiterar, por eso he dicho que ratifico.
Dr. Gil Lavedra:
Doctor LOPEZ, acerque al Tribunal ese documento por favor.
Lanusse:
¿Puedo seguir doctor?
Dr. Gil Lavedra:
No, no, aguarde a que decida el Tribunal. ¿Tiene
inconveniente en aportarlo al Tribunal?
Lanusse:
Ningún inconveniente pero lo reitero, quiero hacer un
pedido, es un pequeño agregado que creo que no va a molestar a nadie.
Dr. Gil Lavedra:
Adelante.
Lanusse:
Dr. Orgeira:
Sí, señor presidente, para que diga el testigo si los
excesos que ha relatado en la lucha contra la subversión, por lo que conversó
con el general VIOLA, por ejemplo el caso del señor SAJON, lo fueron cuando el
general VIOLA era jefe del Estado Mayor y no comandante en jefe del Ejército.
Quiero por favor que aclare sobre el particular.
Dr. Gil Lavedra:
Lanusse:
Puedo también agregarle algo, si me permite: en diciembre,
cuando estábamos en vísperas del conflicto bélico con Chile, tuve una
conversación con el comandante en jefe VIOLA, volví sobre el tema y también
sobre otras actitudes.
Dr. Gil Lavedra:
¿Esta es una entrevista con posterioridad a la que usted
menciona?
Lanusse:
Con posterioridad, sí. En diciembre del '80 puede haber
sido, no sé; en el '79 o en el '80, cuando estábamos en vísperas del
conflicto bélico.
Dr. Gil Lavedra:
Lanusse:
Le dije que era una más porque me fui a verlo para decirle
que yo guardaba silencio, pero un silencio que me costaba mucho; y que lo hacía
en bien del país y en bien de mi institución, porque hasta el día de hoy el
Ejército Argentino es nuestro Ejército y en forma especial digo que es mi Ejército.
Dr. Orgeira:
Para que diga el testigo, de esa conversación en diciembre
de 1979, qué testigos hay de esa conversación en la que le hizo esa
manifestación.
Dr. Gil Lavedra:
En diciembre del '78.
Lanusse:
Dr. Gil Lavedra:
Lanusse:
No sé, puede ser.
Dr. Gil Lavedra:
Durante la comandancia del general VIOLA.
Lanusse:
Dr. Orgeira:
Para que diga qué testigos presenciales hay de ese diálogo
que el general LANUSSE manifiesta haber tenido con el general VIOLA.
Lanusse:
Ninguno.
Dr. Orgeira:
Para que diga el general LANUSSE, si tiene conocimiento del
resultado que arrojó la forma de llevar a cabo la represión en la lucha contra
la subversión, con motivo de las medidas implementadas durante su gestión.
Lanusse:
Dr. Orgeira:
Del general LANUSSE.
Dr. Gil Lavedra:
Perdón, la pregunta no es
pertinente, no ha lugar, doctor.
Lanusse: No tengo inconveniente en
contestarla.
Dr. Gil Lavedra:
Cuando el Tribunal se lo
indique, general.
Lanusse:
Muy bien.
Dr. Orgeira:
Reitero las impugnaciones
anteriores.
Dr. Gil Lavedra:
Se tiene presente. ¿Algún
otro defensor desea realizar alguna observación? Señor secretario, ¿ha
rubricado el general el documento? ¿Por qué no lo solicita? así
Lanusse:
Creo que está firmado.