Líberman, Alberto
Juicio a las Juntas, 2 de Mayo
de 1985
López: Se
llama al estrado al Sr. Alberto LIBERMAN.
Ledesma: Arquitecto LIBERMAN, diga al tribunal cuáles son sus antecedentes
profesionales e indique brevemente, con fechas, cuáles son los cargos que ha
ocupado.
Líberman: Nací en el año '39 en la ciudad de La Plata; cursé mis estudios
primarios, secundarios y terciarios en la ciudad de La Plata; graduado en el año
1965, ejerzo la profesión liberal; trabajo también en la industria metalúrgica,
que es de mi familia, y la función pública; fui secretario de Industria y
Comercio de la Provincia de Buenos Aires, desde fines de marzo de 1973 hasta el
24 de enero de 1974, en que paso a desempeñarme como ministro de Obras Públicas,
también de la Provincia de Buenos Aires, hasta el golpe del 24 de marzo de 1976.
Ledesma: ¿Quién era el gobernador?
Líberman: El gobernador fue Victorio CALABRO.
Ledesma: ¿Fue privado de su libertad Ud.?
Líberman: Fui privado de mi libertad.
Ledesma: Señale al tribunal sus circunstancias.
Líberman: Sr.juez, trataré de hacer un relato lo más breve posible de las
distintas circunstancias desde la privación de mi libertad hasta el momento en
que soy liberado nuevamente. El hecho sucede el 14 de mayo de 1977...
Ledesma: ¿Hasta cuándo?
Líberman: Hasta la madrugada del 25 de agosto de 1978; la tarde del 14 de mayo,
fue un día sábado, se presenta en mi vivienda un grupo de personas.
Ledesma: ¿Ubicada en dónde su vivienda?
Líberman: Ubicada en calle 13 entre 48 y 49 de la ciudad de La Plata... Un grupo
de personas, vestidas de civil, llaman; yo vivo en un piso alto; bajo hacia la
puerta de calle, los recibo, me preguntan "¿Ud. es Alberto LIBERMAN?" "Sí"... en
ese momento me toman, eran 3 personas, vestidas de civil, armadas; se veía un
automóvil en el borde de la acera y otro automóvil detrás con personas en su
interior; en ese momento, pido disculpas por la expresión, me dijeron "PERDISTE";
les pregunto qué pasa; "tenés que venir con nosotros".
Ledesma: ¿Le exhibieron alguna orden de detención?
Líberman: Ni orden de detención ni credencial ni ningún otro elemento; realmente
debo reconocer, yo estaba, ni en situación ni estado anímico como para pedirla;
atiné a decir "voy a avisar a mi familia"; me dijeron "no. De acá te vas con los
elementos que estabas vestido"; me sentaron en un automóvil, si mal no recuerdo
un Peugeot 504, y bueno, ante la insistencia de quiénes son Uds. quiénes son y
qué pasa y qué hacen, me dicen: "Bueno, no tengas miedo, no somos subversivos";
hacen un alto en un destacamento caminero que hay a la salida de La Plata,
dirigiéndose hacia Buenos Aires. Paran unos minutos; hasta ese momento se
intercomunicaban con walkie-takie, aparentemente con el otro automóvil; regresa
una de las personas hacia el automóvil, y seguimos por el camino Centenario que
va desde La Plata a Buenos Aires, y a la altura del Parque Pereyra me dicen: "Tenés
que taparte los ojos"; me toman un pullóver que yo tenía puesto, lo usan a
manera de venda y me hacen tirar prácticamente en el suelo de la parte trasera
del automóvil; el viaje dura una hora aproximadamente; a través de la trama del
pullóver, vi que pasamos por zonas relativamente arboladas, y paran en un
determinado lugar donde me bajan, me atan las manos a la espalda, me vendan los
ojos, y dicen: "Estás en una unidad militar y acá se termina la broma"; me tiran
a un lugar... Después, yo alcanzo, es decir, después lo veo, cuando me retiraron
la venda, muchísimos días después, más de 20 días después, me tiran en un lugar,
después van entrando otras gentes, no sé si el Sr. juez quiere que los vaya
nombrando a medida que van ingresando en la celda digamos. Un Sr. PAINO, que
ingresa prácticamente conmigo; el Sr. Juan GRAMANO, prácticamente medio día
después; el Sr. Héctor BALLENT, casi un día después, y permanezco en esa celda
de la que soy sacado para ser interrogado y torturado, en días sucesivos,
durante 2 veces en ese primer instante, es decir, una vez al día y medio
aproximadamente después de ser cautivado, y la segunda vez un día después o dos
días después; uno pierde la noción de los días o de todo, sobre todo cuando está
vendado y no tiene... De allí, en esa celda permanezco aproximadamente unos 8 o
10 días, me pasan a otra celda contigua, en la cual estaban el Sr. DIEGUEZ y
tres hermanos de apellido IACARINO; posteriormente, también ingresa en esa celda
el Sr. BALLENT, antes referido, y un Sr. Carlos TORBIDONE; en ese lugar al que
me llevan, que a través de los ruidos, ruidos de aviones, uno logra, de alguna
manera, suponer que está cerca de un aeropuerto y por el tráfico debía ser
aeroparque; con posterioridad a mi liberación determiné que ese lugar estaba
ubicado en Martínez, y que comúnmente se lo conoce como Coti Martínez; en ese
mismo lugar -en el cual permanezco hasta, aproximadamente, el día 22-23 de julio-,
se encontraban también, en otras dependencias, el Dr. Ramón MIRALLES, su hijo
Julio, su hijo Carlos, su nuera, el Sr. Alberto BUJIA, el Sr. Juan DESTEFANO, el
Sr. Silvio Haz.
Ledesma: ¿Ud. fue objeto de tormentos?
Líberman: Sí, en 3 oportunidades, en ese lugar...
Ledesma: ¿Adónde fue trasladado?
Líberman: De allí, hacia mediados de julio, fuimos trasladados a otro lugar
distante una hora y media de viaje, lugar que con posterioridad pude identificar
como Puesto Vasco, y es un lugar ubicado en Don Bosco, en proximidades del
acceso Sudeste.
Ledesma: Relate las circunstancias del cautiverio en ese lugar, a quién vio, si
fue atormentado, etc.
Líberman: A ese lugar fuimos trasladados permanecí allí hasta aproximadamente el
veinte y algo de octubre del mismo año 1977, con intervalos de 3 o 4 días, en
que fui trasladado a un lugar que se puede identificar como Destacamento de
Arana; en relación a los acontecimientos ubicados en Puesto Vasco, fuimos
alojados, es decir, el traslado se realizó con toda la gente que acabo de
detallar, es decir, el doctor MIRALLES, su hijo Julio, ya para ese momento
habían sido liberados su hijo Carlos y su nuera, el señor BALLENT, el Sr.
GRAMANO, el Sr. DESTEFANO, el Sr. Silvio HAZ, el Sr. VLADIMISKY y el Sr. Carlos
TORBIDONE; con posterioridad al momento del traslado fue agregado el Sr.
TIMERMAN y después se agregan, unos días después, el Sr. Juan NAZAR y el Sr.
Oscar ALBITTE; en ese lugar no fui objeto de tormentos físicos en cuanto al uso
de electricidad, pero sí presiones psíquicas y amenazas de todo tipo,
obviamente, sobre mi vida e integridad; y hay un hecho de alguna manera especial
que vale la pena destacar; ese lugar, el día 1° de agosto me llaman, obviamente
vendado los ojos; y me avisan que falleció mi padre, me preguntan si quiero ir
al velatorio, obviamente la respuesta es positiva, debatiéndome yo en la duda de
si realmente dicen o es parte de un tormento más; hay un intento de canje, es
decir, bueno, te vamos a llevar al velatorio si colaborás con nosotros; la
respuesta es obviamente si, he dicho todo lo que sé, y lo que ustedes preguntan
son cosas que no conozco, es decir, aclaro que las preguntas, versadas
prácticamente en su totalidad sobre los presuntos negociados que yo pudiera
conocer del gobernador CALABRO, me remiten nuevamente a la celda.
Ledesma: ¿Y en Puesto Vasco?
Líberman: También, en los dos lugares, en Martínez y en Don Bosco, quiero
relatar en este sentido, retomando el hilo de la noticia del fallecimiento de mi
padre, que a las 2 o 3 horas me vuelven a llamar y me dicen que me van a llevar
al velatorio y al entierro de mi padre.
Ledesma: ¿Puede identificar quién le dijo esto?
Líberman: Me lo dijo el jefe de puesto, a quien nosotros conocíamos por el
nombre de Darío ROJAS, y efectivamente fui
llevado al velatorio y al entierro de mi padre, el día 2 de agosto de 1977,
custodiado...
Ledesma: ¿Se quedaron custodiándolo todo el tiempo?
Líberman: Se quedaron permanentemente custodiándome.
Ledesma: ¿Cuántas personas fueron?
Líberman: Tres personas, me llevaron primero a mi domicilio para que me
higienizara y cambiara la ropa, ya que hacía meses que estaba utilizando la
misma, obviamente fui custodiado duchándome; me llevaron hasta el velatorio y se
mantenían a mi alrededor; una de las personas se sentó en el coche en el cual yo
iba, detrás de la carroza, con mi madre y mi hermana, éste mantuvo la custodia
mientras se celebró la ceremonia del entierro.
Ledesma: ¿Lo dejaron comunicarse con todo el mundo en el velatorio?
Líberman: Es decir, la prevención antes de salir de Puesto Vasco había sido que
yo sabía perfectamente que no podía ni debía hablar porque no había, no tenían
ningún empacho en matarme allí mismo y a mi familia, por ende las comunicaciones
que yo tuve con mi familia y con el resto de la gente que había ido al velatorio
no pasaban de ser más que formales o protocolares, y siempre había una de esas
personas a no más de un metro de distancia; terminado el... la ceremonia del
entierro me llevan nuevamente, es decir, me ponen nuevamente en el automóvil y
me reintegran a Puesto Vasco.
Ledesma: ¿No sabe quién dispuso ese traslado?
Líberman: No, realmente...
Ledesma: ¿No le pidieron nada a cambio?
Líberman: No, salvo lo que acabo de relatar de la colaboración en algo que yo no
conocía.
Ledesma: ¿Lo vio Ud. al coronel CAMPS?
Líbermann: Sí señor.
Ledesma: Cuando usted concurrió al velatorio de su padre, ¿su familia tenía
conocimiento de que usted estaba con vida?
Líbermann: No hasta ese momento; mi familia no sabía qué era lo que había pasado
conmigo, inclusive al no darme tiempo a avisar que me llevaban, este... De Arana
retorno a Puesto Vasco, en este caso el Dr. MIRALLES y yo nada más, y allí
estamos hasta, posteriormente, devueltos a Arana y quedamos en Puesto Vasco
hasta, en nuestro caso, el 22 o el 23 de octubre; el 30 de setiemhre se produce
la liberación, es decir, el comentario era de que era para liberarnos, y
efectivamente así fue la mayor parte de la gente que estaba detenida con
nosotros: el hijo del Dr. MIRALLES. el Sr. BALLENT, el Sr. Silvio HAZ, el Sr.
GRAMANO -el Sr. DESTEFANO había quedado en Arana-, ellos son llevados a
liberarlos. y efectivamente así fue, quedamos unícamente ese 30 de setiembre el
Sr. Silvio HAZ, que fue liberado dos días después, y el Sr. NASSAR y yo, los que
quedamos allí durante dos o tres días; se agregan el Dr. Ramón MIRALLES y el Sr.
Pedro BORGES que vienen del Destacamento de Arana, los que nos quedamos allí
hasta, dije, el día 22 o 23 de octubre de 1977 en que nuevamente somos vendados
y esposados y, en el piso de la parte trasera de un automóvil, llevados a un
lugar que con posterioridad, estando dentro de ese lugar que era la Comisaría 60
de Monte Grande, en ese lugar somos prácticamente arrojados dentro de 4 celdas
de castigo, celdas individuales de 1,20 por 2 metros con una loseta de hormigón,
pared de hormigón, y una puerta de hierro con apenas una mirilla, sin ninguna
clase de iluminación ni ventilación ni nada, mirando las cuatro a un solo
pasillo donde había una lámpara. Permanecimos allí con un trato muy rudo al
principio en cuanto a falta de comida, a encierro total, a 3 salidas para el
baño únicamente para hacer necesidades, trato que después fue de alguna manera
suavizándose a medida que pasaba el tiempo; allí estuvimos y con posterioridad
las celdas se mantenían abiertas y podíamos los cuatro estar en la puerta del
pasillo o de la celda; nos mantuvimos allí hasta el 24 de agosto de 1978 por la
noche cuando nos avisan que esa noche nos vienen a buscar, la pregunta obligada
es si es para liberación o para traslado; nos dicen que suponen que para
liberación; la noche de ese 24 de agosto nos preparan, nos dicen que juntemos
las cosas, nos piden que nos vendemos los ojos con una prenda nuestra, un
pullóver, somos llevados a un local, un recinto de la misma dependencia, y un
tal coronel ROSSI, si no me equivoco, nos dice que vamos a ser puestos en
libertad, quelamentablemente es el precio que tenemos que pagar dentro del
proceso, pero se ha demostrado que somos personas honorables y que no hay nada
que imputar nos, que nos reintegremos a nuestras actividades habituales, a
nuestras familias...
Ledesma: Durante todo ese lapso, ¿se lo interrogó de nuevo, se le pidió que
incriminara al gobierno de CALABRO como antes, o no se le pidió nada?
Líberman: En todo este lapso había pasado a relatar, no había ninguna clase de
interrogatorio, salvo una sola vez en que, alrededor de fines de mayo de 1978,
fui retirado de la Comisaría de Monte Grande, venda dos también los ojos, en el
piso de un automóvil y llevado a un lugar donde no puedo identificar, donde me
preguntan únicamente si conocía a un señor FREDEMBERG; entonces, les digo que
si, que ese señor estaba en problemas en Santa Teresita, es decir es uno de los
propietarios de Santa Teresita, y lo único que yo sabía era que el gobernador
CALABRO no había querido recibirlo y que públicamente lo había dicho.
Orgeira: Sr. Presidente, querría preguntar si se le da alguna explicación o él
toma conocimiento de por qué se lo pone en libertad en esa fecha, el 24 de
agosto de 1978, por qué no antes o después, por qué en ese momento.
Líberman: Sr. juez, como relaté anteriormente, en ese momento, una persona que
se identifica como coronel, que obviamente no he visto, nos da una explicación,
digo nos da porque estábamos los cuatro, en la que nos dice que la investigación
que se hacia ha llegado a su fin.
Ledesma: Está claro eso, pero ninguna respuesta concreta sobre lo preguntado,
por el Dr. ORGEIRA.
Líberman: Lo que he relatado únicamente.
Ledesma: ¿Tampoco ningún anticipo en fecha anterior de que iba a ser puesto en
libertad?
Líberman: No, en absoluto, es decir, siempre preguntados y alguna vez, pero
nunca hubo, salvo horas antes como he relatado. que nos dijeron prepárense.-