Martegani de García, Olga Noemí

La Plata, 4 de Agosto de 1999


  

DR. SCHIFFRIN.- En la Ciudad de La Plata, a los 4 días del mes de Agosto de 1999, reunida la Cámara Federal de Apelaciones del Circuito, con la presencia del Dr. Julio Reboredo, del Dr. Carlos Alberto Nogueira, y del suscripto Leopoldo Schiffrin que accidentalmente preside. Se hayan presentes también el Señor Defensor Oficial dr. Ricardo González; la Dra. Marta Vedio y Jaime Glüzmann por la Asamblea Permanente por los derechos Humanos La Plata, comparece una persona previamente citada a declarar a la cual se le advierte de las penas con las que se sanciona el falso testimonio y se le pide que de acuerdo con sus creencias religiosas preste Juramento de decir verdad de todo en cuanto manifieste a este Tribunal o en su defecto promesa solemne de decir verdad en todo lo que manifieste. Señora, entonces , jura o promete decir la verdad?.

OLGA MARTEGANI DE GARCIA: Sí, juro.

DR. SCHIFFRIN.- Entonces le tengo que preguntar en primer lugar su nombre y apellido completos?.

OLGA MARTEGANI DE GARCIA: OLGA NOEMI MARTEGANI DE GARCIA:

DR. SCHIFFRIN.- Estado civil?.

OLGA MARTEGANI DE GARCIA: Casada.

DR. SCHIFFRIN.- Puede entregar por favor su documento al Secretario?.

OLGA MARTEGANI DE GARCIA: Sí. Sí, ya lo mostré, lo tengo que mostrar otra vez...

DR. SCHIFFRIN.- En este momento solo al Secretario... Tiene que mostrarlo otra vez porque usted simplemente se lo mostró a otra Secretaría que preparaba el acta de incorporación de la grabación que se hace previamente

DR. SCHAPIRO: Libreta Cívica número 538.592.

DR. SCHIFFRIN.- Bien. Entonces tengo que preguntarle nombre y paellido completos de su padre y de su madre...

OLGA MARTEGANI DE GARCIA: Eduardo Salvador Martegani e Isabel Lacai de Martegani.

DR. SCHIFFRIN.- Usted nació en qué lugar y qué fecha?.

OLGA MARTEGANI DE GARCIA: El 4 de Octubre de 1922 en Magdalena.

DR. SCHIFFRIN.- Por consiguiente de Nacionalidad Argentina. Profesión?.

OLGA MARTEGANI DE GARCIA: Ama de casa.

DR. SCHIFFRIN.- Correcto. Domicilio actual.

OLGA MARTEGANI DE GARCIA: 8, 790, 2º piso D.

DR. SCHIFFRIN.- Bueno. Usted... ha sido convocada en relación a la desaparición de Alejandro Horacio García Martegani, que era su hijo...

OLGA MARTEGANI DE GARCIA: Exacto.

DR. SCHIFFRIN.- Por consiguiente tiene interés en el resultado de la causa. Bueno, lo que le pido es... tenemos elementos muy escasos sobre la desaparición de su hijo Alejandro. Entonces le pedimos que usted efectúe una narración a cerca de las circunstancias de la desaparición de éste, un poco más amplia de la que ya está en el Hábeas Corpus. Sin que yo le haga preguntas simplemente, libremente exponga, narre el episodio y los elementos que después de él haya podido conseguir

OLGA MARTEGANI DE GARCIA: Sí, muy bien. Bueno, mi hijo... En 1976 mi hijo determina hacer el Servicio Militar porque había cumplido segundo año en la Facultad de Arquitectura... y había dicho pido prorroga, después le dijeron “mirá, no te conviene pedir prorroga porque si vas con un Título Universitario al Servicio Militar te van a tratar muy mal. Entonces decidió hacer el Servicio Militar, se incorpora... Bueno lo incorporan en el 601 de City Bell, de comunicaciones, a los pocos días lo nombran estafeta del correo, del Ejército poniendo la moto de él a disposición del ejército. Bueno, él estaba contento porque era la posibilidad de ir y venir, para nosotros era terrible porque era una época muy mala para que esa responsabilidad se le diera a un soldado conscripto; pero las cosas fueron así. Al tiempo aparece un... Nosotros no estábamos, habíamos hecho un viaje, y aparece... a la noche no estaba ni mi hijo que hacía el Servicio Militar ni el otro hermano que estaba estudiando en la casa de un amigo. Entonces mi hijo como ese día a la noche se quedaba a dormir en la casa de la abuela, entonces vinieron a buscarlo a casa gente disfrazada, y no lo encontraron...

DR. SCHIFFRIN.- Disfrazada cómo?.

OLGA MARTEGANI DE GARCIA: Con pasamontañas y con todas esas cosas... disfraces que estaban de moda en ese momento, no?. Entonces el encargado del edificio les dice “si Alejandro García está haciendo el Servicio Militar, debe estar de Guardia en City Bell”; “ah, bueno, entonces nos vamos”. Pero de todos modos el encargado de nuestro edificio se quedó preocupado y le avisa al hermano “mirá, anoche lo vinieron a buscar a Alejandro”; “pero, caramba, qué es lo que habrá pasado”. Entonces le avisa “mirá, Alejandro, que te han venido a buscar”; “Alejandro agarró su moto y fue y se presentó”.

DR. SCHIFFRIN.- Dónde estaba él en ese momento?.

OLGA MARTEGANI DE GARCIA: En la casa de mi mamá, en la casa de la abuela... Se quedaba a dormir ahí porque no estando los papás difícil se despiertan solos los muchachos... esa era la razón. Entonces él fue y se presentó. Entonces el hermano se quedó preocupado porque él no regresó a la noche, entonces el hermano fue al Batallón, pregunta por su hermano y le dice “no, está detenido, pero no se preocupe porque es nada más para una investigación; pero yo se lo voy a mostrar para que usted sepa que está bien”. Bueno, se lo mostraron, y entonces Alejandro le dijo al hermano “mirá, no sé que es lo que pasa, pero quiero que sepan que no hay ningún problema, yo no tengo ningún delito, no he cometido ningún delito. Quédense tranquilos porque esto será una cosa de que querran investigar y nada más”. Bueno, cuando nosotros regresamos de Mendoza, que fue a los pocos días, nos enteramos de esta noticia. Alejandro seguía en calidad de detenido, muy poquitos días fueron. Entonces al día siguiente mi esposo y un familiar nuestro fueron al Batallón y el Teniente Coronel Amiano que era el Jefe en ese momento también se lo muestra y le dice “mire, no, hay que investigar porque presumiblemente hay una persona involucrada en el Terrorismo, o no sé como le llamaban, y en la agenda de esa familia figura este muchacho”. Después presumimos que era un muchacho que era compañero de él, que había sido compañero del Secundario, y eran muy amigos y se decía que el hermano estaba involucrado en movimientos de subversión; pero no aclararon más que eso. Pasan los días, no pasaba nada, preguntábamos que pasaba, nadie contestaba nada; pero nos daban permiso para verlo... Desde ya en un calabozo, cada día más blanco, cada día más pálido... de terror. Pero él estaba tranquilo, y decía “no sé porqué me tiene acá”. Pero era desgarrante, lo veíamos y sabíamos que iba al calabozo. Aclaro que los compañeros del Servicio Militar se encargaron, no sé si todos, pero muchos muchachos les llevaban un papelito, una carta para nosotros, se prestaron mucho los muchachos para hacerle más llevadera la ...

DR. SCHIFFRIN.- Le pido una pequeñísima interrupción. No, dejamos constancia que en este momento se incorpora el Dr. Julio Amancio Piaggio, Fiscal General ante la Cámara.

OLGA MARTEGANI DE GARCIA: Muy bien. Bueno, en qué estábamos...

DR. SCHIFFRIN.- Estábamos en que los compañeros de su hijo del Servicio se prestaban...

OLGA MARTEGANI DE GARCIA: Llevarle un papelito, hasta le mandé un libro. Puedo contar algo, al margen?.

DR. SCHIFFRIN.- Sí.

OLGA MARTEGANI DE GARCIA: Le mandé el Martín Fierro con el Diccionario del Martín Fierro, y se lo devolvieron. Le digo con términos, ese tipo fue una vergüenza para nuestro país, Martín Fierro... y el chico me trajo el libro de vuelta y yo me quedé azorada, yo creía que se podía entretener... Le mandaba el Diccionario porque yo soy profesora de Folclore y conozco la terminología; pero a mi hijo de 20 años no tenía para interpretar toda la terminología, entonces... Iban cartitas, venían cartitas, nos permitían verlo, llegó la Navidad, para el día de Navidad pedimos permiso, lo dejaron ver, le llevamos pan dulce y no sé que otras cosas, después supe que el pan dulce se lo habían dado deshecho porque lo habían desarmado con temor que le hubiésemos mandado alguna cosa extraña. Entonces pasó eso, Navidad, dramática, y no pasaba nada; y en el mes de Enero lo llaman a mi esposo que se presente al Regimiento, se presentó y el Teniente... Ah no, perdón, ya se había trasladado el Teniente Coronel Amiano y quedó el Teniente Coronel Falcón en reemplazo, ambos dijeron que a sus soldados no los iban a tocar, dijeron que no los iban a tocar. Entonces en ese momento estaba el Teniente Coronel Falcón y le dijo “mire, Señor García, su hijo está innoculado, no tiene ningún problema, a su Señora no le va a gustar porque lo vamos a trasladar a otro Regimiento porque para seguridad personal, no sea cosa que lo detengan y le empiecen a preguntar, qué dijiste, qué te preguntaron, qué dijiste vos. Entonces para Seguridad personal lo vamos a mandar al 10 de Montaño de Neuquén”. Bueno, fue así, se lo entregaron, Alejandro vino a casa con su papá, después fuimos a Buenos Aires a sacar el pasaje, el pasaje lo pagamos nosotros, esa noche estuvo en La Plata, salió a cenar con amigos y no pasó nada... hasta que llegó el día que... creo que eran dos días...

DR. SCHIFFRIN.- Perdón Señora, le puedo hacer una pregunta...

OLGA MARTEGANI DE GARCIA: Sí.

DR. SCHIFFRIN.- No les comentó en ese momento en que estaba en libertad su hijo, a su marido o a usted, no les comentó que le habían preguntado en el cuartel... qué había pasado...

OLGA MARTEGANI DE GARCIA: Sí... y sí... él no quiso preocuparnos, pero contó que lo habían encapuchado y dijo que tenía picaduras de insectos. Después supimos que eran picanas. Después de un tiempo, por otras personas... y él pobrecito por no afligirnos dijo eso... bueno, se llenó la casa de gente, vino la gente a saludarlo, cantidad de gente que se ofreció, gente joven, los amigos, los familiares... todo el mundo se ofreció para ayudarlo a Alejandro. Lo llevamos en el coche nuestro a la Estación de Ferrocarril y ahí tuvimos sorpresa, que dos compañeros del batallón que estaban de Licencia fueron a la Estación de Ferrocarril a despedirlo...

DR. SCHIFFRIN.- A qué Estación?.

OLGA MARTEGANI DE GARCIA: A Constitución. Y entonces había también dos parejas, dos matrimonios mayores, padres de compañeros de Alejandro, que pedido por los hijos fueron a despedirlo también. Bueno, me emocionó porque era una cosa grata que la gente le tuviera cariño y respeto. Bueno, Alejandro partió, pasaron unos días, no sabíamos nada, después llegó una carta diciendo que lo estaban pasando... estaban pasandolo, sin muchos detalles, no... y entonces dice que lo primero que llegó y le sacaron el dinero “trae dinero?”; sí, el papá le dio dinero, era mucha distancia; entonces se lo sacaron y estuvo una cantidad de días hasta que consiguió que le devolvieran dinero sin tomar una gaseosa ni nada, más de lo que estrictamente el Ejército le proveía... Bueno, las cartas iban y venían. Hasta que en algún momento recibimos, dejamos de recibir cartas, un mes, qué raro... pero en ese momento llamó por teléfono un muchacho compañero de mi hijo que ... hizo muchos halagos, reconoció a Alejandro... nos hemos hecho muy amigos, dice “nos prometieron una licencia juntos, pero a mí me la dieron y a Alejandro no”. Estaban muy sobre la fecha de la baja, no?, así que era muy raro que le dieran una licencia, entonces como pasó...

DR. SCHIFFRIN.- Bueno, este muchacho la llamó por teléfono simplemente?.

OLGA MARTEGANI DE GARCIA: Un compañero, entonces eso nos tranquilizó, la carta se habrá perdido. Pero como no recibimos más noticias empezamos a preguntar, entonces nos dijeron que el 3 de Mayo habían dado las bajas...

DR. SCHIFFRIN.- Le fueron a preguntar a quién?.

OLGA MARTEGANI DE GARCIA: Y preguntábamos al Ejército...

DR. SCHIFFRIN.- directamente aquí al distrito?.

OLGA MARTEGANI DE GARCIA: No, no, acá en el Distrito lo trasladaron y no tuvieron nada más que decir...

DR. SCHIFFRIN.- Ustedes se dirigieron al Regimiento allá en el Sur?.

OLGA MARTEGANI DE GARCIA: A la 10 de Montaña...

DR. SCHIFFRIN.- O sea, que ustedes se trasladaron allá a Neuquén...

OLGA MARTEGANI DE GARCIA: No, primero preguntamos por teléfono y nos dijeron que no daban informes pero que ya habían dado las bajas. Entonces nosotros nos trasladamos a Neuquén, total que en el momento que preguntamos desde Cobunco preguntamos por teléfono y nos dijeron que por teléfono no nos iban a dar ninguna información. Entonces fuimos al día siguiente, en cada trayecto que hacíamos nos hacían bajar del auto, nos revisaban el auto, hasta que llegamos a la puerta principal y nos dijeron que había pasado algo con esos soldados... con todas las cosas que estaban pasando acá la verdad es que nos preocupó muchísimo. Entonces mi esposo pidió permiso, pidió por favor hablar con el Jefe del Regimiento. Habíamos ido mi esposo y yo, con mi hijo mayor, y las novias de los chicos sin pensar que nos íbamos a encontrar con ese dilema, no?. Entonces cuando pidió permiso, dice “bueno, que pase el Señor García y el hijo”, yo me quedé afuera con las chicas... pero debe haber tenido la cara... era lógico que tuviese en ese momento, entonces se presentó dos muchachos que yo no sé, para mí Cabo, Sargento, General, son todos iguales, yo no los distingo, sigo sin distinguirlos. Y se me acerca uno muy atrevido y me dice “las madres no quieren aceptar que los hijos sean desertor”. Mire, las madres no sé pero si mi hijo hubiese decidido ser desertor yo lo hubiese sabido, no me interesa lo que piensan las otras madres. Dice “No sería zurdón su hijo”. “Qué es eso?. Mire, hablame con términos correctos porque yo no le voy a seguir la conversación, yo no lo llamé a usted para preguntar”. “No, dice, porque a lo mejor esos muchachos... cuando más pintones son y más preparación tienen son los peores”. “Yo no tengo nada que hablar con usted. Lo que me extraña es que no sepamos nada, si dicen que mi hijo ha salido en marzo del Regimiento y estamos a 9 de Mayo y ustedes no nos han avisado es una cosa de lo más extraña”. Dice “no, porque acá salió solo y sin dinero”. Me dio el colmo de la indignación. Le digo “cómo, solo y sin dinero?. Desde Cobunco , Provincia de Neuquen a La Plata Provincia de Buenos Aires solo y sin dinero, es increíble”. En ese momento me llaman, me dicen “que pase la mamá”. Cuando paso yo entré con todas las pilas cargadas porque ya el atrevimiento de ese sujeto que me viene a provocar, a decirme semejante (Ininteligible), que había salido solo y sin dinero... Me indignó. Cuando entro el Teniente Coronel Ventura me dice “su esposo y su hijo no me quieren creer que su hijo se hizo desertor, Señora es desertor de la Patria” . Le digo “yo tampoco le creo”. Me dice “yo soy el Jefe del Regimiento”. “Y precisamente si usted es Jefe del Regimiento y ha procedido así... Cuándo salió de acá, el 16 de Marzo?”; “sí”; estamos a 9 de Mayo, si nosotros no venimos no sabemos que pasó con nuestro hijo, que lo trasladaron acá para seguridad personal...”. Bueno, empecé a discutirle. Le pedí a Dios que me diera fuerza, pero no le deje entrar ni de costado. Pero muy burda su mentira, muy descortéz, con un lenguaje totalmente bajo... me dijo “mire, Señora, su hijo es desertor, se habrá escapado con una mina, en cualquier momento... es una pillería del muchacho, en cualquier momento vuelve”. Eso a la mamá. Entonces estuvimos ahí que sí que no... Yo le digo mire “ahora me va a explicar por qué mi hijo salió solo y sin dinero del Ejército, cuando ustedes le dieron la licencia”. Se puso rojo de indignación, “de dónde sacó eso usted”; le digo “me lo acaban de decir afuera”; “quién”; “ah, no sé un sujeto con uniforme, uno con nariz rota muy petiso y de ojos verdes”. Mire, si he visto a un hombre indignado es el Teniente Coronel Ventura “que venga el Suboficial no sé qué... Olaguer”. Aparece Olaguer, el individuo más tembloroso y más asustado del mundo que no podía sostener la mano para hacer la veña y le sonaba la dentadura. Y entonces el Jefe le dijo Suboficial, me parece que le dijo Suboficial, Olaguer, usted le ha dicho a la Señora que el Soldado García Martegani ha salido solo?”. No le salía ninguna palabra, dice “yo los vi salir como a cuatro juntos y le hacía así como diciendo estoy diiciendo cuatro, diga cuatro”. Entonces yo corrí la silla y le dije “mire, con la misma soltura que me dijo a mí que mi hijo salió solo y sin dinero, dígalo delante de su Jefe porque yo soy la mamá del soldado que desapareció. No me pueden decir una cosa como si se hubiese perdido el botón de una camisa... Esto es muy grave”. No le salían palabras. El Teniente Coronel Ventura lo tragaba con los ojos, le hacía señas que eran cuatro los soldados que habían salido y entonces le digo “digame por qué a mi me dijo solo y sin dinero”. “Por qué le dijo a la Señora solo y sin dinero”. “No, yo le dije porque en el momento de salir eran cuatro”. Y usted por qué me dijo que salió solo?. “No, porque el Teniente primero Machado lo retuvo para darle una carta”. “Ah, entonces cambia. Bueno, dónde está Machado?”. “No, me dice, en este momento debe estar en Cobunco porque llegó la Señora para tener familia, en este momento ya debe ser papá”. “Sí, pero yo... el hijo va a nacer, así que yo al Teniente Machado lo quiero ver, qué carta le dio, por qué lo retuvo”. Bueno, pasa, a Olaguer lo mandaron al calabozo y yo me quedé con una indignación terrible. Dentro de todas las mentiras burdas que decía Ventura, se la rebatíamos. Le dije “usted cree que yo me voy a dormir a mi casa, a mi casa a llorar, está equivocado me va tener que dar una razón de que pasó con nuestro hijo”. “usted me echa las culpas a mí”. “y si usted es el responsable, quién es el Jefe del Regimiento, usted, entonces yo le voy a hacer cargos a usted, desde ya”. Bueno, que sí, que no, que tuvo un accidente en la mano, que una cosita que era tan pequeña que lo tuvieron unos días en enfermería. Me dice tal es así que le hicimos hacer cosas de contabilidad porque era un muchacho, usted lo conocía mejor que yo Señora a su hijo. Se metió a todo el mundo en el bolsillo, era muy correcto, muy inteligente, un encanto”. Yo sabía que era un encanto, no necesitaba que me lo dijera él. Entonces quedamos ahí... por qué solo y sin dinero, pero Machado no aparecía. Le digo “bueno, pero yo lo voy a buscar a Machado, pero no nos podemos ir con esto que usted diga que le dieron licencia. No aparece el soldado que mandaron para seguridad personal y ustedes no avisan a la familia, y la orden captura?. “De dónde sacó eso?”. Uh, tengo tantos años y he tratado con tanta gente que yo sé que cuando un soldado se hace desertor inmediatamente hay una orden de captura en todo el país, es o no es así?”. “No se estila más, Señora”. “Ah, que raro que justamente en este momento no se estile hacer una orden de captura”. Bueno, pasa, la orden de captura no estaba. “Bueno, quiénes son los soldados que salieron con mi hijo?”. “No los va a encontrar, Señor”; Por que no están vivos ?; “no, Señora, no son muchachos de acá”. “No importa, le vuelvo a repetir que yo no me voy a ir a La Plata a llorar, voy a buscar a los soldados que salieron con mi hijo a ver qué dicen”. Efectivamente, el Mayor Cabrera iba y volvía con un papelito, iba y volvía con un palelito, harta me tuvo porque hizo 25000 viajes y en el papelito diría qué hacemos le damos o no le damos las direcciones. Al final... a mi me dan la dirección de los soldados que salieron con mi hijo. Bueno, al final lo dio, estuvo ahí con el pretexto disculpeme pero le mando un mensaje que lo que le traía Cabrera era a ver qué hacían con la dirección de los soldados, si sí o no, era evidente... Pero él contó que el padre de él había muerto... un hombre de 80 años, “mi padre murió en mis brazos”. “Qué suerte tiene usted, su padre de 80 años murió en sus brazos y mi hijo de 21 años desaparece de acá y yo no sé donde está. NO le tengo lástima teniente Coronel”. Bueno, nos tratamos muy descortezmente, porque muy grosero, muy despectivo y con unas mentiras burdas era subestimarnos. Encima el dolor que teníamos, y la pena y la sorpresa, subestimarnos con unas mentiras unas cositas que andaban, no iban para la seriedad de la circunstancia. Entonces nos acompaño... me aclaró que él se regía, me dice “usted no me cree”, yo le digo desde ya que no le creo; y me dice “mire Señora, que yo me rijo por Cristo, y señalo a Jesús”. Estuve bastante grosera pero le dije mire prefiero un ateo y no al que señala a Cristo para hacerse el bueno, y lo único que hacen es lastimar y ofender”. “Señora usted está...”. “Ah, no, yo estoy encantada, quiere que le dé las gracias por lo que está pasando”. Bueno, nos acompañó hasta la puerta, nos dijo que mientras había estado en la enfermería con esa lastimadurita que después supimos que no era tan leve, que había estado en la enfermería, que él iba a conversar “yo converso con mis muchachos”, los que estaban por diversas razones internados en la enfermería, nos mostró la cama en la que había estado nuestro hijo, muy muy amoroso en ese momento. Me dice “mire como sería que charlaba, porque era un muchacho muy ameno su hijo, que hablaba con él que me contó que la novia se había ido con unos amigos a Brasil”. Ahí descubrí que le leían las cartas, porque la nena, la chica esta no le dice mamá y papá a los padres, les dice por el nombre, entonces le han leído las cartas y han dicho que se fue con unos amigos a Brasil. Entre tantas cosas, pero es larguísimo. Pero no nos íbamos, éramos unos plomos ahí porque no sabían con qué convencernos. Bueno, nos llevamos los nombres de los soldados, nos despidió, y nos dice “no tiene más que hacer. Señora, su hijo es desertor y pará de contar”. “Muy fino de su parte”. Bueno, nos fuimos. Entonces yo digo “qué hacemos, esto es una cosa extrañísima, vamos a ver si encontramos al muchacho que vive en Neuquén, al soldado”. Efectivamente fuimos al Barrio Centenario de Neuquen, cerca de Cobunco, cuando llegamos a Centenario es un lugar pequeño, muy pequeña población, empezamos a preguntar por el apellido del muchacho y nadie respondía. Entonces “es un muchacho que estuvo haciendo el Servicio Militar en el Diez de Montaña”. “Ah, alguien dice, en aquel rancho hay una Señora que recibía al nieto que estaba haciendo el Servicio Militar ahí, ha de ser ahí”. Fuimos y efectivamente estaba una viejita, una india, muy amorosa, muy tierna la mujer y le contamos lo que nos pasaba. Y nos dice “y el Ejército cómo sabe que mi nieto quedó acá, porque ellos le dieron el pasaje para Mendoza porque es Mendocino”. Bueno, otra mentira más. Dice “se quedó acá por si conseguía empleo, se quedaba un tiempo en Neuquén, pero el muchacho no estaba. Señora, no la molestamos, nosotros queremos a ver qué se dice de esto. Fuimos nuevamente a la noche, el muchacho no había regresado, entonces le dijimos fue la Señora, la India, muy conciente que estábamos pasando por un muy mal momento “no, vengan cuando quieran, a cualquier hora los vamos a atender, en cuanto venga mi nieto yo le voy a decir que los espere”. Pasamos la noche en Cobunco, nos fuimos al día siguiente a la casa de esta... y estaba el muchacho. Yo tengo los nombres acá después se los voy a dar. Estaba el muchacho, y dice “lo que no entiendo es como me viene a buscar a mí acá”. Le digo “es la dirección que nos dieron”. Dice “no, si yo tengo el pasaje para Mendoza, como me dieron la baja me dieron el pasaje para Mendoza”. Quiere decir que deliberadamente nos dieron una dirección para que no lo encontráramos, pero dios quiso que lo encontráramos. Entonces el muchacho nos dijo que de un día para el otro le dijeron fulano, fulano, fulano, tiene cuatro personas, entre ellas estaba mi hija, tienen licencia. De particular, sin dinero. Fíjese que de Neuquen de Cobunco a La Plata son dos días de viaje, como lo hacen, es criminal eso. Entonces los muchachos, los otros compañeros juntaron plata para que se pudieran movilizar los compañeros. Entonces cuanta exactamente de un día para el otro, de particular, sin dinero, y que en el momento de salir lo retuvieron a Alejandro, a mi hijo, lo retuvieron en la puerta, dice “espere un momentito que el Teniente Primero Machado le va a dar una carta para llevar a La Plata, y cuando nosotros quisimos esperar nos dijeron no, no, caminando, ustedes no esperen, vayan a pie de ahí a la Estación de Cobunco”. Entonces el muchacho dice que como es un suelo muy ondulado él vio... se iban dando vuelta y decían “qué pasa con garcía Martegani?”, se iba dando vuelta y dice “yo vi que lo subieron a un auto”. Cuando llegaron a la Estación de Cobunco Alejandro no apareció, se tomaron los días de Licencia, cuando vuelven al Ejército Alejandro no aparece, y los chicos un poco temerosos ni siquiera se atrevían a preguntar qué pasó. Alguno decía “sí, sería algún acomodado que le habrán dicho que se vaya a la casa”. Pero no era muy creíble eso. Bueno, ya nos quedamos con esa referencia, entonces nos fuimos a Río Negro. El otro soldado dijeron que vivía en Villa reggina, en la calle Mitre tal número (sic), recorrimos Villa Regina, no aparecía el muchacho, entonces ya saliendo de Villa Regina donde la población es más escasa, mi esposo medio desesperado se baja del auto y pregunta en un kiosco, dice “Señor por favor, un soldado que hizo el Servicio Militar en Cobunco y le han dado la baja hace pocos días, fulano”. “Ah, dice, es mi sobrino”. Dios nos quiso ayudar. Dice “tiene algún problema Señor”. Entonces Horacio le cuenta que sí, que tiene el problema que mi hijo no aparece y entre los que habían salido de licencia con él estaba este muchacho”. Dice “mire, yo los voy a acompañar”. Entonces mi esposo le dice “no, Señora”. “Yo cierro el negocio y los acompaño”. “No, Señora, díganos donde es”. Entonces ella dijo con mucho criterio “no va a encontrar porque es un laberinto para llegar a la casa de esta gente, es una chacra”. Le cambió el pantaloncito a un nene, me acuerdo perfectamente, se subió al auto y estaba histérica la Señora porque ellos conocían otros casos que habían pasado en Neuquen, es para escribir una novela de ahí, las cosas que habían pasado en Neuquen. Entonces la Señora iba indignada. Bueno, efectivamente era un laberinto, los alamos, los yuyos, los arbustos, hasta que llegamos a la chacra. Cuando llegamos a la chacra, la Señora bastante histérica porque estaba fuera de sí, lo llama y le dice “mirá, son los papas de García Martegani, el chico que no apareció cuando terminaron la licencia”. Y el muchacho vino pobrecito y se puso a llorar. Y le digo “vos qué sabés?”. “No sabemos nada Señora, me dice, pero fue tan extraño eso. Y nos cuenta exactamente lo mismo. De un día para el otro la licencia de particular, sin dinero, que no tomó el tren en Cobunco y que cuando terminó la licencia volvieron al Regimiento y Alejandro no apareció. Bueno, yo le hice algunas preguntas. Todavía le dije “mirá, querido, nosotros no te queremos comprometer”. Y la mamá, nacida y criada en esa chacra, mucho más sensible que otras personas, me dijo “no Señora, no lo compromete, mi hijo va ir a declarar donde sea y como sea. No se preocupe porque así debe proceder la gente”. Bueno, nos fuimos... el chico quedó llorando Habló maravillas de Alejandro, dice que había sido un compañero excelente. Entonces nos volvimos, ya teníamos dos referencias... Ah, en Villa Regina hablamos por teléfono, es muy largo esto...

DR. SCHIFFRIN.- No, no...

OLGA MARTEGANI DE GARCIA: No, es para morirse, escucharme a mí...

DR. SCHIFFRIN.- Señora, lo interesante es recoger todo el testimonio completo, fijese usted que la tarea del Tribunal es, entre otras, tratar de hacer una reconstrucción de todas estas historias penosas para que no pierda su memoria, no...

OLGA MARTEGANI DE GARCIA: Bueno.

DR. SCHIFFRIN.- Al contrario, le agradecemos...

OLGA MARTEGANI DE GARCIA: No fue tan simple la desaparición de Alejandro que hubiese estado en una Conferencia que lo toman y lo detienen, porque todas esas circunstancias son las que nos llevan a pensar por qué tan raro, tan cruel y tan cobarde, tan cobarde eso es lo que no puedo entender. Tenían el consenso del pueblo, tenían las armas y tenían el poder, necesitaban más para proceder como seres humanos ?. Creo que tenían de sobre, o no, tenían de sobra...

DR. SCHIFFRIN.- Estamos en el punto que usted ya tiene dos testimonios...

OLGA MARTEGANI DE GARCIA:: Quién habla acá... Quién habla quiero saber...

DR. SCHIFFRIN.- Pero perdón...

OLGA MARTEGANI DE GARCIA:: Pero quién habla ?

DR. SCHIFFRIN.- Ah bueno, perfecto... No Señora, lo que le digo es que ahora sigamos...

OLGA MARTEGANI DE GARCIA: Yo no lo veo a usted, eh... le veo los anteojos nada más...

DR. SCHIFFRIN.- Ah, no me diga... Señora, simplemente sigamos ahora en el punto en el que usted ya tenía dos testimonios...

OLGA MARTEGANI DE GARCIA: Bueno, por esa razón nos volvimos... ah, hay otro detalle, en VillaRegina fuimos a la Cabina Telefónica entonces mi esposo habló desde una cabina privada con un familiar para contarle lo que pasaba, y yo como había un teléfono libre ahí, me escucharon todos, entonces le contaba a mi sobrina, yo le digo “mirá, Liliana, dicen que Alejandro es desertor” y mi sobrina me dice “pero quien te va a hacer creer eso que Alejandro se va a hacer desertor faltando unos días para las urras”. Se caía de cajón, un tipo inteligente no podía hacer una cosa semejante. Entonces ahí contaron, en la cabina telefónica contaron una cantidad de relatos espeluznantes de chicos que habían ido a estar unos días a pescar en campings y desaparecieron. Bueno, entonces vamos a hacer una cosa, vamos a volver al Regimiento y vamos a decir que los dos testimonios que tenemos de estos dos chicos es una cosa muy seria. Efectivamente pasamos la noche en un Hotel en el camino, porque los días corrían, entonces en el hotel la Señora se dio cuenta que andábamos con algún problema, le contamos lo que nos pasamos, y la Señora nos dijo “Señora no se vaya de Neuquen sin hablar con el Obispo De Nevares, él los va a ayudar porque es una buena persona”. Yo ya sabía quien era. Entonces dormimos ahí y al día siguiente partimos nuevamente para el diez de Montaña. Cuando llegamos al diez de Montaña, ya íbamos con dos datos. Entonces nos recibió, estaban formados los... el Ejército ahí, no sé, habría un acto seguramente y entonces dice “qué hacen aquí ustedes otra vez?”. “Mire, estamos aquí le dijo mi esposo, porque hemos encontrado a dos de los chicos que salieron con mi hijo”. “Los encontraron?”, se le escapó... “sí, los encontramos, y ellos dicen esto, esto, esto y esto (sic). En eso entra Ventura y cuando nos vio a nosotros “qué hacen ustedes aquí?, ya les dijimos que no tienen nada que hacer”. “No, está equivocado, sí tenemos que hacer porque hemos encontrado...”. Entonces yo sé que un Militar no puede tocar a otro, algunas cosas voy conociendo del Ejército ahora. Y el Mayor Cabrera le tomaba “urgente teléfono, un llamado urgente, Teniente Coronel”. Lo que quería es decirle “mire que estuvieron con dos de los muchachos ya”. Pero me gritó como nunca creí que alguien me podía faltar el respeto, me ponía la cara cerquita. Si hubiese ido sola yo y no hubiese ido con mi esposo y con mi hijo, tenía la cara tan linda como para darle una cachetada, yo me quedé toda la vida con... mire, hasta algunos Sacerdotes me dijeron por qué no le dio la cachetada “ y porque estaba con mi marido y con mi hijo”. En ese momento lamenté no estar sola, porque le arranco la cabeza, porque se me ponía cerquita, furioso, “usted no tiene nada que hacer acá”. “Cómo que no tengo nada que hacer?. Sigo insistiendo que mi hijo desapareció de acá, usted es el responsable. Le digo, nos han empapelado el papel diciendo como tenemos que criar los hijos, como los tenemos que cuidar, así, y usted nos está tratando como si nuestro hijo fuera un hijo de la casualidad y criado de cualquier manera, y se equivoca. Es un hijo del amor, criado con amor, y usted va a tener que responder hoy o algún otro día, porque se están (Ininteligible) la gente de la última guerra mundial... yo sé que no me equivoqué. Entonces, me gritó muchísimo, me dijo una cantidad de guarangadas, le dije que yo no era un recluta, que no me gritara... Entonces como me levantó la voz, yo también le levanté la voz, creo que desde Santiago de Chile deben haber escuchado, era un concierto del Colón, él gritaba y yo también, no le dije nada que no correspondiera. Le dije todo lo que merecía decirselo con el lenguaje más correcto, tampoco descendí a tratarlo como él me estaba tratando a mí... siendo que para el papá y el hermano, dos hombres, tuvo que haber sido muy doloroso mantenerse serenos. Bueno, cuando se va muy... Yo me puse histérica, yo me puse a llorar... Entonces mi hijo me dice “mamá, me dio la llave del auto, andá y metete en el auto”. Pero yo salí sola y ellos se quedaron, para ver qué respuesta porque el otro fue a atender el llamado de urgencia que no era tal cosa, le habrá dicho “mirá, o mire excelencia, que han encontrado a los dos soldados”. Ellos se tienen que haber imaginado que jamás los íbamos a encontrar. Y yo salí bastante histérica y me tiré sobre el capot del auto, atrás mío salió el médico del Regimiento, que tenía el auto al lado nuestro, me miró, se quedó mirando hasta que yo me incorporé, abrí el auto y me metí al auto. No se acercó a socorrerme. Para esto mi familia no aparecía...

DR. SCHIFFRIN.- Perdón, Señora, tenemos que dar vuelta la cinta...

 

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Estuve observando... le hago esta acotación porque es importante. Estuve observando como estaban aleccionando a los muchachos recién ingresados... había indios, que estoy segura que en la vida de Dios se habían calzado un botín... que no sabían ni caminar con los botines, y el sujeto que les estaba dando las instrucciones, los trataba con un lenguaje y una grosería total, al extremo que vi a un soldado barrer con la escoba sin mango agachado, cuando le muchacho se agachaba, el arma se le iba para adelante y le pegaron un grito: incorpórese. Estuve observando esto, que apareció mi esposo, mi hijo y las dos noviecitas de los chicos, que andaban con nosotros... bueno, salimos de ahí, esto es muy serio... vamos a la estación de Cobunco a averiguar si Alejandro había viajado, entonces yo con cara... debo haber tenido una cara de loca total, le pregunto al señor que me atiende en la estación de ferrocarril: dígame, señor, usted me puede decir si el 16 de marzo o en esos días, viajó algún soldado a la provincia de Buenos Aires ?, dice: “pero no le puedo decir”, le digo: “como es eso... porque yo quiero saber...”, “tiene algún problema señora ?”, digo: “sí, tengo un problema. Evidentemente el Ejército cuida los caballos para hacer un lindo desfile el 25 de mayo o el 9 de julio, pero a los soldados no, porque mi hijo aparece y no nos dan... nada más unas respuestas que están lejos de lo que se puede aceptar como una realidad. Entonces aparecieron como en el Far West, aparecieron gente ahí detrás del mostrador del Ferrocarril y detrás mío, entró un señor disfrazado de civil... con una chomba, con dos chiquitos, se quedó detrás escuchando lo que yo conversaba, entonces me dijo:”mire, señora, es muy raro”, pero yo creo que lo interpreté así, que a modo de ayuda, el Jefe de Estación, a ese señor que entró detrás mío, le dijo: “cómo es el asunto ?, los pasaje de dan cuando se da la baja ? y para las licencias no ?, entonces él se acercó y dice: “no, no, para las licencias no”. Entonces yo le pregunté: “es Militar usted ?”, “sí”. Era Militar, porque tenía los botines y el pantalón de milico... y tenía una chomba. Entonces me dijo: “sí...”, le digo: “qué pasó con el soldado GARCIA MARTEGANI ?, “ah, dice, un excelente hombre, un muchacho buenísimo... yo hacía las guardias con él, siempre conversamos, un muchacho muy culto... y un día me llamó la atención, porque me contestó mal, una noche que estábamos haciendo guardia, y yo le dije, qué le anda pasando muchacho ?”... usted creé que le preguntó así ?...,”qué le anda pasando muchacho ?, entonces ALEJANDRO dice que le dijo: “mire, estoy molesto, porque me prometieron una licencia, no me la han dado y ya no me la van a dar, porque estoy próxima a darme la baja”, dice: “me pidió disculpas, y yo me quedé con pena, porque era un muchacho muy agradable... un hombre decía él. Pero me quedó presente... BAEZ... lo tengo presente y si lo veo dentro de cuarenta años, lo voy a conocer... BAEZ. Entonces dice que él al día siguiente fue a hablar al Jefe y le dijo: por qué no le da licencia a este muchacho... y el Jefe le hizo caso y le dio la licencia a ALEJANDRO. Bueno, ahí quedamos, nos despedimos, de todo lo que dijo no le creí nada. Entonces de ahí nos fuimos... ah, nos fuimos a ver donde podía estar la señora de MACHADO, que iba a tener familiar... tenía que estar internada; tal es así que empezamos por el mejor sanatorio y por ahí me dijeron: “señora, si es Militar, vaya a buscarla a un sanatorio bueno, no venga a buscarla acá”, “bueno, pero no sé como son las cosas...”, buscamos, no apareció ninguna señora de MACHADO que haya dado a luz; entonces nos fuimos a la Policía y en la Policía, en la 22 de Cobunco, nos atendió el Comisario ABAD, muy bien, correctísimo, con un Escribiente recién ingresado a la Policía, muy recto y con mucho respeto, y ahí estuvimos horas, mi esposo detalló todo, todo lo que íbamos sabiendo hasta el momento. De ahí nos fuimos a...

Dr. SCHIFFRIN: Perdón, señora, entonces se formó un acta que firmaron ustedes.

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Sí, sí, en la Comisaría de Cobunco, sí.

Dr. SCHIFFRIN: ¿ Supo después qué pasó con esa actuación ? ¿alguna vez más la vio ?

OLGA MARTEGANI de GARCIA: No recuerdo... estuvimos muchos años con las manos atadas... no se movía, incluso la gente que nos quería ayudar nos mentía también, que yo soy amiga de ARGUINDEGUY, que yo soy amiga de fulano... sí, iban y nos decían cualquier cosa; algunos... muy pocos con mala intención, pienso que no fue con mala intención, pero algunos pobrecitos me decían: sí, no, mirá... cualquier pavada... ya va a aparecer... en algún momento le dijeron a mí hijo: mirá, tu hermano...que le pidieron dinero a mi hijo, en el momento de la desesperación pagó una barbaridad para que le dieran informes del hermano y no aparecía más el muchacho; entonces en el momento que lo encontró, mi hijo le dice: estoy esperando las noticias tuyas, “ah, sí, mirá, tenía que ver. Quedate tranquilo, tu hermano como en el Sheratton, pero está muy bien y en cualquier momento aparece... hace 22 años, me parece que ha pasado mucho. Entonces me fui...

Dr. SCHIFFRIN: Ustedes hacen la declaración en la Comisaría y después van... ¿cuál fue la siguiente la gestión ?... después de esa declaración en la Comisaría.

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Después fuimos a la... al Comando de NEUQUEN, entonces mi esposo pidió hablar con el Jefe del Comando y nos atendió... no sabíamos para qué íbamos. Nos atendió DIAZ QUIROGA, un TENIENTE CORONEL... nosotros le cuestionábamos cosas y él no podía decir: no tienen razón; entonces yo le decía: tenemos razón o no ?... es lógico lo que le decimos ?, “sí, no, evidentemente”, traspiraba tinta china el hombre, porque no nos podía rebatir, las cosas eran muy burdas, muy brutales, crueles... tal es así, que bueno, tuvimos un diálogo con él ; entonces bueno, cuando dimos por terminada la entrevista, él personalmente nos atendió, DIAZ QUIROGA nos acompañó hasta la puerta, nos devolvió los documentos y ahí fuimos a preguntar a la Policía de NEUQUEN, que también nos atendieron muy bien, pero en ese momento... lo digo así porque es la verdad, había rivalidad entre el Ejército y la Policía, entonces la Policía si había algo que podía atestiguar que el Ejército había estado procediendo... es la impresión que yo tuve, eh, y creo no estar equivocada, estaban conformes, de poder demostrar que el Ejército no estaba procediendo bien, entonces ahí también nos atendieron muy bien. Entonces nos fuimos a la ciudad de NEUQUEN, fuimos al Obispado, a ver si lo encontrábamos al Monseñor DE NEVARES, entonces había terminado la misa, nos quedamos esperando, el sacerdote que estaba ahí con unos fieles se acercó y me dice: “necesita algo ?, le digo: mire, necesitamos hablar con el Obispo DE NEVARES, dice: “mire, está en la reunión de San Guillermina...llegará mañana, le digo: nosotros tenemos interes en... me dice: bueno, venga mañana.. Bueno, dormimos en NEUQUEN... esa noche, cenamos en un restaurant, se sentó un individuo, que también tenía los botines esos y los pantalones de Ejército y con una chomba, y tuvo todo el tiempo tapándose con el diario, escuchando la conversación y a propósito lo comentábamos en voz alta nosotros... qué teníamos que ocultar ?, al contrario. Pero estaban en la tónica de infundir miedo. Entonces al día siguiente nos levantamos, fuimos al Obispado y no había... no había regresado Monseñor DE NEVARES, entonces dice: puede ser que llegue a la noche, bueno, esperamos, nos atendió el Padre SAN SEBASTIAN, un encanto de persona, entonces mi esposo le dio, para no darle la lata como yo estoy dándole a ustedes, le dio para que lea la denuncia...

Dr. SCHIFFRIN: ¿Tenía copia de la denuncia hecha en la Comisaría ?

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Yo no le veo la boca a usted, entonces yo creo que de que por allá me están hablando...

Dr. SCHIFFRIN: (Se ríe).

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Yo le veo los anteojos...ahora, sí.

Dr. SCHIFFRIN: No, la pregunta era, si usted conservaba... si conservaba, ¿ si su marido tenía una copia de la declaración de la Comisaría ?

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Sí, sí, nos dieron...

Dr. SCHIFFRIN: ¿Usted conservó esa copia, señora ?

OLGA MARTEGANI de GARCIA: La tengo, la tengo.

Dr. SCHIFFRIN: La va a poder agregar en copia a la causa... o sea, vamos a sacar una copia certificada de esa denuncia y agregarla a la causa.

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Todo lo que sea necesario, doctor. Lo que tenemos, es la pura verdad, entonces se lo vamos a dar para que ustedes tengan realmente testimonio.

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Perfecto. Muchas gracias.

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Ah, le reclamamos... bueno, no estaba DE NEVARES...

Dr. SCHIFFRIN: Hablaban con este Padre SAN SEBASTIAN...

OLGA MARTEGANI de GARCIA: JUAN SEBASTIAN, un sacerdote encantador, que es secretario... era Secretario de Monseñor DE NEVARES... Monseñor DE NEVARES se portó con nosotros como si hubiese sido nuestros hermano, tenía obsesión por saber qué había pasado con ALEJANDRO... nunca lo pudo saber. Entonces pasaban los días, bueno, qué vamos a hacer ?, vamos a JUNIN a ver si encontramos el tercer soldado, pero en NEUQUEN, en JUNIN, tuvimos que hacer noche en SANTA ROSA, en LA PAMPA y a la noche llegamos a JUNIN... no vivía en JUNIN el muchacho, porque mi esposa y mi hijo fueron al Registro de las Personas y ahí le dieron una información, que vivía en un tambo... entonces ya era de noche, regresábamos e íbamos medio desesperados, no ?, cada uno quería demostrar que estaba sereno aunque no fuera así. Entonces había una tranquera abierta, mi esposo entra al campo e inmediatamente salió gente... nos apuntaron...mi esposo prendió la luz del auto, levantó las manos, dice: por favor, ando buscando a JUAN CASAS, es un joven que ha hecho el servicio militar en NEUQUEN, en Cobunco y le han dado la baja hace pocos días, “ah, bueno, pase”.... era una estancia donde elaboran lacteos MAGNASCO; el señor que dirigía ahí, hizo parar las máquinas, preguntó quién podía acompañarnos hasta lo de JUAN CASAS, se ofreció un muchacho, nos acompañó... siete tranqueras abrimos hasta llegar, en plena noche, hasta llegar a lo de este muchacho... noche de frío, el muchacho salió con el torso desnudo, pobrecito... lloraba, dice: “qué es lo que pasó ?... porque los tres muchachos se fueron con la duda de qué había pasado con ALEJANDRO, bueno, entonces le contamos... ahí contó exactamente lo mismo, de un día para otro, de particular ... y contó lo mismo, que ALEJANDRO no tomó el tren, que cuando regresaron, ALEJANDRO no regresó... así qué eran los tres testimonios totalmente exactos.

Dr. SCHIFFRIN: Señora, pero el tercer testimonio aclaró también que lo habían visto meterle en un auto o eso era ?.

OLGA MARTEGANI de GARCIA: No, no, señor, le explico. Como el suelo es un poco ondulado, cuando el muchacho que lo vio subir al auto, es un indio muy alto y los otros muchachos muy bajitos, entonces el muchacho alcanzó a verlo, pero los bajitos no. Alcanzó a verlos que subió al auto y los otros alcanzaron a ver que pasaba en el auto, que iba en el auto... un auto verde.

Dr. SCHIFFRIN: Que iban al auto...

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Era un auto verde, ahí está. Yo tengo todo documentado. Bueno, entonces estábamos en lo de Magnasco... ah, no, en lo de...

Dr. SCHIFFRIN: Sí, en la casa.

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Bueno, regresamos ya con tres testimonios que eran exactamente igual a lo que dijeron los tres muchachos. Bueno, de ahí empezamos a movernos, a ver que era lo que hacían, alguna gente tuvo miedo, otros indiferentes... indiferentes muy pocos, tengo que ser justa, muy poca gente indeferente, miedo sí, hay gente que tuvo miedo. Entonces averiguámos, no estaba la orden de captura... entonces yo le escribí a DIAZ QUIROGA y le mandaba a decir que, en calidad de un soldado desaparecido, que lo dan por desertor y de mi calidad de ciudadana argentina también, por qué no se le hace una orden de captura a ALEJANDRO... no contestó DIAZ QUIROGA, pero a los pocos días, mandó una carta el TENIENTE CORONEL VENTURA, con una orden de captura fraguada, con una fecha que no tiene nada que ver, porque en ese momento no había orden de captura... entonces ponen ahí un 4 de abril, si nosotros fuimos en mayo y no estaba la orden de captura... la orden de captura dice: HORACIO ALEJANDRO y se llamaba ALEJANDRO HORACIO. El nombre de padre, muy poco, yo no existo... ni siquiera me pusieron que estaba muerta, nada. Los datos, un metro setenta y ocho, medía mucho más de un metro setenta y ocho, pelo negro, no tenía pelo negro, tez trigueña, no tenía tez trigueña... de profesión arquitecto, no podía ser arquitecto a los 20 años... lo único, muy sútiles, porque pusieron que era Argentino en la orden de captura... es de no creer, aparte del dolor, era una burla total, digo: tanta gente estará pasando lo mismo. Empezamos a averiguar acá en La Plata, me dicen: “ ustedes no hablen”, cómo que no vamos a hablar ?, lo voy a ventilar por todos lados... hasta me ofrecieron, una radio de URUGUAY; hay gente muy influyente en URUGUAY, que lo querían mucho a mi hijo, me ofrecieron si quería un espacio para contar desde el URUGUAY, lo que estaba pasando... primero sentí como la sensación de traicionar a mi país, me pareció horrible y después tuve miedo, de que ALEJANDRO tuviese vivo y la mamá va a hablar desde URUGUAY, era un peligro... no lo aproveché, pero comentábamos con todo el mundo... hemos preguntado y se ha ofrecido, pero muchísima, pero muchísima gente, algunas son mentiras burdas, pobres, porque han querido ayudar, hay cosas que no se pueden creer ... pero así fueron las cosas.

Dr. SCHIFFRIN: Señora, de tantas averiguaciones, no surgió alguna pista sobre donde pudo ser llevado ?

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Alguien que ya falleció, que tenía relación con alguien, que supongo yo que era un torturador, le dijo: “que no, no hay problema con ese muchacho... mire, lo pasaron a CORONDA, está en CORONDA, está bien, no se preocupe...”, estaba tan bien, que estaba mejor que en el Sheratton también, igual que el otro mío, como puede ser eso ?... pero eso ya personas que han muero, ya no las podemos hacer hablar. Entonces después dijeron que en vez de Cobunco... que en un momento salió, que acá yo tengo la publicación del diario, que estaba en LA CACHA... entre la lista de algunas personas que dieron, la lista de desaparecidos de LA CACHA, figuraba el nombre de ALEJANDRO... en BRASIL, había dos muchachos, que salieron de LA CACHA y que un Obispo de BRASIL que ayudó muchísimo a los muchachos que pudieron escapar, dijeron que lo habían visto a ALEJANDRO, los dos muchachos ... que lo habían visto en LA CACHA... imposible llegar a LA CACHA.

Dr. SCHIFFRIN: Bueno, pero estos datos son más... de años después, no es cierto ?

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Claro, claro.

Dr. SCHIFFRIN: Después de establecida la...(ininteligible) Constitucional, recién aparecen estos datos.

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Sí, sí... lo tengo acá con la fecha, no tengo el diario, tengo el recorte.

Dr. SCHIFFRIN: Bueno, pero está bien, si tiene la fecha...

OLGA MARTEGANI de GARCIA: En LA CACHA.

Dr. SCHIFFRIN: Eh... otro... indicio que viene mucho después en definitiva...

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Claro, venían después, sí, sí. Y había mucha gente que se... yo tengo una amiga casada con un hombre de las Fuerzas Armadas, que cuando se formó la CONADEP vino a decirme: “OLGUITA, no creas las cosas que se están diciendo”, le digo: “mirá, esto vos y yo no tenemos hablar, porque somos amigas; vos le crees a tu marido y yo creo lo que estoy viviendo, porque para esto... con lo que nos habíamos zarandeados nosotros, teníamos un conocimiento de las barbaridades que estaban haciendo... ahí quedó. Esto no lo hablamos nunca más, quedamos amigas, se lo agradecí, porque lo hizo para calmar nuestros ánimos, pero no era creíble. Todo el mundo... nos ayudaron muchísimo, muchísimo, pero no pudimos saber más nada de ALEJANDRO.

Dr. SCHIFFRIN: Una pregunta. ¿A Monseñor GRASELLI ustedes acudieron ?

OLGA MARTEGANI de GARCIA: ¿A quién ?

Dr. SCHIFFRIN: ¿A Monseñor GRASELLI ?

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Sí.

Dr. SCHIFFRIN: Nos interesa la entrevista que tuvieron con él.

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Un señor muy amigo nuestro, que lo quería muchísimo a mi hijo, vino a verlo a mi marido, le dijo: “mirá, yo te voy a poner en contacto con alguien, que te va a dar una información”, vayan a “Stella Maris”allá a la Armada... y bueno, fuimos, estuvimos con Monseñor GRASELLI,, y yo, que todavía conservaba un poco de ingenuidad, le digo a mi marido: “qué ojos tristes, pobre hombre, todo lo que está escuchando”, no eran ojos tristes, ojos de hipócrita... porque cuando le pregunté algo, me dijo: “ha pasado mucho tiempo”, “cómo sabe usted Monseñor ?”, “no, digo yo”, “pero cómo sabe usted que pasó mucho tiempo”, “no, no, es un modo de decir”, y a los dos o tres días recibimos una carta diciendo que no se sabía nada. En ese ínterin también...

Dr. SCHIFFRIN: Un preguntita más, señora. ¿Cuándo ustedes tuvieron la entrevista con Monseñor GRASELLI, él tenía algún fichero ?

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Me parece que sí.

Dr. SCHIFFRIN: Lo consultó ?

Dr. SCHIFFRIN: Me parece que sí... tenía una cara descansada... estaría chocho de vernos sufrir, porque las cosas que se había atrevido a hacer este hombre, que tenía las botas debajo de la sotana, es increíble que se haya prestado a eso... y todavía con nosotros se portó bien, con otras personas se portó peor... con chicas jóvenes, así que el concepto, peor que usted se pueda imaginar... me contestó que no se podía hacer nada...

Dr. SCHIFFRIN: Perfecto. La había interrumpido. Qué iba a decir antes, señora ?, que usted me dijo: también, respecto de un episodio de su búsqueda, dijo... yo la interrumpí para terminar lo de Monseñor GRASELLI.. Usted recibió la carta de Monseñor GRASELLI diciendo que no podía hacer nada....

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Que no se sabía nada... después estuvimos... una persona que lo conocía a ALEJANDRO y a nosotros no, a nosotros nos conocía por referencias, pero era conocido de mi hijo, nos mandó una carta para presentarse... una audiencia, para presentarnos al General SCHERIDA, en la Casa de Gobierno de Buenos Aires.

Dr. SCHIFFRIN: ¿Cómo era el nombre ?

OLGA MARTEGANI de GARCIA: SCHERIDA.

Dr. SCHIFFRIN: Tuvieron esa entrevista...

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Bueno, fuimos y yo todavía que conservaba algo de ingenuidad, era un jueves y lloviznaba y las Madres que ya estaban reunidas en la Plaza de Mayo, estaban bajo la llovizna... yo me sentí una porquería, digo: yo voy con una audiencia y estas pobres mujeres a lo mejor no tienen a quién reclamar. Entramos a la Casa de Gobierno, “los están esperando, tomen asiento”; una hora y media... después: la familia de GARCIA MARTEGANI, pase...y entonces otra hora y media, nos hicieron cruzar la Casa de Gobierno.. Casi en la playa nos atendieron... otra hora y media de espera, hasta que salió un sujeto, de particular, diciendo que era TENIENTE DE NAVIO, que nos iba a atender en reemplazo de SCHERIDA, yo digo: cómo ?, un TENIENTE DE NAVIO, mi hijo desapareció en el Ejército, no desapareció de la Armada”, “no, es lo mismo, señora”, “no es lo mismo, esto es muy serio, no es lo mismo”, “sí, pero yo soy...”, “pero por qué no nos atiende SCHERIDA, que es la audiencia que teníamos combinada”, dice: “no, está en este momento en reunión con el Presidente de la República”, “qué lástima, yo quisiera hablar con el Presidente también”, entonces nos atendió, nos contó anécdotas que no nos interesaba.... si pasaron esas cosas es lamentable, pero nosotros no íbamos a escuchar anécdotas de ellos... y bueno, puedo decir que era un idiota ?, sí, era un idiota... lo que no me acuerdo es el apellido... si lo veo también me voy acordar...

Dr. SCHIFFRIN: Bueno, en sustancia...

OLGA MARTEGANI de GARCIA: No sirvió para nada la... ah, pidió permiso, se levantó y volvió con una cantidad de papeles y dice: “quién es el hijo de ustedes ?, porque acá hay una cantidad de gente que reclama... su hijo es una persona de bien, estimado... entonces nos empezó a leer, hay gente que nosotros conocíamos y otros que no conocimos... que preguntaban...la versión que tiene una persona conocida en la Casa de Gobierno, y a los dos o tres días, recibimos una carta diciendo que no, que no se sabía nada... seguimos buscando, y buscando y buscando...

Dr. SCHIFFRIN: Sin respuesta.

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Sí, cada vez más terrible.

Dr. SCHIFFRIN: Bueno, señora, yo creo que con esto está explicado...

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Bueno, yo quería...

Dr. SCHIFFRIN: Si tiene algo para añadir.

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Quería aclarar una cosa, porque en el libro del CAPITAN...

Dr. SCHIFFRIN: AMOR.

OLGA MARTEGANI de GARCIA: En el libro del CAPITAN, figura como desaparecido en el Regimiento donde es Jefe PEDRO CESAR VENTURA, es verdad... pero figuran otras personas que no estaban cuando desapareció mi hijo... cuando desapareció mi hijo, estaba CABRERA, estaba OLADE, estaba MACHADO y esta BAEZ... son cuatro nomás, eh, y esos no figuran en el libro... y yo quisiera... que me disculpe, pero es así, Capitán... es así...

Dr. SCHIFFRIN: Bueno...

OLGA MARTEGANI de GARCIA: No, si yo se lo agradezco, pero un libro escrito para la historia tiene que ser... mi hijo no pudo haber sido arquitecto a los 20 años, por más que fuera inteligente...

Dr. SCHIFFRIN: Cuando el acta esté ya incorporada al expediente trascripta, seguramente el CAPITAN va a tener la oportunidad de pedirle al Tribunal utilizar el elemento para ambientar sus...

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Pobre, me llamó por teléfono y yo le hice saber que no estaba conforme... y me llamó por teléfono, pero mi esposo que estaba enfermizo en ese momento, no sé... tenemos una agenda para las llamadas, pero lo anotó en otro lado y... no sé donde está el número de este señor... pero no fue descortesía de mi parte, sino que no estaba anotado donde correspondía.

Dr. SCHIFFRIN: Muy bien. Entonces con esto, yo creo señora, que está bien explicado el caso y quisiera hacerle alguna preguntita más yo.

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Sí, todas las que quiera.

Dr. SCHIFFRIN: No, no, muy simple. ¿Usted declaró ante alguna autoridad Judicial sobre estos hechos alguna vez ?

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Sí, sí, mi esposo hizo un Habeas Corpus.

Dr. SCHIFFRIN: No, no, pero si usted declaró como está declarando ahora, después...

OLGA MARTEGANI de GARCIA: No me aguantó nadie, doctor.

Dr. SCHIFFRIN: (Se ríe).

OLGA MARTEGANI de GARCIA: No, no, a mí no me aguantó nadie... la gente es muy amiga, muy buena, pero...

Dr. SCHIFFRIN: ¿En la CONADEP declaró ?

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Sí, sí.

Dr. SCHIFFRIN: ¿En la Cámara Federal de la Capital ?

OLGA MARTEGANI de GARCIA: No, en la CONADEP diez puntos.

Dr. SCHIFFRIN: ¿Y en la Cámara Federal de la Capital declaró sobre este caso ?

OLGA MARTEGANI de GARCIA: En la Cámara..

Dr. SCHIFFRIN: Es la Cámara Federal que juzgó a los Ex- Comandantes... ¿ahí no declaró ?

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Me parece que no.

Dr. SCHIFFRIN: No se acuerda bien si hubiera declarado...

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Sí, en la CONADEP fui de las primeras que...

Dr. SCHIFFRIN: Así que su declaración está en el legajo de la CONADEP.

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Hasta me acuerdo quién nos atendieron también... había gente conocida en la CONADEP.

Dr. SCHIFFRIN: Señora, ¿ tiene en su poder alguna foto de su hijo para agregarla a la causa ?

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Sí...tengo una fotografía... tengo la última fotografía que le sacaron en el Ejército, cuando le dieron la responsabilidad de ser estafeta.

DR. SCHIFFRIN: Muy bien. Al Secretario, señora.... el señor es el Defensor y el Secretario es el doctor SCHAPIRO. Señora, aparte de eso, ¿usted tiene alguna ficha dental de su hijo ?, una ficha de dentista o puede conseguir una ficha odontólogica...

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Tengo radiografías.

Dr. SCHIFFRIN: Tiene radiografías... pero que registren alguna fractura, algo así ?

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Entró sanito al Ejército.

Dr. SCHIFFRIN: Digo, no, quería decirle que tenemos... sabe usted que nosotros secuétramos, hace ya tiempo, el fichero del Monseñor GRASELLI , por lo menos la parte... y la ficha de su hijo, sí está... está con una serie... bueno, pero evidentemente... sí, GARCIA MANTEGANI, ALEJANDRO HORACIO, 10 de mayo del 78 es el día que lo van ustedes a ver, no es cierto ?

OLGA MARTEGANI de GARCIA: ¿Qué fecha, doctor ?

Dr. SCHIFFRIN: 10 de mayo del 78.

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Claro, si había pasado tiempo.

Dr. SCHIFFRIN: Y el 26 de mayo, una respuesta... sí, dice que estaba en el REGIMIENTO 10 DE INFANTERIA DE MONTAÑA DE CONBUNCO, está el número de documento, dice: 16 de marzo del 77, que es la fecha de...

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Según dicen ellos que salió, nosotros no sabemos nada.

Dr. SCHIFFRIN: Sí, claro... Clase 54, bajo bandera, el nombre del padre, la dirección de ustedes, 8790 Segundo B y alguna indicación comprensible, que tendríamos, no, que tendríamos que verificar. Pero quería informarle que está este elemento en el fichero..

OLGA MARTEGANI de GARCIA: También lo fuimos a ver a Monseñor PIQUI. Monseñor PIQUI cuando desapareció ALEJANDRO estaba en el Sur, entonces una persona amiga nuestra habló al Sur, pidiéndole a ver si podía averiguar algo de ALEJANDRO... donde esta Monseñor PIQUI, después a Monseñor PIQUI lo trasladaron acá, estaba al lado de...

Dr. SCHIFFRIN: Estaba en la Catedral.

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Estaba al lado del Arzobispo PLAZA, entonces cuando fuimos a verlo, porque nos dijeron que era un hombre muy bueno... cuando fuimos a verlo, él esta estaba anotando en un libro de contabilidad de los antiguos, de la época en que venía muy bien encuadernado, estaba anotando las denuncias de desapariciones... nos dijo: “la semana que viene voy al Vaticano y esto se lo voy mostrar al Papa”, a los pocos días cuando regresó, lo primero que hizo, hablar con la persona... Nos habló a nosotros a ver si teníamos noticias Nada. Después a Monseñor PIQUI lo trasladaron... después supimos por qué.... era un enemigo.

Dr. SCHIFFRIN: Claro. ¿Vive este sacerdote ?

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Mire, yo tengo una noticia muy triste de él. Porque a él lo involucraron... estaba en... ahora no me acuerdo el lugar... por SANTA FE creo que era, y lo involucraron en esa famosa herencia que... todo el mundo era pariente de ese hombre, que había dejado una herencia fabulosa, y decían que PIQUI... usted lo recuerda ?... decían que Monseñor PIQUI le había pedido una cantidad de dinero a una chica que decía que era heredera.... comentando así con algunos familiares de desaparecidos, pensamos que a él lo quisieron defenestrar, no... pensamos. Y nos dijeron que está muy lejos, yo siento mucho, porque nos escribimos bastante con él... él se había portado muy bien, estaba consciente de las cosas que estaban pasando y trató de colaborar, no.

Dr. SCHIFFRIN: Bueno, señora, yo no tengo más preguntas para hacerle, le voy a ceder la palabra a mis colegas. Dr. REBOREDO.

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Se me pasó algo ?

Dr. SCHIFFRIN: ¿ Doctor NOGUEIRA. ?...¿señor Fiscal General ?... ¿Dr. GLUZMANN por la Asamblea de Derechos Humanos ?.

Dr. GLÜZMANN: Bueno, eh... cuando la señora madre del desaparecido, señaló que había estado involucrado, le dijeron, cuando estuvo detenido en 601 en CITY BELL, por encontrarse en la agenda de una persona, cuyo apellido no conocemos.¿ La pregunta es, si usted recuerda de quién era esa agenda ? ¿a quién pertenecía esa agenda ?

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Nosotros deducimos que era de la familia MAINER...

Dr. GLÜZMANN: Familia MAINER ?

OLGA MARTEGANI de GARCIA: MAINER. Porque mi hijo era compañero y muy amigo del muchacho de MAINER, entonces estaba en la agenda.

Dr. GLÜZMAN: Perdón. MAINER o... ?

OLGA MARTEGANI de GARCIA: MAINER, MAINER.

Dr. GLÜZMAN: ¿El nombre se acuerda ?

OLGA MARTEGANI de GARCIA: PABLO.

Dr. GLÜZMANN: PABLO MAINER.

OLGA MARTEGANI de GARCIA: A ese muchacho lo mataron.

Dr. GLÜZMANN: ¿Cómo ?

OLGA MARTEGANI de GARCIA: A ese muchacho nos dijeron que lo mataron.

Dr. GLZMANN: O sea, usted cree... ¿ o sea, le han dicho que lo mataron ?

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Sí, sí.

Dr. GLZMANN: ¿ No que esté desaparecido, sino que lo han asesinado ?

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Mire, era tanto, dicen que dicen y venían los cuentos no se sabe de donde...

Dr. GLÜZMANN: Pero esa es la noticia que usted tiene.

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Esa es la noticia que tenemos nosotros, sí.

Dr. GLÜZMANN: Segunda. ¿quién, si es que usted lo sabe, quién llamó por teléfono desde COBUNCO para avisarle o desde el 10....?

OLGA MARTEGANI de GARCIA: No era desde COBUNCO señor...

Dr. GLÜZMANN: Sí... ¿ desde dónde la llamaron ?

OLGA MARTEGANI de GARCIA: De SAN NICOLAS.

Dr. GLÜZMANN: Ah, de SAN NICOLAS ?

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Y ese apellido se me borró totalmente, se acuerdo que se llama MARCELO el nene...

Dr. GLÜZMANN: MARCELO. ¿Es alguien de la clase de... de la misma clase de...?

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Claro.

Dr. GLÜZMANN: que hizo el servicio militar con su hijo.

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Claro. Y ese muchacho también, cuando regresó...

Dr. GLÜZMANN: Claro, es el primer llamado que usted t tiene de este señor.

OLGA MARTEGANI de GARCIA: El único, en ese ínterin no recibimos la carta nosotros.

Dr. GLÜZMANN: ¿que se llama dijo ?

OLGA MARTEGANI de GARCIA: MARCELO, pero yo no me acuerdo el apellido... no me acuerdo. Ese apellido se me escapó.

Dr. GLÜZMANN: OLAGUER. Yo entendí OLAGUER, usted el nombre no lo recuerda, no ?

OLGA MARTEGANI de GARCIA: No, lo supe.

Dr. GLÜZMANN: OLAGUER, pero es con “g”...¿ o OLABER ?

OLGA MARTEGANI de GARCIA: OLAGUER.

Dr. GLÜZMANN: OLAGUER.

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Después supe que era así efectivamente, porque conversando una vez con alguien del Ejército, ,me dijo que había sido compañero de OLAGUER.

Dr. GLÜZMANN: De OLAGUER. ¿Respecto de estos represores, a quién usted nombró recientemente, bueno, entre otros, CABRERA, VENTURA... ¿usted puede recordar los nombres o los puede tener anotados entre tantas...?

OLGA MARTEGANI de GARCIA: No, no... me quedaron los apellidos.

Dr. GLÜZMANN: Los apellidos.

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Demasiado que con el impacto que tenía, me acuerdo los apellidos.

Dr. GLÜZMANN: Correcto. O sea, que nunca...

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Estuvimos dos veces en el Regimiento...

Dr. GLÜZMANN: Sí, sí.

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Por eso me han quedado más presentes. OLAGUER me quedó presente como el hombre más cobarde del mundo...

Dr. GLÜZMANN: Sí, sí, eso ya lo relató.

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Me quedó muy presente.

Dr. GLÜZMANN: Y CABRERA...

OLGA MARTEGANI de GARCIA: CABRERA era...

Dr. GLÜZMANN: ¿apodos tampoco ?

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Eh ?

Dr. GLÜZMANN: ¿Apodos tampoco, o sea, nada más que los apellidos ?

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Le decía: MAYOR CABRERA, traiga tal cosa, lleve... el MAYOR CABRERA iba y venía... había uno que hizo un trotecito, pobre, iba a un escritorio y volvía... traía papelitos.

Dr. GLÜZMANN: Lo mismo de BAEZ. ¿El nombre de BAEZ no lo conoce ?

OLGA MARTEGANI de GARCIA: No, no.

Dr. GLÜZMANN: BAEZ.

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Pero no es difícil identificarlos...

Dr. GLÜZMANN: No, no, además usted dijo que tenía dos nenes chiquitos...

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Porque en el año 77 estaba en el 10 de MONTAÑA... dijo que era SARGENTO, algo así.

Dr. GLÜZMANN: Usted relató también, de que había tenido y le habían dicho que había tenido una lesión en la mano, por la que estaba en enfermería....

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Bueno, yo tengo una carta de mi hijo, que soy bastante egoísta, no me gusta mostrarla. La última carta de mi hijo, pero en esa carta él dice que tuvo una herida muy fea en la mano y que no nos había mandado a decir por no afligirnos, dice: ahora se los cuento, porque ahora puedo mover el pulgar y he recuperado el movimiento de la mano, porque la herida se le había infectado. Era cuando el TENIENTE CORONEL VENTURA nos dijo que era una lastimadurita, no creo que en el Ejército sean tan cuidadosos para con una lastimadurita, porque con una curita, lo tengan en la enfermería.

Dr. GLÜZMANN: En la enfermería. ¿Tuvo mucho tiempo en la enfermería ?, ¿no sabe?

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Sí, unos cuantos días... y dice: me quedó una muy fea cicatriz... acá está la carta, lo puede leer. Entonces es ese el testimonio que tengo de la herida de la mano.......

Dr. GLÜZMANN: ¿Usted recuersa si era la mano derecha o la mano izquierda ?

OLGA MARTEGANI de GARCIA: La mano izquierda.

Dr. GLÜZMANN: La mano izquierda. ¿Y tiene alguna idea si había alguna lesión ósea ?, ¿ alguna quebradura ?

OLGA MARTEGANI de GARCIA: No, no.

Dr. GLÜZMANN: No.

OLGA MARTEGANI de GARCIA: El muchacho que tuvimos en SAN NICOLAS dice que acá...

Dr. GLÜZMANN:En el pulgar, perdón. Como usted está... perdón, como esto se graba, usted está señalando con la mano, pero por qué no dice en el pulgar... usted está señalando que estaba en el pulgar... usted recién hizo así.

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Eso me dijeron... pero no sé que... habrá tocado algo comprometido para el dedo, porque dice que no movía el pulgar.

Dr. GLÜZMANN: Correcto.

OLGA MARTEGANI de GARCIA: No movía el pulgar.. Pero eso lo dice en la carta, eh.

Dr. GLÜZMANN: Correcto. Yo aprovechando el tema de la carta y con toda la privacidad, que por supuesto, tiene para la... pienso yo, que si esa carta usted de todas maneras si por este tema, se pudiera agregar al expediente, eso queda exclusivamente a su...

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Les dejo la carta.

Dr. GLÜZMANN: ¿ La va a dejar ?

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Sí, sí...

Dr. GLÜZMANN: Muy bien. Como las otras cartas usted ha recibido...

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Una fotocopia.

Dr. GLÜZMANN: Sí, sí, de dejaran fotocopias pata que usted...

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Yo tengo fotocopia de casi todo, doctor.

Dr. GLÜZMANN: Pero tiene...

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Creo que lo más grotesco, es la orden de captura que es una burla total.

Dr. GLÜZMANN: Bueno, sobre eso le iba a preguntar.¿ O sea que usted tiene la fotocopia de la orden de captura fraguada ?

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Sí... cada vez más... porque la fotocopia que me mandaron, le vuelvo a repetir, apenas se nota, pero yo he hecho fotocopias.

Dr. SCHIFFRIN: Perdón, doctor.

Dr. GLÜZMANN: Sí.

Dr. SCHIFFRIN: Señora., ¿ usted tiene todo fotocopias para entregarlas ya al Tribunal ?.

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Sí, las tengo, las tengo.

Dr. SCHIFFRIN: Le vamos a pedir que en el momento de terminar en el acta, las entregue al Secretario y las incorporamos hoy mismo.

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Sí, como, si traje todo.

Dr. SCHIFFRIN: Con lo cual quedan satisfecha la...

Dr. GLÜZMANN: Claro, porque es más general, no ?, o sea que habla de una carta que le mandó, supuestamente SCHERIDA... le digo supuestamente SCHERIDA, porque esta es otra pregunta que quiero hacerle, por un conocimiento que tenemos por otras vías... puede haberse usted equivocado y no es SCHERIDAN, sino SULIVAN ?... la persona que les había dado en la Casa de Gobierno... finalmente no los atendió.

OLGA MARTEGANI de GARCIA: ¿Era General ?

Dr. GLÜZMANN: Sí.

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Puede ser...

Dr. GLÜZMANN: Es decir, SCHERIDAN o SULIVAN.

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Puede ser SULIVAN... de las películas norteamericanas uno se confunde....

Dr. GLÜZMANN: No, no, por eso...

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Puede ser SULIVAN, sí, sí.

Dr. GLÜZMANN: Puede ser SULIVAN.

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Pero no lo vimos, eh.

Dr. GLÜZMANN: Y de todas maneras la carta que usted recibe, ¿la recibe de parte del GENERAL o de este CAPITAN DE NAVIO... ?

OLGA MARTEGANI de GARCIA: No, no, me mandan una carta al ALMIRANTE COBA....

Dr. GLÜZMANN: Ah, la firma otro....

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Contestandole que no... esa carta nos hicieron llegar a nosotros.

Dr. GLÜZMANN: Un problema de fecha, señora, si usted puede recordar, sino, no importa... ¿puede recordar exactamente la fecha o aproximada en que usted viajó allí directamente al REGIMIENTO 10 DE MONTAÑA ?... porque usted hizo un relato sin fechas...

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Porque como habían dado las bajas y ALEJANDRO no apareció, nosotros el 7 de mayo a la mañana salimos con nuestro auto.

Dr. GLÜZMANN: Correcto.

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Y a la noche estábamos en CHOELE CHOEL.

Dr. GLÜZMANN: Así que el ocho... Bueno, donde fueren, pararon en el camino.OLGA MARTEGANI de GARCIA: En el camino.

Dr. GLÜZMANN: Hicieron dos días. O sea que el ocho estaban...

OLGA MARTEGANI de GARCIA: No, llegamos esa noche desde La Plata... bueno, hicimos un alto en el camino para comer y demás, pero llegamos a COBUNCO y de ahí llamamos por teléfono y nos dijeron que a esa hora no podíamos ir.

Dr. GLÜZMANN: O sea, que al otro día estuvieron...

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Al otro día, fuimos.

Dr. GLÜZMANN: Estuvieron. La entrevista esta que usted cuenta, es entonces ese día... todo este relato que usted ha hecho, entonces fue ese día.

OLGA MARTEGANI de GARCIA: El 09 de mayo.

Dr. GLÜZMANN: El 09 de mayo. Y lo posterior, cuando usted va a y busca a... a NEUQUEN y va al otro... todo eso ocurre entre el diez y el once.

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Claro.

Dr. GLÜZMANN: Es decir, son dos o tres días.

Ç OLGA MARTEGANI de GARCIA: Parámos. Parámos un poquito para dormir, bañarnos y comer.

Dr. GLÜZMANN: El 10 y el 11 de mayo... correcto. Hay allí una declaración de una persona, que indignada, dice usted, inmediatamente la acompañó, se solidarizó con su situación, pero usted dice que estaba indignada con otros casos que estaban ocurriendo en ese momento... ¿cómo se llama esta persona ?

OLGA MARTEGANI de GARCIA: No.

Dr. GLÜZMANN: No. Imposible. ¿Qué relación tenía con el quioskero... ?, a ver si la podemos ubicar...

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Cuando salíamos de VILLA REGINA... han pasado 22 años.

Dr. GLÜZMANN: Correcto. Y usted disculpe estas preguntas, pero uno trata de....

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Para eso estamos Doctor. Pero cuando salíamos de VILLA REGINA y ya se iba menos poblado, había un quiosquito, entonces mi esposo medio desesperado se bajó del auto y pregunta en el quiosco...

Dr. GLÜZMANN: ¿Usted puede ubicar... ?

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Incluso dio que esa señora fuera la tía del muchacho.

Dr. GLÜZMANN: ¿ Y usted puede ubicar ese quiosco ?, es decir, aproximadamente por qué calle sería... ?

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Tendría que ir a RIO NEGRO.

Dr. GLÜZMANN: Claro, así que es imposible saber si estaba sobre una ruta, uan calle... muy difícil... muy bien.

Dr. SCHIFFRIN: ¿Alguna pregunta más ?

Dr. GLÜZMANN: Sí. En alguna... la señora lo ha manifestado. En alguna publicación efectivamente, ha salido que su hijo fue visto en LA CACHA y hay dos testigos, es decir, dos personas que estuvieron en LA CACHA, que ante una organización Humanitaria llamada CLAMOR...

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Estaban en EUROPA...

Dr. GLÜZMANN: Claro... CLAMOR es el órgano de la Iglesia a la que alude la testigo , que colaboró en la reconstrucción de muchos de los campos de concentración, fundamentalmente...

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Uno era CAVALLIERI y el otro era TURRILLAS.

Dr. GLÜZMANN: Eso, yo le iba a preguntar los nombres.

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Sí.

Dr. GLÜZMANN: CAVALLIERI...

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Y TORRILLAS.

Dr. GLÜZMANN: Y TORRILLAS. ¿ Los nombres de ellos se acuerda ?

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Los tengo.

Dr. GLÜZMANN: Los tiene. ¿ Los tiene aquí ?

OLGA MARTEGANI de GARCIA: Los tengo, yo después le doy todo. Yo cuando estuve en SUIZA, estuve mucho tiempo...

Dr. SCHIFFRIN: Un momentito por favor, que tenemos que hacer un cambio de cinta.

 

 

OLGA MARTEGANI DE GARCIA: Todavía no los dejo, que todo lo que me han quitado, no me han quitado la memoria, al menos tengo la memoria, que algo es, algo es...

Dr. SCHIFFRIN. Es la base de lo demás.

DR. GLUZMANN: Bueno, la anteúltima pregunta, usted habló de Monseñor Piqui, recuerda el nombre, algo más que Piqui...

OLGA MARTEGANI DE GARCIA: Del Monseñor?

DR. GLUZMANN: Sí

OLGA MARTEGANI DE GARCIA: No, el nombre no me acuerdo, estuvo acá, fue el Secretario o era una Autoridad en la Cu...

DR. GLUZMANN: En qué añor?

OLGA MARTEGANI DE GARCIA: En el año 77.

DR. GLUZMANN: Usted recuerda si en ese momento estaba también, había algún prominente sacerdote...?

OLGA MARTEGANI DE GARCIA: Sí, había un sacerdote, había un Monseñor Callejas, que también se preocupó mucho...

DR. GLUZMANN: Callejas...

OLGA MARTEGANI DE GARCIA: Que también lo pagó muy caro pobrecito.

DR. GLUZMANN: Por qué?

OLGA MARTEGANI DE GARCIA: Porque el Arzobispo lo sacó de... Antonio Callejas se llamaba el Monseñor, fallecido.

DR. GLUZMANN: Y usted recuerda si en esa misma época estaba Monseñor Montes?, usted no habló con Monseñor Montes ?

OLGA MARTEGANI DE GARCIA: No, yo a Montes lo conocí mucho antes, él estaba en el templo de...

DR. GLUZMANN: Sí, en otro lado, pero cuando estuvo al lado de Monseñor Plaza, usted no lo vio.

OLGA MARTEGANI DE GARCIA: No, no lo quice ir a ver tampoco, porque lo digo sinceramente, no me gustó, cuando yo fui para que uno de mis hijos tomara la comunión, me dijo, tiene que hacer un año de catecismo, Ay Monseñor, pero es mucho, dice como, a que sus hijos estudian inglés y guitarra?. Exactamente, estudian inglés y guitarra, sabé por qué, porque cuando voy a misa pasan la bolsita y ustedes no piden una oración, piden dinero, y el dinero se gana trabajando. Entonces quedamos medios así, él no me tomó simpatía y yo a él tampoco.

DR. GLUZMANN: Entonces de Piqui no recuerda el nombre pero para esa época estaba acá y el domicilio de él no lo ubica no?

OLGA MARTEGANI DE GARCIA: Se habló mucho de él y no es difícil saberlo...

Dr. SCHIFFRIN. Por favor, un poco más de silencio, porque si no todo sale en la grabación y después no se puede...

OLGA MARTEGANI DE GARCIA: El estaba en la Curia.

DR. GLUZMANN: Correcto, la última pregunta es si usted oyó hablar de un lugar, que posteriormente se supo, de un lugar de Secuestro Clandestino, allí en la Escuelita de Neuquén , de un señor Gustavo Bitón, un militar, nunca lo oyó nombrar?

OLGA MARTEGANI DE GARCIA: No.

DR. GLUZMANN: Es decir, nadie se lo nombró?

OLGA MARTEGANI DE GARCIA: No.

DR. GLUZMANN: Y la escuelita de Neuquén tampoco, como campo clandestino?

OLGA MARTEGANI DE GARCIA: No, tampoco.

DR. GLUZMANN: Bueno, nada más, yo lo que simplemente quiero decirle es que con todas las documentaciones que agregue la señora en la Causa, sería conveniente así lo pedimos, enviarle a la Cámara de Neuquen, que en este momento está investigando las desapariciones en su jurisdicción. Perdón de Bahía Blanca, es decir la Cámara de Bahía Blanca, está investigando las desapariciones también en Neuquén de manera que sería prudente enviarles mediante Oficios, copia de la documentación y de la Declaración, sin perjuicio de que esta Cámara siga investigando lo suyo, puede haber cosas de utilidad para la Cámara de Bahía Blanca.

Dr. SCHIFFRIN. El Tribunal tiene en cuenta el pedido lo aprobara oportunamente. Alguna cosa más doctor?

DR. GLUZMANN: No...

OLGA MARTEGANI DE GARCIA: Averiguamos de mil maneras nosotros, gente que se ofreció muchísima, con muy buena intención...

Dr. SCHIFFRIN. Todavía no tenemos resultados.

OLGA MARTEGANI DE GARCIA: estábamos en esa tónica de que estaría él metido, y parece que estaba él metido, y él metido, y el cuarto ya decía, le ponía el rotulo que se le antojara total iba gratis, iba la vida de las personas. Pero la gente de nuestra generación tiene mucha culpa de lo que pasó también, por ser obsecuentes, y cómplices. En ese sentido tengo un gran dolor.

Dr. SCHIFFRIN. Muy bien, señora, una pregunta, los nombres de los tres testigos, los tres soldados...

OLGA MARTEGANI DE GARCIA: Los nombres, no me los acuerdo.

Dr. SCHIFFRIN. Estaban en la documentación, están indicados?

OLGA MARTEGANI DE GARCIA: Sí, sí, los tengo acá

Dr. SCHIFFRIN. Los nombres usted no los sabe?

OLGA MARTEGANI DE GARCIA: Sí, sí...

Dr. SCHIFFRIN. Entonces por qué no nos dice.

OLGA MARTEGANI DE GARCIA: Roldán y Casas...

Dr. SCHIFFRIN. Si los datos están en la documentación, quedan incorporados, usted los tiene anotados lo que va al Tribunal.

OLGA MARTEGANI DE GARCIA: Los tengo anotados porque nos dieron un papelito en el Ejercito.

Dr. SCHIFFRIN. Perfecto y la fotocopia de ese papel usted se lo va a entregar al Tribunal.

OLGA MARTEGANI DE GARCIA: No sé lo que tengo que hacer, yo soy muy ignorante.

Dr. SCHIFFRIN. Usted tiene fotocopia de todos esos elementos, entre ellos copias del papelito que le dieron en el cuartel de Cobunco, entonces está bien, con esos elementos nos podemos arreglar.

OLGA MARTEGANI DE GARCIA: Está bien, claro, claro...

Dr. SCHIFFRIN. Entonces lo que le voy a pedir, que ahora vamos a terminar el Acto y que usted le entrega al Secretario los elementos. En el Hábeas Corpus me indicaba el doctor Reboredo, en un punto están mencionados éstos testigos, que vamos a verificar, Juan Melliado

OLGA MARTEGANI DE GARCIA: Sí

Dr. SCHIFFRIN. Districto Militar Neuquén, Libreta de Enrolamiento... localidad Centenario Provincia de Neuquén.

OLGA MARTEGANI DE GARCIA: Perdón, es ese muchacho que el Ejercito le había dado el pasaje para Mendoza y que de casualidad se quedó en Neuquén.

Dr. SCHIFFRIN. En segundo lugar, Juan Roldán, Distrito Militar Río Negro, matrícula, localidad Villa Regina...

OLGA MARTEGANI DE GARCIA: No vivía en Villa Regina, vivía en el campo.

Dr. SCHIFFRIN. Sí, sí, vivía en el campo, pero apareció. Y el último Arnaldo Casas, domiciliado en la localidad La Noria, estancia La Dorita, Ferrocarril Sarmiento.

OLGA MARTEGANI DE GARCIA: Exácto.

Dr. SCHIFFRIN. Que ahí es donde lo fueron a buscar. Quiere decir que si estos son los datos ya los tenemos. De todos modos es necesario incorporar todo...

OLGA MARTEGANI DE GARCIA: Los tres muchachos dijeron que si nosotros íbamos a investigar por qué había desaparecido nuestro hijo, que ellos iban a declarar, han pasado 22 años.

Dr. SCHIFFRIN. Bueno, entiendo que con esto usted solicita que este Tribunal los llame como testigos, si los podemos encontrar, tenemos en cuenta su petición.

OLGA MARTEGANI DE GARCIA: En un momento dado doctor, mandaron a llamar, después de que formaron la Conadep, hicimos la denuncia en la Conadep, mandaron a llamar a mi marido a Neuquén para ver si tenía algo que agregar o algo que sacar a la denuncia que él había hecho, en absoluto mi esposo dijo está intacto, ni sacar ni agregar, nada. Después pasó el tiempo y nos citaron en Diagonal 80 no sé que es esto.

Dr. SCHIFFRIN. Bueno, la citan ahí, lo citan a su esposo y qué ocurre?

OLGA MARTEGANI DE GARCIA: Bueno, a ver qué era eso, mi esposo le dijo exactamente, aparte uno se pone bastante plomo, usted se ha dado cuenta, empieza a explicar, entonces el Juez le dice, mire, yo no tengo por qué escuchar, lo escucho por respeto, pero yo quiero saber si esto está perfecto o tiene algo que sacar o agregar, ni sacar ni agregar, ahí también nos faltaron el respeto. Un sujeto muy atrevido, quedese tranquilo Garcia, a mi marido, pero qué es eso ?, sabe en la forma que nos han manosiado, burlándose de una cosa tan dolorosa, es terrible.

Dr. SCHIFFRIN. Señora, nosotros compartimos su sentimiento, imaginese, pero para terminar el acto, le quiero preguntar al doctor Gonzalez si tiene preguntas para efectuar, no, al señor Fiscal, no... a los colegas... Bueno, entonces le agradeceremos a usted que entregue la documentación al Secretario, igual que hizo con la foto, y le pedimos que se quede un poquito más para escuchar la lectura de un Acta de Incorporación de las grabaciones. Las grabaciones se colocan en un sobre lacrado, y el día martes a partir de las diez, se hará la desgrabación...

OLGA MARTEGANI DE GARCIA: El día martes?

Dr. SCHIFFRIN. Martes a las diez horas, en Secretaria se hace la desgrabación y transcripción que las partes tienen derecho a controlar, verbalmente siempre algún abogado de la Asamblea está presente pero el mismo declarante tiene todo el derecho a estar presente y ver si está conforme con la transcripción. Incluso ahora traemos el Acta, la leemos que es muy breve y se firma y con eso la dejamos en libertad.

OLGA MARTEGANI DE GARCIA: Bueno...

Dr. SCHIFFRIN. Los documentos puede sacarlos y entregarlos al Secretario que ya viene con el Acta.

OLGA MARTEGANI DE GARCIA: Bueno, bueno.

Dr. SCHIFFRIN. De más está decirle que agradecemos su comparecencia y su testimonio que valoramos altamente.

OLGA MARTEGANI DE GARCIA: A ustedes.

Dr. SCHIFFRIN. Proceda entonces a la lectura del Acta señor Secretario.

Secretario: En la ciudad de La Plata, a los cuatro días del mes de agosto de 1999, reunida en la Sala de Audiencias, la Cámara Federal de Apelaciones de esta ciudad, comparece la señora Olga Martegani de Garcia, Libreta Cívica, N° 538.592, con domicilio en calle 8 N° 790, 2 piso departamento D de esta ciudad, quien se presenta a efectos de prestar Declaración Testimonial. Se deja expresa constancia que se procede a la grabación integra de su declaración, la que es guardada en un sobre lacrado siendo firmada por el Presidente del Tribunal, doctor Leopoldo Héctor Schiffrin, los señores Jueces, Julio Victor Reboredo y Carlos Alberto Nogueira, y por la totalidad de los intervinientes en el acto, el señor Fiscal ante la Cámara doctor Julio Amancio Piaggio, los representantes por la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos La Plata, doctores Jaime Gluzmann y Marta Vedio, el señor Defensor Público Oficial, doctor Ricardo Alberto Gonzalez y el declarante, actuando en carácter de Secretario el doctor Hernán Schapiro, reservándose el cassette en sobre identificado con el número 59.