Paladino, Elsa Noemí

La Plata, 14 de Octubre de 1998


  

En la ciudad de La Plata , Capital de la Provincia de Buenos Aires, a los catorce días del mes de octubre de mil novecientos noventa y ocho hallándose reunida la Cámara Federal de Apelaciones del circuito, encontrándose presentes el Señor Presidente, Dr. Schiffrin, y los Señores Jueces Umaschi, Durán, Reboredo, Pacilio y Nogueira., con la asistencia del Secretario Actuante, y dejándose expresa constancia que también se encuentran presentes el Sr Fiscal General ante la Cámara, Dr Julio Amancio Piaggio, el Sr Defensor Oficial, Dr Ricardo Alberto Gonzalez, en representación de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos La Plata, Gluzmann, Vedio y Rivas comparece una persona previamente citada a quien en este acto se la impone por secretaría de las penas con las que la ley castiga el falso testimonio de acuerdo al art. 275 del Código Penal (conforme art. 295 C.P.M.P), quien seguidamente presta legal juramento de producirse con veracidad en todo lo que supiere y le fuere preguntado. Interrogado por sus circunstancias personales manifiesta llamarse Elsa Noemí Paladino, ser de nacionalidad argentina., de cincuenta y cinco años de edad, de estado civil casada, con profesión u ocupación docente, quien se domicilia en la calle Mitre n 4791 de la ciudad de Rosario , Provincia de Santa Fe, acreditando su identidad mediante .............. N° ........................ , haber nacido el día 5 de febrero de 1943, en la ciudad de La Plata , Provincia de Buenos Aires. , resulta ser hijo de ........................ y de .......................... - Acto seguido se le entera de las generales de la ley, las que explicadas manifiesta que ........................................ - A continuación se le entera del contenido de esta causa y MANIFIESTA:

Sr. PRESIDENTE.- ¿El desaparecido es su esposo?

Sra. PALADINO.- Sí, era mi esposo.

Sr. PRESIDENTE.- Como en este caso usted fue citada como testigo, le pido que nos relate lo sucedido.

Sra. PALADINO.- El día 25 de noviembre de 1976, a la 1 y 30 de la mañana, estando nosotros en nuestro domicilio de calle 15 N 1381 con nuestra hijita Clara Teresa, que en ese momento tenía tres meses, sonó el timbre de nuestra casa y preguntaron por Héctor Federico Bacchini. Me llamó la atención que lo llamaran Bachini y no Baquini como normalmente se lo mencionaba.

Se acercó Federico y les preguntó qué querían, y ellos dijeron que bajara porque le querían hacer unas preguntas. En ese momento, al escuchar eso, me puse el deshabillé. Les aclaro que mi casa tiene una entrada imperial, donde hay una ventanilla que se puede abrir, entonces abrí la ventanilla y hablé con una de las personas. Me trataron bien y me contestaron que querían hacerle unas preguntas.

Sr. PRESIDENTE.- ¿Qué aspecto tenían estas personas?

Sra. PALADINO.- La persona que me trataba bien tenía un saco común, pero los que entraron tenían ese uniforme de fajina del ejército, no el verde sino el marrón claro.

En el interín en que estaba hablando, bajó Federico y se dio cuenta que no era para hacerle preguntas sino que se lo iban a llevar. De inmediato él se volvió hacia atrás, creo que iba a llamar por teléfono, por lo que escuché, a la Curia porque él era ex sacerdote católico. No lo dejaron, rompieron la puerta de hierro y entraron dos personas, y otra más que era altísima pienso que media casi dos metros y con una ametralladora cercó el paso, mientras las otras dos personas lo forzaban para llevárselo.

Mi esposo era una persona especial, absolutamente especial, de modo que no se resistió ante la fuerza. Yo me di cuenta que se lo llevaban, porque en lugar de mantener una conversación común trataban de sacarlo.

Luego volvieron a tratarme bien. Digo que me trataban bien en comparación con otros casos. Me decían: señora, es para hacerle unas preguntas, pero luego lo hicieron elevando el tono de voz, sin empujarme y sin hacerme nada.

En ese momento había salido mi mamá que también presenció esto. Lo arrancaron de nosotros, se lo empezaron a llevar, pero con una advertencia: que no debíamos salir porque de lo contrario nos iban a tirar, dijeron que nadie salga porque nos iban a disparar. Entonces salieron estas tres personas -iba a decir monstruos- llevándoselo a Federico. En ese momento no hubo violencia, salvo la violencia de las armas.

Yo ahí sí perdí la calma e intenté salir. En ese momento mi madre me dijo: “No Elsa”, y advertí así que si salía me mataban y lo mataban a él también y que mi hija iba a quedar sin ninguno de los dos. Esa fue la noche terrible del secuestro.

Sr. PRESIDENTE.- ¿Pudo advertir si había vehículos afuera?

Sra. PALADINO.- Creo haber visto una especie de camioneta roja, pero no tenía nada que ver con autos policiales. Esta camioneta estaba en contramano. No podía asomarme. Después supimos por algunos vecinos que se asomaron que habían autos rodeando toda la manzana, como si hubieran venido a buscar a un malechor, cuando en realidad se trataba de un ser absolutamente excepcional.

Luego de ese episodio, ¡Ay Dios mío!, mi cuñada presentó un hábeas corpus y a la semana o dos semanas después, yo presenté otro.

Es así que comenzamos a buscar datos para saber dónde podía estar y cuando nos citaban la respuesta era negativa, que no sabían dónde estaba.

Sr. PRESIDENTE.- ¿A qué personas recurrieron ustedes?

Sra. PALADINO.- Ibamos por las comisarías. Creo que una de ellas estaba, no lo recuerdo bien, por la calle 55.

Parece mentira, pero 22 años es mucho tiempo. Sin embargo cuando iba a las comisarías podía mantener la calma.

También fui una vez al departamento de policía, porque había salido una información respecto de la aparición de muertos cerca del Hogar de Ciegos, y algunos de ellos poseían características físicas parecidas a las de mi esposo. Entonces quise ir a verificar si alguno de ellos era mi esposo, por suerte me acompañó un pariente. Ninguno de ellos era mi esposo.

Sr. PRESIDENTE.- ¿Posee datos de identificación, como fichas dentales, o el secuestrado tenía fracturas que hayan quedado registradas clínicamente? ¿Se puede conseguir algo de eso?

Sra. PALADINO.- Habría que preguntar a los parientes más cercanos. Puedo decir que usaba lentes porque era muy corto de vista. También tenía una pequeña prótesis dental en los dientes de adelante que se la había hecho antes de que yo lo conociera.

Sr. PRESIDENTE.- Ese es un dato importante ¿a quién se le puede preguntar sobre esa prótesis?

Sra. PALADINO.- Quizás a su hermana.

Sr. DURAN.- A pesar del tiempo transcurrido, si volviera a ver a esas personas por fotografías ¿las reconocería?

Sra. PALADINO.- Creo que sí.

Quiero aclarar que debido a la relación que nosotros teníamos, cuando me pidieron, por ejemplo, fotos de Federico, las únicas que tengo son en las que estamos juntos. Eramos realmente muy unidos.

Pese a todo recuerdo ese episodio completo, porque tomé como ciertas esas palabras que me dijeron respecto de que iban a hacerle algunas preguntas. Con esa excusa ingresaron a la casa y se lo llevaron. A partir de ahí no sé nada más. Muchas cosas quedaron borradas, pero creo que reconocería las caras.

Las caras de esas personas las reconocería.

Dr. DURAN.- Aparentemente, si le mostraran las fotografías ¿usted las reconocería?

Sra. PALADINO.- Sí.

Dr. DURAN.- Las personas que observaron el procedimiento alrededor de su vivienda ¿usted tiene conocimiento de que algunos testigos aportaran datos?

Sra. PALADINO.- Ese dato me lo dijo mi mamá. No sé exactamente cuál era el nombre de la persona. Era un vecino.

Algunos vecinos han cambiado. Los vecinos de al lado y de la esquina, cambiaron. No es más la misma gente.

Dr. DURAN.- Conversando con la gente que han observado el hecho ¿podrían dar alguna pauta más cercana respecto de la fuerza de seguridad o armada que pudo haber participado?

Concretamente, usted dice que son uniformes marrones.

Sra. PALADINO.- Eran autos comunes, no había camionetas del Ejército. Incluso, una cosa que se podría diferenciar: ya se lo estaban llevando a Federico y mamá le preguntó al grandote: ¿ustedes, quiénes son? Y esa gente dijo algo así como de establecimientos y a continuación dijo: ¿quién seremos?

Hasta ahí es como fue. Es así como lo narro.

Hay algunas referencias anónimas de lugares como por ejemplo la comisaría 5ta .de La Plata. Hay hechos muy conmovedores que no sé si vienen al caso narrarlos.

Dr. DURAN.- Sí, son importantes.

Sra. PALADINO.- Esto ocurrió el 25 de noviembre del ‘76, a la una y treinta de la mañana. El mes de diciembre, venía transcurriendo y llegó el 31 de diciembre. Cuentan que ese día estaban alrededor de 26 jóvenes presos, secuestrados, en una sala muy pequeña, de tres por dos o de dos por dos. 26 personas hacinadas, en un clima muy tremendo y cuentan que llegó el fin de año y se oían unas campanas y Federico dijo: estamos cerca del Seminario mayor, esas campanas son de ahí.

Se produjo un clima de desesperación. Festejemos, dijo alguien y Federico -que era muy preciso- dijo: el hecho de que estemos en estas condiciones, no significa que perdamos la claridad, nosotros no podemos festejar, nosotros vamos a celebrar el años nuevo y dicen que había reservado dos pancitos de esa comiducha que le daban y los puso en una especie de círculo y celebraron también una especie de comunión. Terminaron cantando. Y bueno, es muy conmovedor. Esto un poco muestra las características de ese detenido desaparecido.

Los dos eramos becados de la Escuela Superior de Canto de Madrid. Él era músico y compositor y yo cantante. Eramos jóvenes preparados, eramos especialistas en distintas especialidades.

Federico era un hombre muy lúcido, de paz, dedicado a la música y a la composición y yo cantaba. Nunca nos pudimos imaginar involucrados en un hecho así. Nunca supimos el por qué, ni dónde, ni cómo, ni adónde, si él está en el mar o si fue torturado, nunca lo supimos.

Hay un dato importante que me gustaría comentarles y se refiere a un llamado anónimo de alguien que estuvo con él que me contó que a él un día lo llevaron encapuchado a declarar y cuando se presentó a alguien -un militar- le dijo que lo quería ayudar, incluso le ofreció un cigarrillo y wisky, él tenía una relación y le debía cierta amabilidad a Federico, entonces, le preguntó si le podía comentar a alguien lo que le pasaba y Federico mencionó a una autoridad de la Iglesia, entonces, el militar le dijo: “sí, para que te ahorque”.

Dr. DURAN.- Cuando estaba haciendo el relato dijo que por terceros le había llegado a conocimiento que su esposo estaba detenido en la Comisaría 5a. de La Plata...

Sra. PALADINO.- Sí, en las comisarías 5a. Y 9a de La Plata.

Dr. DURAN.-¿ Todos estos testimonios llegaron a su conocimiento por terceros o por llamadas telefónicas?

Sra. PALADINO.- Algunas llamadas telefónicas y otros vinieron a verme personalmente, pero no sé los nombres.

Dr. DURAN.- En audiencias anteriores se ha resuelto que cuando algún testigo quisiera dar el nombre en reserva, lo puede realizar y se labran actas por separado y esos nombres no se divulgan.

Sra. PALADINO.- Sí, de todas maneras, el nombre de la persona que me dio el testimonio de de la Comisaría 5a, no lo recuerdo. Vino a verme, no fue por teléfono.

Otro testimonio que decía que estaba en la cárcel y ayudaba con canciones a los presos en los momentos terroríficos, tampoco lo recuerdo.

Para mí fue muy difícil esta situación, tanto laboral como espiritualmente, no fue f ácil y sobre todo que una de las llamadas que íbamos a ser sacados del país los tres. Eso era por el mes de mayo de 1977, a tal punto que me preparaba para viajar. Teníamos los pasaportes al día porque habíamos viajado hace más o menos un año a Europa. Venía el frío y todavía no había empezado a tejer para mi bebé, porque yo me encargaba de hacer esas cositas. Entonces, viendo que no se cumplía lo expresaso en ese llamado, empecé a tomar los recaudos porque no pasaba nada y que iba a seguir aquí. Tampoco tuve respuesta de los habeas corpus presentados, inclusive uno de ellos se había perdido, él es un desaparecido legal.

Dr. DURAN.- ¿Conoce a una persona llamada Jorge Alberto Rolando?

Sra. PALADINO.- No, si está la foto o algo, podría ayudar.

Dr. DURAN.- No.

Sra. PALADINO.- No recuerdo el nombre. La persona que venía a verme tenía un sobrenombre.

Dr. DURAN.- Esta persona está mencionada en la CONADEP como un probable testigo de su marido. ¿No sabe quién es?

Sra. PALADINO.- No.

Sr. DURAN.- En el período que su esposo estuvo secuestrado, ¿usted tuvo relación con la Curia?

Sra. PALADINO.- Yo no, pero mi mamá lointentó. Desde ahí nos llamaron para decirnos que debíamos salir del país. No recuerdo el nombre del sacerdote.Creo que es fallecido.

Sr. PACILIO.- Usted prestó declaración en la Conadep. ¿Además de mencionar a una persona llamada Rolando, se mencionaron otros datos acerca de él?

Sra. PALADINO.- ¿Yo mencioné a Rolando?

Sr. PACILIO.- Si. En esa declaración de la Conadep dijo que por un informe extraoficial de una marino amigo, un amigo de la familia, había tomado conocimiento que su esposo había sido detenido en Arana y que luego lo habían trasladado. Puede aportar más datos y decirnos cuál era ese amigo de la familia?

Sra. PALADINO.- No lo haría acá. Si se puede hacer en forma privada, puedo decir quién era esa persona.

Sr. PACILIO.- ¿Esta persona mencionaba a un marino?

Sra. PALADINO.- Si. De todos modos, le recuerdo que estábamos en otro tiempo, en una época de mucho terror y temor y quizás, la mente dijo: olvidémosla.

En aquella época no se decían muchas cosas porque había gente amenazada. Cuando se trata de personasque tenían algún tipo de vinculación, la reacción es distinta. Yo tenía la sensación de que se venían a llevar una planta de mi casa, porque no tenía ningún tipo de vinculación; estaba aterrada.

SR. PACILIO.- En esa declaración que presta en la Conadep, se menciona otro liberado y que su marido estuvo en la Novena. ¿Recuerda el nombre de la persona que suministró el dato?

Sra. PALADINO.- Recuerdo que era un farmacéutico de Gonzáles Cháves.

SR. PACILIO.- ¿Vive?

Sra. PALADINO.- Creo que si. No recuerdo el nombre. En aquella oportunidad vino para hacerme un favor humanitario.

Sr. BUGALLO.- Además de ustedes, ¿quiénes de la familia hicieron gestiones para dar con el paradero de su esposo?

Sra. PALADINO.- Mis dos cuñadas.

Dr. BUGALLO.- Usted tomó conocimiento de las investigaciones que hicieron ellas?

Sra. PALADINO.- La información era similar: nada por aquí, nada por allá.

Dr. BUGALLO.- ¿Supo usted si su esposo había sido visto por algún testigo posteriormente al momento de la desaparición, en algún lugar?

Sra. PALADINO.- No, las cosas que yo mencionaba es de personas que habían estado detenidas pero no de afuera. Lo único que voy recordando en relación a este detenido que declaró en la Conadep y que dice haber estado en la Comisaría 9, es que había como una especie de salidas de ellos mejor vestidos, les ponían ropa no sé de quién, y dice que una vez lo vio a Federico en esas condiciones como que le habían puesto ropa para salir, o un traje, y él pensó que había sido liberado. Pero nadie más lo vio.

Sr. PRESIDENTE.- ¿Cuándo fueron sus últimas noticias que usted recibió?

Sra. PALADINO.- A finales del año ‘77 y comienzos del ‘78, pero eran noticias parecidas. Me daba la sensación de que llegaban los rumores de cosas que ya habían pasado. Esto fue hasta noviembre del ‘77 y después a principios del ‘78 recibimos noticias parecidas sobre los lugares.

Sr. PRESIDENTE.- Desde ese momento perdieron todo rastro.

Sra. PALADINO.- Sí.

Sr. PRESIDENTE.- ¿Usted le deja la foto al señor Secretario?

Sra. PALADINO.- Sí.

- El señor Secretario recibe la foto.

Dr. BUGALLO.- Quisiera hacerle otra pregunta. ¿ Hicieron usted o su familia alguna gestión ante la Curia?

Dr. DURAN.- Esa pregunta ya fue hecha y respondida.

Sra. PALADINO.- Todo negativo.

Sr. PRESIDENTE.- No habiendo otras preguntas le requiero que permanezca hasta que esté preparada el Acta para refrendarla.

Dr. DURAN.- Además tenemos que labrar el Acta para que aporte el nombre en reserva.

Sr. PRESIDENTE.- Además, tendrá que completar unas fichas con el señor Prosecretario Villoldo para hacer efectivo su traslado a Rosario. Le agradecemos muchísimo su presencia.

 

Que no tiene nada más que agregar con lo que se da por finalizado el acto, previa íntegra lectura que el Sr Secretario da de la presente, ratificándola en un todo por ser el fiel reflejo de sus dichos, luego del Sr Presidente, Dr . Leopoldo H. Schiffrin. y Jueces, Dres Alberto Durán, Julio Reboredo, Antonio Pacilio, Héctor Umaschi y Carlos Nogueira.; al igual que los demás intervinientes en el acto y mencionados al comienzo de ésta y por ante mí, de lo que doy fe.