Seillant, Horacio

La Plata, 10 de Mayo de 2000


  

DR. DURAN.- ... A la audiencia designada en el día de la fecha, hoy 10 de mayo del año 2000, comparece ante el Tribunal integrado por los señores Jueces, doctores Julio Víctor Reboredo, Leopoldo Héctor Schiffrin y Alberto Ramón Duran, con la Secretaría a cargo de la Dra. Aramburu, Alconada perdón, de la Dra. Alconada, contando con la presencia en representación por la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos La Plata, de la Dra. Marta Vedio. Una persona previamente citada a los fines de prestar Declaración Testimonial, quién dijo ser y llamarse.

SEILLANT HORACIO.- HORACIO SEILLANT.

DR. DURAN.- A quién se le hace saber que deber producirse con veracidad respecto de todo lo que supiere o le fuese preguntado bajo apercibimiento, eventualmente de ser procesado y condenado por el delito de Falso Testimonio de conformidad con lo normado en el artículo 275 del Código Penal, y a quién en primer término se le requiere entonces que preste Legal Juramento o promesa de decir verdad de acuerdo a sus creencias, ante lo cual responde, sí Juro... Sí prometo?

SEILLANT HORACIO.- Prometo. Sí prometo.

DR. DURAN.- Nombre de su padre?

SEILLANT HORACIO.- HORACIO JUAN SEILLANT.

DR. DURAN.- Vive?

SEILLANT HORACIO.- No.

DR. DURAN.- Nombre de su madre?

SEILLANT HORACIO.- DELIA VIÑUELA TERESA. DELIA TERESA VIÑUELA.

DR. DURAN.- Vive?

SEILLANT HORACIO.- Sí.

DR. DURAN.- Lugar y fecha de nacimiento.

SEILLANT HORACIO.- 15 de octubre de 1955, en La Plata.

DR. DURAN.- Su DNI

SEILLANT HORACIO.- 11.839.628

DR. DURAN.- Su estado civil?

SEILLANT HORACIO.- Casado

DR. DURAN.- Su ocupación o profesión?

SEILLANT HORACIO.- Soy licenciado en Economía.

DR. DURAN.- Domicilio actual.

SEILLANT HORACIO.- Luis María Drago 190, CAPITAL FEDERAL, Sexto Piso.

DR. DURAN: Correcto. Usted ha sido convocada en el día de la fecha a los fines de prestar declaración testimonial en la causa registrada bajo el número 1237 de la Secretaria Unica de este Tribunal, en el habeas corpus oportunamente interpuesto caratulado SEILLANT HORACIO AMILCAR, obviamente a usted le corresponde las generales de la Ley, porque resulta ser víctima del hecho que se encuentra abocado en su investigación... ello no empece que usted deba producirse con veracidad. El tribunal en primer término lo va a escuchar para que usted exprese todo aquello que tenga conocimiento respecto de la mecánica de los sucesos y posteriormente le formularan las preguntas que sean de interés...

SEILLANT HORACIO.- Bueno... Sí...

DR. DURAN.- Su nombre completo es HORACIO AMILCAR

SEILLANT HORACIO.- Sí.

DR. DURAN.- Correcto.

SEILLANT HORACIO.- Bueno, supongo que el habeas corpus que usted cita, fue a consecuencia de que yo fui secuestrado en el año 1978, el 25 de Julio, por un grupo de personas que después me enteré que pertenecían a distintas fuerzas, Ejército, Policía Federal en la Ciudad de Buenos Aires, yo fui secuestrado el 25 de Julio por la noche... en la calle Pasteur, por la zona de Once entre Córdoba y Corrientes, entre las avenidas Corrientes y Córdoba, no se precisar bien entre que calles y fui llevado al BANCO, conocido por todos... cuando me secuestraron, por supuesto fue en forma violenta, es decir me tomaron unas personas por detrás, me esposaron, me vendaron los ojos, se había congregado gente, gritaron que era por drogas... me subieron a un auto tiraron unos tiros al aire, supongo que al aire, y en el piso del auto me trasladaron a este lugar, que después me enteré, que era en las instalaciones de la policía en las cercanías del Puente 12 de la autopista Ricchieri, fui torturado durante un tiempo que no se precisar, tuve una perforación de pulmón, por lo cual y como consecuencia de los golpes, por lo cual durante bastante tiempo que no se cuanto fue, estuve en estado inconsciente, semi inconsciente, disculpeme que esto no es habitual para mí...bueno estuve en lo que llamaban la enfermería del Banco, hasta un tiempo después, que, que, fuimos trasladados a otro centro llamado EL OLIMPO, y me enteré con posterioridad que eso ocurrió a mediados del mes de Agosto, pero no, es decir, que yo estuve 20 días en EL BANCO, pero no es algo que yo tenga fresco ya les digo por el estado que, que, quedé después de la tortura... en EL BANCO, fui torturado con picana eléctrica, sometidos a interrogatorios acerca de, de, quería que yo les entregar a mi esposa y a otra amiga, cosa que por suerte no ocurrió, me trasladaron, yo di un domicilio falso después de, es decir en la tortura y entonces estuvieron un tiempo buscando ese domicilio y como no lo localizaban, me llevaron engrillado en un auto y que yo mostrar el domicilio, logre sacarme las cadenas y traté de escaparme en el viaje y eso provocó que recibiera una importante paliza y volver a ser torturado, hasta que bueno... por el tema éste de la perforación del pulmón, aparentemente yo quedé en un estado de inconsciencia... finalmente ellos llegaron a mi casa, pero eso fue después que mi señora se había ido y estuvieron varios días ahí, según me dijeron los vecinos y por supuesto que robaron absolutamente todo de mi casa, digo por supuesto, porque es una cuestión menor en relación a las otras cuestiones que estoy marcando... entre los torturadores y represores le puedo señalar por seudónimo, porque así se identificaban, a mí me, el primero que me agarra, porque él después me lo dijo que había sido, le decían TURCO JULIAN, él también se encargo de mostrarme apenas llegué, a un muchacho que estaba desnudo en el piso, totalmente golpeado y marcado de cadenazos que él se adjudicaba de haberle dado, fui torturado con picana eléctrica... y por lo menos por una persona denominada COLORES, por quién después resulto ser el Jefe del Grupo que estuvo a cargo de mi detención todo este tiempo, que tenía como seudónimo CACHO... el lugar de tortura era una mesa de metal a la cual estaba atado por correas de cuero, que en el transcurso de la tortura corté, porque uno se mueve, y entonces me ataron con cadenas, eso me produjo cortes de los cuales todavía tengo cicatrices en muñecas y pies y talón... después ya les digo, no se de dos sesiones de tortura y un tiempo que no se precisar, me dejaron solo, lo que ellos llamaban la automática, que consistía en quedar conectado por el dedo de los pies y de las manos a corriente eléctrica que se descargaba a períodos que no se precisar cuanto eran, que quizás es una tortura aún peor que la otra, porque uno no sabe en que momento llega la descarga, no... cuando yo estaba en enfermería, en esos días, ocurrió que le pusieron una bomba a LAMBRUSCHINI, y entonces vinieron de la Marina a buscar presos para llevarse, según me enteré después era, digamos, era para matarlos y hacerlos aparecer como, como, como la respuesta de lo que había ocurrido con LAMBRUSCHINI, bueno, yo u otros tuvimos la suerte de que no se pusieron de acuerdo y esa vez no entregaron a nadie. En la enfermería, por supuesto que todo eso era en un clima permanente de violencia, si es que se puede agregar violencia a todo esto, y este lugar que yo denomino enfermería o que denominaban enfermería, quedaba al lado de otro, que aparentemente era el lugar de ingreso y donde generalmente se ejercían las torturas no de picana eléctrica, sino de golpes y cadenazos y por supuesto que todo eso era un pandemónium permanente. Mientras estuve allí en enfermería, hubo por supuesto, otros detenidos... uno de ellos falleció en esos días, a causa de las torturas recibidas... por lo que me contaron, falleció de la forma que habitualmente ocurría, que era un comienzo con una parálisis en los miembros inferiores que ascendía, hasta que finalmente fallecían... bueno, como dije antes, a mediados del mes de agosto, fuimos trasladados a este lugar que se llama OLIMPO o que se llamaba OLIMPO, nos subieron a un camión tabicados, se dice tabicados al tener los ojos vendados, encapuchados, engrillados, en un camión con una caja que taparon con una lona... y así fue como ahí pasé a estar en una celda, que se denominaban tubos y que consistían en un espacio de dos metros de largo por algo más, no sé, un metro de ancho, un metro y medio, no se... que tenía dos cuchetas de cemento y allí en un grupo de tubos que estaban en una misma zona, estábamos todos aquellos que estábamos controlados por este grupo de tareas, llamado GT2... esta gente se organizaba por grupos de tareas y este era el que estaba a cargo nuestro. Las... por supuesto que, en todo este tiempo fuimos sometidos permanentemente a malos tratos, por llamarlos en una forma benigna. Por ejemplo, si entre ellos había peleas, porque entre ellos se peleaban, venían y nos pegaban a nosotros... una forma típica que usaban, era lo que ellos llamaban Orden Cerrado, que consistía en hacernos salir de los Tubos y con ojos vendados hacernos correr cuerpo a tierra, salto de rana y mientras tanto, cuando pasábamos por al lado de ellos, nos metían la pierna o nos pegaban o nos golpeaban... en realidad todo este tipo de tortura, quizás lo más grave, lo más duro, no es el dolor físico, sino es que uno queda reducido a un estado donde no tiene absolutamente ningún derecho... ni siquiera el derecho de conocer en que momento va a ser torturado. No tiene derecho a nada. No tiene derecho a ir al baño, sino se les ocurre que uno pueda ir al baño. No tiene derecho a comer, por supuesto. No tiene derecho absolutamente a nada, si siquiera a tener un calzoncillo propio... es decir, no hay nada, absolutamente nada de uno, no hay ninguna posibilidad de tener absolutamente nada; no hay derechos, el único derecho que uno conserva, es la posibilidad de pensar y lo hace con miedo también. Lo hace con miedo de que con esos pensamientos en la noche, se transformen en un sueño en voz alta y que alguien los escuche. Entonces la tortura física es lo de menos... quiénes no sufrieron torturas físicas, quien estaba conmigo en la misma celda, no había sido torturado físicamente o por lo menos no había tenido una tortura tan intensa como la que yo relaté al principio, y sin embargo el tenía más miedo que yo a la tortura, porque tenía miedo a que, bueno, a mí no me tocó, ya me va a tocar, ya me van a venir a buscar... era estar cada segundo, cada minuto, esperando que vinieran a torturarnos. Cuando los tubos tenían puertas metálicas, con un pasador por fuera y de noche solían cerrarlos y eso no era bueno, es decir, que a uno le cerraran el tubo, era un encierro fenomenal y no podía verse con sus compañeros del tubo de enfrente o del tubo de al lado...pero de alguna forma también daba seguridad, porque uno quedaba ahí encerrado y estábamos solamente dos, volvía a dar miedo cuando lo abrían, cuando empezábamos a escuchar los pasadizos, que corrían... que abrían las puertas, no sabíamos si era porque nos abrían los tubos, para abrirnos simplemente o porque nos venían a buscar, para lo que ellos llamaban traslados también... de hecho cuando yo estuve y vuelvo atrás, en El Banco, y estaba en el estado que comenté, yo fui atendido por dos médicos, un médico que, no se, vino una o dos veces, que aparentemente era del Ejército y propuso trasladarme a Campo de Mayo, al hospital de Campo de Mayo, y en realidad después me enteré que eso era un eufemismo, es decir que, si me trasladaban, no iba a ir a ningún hospital. Y un médico que era un preso, que dijo: no, yo lo voy a arreglar acá y... y bueno, finalmente no fue trasladado. Pero inclusive entonces, cuando uno tenía por delante lo que ellos llamaban traslado, o inclusive si uno pensaba que lo podían liberar, existía la incertidumbre si realmente iba a quedar liberado o no. Bueno, yo no s‚ que m s decir... esto no... simplemente ha sido una tortura fenomenal para quienes sobrevivíamos, y bueno, y un crimen fenomenal para quienes no lo hicieron. Estuve en el OLIMPO hasta el 28 de enero y ese día me liberaron junto con las otras personas que yo mencioné, que por lo menos respecto a ese grupo de personas que estábamos en el mismo sector del OLIMPO y que estaban, digamos, bajo responsabilidad, si se puede decir ese término, de este GT2. Me trajeron a la casa de mis padres acá en La Plata, les dieron algunos consejos paternales a mis padres y durante un buen tiempo después me estuvieron controlando o pretendiendo controlar... pretendían que yo los llame por teléfono a un número determinado, cosa que yo trataba de no hacer, entonces ellos hablaban con mis padres, llamaban por teléfono a mis padres, mis padres me llamaban para que los llamara, y bueno, hasta que al final se cansaron o no tuvieron la perseverancia de ese caso, por lo menos de seguir jorobándome la vida y dejaron de controlarme, pero no se desde que fecha ocurrió eso. Bueno, esto es un resumen... no s‚...

DR. DURAN.- Vamos a dejar constancia antes de formularle las preguntas, que en el transcurso de la audiencia, sucesivamente se hicieron presentes el señor Defensor Público Oficial ante la Cámara, doctor RICARDO ALBERTO GONZALEZ, la doctora MONICA GONZALEZ VIVERO en representación de la Asociación Ex-detenidos desaparecidos y el señor Fiscal General ante la Cámara, doctor JULIO AMANCIO PIAGGIO. Queda claro entonces, que usted estuvo secuestrado, privado ilegalmente de la libertad y padeciendo todas las torturas a las cuales usted hizo mención, entre el 25 de julio y del 78 y enero del 79.

SEILLANT HORACIO.- 28 de enero.

DR. DURAN.- Y el 28 de enero del año 1979. Y estuvo entonces, sucesivamente en el PUENTE 12, BANCO y OLIMPO.

SEILLANT HORACIO.- En el BANCO y en el OLIMPO. El BANCO quedaba ahí en inmediaciones del PUENTE 12.

DR DURAN.- Del PUENTE 12.

SEILLANT HORACIO.- Sí.

DR. DURAN.- De lo que se conoce como PUENTE 12, que se denomina EL BANCO y en el OLIMPO. A esta persona que usted menciona como el TURCO JULIAN, usted la vio ?

SEILLANT HORACIO.- Sí. En realidad es una de las pocas personas, bueno, salvo CACHO y otras que después puedo mencionar, que pude ver bastante bien, porque era el momento en que yo estaba en enfermería, el resto del tiempo estuve con los ojos vendados... pero sí, si lo vi.

DR. DURAN.- Lo podría describir ?

SEILLANT HORACIO.- Sí. Era una persona moro... de tez morocha, de pelo morocho lacio, de ojos oscuros, de nariz grande, no s‚ si se dice aguileña... de un cuerpo, también, robusto... no se me ocurre que fuera muy alto y siempre estaba acompañado de una cruz esvástica, así como símbolo diferenciador y del que se jactaba.

DR. DURAN.- Estaba uniformado ?

SEILLANT HORACIO.- No, no. Yo no vi a nadie uniformado.

DR. DURAN.- Sabe o se enteró posteriormente o en ese momento pudo deducir, a qué fuerza de seguridad o armada pertenecía ?

SEILLANT HORACIO.- En realidad no lo s‚. Es m s, creí y que esto lo diferenciaba del resto, que lo hacía por convencimiento político estar ahí... lo cual parece increíble, que alguien pueda tener alguna idea política que justificara todo eso, los demás eran... parecían los demás, más orgánicos, este era un inorgánico ahí adentro. Pero no lo s‚ si pertenecía a alguna fuerza o no.

DR. DURAN.- Usted sabe quien es el joven al cual ‚l había golpeado ?

SEILLANT HORACIO.- No.

DR. DURAN.- Al que usted hizo referencia que seguramente...

SEILLANT HORACIO.- Sí, sí, no, fue... no lo s‚, no... fue una persona, pobre, que estaba tirado en el piso, no s‚ si sobrevivió, no s‚ quien...

DR. DURAN.- Al que usted hace referencia fue golpeado con cadenas ?

SEILLANT HORACIO.- Claro.

DR. DURAN.- Usted tiene noción o supone, por que fuerza de seguridad fue secuestrado ?

SEILLANT HORACIO.- No, el campo este estaba manejado por gente del Ejército, de Policía Federal... en el OLIMPO, los custodios eran de Gendarmería, los que estaban ahí, que había que pedirles permiso para ir al baño... pero fundamentalmente era Ejército y Policía Federal. CACHO, por ejemplo creo, CACHO, el que yo referí como jefe del GT2, creo que era del Ejército... es decir, creo. Pero básicamente ese era la fuerza... es m s, el OLIMPO, queda en una dependencia de la Policía Federal, es decir, quedaba... ahí esos talleres que estaban ahí en Avenida LACARRA y RIVADAVIA, no, entiendo que es de Policía Federal.

DR. DURAN.- Usted, obviamente con el transcurso del tiempo, no habrá guardado el número de teléfono al cual tenía que llamar.

SEILLANT HORACIO.- No, no. Simplemente yo tengo acá anotado, porque... puedo verlo ?

DR. DURAN.- Sí, por supuesto.

SEILLANT HORACIO.- Esto lo he buscado...

DR. DURAN.- Un segundito, por favor...

SEILLANT HORACIO.- Sí.

DR. DURAN.- Puede continuar, por favor.

SEILLANT HORACIO.- Yo tenía que hablarle por teléfono a este CACHO o FERNANDEZ, había otra persona, que se hacía llamar FERNANDEZ, y creo que las características en aquella época, todavía había características de dos números en Capital Federal, empezaban con 48 ó 49, y nos solíamos... es decir, una zona donde ellos, en bares que por ahí me citaban, eran por la zona ahí de CALLAO y TUCUMAN, por esa zona, que creo que hay alguna dependencia de Inteligencia del Ejército... en esa zona. Pero alguna razón hizo que yo ese teléfono no lo guardara, y lo lamento. Yo cometí un error cuando dije Hospital de Campo de Mayo, en realidad cuando ese médico dijo de trasladarme, dijo HOSPITAL MILITAR...

DR. DURAN.- Usted militaba en alguna organización política ?

SEILLANT HORACIO.- Yo, en la Juventud Universitaria Peronista.

DR. DURAN.- Algunas de las personas que tenían militancia con usted en forma directa, también fue secuestrada en ese entonces ?

SEILLANT HORACIO.- Yo dependía de una persona, cuyo nombre o apodo era CLAUDIA o LALA... y entiendo que todos los que dependíamos de ella, estábamos ahí. Todos o casi todos, fuimos liberados el mismo día, el 28 de enero. Ya le digo, ese grupo, estábamos ahí en los tubos, yo estaba en el estuvo.. no s‚ si ustedes tienen presente como era EL OLIMPO y la disposición de las celdas en el OLIMPO, pero bueno, hay planos... yo estaba en el tubo número 3, en el tubo número... en el tubo mío, la persona que estaba conmigo, también dependía de ella, quiénes estaban en el tubo de enfrente, había dos matrimonios en los tubos de enfrente, también, las dos chicas estaban embarazadas... y había otra persona que también estaba solo JORGE, que también pertenecía al mismo grupo; también estaba otra chica y su suegra, ambas en el mismo tubo, así que en total eramos nueve personas, que estábamos ahí, que pertenecíamos al mismo grupo, pero yo no los conocía, es decir, antes... después estando allí, ellos me comentaron que dependían de la misma persona, es decir, yo no tenía en esa época ningún funcionamiento, llamémosle Orgánico, es decir, estaba relacionado con una persona, yo me había tenido que ir de La Plata y estaba relacionado con esta persona, pero no formaba parte de lo que sería un grupo que se reuniera o que... así que el resto, después me enteré, que habían sido delatados por la misma persona y que dependían de ella como yo, pero no los conocía de antes. Eran gente que habían llegado de Buenos Aires, posiblemente, de quien estaba conmigo, de SANTA FE, había de BAHIA BLANCA, de TANDIL... no, BAHIA BLANCA no, MAR DEL PLATA, perdón... quién era de SANTA FE también estuvo en BAHIA BLANCA. Y bueno, lo que s‚ de ellos es sus nombres o por lo nombres que los llamábamos, pero no se sus reales identidades, salvo de algunos que han sido públicos y que han declarado en el juicio de las juntas, no, como son: ENRIQUE HESAN y su esposo, y... ENRIQUE HESAN y su esposa.

DR. DURAN.- El nombre de la esposa de ENRIQUE HESAN ?

SEILLANT HORACIO.- El nombre de la esposa...ISABEL, el apellido no lo s‚, pero ISABEL de HESAN, pero... un segundo. ISABEL CERRUTI.

DR. DURAN.- Posteriormente a que usted fue liberado, volvió a tener contacto con alguna persona que haya estado detenido ilegalmente con usted ?

SEILLANT HORACIO.- Eh...

DR. DURAN.- O volvió a ver a algunos de las personas que lo secuestraron o lo torturaron ?

SEILLANT HORACIO.- Yo volví a tener algún tipo de contacto, en ocasión de iniciar, en el año 95, los trámites para el tema este de la Secretaría de Derechos Humanos de la indemnización, me volví a encontrar con una persona que estuvo en la misma época que yo en el OLIMPO, pero que yo no había visto en el OLIMPO... él estuvo bastante menos tiempo y también vi a ENRIQUE HESAN y a la señora... hace uno o dos años atrás. También hace dos años atrás, me encontré con una persona que también estaba allí, que era... que lo menciono, porque es conocido por todos, de apellido VILLAN... VILLANI, que bueno, que cuando estaba allá le decían EL ELECTRONICO o uno de los ELECTRONICOS... y después no, no vi a ninguna otra persona que haya estado conmigo. Nadie m s.

DR. DURAN.- Doctor REBOREDO.

DR. REBOREDO.- Señor, de todo lo que usted mencionó en su declaración ante la CONADEP...

SEILLANT HORACIO.- Yo no declaré ante la CONADEP.

DR. REBOREDO.- No, ante el Ministerio del Interior, perdón. Usted hace mención de COLORES, del TURCO JULIAN, GUASTAVINO...

SEILLANT HORACIO.- Sí. GUASTAVINO había sido el que manejaba... sí, yo no s‚... ustedes tienen mi declaración ante... fenómeno, est acá , les puedo dejar una copia. GUASTAVINO era la persona que estuvo a cargo... así como el TURCO JULIAN fue quien me agarró a mí, GUASTAVINO fue quién secuestró o tuvo a cargo del grupo que secuestró al que era mi compañero de tubo, a quien yo le decía o le decían RUSITO. Entonces, por estas cosas tortuosas que ahí ocurrían, GUASTAVINO lo venía a ver de vez en cuando, aunque GUASTAVINO, no s‚ funcionalmente como era, pero no formaba parte, creo, del GT2, que eran los que nos, ya digo entre comillas, se responsabilizaban por nosotros. Sí, estuvo GUASTAVINO.

DR. REBOREDO.- GUASTAVINO sería el apellido ?

SEILLANT HORACIO.- No. Después me enteré que GUASTAVINO tenía... un segundo... me enteré, porque fue conocido...

DR. REBOREDO.- Y nunca entre sus captores se deslizó, llamémosle el error, de mencionarse entre ellos por apellido ?

SEILLANT HORACIO.- Mire, yo le puedo decir todos los nombres que recuerdo, que aquí tengo anotado, y no s‚ decirle si alguno de estos son seudónimos o apellidos, es decir, además de los que nombré, CACHO, EL COLORES, EL TURCO JULIAN, si usted me da un segundo, voy recorriendo este ayuda memoria que tengo y se los digo...

DR. REBOREDO.- EL PADRE, que menciona, era un clérigo o era... ?

SEILLANT HORACIO.-No, no... bah, no s‚, así se hacía llamar. EL PADRE, GUASTAVINO, ROLANDO, CALCULIN, PACO, SOLER, CENTENO, TEBES y... EL PADRE era del Ejército aparentemente... ahora, si SOLER por ejemplo, era apellido o seudónimo, eso no se lo puedo decir a usted. No lo conozco... TEBES lo mismo.

DR. REBOREDO.- Y en las sesiones de tortura, alguna vez estuvo presente algún personaje que pudiera ser un Oficial superior a todos esos que estaban... ?

SEILLANT HORACIO.-Bueno, yo creo que... ya le digo quien estaba a cargo del GT2, y supongo que era... no se que graduación, pero lo menos un oficial era, era este CACHO... y ‚l me torturó personalmente, junto con COLORES.

DR. REBOREDO.- Y este CACHO o FERNANDEZ...

SEILLANT HORACIO.- No, CACHO era uno, FERNANDEZ era otro que dependía de CACHO. FERNANDEZ era una persona mayor a CACHO.

DR. REBOREDO.- Usted estuvo con ellos en algún bar, según su declaración.

SEILLANT HORACIO.- Sí, sí.

DR. REBOREDO.- Es decir que...

SEILLANT HORACIO.-Los vi.

DR. REBOREDO.- Los vio perfectamente.

SEILLANT HORACIO.- Sí, sí. A CACHO lo vi... CACHO fue uno de los que me torturó, así que lo había visto antes también, y a FERNANDEZ también... FERNANDEZ también estaba en el grupo de los que me torturaban.

DR. REBOREDO.- Y más o menos, cuando usted los vio en ese bar, puede calcular qué edad tenían más o menos a esa altura.

SEILLANT HORACIO.- Sí. Estamos hablando del año 79. En el año 79 CACHO sería una persona de 40 años o quizás menos, y FERNANDEZ era una persona ya de... supongo... que‚ se yo, cuando uno tiene 20 años ve a todos mayores, no, pero supongo que de unos 50 años... una persona canosa, de una estatura mediana. Y CACHO, ya le digo, 40 o menos, era una persona m s bien baja, de tez blanca, pero cabello morocho...

DR. REBOREDO.- Y, usted considera que esas citas, esas presiones, llevaban algún otro propósito como por ejemplo, extorsionarlo de alguna manera ?. Alguna vez le pidieron... ?

SEILLANT HORACIO.- Mire.. Usted... esto hay que ubicarse en una situación de irracionalidad total, porque yo me pregunto yo mismo, que hacía, porque no me fui al diablo del país, entonces yo también formaba parte de esa irracionalidad... pero lo que uno sentía, era como que estaba a prueba, es decir, que le estaban poniendo pequeñas trampas en... pequeñas o grandes trampas en algún momento. Yo le voy a contar una anécdota, que yo la pienso ahora y es una cosa que... usted piense en este marco, no. Yo volví a estar con mi señora... es decir, apenas aparecí, yo la llamé por teléfono a mi señora, así que nos volvimos a encontrar...ellos me habían torturado a mí durante mucho tiempo y me habían interrogado y ellos querían a mi señora, por supuesto mi señora no cayó. Pero lo concreto es que, ahora yo estaba libre y estaba con mi señora, y un día viene uno de estos, que no era ni CACHO ni FERNANDEZ, sino que fue uno que vino una sola vez y me dice: yo quiero que ustedes ahora colaboren con nosotros y yo quiero que vos te infiltres en el PC... esto era una cosa que, que decía uno frente a un fulano de estos, que tenía el derecho de matarlo ahí mismo a uno... y yo en ese momento le dije: mira , yo no quiero saber nada con política, yo estoy arrepentido de lo que hice, pero bueno, dejame que lo consulte con mi señora. Eso fue lo que contesté. Yo digo... yo estaba desquiciado en ese momento. A la próxima cita, yo fui con un pánico, porque digo: bueno, estos me van a preguntar que opina mi señora, que vamos a hacer... ni se habló de ese tema. Al loco ese que había ido a esa cita, se le había ocurrido eso, en ese momento se le ocurrió eso... con esto lo que le quiero decir, es, yo estuve en manos de unos desquiciados, y lo peor que uno puede hacer cuando est en manos de desquiciado, es buscarle racionalidad a las cosas, porque termina desquiciado. Creo que todo el tiempo que estuve desaparecido, secuestrado, mi mejor defensa fue solamente pensar en la libertad. No pensar en que querían, que hacían o que iban a hacer estos, porque su método era precisamente, no hacer nada racional, o la racionalidad de esto está en volver loco al detenido. Entonces... y además usted tiene que saber que estamos hablando de personas de un grado de corrupción, de un grado de debilidad moral, que no tiene parangón. Yo no he visto, ni en las películas que muestran los campos de concentración nazis, actuar a los nazis como actuaban a ellos. La películas esas son un cuento de hadas comparadas con un campo de concentración, porque en esas películas la gente podía trabajar por lo menos, aunque se muriera trabajando... podía hacer algo físicamente; tenía los ojos sin vendar. Podía confiar en el de al lado... usted vive ahí en un estado de transformación permanente, usted est siendo sometido permanentemente a torturas físicas, y sino son físicas, permanentemente torturas psicológicas. La persona que est al lado suyo, que hoy es totalmente confiable y es excelente, mañana no sabe como va a estar... porque usted no sabe como va a responder una madre que le ponen un hijo de tres meses en una picana, usted no sabe, no sabe... entonces... esto no tiene razón. Yo pienso que no tiene razón lo que ocurrió en aquella época, y disculpeme por lo que voy a decir, no tiene razón que hoy yo esté viviendo todo esto, contando todo esto y de acá no salga nada en concreto. Esto es lo que yo siento. Quiénes me torturaron a mí, me pueden estar esperando en la puerta... es lo que yo siento, discúlpeme.

DR. REBOREDO.- Usted habló de colaboración. Del texto de su declaración que tenemos, que usted ofrece, surge que había dentro del BANCO, gente que como usted había sido cautivada y que luego integraban un concejo...

SEILLANT HORACIO.- Sí.

DR. REBOREDO.- Es decir, que de detenidos, desaparecidos pasaron a ser desaparecidos entre comillas de quienes estaban a cargo de todos ustedes.

SEILLANT HORACIO.- Sí. Yo quisiera antes de contestar eso hacer una distinción... entre los desaparecidos uno los podría dividir en cuatro, quienes murieron, quienes como yo tuvieron la suerte de no tener la responsabilidad moral de que nadie haya estado ahí por culpa mía, porque yo lo llevé ahí, yo lo delaté, quienes no pudieron soportar la tortura o no pudieron ver a un hijo torturado y que me merecen tanto respeto como los que sí pudieron soportarla y quienes tuvieron una actitud de activa colaboración con esta gente, sí los hubo, quien me delato a mí, tuvo una actitud activa de colaboración y alguien como me dijo que termino casando con alguno de ellos, tan activa que esto posiblemente, lo deben saber ustedes, y ella fue quien delato a HABEGUER, que lo hizo finalmente caer entiendo que en BRASIL y que murió en la tortura, según era el comentario allí... hay que ser un activo colaborador para armar algo para que alguien pueda caer en el exterior y ella lo hizo... no solamente lo hizo, si no que, que, nos delato a todos nosotros y tenía una actitud, yo de última no sabía que podía ser delatado, el problema es la actitud, la actitud de tener la misma inmoralidad que los represores, bueno así como ella había otros, alguien que era de aquí de La Plata, de seudónimo CA¥A, de apellido DIAZ, otro que era conocido porque, discúlpeme.. que era porque había salido en una revista, en una foto de la revista GENTE o no s‚, como custodio de, de FIRMENICH, que le decían que había, que estaba de soldado, JUANCITO, estaba el TANO, creo que GONZALEZ de apellido, bueno sí de LA PAZ este CAÑA no... también había otros que es decir que conformaban este llamado Consejo, el Consejo estaba conformado por estas personas que acabo de nombrar, ANTEOJITO, otra que se llamaba ANTEOJITO y tenía diferentes funciones, estaban estos colaboradores activos, estaban en lo que llamaban inteligencia y también formaba parte del Consejo, una chica que hizo de enfermera y a mí, mí, me ayudo y me socorrió cuando estuve en la enfermería, es decir que... hay, por eso digo hay que diferenciar y también formaban parte del Consejo quienes hacían la comida y quienes lavaban la ropa, eran todos presos y yo por lo menos los identificaba a todos como del Consejo, la diferencia entre unos y otros era, cuando estábamos en EL OLIMPO todos ellos tenían una identificación rectangular de plástico que tenía distintos colores, amarillo, amarillo y negro, rojo, eso les daba de acuerdo a la función que cumplían y era lo que les permitía circular por determinados lugares, entonces con esto quiero dejar claro, es decir dentro del Consejo, por lo menos en lo que a mí, yo verifiqué‚ y vi, había gente que interrogaba, que participó de las torturas, no como víctimas sino como torturadores, y que son estos que nombre antes, este JUANCITO, CAÑA y ellos, no y otros que servían la comida o lavaban la ropa, eso no se si está claro.

DR. REBOREDO.- Dígame, LALA o CLAUDIA.

SEILLANT HORACIO.- Sí, o CLAUDIA...sí...

DR. REBOREDO.- Este...

DR. DURAN.- Un segundito... finaliza el cassette.

DR. REBOREDO.- (Cassette Número 2)...LALA seudónimo de CLAUDIA.

SEILLANT HORACIO.- Sí, o CLAUDIA también seudónimo... no... yo quiero...

DR. REBOREDO.- Perdón, me refería a que son la misma persona.

SEILLANT HORACIO.- Son la misma, pero CLAUDIA también puede ser seudónimo.

DR. REBOREDO.- No, no importa, la pregunta era, estaba destinada a saber si usted la volvió a ver.

SEILLANT HORACIO.- No.

DR. REBOREDO.- Nunca m s.

SEILLANT HORACIO.- Nunca. Nunca.

DR. REBOREDO.- Bueno.

SEILLANT HORACIO.- Eh... nunca, me dijeron, ya le digo que se caso con uno de ellos.

DR. REBOREDO.- Buen. Bueno, ya que hablo de, del r‚gimen nazi... no pierda la esperanza de acerca de la justicia sobre los hechos acontecidos que usted, de los que usted fue protagonista. Yo no tengo nada m s que preguntarle, gracias.

SEILLANT HORACIO.- Sí, est bien, si puedo agregar algo... quién a mí me aplico la picana, quien a mí me detuvo fue una persona profundamente inmoral, pero al servicio de intereses que posibilitaron que eso ocurriera, también y por supuesto que ellos, estos que se beneficiaron con eso están aún mucho más lejos de ese que manejaba la picana de ser juzgado no... no s‚, supongo que esto ustedes lo deben tener, yo lo traje como aporte para que les sea sacada una copia, este es un diario del día del 21 de Noviembre de 1978, en donde hay una solicitada y donde hay una lista bastante importante de personas desaparecidas en ese momento la ciudad de, supongo que eran todos de la Ciudad de La Plata, no se si ustedes tienen este documento, sino se los...

DR. DURAN.- Lo podemos agregar por Secretaría.

SEILLANT HORACIO.- Una copia.

DR. DURAN.- Una copia por supuesto...

DR. DURAN.- DR SCHIFFRIN.-

DR. SCHIFFRIN.- Señor SEILLANT, el testimonio suyo para mí, me ha causado conmoción y trae como una p tina distinta a toda la gama enorme de declaraciones recibidas, ahora para continuar con lo que decía el DR. REBOREDO, usted habrá tenido noticias que la Cámara Federal de la Capital ha declarado que los juicios contra los represores deben seguir y esta Cámara en acuerdo reciente ha dicho por mayoría que el material reunido en estos juicios puede servir para la promoción de la acción pública y la minoría sostenemos que la misma Cámara podía ejercitar en parte esa excepción pública... se lo digo porque yo estoy tan embargado como usted del sentimiento que esto no es una academia de historia, naturalmente y aquello que justifica este penoso remover la memoria de tanto dolor, es antes que nada el propósito de justicia, verdad y justicia son elementos inextinguibles de un mismo todo, por eso le pido disculpa, para que sigamos haciendo algún esfuerzo, que es doloroso para usted sobre todo y para nosotros también... y ordenemos un poco los datos, escuche muchos, en primer lugar preguntarle porque usted afirma que estuvo detenido en EL BANCO no, muchas veces los que declaran no saben bien o dicen, no, no sabía, pero después me vine a enterar, etc.

SEILLANT HORACIO.- No, bueno yo, usted tenga presente que yo estuve 6 meses desaparecido, es un tiempo a pesar de estar vendado, tabicado, es un tiempo bastante prudencial para darse cuenta por lo menos como se llamaba el lugar dónde estaba, el lugar, el nombre del lugar no era oculto y no fue bautizado así después, se llamaba EL BANCO, porque usted entraba y cobraba y, era vox populi, es decir es más... nosotros antes de ser trasladado ya sabíamos que íbamos a ser trasladados a un lugar nuevo, construido a nuevo que se llamaba EL OLIMPO, es decir que... miré uno, a pesar de estar en ese estado, busca la forma de, de enterarse de las cosas, comenta con sus vecinos de tubo, comenta con quien le trae la comida, en algún momento hasta nos pasaron una película, entonces uno cuando estaba sentado mirando la película comenta con el de al lado, en las duchas, nos bañábamos todos juntos, es decir que no era una cuestión también de aislamiento total, cuando íbamos al baño teníamos los diarios recortados en pedacitos para limpiarnos, sacábamos los pedazos de diario, tratábamos de reconstruir las noticias, hacíamos bollitos y las pasábamos al tubo de al lado, es decir que de alguna forma, tratátamos de estar enterados.

DR. SCHIFFRIN.- Perfecto. Luego EL OLIMPO era, estaba ubicado acá en la antigua Estación Tranviaria de Lacarra, por ahí.

SEILLANT HORACIO.- Sí, pero, pero ahí y sí no me equivoco eso era, era una, en aquella ‚poca pertenecía a la Policía. Sí ahí, en esos galpones grandes que hay en la Capital Federal todavía.

DR. SCHIFFRIN.- Sí, yo los conocí bien, soy de ese barrio.

SEILLANT HORACIO.- Ah, bueno.

DR. SCHIFFRIN.- Me crié ahí. Me acuerdo de los viejos galpones y todo, sí.

SEILLANT HORACIO.- Bueno.

DR. SCHIFFRIN.- Así que la estructura era los viejos galpones de adentro de....

SEILLANT HORACIO.- (Interrumpe) Bueno, yo, yo, no, no, hay cosas que no cuento porque s‚ que... son de conocimiento general, lo cuento, es decir... nosotros estábamos dentro de una estructura, que estaba construida a su vez dentro de este galpón, de hecho que uno se podía dar cuenta que esto era así, porque en algunos lugares había como respiraderos en el techo y arriba se veía el galpón, por otra parte antes de ser liberados fuimos trasladado todo el grupo a una serie de tubos que ya estaban como fuera de esa estructura y que la, la, es decir estaban las celdas, un pasillo, la pared que quedaba enfrente, era la pared que daba hacía la calle, porque las ventanas, que eran ventanas muy altas, habían sido cerradas con pared, pero arriba todavía quedaban un poco abierto y ahí fue donde por primera vez volvía a ver el sol, a través de eso y escuché un pájaro cantar.

DR. SCHIFFRIN.- Claro. Muy bien. Ahora le quería preguntar acerca del tabicamiento, es decir usted estuvo, dado que ha visto por ejemplo al TURCO JULIAN, estuvo en muchas ocasiones sin los ojos vendados.

SEILLANT HORACIO.- No, el tema es así, cuando estaba en enfermería sí, en enfermería por algún momento uno no lo tenía, ahí uno no sabía bien de que se trataba o yo por lo menos no sabía de que se trataba, así que ahí lo vi, mientras lo interrogaban, entre sesión y sesión de tortura yo estaba sin el tabique ahí, también los pude ver.

DR. SCHIFFRIN.- O sea cuando lo torturaban estaba así con los ojos vendados y entre sesión y sesión sin el tabique.

SEILLANT HORACIO.- Sí, yo le digo la tortura, yo en el medio de la tortura corte las correas, así que por momentos estaba vendado y por momentos no lo estaba, es decir, eso es... ahora el tabique nosotros en realidad lo usábamos permanentemente como si fuera así una visera y cuando escuchábamos que venía alguien lo bajábamos, era una cuestión de supervivencia.

DR. SCHIFFRIN.- En cuanto, usted nos ha dado una suerte de lista de torturadores de represores, no...pero yo quería anotar al lado de cada uno, cuales estaban en el BANCO y cuales estaban en el OLIMPO, el TURCO JULIAN...

SEILLANT HORACIO.- No, no, no, yo no puedo hacer esa, esa, diferenciación porque, es decir de hecho, vamos hacerlo distinto, todos los que yo ví en EL BANCO estuvieron en EL OLIMPO, todos los que ví o escuché nombrar en EL BANCO, por ejemplo COLORES fue quién me torturó y yo no le puedo describir claramente la cara de COLORES, si recuerdo un tipo medio colorado y pecoso, pero, pero eran segundos, pero COLORES sigue estando, COLORES era el que se encargaba de, de torturar a todo el mundo, pero, yo podría, creo asegurar, no equivocarme que todos, todos aquellos que yo tengo registrado como que estaban en el BANCO, también estaban en EL OLIMPO.

DR. SCHIFFRIN.- Perfecto, hubo una suerte de traslado, algún lado...

SEILLANT HORACIO.- Sí, sí, sí.

DR. SCHIFFRIN.- O que trabajaban en común, no.

SEILLANT HORACIO.- Sí, ahí en realidad, quién era... estamos siempre en el marco de la incertidumbre, que además sinceramente le digo, a mí no me importaba, es decir no me importaba saber si el que me estaba torturando tenía una gorra de MARINA o de EJERCITO, me estaban torturando... pero, digamos el grupo que a nosotros nos tenía este GT2, era como medio inquilino ahí, no es cierto, no, no formaba parte de la estructura, o de la aparente estructura que existía, era así como medio inorgánico, nosotros eramos, es decir un poco como los... un caso especial ahí adentro, es por lo menos lo que ellos decían, que con nosotros estaban tratando de recuperarnos y siempre nos dijeron, que eso tampoco dice nada, que íbamos a salir en libertad, siempre nos decían que íbamos a salir en libertad, pero y los otros presos, ya le digo estaban en el Consejo y los que uno por ahí podía confiar, porque eran tipos que, que, estaban trabajando, digamos haciendo la comida, decían ustedes van a salir, era como vox populi que nosotros ‚ramos una, una, un grupo especial, no s‚ que nivel de especialidad, pero bueno.

DR. SCHIFFRIN.- Est bien, lo entendí bien, ahora yo fui y tengo acá la declaración suya en la SUBSECRETARIA DE DERECHOS HUMANOS, y usted tanto en ella con en esta declaración menciono una cantidad de gente que yo quería repasar un poco más...

SEILLANT HORACIO.- Sí.

DR. SCHIFFRIN.- FELICITAS, quién era FELICITAS...

SEILLANT HORACIO.- FELICITAS, era...

DR. SCHIFFRIN.- Est mencionada al principio de la declaración.

SEILLANT HORACIO.- Era una amiga mía, que ellos me torturaron para que yo delatar ... y que no.

DR. SCHIFFRIN.- Y ella no estaba ahí?

SEILLANT HORACIO.- No.

DR SCHIFFRIN.- Ah, entonces... porque est n dicho en la declaración de una manera...

SEILLANT HORACIO.- Sí, si son un poco desprolijas...

DR. SCHIFFRIN.- Como al boleo el que las anotó.

SEILLANT HORACIO.- Sí.

DR. SCHIFFRIN.- Después habla SERENATA....

SEILLANT HORACIO.- Sí.

DR. SCHIFFRIN.- Era?

SEILLANT HORACIO.- SERENATA era un, un detenido que habían torturado y que yo lo vi en las duchas.

DR. SCHIFFRIN.- Lo vio en EL OLIMPO... o en...

SEILLANT HORACIO.- En EL OLIMPO.

DR. SCHIFFRIN. En el OLIMPO. Después habla de CHIFO, no.

SEILLANT HORACIO.- Sí, sí...sí, pero este sinceramente, yo, yo, esto lo volví a leer ahora y yo le digo este caso de CHIFO, yo no, no, recuerdo bien de que, de que... acá por ha ocurrido que uno en esta época, yo fue cuando me reencontré con algunas personas, por ahí me lo mencionaron y me recordé... yo sinceramente he leído algunas declaraciones después y parece que yo tuve un cierre en la cabeza tan importante de todo esto que a veces digo cómo puede ser que no me acuerde de esto, cómo pude ser que no me acuerde de lo otro, pero es así. digo lo que me acuerdo.

DR. SCHIFFRIN.- No, no, yo lo que quiero es hacer es solo un repaso de lo que usted se acuerde, CELINA y la NUERA.

SEILLANT HORACIO.- Bueno CELINA era una persona mayor... y estaba, estaba detenida y...

DR. SCHIFFRIN.- En el OLIMPO o en EL BANCO.

SEILLANT HORACIO.- No, no, ella estuvo en EL BANCO y en EL OLIMPO, en EL BANCO, es decir, ya le digo fue de este mismo grupo.

DR. SCHIFFRIN.- Ahhhh.

SEILLANT HORACIO.- Yo no s‚ fue el origen, o ella fue... yo no s‚ si ella delató a CLAUDIA o CLAUDIA la delató a ella, no lo s‚.

DR. SCHIFFRIN.- Ahhh.

SEILLANT HORACIO.- Y esta señora tenía un hijo desaparecido y bueno la nuera también termino ahí con nosotros, y entiendo que después tuvo una actitud de colaboración con los militares y como yo percibía esas cosas, fue precisamente que traté de estar aislado totalmente de cualquier relación con todo este grupo, porque yo podría haber de alguna forma haber tomado contacto, es más ella no sabía, pero vivía, pero vivía, después que yo aparecí vivía a una cuadra de donde yo vivía, pero preferí no tomar contacto con ella... pero quedo libre.

DR. SCHIFFRIN.- Y después viene SANTIAGO VILLANUEVA.

SEILLANT HORACIO.- Sí. Si, ‚l estaba en el... no pertenecía a nuestro grupo, pero por alguna razón estaba en el tubo al lado del mío.

DR. SCHIFFRIN.- En el BANCO.

SEILLANT HORACIO.- En EL OLIMPO.

DR. SCHIFFRIN.- En EL OLIMPO. Esta es la cuestión porque así queda un poco aclarado, porque aquí se trata de determinar quiénes estuvieron donde.

SEILLANT HORACIO.- No, no, est claro, est claro.

DR. SCHIFFRIN.- Y usted colabora mucho en esto. CLEMENTE, cómo era ESCLAVIN, no.

SEILLANT HORACIO.- Ehhh, a ver... vamos despacito, usted, mire CLEMENTE estaba seguro en el OLIMPO, estaba en Consejo, así que estaría en el BANCO también, porque era una cuestión de...

DR. SCHIFFRIN.- Ahhh. El Consejo era una cosa del BANCO, solo?

SEILLANT HORACIO.- No, no.

DR. SCHIFFRIN.- Estaba en las dos partes.

SEILLANT HORACIO.- Sí, sí...

DR. SCHIFFRIN.- Claro, después vienen la gente que lo llaman...

SEILLANT HORACIO.- Ehhh, todos los que estábamos en el BANCO, fuimos trasladados al OLIMPO, es decir, el BANCO entiendo, que después de eso se desactivo, se destruyó, es decir es una continuidad del BANCO, el OLIMPO.

DR. SCHIFFRIN.- Entiendo, entiendo.

SEILLANT HORACIO.- Yo puedo decirle a usted, que esta persona estaba en el OLIMPO, porque yo en el OLIMPO pasé a estar en un tubo, antes de eso en el BANCO estuve ese tiempo en la enfermería, que eran 4 camas o 5 camas y en donde vi solamente a las personas que... vamos hacer al revés, quiénes vi en el BANCO...

DR. SCHIFFRIN.- Sí, sí...

SEILLANT HORACIO.- Vi a CELINA que estaba en la enfermería conmigo también.

DR. SCHIFFRIN.- A CELINA.

SEILLANT HORACIO.- Vi al arquitecto, cómo es el seudónimo, que nosotros le decíamos el viejo, para nosotros era viejo...

DR. SCHIFFRIN.- Acá dice al principio, es cierto.

SEILLANT HORACIO.- RAMIREZ, que era un arquitecto de aquí de LA PLATA, RAMIREZ.-

DR. SCHIFFRIN. RAMIREZ.

SEILLANT HORACIO.- RAMIREZ, que dibujaba... vi que falleció ahí, a uno que le decían el gordo de UTA, que era un sindicalista de UTA, que estaba también la esposa MILI...

DR. SCHIFFRIN.- Ah, MILI que era española.

SEILLANT HORACIO.- Española, era la esposa de ‚l... bueno esas son las personas que yo puedo, que ve en el BANCO, personas que no participaban del Consejo, después desde el Consejo los mismos que yo menciono antes, estaban en el BANCO, es decir a mí me interrogo ANTEOJITO en el BANCO, me interrogo el CA¥A, SI DE LA PAZ (así se expresa) me interrogo, es decir...

DR. SCHIFFRIN.- CLAUDIA, SI DE LA PAZ y este GONZALEZ...

SEILLANT HORACIO.- También, el TANO.

DR. SCHIFFRIN.- JUANCITO. GONZALEZ era el TANO.

SEILLANT HORACIO.- El TANO creo, sí.

DR. SCHIFFRIN.- Sí, alguno m s?

SEILLANT HORACIO.- Mire, MOGO...

DR. SCHIFFRIN.- ANGEL CLEMENTE, ahh, MOGO era del Consejo.

SEILLANT HORACIO.- MOGO, creo que hacía funciones de mecánico, en, en, o por lo menos andaba vestido...

DR. SCHIFFRIN.- Sí, sí, en un taller mecánico, sí, sí.

SEILLANT HORACIO.- Sí. También formaba parte del Consejo.

DR. SCHIFFRIN.- Y, los electrónicos.

SEILLANT HORACIO.- También. Bueno, ahí nombre a VILLANI PABLO, CLEMENTE...

DR. SCHIFFRIN.- ANDRES, no...

SEILLANT HORACIO.- ANDRES... Sí.

DR. SCHIFFRIN.- CALI y el TARTA, quién era?

SEILLANT HORACIO.- No, CALI y el TARTA, fueron dos, dos presos, el TARTA, que yo supe de ellos, porque digamos porque el TARTA fue muy torturado, era un muchacho que era tartamudo, le decían el TARTA... y lo vi solamente dos o tres días, me quedó, me quedó grabado, CALI, fue una persona que estuvo allí detenida y que después trasladaron a la ESMA según me dijeron y después volvió, pero muy poco tiempo.

DR. SCHIFFRIN.- Luego estaba, JORGE que era su compañero de tubo.

SEILLANT HORACIO.- No, mi vecino de enfrente.... para llamarlo de alguna forma.

DR. SCHIFFRIN.- Este muchacho el JUDIO.

SEILLANT HORACIO.- Sí, de apellido judío.

DR. SCHIFFRIN.- Y usted dice, a los judíos los trataban todavía peor si se pudiera...

SEILLANT HORACIO.- Y... no perdían oportunidad de decirle por lo menos, de, de, diferenciarlos, es decir por supuesto que... cuando a uno lo van a torturar, lo torturan o le pegan, bueno una excusa puede ser Judío, es decir que se yo y por supuesto, si alguien uno identifica alguien por su creencia o por su origen lo est diferenciando, lo est y en este caso estar diferenciado, era, era, no era ningún m‚rito, no era ninguna suerte mejor dicho.

DR. SCHIFFRIN.- Ahí, después usted dice que, QUIQUE su esposa, CHAIA (así se entiende) y señora,

SEILLANT HORACIO.- Sí.

DR. SCHIFFRIN.- Ambas estaban embarazadas, la llevaban a tomar sol al PARQUE AVELLANEDA, todavía, donde yo jugaba de chico.

SEILLANT HORACIO.- Ellos, ellos formaban parte de este grupo que yo digo y también estaban en los tubos enfrente mío hacía la izquierda, eran dos parejas y bueno las chicas estaban embarazadas y por suerte por lo menos iban a tomar sol...

DR. SCHIFFRIN.- No sabe si dio el parto ahí... no sabe...

SEILLANT HORACIO.- No, no, no... ellas salieron en libertad con nosotros y después tuvieron familia y la hija de una de ellas se llama como la mía...

DR. SCHIFFRIN.- La última pregunta, era sobre otro nombre que encontré, parece que se relaciona con la enfermería, es VICTOR, no.

SEILLANT HORACIO.- Bueno, VICTOR o CABALLO LOCO, era el médico preso...

DR. SCHIFFRIN.- Ahhhh...

SEILLANT HORACIO.- Que yo mencione, en algún momento y sobre el cual... no s‚, uno en esto a veces tiene los sentimientos m s encontrados, porque como define a alguien que controlaba su estado de salud mientras lo torturaban, no para impedir la tortura sino para que lo sigan torturando, pero después fue también el que le dijo al médico este de los militares, dejen que yo lo voy a arreglar y evitó mi traslado, en todo caso, bueno queda eso como positivo, pero la realidad fue que el médico que a mí me controlo en la tortura, en que, que y que entiendo que en algún momento dijo que pararan no...

DR. SCHIFFRIN.- Bien. M s preguntas no voy hacer, lo único que quería es hacer un comentario, yo no soy gran afecto a leer historias sobre los campos de concentración nazi, porque me hacen mal, pero hablo con gente muy versada sobre esto y desde hace 20 años y se sigue escribiendo, est muy claro, que el m‚todo, si bien tenía muchas diferencias, era de producir la mayor degradación humana posible y si usted lee los relatos verdaderamente reales, se producía esa degradación y había colaboracionistas y había de todo, además le cuento, un señor de acá de LA PLATA... que es un sobreviviente de AUSCHWITZ, vio la película la LISTA de SCHLINDER y me dije, mire no es eso, no es eso, es muy distinto e infinitamente peor, aunque él cuenta mucho dice, que nunca se lo puede contar todo, eso es un comentario al margen...

SEILLANT HORACIO.- No, no, yo esto, esto sería una triste competencia, yo simplemente quise ilustralos a ustedes, acerca de algo que ustedes pueden conocer que son unas películas que han visto.

DR. SCHIFFRIN.- Sí, sí...

SEILLANT HORACIO.- También quisiera señalar...

DR. SCHIFFRIN.- No, pero una cosita, no yo no lo decía en orden de hacer una horrible competencia, sino a que parece ser que el estudios de los métodos de barbarie moderna, llevan a que en todos los casos que se aplican esos métodos de, no se, la industria de la tortura, la industria de la degradación, los resultados son similares, el método similar, resulto similar, estamos frente un monstruo cuya investigación se hace para prevenir que se reproduzca, ese es el asunto.

SEILLANT HORACIO.- Sí. De todas maneras, creo que es importante señalar, yo no s‚ por el OLIMPO cuanta gente pasó, pero en algún momento ustedes tienen los planos, saben la cantidad de tubos que había, calculen dos personas por tubo, había gente durmiendo en los pasillos, bahh durmiendo, tirada en los pasillos porque no entraban ya en los tubos, estamos hablando de un sólo campo de cientos, porque además lamentablemente la renovación era permanente, de estos miles que pasaron por los campos solo uno puede citar en esas actitudes colaboracionistas a unos pocos, hubo muchos muertos, hubo muchos sobrevivientes, y en la mayoría uno tiene que rescatar, una entereza y una fortaleza que ni siquiera estos pervertidos métodos pudieron quebrar, y eso es lo que queda.

DR. SCHIFFRIN.- Bueno, le agradezco muchísimo.

DR. DURAN.- Señor Fiscal General. Doctora MARTHA VEDIO.

DRA. VEDIO.- Sí, gracias. El lugar llamado la enfermería en EL BANCO, estaba dentro mismo del edificio del BANCO ?

SEILLANT HORACIO.- Y yo no salí nunca de ahí, salvo para ir a hacer torturado o interrogado en otras habitaciones.

DRA. VEDIO.- Perdón, lo voy a interrumpir, porque por esto que me dice ahora veo que no me quedó claro su relato inicial. Usted estaba permanentemente en al enfermería y eventualmente salía de allí.

SEILLANT HORACIO.- No. Yo caigo el 25 de julio. Me doy cuenta que pasé 20 días en EL BANCO, recién tiempo después, porque no tenía... no tuve noción del tiempo y yo creo que... es decir, en las primeras horas o días que estuve ahí salí; pero salí de esa enfermería, algún tipo de oficina... ahí le hacían hacer a uno, escribir la historia política le llamaban. Y en esa oportunidad...

DR. DURAN.- Un segundito, por favor.

DR. SCHIFFRIN.- Que cambian la cinta.

DR. DURAN.- Sí, puede continuar.

SEILLANT HORACIO.- En esa oportunidad fue que salí a una oficina. Yo sinceramente si... es decir, ya le digo, la enfermería daba como a algo amplio... si eso era un salón, si era un patio techado o si era... no se me ocurre que fuera un lugar abierto, porque uno tenía la puerta abierta y estamos hablando de invierno, es decir, no entraba... es decir, si eso hubiera dado a un patio abierto, hubiese entrado frío, es decir, eso daba a un lugar, por lo menos, cerrado o techado; ahora si era... esto era una casa antigua, así que si eso era un patio techado o que, no puedo precisarlo, no. Pero no supe de ningún otro lugar que fuera llamado como Enfermería, salvo ese, no.

DRA. VEDIO.- Usted estaba a punto de comentar cuando se produjo la interrupción, el hecho de que lo llevaban a otra oficina...

SEILLANT HORACIO.- Bueno, por eso digo, la vez que salí de ahí fue para hacer, lo que ellos llamaban la historia política, donde uno contaba su historia como... política, no.

DRA. VEDIO.- El médico del Ejército...

SEILLANT HORACIO.- Sí.

DRA. VEDIO.- Que es lo que a usted le indicó o le hizo suponer que este hombre era médico del Ejército ?

SEILLANT HORACIO.- Ah, no, dijeron que era médico... lo único que hizo, fue pararse a los pies de mi casa me acuerdo, y decir algunas pavadas y, que bueno, que a este lo vamos a llevar al Hospital Militar y que VICTOR le dijo: no, dejá , se arregla acá... que yo en ese momento dije: uh, que macana, porque voy a estar en un hospital, no, y después me di cuenta que fue lo mejor que me podía haber ocurrido. Pero tenía, me acuerdo, una campera verde... gordo, canoso, peinado así para atrás... pero nada, es decir, era médico porque dijeron que era médico, no.

DRA. VEDIO.- Sí, pero usted dijo médico del Ejército. La pregunta ese esta: qué le hace suponer que era del Ejército ?

SEILLANT HORACIO.- Ah, no, porque me dijo que me iban a llevar al Hospital Militar, por eso.

DRA. VEDIO.- Bien. Usted dijo que casi todas las personas que estaban en el grupo fueron liberadas...

SEILLANT HORACIO.- Sí.

DRA. VEDIO.- En el grupo vinculada con CLAUDIA, no es cierto.

SEILLANT HORACIO.- Sí.

DRA. VEDIO.- Casi todos fueron liberados. Conoce de algún caso en particular que haya...

SEILLANT HORACIO.- No, lo que pasa es que... yo casos que... nosotros fuimos los últimos; antes de nosotros fue liberada la misma CLAUDIA y una que estaba siempre con ella, que decían La Negra, una chica morocha de pelo largo, que estaban ellas... estaban sin estar en un tubo, no, destabicadas. Fueron ellas dos antes y después todos nosotros, no... también CLAUDIA hizo caer a HABEGER, que ya comenté, no.

DRA. VEDIO.- El RUSITO también fue liberado ?

SEILLANT HORACIO.- Sí, sí, todos el mismo día.

DRA. VEDIO.- No tengo m s preguntas. Gracias.

SEILLANT HORACIO.- Perdón. El mismo día, fuimos a los mismos lugares y en teoría, salimos todos, no. Yo recibí comentarios después de gente que los vio, que sí, que estaban liberados.

DR. DURAN.- Doctora GONZALEZ VIVERO.

DRA. GONZALEZ VIVERO.- Sí, le voy a hacer algunas preguntas. Usted habló de CACHO como uno de los represores...

SEILLANT HORACIO.- Sí.

DRA. GONZALEZ VIVERO.- Y ya lo describió bastante. Yo quisiera saber si además le decían ROLANDO o EL PETISO.

SEILLANT HORACIO.- Creo que ROLANDO estaba, pero creo que no es la misma persona.

DRA. GONZALEZ VIVERO.- No es la misma persona ?

SEILLANT HORACIO.- No.

DRA. GONZALEZ VIVERO.- Este CACHO del que usted habla, tenía algún corte de pelo especial ?

SEILLANT HORACIO.- No, no, normal, nada que yo pudiese...

DRA. GONZALEZ VIVERO.- Y a ROLANDO lo vio ?

SEILLANT HORACIO.- No, no.

DRA. GONZALEZ VIVERO.- No lo vio.

SEILLANT HORACIO.- Es decir, estaba, lo sentí nombrar, pero no lo pude identificar.

DRA. GONZALEZ VIVERO.- Sabía qué funciones cumplía ROLANDO ?... o si era un jefe o si era un... ?

SEILLANT HORACIO.- Era una persona... por lo que yo escuchaba, era así de los jefes, no.

DRA. GONZALEZ VIVERO.- Bueno. También habló del TURCO JULIAN. Usted supo después cuál es el apellido del TURCO JULIAN, lo identificó ?

SEILLANT HORACIO.- Eh... si, apareció en televisión, SIMON es el apellido.

DRA. GONZALEZ VIVERO.- Est . Otra pregunta que le iba a hacer es, mientras usted estuvo en EL BANCO o en el... no se escucha bien, no ?. Mientras usted estuvo en EL BANCO o en EL OLIMPO, vio, hubo visitas de superiores, de jefes de los represores, inspecciones ?

SEILLANT HORACIO.- Cuando eso ocurría o por lo menos decían que venía ese tipo de visitas, por lo menos a nosotros nos cerraban los tubos, no...

DRA. GONZALEZ VIVERO.- Ustedes no los...

SEILLANT HORACIO.- No pude verlos.

DRA. GONZALEZ VIVERO.- No los veía. Tiene alguna idea aproximada de la cantidad de gente que hubo en esos meses que usted estuvo en EL BANCO y en EL OLIMPO ?

SEILLANT HORACIO.- Bueno, en EL BANCO no, pero en EL OLIMPO... hay que hacer cuentas, no, es decir... yo no tengo presentes ahora los planos, cuantos tubos había, pero eran dos sectores iguales... son cuatro m s cuatro; ocho, de este lado de los baños que estaba yo y era m s largo hacía otros lugares, así que uno podría hablar de... serían unos 30 tubos por sector, 60 tubos por dos, 120 personas, y ya le digo que había en algún momento, no dieron abasto los tubos, así que...

DRA. GONZALEZ VIVERO.- M s de 120.

SEILLANT HORACIO.- Claro, había 150...

DRA. GONZALEZ VIVERO.- Por testimonios de otras personas, que inclusive han dado acá en la Cámara, hay otros sobrenombres de represores, que los voy a leer haber si usted los... KUNG FU, FACUNDO...

SEILLANT HORACIO.- No.

DRA. GONZALEZ VIVERO.- COBANI ?

SEILLANT HORACIO.- Sí.

DRA. GONZALEZ VIVERO.- Bien. También le quería preguntar por algunos compañeros que usted pueda haber tenido, por ejemplo, usted habló del RUSITO...

SEILLANT HORACIO.- Sí.

DRA. GONZALEZ VIVERO.- Supo el apellido del RUSITO o sabe ?

SEILLANT HORACIO.- No, pero me han dicho que lo vieron en España, que est bien, pero no s‚ el apellido.

DRA. GONZALEZ VIVERO.- PAIDA ?

SEILLANT HORACIO.- Quién ?

DRA. GONZALEZ VIVERO.- PAIDA no podría ser ?

SEILLANT HORACIO.- Sí, puede ser, puede ser. Ese es el apellido que me comentaron. Puede ser.

DRA. GONZALEZ VIVERO.- Mientras estuvo, supo, escuchó, que hubieran estado también unos hermanos PEÑA, que le decían RAMIRO, ISIDORO ?

SEILLANT HORACIO.- No.

DRA. GONZALEZ VIVERO.- Otra pregunta que tenía para hacerle, usted dijo que los habían llevado a ver una película.

SEILLANT HORACIO.- No, no, nos llevaron. La película la pasaron ahí justo en el pasillo donde estaban nuestros tubos, así que salimos a sentarnos en el pasillo, no.

DRA. GONZALEZ VIVERO.- Qué película era ?

SEILLANT HORACIO.- La Guerra de las Galaxias... versión reducida y en horrible español.

DRA. GONZALEZ VIVERO.- Est bien. No tengo m s preguntas.

DR. DURAN.- Señor Defensor Oficial ?. No va a hacer preguntas. Bueno, vamos a dar por finalizada la audiencia, entonces, labrando el acta respectiva, la rubricamos y el Tribunal le agradece su comparecencia.