El Escuadrón Perdido... y desaparecido

El Escuadrón Perdido, por José Luis D'Andrea Mohr.
  
 

 
¡Vaya tarea la que nos encomendara el amigo José Luis! No es fácil prologar su enjundioso trabajo sobre El escuadrón perdido.

A nuestro entender, tiene dos partes, las dos importantes. En una de ellas desmenuza el terrorismo de Estado en sus aspectos de planificación y ejecución, sustentados en la ideología fascista y asesina, y en la otra aporta una detallada investigación sobre las ciento veintiocho "deserciones".

Qué tremenda falacia, qué gran mentira decir que fueron "desertores' aquellos que fueran asesinados o arrojados vivos al mar por quienes juraron defender a la Patria. Por quienes demostraron ineptitud en Malvinas y llevaron a la muerte a soldados conscriptos que confiaban en la profesionalidad de sus jefes, y en algunos casos se rindieron al enemigo sin luchar. Por quienes subvirtieron las leyes y el Derecho al no iniciar juicio con debida defensa a aquellos que tildaron de "subversivos".

La "deserción" fue inventada por quienes aplicaron el más salvaje y siniestro terrorismo de Estado e ignoraron el honor militar.

¿Cómo explicar que, en las planillas de haberes del Colegio Militar de la Nación, Luis Pablo y Luis Daniel aparezcan percibiendo esos "haberes” en los dos meses posteriores a sus “deserciones"? Esto confirma la falacia a que nos referíamos.

Lo que afirmamos en pocas líneas, no por ello menos terribles, está clara y detalladamente probado y demostrado por D’Andrea Mohr. Este libro servirá a todos los que luchamos por la verdad y la justicia y ayudará, seguramente, a lograr el juicio y castigo de los culpables.

Gracias, José Luis, por esta ayuda solidaria.

Como decía el poeta:

No hay deuda que no se pague
ni plazo que no se cumpla

Con nuestro agradecimiento sincero y no recitativo:

A Don Carlos Oliveri, Juez justiciero (que no es redundancia), paradigma de investigador probo y lúcido, junto a todos los integrantes de su Juzgado que procesó y encarceló al secuestrador y asesino Reynaldo Benito Bignone. Agradecimiento que pudimos manifestarle personalmente en vida y que ahora, tras su fallecimiento, reiteramos constantemente al recordarlo.

A los familiares de desaparecidos.

A todos los organismos de Derechos Humanos.

A todos aquellos que desde la tarea cotidiana fueron y son solidarios en nuestra lucha por el "nunca más” y la búsqueda de la verdad.

Con nuestra emoción y nuestro recuerdo:

A los 30.000 desaparecidos.

Y nuestro homenaje y el amor de siempre a nuestros hijos Luis Pablo y Luis Daniel, soldados conscriptos del Colegio Militar de la Nación, desaparecidos, torturados y arrojados vivos al mar, y no desertores, que con su martirio apuntalan nuestra lucha de siempre.

JAIME STEIMBERG
WENCESLAO ALBERTO GARCÍA

 

 

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