desaparecidos

Sin Marco

Testimonios



Denuncia Desaparición
María Graciela TONCOVICH,
Elida Aida D`IPOLITO, Miguel Angel TIERNO y Otros.




El 22 de noviembre de 1.976 a media mañana, mi abuela materna Elida VEREA de TONCOVICH, quien vivía en la calle 140 nro. 777 (a dos cuadras de mi casa situada en la calle 139 entre 47 y 49 de la ciudad de La Plata), vino a buscarnos a Laurita (hoy sé que es la hija de Elida Aida D'IPOLITO, quien vivía en mi casa con su mamá) y a mí.

Mi nombre es María del Cielo TAILMITTE y soy hija de María Graciela TONCOVICH (LC 6.649.159).

Mi abuela, esa misma mañana mas temprano, vió el movimiento en el barrio de un colectivo gris y blanco, con las ventanillas tapadas que habitualmente utilizaban las Fuerzas de Seguridad para secuestrar gente. Esto le hizo temer por nosotros y vino a casa. Dijo que saludásemos que nos ivamos con ella a hacer mandados y así fue. Un rato más tarde (hoy sé que no pasaron ni dos horas) y ya en la casa de mi abuela quien vivía a pocas cuadras, empezó a sonar un "tiroteo" que en mi memoria quedó como muy ruidoso y prolongado.

No sé cómo y porqué sabíamos que se trataba de un ataque a mi casa, mis cosas y mi familia.

Yo los creí inmortales y recuerdo que escondidas debajo de la mesa de la cocina gritábamos con Laura "dale que ganamos".

Luego de mucho tiempo, mi abuela nos llevó a una especie de ruta donde tomamos un colectivo hacia Buenos Aires donde fuimos a la casa de una tía hermana de ella y nos quedamos muchos días mi abuela, mi abuelo, Laura y yo.

Una mañana todos estaban tristes y hoy recuerdo que trataban de ocultar que lloraban. Mi abuela nos llevó a la pieza y me preguntó si le había dado un beso a mi mamá. Le dije que sí y nos dijo, a Laura y a mi, que no veríamos más a nuestras mamás y a Chiche (Miguel Angel TIERNO, concubino de mi madre desde 1.973), a quien yo quería como mi papá. Creo que dijo que los habían matado.

Con los años, de la mano de mis abuelos maternos (Elida y Carlos TONCOVICH), fui enterándome de algunos datos más sobre el asesinato y desaparición de mi madre, su compañero, la mamá de Laura y tres personas más que habían en mi casa.

Confirmé que eran militantes del Movimiento Peronista Montonero, me enteré que en años anteriores el Ejército había allanado dos veces la casa de Bahía Blanca donde vivíamos antes de irnos a La Plata (noviembre de 1975), en busca de mi mamá (sin encontrarla por suerte). En estos allanamientos actuaron personas con uniforme azul (aparentemente Policía Pcia.Buenos Aires) y personal civil. Estaban presentes al menos 4 Comisarios. A mis padres no los encontraron y le dejaron la orden de presentarse en la Comisaría a mis tios y abuelos. Hicieron este trámite al día siguiente -previo asesorarse con el Dr. Alberto ALZUAGA- y la Policía les dijo que se queden tranquilos. Dos días después (segundo allanamiento), la Policia revolvió toda la casa y se fueron sin llevar a nadie.

Días después, visitó la casa Carlos DAVID, un chico de Guatraché de 28 años de edad militante de la JUP (Juventud Universitaria Peronista) Presidente de la Lista Azul y Blanca de esta agrupación. Mi abuela le pidió que se vaya porque habían allanado un par de veces y temian por él. Carlos se fue y poco después apareció colgado del puente que une Bahía Blanca con Ing. White, con 44 balazos de Itaka en su cuerpo.

Mi familia dejó esta vivienda a fines del 75. Desde esa fecha hasta diciembre del 76, la misma fue permanentemente visitada y desvalijada por personal militar que actuaba en vehículos oficiales (camiones) para llevarse todo lo que en ella había. A fines del 76, a través de un familiar de mis abuelos -Carlos Ricardo DIAZ, Suboficial 2do. de la Marina, hoy Suboficial Mayor RE- se intentó acomodar la vivienda (previa autorización de su fuerza y del Ejercito), e inmediatamente el barrio fue rodeado por fuerzas de seguridad con intenciones de allanar nuevamente la casa.

También supe por boca de mis abuelos y tías maternas, que a mi mamá junto con los otros compañeros, les había matado en el lugar, pero que nunca se les entregaron los cuerpos.

Mi familia paralizada por el miedo y el dolor, se hundió legal y socialmente en el más absoluto silencio. Consecuencia de ello nunca efectuaron denuncia alguna.

En 1.992, me contacté con Familiares de Detenidos-Desaparecidos de La Plata, y Laura Taffetani me ayudó a reunirme con algunos datos más que confirman lo ya narrado sobre el destino de mi madre.

Supe ahí que en el registro del cementerio de La Plata habia actas de cadáveres NN y que por los datos similares de fecha, lugar, tipo de muerte y edad, se trataría de mi mamá y sus compañeros. También que antes que un Juez dictara "no innovar", 200 cadáveres NN fueron a parar al osario, entre ellos todo indicaría que está también mi madre.

En el acta Nro. 2872 y 2873/76, que serían la de mi mamá y su compañera Mimí por las edades dice: "falleció NN de destrucción de masa encefálica por proyectil arma de fuego"adjunto fotocopias de las actas)

En 1.992, también fui al archivo del Diario El Día, lo que me dio la versión oficial de la masacre. Al encontrar ejemplares del 26 y 27/11/76 (también adjunto fotocopias), en ellos presentan el múltiple asesinato como enfrentamiento, y el Comando Militar Zona Uno reconoce haber matado a Elida Aida D'IPOLITO, alias "Amalia", Miguel TIERNO "Manuel", MONTE ROAL "Leandro", un tercero conocido como César sin más identificación, Mimí compañera de ROAL (embarazada), y la compañera de TIERNO de la que se desconoce su filiación y nombre de guerra. Esta última es mi mamá. Se llamaba María Graciela TONCOVICH y sus nombre de militancia fueron Malena y Cristina.

En el interior del mismo diario (pág. 15) la calificaron como "una delincuente concubina de Manuel". El relato del diario dejó en mí un dolor aún más profundo, y un año más tarde viajé nuevamente a La Plata (ya que desde 1.980 vivo entre Viedma y Patagones, a 1.000 kms de donde sucedieron los hechos). Fui a "mi casa", donde mataron a mis padres (Miguel Angel fue afectivamente mi papá). Al lado seguía estando la panadería, la fachada de la casa permanecía igual. Tomé coraje y en la panadería encontré al hombre que hace tantos años había sido mi vecino; yo sin saberlo le pregunté si vivía por ahí, si sabía de quién era la casa de al lado, y al preguntarme porqué, le expliqué que se trataba de la casa de mi infancia.

El hombre inmediatamente me reconoció y recordó qoe yo de pequeña jugaba con su hija. Y cuando le pregunté si recordaba algo de esa época, como quien cuenta una película me narró lo sucedido.

Dijo que él había salido temprano esa mañana pero que su mujer e hijos estaban en la casa (que queda pegada a "mi casa"), manifestó que a media mañana rodearon tres manzanas, que habían policias "hasta en los árboles", y que en un determinado momento sin más comenzaron a disparar contra el portón de su casa. Me mostró los agujeros que hoy aún existen. Dijo que de mi casa gritaron "que no era ahí", entonces con mayor intencidad comenzaron a disparar contra ella. Contó que entraron en la vivienda que en esa época no tenía la división de los patios con paredes sino con plantas, que no pararon de disparar en ningún momento, que su mujer y luego él pudieron ver donde cayeron los cuerpos baleados. Dijo que mi mamá –cree recordar junto con otra mujer- intentaron saltar una tapia y no lo lograron, cayendo tendidas en el piso donde permanecieron por muchas horas. Me mostró las ventanas que fueran parte de mi casa y hoy están en un gallinero de su patio ya que la casa quedó destruida y tuvieron que refaccionarla por completo. En las ventanas se veían los agujeros de las balas, enormes y muchísimos. En ese momento, como mi intención era sólo la de reconstruir la historia de manera que me acercase a esa mamá que luchó por un mundo distinto, a la que le arrebataron la vida y mutilaron la mía y la del resto de mi familia, es que no reparé en anotar el nombre de este vecino testigo de lo ocurrido, quien en su momento manifestó que no tenía problemas en decir lo que él había visto. Tambén recordó claramente el vínculo de mi mamá con "ese muchacho alto, tu papá –dijo" refiréndose a Manuel.

Hoy, a casi 22 años del asesinato y desaparición de mi madre, con el deseo de que no quede todo en el olvido, la profunda necesidad de justicia y la esperanza de que así sea, sin más datos que mi historia que es la de ella, hago este relato con el fin de contribuir en algo a la memoria -que aunque mutilada y dolorida- nos debemos y tenemos que reconstruir.

Para que el deseo de mi madre de....

"no morir
aunque falte una vez
no morir
no morir
aunque un día me canse
de toda esta estructura
y el cemento
de toda la miseria sobre ruedas
sobre botas y sangre
y leyes
y prejuicios
y pesos y monedas

Aunque un día las cosas desvirtuadas
se vuelvan horrorosas
y aparte de anularnos
nos vuelvan sólo cosas.

Aunque existe un futuro
(que no sé si lo creo)
no morir
para ser, para estar
para dar, para hablar, escuchar
musicar, cancionar, rellenar
estallar, anhelar, florecer
entonar, resurgir,
para al fin, revivir !


VIEDMA, 10 de julio de 1.998.-

María del Cielo TAILMITTE

Respuesta de María Gabriela Díaz sobre el testimonio del asesinato de María Graciela Toncovich y otros

Página de María Graciela Toncovich y Miguel Angel Tierno



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