Odio,
sí,
YO odio,
con entusiasmo y emoción.
Odio apasionadamente,
sin alegría ni satisfacción posible,
odio cada día,
odio a los criminales
como Menéndez y todos sus cómplices,
los de uniforme,
los de sotana
y los de traje.
Pero,
también me pregunto,
se puede medir el odio,
¿yo cuanto odio?
¿como se dimensiona el odio?
Y me respondo que mi odio
es tan grande como el amor
que siento por mi gente,
los masacrados,
los torturados,
los encarcelados,
los perseguidos,
los aterrorizados.
Por Marina y su niño que no
nació,
destrozado por una ráfaga de fusil,
por María,
por Eduardo,
por Norma,
por Germán,
por Rodolfo,
por Chichin,
extraviado en el frío de Suecia,
por Rulo,
por Ongarito,
por todos y cada uno de mis amados,
por mí mismo
y las noches de miedo y terror,
por todos los llantos que lloré
y por los que aún me queda por llorar.
Sí odio, con orgullo, sin el más mínimo pudor.
Odio tanto como amo a mis seres amados,
odio a quienes los destruyeron
y ese odio es la energía que aporto
para que los derrotemos.
No me arrepiento de todo este odio, no.
Es justo, es correspondiente a sus crímenes.
Estoy vivo,
soy su derrota,
somos los victoriosos supervivientes
que por el solo hecho de existir
les demostramos su derrota.
Y no solo los derrotamos.
Con nuestro odio los condenamos
a pudrirse en las cárceles.
No pudieron vencernos,
no podrían habernos derrotado,
no importa cuanto tiempo dure la lucha,
si yo cayera,
como podría haber caído en Santos Lugares,
en San Miguel,
en José C Paz,
en Martínez,
en Hurlingham,
si estuviera entre algunas de las treinta mil fotos,
el odio de mi amor destrozado,
hubiera pasado a otra generación
que hubiera hecho esta justicia.
Pero estoy vivo, odiando y amando.
Miro a mis tres hijos,
lloro por el que nunca llego a vivir
y confirmo que la Vida es invencible.
Porque esta formada por amor y odio,
en su medida justa.
Por ello reivindico el odio,
tanto odio como amor,
para aborrecer a los que pueden destruir a quienes amo.
Sin perdón ni remordimientos.
Implacable, victorioso, como ayer en Córdoba.
Diego Arcos
Barcelona, julio de 2008.
NOSOTROS, LOS SUBVERSIVOS, LOS PERSEGUIDOS,
LAS VICTIMAS, celebramos con alegría y emoción,
esta victoria de la Justicia.
EL, Menéndez, el perro sanguinario, soberbio y cruel,
amo de vidas y muertes inauditas, abatido por la Justicia
que supimos imponer.
Todos se van a pudrir en la cárcel, todos,
hasta el último.
Van a padecer la Justicia implacable, esa justicia,
la del Pueblo, la justicia que negaron a nuestra gente.
Juicio a Menéndez: la sentencia
Luciano Benjamín Menéndez
Ex jefe del Tercer Cuerpo de Ejército
Condena: Prisión Perpetua, cárcel común
Hermes Oscar Rodríguez
Ex segundo jefe del Destacamento de Inteligencia 141
Condena: 22 años de prisión, cárcel común
Jorge Exequiel Acosta
Fue jefe operativo de La Perla
Condena: 22 años de prisión, cárcel común
Luis Alberto Manzanelli
Integrante de 'la patota' de La Perla
Condena: Prisión Perpetua, cárcel común
Carlos Alberto Vega
Fue administrador de La Perla
Condena: 18 años de prisión, cárcel común
Carlos Alberto Díaz
Integrante de 'la patota' de La Perla
Condena: Prisión Perpetua, cárcel común
Oreste Valentín Padován
Integrante de 'la patota' de La Perla
Condena: Prisión Perpetua, cárcel común
Ricardo Alberto Ramón Lardone
Integrante de La Perla – civil de Inteligencia
Condena: Prisión Perpetua, cárcel común