A Carolina Segal, mi amiga.
Secuestrada en 1976.
Tenía veinte años.
En Buenos Aires está naciendo el día
entre furias y monstruos desatados.
En Buenos Aires está naciendo el día
enlutecido
amordazado
amortajado.
En Buenos Aires
mi ciudad y la tuya
no sé con qué coraje el sol se asoma
a las ventanas desoladas.
En Buenos Aires
no puedo imaginarme Carolina
el alba sin tu risa
las calles sin tus pasos.
En Buenos Aires
en mi patria toda
en mi país están matando el día.
En Buenos Aires
la que nunca duerme
tus ojos se cierran ya sobre el espanto
mientras las sombras devoran tu cuerpo
apagando tu canto.
Y yo te veo
muchachita querida
aferrada fieramente a la vida
defendiendo con tus manos pequeñas
tu última sonrisa
y tu ternura.
En Buenos Aires está naciendo el día
desertado de pájaros.
En el silencio roto por el peso
de tanta vida
robada
el llanto de tu hijo
te reclama.
Ven a mi lado
no llores
ojos claros
tu hijo te llama
cantemos para él.
Ramat Ha Kovesh, 1976
Por Adriana Stein Fourman