Yo iré a matar la Buenos Aires celeste
el recuerdo
el sueño
la nostalgia.
Hipnotizada
atravesaré mi Vía Crucis
cuenta atrás
hasta tocar las tumbas que aún me esperan
en esa ciudad donde hoy seré extranjera
donde nadie me reconocerá
donde nadie dice ya
mi nombre.
Sobre un papel en blanco
en un viejo café cuyas sillas conozco
encontraré el camino hacia mi alumbramiento
el instante obscuro en que fue concebido
mi exilio.
No sé cuántas horas pasarán
desgranando los años
de la ausencia.
Sola en esa ciudad
que fue la mía para luego ser
el amputado miembro de mi cuerpo
comprenderé que más allá de la distancia
el tiempo hizo lo suyo
inexorable.
Soy este muñón que incansable dialoga
con los muertos
soy este árbol que sobrevivió a la tala
y en vano busca sus raíces.
Soy esta libra de carne
condenada a volar:
allí donde nací
soy extranjera.
Ciutat de Palma, 1985
Por Adriana Stein Fourman