desaparecidos

Sin Marcos


Besaré tus labios






Besaré tus labios
que sangran 
gritos y desdenes.

Tomaré tus manos
de dedos truncos,
nacerá la caricia perdida.

Lloraré
con tus ojos arrancados,
seré tu luz.

Con saliva sanaré 
tu espalda flagelada,
me tornaré tu abrigo.

Recobrarás
tus mutiladas piernas,
seré camino y rincón.

Amaré tu sexo,
ya sin picanas,
seré deseo para tí.

¿Pero qué hago con tus miedos
 si el asesino anda suelto?

Gustavo Tisocco



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