Febrero 6, 2007

Cristina Fernández: "Este es un gran día para la condición humana"

Nota correspondiente a la publicación del día Martes de 6 de Febrero de 2007


Antes de firmar la Convención contra la Desaparición Forzada de Personas, aseguró que "la administración del presidente Kirchner ha hecho de los derechos humanos uno de los pilares básicos de su gobierno". Y agregó que la desaparición de Julio López generó "la convicción más absoluta" de que los juicios contra los genocidas "se deben llevar adelante".

La Argentina, "el segundo laboratoria de ensayo" del Holocausto, da la bienvenida a la Convención Internacional contra la Desaparición Forzada de Personas como un "aporte invalorable a la defensa de la condición humana", dijo hoy la senadora Cristina Fernández de Kirchner.

En un discurso ofrecido en la sede de la cancillería francesa, donde se firmó la convención ante representantes de 50 países, la legisladora explicó que la Argentina tuvo "el protagonismo triste" de haber sufrido el horror "del terrorismo de Estado".

Durante el acto, la senadora aseguró que, en la actualidad, la defensa de los derechos humanos se había convertido en "uno de los pilares básicos" del gobierno que preside Néstor Kirchner.

Al referirse a los crímenes de la última dictadura militar, Fernández de Kirchner expresó su satisfacción porque "los tres poderes del Estado, junto a una sociedad democrática, han decidido declarar la nulidad de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final y consagrarse a la memoria y el castigo de los culpables".

En este contexto, se refirió a la desaparición de Jorge Julio López, que, sostuvo, generó "en el Gobierno la convicción más absoluta" de que los juicios contra los genocidas "deben seguir llevándose adelante". La senadora aseguró que "ésta es la única garantía" de que "estas aberraciones no vuelvan a suceder".

Fernández de Kirchner sostuvo que se estaba viviendo "un gran día para la condición humana" y dijo que la enorgullecía que la Argentina, junto a la "hermana" República de Francia, "sean grandes impulsoras" de esta convención. Asimismo, destacó que asistía "con mucho honor" a este acto de firma, al que consideró "un compromiso institucional, moral, político y generacional".

La legisladora se manifestó honrada de pertenecer a una "generación que fue la víctima propicia de ese terrorismo de Estado" y dijo que la convención reivindicaba a "todos aquellos que no tuvieron derecho a defenderse ante un juicio justo".

Minutos antes de firmar el texto de la convención, la senadora respaldó la actuación de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, en especial de las dirigentes Estela Carlotto, Hebe de Bonafini y Marta Vázquez, en su defensa de los derechos humanos.


Telam - Agencia Nacional de Noticias de la República Argentina - Versión de la nota para impresión.


Marta Vásquez aseguró que el documento "ayudará a mantener viva la memoria"


La titular de Madres de Plaza de Mayo-Línea fundadora se refirió de esta manera al documento que se firmó hoy en París. "Hemos alcanzado nuestro objetivo, es un día memorable", manifestó la reconocida luchadora por los Derechos Humanos.

La titular de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora, Marta Vásquez, dijo hoy que la firma de la Convención contra la Desaparición Forzada de Personas "nos ayudará a mantener viva la memoria".

Respecto a la larga lucha de los familiares de desaparecidos para lograr este documento, Vásquez afirmó: "Hemos alcanzado nuestro objetivo, hoy será un día memorable".

Vásquez, destacada luchadora por los Derechos Humanos, fue una de las oradoras en el acto de firma de la Convención Internacional Contra la Desaparición Forzada de Personas que se realizó en la sede diplomática francesa Quai D’Orsay, en París.

En 1973, Marta era madre de seis hijos, pero la represión ilegal le arrancó a su única hija mujer y fue entonces cuando empezó una ardua lucha que lleva más de 30 años y es reconocida a nivel mundial.



Un logro tras el difícil camino en la lucha por los Derechos Humanos


El subsecretario de Derechos Humanos, Rodolfo Mattarolo, señaló que la firma de la Convención "fue una tarea muy difícil" por las obstrucciones que habían padecido por parte de "la diplomacia militar”. Al respecto, admitió que existe "una gran satisfacción" por la rúbrica, "sobre todo pensando en las víctimas, en los que no están".

El subsecretario de Derechos Humanos, Rodolfo Mattarolo, señaló hoy que "hay una gran satisfacción" por la firma de la Convención Contra la Desaparición Forzada de Personas, "sobre todo pensando en las víctimas, en los que no están".

Recordó que el escritor Julio Cortázar, al hablar en la inauguración del Coloquio de París, en 1981, donde se comenzó a analizar la elaboración de una convención sobre el tema, enfatizó en que más que pensar en "categorías jurídicas, tenemos que sentir a las víctimas, su aliento, rescatarlos como seres humanos".

"Eso me parece fundamental: las categorías jurídicas tienen cierto grado de abstracción y esas palabras apuntaban al sentido de la vida", dijo Mattarollo en una entrevista con Télam, en la que destacó los hitos fundamentales que marcaron el camino hasta llegar hoy a la firma del instrumento jurídico internacional.

El funcionario señaló que le tocó a él "realizar, en agosto de 1976, la primera denuncia sobre la desaparición forzada de personas en la Argentina, ante la Subcomisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en Ginebra", en nombre de "la comisión internacional de juristas, una ONG con estatuto consultivo".

Esa denuncia fue repetida "en marzo de 1977 ante la Comisión de Derechos Humanos de la ONU", en lo que significó el comienzo de una acción de "denuncia sistemática de violaciones, torturas, asesinatos y desapariciones forzadas, que aparecía como el método fundamental que empleaba la Junta Militar".

Recordó que "esta fue una tarea muy difícil" por las obstrucciones desplegadas por "la diplomacia militar argentina que, aliada en ese momento a la entonces Unión Soviética, con quien tenía excelentes relaciones comerciales, desarrollaba una férrea labor en contra de las denuncias de las ONG".

En ese marco, "el exilio argentino aparece como un actor importante, al cumplir un papel fundamental de explicación, de información de la opinión pública internacional", en un trabajo de "crear, ingeniarse para hacer llegar sus denuncias a la ONU a través de las ONG que ofrecieron sus tribunas", dijo Mattarollo.

Rescató la intervención de "gente honesta y competente que había en el seno de la ONU", como el experto holandés Leo Van Vogen, quien "creó un grupo de trabajo sobre desapariciones forzadas con la finalidad de tomar el caso argentino y de otros países".

El grupo comenzó a trabajar en 1980 en la ONU para "colaborar con los gobiernos en la búsqueda de desaparecidos", con un mandato de un año, a cuyo término, frente a una "ofensiva de la diplomacia militar argentina para que no se renueve, "un núcleo de abogados argentinos exiliados en Francia, decidimos hacer un gran evento internacional", indicó.

Nació así en 1981 el Coloquio de París, el cual "produce una gran convocatoria durante dos días: el 31 de enero, en el Senado de Francia, y por la gran repercusión, al día siguiente, primero de febrero, continúa en la Cámara de Diputados".

"Con alocución de Julio Cortázar se lee el libro ’La negación del olvido’ y se presentan por primera vez los proyectos de Convención, algunos elaborados en Europa y otros en Argentina, y se logra la renovación del mandato para el funcionamiento del grupo, que aún hoy día existe", recordó Mattarollo.

En los años ’90, al cumplirse una década del funcionamiento del grupo, se redacta un informe en el cual se expresa que "si hubiera que identificar una causa de las desapariciones, el rasgo fundamental que las explica sería la impunidad, y esa fue una buena referencia para los argentinos".

El funcionario señaló las dificultades que encontraron para definir la figura de la desaparición, al tratarse de "un comportamiento complejo, que reunía múltiples violaciones", lo cual "retardó durante años la acción de la convención".

Por ello "se adoptó la estrategia de tender hacia una convención pero, antes, obtener una declaración que fue hecha en 1992 por la ONU y lograda por actividades como el coloquio de París de 1981 y el coloquio de Bogotá de 1986".

Luego, acotó, "un grupo de juristas latinos nos reunimos en Ginebra con juristas europeos para redactar un anteproyecto y una figura clave en todo esto. El experto francés Luis Joinet presenta un proyecto de convención, elaborado sobre la base de ese trabajo, a la subcomisión de Derechos Humanos de la ONU".

"En el 2003 se forma un grupo de composición abierta para redactar una convención definitiva, donde a mi me tocó ser el jefe de la delegación argentina, y el año pasado se aprobó por unanimidad en el Consejo de Derechos Humanos, tras lo cual lo adopta la Asamblea General el 20 de diciembre y se convirtió así en una Convención patrocinada por más de cien Estados", concluyó Mattarollo.

Posted by marga at Febrero 6, 2007 7:04 PM | TrackBack
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