Epílogo. Celebración en el Campo Santo.

CAMPO SANTO

 

 

(Del testimonio del ex sargento Víctor Ibañez)


"A principios de 1980, cuando ya me habían trasladado de ese lugar, llegó la orden de cerrar El Campito. El general Bussi dispuso de inmediato eliminar a los 200 prisioneros perejiles (1) que todavía estaban alojados en pabellones, a los que se tenía pensado dejar con vida, en libertad. 

"Una vez desalojado el perdio, despuéas del último vuelo, Bussi envió una compañía de ingenieros que se encargó de demoler las instalaciones. Llevaron topadoras, grúas, piquetes de soldados y camiones que no dejaron ni un solo escombro, ni la menor señal de lo que había sucedido sobre ese terreno. 

"Después me contaron que en ese mismo lugar se organizó la fiesta de despedida de los soldados conscriptos que se iban de baja ese año. Hubo empanadas, choriceada y jarras de vino. Armaron un escenario sobre la tierra recién removida que tenía como fondo un gran cartel en el que se leía: La misión será cumplida. Llevaron a guitarreros y grupos folclóricos, a orquestas con cantores que por ese entonces solían estar siempre en el programa Grandes Valores del Tango, que se daba por Canal 9. Los llevaron a todos hasta ese páramo aislado, sin que ellos supieran que eran parte de una ceremonia triunfal, campo santo que tenían bajos su pies." 

 




 

 

 



(1)  Se denominaban como "perejiles" a aquellos cuya participación en las organizaciones revolucionarias había sido irrevelante, y a aquellos cuya vinculación con la guerrilla no había sido comprobada por los interrogadores después de haberlos sometido a prolongadas sesiones de tortura.

 

Indice General de Campo Santo