ANCLA

por Natalia Vinelli

 

 

"Por algo será"

 

La recuperación de las instituciones democráticas significó en nuestro país una cierta lectura de la dictadura militar. No es solo un juego con los tiempos verbales si nos preguntamos acerca de "cómo fue la transición para saber cómo será la dictadura". Es que, como sabemos, cada época política lee su antecedente en función de los intereses inmediatos y de la correlación de fuerzas ideológicas existentes. Por una parte, la salida de la Guerra de Malvinas fue el escenario más adecuado para obturar cualquier reflexión o debate acerca del lugar de la violencia en la historia de América Latina y de la Argentina; la llegada al poder del radicalismo implicó el predominio de formas parlamentarias y de un borramiento, por lo menos parcial, de las responsabilidades de los políticos durante la represión. La "clase" política instaló el tema desde la perspectiva del "exceso y del error" y aunque el juzgamiento de los comandantes fue el resultado residual de las movilizaciones de masas e implicó en la sentencia la negación de los "errores y excesos", durante un tiempo para la sociedad civil los desaparecidos habían sido objeto de arbitrariedad (porque no "tenían nada que ver" o porque no habían sido juzgados).

Solo algunos organismos de derechos humanos y ciertas estructuras políticas reivindicaban la estrecha relación entre la represión y la actividad de los desaparecidos y asesinados, además de los miles de presos políticos y cesanteados y exiliados. Con el correr del tiempo y de manera dificultosa comenzó una tarea de concientización social en la cual el estereotipo, asimilado por muchos, de que se "desaparecía por cualquier cosa o por llevar un libro prohibido" dejaba lugar a la explicación lógica y racional de que la dictadura había sido tan feroz no por incapacidad sino por haber desarrollado una sistemática y planificada represión de la cual todavía hoy no nos podemos recuperar totalmente.

El "por algo será", frase que indicaba la indiferencia civil frente a la represión (y su responsabilidad objetiva con la misma), era el leit motiv mediático y ensayístico de una psicología social que tranquilizaba conciencias particulares y alejaba el fantasma de miles de seres que habían tenido una trayectoria social, política y cultural. Lo que había desaparecido no era sólo la persona sino su trayectoria anterior al hecho o en todo caso la transición democrática rescataba aspectos menos contradictorios o para nada causales para que sobre él se ejerciera un acto de violencia física o ideológica.

Como sucede con otras situaciones políticas, son ciertos factores más objetivos, como la persistencia de la crisis, una renovación generacional que, si bien no está tan involucrada con los hechos, desarrolla una gran curiosidad acerca de ellos y sobre todo, la impunidad de los crímenes, todo lo cual promueve que se proyecten sobre el período y sus protagonistas nuevas miradas que se hagan cargo de todas las mochilas posibles. Este es el valor del trabajo acerca de la experiencia de ANCLA, la de un acercamiento crudo y sistemático a una práctica de resistencia antidictatorial que no la libere de sus relaciones políticas fundamentales y que además no la limite a la tematización académica aséptica y despojada, tan frecuente en la mirada institucional sobre la época de la represión.

Por otro lado, la propia figura de Walsh fue tratada de diversas maneras, privilegiándose en primera instancia su calidad de escritor, luego sus aportes al periodismo de investigación para finalmente rescatar su compromiso político en el campo popular. Se soslayaba en líneas generales su decisión de subordinar la práctica literaria y en buena medida la de periodista de investigación a la decisión por una militancia política de carácter orgánico en "el marco de un enfrentamiento de clases que radicalizaba las posiciones y los métodos.

Un doble valor entonces, por una parte, el rescate de prácticas sociales y políticas de resistencia ante la opresión y de formas comunicacionales alternativas frente a la dominación simbólica que significó la censura dictatorial; por la otra, el acercamiento en el ámbito universitario, origen del presente trabajo, de temas que "queman" en el doble sentido del término, porque resultan cuestiones traumáticas de la historia política argentina y en un significado más popular, porque implican un "costo" institucional importante para una posible carrera académica.

Por eso, en tiempos tan livianos como los que corren, se saluda este trabajo inicial.

Carlos Mangone.

 

 

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