Informe Final Chaco

Comisión de ddhh de la Cámara de Diputados de la provincia del Chaco

 

4. Introducción

 

4.1.1. Antecedentes de creación de la Comisión de Derechos Humanos

Restablecido el orden constitucional, las autoridades del gobierno elegido por el pueblo no sólo debían restañar las heridas producidas por la desquiciante política de destrucción nacional, sino que además era preciso investigar, aclarar cada acción criminal; determinar quienes fueron los ideólogos o inspiradores del terrorismo de Estado en el país, su responsables jerárquicos y sus ejecutores, a fin de requerir de la Justicia el juicio y castigo a los culpables.

La decisión política de crear una Comisión de Investigación Parlamentaria, era el presupuesto indispensable, pues la acción de esclarecimiento debía tener un carácter institucional, y no la búsqueda individual de reparación, porque la gran víctima fue la Nación Argentina, y ésta es la que debía y debe cicatrizar sus heridas, y dar el ejemplo a las generaciones que nos sucederán.

Era preciso, pues, no sólo dar una respuesta a las miles de personas afectadas por tanta muerte, tortura física y psicológica y degradación humana hasta límites inconmensurables, sino que era menester que esta sociedad, nuestra sociedad se adentrara en los umbrales del dolor y de la infamia, para que la indiferencia y el silencio cómplice de los años del Proceso Militar, se transformen en una actitud cívica comprometida con los auténticos valores de nuestro ser nacional, que en democracia los argentinos sabremos consolidar para nuestra generación y las venideras.

El pueblo debe saber la verdad y exigir justicia, porque la manipulación por parte de la dictadura de los medios de comunicación, hizo que la comunidad desconociera las gravísimas violaciones a los derechos y garantías personales consagradas por la Constitución, llevando - incluso - a la población a creer que todo aquél que era detenido por razones políticas, gremiales, culturales, era subversivo, o que las detenciones se justificaban con aquella triste frase "en algo andaba", creando de esta manera el marco propicio de indiferencia colectiva, logrando así el espectro necesario para actuar con la mayor impunidad.

Por último, el Poder Ejecutivo promulga la citada norma con fecha 30 de mayo de 1984, dando el marco indispensable para el funcionamiento y actuación de la Comisión de Derechos Humanos.




4.1.2. Significación política



La violencia en la Argentina se incrementa en forma notable durante la década del 70. Este fenómeno no era exclusivo de nuestro país, sino que sufrían sus consecuencias otros países, entre los que merece destacarse Italia.

Vale remarcar el fenómeno italiano, pues durante años sufrió la despiadada acción de las formaciones fascistas, de las Brigadas Rojas y de otros grupos; sin embargo, Italia jamás abandonó los principios del derecho para combatir la violencia, y lo hizo con gran eficacia, ofreciendo a los acusados todas las garantías del debido proceso y la defensa en juicio.

Asimismo, es oportuno recordar que en ocasión del secuestro de Aldo Moro, encontrándose detenida una persona que daba la impresión de manejar información exacta sobre el citado secuestro, un alto miembro de los servicios de inteligencia le propuso al general Dalla Chiesa torturar al detenido, a lo cual respondió con estas palabras "Italia puede permitirse perder a Aldo Moro. No, en cambio implantar la tortura".

Lamentablemente, nuestro país no siguió ese camino. A la violencia imperante se respondió con un terrorismo infinitamente más cruel y despiadado.

Se instaura en el país un Estado Terrorista que construye su poder, militarizando la sociedad, mediante el miedo y el horror, que paralelamente va eliminando a millares de seres humanos y estructuras políticas, sociales y gremiales. Su fin inmediato es la organización de aparatos coercitivos clandestinos para asegurar el orden social impuesto. Su fin intrínseco estaba en la imposición definitiva de un modelo dependiente en lo económico, autoritario en lo político y de marginación en lo social.


Para afirmar y consolidar este poder, se dispuso:

a) La destitución de las autoridades constitucionales;
b) el sometimiento del Poder Judicial;
c) la supresión de las libertades públicas;
d) la disolución de los partidos políticos y la suspensión de toda actividad que tenga este carácter;
e) la supresión de la C.G.T., intervención de los gremios y estricto control de las Universidades;
f) censura y control absoluto de los medios de comunicación;
g) ataque y destrucción a estamentos profesionales de relevancia social (escritores, educadores, psicólogos, actores, periodistas, etc.);
h) la utilización irrestricta de las estructuras del Estado para la prosecución de los objetivos fijados.


La primera característica del Estado Terrorista, en el ocultamiento de sus actos, por eso ocultan su accionar, y se brindan explicaciones inverosímiles del baño de sangre que se abatía sobre el país, como que los sucesos se debían a "las bandas incontroladas", o a "ajustes de cuentas entre grupos subversivos", o que los desaparecidos son personas "huidas a exterior del país." 

Evidentemente, existía un pacto de sangre que permitía la homogeneidad, la mística colectiva de los represores y la justificación de la represión ilegal. Esto último se pone en evidencia en las declaraciones que a continuación se transcriben: 

"No vamos a combatir hasta la muerte, vamos a combatir hasta la victoria, esté más allá o más acá de la muerte" (Almte. Massera en la ESMA, 2/11/76);

"La lucha que libramos no reconoce límites morales; se realiza más allá del bien y del mal" (Tte. Cnel. Pascarelli, comandante del Grupo 1 de Artillería de Ciudadela, marzo de 1977);

"La guerra que perdió E.E.U.U. en Vietnam, la hemos ganado ahora los argentinos contra el marxismo apátrida" (Gral. Cristino Nicolaides, octubre de 1979);

"Estamos cada día más orgulloso de haber eliminado del país a los zurdos, por lo menos en su estructura militar". "Si tenemos la oportunidad de volver a la lucha, estamos en condiciones psíquicas, físicas y morales para hacerlo. Nuestro objetivo fue y seguirá siendo, el eliminar el trapo rojo de la argentina" (Com. Gral. -R- Wenceslao Ceniquel, 10 de setiembre de 1985, diario "Norte").

Esta Comisión no fue creada para el juzgamiento, sino para investigar y esclarecer los hechos acaecidos en el Chaco durante los años oscuros de la dictadura militar, y brindar a la Justicia ordinaria la posibilidad de juzgar y castigar a los culpables de la tragedia más grande de nuestra historia.

Con un profundo sentido democrático, hemos asumido tan delicada e ímproba tarea, más allá de los incrédulos, más allá de los apresurados, más allá del claro compromiso moral y político que la tarea encerraba al abordar un tema tan traumático para la sociedad argentina.

Si conseguimos que la comunidad chaqueña tome conciencia de lo ocurrido, del pisoteo de los principios éticos que cometieron quienes secuestraron, violaron, torturaron y mataron en nombre del "mundo occidental y cristiano", de la vulneración del derecho a la vida, a la seguridad personal, a la libre expresión de las ideas, habremos dado un paso importante en la lucha por la consolidación del sistema democrático y en la superación de la crisis por la que atraviesa la Argentina en los umbrales del año 2.000.

 

 

 

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