El Rosario de Galtieri y Feced
por Carlos del Frade
Capítulo 10
El presente
Realidad social y reciclaje del pasado
Galtieri tiene una cuenta
secreta en Suiza; Martínez de Hoz volvió a la provincia como dueño del ex Banco
Provincial, ahora privatizado y convertido en el Nuevo Banco de Santa Fe;
Acindar recibe créditos por 50 millones de dólares del Banco Mundial; Celulosa
es propiedad del principal acreedor argentino, el Citicorp; y los contratistas
del estado provincial y municipal, Malvicino y Gardebled, son dueños de buena
parte del patrimonio santafesino y rosarino.
Un cuarto de siglo después del golpe del 24 de marzo, la sociedad santafesina es
mucho más injusta.
El 7 por ciento de la población económicamente activa se queda con casi el 30
por ciento de lo producido por toda la sociedad, tanto en el Gran Rosario como
en el aglomerado Santa Fe - Santo Tomé.
Hacia 1975, la concentración de riquezas era mucho menor: el 10 por ciento
acomodado tenía el 15 por ciento del PBI.
Y el subsuelo de la sociedad rosarina aumentó su pobreza y exclusión. A
principios de la segunda mitad de la década del setenta, el 10 por ciento más
pobre arañaba el 10 por ciento de la producción total.
Hoy, el sótano existencial colectivo santafesino apenas rasguña el 3 por ciento
del PBI.
La concentración de riquezas fue posible gracias a la transferencia de recursos
de la clase trabajadora a la burguesía regional y nacional.
En 1975, cuando asumió Ramón Genaro Díaz Bessone como comandante del II Cuerpo
de Ejército, el salario representaba el 35 por ciento del PBI. Hoy, apenas el 12
por ciento. Miles de millones de pesos que fueron a parar a los poderosos de la
región.
Concentración de riquezas a través de un doble sistema de control social:
terrorismo de estado y exclusión económica.
Y dos figuras como símbolos para la obediencia civil.
Desaparecidos, desocupados.
Se produjeron 50 mil despidos industriales en la región que alguna vez fue
llamada “el cordón industrial del Gran Rosario”.
Medio millón de pobres, 280 mil personas por debajo de la línea de supervivencia
(ganan menos de 320 pesos mensuales necesarios para alimentarse todos los días y
nada más que eso), 160 mil rosarinos con problemas de empleo severos
(desocupación y subocupación), 55 mil chicos con necesidades básicas
insatisfechas y 3.600 desnutridos en el principal estado productor de leche en
la Argentina.
Este presente es consecuencia del proyecto que las familias Acevedo y Paladini
impulsaban en cenas y desayunos con Díaz Bessone, Galtieri y Feced.
La lógica de los números lo expresa con contundencia.
Seis de cada diez desaparecidos en la provincia tienen entre 15 y 30 años; seis
de cada diez desocupados tienen entre 15 y 30 años y seis de cada diez imputados
de delitos menores en la zona del Gran Rosario, tienen entre 15 y 30 años.
Tres seis.
El 666.
El número de la bestia del Apocalipsis bíblico.
La bestia del sistema económico y político que impuso el modelo de sociedad
obediente a través del terrorismo de estado y la exclusión.
Sociedad obediente: en Santa Fe y Rosario la mayor cantidad de gente que trabaja
lo hace a razón de diez horas diarias y los convenios colectivos de trabajo ya
fueron sentenciados por la ley de reforma laboral de la administración De La Rúa
después de una década de demolición de los derechos laborales durante las
presidencias de Carlos Menem.
Sociedad obediente: en el año 2000, en el segundo estado argentino, hay 125
accidentes laborales por día y un muerto por cuestiones de trabajo cada dos
días.
Sociedad obediente: 50 mil chicos rosarinos y santafesinos, entre quince y
veinticinco años no trabajan ni estudian. Soportan el presente y nadie les trae
los sueños inconclusos del pasado para que continúen la lucha por una sociedad
mejor. Todo lo contrario. En la provincia ya hay 48 mil consumidores permanentes
de marihuana y cocaína, mientras 5 mil familias encuentran en el menudeo de la
droga una forma de microempendimiento familiar de sobrevivencia.
Los mismos empresarios que antes cenaban con Feced y Galtieri, ahora reunidos en
el llamado Foro Regional Rosario, piden mano dura, expulsión de los pobres de
otras provincias y mayor cantidad de cárceles.
De allí que la búsqueda de justicia y la construcción de la verdad histórica no
solamente arrojará los nombres y los hechos de policías, parapoliciales,
militares y paramilitares, si no también la responsabilidad de los grandes
empresarios, jueces, camaristas y políticos de la propia democracia que
permitieron distintas impunidades y fueron cómplices de este presente.