10. Martínez de Hoz, ministro de economía del genocidio

Tito Martín..., por José Ernesto Schulman

 

 

"La crisis capitalista nunca es otra cosa que esto, la ruptura de un patrón de dominación de clase relativamente estable. Aparece como una crisis económica que se expresa en una caída de la tasa de ganancia, pero su núcleo es el fracaso de un patrón de dominación establecido. Desde el punto de vista del capital la crisis sólo puede ser resuelta mediante el establecimiento de nuevos patrones para imponerlos a la clase obrera. Para el capitalismo la crisis solo puede ser resuelta a través de luchas, a través del restablecimiento de la autoridad y a través de una difícil búsqueda de nuevos patrones de dominación."

John Holloway. "La rosa roja de Nissan". Cuadernos del Sur Nº 7.

 

No pocos piensan que el golpe de estado de Videla de marzo de 1976 empezó efectivamente un año antes, el 30 de marzo de 1975 cuando el Estado usó toda su fuerza represiva para aplastar a sangre y fuego la experiencia de los metalúrgicos, los trabajadores y el pueblo de Villa Constitución. Habría que remontarse a principios de siglo, al Ejército acudiendo en ayuda de los estancieros ingleses de la Patagonia, a la Policía brava santafesina, los “cardenales” corriendo en ayuda de La Forestal en el Chaco Santafesino para encontrar semejante muestra de identificación del Estado y sus institutos represivos con una empresa privada capitalista. Hemos venido demostrando a lo largo de este trabajo, que toda la historia de Acindar tiene un punto de apoyo esencial en la intervención estatal.  Con el Operativo del 20 de marzo de 1975 se llegaría al acto culminante pero no final.

Poco antes de que caiga Isabel Martínez de Perón, Acindar vuelve a lograr un compromiso gubernamental de apoyo irrestricto a la construcción de la Planta Integrada (su viejo sueño independestista): el decreto 218 de enero de 1976 que autoriza su construcción y compromete avales para los créditos externos. El 18 de agosto de 1978 la Planta Integrada fue inaugurada. En el paroxismo del intervencionismo estatal de la dictadura militar se ponía fin al sueño de Savio del desarrollo independiente. “La industria del acero es la primera de las industrias -había dicho el General- y constituye el puntal de nuestra industrialización. Sin ella siempre seremos vasallos. La Argentina debe producir acero para poder gravitar en el concierto de las naciones concordantemente con su presente y con su futuro”. (35)

Pero Acindar y Martínez de Hoz no solo tenían estrechos intereses económicos propios.  Tenían clara visión de los intereses de su clase a cuyo sector más poderoso estaban profundamente integrados. Los Acevedo tenían por esos años fuerte participación en el Banco Francés y en la cementera Loma Negra (hoy de Amelita viuda de Fortabat), ampliamente beneficiada en los años por venir con las  “obras públicas” del Mundial, autopistas y planes de vivienda de la dictadura.   Martínez de Hoz, por su parte, articulaba los intereses de Acindar con otros grupos económicos de la envergadura de Brown - Boveri, Bract y Roberts.  Pero no solo era su participación directa en los beneficios. 

 

Su  compromiso y participación en  represión legal e ilegal solo se explica por una profunda consustantación con el proyecto esencial del golpe del 76’ que se proponía matar dos pájaros de un tiro. Por un lado cortar de cuajo el proceso de crecimiento de la movilización, la organización y la conciencia política que desde el 69’ en adelante venía condicionando la cuota de ganancia (en el 74’ se llegó a una participación de los salarios globales de los trabajadores del orden del 45% del total de la riqueza distribuida, cifra que en el 94’ no llega al 20%) sino que ponía en riesgo el mantenimiento del sistema capitalista en la Argentina-  Y por el otro resolver, también por la fuerza política/militar, el viejo conflicto económico entre las distintas facciones de la burguesía que venían pugnando entre sí por imponer uno u otro modelo de “desarrollo” capitalista, uno u otro eje de acumulación de ganancias para la burguesía.  Lo cierto es, y las consecuencias lo confirman, que no solo estaba en juego “un eje de acumulación de ganancias capitalistas”; que no solo se trataba de reemplazar la preeminencia que alguna vez tuvo para la burguesía argentina el mercado interno y por ende las condiciones de vida de los trabajadores y las capas medias de la ciudad y el campo, sino que se trataba de un enfoque más global y profundo.

Dice Oscar Martínez acertadamente, que “Por modelo de acumulación entendemos aquí, en primer lugar los modos en que se genera y distribuye la riqueza social... Pero el concepto implica también, y básicamente, formas determinadas (aunque no estáticas) de relaciones sociales, un conjunto de alianzas y enfrentamientos entre grupos marcados por ciertas relaciones de fuerza.  Y a los que les corresponde formas específicas de realizar, organizar y legitimizar lo político y lo social”. (36)

No solo estaba en discusión  el régimen de acumulación, también lo estaba el modo de regulación.  Por ello, no es por  casualidad que Martínez de Hoz sería reemplazado en la dirección de la empresa por el General Alcídez López Aufranc, al asumir este el ministerio de Economía de la Junta Militar encabezada por Videla. Y acaso habría que transportarse en el tiempo hasta 1991 para entender cabalmente el concepto. Si en 1978 inauguró la PLANTA INTEGRADA, si luego en 1981 absorbe a Gurmendi (que por ese entonces controlaba a su vez a Santa Rosa y a Genaro Grasso) desprendiéndose de cuatro mil seiscientos cuarenta trabajadores (bajó de 12.795 que tenían las cuatro empresas en el 1979 a los 4.300 que reconoce Acindar en el 1992), si se va a beneficiar de todo tipo de exenciones impositivas, avales para créditos, estatización de deuda privada externa, tarifas subvencionadas de gas y de energía eléctrica; sería con la flexibilización laboral impuesta en 1991 que cerraría de algún modo el ciclo iniciado un 20 de marzo de 1974. (37)

El balance empresarial de 1992 informa a los accionistas la reducción de 2.000 operarios en Villa Constitución (de 3.600 a 2.300) con mantenimiento de los niveles de producción anteriores al conflicto del 91’ y una reducción general de gastos del orden del 10%. (38) Y aún más, la flexibiización impuesta terminó con el convenio colectivo e impuso la polifuncionalidad de los trabajadores quedando estos a disposición discrecional de la empresa para la tarea, el modo y tiempo de efectuarla que ésta desee abriendo paso a nuevos niveles de superexplotación generando reubicaciones y despidos masivos. Lo que en su momento se disciplinó a fuerza de tanquetas, falcón verde y la gendarmería, ahora se impondría por medio del chantaje más brutal: “aceptacion o despido”. Una vez más se adelantaba a su tiempo.  Recién en 1995, Menem conseguiría aprobar por el Parlamento la ley de flexibilización laboral para hacer en todos lados lo que Acindar hacía desde el 1991 en sus plantas industriales. Todos estos años, y aún ahora, Acindar ha clamado contra el “costo argentino” al que identifican con el alto costo de su mano de obra.  En un trabajo elaborado en 1985 (39) habíamos logrado establecer que en una hora de trabajo, el “obrero promedio” de Acindar producía un valor equivalente a su salario mensual.

En 1989 el economista Julián Lemoine publicó en el desaparecido diario Sur un extenso estudio (40) donde logra establecer que al 19 de mayo de 1989 el  costo de la mano de obra por tonelada de acero producida es de 16.7 dólares con un salario por hora (incluidas primas, insalubridad, peligrosidad, etc.) de 48 centavos de dólar por hora.  Esto significaba que la productividad de ese momento era superior un 7 % a la coreana, un 42 % a la brasileña, un 59 % a la japonesa y un 85 % a la norteamericana y que la estructura de costos de la empresa era la siguiente: 

 

Incidencia proporcional  de cada rubro en el costo final del producto  

Laborales 23, 339 %
Materias Primas Nacionales 21, 089 %
Materias Primas Importadas 15, 455 %
Servicios Públicos 12, 968 %
Costos de producción 3, 682 %
Costos  de comercialización 1,  098 %
Amortizaciones 9. 173 %
Financiero 13. 000 %
TOTAL (41) 100. 000 %

 

Comentando el balance de marzo de 1995, el heredero “del trono”, el Ingeniero Arturo Acevedo -nieto del fundador- explicaba (42) que habían podido superar los problemas de 1991 (los 40 días de huelga en contra de la flexibilización laboral): “De ahí en más, inauguramos una nueva relación con el gremio, de mayor comunicación sobre lo que había que hacer en la compañía para mantenerla competitiva e insertarse en la región”. A partir de la nueva estrategia, Acindar consiguió aumentar la productividad de la mano de obra de 57/58 mil dólares anuales de facturación por empleado vigentes en 1991 a los 125/128 mil de 1995.  Y aún más, se proponen duplicar nuevamente la productividad en un plazo de dos años y medio.  Para 1998, cada obrero de Acindar producirá por un valor de un cuarto de millón de dólares anuales y seguramente no llegará a ganar diez mil!!

La reconversión ha sido dirigida por la consultora Mc Kinsey con el auspicio del C.F.I. (Corporación  Financiera Internaciona) una agencia del Banco Mundial y se basó en la estrategia de “Right Off” de elevación de la productividad por la via de reducción de los equipos necesarios para la producción de la misma cantidad de acero con la tecnología más moderna disponible.  La flexibilización impuesta en el 91’ era la condición para esta estrategia, así como la construcción de la PLANTA INTEGRADA lo era para la de integración de la década del 80’.Recordemos también que Acindar bajó de un total de 12.795 operarios en el momento de absorber Gurmendi, Genaro Grasso y Santa Rosa a 8.195 ya en 1981 en una primera racionalización; que volvió a bajar cuando sus radicaciones truchas en San Luis (1985) y racionalización de la Planta de la Matanza en 1990 hasta 5.950, que llegó a solo 4.300 después de “flexibilizar” Villa Constitución en el 91’/92’; a 4.000 en el 95’ y proyectan tener apenas 3.000 para el 96’ por la vía de más despidos voluntarios y no reemplazar las vacantes generadas por jubilaciones.

 

  

 

Se desprendió nada menos que de 10.000  obreros industriales desde el momento de las absorciones/fusiones. (43) Está reclaro que el verdadero “costo argentino” de Acindar ha sido siempre ampliamente favorable y -que como venimos demostrando- no se han privado de ninguna acción del Estado que los favoreciera. 

Volvamos entonces al 20 de marzo de 1975 y retomemos la historia. Todavía era su presidente el Dr. José Alfredo Martínez de Hoz, y el personalmente coordina las labores de represión que había empezado mucho antes, pero que tendrían a partir de allí un salvajismo propio de los fascistas. Desde el diez de abril de 1975, fecha en que cae asesinado el obrero de Acindar Miguel Angel Lobotti, hasta fines de 1976, son asesinados 17 compañeros  de los cuales 10 son obreros de Acindar y uno de Marathon, controlada por ese entonces por el grupo empresarial de Acindar. El expediente número 1770 de la CONADEP recoge algunos de los testimonios. Uno de ellos,  indica que el 18 de abril de 1975 un FIAT 1500 y un Ford Falcon ingresaron por  el camino de INDAPE (de Acindar, aceros especiales) y rondaron una casa donde se realizaba una peña. A las doce de la noche, se efectuaron varios disparos desde el Fíat 1500 que mataron al diariero Juan Ponce de León y al obrero portuario  Viribay Adelaido. El 19 de abril, una marcha de obreros de Acindar sobre el centro de Villa es atacada a balazos dos cuadras antes de la Plaza por personal enmascarado montado en autos de la Policía Provincial.  La columna obrera había sido seguida por un helicóptero de la Policía Federal, estacionado y despegado desde el helipuerto de Acindar. Desde fines de abril del ‘75 la Federal directamente se instaló en Acindar. Tenían 70 efectivos que cumplían guardia dentro de fábrica. Entre ellos se encontraba el oficial principal Mújica que gustaba pasearse por Villa en un Peugeot sin patente, con personal de civil y un “obrero” de Acindar apellidado Ranure masivamente identificado como participante de los secuestros y asesinatos que se hacían desde el momento de la ocupación represiva del 20 de marzo del ‘75.  Generalmente lo hacía en un Falcon Rural celeste metalizado que la empresa le había dado para movilizarse. El citado Ranure se llamaba Raúl Antonio, había nacido el 16/5/46, tenía legajo de Acindar 4591,  libreta de enrolamiento 6.142.543 y era miembro del Servicio de Inteligencia de la Federal.  Sus servicios eran muy apreciados dado que por ser criado en Villa podía identificar personalmente a los compañeros de fábrica que se secuestraba, torturaba, asesinaba o encarcelaba. 

Otro que era muy eficaz, era el Comisario a cargo del servicio de Inteligencia de la Policía de Villa, Juan Carlos Rampoldi quien directamente trabajaba en Acindar (lo siguió haciendo hasta bastante después del retorno de la democracia en el 83’) y se encargaba personalmente de las “listas negras” que aún ahora continúan vigentes.    Según varios testigos, el Peugeot del oficial Mújica fue visto el 20 de octubre del 75’ cuando secuestraron (después aparecerían muertos) a la abogada De Grandis, a Carlos Ruescas y Julio Palacios, estos últimos trabajadores de Acindar. El auto era guardado en un galpón custodiado por los Federales de Acindar en el barrio Re. Allí mismo se reparaban los Falcon sin chapa, incluido uno perteneciente a Acindar que poseía sirenas y luces de patrullero que era de color verde blindado. Dentro de Acindar no solo funcionaba el cuartel de la Federal, donde se interrogaba y torturaba a mansalva, también existía un chalet dentro del barrio donde viven los ingenieros y jefes de la empresa  que está en el predio de la fabrica, donde se sometía a tormentos a los compañeros.  El chalet fue demolido poco antes del fin de la dictadura.

¿Será por casualidad entonces que el ocho de octubre de 1984 un comando penetrara a los Tribunales de Rosario y se robara los archivos de la Conadep local que contenían las denuncias, testimonios y pruebas sobre la represión en Villa? ¿Cómo se puede ser tan hipócrita como para escribir, referiendose a los años 1974/76’ como lo hace el distinguido miembro de la Academia Nacional de Historia, el profesor Felix Luna:  “La terapia de intenso trabajo ayuda a superar el reacomodamiento a un clima de normalidad en las tareas de fabrica aunque las actividades gremiales se vean afectadas por los problemas que -debido a su militancia política- afronta la conducción de la U.O.M.?” O peor aún cuando clama que “Alguno de los grandes autores que seguramente continuarán la ininterrumpida obra de la cultura vernácula, tras los capítulos escritos por Hérnandez, Arlt, Mallea, Sábato, Córtazar o Abelardo Castillo, retomará esta historia -está hablando de 1975, año del operativo represivo- y pluma mediante nos hará revivir el drama del hombre que un día despierta a la realidad de no ser más el pacifico tecnólogo u obrero que había sido hasta ayer nomás. Que de golpe salta de la rutina y el método, regla de cálculo en ristre, o del torno y sus herramientas, a la batalla campal desatada por fundamentalistas “avant la lettre” ante quienes sólo vale la ley del más fuerte.  Casi el tema de Macbeth: “un cuento relatado por un idiota, lleno de sonido y furia, que nada significa”. (44) El libro, editado en 1992 (meses después de la última “racionalización”) edifica una historia de la empresa que la presenta como víctima de los gobiernos estatistas que frenaron o impidieron su desarrollo, intentemos entonces un resumen de los mecanismos económicos (de los otros da cuenta la CONADEP),  de que se valió la empresa para poner el Estado a su servicio:

 - Utilización del crédito internacional con avales del estado.   Asunción por  parte del mismo de dicha deuda  mediante el mecanismo del seguro de cambio  Monto de la deuda externa: 652.193.000 dólares, subsidio del 64.8 %.  Cavallo prácticamente la estatizó en 1981 cuando estaba al frente del Banco Central y Alfonsín lo consideró “cosa juzgada” en 1984 asumiendo prácticamente el pago de la misma.      Dicho de otro modo, la PLANTA INTEGRADA y subsiguientes mejoras fueron construidas con dineros públicos.  NO solo consiguió quebrar el monopolio estatal que Savio había soñado para la producción de acero, sino que consiguió que el mismo Estado (el suyo, ¿no?) se lo pague. (45)

- Beneficios de los regímenes de promoción industrial.  Recibió exenciones impositivas por la construcción de la Planta Integrada (monto 251 millones de dólares, aprobado en enero del 75’); por la ampliación de la planta de hierro redondo y alambrón (monto 40,4 millones de dólares, aprobado en enero de 1983);  por la instalación de 12 empresas en la provincia de San Luis las cuales, por 16 años, gozan del beneficio de no pagar I.V.A. ni por las compras ni por las ventas.  Lo más cómico del asunto es que durante exigido subsidios para integrar su producción y concentrarla  geográficamente.  Con el traslado a San Luis de parte de sus instalaciones industriales,  ¡ para des integrar y des concentrar la producción desde el punto de vista técnico, la vieja excusa de los “profesores de economía” para justificar el monopolio. (46)

- Gozó de créditos del BANADE  (debía 231 millones de dólares a fines de 1987 que pasaron a menos de 118 millones de dólares en 1988 sin haber pagado casi nada); y de avales del Tesoro Nacional por 148, 256 millones de dólares recibidos del siguiente modo: el 9/1/76: 81.103 mill. dólares; el 9/1/78: 27.695 mill. dólares y el 5/6/78: 39.728 mill. dólares.Con esos dineros, por esos años hacía importantes diferencias en la “bicicleta financiera” tal como lo muestra el balance de la empresa de 1985 que revela una ganancia (expresada en pesos de entonces) de 4.446,40 millones, de los cuales 867, 5 millones corresponden a “actividades productivas  (es decir al trabajo no retribuido de los trabajadores los cuales producían en una hora el equivalente a su salario mensual y continuaban trabajando a ganancia de la empresa el resto del tiempo) y, nada menos que 3.378,8 millones a “utilidad no operativa” eufemismo técnico que esconde la vulgar bicicleta o especulación financiera típica de la burguesía argentina en aquellos tiempos. (47)

- Recibió durante años la palanquilla a precio subsidiado por parte de Somiza.

- Tuvo protección arancelaria para instaurar precios monopolicos sin competencia externa.

- Recibió tarifas de subsidio del gas y la energía eléctrica como cliente mayorista .  Consumía más gas que la ciudad de Rosario y más energía eléctrica que la provincia de Entre Ríos.

        

 


Notas

(35) Dictaduras y Monopolios. Rogelio García Lupo.

(36) Del articulo "La sociedad que desaparece" de Oscar Martínez, publicado en Margen Izquierdo Nº 6.

(37) El abogado de Acindar en las conversaciones ante el Ministerio de Trabajo cuando el conflicto con los trabajadores por la flexibilización laboral fue nada menos que el hijo de Jorge Rafael Videla (¿puede extrañar a alguien?).

(38) Suplemento "Empresas y protagonistas" de Clarín del 21 de agosto de 1992. análisis del Balance anual. página 3.

(39) Acindar, una empresa del proceso". de José Schulman. página 28.

(40) Suplemento del diario Sur del 30 de mayo de 1989. Costos Laborales y ganancias empresariales de Julián Lemoine Informe Nº 4 : Siderurgia, metalurgia y electricidad.

(41) Idem Julián Lemoine.

(42) Diario Clarín del 6 /8/95. Su`plemento Económico. página 10.

(43) Cuadro del autor.

(44) Del libro "Acindar 50 años en el país y el mundo" encargado a Felix Luna y distribuido gratuitamente a los miles de trabajadores de la empresa.

(45) Todo lo que Ud. quería saber sobre la Deuda Externa. Alejandro Olmos.

(46) El conflicto de Villa Constitución. ya citado.

(47) Balance Anual presentado a la Bolsa de Comercio correspondiente al año 1985.

 

 

 

  

 

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