"Impunidad y sus Efectos en los Procesos Democráticos"

Seminario Internacional, Santiago de Chile, Chile, 14 de diciembre de 1996

  

   

Rescatando la Memoria Brasilera
por Togo Meirelles Netto
Vice presidente Grupo Tortura Nunca Más
Río de Janeiro, Brasil

 

Existen varios modos de narrar la historia de un país. Una visión siempre olvidada, conocida como la "óptica de: los vencidos", es la forjada por las prácticas de los movimientos sociales populares en sus luchas, en su cotidiano, en sus resistencias y obstinación en producir otras maneras de ser, otras sensibilidades, otras percepciones. Prácticas que recusan las normas preestablecidas e instituidas y que procuran, de cierto modo, construir otros modos de subjetividades, otros modos de relación con el otro, otros modos de producción, otros modos de creatividad.

Es de esta historia que vamos a hablar un poco. De una historia donde las clases populares no son meras espectadoras de los hechos sino productoras de los acontecimientos. De una historia donde la subjetividad dominante - a pesar de su poderío y tentativas - no consigue silenciar y ocultar la producción de espacios singulares de prácticas diferentes y eliminar la memoria histórica de una otra memoria.

La memoria histórica "oficial" producida por las prácticas dominantes es el lado perverso de nuestra historia. Su propósito es borrar los vestigios que van dejando las clases populares y los opositores a lo largo de sus experiencias de resistencia y lucha, en un esfuerzo continuo de exclusión de dichas fuerzas como sujetos forjadores de una historia que nunca es narrada oficialmente. De este modo, pretenden producir subjetividades que desconocen, desfiguran y distorsionan las oposiciones reales de los "vencidos", como si estos no estuviesen presentes en el escenario político.

Con la intención de rescatar esta otra memoria, diversos grupos organizados en diferentes estados brasileros están llevando a conocimiento de la sociedad acontecimientos antes ocultados: la cuestión de los muertos y desaparecidos políticos en el Brasil.

La institución "desaparecido político", producción macabra forjada por la dictadura militar brasilera a comienzos de los años 70, fue exportada en ese momento a las otras dictaduras latinoamericanas. Esta es una institución perversa porque es una forma de continuar la tortura sobre los familiares que, hasta hoy, procuran sus desaparecidos. En Brasil existe el número oficial, aún incompleto, de 144 desaparecidos políticos; en la Argentina los organismos de Derechos Humanos estiman en 30.000 y en 1989, en toda América Latina, se llegaba a la cifra de 90.000. Esto significa que en las décadas de 70 y 80, y aún actualmente, el terrorismo de Estado se institucionaliza de forma sistemática en muchos países latinoamericanos a través de secuestros, torturas y desaparecimientos utilizados en el cotidiano, sea o no contra opositores políticos.

Ayer, hoy, continuamente el sistema de terror funciona de modo a capturar las percepciones, sentimientos, emociones e ideas que no coinciden con ese brutal mandato de sumisión y muerte. Horror y terror se alían, por lo tanto, en el sentido de la "manutención del orden".

Antes el opositor político era secuestrado, torturado, aislado, asesinado, desaparecido y enterrado como indigente perpetuando, así, la tortura sobre sus familiares y amigos. Hoy se aplica la misma práctica a los que por su miseria humillante denuncian las injusticias sociales, aniquilándolos como simples objetos. Así se entiende la indigencia. Así también se entiende el exterminio de los chicos de la calle en el Brasil, con una justificativa no muy clara pero que parte de la populación la entiende como "limpieza social" necesaria.

Al producirse la figura siniestra e ilegal del desaparecido, aparecen una serie de efectos: el desaparecido no está preso, no está muerto, no tiene túmulo. Esto produce un clima de confusión y ambigüedad que determina la pérdida de lo que significa el rito funerario en nuestra cultura. Sin la muerte y sin un túmulo se construye un ser "suspenso" en el tiempo y en el espacio, se destruye el sujeto y se abre una herida siempre alimentada por la esperanza, por el no-nombre y por toda la situación que supone el no saber.

Los siguientes trabajos, desarrollados a través de investigaciones y denuncias, tratan el esclarecimiento de las muertes y desaparecimientos forzados de personas por motivos políticos, durante el período de la dictadura militar en el Brasil. Estos trabajos son los realizados por la Comisión de Familiares de Muertos y Desaparecidos Políticos de Sao Paulo y Distrito Federal, y por los Grupos Tortura Nunca Más de Río de Janeiro y Pernambuco.

A través de una investigación iniciada en mayo de 1991 en el Instituto Médico Legal, en el Instituto de Criminalística Carlos Éboli y en la Santa Casa de Misericordia, el Grupo Tortura Nunca Más denunció en Río de Janeiro la existencia de una sepultura clandestina. Esta sepultura localizada en el Cementerio de Ricardo Albuquerque (periferia de Río de Janeiro) contiene los restos de catorce militantes políticos |1|. También fueron localizados otros dos militantes enterrados como indigentes en sepulturas comunes en los cementerios de Cacuia y Santa Cruz |2| .

Queda comprobado claramente, así, el respaldo técnico dado por este establecimiento, el instituto Médico Legal, al aparato de represión, a través de la legalización de muertes y desaparecimientos ocurridos durante el período de la dictadura militar. Un ejemplo de esto es la salida como indigentes de muchos de estos militantes que a pesar de constar como desconocidos, tienen al lado la palabra "subversivo".

En septiembre del mismo año fue iniciado el trabajo de exhumación de cerca de las 2.100 osamentas contenidas en el sepulcro del cementerio de Ricardo Albuquerque. Este fue realizado con la ayuda de dos médicos legistas indicados por el Consejo Regional de Medicina del Estado de Río de Janeiro (CREMERJ) - los Drs. Gilson Souza Lima y Maria Cristina Menezes, como también de la profesora Nancy Vieira, antropóloga de la Universidad del Estado de Río de Janeiro (UERJ). Este trabajo, así como la catalogación de los huesos del cráneo y arcadas dentarias, fueron ejecutados bajo la supervisión del Equipo Argentino de Antropología Forense, por los Drs. Luiz Fonderbrider, Mercedes Doretti y Silvana Turner, que estuvieron en Río de Janeiro en dos ocasiones.

El trabajo continuó hasta marzo de 1993, cuando con la presencia del Equipo Argentino de Antropología Forense, se resolvió cerrarlo provisoriamente. Esta medida se debió al hecho de que no conseguimos financiamiento, como también al hecho de tratarse de un trabajo realizado voluntariamente solamente por tres personas. Las osamentas retiradas fueron separadas y catalogadas, y están guardadas en el Hospital General de Bonsucesso. El local del sepulcro continúa siendo resguardado para un posible proseguimiento del trabajo.

Aun en el Instituto de Criminalística Carlos Éboli se consiguieron, a través de largas investigaciones, decenas de fotografías de pericias del local. Estas muestran claramente las torturas sufridas por los militantes muertos desmintiendo, así, las versiones oficiales de la represión: muertos en tiroteo, atropellamientos o suicidios.

Todos estos materiales fornecieron pruebas bastante contundentes contra algunos médicos legistas que omitieron en sus laudos las claras y evidentes marcas de tortura que los militantes muertos traían en sus cuerpos Estos datos fueron encaminados para el Consejo Regional de Medicina del Estado de Río de Janeiro como pruebas contra varios médicos legistas que, desde 1990, ya habían sido denunciados por el Grupo Tortura Nunca Más/RJ |3|.

También fueron realizadas investigaciones en los archivos de la Policía Civil del Estado y, desde agosto de 1922, en los Archivos del Departamento de Orden Política y Social de Rió de Janeiro - DOPS/RJ. Dichas investigaciones fueron realizadas bajo la guardia y responsabilidad del Archivo Público del Estado de Río de Janeiro, después de innumerables presiones de la sociedad civil.

Aunque la investigación aún continúe en estos archivos, ya fueron encontrados muchos documentos importantes entre los que se encuentran principalmente los referidos a cinco desaparecidos políticos. En relación a estos, no sólo existen pruebas de que estuvieron presos en los órganos de represión |4| como también se puede, en algunos casos, constar con extensas declaraciones.

Es entonces a partir de la documentación de órganos de la propia represión (el DOPS) y de otros establecimientos que fueron agentes importantes en el respaldo y apoyo técnico a las atrocidades cometidas contra los militantes de izquierda y oposicionistas en general (como el Instituto Médico Legal), que comienza a levantarse, aunque tímidamente, el velo de una otra historia. Comienza a ser revelada la historia de las violencias cometidas com el sello oficial que están escondidas bajo algunas palas de tierra o impregnadas de telas de araña. Secretos que están lejos de ser totalmente revelados y traídos a luz, pues todos los archivos de los diferentes aparatos militares (CASA, CENIMAR, CIE, SNI, DOI-CODI ' s, etc.) están todavía guardados a "siete llaves", son todavía materias consideradas confidenciales y sigilosas.

Durante la campaña presidencial de 1994, los grupos Tortura Nunca Más de Río de Janeiro, Pernambuco y Minas Gerais, y la Comisión de Familiares de Muertos y Desaparecidos Políticos de Sao Paulo encaminaron un manifiesto a todos los candidatos a la Presidencia de la República. Exigían, por medio de este, el comprometimiento en la lucha de los Derechos Humanos y el esclarecimiento de las circunstancias de las muertes y desaparecimientos de militantes políticos ocurridos durante el régimen militar en el Brasil. Solamente el Sr. Luiz Inácio Lula da Silva, candidato por el Partido de Los Trabajadores - PT - el Sr. Miguel Reale Jr., representando el Partido de la Social Democracia Brasilera -PSDB - y el candidato Fernando Henrique Cardoso, que vendría a ser Presidente de Brasil, firmaron este manifiestos.

Pero fue sólo después de una fuerte campaña nacional e internacional que contó con el apoyo de varias entidades de Derechos Humanos, que el Presidente Fernando Henrique Cardoso designó al Ministro de Justicia Dr. Nelson Jobin, y al Secretario General del Ministerio Dr. José Gregorio para dialogar con las entidades y familias. El objetivo de este diálogo sería un posible proyecto de esclarecimiento, reparación y compensación.

Las entidades de Derechos Humanos que luchan por el esclarecimiento, juntamente con las familias, propusieron al gobierno federal el total esclarecimiento: cómo, dónde, cuándo y por quién fueron muertos y desaparecieron los militantes políticos. El gobierno federal se hizo notar primeramente con un proyecto que reconocía solamente como muertos 136 militantes políticos, dejando de lado los militantes desaparecidos fuera del Brasil y los 207 muertos oficiales durante el régimen militar. Respondimos que era insuficiente, que en hipótesis alguna aceptábamos la exclusión de los muertos oficiales. Después de un largo silencio el gobierno federal envió al Congreso Nacional, en régimen de urgencia urgentísima, un proyecto de Ley que indemnizaba solamente 136 militantes políticos desaparecidos. En este proyecto se "reconoce como muertas personas desaparecidas en razón de participación, o acusación de participación, en actividades políticas en el período del 02 de septiembre de 1961 al 15 de agosto de 1979". Pero había una sorpresa: la de crear, también, una Comisión Especial para analizar casos omisos al anexo de la Ley. Era la brecha para discutir sobre las circunstancias de las muertes oficiales cabiendo a las familias comprobar que su hijo, marido, padre o madre había sido secuestrados torturado o muerto y que "habían fallecido por causas no naturales, en dependencias policiales o semejantes". Estaba creada, así, la Ley 9l40 del 04 de diciembre de 1995.

Las investigaciones realizadas anteriormente por los Grupos Tortura Nunca Más de Río de Janeiro y Pernanbuco, y por la Comisión de Familiares y Muertos y Desaparecidos Políticos a lo largo de los últimos lo años fueron organizadas en un libro: el "Dossiê dos Mortos e Desaparecidos Políticos a Partir de 1964" |5|. Entregado oficialmente al Ministro de la Justicia, este libro ha servido de punto de partida para los trabajos de la Comisión Especial creada por la Ley 9140/95.

Esta Comisión inició sus trabajos el 08 de enero de 1996. A partir de esa fecha se intensificaron los trabajos en conjunto que se proponían. a) contactar los familiares de los muertos y desaparecidos políticos; b) procurar ex-militantes y compañeros; c) tentar reconstruir los hechos; d) investigar en diarios de la época; e) hacer gestiones junto al IML, al Departamento de Policía Técnica y a otros órganos en el sentido de rehacer laudos, exhumaciones, testes de DNA, etc.; f) actuar junto a la Comisión Especial en el sentido de localizar los restos mortales y sus identificaciones; g) investigar los archivos de los órganos de Seguridad abiertos a la consulta pública; h) solicitar documentos "secretos" en los archivos de los órganos de seguridad aún en funcionamiento.


Contamos, hasta el momento, con los siguientes datos:

 

 

Dossiê

No Consta en el Dossiê

Total

Aprobados

96

07

103

Rechazados

08

26

34

Total

104

33

137

Casos Protocolados

360

Desaparecidos

132

Procesos a ser apreciados

228

Procesos apreciados

137

Faltas apreciar

91

Es necesario resaltar la importancia de la investigación realizada en el Archivo del DOPS bajo la guardia del Archivo Público del Estado de Río de Janeiro. Este material ha sido de fundamental importancia para la aprobación de procesos en la Comisión Especial. También es importante recordar que los principales archivos de los órganos de informaciones continúan clasificados como secretos, y por lo tanto cerrados al público y principalmente a las investigaciones. Pensamos que es fundamental que la sociedad brasilera tenga conocimiento de estas informaciones, pues precisamos reconstruir nuestra historia.

Al mismo tiempo en que se institucionalizaba la tortura y la figura del desaparecido político en el Brasil y en América Latina, la categoría de indigente iba extendiéndose. En el Brasil esta categoría pasó a ser producida no solamente por medio de los órganos de represión política, sino también por la actuación de los llamados Escuadrones de la Muerte. En Río de Janeiro y Sao Paulo, en los años 50, y principalmente después del golpe militar del 64 y a comienzos de la década del 70, estos se fortalecieron como instrumentos para "disminuir" los índices de criminalidad entre las populaciones marginalizadas de las periferias de las grandes ciudades, según informaciones vinculadas por la midia.

La producción de la institución "indigencia"que, entre otras cosas, masacra la ciudadanía retirando la identidad de los opositores políticos o no, está comprobada por el numero levantado en estas diferentes investigaciones realizadas. No es casual, por lo tanto, que en la sepultura clandestina del cementerio de Ricardo Albuquerque se evalúe la existencia de cerca de 2.100 osamentas.

Si lo que generalmente nos es dado a conocer es la historia de los "vencedores", estos trabajos e investigaciones que ocurren hoy en Brasil apuntan hacia otra historia. Una historia que produce el desenmascaramiento y denuncia las tentativas que se han hecho para aniquilar lo que fue gestado y "vencido" en el cerne de los enfrentamientos. Una historia que demuestra como el "vencedor" buscó y continúa buscando liquidar no solamente a sus adversarios en la lucha política sino sobretodo borrar el recuerdo de sus propuestas, de sus proyectos.

El Grupo Tortura Nunca Más / RJ, además de estas investigaciones y aún como forma de rescatar la memoria histórica brasilera, ha denunciado sistemáticamente torturadores y miembros del aparato de la represión que se abatió sobre nuestro país en los años 60 y 70. Los denunciados son personas que están ocupando cargos públicos en los diferentes gobiernos municipales, estatal y federal, siendo promovidos u homenajeados. La lucha contra la impunidad, a nuestro ver, es también una forma de hacer el rescate histórico.

Si "cada lucha se desarrolla en torno de un foco particular de poder", como afirma M.Foucault, nuestro objeto ha sido, entonces, el "designar focos, denunciarlos, hablar públicamente de ellos". Entendemos que "hablar sobre esto, forzar la red de información institucional, nombrar, decir quién hizo, qué hizo, denunciar el alvo, es la primera inversión de poder, es un primer paso hacia otras luchas contra el poder" |6| . Es, fundamentalmente, "... pensar la historia ...no como narrativa de lo superado, sino en la cualidad de arma en los combates del presente" |7| .

Notas

1. Ellos son: Ramires Maranhão do Vale y Vitorino Alves Moitinho (desaparecidos políticos, José Bartolomeu Rodrigues da Costa, José Silton Pinheiro, Ranúsia Alves Rodrigues, Almir Custódio de Lima, Getúlio de Oliveira Cabral, José Gomes Teixeira, José Raimundo da Costa, Lurdes María Wanderley Pontes. Wilton Ferreira, Mário Prata, Merival Araújo y Luis Ghilardini (muertos oficiales), todos enterrados como indigentes.

2. Ellos son: Severino Viana Calou y Roberto Cieto (muertos oficiales).

3. En el Consejo Regional de Medicina del Estado de Río de Janeiro (CREMERJ) actualmente hay procesos abiertos contra 15 médicos legistas y en el Consejo Regional de Medicina del Estado de São Paulo (CREMESP), 19 procesos abiertos.

4. Ellos son: Rui Carlos Vieira Berbert y Virgílio Gomes da Silva (cuyos nombres ya habían sido encontrados por la Comisión de Familiares de Muertos y Desaparecidos Políticos, en investigación en el archivo del DOPS del Estado de Paraná), Joel Vasconcelos dos santos, Celso Gilberto de Oliveira y David Capistrano da Costa.

5. Editado por el Gobierno del Estado de Pernambuco en diciembre de 1995, y por el gobierno del Estado de São Paulo, en agosto de 1996.

6. Foucault, M. y Deleuze G. "Os Intelectuais e o Poder. In Microfísica do Poder", Rio de Janeiro, Graal. 1988. p. 75/76.

7. Rodrigues H.B.C., "As novas análises. Dissertacão de Mestrado - Medecina Social, Universidade do Estado do Rio de Janeiro, 1991. 9. 07. 

 

  

 

   

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