Dictamen del Fiscal Alejandro G. Luengo

Santa Fe, 5 de Agosto de 2002

 

Dictamen del Fiscal Federal de Santa Fe Alejandro G. Luengo sobre la inconstitucionalidad y nulidad de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final

MINISTERIO PUBLICO FISCAL
FORMULA REQUISITORIA DE INSTRUCCION

Señor Juez:

Alejandro Gabriel Luengo, Fiscal Federal ad hoc, contestando la vista corrida en los autos caratulados: “MINISTERIO PÚBLICO FISCAL s/ELEVA DENUNCIA” (Expte: 311/02), ante V.S. comparece y dice:

I.-Que, en tiempo y forma vengo a formular Requisitoria de Instrucción en las presentes actuaciones de conformidad con las disposiciones de los arts. 180 y 188 del C.P.P. y en base a las consideraciones de hecho y de derecho que seguidamente paso a exponer.-

II.-Se inician las presentes actuaciones con la denuncia formulada por el Dr. Eduardo R. Freiler, Fiscal Federal N°6 de la Capital Federal contra Víctor Hermes Brusa, María Eva Aebi, Héctor Romeo Colombini, Mario José Fasino, Juan Calixto Perizzoti y Eduardo Alberto Ramos, por la comisión de delitos de lesa humanidad durante la pasada dictadura militar, en el marco de la investigación preliminar N°467 llevada adelante en la Fiscalía Federal N°6 de la Capital Federal a su cargo, de la que se acompañan copias certificadas, junto con copias de las demás pruebas colectadas por el denunciante, mencionadas en el punto “V” de su escrito (fs. 6 vta.), como así también los antecedentes remitidos a la República Argentina por el Juzgado Central N°5 de la Audiencia Nacional de Madrid, España, y que fueron recibidas por el suscripto en fecha 29 de Julio de 2002.-

Tal investigación preliminar tuvo origen en el rechazo por parte de la Cancillería argentina (Resolución 3462 del 16/11/2001) del pedido extradición de los denunciados, formulado por el Juez Baltasar Garzón, titular del referido Juzgado español. En virtud de tal rechazo y en cumplimiento de las obligaciones asumidas por la República Argentina con el Reino de España (según el tratado de extradición aprobado por Ley 23.708), el Fiscal General ante la Excma. Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Dr. Germán Moldes, ordenó al señor Fiscal Federal de Primera Instancia que instruyera la correspondiente investigación preliminar, de conformidad con lo dispuesto por el art. 196 y ccdtes. del C.P.P. y como consecuencia de tal investigación se produjo la denuncia que da inicio a las presentes.-

III.-De conformidad con el resultado de la investigación preliminar se pudo determinar, que habría elementos suficientes para solicitar la declaración indagatoria de Víctor Hermes Brusa, María Eva Aebi, Héctor Romeo Colombini, Mario José Fasino, Juan Calixto Perizzoti y Eduardo Alberto Ramos, por la comisión de delitos de lesa humanidad.-

De acuerdo con la prueba colectada, el Dr. Freiler entiende que se habrían determinado la existencia de los siguientes Hechos (fs. 2 vta. a 6 vta. de las presentes):

 “a) La búsqueda emprendida permitió acceder de cerca a los sucesos que comprometieran a Víctor Hermes BRUSA en su desempeño como Secretario del Juzgado Federal de 1era. Instancia Nro. 1 de Santa Fe entre los años 1976 y 1980.-

El rol que cumplió lo hace merecedor de encabezar la lista imputados, pues si cabe algún tipo de graduación entre los reproches por delitos de lesa humanidad ocupa un pedestal el funcionario judicial que violó todos y cada uno de sus deberes para posibilitar la represión ilegal. Más grave aún cuando, no sólo se mantuvo una inconcebible pasividad frente a las ultrajes del poder delictivo, sino que, como en el caso de Brusa, se participó activamente de él.-

Efectivamente, esta participación activa es la que lo destacó para transformarlo en el paradigma de la perversión judicial durante la dictadura militar.-

Fue más allá de la falacia institucional que desde 1930 caracterizó la actitud de la clase judicial frente a los gobiernos de facto y que con el golpe militar de Marzo de 1976 había tocado el fondo del mayor sometimiento que pueda pensarse. Porque Brusa superó la jurisprudencia obsecuente y cómplice de ocho años de barbarie, violencia y latrocinio, para ocupar un papel ejecutivo en la base del sistema represivo como uno más de "los muchachos de la patota".-

Así lo comprueban una serie de importantes testimonios que ligaron su actuar dentro de los mecanismos de la represión ilegal ocurrida en el país entre los años 1976 y 1983, donde la figura del Secretario penal apareció directamente vinculada a las violaciones cometidas en la Comisaría Nro. 4ta. de Santa Fe y otros centros de detención ilegal, como ser la Guardia de Infantería Reforzada.-

Muchas de estas declaraciones nos remiten al expediente de Juicio Político M.362/2002 "Brusa, Víctor Hermes s/ pedido de enjuiciamiento". A partir de una estrecha síntesis, pueden hacerse las siguientes referencias:

Del testimonio brindado por José Ernesto Schulman el 29 de junio de 1999 (fs. 151/158) surge que en noviembre de 1977 fue secuestrado en la vía pública en la ciudad de Santa Fe, para ser alojado en la Seccional Cuarta, donde fue sometido a tormentos, torturas y simulacros de fusilamiento, lugar donde, además, conoció a Víctor Brusa.-

Manifiesta que en esa Seccional Cuarta, el Secretario del entonces Juez Mántaras, tomaba declaraciones para las causas judiciales, y "no solo legitimaba con su presencia todo el operativo, sino que muchas veces presionaba, chantajeaba, amenazaba como uno más de la patota que, por cierto, siempre tenía un represor bueno que aconsejaba al detenido decir todo para no sufrir".-

Continúa diciendo que "los presos que estaban alojados en las otras celdas, traídos de la cárcel de Coronda para su interrogatorio judicial me confirmaron que ese era el procedimiento habitual: torturas, declaraciones forzadas, interrogatorios de Brusa que se transformaban luego en nuevas sesiones de tortura si era necesario".-

Por su parte, de los dichos de la Señora Patricia Indiana Isasa (fs. 250/266) surge que fue secuestrada el 30 de julio de 1976 en la casa de sus padres en Santa Fe. En uno de los tantos lugares en que estuvo alojada, tuvo una entrevista con quien se presentó como "psicólogo" (quien resultó ser, en realidad, Brusa), a quien le contó los abusos que estaba sufriendo en los centros de detención, ante lo cual, el supuesto profesional, luego de reírse en forma burlona, le dijo que "no, queremos escuchar otra cosa acá", dando por terminado lo que se podría llamar un interrogatorio. Fue un encuentro violento, bajo presión, cruel e irrespetuoso. Posteriormente supo que quien se identificó como psicólogo era en realidad Brusa porque en una oportunidad en que se encontraba con otra detenida sacando la basura, ésta se lo señaló y le comentó que se trataba de Brusa, el Secretario del Juzgado del Dr. Mántaras y encargado de efectuar los interrogatorios.-

Por otro lado, expresa que un grupo de chicas que se hallaban detenidas con ella le contaron que Brusa, presentándose como Secretario del Juzgado, las obligaba a que firmasen "algo", y que, ante la negativa de hacerlo, comenzaba a tirarles patadas de karate para presionarlas a firmar.-

Finalmente, agrega que la llegada de Brusa al lugar de detención implicaba que las iba a interrogar, patear, amenazar, coaccionar, y quizás la amenaza se cumplía o no, puesto que allí "estaba a la buena de Dios".-

Otro de los testimonios es el de Carlos Aníbal Luis Pacheco (fs. 268/271), quien manifiesta que en el año 1977 estuvo detenido en la cárcel de Coronda, en la Provincia de Santa Fe, donde prestó declaración ante el Dr. Brusa, a quien le narró distintos hechos por él sufridos, entre ellos, apremios ilegales; pero el Secretario no tomó la denuncia sino que, por el contrario, le hizo un perverso chiste, refiriéndole que "a los muchachos de la cuarta no les va a gustar".-

De la declaración de Roberto Jorge Cepeda (fs. 273/275), surge que el 11 de mayo de 1977 fue secuestrado en la Provincia de Córdoba, siendo "depositado", entre otros lugares, en la Comisaría 4a de Santa Fe, donde continuó como desaparecido y siendo torturado. Al cabo de unos meses de estar alojado allí, tuvo una entrevista con Brusa, en la sala de torturas. En esa oportunidad, de forma violenta, el interrogador intentó que Cepeda firmase actuaciones fabricadas por la "patota" que los torturaba.-

Cepeda afirma que Brusa, además de violento estaba armado. En las tres oportunidades en que le recibió "declaración", portaba un revólver calibre 38. Además, era bastante ampuloso en sus dichos, y siempre lo amenazaba con que, si no firmaba, "los muchachos" le iban a hacer nuevas sesiones de tortura.-

Otra de las declaraciones es la de Ana María Cámara (fs. 277/281), secuestrada el 23 de marzo de 1977, y desaparecida tres días en un centro clandestino denominado "La Casita", donde fue torturada, para luego ser legalizada. Al poco tiempo tuvo una entrevista con Brusa, quien le informó que le iban a abrir una causa federal. A los dos o tres meses de detención se presentó nuevamente Brusa, pretendiendo que Cámara ratificase una declaración que había sido tomada bajo tortura. Ante su negativa, se puso muy nervioso, tomándose de unas cuchetas que había en la habitación y realizando demostraciones de karate; y amenazándola con que si mantenía su negativa, los "muchachos" de nuevo se iban a encargar de aplicarle "la 220" (la "220" era la picana).-

Anatilde María Bugna de Perassolo (fs. 282/288), cuenta que fue secuestrada el 23 de marzo de 1977 en su domicilio particular de Santa Fe, siendo alojada, entre otros lugares, en la Guarda de Infantería Reforzada. Allí conoció a Brusa, quien la interrogó, teniendo entre sus manos la declaración que había prestado bajo tortura. Ante ello, aquella le manifestó tal circunstancia, obteniendo por respuesta "bueno, agradece que lo podes contar", y no le permitió dejar constancia en la nueva declaración de las torturas y las presiones que había recibido desde que estaba detenida. Asimismo, durante la declaración el interrogador la hostigaba con golpes de karate.-

Le sigue la declaración de Rubén Maulín (fs. 329/335), secuestrado el 18 de octubre de 1976 en su domicilio, y alojado, entre otros destinos, en la Unidad Penitenciaria de Coronda. De allí lo trasladaron a otro lugar, donde fue sometido a un interrogatorio bajo torturas, de varias horas de duración. Luego, tuvo una entrevista con Brusa, quien le preguntó qué le había pasado y, frente al relato de Maulín, le dijo en tono burlón "que la había sacado barata, liviana", que tratara de "colaborar" en todo lo posible, y que le convenía firmar unas declaraciones que ellos habían armado, realizadas bajo tortura.-

Agrega Maulín que durante la entrevista con Brusa había dos o tres personas paradas, que eran quienes participaban en las torturas, y en caso en que aquel no "colaborase", lo pasaban otra vez por una "sesión".-

Declaró también la Sra. Stella Maris Vallejos (fs. 421/427), secuestrada en el año 1977 por una patota en la calle, en momentos en que iba a trabajar, siendo alojada en las afueras de Santa Fe, donde recibió una serie de torturas. Al cabo de un tiempo, le abrieron una causa, y tuvo dos entrevistas con Brusa, a quien le hizo saber de las torturas recibidas, frente a lo cual la amenazó con que se iban a repetir si no "colaboraba", y que si prestaba algún testimonio en el futuro (a otros organismos, como por ejemplo la Cruz Roja), alguien iba a sufrir las consecuencias de ese testimonio.-

Asimismo, prestó declaración Orlando Barquín (fs. 1443/1458), quien permaneció detenido durante más de siete años. De su testimonio surge que nunca prestó declaración ante Brusa, pero refiere haberlo visto en los centros de detención, como la Comisaría 4a, y, asimismo, por relatos de sus compañeros de detención.-

Cuenta que personas con la que compartió cautiverio fueron interrogadas en la Comisaría 4a por Brusa, lugar donde eran también torturadas. Entre estas, recuerda a un hombre de apellido Materson, quien le comentó que Brusa le había tomado declaración y que lo había golpeado.-

Por su parte, el Sr. Victorio Paulón (fs. 1500/1510), manifestó que el nombre del Dr. Brusa “le suena” desde el año 1978, cuando tomó conocimiento, a través de relatos de compañeros que se hallaban detenidos en distintas cárceles, entre ellas la de Coronda, que aquel participaba en interrogatorios efectuados en la Comisaría 4a, donde también eran torturados los detenidos. Recuerda haber escuchado en la cárcel muchos testimonios que vinculaban a Brusa con interrogatorios y torturas, y con el hecho de dar por cierto los dichos que eran "arrancados" bajo esos procedimientos. Entre esas personas, recuerda las de apellido Viola, Barquín, y Matersen.-

Ahora bien, en consonancia con estos testimonios se encuentran los antecedentes remitidos por la Subsecretaría de Derechos Humanos (Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación), identificados dentro del Legajo de Registro de Fallecidos de la ley 24.411 Nro. 1053. Allí obran diversos artículos periodísticos que dan cuenta de la participación de Hermes Brusa dentro de la estructura ilegal represiva, principalmente a través de sus violentos "interrogatorios".-

Además, la Fiscalía pudo contar con testimonios de la declaración del propio Brusa, prestada sin juramento en la causa Nro. 242/84 "PAEZ, A. C. S/ su denuncia" del Juzgado Federal Nro. 2 de Santa Fe. Allí, el 19 de Septiembre de 1985, el declarante dijo desempeñarse como Secretario en lo Penal del juzgado Federal de 1era. Instancia Nro. 1 de Santa Fe. A lo largo del relato hizo alusión a quien había estado a cargo del tribunal en el año 1980, Dr. Miguel Ángel Quirelli, y, como nota de interés aludió a su presencia reiterada en la Guardia de Infantería Reforzada en cumplimiento de sus funciones.-

 

b) Los testimonios recabados a lo largo del proceso de enjuiciamiento de Brusa, son también ricos a la hora de describir el rol protagónico de Mario José Fasino —Comisario a cargo de la Comisaría 4ta.- y Eduardo Alberto Ramos en el aparato ilegal de represión que funcionó en la Provincia de Santa Fe. Todos, como engranajes de una misma maquinaria, guardaban íntimas vinculaciones de manera de que la función de uno dependía de la de los otros; es decir, se secuestraba y se torturaba para interrogar, y se interrogaba para luego volver a torturar.-

De este modo, José Ernesto Schulman (fs. 154) describe a la seccional cuarta como un eslabón muy importante del sistema represivo, donde se alojaba a secuestrados, se interrogaba y torturaba. La dependencia estaba a cargo de Mario Fasino (quien “mandaba”) y allí tomaba declaraciones Víctor Hermes Brusa.-

Dentro de sus captores, un grupo de tareas del Servicio de Inteligencia de la Policía, recuerda a Eduardo Alberto Ramos. Ellos lo condujeron a la seccional cuarta, donde recibió violentas torturas, alternadas con los interrogatorios a cargo del funcionario judicial.-

Patricia Indiana Isasa, corrobora este escenario, explicando que el jefe del campo de torturas y exterminio llamado “La Cuarta” era Mario Fasino.-

Y en este orden, se suma la declaración de Orlando Barquin (fs. 1455) quien explica el papel ocupado por la Comisaría 4ta. dentro del aparato represivo. Allí, en el año 1977, estuvo quince días y dos veces fue conducido para su tortura. Al único que vio fue al “jefe de esta estructura represiva” quien le dijo "yo soy el jefe yo te voy a torturar si vos no querés firmar esta declaración”. La alusión al "Jefe" aparentemente remite a Fasino.

Si bien carece de información a su respecto la Subsecretaría de Derechos Humanos (Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación), una recopilación de datos a cargo de Lucila Puyol (H.I.J.O.S.), Anatilde Bugna (ex detenida) y Stella Maris Vallejos (ex detenida), permite profundizar sobre las conductas atribuidas a Mario J. Fasino y Eduardo A. Ramos.-

Ramos al momento de los hechos era Oficial Ayudante del Departamento de Informaciones Policiales. Se vincula su participación en el sistema de represión ilegal con las desapariciones de las personas identificadas en el párrafo precedente.-

 

c) Esta misma recopilación también responsabiliza por las desapariciones a Héctor Romeo Colombini (ex Auxiliar de la jefatura de Policía de la Provincia de Santa Fe), Juan Calixto Perizzotti (responsable de la Guardia de Infantería Reforzada entre los años 1976 a 1980) y María Eva Aebi (Secretaria del Comisario Perizzotti).-

Todos estos casos además cuentan con antecedentes proporcionados por la Subsecretaría de Derechos Humanos (Ministerio de justicia y Derechos Humanos de la Nación).-

En el Archivo Fallecidos Nro. 1039 se describe la integración de una comisión formada para "la búsqueda de delincuentes subversivos en la ciudad de SANTA FE", el 1 de Diciembre de 1976, que persigue y da muerte a Yolanda Rosa Ponti. Aparece allí el Oficial Ayudante Héctor Romeo Colombini.

Perizzotti está mencionado en el Legajo Conadep Nro. 7396 y en los Legajos de Registro de Fallecidos (ley 24.411) Nros. 246 y 1053.

En el primero, relacionado con la desaparición de Juan Carlos González Gentile, en Febrero de 1977 en la Ciudad de Santa Fe. Su intervención se da como Coordinador del área 212, donde autoriza la obtención de huellas y eleva diferentes notas relativas a distintos decesos. Así lo menciona la resolución 145/00 —Penal, en la causa "González Gentile, Angela Leonor y otro s/ presentación..." —expte. 58/00 de la Secretaría en lo penal del Juzgado Federal Nro. 1 de Santa Fe.-

El legajo Fallecidos 246 contiene una declaración testimonial de Juan Calixto Perizzotti en la causa "Almirón, Víctor Ricardo s/ medidas de aseguramiento pruebas" (expte. 1363/99). Manifiesta en esa oportunidad que se desempeñaba con el grado de Sub Comisario en la policía provincial, coordinador del área 212 (comprendía la ciudad de Santa Fe, dpto. San Gerónimo, los dptos. de la Costa y los dptos. Norte de la provincia), teniendo a su cargo la custodia de los detenidos a disposición del PEN, de la justicia federal y del área 212 que se hallaban alojados en la Guardia de Infantería. En el mismo legajo se incluye la tapa del periódico Rosario 12 (18/10/98) que reza "El comisario Juan Calixto Perizzotti, imputado en España por e/ delito de "genocidio" reconoció la autenticidad de un documento que acerca a la fiscal Griselda Tessio a establecer la identidad de la familia biológica de Carolina Guallane. La causa está en el jugado de otro imputado por Garzón: el juez federal Víctor Brusa".

En el último de los legajos obra un ejemplar de otro artículo periodístico (Rosario 12, 18/10/98), donde se informa que "el ex Comisario Perizzotti reconoció un documento que ordenaba el entierro de un cadáver NN que podría ser el de una mujer que fue vista con vida después de un operativo del Ejército. Habían dicho que todos murieron, pero doce días más tarde un cuerpo fue enterrado con un balazo en la cabeza.

En el mismo legajo también está mencionada María Eva Aebi. Un testimonio de la Fiscalía Federal Nro. 1 da cuenta de la intervención, el 21 de Enero de 1977, de la empleada policial del Comando de Operaciones Tácticas en relación a la desaparición de Osvaldo Pascual Ziccardi en Enero de ese año en la Ciudad de Santa Fe. La agente además aparecería relacionada con los fallecimientos de Enrique José Cortassa y Blanca Zapata.

d) En añadidura se cotejaron los antecedentes reunidos por el propio juzgado Central Nro. 5 de la Audiencia Nacional de Madrid. Las actuaciones allí labradas profundizan sobre la participación de todos los nombrados en la represión ilegal ocurrida dentro de la Provincia de Santa Fe (integraba la Zona 2, Subzona 21, Área 211, jurisdicción bajo el Segundo Cuerpo del Ejército).

Respecto de Víctor Brusa, está sindicado como un empleado en la Secretaría Nacional Electoral dependiente del Juzgado Federal de Santa Fe que, con fecha 24 de Agosto de 1976, pasa a ser Secretario. A partir de entonces habría participado del control y práctica de torturas, haciéndose hincapié en su concurrencia a la Guardia de Infantería Reforzada.

Relacionado con este lugar, también se menciona a Eduardo A. Ramos, oficial de policía a quien se lo vincula con “traslados” (eufemismo para referirse al exterminio) y con la participación activa en algunas torturas.

El Jefe de la Guardia era el Comisario Principal Juan Calixto Perizzotti, a quien se responsabiliza por los hechos ocurridos dentro de ese centro clandestino de detención, en principio, durante los años 1977 y 1978.

Ligada a él se presenta María Eva Aebi, como su "secretaria". Se la vincula con una participación activa en varios secuestros, torturas y asesinatos.

Por su parte, Mario José Fasino es cuestionado por su actuación como Comisario de la Comisaría 4a de Santa Fe, implicado en secuestros y desapariciones de gente allí detenida.

Y finalmente, Héctor R. Colombini, en su carácter de oficial auxiliar de la Jefatura de la provincia de Santa Fe, también es implicado en varios secuestros y hechos de tortura.”.-

 

 

 

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