Lunes 16 de Abril de 2001 

Juicio por la Verdad, Mar del Plata.

 

 

En la ciudad de Mar del Plata el 16 de abril en el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Mar del Plata, integrado por los Dres. Mario Alberto Portela, Roberto Atilio Falcone y Nestor Ruben Parra, juntamente con el Sr. Secretario, Dr. Facundo Luis Capparelli prestaron declaración testimonial el Sr. Oscar Amílcar González (continuación de la audiencia del 9 de abril) y el Dr. Garamendi.

 


Informe de la Secretaría de DDHH de A.D.U.M. 
y la Comisión del Juicio por la Verdad de Mar del Plata
 

 

El Sr. Amilcar González manifestó que la persona que intervino en su secuestro y a quien en la audiencia anterior identificó como el Tano Nicola, se llama Nicolás Cafarello. Recordó que en la Comisaria cuarta también estuvieron detenidos el Dr. Longhi y su esposa. 

González expresó que el Golpe no habría sido posible sin la complicidad de abogados, jueces, periodistas y médicos. En relación a los abogados relató que pocos estaban dispuestos a firmar los habeas corpus y que los jueces no renunciaron a pesar de tener órdenes de no investigar ni intervenir. Así fue el caso del Dr. Hooft, quien según la declaración de Marta García de Candeloro, no se detuvo ni atendió a la misma en la ocasión de concurrir a la comisaria cuarta donde ella estaba clandestinamente detenida. Según González ello obedeció a que no le importó ó a que sabía lo que pasaba y no quiso investigar. En relación a los médicos, el Colegio de Médicos debería rastrear e identificar a los médicos que colaboraban con la muerte y desaparición de personas mediante la aplicación del Pentotal para los vuelos de la muerte. También afirmó que el Diario La Capital y su multimedio es lo que es gracias al golpe militar. La Capital lo despidió el 28 de marzo luego de intimarlo para que se presente a trabajar, aún cuando todos los empleados y directores sabían que estaba detenido en la Comisaría Cuarta. A José Luis Ponsico lo despidieron por hacer diligencias en pos de su libertad. Concretamente la gestión, en los primeros días de abril, ante el director de France Press, teniente coronel Amaya. El Dr. Cañón, por entonces integrante del directorio del Diario, le dijo a Ponsico "a mí no me costaría nada levantar el teléfono y acusarlo ante el coronel Barda", lo que le estaba diciendo es que si hablaba con Barda desaparecía. La indemnización de Ponsico se pactó parte en efectivo y parte financiado en pagarés los que fueron robados del departamento de Ponsico por orden de Cañón, la complicidad criminal de Barda y ejecutada por el Dr. Cincotta. En 1984 cuando volvió pudo incorporarse a La Capital y le contestaron que había sido despedido en 1977 y en la causa laboral el Tribunal por mayoría le falló en contra porque la acción estaba prescripta. Cuando se disponía a apelar la decisión, el expediente desapareció. Para González la censura en La Capital aún existe, basta con ello analizar la manera en la que se publicó la audiencia anterior donde se suprimió mucha información y se omitió referir a nombres alegados en su declaración; no se consignó el nombre del Dr. Cincotta, ni el del Dr. De la Canale, ni al represor Racedo ni sus críticas hacia el Diario La Capital. Contrariamente el Diario El Atlántico informó todo. Desde el punto de vista periodístico lo correcto hubiera sido reproducir lo manifestado en la audiencia y en todo caso en una nota editorial contrariar sus afirmaciones. Lo mismo hicieron en la audiencia donde declaró la Licenciada García de Candeloro, cuando se omitió nombrar al Dr. Hooft como el juez que no atendió a su reclamo ni comunicó la muerte del Dr. Candeloro a manos de las Fuerza Armadas, lo que ocultó durante tres años. Se deja expresa constancia que uno de los hermanos Ullúa, Eduardo, trabajaba en la Fiscalía Federal. El que daba las órdenes en el operativo de su secuestro era Delgado. 

 

Posteriormente, finalizada la declaración del Sr. Amílcar González, declaró el Dr. Garamendi expresó que fue estudiante de derecho en la Universidad Católica hasta el año 1975. Ese año después de la muerte del estudiante "Pacho" Elizagaray se volvió a Necochea, su ciudad natal, por temor a las organizaciones de la extrema derecha que ya habían desatado una gran violencia en esta ciudad. En la Facultad de Derecho se sabía que había gente del servicio de inteligencia y partidarios del CNU trabajando en combinación. En Necochea desarrolló trabajo social y barrial con la Juventud Peronista. En la madrugada del 26 de marzo de 1976 fue secuestrado de su domicilio en un operativo realizado por fuerzas conjuntas de ejército y policía de la Provincia de Buenos Aires integrado por aproximadamente diez personas con uniforme de fajina y de policiales. El Comisario Vicarelli ingresó a su casa durante el operativo de su secuestro y lo llevo con una escopeta de dos caños metida en la boca desde el departamento hasta el camión. Este sujeto actualmente trabaja en la seguridad de supermercados Toledo de Necochea, tuvo un cargo municipal en el área de seguridad y fue implicado en causas penales por delitos comunes. Fue trasladado a la Comisaria de Villa Díaz Vélez donde fue interrogado mientras estaba esposado. El Comisario Vicarelli lo golpeaba con un palo o un fierro en tanto que los demás le pegaban trompadas y patadas. Este sujeto actualmente trabaja en la seguridad de supermercados Toledo de Necochea, tuvo un cargo municipal en el área de seguridad y fue implicado en causas penales por delitos comunes. Esa tarde fue trasladado a los calabozos de la Comisaria Cuarta de Mar del Plata junto con Oscar Basave y Mario Defrancisco. Durante los días siguientes eran sacados encapuchados hacia un lugar ubicado para el lado de Batán, una especie de quinta, donde lo acostaron en una cama elástica, lo ataron y lo torturaron con picana eléctrica. También le propinaron golpes y quemaduras con cigarrillos en las plantas de los pies. Luego lo llevaron en el piso de un coche a la Unidad Regional y de allí a una zona descampada donde lo sometieron a simulacros de fusilamiento. Allí mismo lo colgaron de las manos y los pies, dejándolo en dicha posición durante mucho tiempo, ocasionándole dolores insoportables. Se deja expresa constancia que en las sesiones de tortura le pedían los nombres de compañeros de la Juventud Peronista, por ejemplo le preguntaron por Juan Carlos Defrancisco, también lo interrogaban en torno a las actividades políticas y por militantes de otras organizaciones. En la Comisaria Cuarta estuvo con mucha gente de Necochea, entre los que recuerda a algunos de apellido Diez, Rafaghelli, Azcoiti, Díaz y Aníbal del Prado. También estaba una persona de Balcarce, de apellido Ottaviano, y Amílcar González, que estaba destrozado. También había una chica de apellido Martínez Teco. Uno de los policías era de Necochea, a la semana de estar en la Cuarta, se le acercó y le dijo que vivía cerca de la casa de un tío; por intermedio de ésta persona y a cambio de cierto dinero, su familia pudo saber donde estaba. Unos días después le hicieron escribir una última nota a su familia, y junto con otros cinco detenidos fue trasladado por error a la Unidad nº 2 de Sierra Chica. Inmediatamente, el día 1º de mayo de 1976, lo regresaron a Mar del Plata en un traslado donde el personal del ejército fue muy violento. Una semana después le avisaron que lo iban a fusilar en el próximo traslado y fue llevado al hangar ubicado al lado del aeropuerto de Camet, ascendido a un avión y trasladado con destino final a la Unidad nº 2 de Villa Devoto. Al tiempo fue trasladado por el Servicio Penitenciario Federal a la Unidad Penal nº 9 de La Plata. Fue alojado en el pabellón 1, conocido como el pabellón de la muerte, pues de allí fueron sacados Georgeades, Rapaport, Roberto Rufino Pyrles y Dardo Cabo. Todos ellos fueron fusilados, alegando las fuerzas armadas un intento de fuga que no existió. Fue liberado el 15 de enero de 1977 y por iniciativa de su madre fue a entrevistarse con el Coronel Barda. Un ayudante de Barda trajo una carpeta con sus datos donde constaba su nombre de guerra "Berto". El Coronel Barda en tono muy paternal, le aconsejo que estudiara, que volviera a la Facultad, y que cada tanto fuera a visitarlo. Era obvio que lo quería convertir en un buchón. Durante todo 1977 pasó a la clandestinidad en la ciudad de Buenos Aires y luego escapó a Brasil para de allí partir destino a Suecia donde arribó en marzo de 1978. A Pacho Elizagaray, lo mató –al igual que a las otra víctimas de esa noche- lo que en ese entonces todos identificaban como "La Patota", conformada por integrantes de la CNU, muchos de los cuales eran estudiantes de derecho, y policías como represalia por la muerte del doctor Piantoni. Esa patota también mató a los estudiantes Gasparri y a Stopani, éste último oriundo de Balcarce y de sobrenombre "Ceconato". 

 

 

 

Ver el acta original de esta audiencia

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