Campanha por Mohamed Basir Desaparecidos Saharauis


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ANEXO NUMERO - 4 -

 Es copia literal de la copia del original que obra en la SEGUNDA SECCION de la Delegación Gubernativa de

la Región Norte.-

 GOBIERNO GENERAL DE LA PROVINCIA DE SÁHARA

Delegación Gubernativa de la Región Norte

INFORMACIÓN Y CIFRA

SECRETO

Aaiún, 2 de Enero de 1969.

NOTA INFORMATIVA

Número 7.

ASUNTO: INFLUENCIA DE LAS RESOLUCIONES DE LA ONU EN EL PERSONAL NATURAL. REACCIÓN DEL MISMO Y ACCIONES LLEVADAS A CABO POR LA ASAMBLEA GENRAL CON RESPECTO A ESTE ASUNTO

Como se cita en la N.I. 3244 y 3.246 de 20 y 23 de diciembre, las resoluciones de la ONU, sobre la intervención en el Sáhara español, a las que España dio su voto afirmativo, causaron muy mala impresi& oacute;n en el personal natural.

Ya anteriormente a la reunión de la Asamblea General de la Provincia, la tónica de los nativos en Aaiún era de franca preocupación ante los acontecimientos de la Asamblea General de la ONU y no es aventur ado afirmar que se ha insinuado la creencia de que España estaba dispuesta a abandonar el Aáhara en un plazo más o menos largo, de acuerdo con las resoluciones de la ONU y con Marruecos.

El Presidente del Cabildo SEILA ULD ABEIDA ULD SIDAHAMED, acompañado de su intérprete ZORUG U LAROSI U YUMANI, se presentó en la Delegación Gubernativa y expuso al Delegado Gubernativo su preocupaci&oacut e;n y su tristeza por la decisión adoptada por España de permitir que la ONU interviniese en los asuntos del Sáhara, decisión que había tomado forma en el voto favorable de España en el organismo int ernacional citado, lo que al mismo tiempo llevaba consigo la intromisión de Marruecos y posiblemente de Mauritania y Argelia.

Exponían como principal argumento que si los autóctonos habitantes de este Territorio no habían solicitado en ningún momento la presencia de una Comisión de las Naciones Unidas en su país, y por otra parte no existían alteraciones del orden o disturbios que justificasen tal intervención, la visita de tal Comisión con las repercusiones de todo orden que entrañaría posteriormente, quedaba en absoluto descarta da, en su forma de entender las cosas.

Se les dijo que, efectivamente, ésta era también la opinión del Gobierno General del Sáhara y que, reuniéndose a los pocos días la Asamblea General, sería muy oportuno que dicha Asambl ea elevase un resolución al Gobierno o a Las Cortes españolas, en las que expresase el punto de vista del pueblo saharaui, del que son representantes, sobre la inconveniencia de la presencia de la ONU en el Sáhara sin haber sid o previamente llamada. Quedaron de acuerdo con esta sugerencia dispuestos a redactar un documento que abarcase los extremos citados, documento que se confeccionaría al término de la Asamblea General.

A los pocos días de esta entrevista, se presentó en la Delegación un natural procedente de Smara, llamado MOHAMED MAHAMUD ULD HANAFI ULD SIDI MOHAMED, de Erguibat, Lemuadnin, portador de una carta dirigida a S.E. el gobernador general.

Al hacer entrega de la carta expresó que ella contenía la opinión recogida en las jaimas del interior y representaba el sentir de toda la zona de Smara en particular y del Sáhara en general.

Evidentemente la carta está muy bien escrita y contiene una serie de ideas muy interesantes, de gran valor cívico, extremada lealtad, una gran dosis de sentido común y una indudable adhesión a España. Los párrafos más interesantes de ella, sin que puedan despreciarse los demás, son los siguientes: "Excmo. Sr. Gobernador General, en estos precisos días la cuestión de nuestro país pasa por peligrosas etapas o al menos no podemos decir que viva una de las mejores épocas por la que pasa la historia de los pueblos y países". "Queremos advertir a V.E. a su respetado Gobierno y especialmente a su caro y querido Jefe S.E. el General Franco de cuanto desea mos, queremos y nos esforzamos en llegar a ello con toda la rapidez y lentamente pero sin pausa, para formarnos a nosotros mismos, como se han formado otras naciones con anterioridad a nosotros y se formarán después de nosotros".

1º. "Rechazamos de modo terminante la anexión a cualquier nación vecina a la nuestra, ya sea del E. del O. del N. O del S. Pues nosotros somos un pueblo con libertad en todo: en sus pensamientos, en sus principios, en sus costumbres, en su conducta, en su carácter, en su moral; nos diferenciamos totalmente de los pueblos que pretenden que somos un pueblo de su geografía, o que formamos una parte inseparable de ellos; con los países que esto invo can no nos une otro lazo que el de la religión islámica musulmana únicamente".

2º. "Nuestros padres, nuestros abuelos y ante pasados defendieron su país y su libertad; conservaron su soberanía, sus pensamientos y costumbres". "No nos gobernó ningún gobierno extraño ni nos subyugó ninguna soberanía extraña, ni nos impuso su autoridad ninguna dominación extranjera en el pasado, incluso en los últimos tiempos, e excepción del Gobierno español por nuestra voluntad y nuestra elec ción".

3º. "La tierra en que vivimos nosotros y en la que existieron los abuelos de nuestros abuelos, y que ha llegado a ser deseada por ambiciosos, no fue hallada por ningún pie extranjero, excepto si realizó algun a incursión, fue comerciante o turista; no pisó su pie en calidad de Jefe, Sultán, Gobernante, Príncipe o Delegado de ella. Cuanto dicen algunas naciones ahora y antes, todo es falso y calumnia sin ninguna base firme".

"Solicitamos también del respetado Gobierno español, insistiendo en nuestra petición, que nos no abandone ni nos defraude, ni nos deje dar golpes de ciego; todo lo contrario, que renueva su amistad con no sotros, se una con lazos más fuertes que los existentes hoy; que se preocupe de nosotros y de nuestros problemas, así como de nuestros intereses, de nuestro país y de nuestros hijos; que adopte posturas bravas y valiente, honorables p ara él y para nosotros ante todo el mundo; que no deje nuestra cuestión en manos de otra nación ni tampoco en las nuestras. Queremos a la nación española para que descubra las riquezas de nuestro país, as&i acute; como los lugares mejores y peores de explotación y para que nos ayude a promover nuestras tierras".

"Interesamos de V.E. Sr. Gobernador, dé su aprobación a lo expuesto y pida a su excelente Gobierno eleve esta nuestra última petición a la ONU en especial y a todas las naciones amantes de ayudar a los pueblos alejados; a ellas les pedimos nos apoyen y ayuden en nuestro problema, junto con vosotros, que nos defiendan, nos proteja y nos proporcionen toda clase de ayuda en unión vuestra también, siempre tendentes a preservar nues tra dignidad como pueblo que tiene existencia, costumbres, hábitos y tradiciones dentro del género humano"

Finaliza con expresiones de agradecimiento y sus mejores.

Esta carta tiene un valor indudable puesto que refleja el sentir de una gran masa de población del Sáhara. Su repercusión puede ser muy grande una vez se les preste la necesaria ayuda para alcanzar una difusi&oa cute;n considerable, incluso en la prensa nacional. Dos notas hay que hacer resaltar a su respecto: procede de una persona que no tiene prestigio entre los naturales puesto que es poco conocido y no ostenta cargo alguno, ni en su familia ni proporcionado por el Gobierno.

La segunda nota en relación con la carta se refiere a SEILA ULD ABEID, el cual no mostró ningún entusiasmo por la misma y expuso la idea de que convenía destruirla. Ello puede ser debido a cierto t emor personal de que se dirija la atención hacia otras personas. Pero también a que SEILA conocía las tendencias reinantes entre determinados grupos de componentes de la Asamblea, tendencias que han dado lugar a la confecció n de un documento a la terminación de la Asamblea. En dicho documento que estudiaremos con más detalle después, no se exponen las ideas contenidas en la carta que se estudia, sino que, manteniendo el mismo espíritu de coope ración con España, se solicitan una serie de avances a favor de una especie de semiautonomía, especificados en la petición del "derecho del pueblo saharaui a participar y permitir a sus hijos adelantados examina r la pol ítica del país tanto interior como exterior" y "libertad de expresión e igualdad en los emolumentos". Como se ve claramente los dos documentos sin ser totalmente antagónicos, no tiene punto de contacto y la presencia de uno res ta indudable valor al otro. Por esa razón SEILA no podía dar su apoyo a la carta presentada.

Finalmente y siempre siguiendo en relación con la carta comentada, parece que sea obra del portador y en cambio se podía decir que ha sido detenidamente sopesada y elaborados sus conceptos en reunión entre vario s, amplios conocedores de las características del Sáhara y sus pobladores. No hay que olvidar que frecuentemente emplea el plural al hablar (al menos lo emplea en la traducción recibida).

Otro aspecto interesante de dicha carta es que pone de manifiesto una vez más que no existen en realidad en la masa del pueblo saharaui verdaderas tendencias pro-marroquíes, las cuales se pueden localizar s&oacu te;lo una pequeña parte de individuos aislados. Como corroboración de lo anterior, los dos documentos redactados por la Asamblea General, si bien de muy distinto signo, vienen a afirmar de nuevo la preocupación del pueblo saharaui por su futuro; que este futuro no lo ven en modo alguno ligado al vecino país de Marruecos o de Mauritania y menos aún a Argelia y que solamente ven solución en su problema siguiendo unidos a España.

Al mismo tiempo se puede afirmar que no son pro-marroquíes las posiciones adoptadas por algunos elementos desafectos al Gobierno, sino simplemente son posturas de oposición a las medidas del mismo, porque ellas no convienen a sus intereses particulares, las más de las veces a sus intereses generales. Sin embargo esta ausencia de sentimiento verdaderamente marroquíes no quiere decir que no exista una continua colaboración o constante tr&a acute;fico entre nuestros nativos y autoridades más o menos importantes de Marruecos, buscando aquéllos la forma de tener cubiertas las espaldas en el caso de la retirada de España. De ello dan fe las constantes notas in formativas sobre elevado número de individuos, principalmente de tribus tecnas, que mantienen enlaces con personas de cierta relevancia de Marruecos. También están implicados en este tráfico, individuos de Boihat, Suaad, Belgas em Brahim y algunos aislados de Ulad Delím.

Hemos llegado al final de esta digresión sobre la carta tan repetida, en la que necesariamente ha sido preciso incluir algunas consideraciones sobre los documentos que se confeccionaron con posterioridad y sobre las ideas que surgen a la vista de los mismos, sin que ello sea obstáculo para un análisis posterior de los dos documentos últimos citados.

Se esperaba por tanto con el mayor interés una declaración pública oficial de la postura del Gobierno en relación con las decisiones de La ONU.

Esta declaración tuvo lugar finalizada la Asamblea General y por boca del Exmo. Sr. Gobernador General fue expuesto lo siguiente: "En estos últimos días han aparecido en prensa y radio, tanto nacionales c omo extranjeros, una referencia de las últimas sesión de la IV Comisión de las Naciones Unidas que afectan a nuestro Sáhara y que por la forma en que vienen redactadas se prestan a confusión y han llegado a producir cier ta alarma e inquietud entre los buenos saharauis. Alarma e inquietud que yo os agradezco pues ponen de manifiesto vuestra sensibilidad, vuestro patriotismo y vuestra lealtad a la madre España, hacia la que de manera clara y terminante, habéi s expresado reiteradas veces vuestros legítimos deseos de hermandad perpetua y de unión total hasta que vosotros consideréis haber alcanzado vuestra mayoría de edad política y económica para constituir una naci ón totalmente independiente, sin las injerencias de aquellos que ni tienen nada que ver con vosotros ni jamás hicieron nada por vosotros.

"La situación está perfectamente definida y no debería ofrecer ninguna duda en el ámbito internacional. Pero las ambiciones la mala fe de otros y la falta de conocimientos del resto de los componentes de esa Asamblea Internacional que tan incapaz se muestra para resolver los graves problemas que afectan al mundo entero, dan lugar a que periódicamente se plantea la cuestión del Sáhara, que ni es problema ni afecta a nadie más qu e a los propios saharauis y a España".

"Podéis estar seguros de que yo nunca participé en esa alarma. No había motivos para ello. El que España votase a favor de la propuesta de las Naciones Unidas, es completamente natural, puesto que de lo que se trataba era de que el pueblo saharaui expresara su voluntad y a eso España nada tiene que oponer, ya que es el fundamente de su presencia en estas tierras".

"No obstante para que una voz más autorizada que la mía llevase la tranquilidad a vuestros ánimos, el Excmo. Sr. Vicepresidente del Gobierno me cursó el telegrama que transcribo a continuación: "An te las informaciones que me llegan de la inquietud que a los saharauis han producido algunas noticias, difundidas por los órganos de Información en relación con los recientes acuerdos de la IV Comisión de las Naciones Unidas, p rocede que V.E. les comunique a través de la Asamblea General que pueden estar absolutamente tranquilos. Como el Caudillo les ha expresado en diferentes ocasiones, España cumpliendo siempre con los saharauis los compromisos que volunt ariamente han contraído con ellos, con la generosidad y alteza de miras que ellos tan bien conocen, les reconoce su derecho a elaborar por sí mismos su futuro. Mientras quieran ser españoles, España les protegerá igual que a los demás nacionales, asegurándoles al mismo tiempo el pleno disfrute de las riquezas que puedan explotarse en su territorio; si un día quisieran ser independientes, España concretaría con ellos su fut uro con la generosidad de una madre, pero nunca, ni por ningún concepto, insisto, ni por ningún concepto, España negociará con ningún otro país el futuro del pueblo saharaui. Esto se lo ha asegurado el Caudillo de España y su palabra es sagrada".

"Posteriormente he recibido una carta de la misma Autoridad en la que me confirma los puntos del anterior telegrama".

El Gobernador General terminó su discurso pidiendo fé ciega en los distintos de su país, en España, en su Caudillo y en su Gobierno.

Las palabras del Gobernador General han llevado una gran tranquilidad al ánimo de los saharauis y ello se ha hecho notar en las distintas impresiones recogidas.

Hay que señalar que esta mala impresión causada por entre los saharauis ha sido debida en gran parte a la votación favorable de España en la Asamblea general de las Naciones Unidas, votación favora ble que no había tenido lugar en ocasiones anteriores en las que España se abstuvo o votó en contra de algún apartado d las resoluciones, tal como era el que indicaba "que debía llevarse a cabo la autodeterminació n en el Sáhara de acuerdo con Marruecos, Mauritania y cualquier otra parte interesada".

Las palabras del Gobernador indicando que España no podía menos d votar en la última sesión a favor de una autodeterminación, puesto que su presencia aquí se basa en el reconocimiento de la libre expresión del pueblo saharaui, son indudablemente acertadas. Por otra parte se insiste en que ni Radio nacional de España, ni la Televisión española han dado la versión de que el referéndum de autodeterminac ión deba hacerse de acuerdo con Marruecos; más bien parece que esta versión ha sido dada por radios extranjeras o prensa nacional. Evidentemente, le presencia de una comisión de la ONU como preparativo para los hechos posterior es, no debe sorprender a nadie, ya que fue la misma delegación española en la ONU, la que invitó a una Comisión a que "examinara los hechos sobre el terreno" y ello en noviembre de 1.966.

La más importante de las reacciones llevadas a cabo por el personal nativo, del que en esta ocasión ha sido portavoz la Asamblea General, es el documento que se confeccionó una vez terminada la Asamblea y que fue entregado al Gobernador General para su curso correspondiente.

Dicho documento, como se verá en la copia adjunta, rechaza de modo terminante cualquier intromisión de la ONU en los asuntos internos del Sáhara, declarando "que en virtud de su petición y voluntad, v ive con la Nación Española en la parte N.O. del Sáhara, (el pueblo saharaui "que decidió y permanece decidido a rechazar la venida de cualquier misión perteneciente a la ONU "por no existir cuestiones que induzcan a dar tal paso " " ya que el pueblo saharaui escogió por libre voluntad el que la Nación Española le ayude hasta que él pueda soportar sus cargas por sí mismo en el futuro" "y no hay duda de que la ONU ha recibid o a través de los miembros del pueblo saharaui los resultados del referéndum que las circunstancias exigieron se efectuara, no teniendo objeto apoyar la venida de una honorable misión, a un territorio que ha rechazado y rechaza su vis ita" "y si está predestinada la llegada de una misión internacional debe saberse que no se le dan seguridades, aunque en España haya aprobado su venida".

Como se ve por estos párrafos el documento refleja una gran sinceridad y un decidido propósito de mantener ante todo la libertad de acción de los saharauis; con esta sinceridad va envuelta una considerabl e dosis de ingenuidad, ya que los componentes de la Asamblea ignoran al parecer que carecen de personalidad, llamándole jurídica, para dirigirse a las Naciones Unidas como no sean por conducto de potencia administradora, en este caso Espa&nt ilde;a; parecen ignorar que los documentos emanados de sus órganos representativos tienen ante dicho organismo internacional un valor muy relativo, ya que no pueden dejar de pensar que han sido inspirados por la potencia administradora, aunque as&i acute; no sea en realidad, quedando esta verdad limitada a muy contados círculo. También ignoran que el valor afirmativamente de España la presencia de una comisión de la ONU en el Sáhara español, queda inhabilita da para presentar después por sí misma o en compañía de los saharauis administrados por ella, ninguna resolución que ponga cortapisas a lo que ya en su día dio como bueno, máxime habiendo partido esta invit ación para visitar el Sáhara de la propia misión española en la ONU, por boca del Sr. Piniés en Noviembre de 1.966.

Por sí todas estas razones no tuvieron suficiente valor, los componentes de la Asamblea han olvidado que en el mes de marzo de 1.966 elevaron un documento a la ONU, firmado por los principales Chiuj del Sáhara, muchos de ellos componentes actuales de la Asamblea General en el que al final del mismo, después de rechazar enérgicamente la intromisión de Marruecos en el Sáhara, decía "si un día pensamos constituir naci&oacut e;n independiente, sólo con España nos entenderemos. Y si hubiese alguna duda sobre la realidad de cuanto exponemos estamos dispuestos a confirmarlo, bien con nuestra presencia personal ante el alto organismo o que una Delegación d e las Naciones Unidas se desplace a esta Provincia a comprobar que cuanto así se dice es la expresión fiel y sin la menor reserva de la soberana voluntad del pueblo saharaui y la paz.

Finalmente en el referéndum efectuado en el mes de octubre de 1.966, las actas que firmaron los componentes de las diversas "yamaas" en uno de sus apartados decían: "que la forma más concreta y contun dente de manifestar cual es la voluntad del pueblo saharaui sobre la cuestión de su soberanía es ratificar en todas sus partes y con igual libertad y firmeza el documento que con fecha 29 del Kaada, de 1.385, 21 de marzo de 1.966, sus cribieron los Chiuj de las diferentes tribus del Sáhara, y que hoy, con esta confirmación de la Yamaa, se convierte en la expresión auténtica e indiscutible de la voluntad del pueblo saharaui.

Asi pues la falta de valor ejecutivo de este documento ante las Naciones Unidas es evidente. Pero su valor real como demostración de la lealtad de España del Sáhara es indiscutible, por lo cual puede ser exibido dentro del ámbito nacional, con la seguridad de que ejercerá influencia, sean cuales sean las tendencias de los diversos organismos del Gobierno de la nación.

Finalmente, la Asamblea General redactó otro documento en el que advierten la influencia de personas jóvenes que tratan de encontrar mejores salidas para sus actividades. Es un documento evidentemente de tipo positivo en el que basándose en el axioma de que "España desea proteger al pueblo saharaui" se le pide a nuestra Nación "protección de España al Sáhara hasta que ésta pueda ser independiente concedi éndole dicha independencia sin libertad de restricción". "Derecho al pueblo saharaui a participar y permitir a sus hijos adelantados examinar la política del país tanto exterior como interior". "Progreso del pueblo saharaui en los campos cultural, social y político". "Libertad de expresión e igualdad en los emolumentos". Todo ello firmado en un tratado con España. Las personas jóvenes competentes de la Asamblea, en representación tambi&eac ute;n de otras ajenas, han querido con esta serie de peticiones poner patentes sus problemas y expresar su deseo de ir tomando parte en la administración.

Lo que no se ha podido contestar a este tipo de personas, es que su escasa preparación, por no pasar la mayoría del quinto o sexto curso de bachillerato, su concepto de la honradez y de la ética profe sional o su descarada protección al familiar de todo tipo, no les hacen aptos por el momento para ser insertados en la administración. En cambio no debe desecharse la idea de darles entrada en la carrera militar, profesió ;n para la que están por idiosincrasia mejor preparados y son mas aficionados y que podría permitirles alcanzar el grado de Oficial o de Suboficial, adquiriendo una disciplina y una formación de tipo medio, creándoles unas Acad emias especiales.

Estas ideas de promoción de la juventud no son nuevas puesto que se pusieron patentes en todos los conflictos laborales que han surgido en los últimos años, en los que los parados sugerían ser cond uctores de automóviles (pilotos, etc.), rehuyendo del trabajo de pico y pala.

La idea de firmar un tratado con España en el que entre otros se contengan las ideas de promoción antes expuestas, tampoco es nueva, pues fue expuesta ya por el Caid BRAHIM ULD ABDALAHY y JATRI ULD SAID, en dife rentes ocasiones. En alguna entrevista los Chiuj mencionados hablaron también de que querían tener ocupaciones o mandos, como bajá y otros análogos.

 

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