Tercera Parte
Las políticas económicas y sociales
Documento
Santa Fe I
A.
Energía
Propuesta.
Estados
Unidos debería alentar y ayudar a las naciones del Hemisferio Occidental para
que desarrollen su potencia energético en materia petrolera, nuclear, agrícola
e industrial. Debe revivirse la fórmula Eisenhower de "átomos para la
paz" y de intercambio de capital y tecnología por energéticos.
Un
alto consumo de energéticos y una tecnología de avanzada son características
de las modernas sociedades industrializadas. La producción es la consigna para
el progreso. Puesto que el avance y la modernización de América Latina son
mutuamente ventajosos para todo el continente, Estados Unidos debería tomar el
liderazgo en el intercambio de capital y tecnología por importaciones de energéticos.
Iberoamérica
está dotada con un vasto potencial petrolero. México, Venezuela, Ecuador y
Argentina se encuentran entre los principales productores del mundo. No
obstante, esas reservas -vitales para el Mundo Libre en momentos en que los
abastecimientos del Medio Oriente están en peligro- son limitadas. Por lo
tanto, Estados Unidos debería ayudar en el desarrollo de fuentes alternativas
de energéticos tales como la energía nuclear, la fusión, la geotérmica y la
solar, ya que si Iberoamérica va a asumir su papel en la defensa de Occidente,
debe modernizarse.
Las
naciones recientemente industrializadas de América Latina ya están
comprometidas en el desarrollo nuclear. Hay que satisfacer las necesidades de
energía para el desarrollo actual y futuro. La oposición norteamericana por
parte de las Administraciones Ford y Carter a las instalaciones atómicas de América
Latina nohan detenido los proyectos y simplemente han empujado a Méixo, Brasil
y Argentina a adquirir tecnología nuclear en Europa Occidental y Japón. Por
consiguetne, Estados Unidos no simplemente perdió ingresos sino también
influencia en estos programas nucleares. Los combustibles fósiles son finitos.
Estados Unidos debe asumir el liderazgo en un programa de átomos para la paz
que acelere la producción industrial y aún la agrícola.
Los
alimentos son un arma en un mundo de guerra. Cuatro de los siete productors agrícolas
con excedentes del mundo se encuentran en el Hemisferio Occidental: Canadá,
Estados Unidos, Brasil y Argentina. Junto con los productores del Pacífico
-Australia y Nueva Zelanda-, el continente americano podría ejercer una presión
poderosa sobre Estados potencialmente hostiles, teniendo como rehenes a sus
importaciones de alimentos, y así modificar el balance entre el Nuevo y el
Viejo Mundo.
B.
AGRICULTURA
Propuesta
Nº 1
Tanto
la política comercial de Estados Unidos hacia los países de América Latina
como los programas de ayuda para su sector agrícola, deberían intentar
maximizar las ventajas comparativas en la producción y fomentar el
desplazamiento hacia la producción de cultivos comerciales que incrementen el
comercio recíproco.
Los
mercados norteamericanos para furtas y verduras frescas de invierno constituyen
el ejemplo más obvio de dónde una reducción de las barreras de importación a
los mercados norteamericanos para los productos latinoamericanos podrían
maximizar las ventajas comparativas para un beneficio mutuo.
El
suelo, el clima y los costos relativos de la mano de obra en relación con la
tecnología dan a Estados Unidos ventaja en el costo de producción para
cereales y legumbres vis à vis México, América Central y el Caribe. De manera
semejante, la Cuenca del Caribe posee ventajas en la producción de frutas de
mesa, verduras y azúcar. Sin embargo, el maíz y el frijol son un producto básico
en la dieta de mcuhos de estos países. Los minifundistas de Guatemala o
Nicaragua podrían recibir un ingreso mayor convirtiéndose a la producción de
cultivos comerciales tales como espárragos, frambuesas, etc., para vender al
mercado norteamericano, y comprando a cambio maíz importado de Estados Unidos.
Consciente
de la realidad eocnómica de las ventajas comparativas, la agricultura chilena
está alejándose rápidamente de la producción de granos y expandiendo la
producción de cultivos especializados para la exportación hacia Oriente,
Europa y Estados Unidos. En general, el trigo puede comprarse más barato en la
Argentina de lo que cuesta producirlo en Chile, mientras que los cultivos
especializados pueden venderse a precios más altos en otros lugares.
Propuesta
Nº 2
En
la medida que Estados Unidos aliente la diersificación de la agricultura
latinoamericana con el fin de maximizar las ventajas comparativas en la producción
deberá permitir su acceso al mercado norteamericano.
Estados
Unidos debería intentar expandir su demanda de la tradicional porducción
azucarera de la cuenca del Caribe, por medio del desarrollo y la compra de
combustibles alcohólicos fabricados sobre la base de azúcar.
El
precio del petróleo dela OPEP y la dislocación que éste ha causado en las
balanzas de pago de los países de este Hemisferio, hace que sea altamente
deseable la introducción rápida de fuentes alternativas de energía que tengan
un carácter renovable. Al mismo tiempo, Brasil, Jamaica y otras naciones del
Caribe deficitarias en petróleo, pueden y deben producir recursos en su
programa de combustible alcohólico. Estados Unidos debería sumarse a este
esfuerzo, contribuyendo con toda la tecnología avanzada que esté disponible.
Propuesta
nº 3
El
congreso de Estados Unidos debería establecer, por medio de la Agencia para el
Desarrollo Industrial -ADI- (sic. N.del E.), un programa de préstamos directos
a la agricultura dirigidos a empresas cooperativas o comunidades tribales.
La
propidad comunitaria tribal de la tierra es una tradición secular de las
culturas indígenas. De la misma manera las cooperativas son una institución útil
y eficaz para la acción solidaria y la propiedad conjunta del capital
productivo para el desarrollo y la operación.
En
Guatemala, donde el gobierno está abriendo enormes áreas de tierra virgen al
asentamiento de indígenas cuyas propiedades en las zonas altas se han
fraccionado progresivamente con el crecimiento demográfico de cada generación,
principalmente, las nuevas tierras se asignan en propiedad comunitaria, si se
asignan en forma privada, no pueden ser vendidas ni embargadas como consecuencia
de su hipotecameinto. La provisión de recursos crediticios para estos
campesinos es de vital importancia, y el gobierno está alentándolos
inteligentemente a que desarrollen cultivos comerciales para la exportación en
vez de producir el maíz y los frijoles traidiconales para su propio consumo.
Proporcionando
capital para constituir nuevas instituciones de préstamo dirigidas a estas
empresas de características únicas, que no tienen la garantía de tierras
hipotecables, Estados Unidos podría estimular a los gobiernos que buscan ayudar
a su población campesina pobre a escapar a la agricultura de subsistencia. Una
acción por parte del Congreso publicitaría el compromiso de asistencia de
Estados Unidos, y otorgaría la posibilidad de control para asegurar que la
ayuda norteamericana se dirige a empresas libres y productivas, en vez de
programas estatales no económicos.
Propuesta
Nº 4
Es
necesario aumentar el énfasis actual que Estados Unidos pone en el desarrollo
de la infraestructura pública rural, estimulando empresas pequeñas creativas
en la generación de utilidades y que habrán de reinvertir una porcións
significativa de sus ganancias en el entrenamiento y en la asistencia técnica a
campesinos locales, tanto en el transcurso de sus operaicones normales como a
través de proyectos especiales orientados hacia la comunidad.
Desde
1974 la Agencia para el Desarrollo Internacional de Estados Unidos (ADI), ha
sido encargada de la tarea de concentrar sus recursos en ayudar a mejorar el
destino de los segmentos más pobres de la población en los países menos
desarrollados, que son, en la mayoría de los casos, los pobres del campo.
En
la América Latina continental, tal vez la mayoría de la población muy pobre,
agrícola y rural, son indígenas no europeizados que mantienen estilos de vida
e idiomas tradicionales precolombinos. Demasiado frecuentemente, los esfuerzos
para mejorar el nivel de vida de estas personas e integrarlos a la economía
moderna de sus países parten de la premisa, latente o explícita, del
imperialismo cultural. Esto es explícito cuando se parte de que es preciso
erradicar los patrones culturales tradicionales para mejorar el nivel de vida de
la población indígena; y latente cuando se introducen programas de desarrollo
o asistencia que son inapropiados para el ambiente cultural que existe, y que
podrían tener éxito solamente en la medida en que la gente abandone sus
maneras y actitudes tradicionales.
La
construcción de carreteras, plantas hidroeléctricas y altos hornos es
incomparablemente menos útil, para esta gente, que la instalación de sistemas
sencillos de agua potable, la introducción de nuevos cultivos capaces de
mejorar sus dietas deficientes en vitaminas y proporcionar cultivos comerciales
para vender, y la enseñanza de cómo cuidar a sus ovejas para aumentar así su
abastecimiento de carne y de lana para el consumo o la venta. Para ayudarlos
ahora y abrir el camino a la transformación cultural -si esto es lo que ellos
deciden que quieren-, estas personas necesitan tecnologías y tecnologías
sencillas que muestren resultados perceptibles y que sean fácilmente aplicables
a su situación inmediata.
Un
personal innovativo y adaptable que trabaje y viva con estos pueblos indígenas,
y no enormes cantidades de dinero, es la clave para ayudarlos. El sistema
existente para la asistencia al desarrollo no es apropiado para ayudar a que lag
ente se ayude a sí misma en el contexto de su situación, ya que o bien opera a
través de estructuras institucionales públicas remotas, demasiado sofisticadas
e impersionales, o bien porque -como en el caso del Cuerpo de Paz- el personal
es demasiado transitorio como para ganar la confianza de las personas a las que
se dirige, o está inadecuadamente capacitado en las tecnologías más
apropiadas. Se necesita, en cambio, un enfoque de largo plazo, localizado y
altamente personalizado.
Las
pequeñas empresas privadas, orientadas al lucro en un área determinada pueden
ser el mecanismo uqe ayude a las poblaciones indígenas locales,
particularmente, pequeñas mpresas agrícolas que estén comprometidas a usar
las utilidades de forma tal que tengan un impacto social en el desarrollo de la
comunidad.
C.
LA DEUDA
Propuesta
El
Congreso de Estados Unidos debería llevar a cabo inversiones periódicas de los
problemas de deuda de las naciones latinoamericanas, y orientar su política de
desarrollo hacia el objetivo de crear un mercado latinoamericano autónomo de
capitales.
Cojn
el fin de complementar y coordinar el esfuerzo por establecer un mercado de
capitales iberoamericano autónomo, el Congreso debería alentar la ivnersión
extranjera privada directa.
Tal
vez el obstáculo más grave para el desarrollo económico en América Latina en
la actualidad es la creciente carga de la deuda. El crecimiento interno es y
seguirá siendo reducido, a causa de la creciente necesidad de utilizar las
escasas divisas para pagar el servicio de la deuda externa. La reciente
experiencia de Perú proporciona un ejemplo de este problema regional.
En
junio de 1978 se consideraba que Perú estaa al borde de la cesación de pagos.
La deuda del gobierno peruano sumaba más de 5 mil millones de dólares, y si se
hubieran hecho efectivos los interreses para 1978, estos pagos hubieran
representado más del 55% de los ingresos totales de Perú por concepto de
exportaciones. La regla general sobre la proporcionalidad entre la deuda y los
ingresos de divisas es: el servicio de la deuda no deberá exceder el 25% del
ingreso anual bruto de divisas. La deuda industrial (sic. N.del E) privada
peruana añadió otros 2 mil millones de dólares a la deuda externa de Perú.
Se evitó dejar de cumplir con esta deuda total de 7 mil millones de dólares
gracias a que los bancos privados refinanciaron su pago y hubo un aporte de
ayuda gubernamental norteamericana.
Los
banqueros privados norteamericanos, europeos y japoneses propusieron pagos que
se les debía efectuar en el año 1978. Además, la ADI otorgó a Perú un préstamo
agrícola rural a un plazo de 20 años por un valor de 15 millones de dólares
(a una tasa de itnerés del 2% para los primerso 7 años y del 3% para los
restantes). Después del préstamo del gobierno norteamericano, los bancos
privados hicieron un nuevo préstamo en diciembre de 1978, con plazos más
largos para cubrir los pagos pospuestos.
Las
propuestas acerca del problema de la deuda latinoamericana que se hacen en
Estados Unidos, generalmente sugieren incrementar el flujo de fondos públicos
estadounidenses a los bancos multinacionales (BMN), y renegociar o alargar los
plazos de pago de la deuda privada. Además, piden al Congreso incrementar su
contribución a los bancos multinacionales y proporcionar fondos directos en
casos de cesación de pagos. Estados Unidos, bajo la dirección del Congreso,
necesita revisar y desarrollar una política coherente para enfrentar los
problemas de la deuda en América Latina, dentro del contexto de una política
dirigida a estimular el desarrollo y a promover un mercado latinoamericano autónomo
de capitales.
D.
EL MOVIMIENTO SINDICAL LIBRE
Estados
Unidos, trabajando con y a través de la AFL-CIO y de otras organizaciones
sindicales independientes, debería formentar el movimiento sindical libre en América
Latina, ya que los sindicatos autónomos son esenciales para el avance económico
y la defensa de las instituciones democráticas.
La
productividad es la clave del progreso. Los obreros, los ejecutivos y el capital
comparten la responsabilidad de incrementar la producción industrial y agrícola.
La empresa privada y la economía de libre mercado han demostrado de manera
clara que son superiorers a las economías
controladas con capitalismo de Estado, en la tarea de producir las
mercancías y los servicios que requieren los consumidores.
Un
movimiento sindical libre, si está basado en la elección y en la asociación
voluntaria, es fundamental para la filosofía de una economía de mercado libre.
Además, el derecho de los trabajadores para organizarse en su propio interés,
no solamente para asegurarse su protección económica, sino también una
defensa política contra el poder monopólico, público o privado, nacional o
inernacional, es de interés también para la libertad. Estados Unidos, uno de
los pocos países que ha dado una oportunidad al trabajador, es el agente ideal
para proteger y apoyar al movimiento sindical libre, el cual, por su propia
supervivencia e interés, debe tener una postura firme contra el estatismo y el
centralismo.
E.
LA TRANSFERENCIA DE TECNOLOGÍA
Propuesta
Nº 1
Estados
Unidos debería transferir tecnología para el continente americano, como parte
de la renovación estratégica de este hemisferio. Los objetivos serían
fortalecer los nexos hemisféricos y mejorar la seguridad a través de la
construcción de sistemas políticos y económioos viables de libre empresa,
aliviando así la pobreza, el hambre y la enfermedad, problemas críticos para
muchos de los países del continente americano.
Durante
la década pasada, la transferencia de tecnología ha sido una irritante
constante de las relaciones hemisféricas. Particularmente en los últimos tres
años, los aliados de Estados Unidos han presenciado cómo se transfería
tecnología norteamericana a los soviéticos y a las Naciones de Europa
Oriental, mientras que al mismo tiempo la Administración Carter les negaba esta
posibilidad. Como otro ejemplo crítico del uso cínico e hipócrita de los
derechos humanos como arma política, los amigos de Estados Unidos en el
Hemisferio Occidental están confundidos y molestos por esta discriminación
ultrajante e indebida en la transferencia de tecnología.
El
impacto es total y devastador, condenando a millones de personas alfabetizadas y
capaces a una existencia de pobreza o semipobreza. Para las poblaciones indígenas
el futuro es aún más funesto. La retórica de la extrema izquierda acerca de
los derechos humnos y la dignidad no tiene significado alguno para las familias
hambrientas, estén en los Andes o en la isla de Cuba.
Al
adoptar una política que aliente la transferencia de tecnología como sólo uno
de nuestros instrumentos estratégicos, Estados Unidos no solamente realzaría
su propia reputación como líder responsable del Mundo Libre, sino que
contribuiría de manera sustancial a la mejora de los derechos humanos en el
continente americano.
Como
una contribución recíproca a nuestra cultura común, nuestra seguridad,
nuestro sistema económico y social conjuntos, la transferencia de tecnología
tiene el mayor potencial para el futuro de un contintente americano libre y
fuerte.
Propuesta
Nº 2
Como
parte de una nueva política hacia este Hemisferio, Estados Unidos debería
adoptar una estrategia de transferencia de tecnología semejante a la que
actualmente está en vigencia con Israel. Esta política reconocería que el
Mundo Libre combine los recursos humanos con la tecnología de Estados Undios
para mejorar la red económica, política y social de los países individuales.
Constituiría una respuesta importante y positiva a los problemas de la pobreza,
el desempleo y la miseria económica que son los viveros del comunismo y del
terrorismo urbano. Evidentemente, esta política debería ser diseñada para
satisfacer las necesidades de cada país individual.
Históricamente
ha existido cierta renuencia por parte de Estados Unidos hacia la transferencia
de tecnología a América Latina. Las razones de esto son múltiples y variadas.
Basta decir que esta renuencia ha producido frustración y hostilidad por parte
de los latinoamericanos, en la medida que han presenciado a Estados Unidos
transferencia de tecnología a otras áreas del mundo, inclusive del bloque
comunista. En la opinión de algunos de ellos, esto fue parte integral de la
“agresión económica” de Estados Unidos al resto del Hemisferio. Este tema
fue repetido y amplificado por los movmientos comunistas en el continente
americano.
La
transferencia de tecnología es un problema muy complejo y complicado que
involucra a varias áreas, algunas de las cuales son inmediatas y sencillas,
tales como la presencia de científicos en instalaciones de alta tecnología
norteamericana. Otras son más difíciles y requieren de más tiempo, tales como
el entrenamiento de ejecutivos y programadores en instalaciones de Estados
Unidos y en el país receptor. Lo que es más, algunas áreas están complicadas
por diversas leyes que gobiernan las regalías y las patentes. Ejemplo de esto
son los paquetes técnicos que se transfieren a un país para permitir que en él
se fabrique un producto determinado. Esto último requiere de un alto nivel de
capacidad técnica o de una ayuda sustancial de alguna otra fuente.
Ya
es hora de que Estados Unidos, como parte de una nueva política hacia nuestros
vecinos en este Hemisferio, adopte una política más esclarecida y estratégicamente
más sensata en relación con la transferencia de tecnología.
F.
EDUCACIÓN
Propuesta
Estados
Unidos debe tomar la iniciativa ideológic. Es esencial el estímulo a un
sistema de educación en América Latina que ponga el énfasis en la herencia
intelectual común del continente americano. La educación debe inculcar el
idealismo que habrá de servir como un instrumento para la supervivencia.
El
objetivo de la guerra lo constituyen las mentes de la humanidad. La ideopolítica
habrá de prevalecer. Estados Unidos ha fracasado de manera especial en
proyectar los ideales de la libertad política,
la iniciativa privada, el decentralismo dogmático y el patriotismo prudente que
el pueblo norteamericano sostiene. A pesar de las diferencias regionales, estos
mismos conceptos heredados de la cultura griega, la ley romana y la moralidad
judeocristiana son comunes tanto a la América ingesa como a la América Latina.
Así, mientras que el entrenamiento técnico es necesario para el progreso
material, la educación filosófica es primordial. Las dosgrandes preguntas de
cualquier época: “¿quién soy yo?” y “¿qué hago aquí?”, siguen
presentes en la actualidad. Las respuestas son múltiples y variadas, y
armonizan bien con la diversidad del continente americano. Pero, con la excepción
de los Estados marxistas totalitarios del Hemisferio
Occidental,
las naciones independientes comparten una tradición común.
La
educación es el medio por el cual las culturas retienen, transmiten y hasta
promueven su pasado. Así quien controla el sistema de educación determina el
pasado o cómo se ve a este tanto como el futuro. El mañana está en las manos
y en las mentes de quieens hoy están siendo educados.
Estados
Unidos no debería tratar de imponer su propia imagen a Iberoamérica. Ni el
pluralismo liberal ni la democracia wilsoniana se han exportado existosamente.
Sin embargo, deberíamos exportar ideas e imágenes que alienten la libertad
individual, la responsabilidad política y el respeto a la propiedad privada.
Debe iniciarse una campaña para captar a la élite intelectual iberoamericana a
través de medios de comunicación tales como la radio, la televisión, libros,
artículos y folletos, y también debe fomentarse la concesión de becas y
premios. Puesto que la consideración y el reconocimiento son lo que más desean
los intelectuales, tal programa los atraería. El esfuerzo norteamericano debe
reflejar los verdaderos sentimientos del pueblo norteamericano, y no el estrecho
espectro de Nueva York y de Hollywood: si la imagen no es genuina fracasará.
Estados Unidos debe proporcionar la voluntad y la filosofía que se hallan detrás
de las políticas cocnretas, si es que el continente americano va a sobrevivir y
a prosperar.
G.
LAS POLÍTICAS ECONÓMICAS,
COMERCIALES Y DE INVERSIÓN
Propuesta
Nº 1
Estados
Unidos debería promover una política favorable al capitalismo privado, el
libre comercio y la inversión directa interna y extranjera en empresas
productivas en América Latina.
El
capitalismo está dirigido hacia la producción. El socialismo se concentra en
la distribución: hay que tener algo que dar, en primer lugar. De los dos tipos
de capitalismo -el privado y el estatal-, el capitalismo privado ha sido
tradicionalmente el más productivo. De ahí que Estados Unidos debería, por el
bien común tanto de la América Latina como de la América inglesa, promover la
empresa privada.
El
comercio y la ayuda son esenciales. La reducción de las barreras arancelarias
entre las naciones independientes del continente americano facilitará el
intercambio de bienes y servicios. Mientras que Estados Unidos debería dar un
tratamiento arancelario preferencial a todos los productos agrícolas y a
algunos productos industriales latinoamericanos. Iberoamérica debería
responder con reciprocidad. La importación liberal por parte de Estados Unidos
de productos agrícolas y bienes industriales claves para América Latina,
estabilizaría los ingresos de divisas de Iberoamérica, ayudando de esta manera
al pago de sus servicios de la deuda, y aliviando la necesidad de préstamos del
gobierno norteamericano.
Propuesta
Nº 2
Estados
Unidos, con el fin de facilitar el comercio interamericano, debería no
solamente buscar un vínculo más estrecho con la Asociación Latinoamericana de
Libre Comercio (ALALC) y con el Sistema Económico Latinoamericano (SELA) sino
que debería también solicitar su asociación
a estas dos organizaciones. Sería factible que Estados Unidos tuviera
una participación plena en la ALALC y en el SELA una vez que se estableciera un
mercado de capitales autónomo latinoamericano.
Propuesta
Nº 3
La
política económica exterior de Estados Unidos debería consistir en influir
sobre los bancos multinacionales para que cooperen con Estados Unidos en el
control de la inflación, en el apoyo a esquemas de autofinanciamiento en
sectores productivos, en el estímulo al desarrollo energético -hidroeléctrico,
nuclear y de gas-, y en el financiammiento de proectos tales como la
electrificación rural.
Propuesta
Nº 4
Estados
Unidos debería apoyar la reforma institucional de los bancos multinacionales y
dirigir aportes del Congreso al Banco Interamericano de Desarrollo para
programas de desarrollo específico, tal como hizo Venezuela en 1975. El
Congreso debería considerar la idea de un Fondo Monetario Latinoamericano, con
el propósito de ayudar al desarrollo de las capacidades de formación autónoma
de capital dentro de América Latina para propósitos productivos.
Todas
las empresas multinacionales son asuntos importantes para quienes están
preocupados por el desarrollo económico.
Pero los bancos multilaterales de desarrollo son elementos críticos de una
política norteamericana dirigida a estimular la autonomía y la
cooperación entre las naciones americanas. El Banco Mundial ofrece una gran
cantidad de dinero a muchos países. Pero su preocupación principal no es América
Latina. El Congreso debería seguir utilizando su inflencia, e instando al Banco
Mundial a que apoye a las naciones hispanoamericanas que buscan la autonomía la
cooperación con Estados Unidos.
Establecido
en 1959 con un capital autorizado de mil millones de dólares, el Banco
Interamericano de Desarrollo (BID) fue fundado para responder a las demandas
latinoamericanas de una agencia de préstamos que financiara exclusivamente a
los Estados latinoamericanos sobre una base flexible. La gran mayoría del
capital del BID fue asignada para respaldar operaciones bancarias regulares
mientras que el 15 por ciento se destinó a operacines especiales apra conceder
préstamos suaves, Estados Unidos tomó el 41 por ciento de las acciones
regulares y el 66 por ciento del Fondo para Operaciones Especiales (FOE). El BID
ha operado sobre las bases del principio de la autoayuda entre sus
miembros. En julio de 1976 nueve naciones no americanas se integraron al
BID, que ahora se ha convertido en un banco multirregional.
El
Congreso ha mostrado una creciente preocupación acerca de la falta de supervisión,
la apertura de las operaciones y la responsabilidad de los bancos
multinacionales. Una reafirmación del Congreso en estos asuntos sería bien
acogida, no simplemente porque es el causante norteamericano quien proporciona
fondos sustanciales para estas instituciones, sino también porque el Congreso
necesita evaluar la eficiencia general de estos programas y coordinar las políticas
económicas directas e indirectas de Estados Unidos.
Propuesta
Nº 5
Estados
Unidos debería ayudar a proteger a las industrias medianas latinoamericanas de
la amenaza de destrucción que implican las empresas multinacionales.