Conclusiones generales.

INFORME CO.SO.FAM BARCELONA, MARZO DE 1999

  

 

En base a los elementos que resumidamente se aportan en este Informe y abierto a la contibución de nuevos testimonios y documentos, COSOFAM Barcelona concluye: 

1. La incidencia del antisemitismo en la vida pública argentina y su tradicional impacto en círculos militares ha influido de modo determinante sobre la prevalencia de actitudes antisemitas y genocidas antijudías dentro del aparato represivo. Comparando a los actos de violencia de otros regímenes del Cono Sur, y aún en aquellos donde el porcentaje de la comunidad judía dentro del total de la población no difiere substancialmente de la relación en Argentina, es evidente cualitativa y cuantivamente que el nivel y tipo de actos discriminatorios en este país fue marcadamente mayor. Esta afirmación puede ser corroborada plenamente tanto en la intensidad del maltrato y la humillación así como el mayor número de víctimas de origen judío.

2. Los actos de antisemitismo del aparato represivo representan la continuidad del antisemitismo "ideológico" de épocas precedentes, con una orientación activa y distinta del existente a nivel popular y pasivo. La conexión se manifestó en la presencia de elementos de la ultraderecha católica, nazis, ultranacionalistas, etc., que en períodos históricos anteriores participaron del poder político, del que, cumplido su ciclo, fueron marginados. Durante la dictadura militar 1976-1983, se vuelven a encontrar en posiciones de importancia política o relevantes en las actividades represivas o en situación de influir ideológicamente en toda la trama del gobierno militar.

3. Los tipos de antisemitismo analizados nos permiten generalizar que se presentan en todas las variantes existentes y conocidas de otras épocas y perspectivas en distintos países. La naturaleza ecléctica de esos actos bajo el aparato represivo queda determinada en la pluralidad de expresiones y argumentaciones. Las fuentes de la extrema derecha católica, el ultranacionalismo, el fascismo, nazismo y antisionismo están representadas en los distintos testimonios que denuncian la difícilmente refutable incidencia del antisemitismo.

4. La persistencia del antisemitismo y lo que su carga ideológica representa, ha resultado en la sobrerrepresentación de judíos entre las víctimas de la represión. En cuanto a la hipótesis de que la mayoría de ellos fueron perseguidos por su actividad política y social o que fueran víctimas en proporciones similares a la totalidad de los perseguidos, además de ser falsa --este Informe lo demuestra-- es una digresión inconsistente e insuficiente a efectos de explicar la masividad de tales actos, en cualquier caso injustificables, se trate o no de ciudadanos de origen judío. Por el contrario, sí existen otras razones para tal sobrerrepresentación, entre las cuales se pueden mencionar: 

5. La incidencia activa del antisemitismo en la vida pública argentina y su enrraizamiernto en las fuerzas armadas y de seguridad, tal como se demuestra de forma concluyente en los diferentes apartados de este Informe y en la extensa y documentada bibliografía existente, ha influído directamente en el modo y la intensidad del trato sufrido por las víctimas judías. Del Informe surge con claridad que la selección, tortura y muerte de las víctimas argentinas de origen judío evidenciaron especificidades e intesidad derivada, además de cualquier otra consideración, de su condición de tales.

6. Actualmente, la imposibilidad de acceder a los archivos del gobierno militar de la dictadura impide comprobar la existencia de instrucciones escritas o actas de la reuniones de la Junta que hicieran referencia a la persecución de que fueron objeto los judíos. En cualquier caso se puede afirmar, coherentemente con los elementos de carácter histórico y testimonios que se aportan, que dichas instrucciones fueron del todo innecesarias. La acendrada cultura antisemita de las fuerzas armadas produjo como resultado una efectiva programación ideológica de todos y cada uno de los ejecutores concretos del genocidio resultante. Todos los miembros de las fuerzas armadas y policía que materialmente ejecutaron el genocidio antijudío, los que lo indujeron, lo conocieron, dieron cobertura o asumieron pasivamente, sabían cómo se debía tratar a un judío. Está históricamente descrito y la propia praxis social y política, con sus hábitos racistas y su antisemitismo militante, se ha expresado unas veces en forma de agresividad "blanda" y en otras, como es el caso del presente Informe, con una definida violencia criminal. 

7. En la Argentina de 1976-1983, el episodio genocida antisemita no contiene elementos sustancialmente diferentes de lo que en otras dimensiones y ámbitos, emergieran en los pogromos zaristas o estalinistas y en la alemania hitleriana. Tambien en el caso argentino la indefensión de la víctima era total y el ejecutor dispuso de todos los medios para evitar riesgos y preservar su impunidad. 

La diferencia en todo caso estriba en que:

El ritual genocida en Argentina no fue público. No existió de modo explícto una "noche de los cristales", ni ejecuciones públicas, ni tribunales fraudulentos. Se ejerció en los confinados ámbitos de las salas de tortura de cuarteles, bases e instalaciones navales y aeronáuticas, escuelas, en propiedades particulares, comisarías de policía y centros clandestinos de detención, lugares en los que el genocida abandonó su actitud contenida, e impunemente dió rienda suelta al ritual de humillar, torturar y matar al judío. 

Lo descrito, convivió con una situación en que la junta militar intentaba con manifiesta hipocresía proyectar una imágen pública de normalidad hacia las instituciones judías locales e internacionales, a sabiendas del genocidio que se estaba perpetrando, imposible de ejecutar sin el explícito conocimiento, responsabilización y apoyo de toda la estructura de mandos. 

8. De los antecentes aportados no es posible encontrar otras razones que expliquen esta matanza masiva de judíos, la más importante desde la Segunda Guerra Mundial, en la que la gravedad de la situación, percibida en su verdadera dimensión desde fuera la Argentina, haya movido a la HIAS a programar durante los primeros años de la dictadura, la evacuación a través de Brasil de 350.000 judíos argentinos. O la gestión, ya citada, del rabino A.Shindler ante el Departamento de Estado de EE.UU. de la que derivó el compromiso de facilitar 100.000 visados para refugiados argentinos de origen judío. 

9. Los posteriores atentados contra la embajada de Israel y la sede de la AMIA, producidos ambos en Buenos Aires, con un resultado de 29 y 86 muertos y más de 300 heridos, no pudieron ejecutarse sin los apoyos de una logística y de una cobertura ideológica como la que provee la impunidad de centenares de responsables de las fuerzas armadas y de seguridad de la dictadura, aun no juzgados. La persistencia de las peculiares circunstancias que explican el genocidio judío de la Argentina, ratifican en estos dos atentados la supervivencia de determinados grupos sociales y políticos, militares y civiles, de militancia nazi, aun activos despues de la dictadura, bajo la cobertura de la impunidad. 

10. Los precedentes históricos que singularizan al antisemitismo argentino, la predisposición ideológica, la ínsita programación de la tortura y liquidación de judíos y una masividad que alcanzó a más del 12% de la víctimas denunciadas a la CONADEP, nos ratifican en nuestra tipificación del delito de genocidio practicado por las fuerzas armadas, de seguridad y por civiles, que también lo ejercieron en diferente grado de implicación material o complicidad ideológica. 

 

 

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