Memorias enfrentadas. El voto a Bussi en Tucumán
por Emilio Ariel Crenzel
 


   

4. Los motivos del voto a Bussi (continuación)

 

Las cualidades de Bussi.
 

A pesar de no constituir el motivo central del voto de los entrevistados, las cualidades que los mismos perciben o depositan en Bussi, son un observable posible de la relación entre los electores y el perfil político y la personalidad del candidato, como también dan cuenta de la imagen de cercanía o distancia con la que perciben al mismo con relación a sus necesidades cotidianas.

En ese sentido, la confianza en que Bussi conoce las necesidades de los tucumanos es plena entre los entrevistados que lo votan, 98% de los mismos, mientras corta por la mitad a los que no lo hacen, ya que un 43% se manifiesta en este sentido, mientras que un 57% no cree en esa posibilidad.

La gran mayoría de los entrevistados, 62%, considera que Bussi conoce las necesidades del pueblo por "estar bien informado". Esta tendencia general se acentúa en el caso de quienes no votan a Bussi que, en casi tres cuartas partes, eligen esta opción a la hora de explicar ese conocimiento.

Pero entre los votantes a Bussi esta tendencia no es menor. Más de la mitad de los mismos considera esta razón para explicar el conocimiento del General de las necesidades de los tucumanos.

La diferencia entre ambos grupos se producen en el reconocimiento de parte de los votantes a Bussi de la "sensibilidad" de Bussi para reconocer estas necesidades, 11%, opción no elegida por ningún no votante a Bussi.

La opción propuesta que remitía a una fetichización de la figura de Bussi en términos de contener poderes ilimitados, "conoce las necesidades de los tucumanos porque él lo sabe todo", es elegida paradójicamente en mayor medida por los no votantes a Bussi, en un 11%.

El bajo porcentaje de votantes a Bussi que opta por esta opción, - sólo un 5%-, daría cuenta de que la mirada predominante entre sus votantes no esta hegemonizada por la atribución de cualidades especiales a Bussi para conocer la realidad provincial y que, por el contrario, más allá de los a priori de sentido común, Bussi es percibido por una importante fracción de sus electores, no tanto como un líder carismático, sino como un líder instrumental encargado de satisfacer demandas específicas y de implementar proyectos concretos (79).

Otro tanto, sucede al examinar las respuestas sobre los méritos que sus votantes le adjudican a Bussi.

Mientras un 23% de sus votantes visualiza como cualidades centrales de Bussi su "honestidad y sinceridad", un 17% pone el acento en su "firmeza y carácter", otro 19% combina "la honestidad y la firmeza", otro 19%, una importante proporción de los entrevistados del grupo no puede precisar méritos específicos y, finalmente, otro 16% menciona su "capacidad, experiencia y honestidad".

El nivel económico social del entrevistado es la variable que más se asocia a estas respuestas. Mientras que los entrevistados más pobres privilegian en Bussi "su firmeza y su carácter", los de las clases medias "la capacidad, la experiencia y la honestidad", los de mayor poder económico rescatan la combinación de la "honestidad y la firmeza" (80).

También se distinguen leves diferencias por los tramos etarios seleccionados. Mientras que los entrevistados mayores de treinta años se inclinan por resaltar "la firmeza/el carácter", los más jóvenes hacen hincapié en la "honestidad y la sinceridad".

Pero... ¿Cómo se fue construyendo la consistencia ideológica y electoral del votante a Bussi?

 


Una genealogía de la trayectoria del voto de los entrevistados


Un poco más de la mitad de los entrevistados, era ya ciudadano en condiciones de votar en 1973, por lo cual fue posible reconstruir la historia electoral, cierta trayectoria del voto de los mismos desde entonces, cuando se desarrolló la última elección a gobernador de la provincia antes del golpe de Estado de 1976.

Prácticamente, ambos conjuntos de entrevistados no se distinguen en el voto que emitieran a gobernador en 1973. Casi un 30% en ambos grupos sufragó por el partido Justicialista, y otro 25% por la Unión Cívica Radical, otro tercio manifiesta no recordar porque partido votó. Pero mientras entre los votantes a Bussi un 8% de entrevistados en 1973 votaron partidos de derecha, entre los no votantes a Bussi no se registra, entonces, este tipo de preferencia (81).

Como contrapartida, entre los no votantes a Bussi un 6% de entrevistados votaron en 1973 partidos de izquierda no habiendo ningún votante bussista que votara entonces a dichos partidos (82).

El retorno a un período constitucional en 1983 verificó, en Tucumán, varias continuidades y rupturas con el panorama electoral de diez años atrás.

Por un lado, el Peronismo mantuvo su primacía histórica en la escena política provincial, considerada entre las provincias "más temprana e intensamente Peronistas" del país, ya que volvió a triunfar con el 52% de los votos sobre el 37% del radicalismo. Este aspecto, mostraba una manifiesta continuidad con el período pre dictatorial ya que en 1973, el Partido Justicialista había triunfado con el 50% de los votos en las elecciones de Marzo y con el 62% en los comicios de Septiembre de 1973.

Por otra parte, la expresión política de izquierda que se presentara en 1973 con la candidatura a gobernador del abogado Peronista de izquierda Rodríguez Anido y el apoyo de fracciones de la Federación de Obreros y Trabajadores de la Industria Azucarera (FOTIA) alcanzando el 6% de los votos no tuvo una prolongación en los comicios de 1983 (83).

Pero no solamente "desapareció" una expresión política de izquierda de la escena electoral, sino que se modificó el clivaje social de la base electoral de los dos grandes partidos políticos de la provincia.

Como sucedió en el ámbito nacional, si bien el Partido Justicialista en esa elección conserva el "grueso" del apoyo electoral de la clase obrera, fracciones de esta se inclinan por el Radicalismo. Por otra parte, fracciones de "cuello blanco" y trabajadores por cuenta propia, otrora votantes al Partido Justicialista, también deciden su voto por la UCR (84).

Entre los entrevistados consultados, se visualiza una inclinación mayor de los votantes al bussismo de 1995 por el Partido Justicialista en 1983, que entre los no votantes a Bussi. (33% versus 24%) y de estos últimos por la Unión Cívica Radical (35% versus 30%). Casi un cuarto de los entrevistados no recuerda por quien votó entonces. Por otra parte, nuevamente votantes a Bussi de 1995 registran en su trayectoria el voto en 1983 por partidos de derecha (85), mientras que una pequeña porción de no votantes a Bussi sufragó en esa misma elección por partidos de izquierda (86).

1987, marca el año del ingreso de Bussi a la competencia electoral en la provincia (87).

Esta elección, de renovación parlamentaria y de gobernador, puede ser considerada un momento de torsión en la relación de fuerzas, una contienda electoral "crítica", de "realineamientos" en la arena política, donde se manifiestan nuevos agrupamientos políticos de carácter estable (88).
 

Cuadro 4
Voto a gobernador en 1987 según entrevistados
votantes y no votantes a Bussi en 1995 (en porcentajes)

Voto a gobernador en 1987 Votantes a Bussi No votantes a Bussi Total de entrevistados
Unión Cívica Radical 33 56 44
Bussismo 28 0 14
Partido Justicialista 25 29 27
No contesta/No Recuerda 13 9 11
En Blanco 1 0 1
No votó 0 3 2
Partidos de Izquierda (89) 0 3 1
Total 100 (77) 100 (64) 100 (141)


Con breves solicitadas exaltando la victoria en la guerra antisubversiva y defendiendo explícitamente la misma, dentro de un discurso marcadamente nacionalista con reiteradas interpelaciones a colectivos indiferenciados como la "Argentina", la "Patria" y "Tucumán", Bussi retornó a la escena política local con una apelación abierta a la memoria social, a mirar hacia atrás en la historia provincial reivindicando lo actuado por las Fuerzas Armadas durante la "lucha antisubversiva". "Mi presencia en esta ciudad -decía en referencia a San Miguel de Tucumán- es una muestra de reconocimiento a Tucumán, en un país de sordos, mudos y ciegos, donde la mayoría ha perdido la memoria de lo que fue la Argentina hace diez años" (90).

La frase central que enmarcó el regreso de Bussi a la escena política local, si bien con otras resonancias de sentido, también apelaba al recuerdo del pasado: "El General ha vuelto" rezaban los afiches de campaña electoral de la elección en la cual Bussi cosecha el 18% de los votos emitidos en la provincia (91).

La sobriedad y la apelación a la simbología e iconografía patriótica, también serán las marcas distintivas de la propaganda televisiva que emplearía, ese año, el partido de Bussi. La misma, incluyó, de manera casi excluyente, a la bandera argentina como fondo y al mismo slogan de la publicidad gráfica como narrativa.

El tratamiento de las motivaciones y creencias de los votantes a Bussi fue, en primera instancia, ocupado por las evaluaciones hechas por el análisis periodístico y desde las distintas vertientes político partidarias, desde donde se deslizaron diversas explicaciones acerca del mismo.

Inicialmente, se atribuyó el voto a Bussi exclusivamente a fracciones sociales que no habían experimentado o bien se resistían al proceso de democratización que la sociedad atravesaba desde el retorno constitucional en 1983 y, socialmente hablando, se localizaba el apoyo a Bussi entre las fracciones más acomodadas en términos materiales de la sociedad (92).

Otra perspectiva, le atribuyó al "fracaso del bipartidismo en Tucumán", el motivo del voto a Bussi (93). En otros casos, se consideraba a la "corrupción y a la crisis de la clase política de la provincia" como el motor de un voto castigo canalizado por el militar, localizado socialmente en las fracciones que, en ambos extremos de la pirámide social, les era indiferente la forma política de gobierno o sus personificaciones políticas, si las mismas satisfacían sus necesidades o intereses materiales (94).

Desde los partidos de izquierda, como expresión de su estado de desarme intelectual y teórico, se frivolizó este hecho político original y se efectuaron análisis acerca de su significado que oscilaron entre el catastrofismo y el mecanicismo economicista (95).

Otras expresiones políticas no se preocuparon por analizar el regreso de Bussi a la escena política, sin embargo en ese período, avalaron lo actuado en Tucumán en materia contrainsurgente (96).

Entre los votantes a Bussi en 1995, un 27% lo había votado ya en su primera presentación electoral en 1987. Como característica singular, otro porcentaje importante de este grupo votó, en esa oportunidad, por la Unión Cívica Radical, en mayor proporción que por el Partido Justicialista, partido por el que venían sufragando en una proporción mayor hasta entonces.

Por otra parte, al interior de los no votantes a Bussi de 1995 ninguno optó por Bussi en esa primera aparición electoral.

Con la precaución de ser explicaciones retrospectivas, de acciones realizadas hace casi diez años de distancia, los votantes a Bussi de 1995, que ya lo habían votado en su primera aparición electoral en 1987, manifiestan como motivos de su primer apoyo electoral a Bussi, reiteradas referencias a que sus acciones de entonces estaban guiadas por la necesidad de restaurar el "orden", exigencias vinculadas a moralizar el ejercicio de la política, de terminar con las huelgas y de solucionar los problemas sociales.

A mediados de 1988, tras algunas discrepancias con la dirigencia de Defensa Provincial Bandera Blanca, expresión política desde la cual hizo su primera aparición electoral, Bussi optó por alejarse del partido conducido por Exequiel Avila Gallo y conformar uno propio, al que denominó Frente Republicano Federalista (97).

Finalmente, en Julio de ese mismo año, este "Frente" dará lugar al surgimiento de "Fuerza Republicana" que quedó formalmente constituida en una fecha patria, el 9 de Julio (98).

Severo crítico del devenir del gobierno radical de Alfonsín, esencialmente por el enjuiciamiento y encarcelamiento de los comandantes de las juntas militares, responsables de las violaciones a los Derechos Humanos ocurridas durante la dictadura militar, en 1989, en medio de la crisis hiperinflacionaria, Bussi se mostrará partidario de que Alfonsín renuncie anticipadamente a la presidencia, no sin antes reclamarle durante la campaña electoral de Mayo que: "en un último gesto reivindique a las Fuerzas Armadas y libere a los comandantes vencedores en la guerra contra la subversión marxista" (99).

Luego de las elecciones presidenciales de Mayo, el nuevo partido comienza a verificar un deslizamiento hacia una alianza u apoyo al Partido Justicialista en el ámbito nacional. Paralelamente, Bussi insistiría en asociar a Alfonsín con el campo de "la subversión" y exigir su renuncia a la presidencia (100).

Los años que van de su primera aparición electoral hasta su elección como diputado nacional, constituyen el período en que Bussi logra legitimarse como parte de la dirigencia política local. A ello contribuyen decididamente las conducciones de los partidos tradicionales que lo interpelan como un interlocutor válido, lo consultan sobre los problemas provinciales y lo tientan con acuerdos y alianzas electorales (101).

Hacia fines de 1989, se produce una convocatoria a la reforma de la constitucional provincial, como parte de la estrategia política del Partido Justicialista que buscaba de esta manera aislar y contener el desarrollo y expansión del bussismo a partir de la modificación de la geografía electoral de la provincia. Bussi protestará airadamente contra la maniobra y aprovechará para criticar el "modus operandi" tradicional de la dirigencia política local, altamente desprestigiada por los recurrentes arreglos de pasillo entre dirigentes, ausente en la promoción de la discusión y el debate público de ideas y proyectos.

Luego de bregar y conseguir su postergación, desligándolas de las elecciones a diputados nacionales, el bussismo triunfara ampliamente en las elecciones a constituyentes para la reforma de la constitución provincial de Noviembre de 1989.

Desde una posición de exterioridad, buscando diferenciarse de la dirigencia política provincial, Bussi al hacer su interpretación de esos comicios aseguraba que": ...el pueblo de esta provincia rechazó, entre otras cosas, este carnaval de funcionarios nacionales que se acordaron de Tucumán en vísperas de las elecciones. (...) porque si seguimos así, transitando este camino de desgobierno que conducen los justicialistas, es realmente ir camino del precipicio y los tucumanos están hartos de toda esta dirigencia política" (102).

Durante la convención constituyente los convencionales bussistas se autoproclamaron soberanos, con lo cual tomaban autonomía de sus electores y de su programa electoral. Realizada por la mayoría de Fuerza Republicana, la reforma supuso diversas modificaciones a la carta magna provincial de 1907.

Con relación a la organización institucional de la provincia, la nueva Constitución sancionada el 28 de abril de 1990, incorporó la elección directa de gobernador, eliminando el colegio electoral y estableciendo el distrito único (artículos 83 y 84), y creó la figura del vicegobernador - hasta el momento inexistente- (artículos 42, 70 y 72).

Además, la provincia de Tucumán pasó de tener una legislatura bicameral, compuesta por 40 diputados y 20 senadores, a una legislatura unicameral, integrada por 40 diputados (artículo 39) en la que se suprimió la renovación parcial y la reelección inmediata (artículo 40). Respecto del sistema electoral, la nueva Carta Magna incorporó a propuesta de Fuerza Republicana, el sistema proporcional D'Hondt, "única garantía de que el ciudadano se encuentre representado en las Cámaras" (103).

La nueva constitución, también tendió a la concentración de atribuciones en el Poder Ejecutivo en detrimento de los poderes Legislativo y Judicial. Un ejemplo de ello, se deriva de la consideración del contenido del artículo 99, que elimina la necesidad de contar con dos tercios de los votos de la legislatura para el nombramiento de los jueces, quienes de ahora en adelante necesitan el acuerdo de la legislatura por mayoría simple.

A pesar que fue la Constitución Nacional el principal referente para la reforma de la carta magna de la provincia, la reforma del artículo 29 estableció la no consagración del derecho a réplica como garantía constitucional. En ninguno de los artículos de la nueva constitución figura normativa alguna contra la tortura, tampoco se explícito que "nadie esta obligado a declarar contra sí mismo", a la vez que es notable la ausencia de referencias a la abolición de la pena de muerte por causas políticas, enunciados presentes en el artículo 18 de la Constitución Nacional (104).

De fuerte contenido clerical, en los artículos 123 y 124, también originales, la constitución establece la inclusión de la enseñanza religiosa en las escuelas. En este mismo sentido, el artículo 80 inhibe a los no católicos a ejercer su derecho a ser electos gobernador de la provincia (105).

A la vez el prólogo del texto constitucional explícita que "la provincia orienta su política cultural con el fin de consolidar en forma armoniosa los valores de la trascendencia, la dignidad nacional, la justicia, la moral pública y privada, la comunidad de origen y unidad de destino, la libertad y la familia".

Pese a que el colegio de abogados de la provincia llamó a resistir la constitución, la misma se puso en práctica y es la que rige actualmente (106).

El año 1990, transcurre entre crecientes protestas sociales por el atraso en los pagos a jubilados y empleados públicos y recurrentes rebeliones policiales, originadas en demandas salariales, en las que se exterioriza el apoyo de los agentes en conflicto al retorno de Bussi a la gobernación.

En un contexto político signado por la corrupción oficial, expresada en la figura del gobernador Peronista José Domato, la crisis y el malestar social, la provincia es intervenida por el Poder Ejecutivo Nacional en Enero de 1991.

Como forma de contrarrestar el ascenso del bussismo, la intervención federal encabezada por Julio Cesar Aráoz, contando con importantes fondos del tesoro nacional, impulsó un acelerado y vertiginoso proceso de recomposición política del Peronismo en la provincia, a partir de la obra pública, el asistencialismo y el distanciamiento político de la intervención con respecto a los cuadros históricos del Peronismo tucumano (107).

Estos cambios, constituyeron las precondiciones sociales y políticas desde las cuales el presidente Menem pudo lanzar la candidatura de Palito Ortega, otrora cantante popular y luego empresario radicado en Miami, como gobernador de Tucumán por el justicialismo para enfrentar al militar.

La habilidad de Aráoz, no sólo se puso de manifiesto en la gestión desarrollada durante la intervención sino, también, en la conformación de un frente político que le permitió al justicialismo salir del aislamiento político en el que se encontraba bajo la conducción de Domato y la dirigencia tradicional del partido.

En la confrontación electoral de Septiembre de 1991, donde se elegía candidato a gobernador de la provincia, se produce una alta polarización. Por un lado Bussi y por el otro Ortega se disputan con chances la gobernación (108).

La contienda electoral se tiñó de referencias al pasado dictatorial y de violaciones a los Derechos Humanos cometidas por el General, ya no sólo puestas de manifiesto por los organismos de Derechos Humanos y los partidos de izquierda, sino como parte substantiva de la estrategia electoral del frente político conducido por Ortega y el Peronismo.

En esta elección, Bussi, a pesar de ser derrotado, reafirma su condición de líder de la identidad política más importante de la Provincia, ya que el Frente de la Esperanza (Ortega) congregó el apoyo orgánico de varios partidos políticos, la migración electoral de votos radicales y el apoyo de la CGT local y de varios organismos de Derechos Humanos (109).

La fórmula Ortega-Díaz Lozano se impuso con el 52% de los votos, frente a la fórmula Bussi-Germanó que logró el 44%. La polarización a la que se hacía referencia anteriormente, entre Bussi y Ortega, se verificó en el "licuamiento" de los votos de la Unión Cívica Radical que obtuvo sólo el 4% de los votos (110).

Las elecciones de diputados nacionales de 1989 y la de constituyentes de 1990, ya habían dado cuenta y marcado el "punto de abandono", por la envergadura en la disminución del caudal electoral del radicalismo provincial, de una fracción considerable de votantes al mismo. Ese proceso, se profundizará en esta elección a gobernador donde una fracción de votantes radicales, en parte se inclina por el partido de Bussi defeccionando ideológicamente del radicalismo y otra, sufragará por Ortega como forma instrumental de contribuir a evitar el triunfo del militar (111).

Desde "Fuerza Republicana", este resultado electoral, fue objeto de denuncias que ponían de relieve la existencia de fraude electoral perpetrado por el peronismo, versión también sugerida, en voz baja, por los más diversos sectores políticos provinciales y extra provinciales (112).
 


Cuadro 5
Voto a gobernador en 1991
según entrevistados votantes y no votantes a Bussi de 1995 (en porcentajes)

 

Voto a gobernador en 1991 Votantes a Bussi No votantes a Bussi Total de entrevistados
Fuerza Republicana/Bussi 68 6 37
Unión Cívica Radical 18 27 22
Partido Justicialista 10 59 34
No votó 3 3 3
Partidos de Izquierda 0 3 2
No Contesta/No Recuerda 1 2 2
Total 100 (101) 100 (84) 100 (185)



Consultados los entrevistados acerca de los motivos de su voto en 1991, vuelve a resaltar la predominancia, en la decisión electoral, de una decisión fundada en la concordancia con las ideas y las propuestas de los candidatos. Alrededor de un 50% de los entrevistados manifiesta este tipo de motivación. Dentro de este grupo de entrevistados, se identifican una serie de valores que distinguen a votantes y no votantes a Bussi.

Entre los votantes a Bussi el 36% remarcaba "la seguridad, el orden, la mano dura" nuevamente sobresaliendo como el motivo singular más elegido entre los votantes a Bussi. Resalta también, por su importancia, el grupo de votantes a Bussi que se expresan a favor del "fin del caos", de "la corrupción" y "el desastre económico" de los gobiernos peronistas, 24%.

Entre los no votantes a Bussi que sufragaron por (Ortega), casi la mitad manifiesta haberlo hecho en función de un rechazo a Bussi como candidato, es decir "en oposición a otro candidato o partido".

"Prefería la guitarra eléctrica a la picana eléctrica", "no quería de nuevo a un asesino en el gobierno", son las respuestas más destacadas entre los entrevistados de este grupo.

Es decir, la elección a gobernador de 1991, no sólo expresó una confrontación con una alta polarización en términos electorales sino que también evidenció la radicalización, en torno a Bussi y a su partido, del debate público y en la decisión político electoral de los entrevistados.

 


Los alineamientos electorales en el ámbito nacional


En Abril de 1994, tres años después, en un contexto político signado por el acuerdo entre el presidente Menem y Alfonsín, presidente de la UCR, para reformar la constitución nacional, el cual reforzaba la imagen dominante en la población acerca del manejo cupular y acuerdista de las cuestiones públicas, se realizan las elecciones de diputados constituyentes para reformar la constitución nacional.

El bussismo sabrá sacar provecho de los sentimientos instalados en el imaginario colectivo provincial en el período. Se presentará frente al electorado nuevamente como "la fuerza moral de los tucumanos", slogan central de su campaña electoral en 1991, rechazando el acuerdo entre los partidos mayoritarios. A la vez, levantará con decisión la bandera clerical y se enfrentará a las tendencias laicas y de ampliación de los términos de la ciudadanía que insinuaba la reforma constitucional, sobre todo las referidas a la identidad religiosa del presidente de la Nación (113).

En las elecciones de Abril, el bussismo triunfa por amplio margen frente al Partido Justicialista. En estas elecciones, el crecimiento de "Fuerza Republicana" se hizo notar también fuera del territorio tucumano. En la provincia de Buenos Aires, se impuso en las elecciones para intendente del municipio de Tandil y alcanzó casi el 25% de los votos en la Provincia de Jujuy.

Las entrevistados votantes a Bussi de 1995, manifiestan haberse inclinado de manera significativa por apoyar a candidatos de este partido en aquella elección. Un 73% de ellos, había votado por el partido conducido por Bussi en las elecciones de constituyentes de 1994.

Como contrapartida, sólo un 10% de los no votantes a Bussi de 1995, votaron por el bussismo. Este grupo de entrevistados se inclinó centralmente por los candidatos justicialistas, radicales y en menor medida por el "Frente Grande" y la izquierda. Estas dos últimas alternativas no fueron elegidas por ningún entrevistado votante a Bussi.

Un año después, fue relativamente significativo el porcentaje de votos que "Fuerza Republicana" obtuvo en la provincia en las elecciones para presidente de la Nación de Mayo de 1995, aún a sabiendas de que dicha postulación no tenía chances reales de alcanzar la presidencia. Frente a la fórmula del Partido Justicialista Menem- Ruckauf, Fuerza Republicana llevó a Miguel Zavalía como candidato propio a presidente cosechando el 21% de los votos en Tucumán.

Un 18% de los entrevistados votantes a Bussi manifestó haber votado a presidente por Zavalía, y otro 30% haber votado a Menem, pero llamativamente un 45% manifestó haber votado por Octavio Bordón, candidato del FREPASO, considerada por los analistas como una fuerza política situada dentro del arco político ideológico de centro izquierda o progresista (114).

Como contrapartida, ningún entrevistado no votante a Bussi manifestó sufragar por el candidato "republicano", a la vez que se inclinaron en mayor medida por votar a candidatos radicales, al FREPASO y a partidos de izquierda, esta última no elegida por votante bussista alguno.

Al interior de los votantes a Bussi, el 89% que votó por Menem y el 70% que sufragó por Fuerza Republicana señalan como motivos de su voto "las ideas y las propuestas" de estos candidatos. Con relación al partido de Bussi, este hecho refuerza la imagen de comunión ideológica y política de sus votantes con su partido descripta con relación a las contiendas electorales en la provincia.

Sin embargo, pese a la alta proporción de votantes a Bussi que sufragaron por el FREPASO y Bordón, los mismos son centralmente elegidos por motivar "esperanzas de cambio", (36%), y es Bordón, como candidato del FREPASO, quien entre todos los postulantes concita menos la adhesión de estos entrevistados en términos de valores ya que sólo un 29% de los mismos señalan que lo votan "por sus ideas y propuestas".

El voto desde las convicciones o ideológico, entre los no votantes a Bussi, lo esgrimen en mayor medida también quienes votaron a Menem y a la izquierda.

Las diferencias entre ambos grupos se sintetizan en que los votantes a Bussi que votaron a Menem para presidente lo hacen en mayor proporción que los no votantes a Bussi por sus "ideas y propuestas" y, con respecto a Bordón mientras los seguidores de Bussi lo votan centralmente por una "esperanza, por un cambio" los no votantes a Bussi lo votan en mayor medida por su afinidad de ideas y propuestas con el candidato del FREPASO.

Resalta nuevamente, la baja proporción de entrevistados que escogen a un candidato estrictamente sobre la base de condiciones o cualidades personales del mismo. El mayor porcentaje en ese sentido lo obtiene Bordón, - entre los votantes a Bussi 18% y entre los no votantes 13%.

Cabe destacar que, Tucumán fue uno de los distritos del país donde la distribución del voto a presidente de Mayo de 1995, registró una de las distancias más cortas entre Menem y Bordón, plausible de ser explicada por este corrimiento del voto bussista hacia el candidato entonces opositor. Ese "voto por el cambio", estuvo centralmente fundado en la evaluación que hacían entonces los entrevistados de su situación personal y la del país a nivel económico y social.

La percepción de los entrevistados de su situación personal durante el gobierno de Menem, describe una gradiente según el nivel económico social del entrevistado. A mayor nivel económico, mejora la percepción de la situación personal en esos años.

Sin embargo, en los tres niveles socioeconómicos, especialmente entre las clases medias y bajas, son los motivos económicos los que llevan a los entrevistados a considerar que su situación personal mejoró. Por "la estabilidad" es el argumento privilegiado por estas fracciones sociales, mientras que por "el esfuerzo personal" es el motivo argumentado en mayor medida entre los entrevistados del nivel socioeconómico alto.

Los entrevistados, para los cuales su situación no varió en esos años, básicamente se concentran entre los más pobres. Describen una situación en estado de "reposo" que revela una característica peculiar; es una quietud que expresa la persistencia de problemas crónicos relativos a las condiciones materiales de vida del entrevistado. "Nada ha variado, dentro de lo mal que estoy" responden.

Para quienes su situación personal empeoró, el factor económico también aparece como el central para caracterizar así su situación, especialmente entre los de mejor situación socioeconómica y más alto nivel educativo. Entre los entrevistados de la clase media y los más pobres, aparece un registro que "habla" de otra sensibilidad, que incluye a otros, ya que señalan dentro de los motivos del empeoramiento de su situación personal "la situación social" que se vive en el país.

Considerando el tipo de voto, son los no votantes a Bussi quienes describen como "mejor" su situación personal durante el primer gobierno de Menem, 39% versus 28% de los votantes a Bussi. La mitad de los votantes a Bussi señala que su situación "empeoró" versus el 44% de los no votantes a Bussi, no diferenciándose en los motivos por los cuales consideran así su situación.

Por otra parte, en esos seis años de gobierno de Menem, el país había atravesado graves y diversas situaciones políticas y económicas. "Remezones hiperinflacionarios" entre 1990 y 1991, el plan de convertibilidad y el freno a la inflación, los indultos a los comandantes de las juntas militares presos tras el juicio, intervención abierta del poder político en la conformación del poder judicial, el crecimiento sostenido de la desocupación, la privatización de las empresas estatales más importantes, sonados y reiterados escándalos de corrupción oficial, los atentados terroristas no esclarecidos a la embajada de Israel y la A.M.I.A...

De este conjunto de hechos políticos y procesos sociales, los entrevistados privilegian los aspectos económicos para trazar una evaluación de la situación nacional en el período.

Esta percepción, vuelve a describir, como frente a la evaluación de la situación personal, una gradiente similar en función del nivel económico social del entrevistado. A mayor nivel económico, mejora la percepción de la situación nacional en esos años.

Entre quienes consideran que la situación del país mejoró, la gran mayoría señala como motivo central de dicha caracterización a "la estabilidad". Dentro de los entrevistados de nivel socioeconómico alto, se mencionan además otros factores, especialmente "la imagen del país en el exterior". Para quienes la situación nacional empeoró, ya no son las razones de índole económica las que se articulan con esta caracterización sino "la situación social".

A medida que se desciende en la escala económico- social, esta razón crece en importancia, hasta representar la mitad de las respuestas entre los entrevistados más pobres, entre quienes "el desempleo", "la falta de trabajo" y "la mayor pobreza", son las respuestas dominantes. Entre los entrevistados de las clases medias, crecen en intensidad las respuestas que refieren a la profundización de las diferencias sociales y las que combinan aspectos económicos con referencias a la corrupción.

Votantes y no votantes a Bussi afirman, en más de la mitad de los casos, que la situación del país en esos años empeoró. Sólo un tercio de ambos conjuntos, señaló que la situación mejoró.

Entre ambos grupos, las diferencias en cuanto a los motivos de la caracterización de la situación del país son escasas, sintetizándose en una leve tendencia de los votantes a Bussi a manifestar como razón del empeoramiento de la situación la combinación de la situación económica y social con la corrupción.

Esta diferencia no atenúa el hecho que las respuestas mayoritarias en ambos grupos se localizan en las razones económicas y la situación social, tanto para explicar que la situación del país mejoró por "la estabilidad" o que empeoró por "la situación social" dentro de la cual refieren, de manera mayoritaria, al problema de la desocupación.

 


Notas

(79) Estas proposiciones ponen en crisis los argumentos sostenidos por Bulacio de Medici, 1996, páginas 2 a 16. La autora, a quien agradezco que me facilitara su artículo, entiende que la adhesión al bussismo se debe a sus rasgos simbólicos, que podría permitir entender "otros fenómenos similares que ocurren en gran parte de Latinoamérica". Su análisis parte de analizar las características "mítico religiosas" que asume el pensamiento del hombre primitivo, en sociedades con historia lenta y sin progreso, con poco "desorden", y expresa que Bussi encarnaría el "mito del héroe" inscripto en "una historia fuera del tiempo cotidiano y humano, en un tiempo sagrado. Un héroe civilizador o un dios, que organiza la sociedad en su momento fundacional, en la que surgen y se organizan las leyes que legislan la vida de los hombres". En Tucumán, desde esta hipótesis, subyacerían rasgos de esta "cultura mítico-religiosa", característica de las "sociedades primitivas" que afloran en los momentos de grandes tensiones, de desorientación y de desesperanza. Las características "justicieras" de Bussi cuando fue gobernador bajo la dictadura, - Bulacio refiere aquí a las donaciones algunas veces forzosas de ciertos pequeños o medianos empresarios para con la dictadura militar -, el haber fundado varios pueblos durante su gestión y su estilo personalista y ejecutivo, habrían revestido a Bussi ante la población, de características míticas. Luego, durante sus diez años de ausencia del territorio provincial, se habría alimentado su mito en lo más profundo del inconsciente colectivo de la provincia, reapareciendo en momentos en que la misma atravesaba condiciones de crisis política. Es preciso señalar al respecto, que Tucumán está lejos de ser una sociedad "primitiva", muy por el contrario expresa un alto grado de urbanización, desarrollo capitalista y cosmopolitismo, no sólo con relación a las provincias vecinas del noroeste Argentino sino con relación al conjunto del país. Por ende, a nuestro juicio, la subjetividad dominante dista de asemejarse a la de las sociedades primitivas, caracterizadas, desde las teorías antropológicas convencionales, por una memoria inconsciente de sí misma, sin pasado histórico y espontáneamente actualizada, que reconoce su herencia en los tiempos míticos de sus ancestros y en los mitos de sus héroes fundadores. Por otra parte, las afirmaciones acerca de la visualización de Bussi por parte de sus electores que aquí se nos propone, no son contrastadas por la autora con ninguna forma de medición o demostración empírica que las valide.

(80) No parecen relacionarse estos atributos con la explicación del éxito de Bussi dada por Lobo y Rosenzvaig, 1993, en la cual este se explica por la atribución a su persona, por parte de sus votantes, de características providenciales. Las mismas, según los autores, tendrían por origen el proceso de reconversión económico-social de la provincia localizada en la "periferia" explotada por "el mundo desarrollado". Esta situación produciría una "escalada de miseria e indefensión que corre en ese mismo sentido topográfico". Compartimos la relación entre distancia de los centros urbanos y el aumento de la indefensión social de la población, pero por tener allí, un menor acceso y una menor variedad de relaciones sociales posibles de establecer. Pero de ello, no se deriva necesariamente un alineamiento político favorable a Bussi, quien tiene su anclaje electoral más sustantivo en la capital provincial. La explicación acerca de la cadena de explotación centro periferia, reproduce la teoría de "La colonia interna", en boga en los años sesenta. Para una crítica de la misma en la explicación de las relaciones sociales en Tucumán hecha por Delich, 1970 (a), puede leerse de quien escribe estas líneas, 1991, página 50.

(81) Estos votantes a Bussi, sufragaron en 1973 por "Nueva Fuerza" conducida por el Capitán Ingeniero Alvaro Alzogaray, por el "Partido Republicano Federal" del Brigadier Ezequiel Martínez y por el "Partido Federal" que tenía por candidato a presidente al ex marino, Francisco Manrique.

(82) Votantes que sufragaron por la alianza "Frente Único del Pueblo" que llevaba como candidato al abogado gremial Rodríguez Anido. Anido, quien partió luego al exilio, fue parte de la conducción política de la organización político-militar Montoneros y está radicado hace tiempo en Canadá.

(83) Ninguna expresión de izquierda logró sobrepasar el 1% de los votos.

(84) Jorrat, 1986, señala el carácter más móvil y fluctuante, es decir más independiente, del electorado tucumano comparado con el de la provincia de Córdoba en 1983, con respecto al comportamiento electoral de los votantes de ambas provincias en 1973. Para un análisis de los cambios y continuidades en la composición y motivación del electorado en 1983 con respecto a 1973, conviene leer además del trabajo mencionado a Cantón, 1986.

(85) Votantes a la "Unión de Centro Democrático", conducida en el ámbito nacional por Alvaro Alsogaray.

(86) Votantes al "Partido Intransigente" liderado por Oscar Alende y al "Partido Comunista".

(87) En este regreso, no estuvo ausente la violencia. En un acto bussista durante la campaña electoral, realizado en la localidad de Tafí Viejo, custodios de Bussi balean al joven Alfredo Rojas, militante comunista, que participaba simultáneamente de una manifestación en repudio a la candidatura del General. Rojas, tres meses después, muere a consecuencia de los disparos recibidos.

(88) El concepto de "elección crítica" fue acuñado por Key (Jr), 1955, páginas 1 a 18. El de "elección de realineamiento" por Flanigan y Zingale, 1974, página 50.

(89) Votantes al Partido Comunista.

(90) Discurso de Bussi en San Miguel de Tucumán, en la campaña electoral de 1987.

(91) "La Gaceta", 30 de Agosto de 1987. Este lema, traza cierta analogía con el imaginario político del Peronismo. Al igual que Perón, Bussi es un "General que regresa".

(92) Rubén Chebaia, candidato a gobernador por la Unión Cívica Radical de Tucumán en 1987, cuyo padre José fue desaparecido bajo el gobierno dictatorial de Bussi, explicaba el voto a Bussi como un mero "efecto residual" del autoritarismo de la dictadura militar. Por otra parte, señalaba que el mismo provenía de sectores ligados a las Fuerzas Armadas. Echagüe, 1991, página 98. En cambio, Juan Manuel Casella, entonces candidato derrotado por la Unión Cívica Radical a la gobernación de Buenos Aires, la noche del 6 de Septiembre de 1987 en conferencia de prensa, atribuyó a la alta burguesía tucumana los votos obtenidos por Bussi, Echagüe, Ob. Cit., página 105.

(93) Así lo entendía Sisto Terán Nougués, miembro de las familias tradicionales de la provincia y de la Unión de Centro Democrático (UCD) en 1987 y luego miembro del Partido Justicialista, a partir de la gestión de Ramón Ortega, cuando esta expresión política se volcara al liberalismo económico. Echagüe, 1991, página 96. Actualmente, (Marzo de 2001), es vice gobernador de la provincia por el Partido Justicialista.

(94) Ver para ello, Fundación Plural, 1988 y Echagüe 1991, página 127, donde se enfatizan los aspectos mencionados a la hora de intentar explicar la génesis y desarrollo del bussismo. Se subraya, en esta interpretación, la crisis de credibilidad de los partidos tradicionales (UCR, PJ) a partir de los sucesivos pactos establecidos entre ellos en la legislatura provincial durante los años 1983-1987. Con relación a la "corrupción", se alude centralmente a la gestión del gobierno de José Domato, (PJ, 1987-1990), quien no culminó su mandato ya que fue destituido y procesado por estafas y defraudación contra el erario público, dando origen a la intervención por parte del Poder Ejecutivo Nacional del Ejecutivo Provincial.

(95) El 8 de Noviembre de 1989, Silvia Díaz, dirigente del Movimiento Al Socialismo (MAS) de tendencia trotskista, señalaba que el voto a Bussi se inscribía en un rechazo a los partidos tradicionales que recorre a América Latina. Compara ese caso con el Partido de los Trabajadores de Brasil, la guerrilla salvadoreña, etc. Diario "página 12". Por su parte, el Partido Comunista, (PC), en un volante previo a las elecciones de 1987 puntualizará que la emergencia de Bussi se debía a la necesidad de garantizar la ejecución del plan económico denominado "Austral", del gobierno de Alfonsín. En 1991, ante la confrontación entre Ortega y Bussi, señalaran que ambos candidatos no presentan diferencias, pues ambos impondrán los planes de ajuste económico del Fondo Monetario Internacional. En una dirección de sentido similar, hubo quienes interpretaron que la presentación electoral de Bussi buscaba meramente eludir las imputaciones de la justicia por su actuación durante la dictadura militar.

(96) El día 4 de Agosto de 1988, el Partido Bloquista de San Juan, presenta un proyecto de ley en el Congreso nacional de homenaje a quienes participaron en el "Operativo Independencia". El mismo, fue apoyado por los senadores Tenev (PJ Chaco), Rubeo (PJ Santa Fe), Juárez (PJ Santiago del Estero), Rodríguez Saá (PJ San Luis), Solana (Movimiento Popular Neuquino) y Vidal (Movimiento de Integración y Desarrollo).

(97) "Defensa Provincial Bandera Blanca", fue fundado en 1926 por un miembro de las familias tradicionales de la industria azucarera local, Juan Luis Nougués, fruto de una ruptura en el seno del Partido Liberal. A partir de 1927, Nougués fue electo por dos períodos consecutivos intendente de San Miguel de Tucumán. De tendencia populista-conservadora, recorría la provincia siempre vestido de blanco a bordo de un "Lincoln" del mismo color. Su política se adelantará con varias medidas - ley del sábado inglés- entre otras, a las reformas sociales que desarrollará el Peronismo, casi dos décadas después.
Nougués, apoyó el golpe de 1930 y fue "electo" gobernador en las elecciones de 1931 con el 45% de los votos, estando la UCR proscrita. Su gobernación fue sacudida por la agitación radical y anarquista. Impuso el estado de sitio, durante el cual la policía reprimió, con un saldo de dos muertos, las manifestaciones en el campo de los obreros del azúcar y de los pequeños cañeros. La oposición de la gran parte de los "dueños del azúcar" a un impuesto interno de dos centavos al producto, determinará su destitución en 1934. En 1978, estando el partido acéfalo, el Doctor Ávila Gallo, quien en la década del sesenta alertaba a la población acerca del "Plan Andinia", líbelo antisemita que aseguraba la intención Judía de adueñarse de la Patagonia, toma para sí la conducción de "Bandera Blanca". En 1987, Gallo le ofrece al General Bussi la estructura de la organización para lanzar su candidatura a Diputado Nacional. Isaías Nougués, sobrino del fundador del partido, impugnará sin éxito ante la justicia y reclamará ante la opinión pública las sucesivas presentaciones electorales del General Bussi, la apropiación del nombre del partido por parte del militar.
Sobre la historia de "Bandera Blanca", ver Paez de la Torre (h), 1975. Algunos datos sobre la historia de Bandera Blanca me fueron suministrados gentilmente por Isaías Nougués en varias charlas personales mantenidas en Buenos Aires en 1996.

(98) "La Gaceta", San Miguel de Tucumán, 10 de julio de 1988. No es casual esta búsqueda de simbiosis entre la fecha de la independencia nacional y la emergencia del partido. La conmemoración patriótica y el nacimiento de la organización política quedan así entrelazados en una misma unidad de sentido.

(99) Discurso de Antonio Bussi, 7 de Mayo de 1989 con motivo de las elecciones presidenciales del 14 de Mayo de ese año.

(100) "Se esta viviendo un período de subversión y el presidente Alfonsín es responsable de esta situación y por lo tanto debe renunciar". Domingo Bussi, diario "La Nación", 4 de junio de 1989, página 4.

(101) Tanto José Domato, Osvaldo Cirnigliaro dirigentes de primera línea del Partido Justicialista se reunieron en reiteradas ocasiones con Bussi a discutir posibles alianzas o apoyos electorales.

(102) "Clarín", 8 de noviembre de 1989, página 11.

(103) "La Gaceta", San Miguel de Tucumán, 9 de abril de 1989.

(104) Honorable Convención Constituyente de la Provincia de Tucumán, Constitución de la Provincia de Tucumán, "La Gaceta", 28 de Abril de 1990. Quien redactó la reforma constitucional no puede ser acusado de desconocer los principios jurídicos de la carta magna. Se trató del Dr. López de Zavalía, docente de la cátedra de Derecho Constitucional de la Universidad Nacional de Tucumán y constituyente por Fuerza Republicana.

(105) Hevia, 1989, señala que el carácter clerical del Bussismo facilita la confianza en este partido de parte de las fracciones de la burguesía tucumana, para quienes Bussi representa una figura más confiable que las alternativas políticas de corte liberal en el ámbito nacional - como la "Unión del Centro Democrático"- que es vista por estos sectores con desconfianza, como una expresión política laica y moderna de origen porteño.

(106) "La Gaceta", 28 de abril de 1990. El "Colegio de abogados" había sido blanco, bajo el gobierno de facto encabezado por Bussi, de un atentado con cargas explosivas. Ver Comisión Bicameral de la Provincia de Tucumán, 1991, Pagina 23.

(107) Aráoz fue sindicado por organismos de Derechos Humanos como supuesto administrador de bienes de personas desaparecidas en la dictadura militar. Posteriormente, fue Secretario de Prevención y Lucha contra el Narcotráfico durante el gobierno de Menem.

(108) Esta división recorrió verticalmente la sociedad tucumana. Lobo y Rosenzvaig, 1993, página 224, analizan como los grupos económicos principales de la provincia se alinearon frente a esta elección. Más allá de que en muchos casos ambos candidatos compartieran el apoyo y el financiamiento empresarial; al parecer, Bussi concitó el apoyo de los grandes cañeros nucleados en el Centro de Agricultores Cañeros de Tucumán, (CACTU), mientras que a Ortega lo apoyaron fracciones del empresariado más dinámico y del capital transnacional.

(109) Integraron el "Frente de la Esperanza", el "Surgimiento Innovador" (SI), fundado por el propio Ortega, el Partido Justicialista, el Partido Intransigente, el Movimiento de Integración y Desarrollo, el Movimiento Patriótico de Liberación (antiguo FIP, de Abelardo Ramos), la Democracia Cristiana, el Partido del Trabajo y del Pueblo (Maoístas) y una fracción proveniente del Partido Comunista denominada "La Tendencia".

(110) Tula, 1998.

(111) El concepto de "punto de abandono" o de ruptura proviene de Sartori, 1980, página 388. La Unión Cívica Radical rechazó constituir una alianza con Palito Ortega para enfrentar a Bussi en dichas elecciones. García Hamilton, su candidato a vicegobernador, justificó esta decisión en un artículo periodístico, basándola en el hecho de que Ortega no había sido electo en internas partidarias por la voluntad de los afiliados. Esta resolución, contrastaba con la caracterización del propio Hamilton acerca de Bussi como la prolongación de Hitler y Mussolini. "Porqué no pactamos con Palito", Ignacio García Hamilton, Diario "Ámbito Financiero", 29 de Julio de 1991.

(112) La existencia de fraude en esta elección le fue comentada años después a quien escribe estas líneas, por periodistas, dirigentes políticos y sociales de diversos sectores de opinión. El pedido por parte de "Fuerza Republicana" de impugnar los comicios fue rechazado por el presidente de la Junta Nacional Electoral.

(113) A principios de los años sesenta surge, bajo la dirección de Fray Aníbal Fosbery, la Fraternidad de Agrupaciones Santo Tomás de Aquino (FASTA), organización laica de la orden de los Dominicos dedicada a la tarea educativa a través de la Universidad Nacional Santo Tomás de Aquino (UNSTA) de la cuál Fosbery será su rector. De un fuerte antimarxismo, tuvo fuertes vínculos, durante el gobierno peronista (1973-1976), con el Ministro de Bienestar Social y conductor de la ultraderechista "Triple A" "Alianza Anticomunista Argentina", José López Rega. Posteriormente, la UNSTA fue subsidiada por la dictadura militar de 1976, con fondos que superaron, en los años 1980-82, el dinero recibido por la Universidad de Buenos Aires o la Universidad Nacional de Córdoba. De la misma, surgieron cuadros e intelectuales que participaron de la dictadura militar y de "Fuerza Republicana", el partido conducido por Bussi. Fosbery, en Julio de 1995, era miembro de la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria, (CONEAU) organismo encargado de analizar los planes de estudio y evaluar todo el sistema de formación superior, como delegado de las 45 universidades privadas del país. Bertocchi, 1987, página 49 y Diario "página 12", "Los caminos del señor" articulo de Nora Veiras, páginas 14 y 15 del 21 de Abril de 1996.

(114) Octavio Bordón, a poco de ser derrotado en las elecciones presidenciales de 1995, abandonó sus "convicciones opositoras" y regreso al Partido Justicialista. Es actualmente, (Marzo de 2001), Ministro de Educación de la provincia de Buenos Aires, en la gobernación justicialista de Carlos Ruckauf.

 

   

 

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