Hospital militar

La Sombra de Campo de Mayo

 

 

Parir el horror

Las embarazadas, sus hijos y un juramento hipócrita

La guarnición militar de Campo de Mayo fue una zona estratégica para el desgarrador recorrido de los detenidos-desaparecidos del Gran Buenos Aires.

Por una cuestión militar, es indudable que por allí pasaron miles de secuestrados, que luego fueron derivados a sus destinos definitivos coincidentes con la muerte.

Otros permanecieron allí hasta tener la misma suerte que los trasladados. En estos casos están incluidas las mujeres embarazadas que eran atendidas en el hospital militar, para que luego sus hijos fuesen repartidos entre los secuestradores como botín de guerra.


Sospechosos

El hospital depende la guarnición militar de Campo de Mayo que, durante la dictadura, estaba identificada como Zona 4 a cargo del general Santiago Omar Riveros.

A su vez, esta se dividía en subzonas cuyos jefes fueron los generales Fernando Humberto Santiago en el ‘76, Bignone en el ‘77 y Bussi en el ‘78, coincidiendo con el entonces coronel Ezequiel Verplaetsen como jefe de Inteligencia de la Zona 4.

Hace una semana, los abogados de Abuelas de Plaza de Mayo, solicitaron la imputación por sustracción de menores y substitución de identidad para Riveros (además de otros jefes militares de los altos niveles de gobierno durante la dictadura). También pidieron que la investigación penal se extendiera a los citados en el párrafo anterior.

La situación generó que el juez federal Adolfo Bagnasco -a cargo de la causa- fijara audiencia para tomar declaración a los ex directores del hospital, general médico Dibenedetto y coroneles médicos Posse y Remis, para el 31 de marzo y el 1 y 2 de abril.


Causa

Las presiones llegaron a Bagnasco para que cerrara lo antes posible la causa por la sustracción de menores, ya que ese delito no forma parte de la amnistía de Alfonsín.

La condena que la Cámara Federal determinó para los ex comandantes en diciembre del ‘85, establecía que: “sólo habían sido juzgados por los delitos cometidos durante su desempeño como Comandantes en jefe de sus respectivas fuerzas”, por lo tanto “nada tiene que ver con la posibilidad de que puedan ser objeto de persecución por hechos cometidos con motivo o en ocasión de su desempeño en cargos de responsabilidad militar distintos al de Comandante en jefe de la fuerza”, aclara la sentencia.

Entre las pruebas que el fiscal Eduardo Freiler incorporó a la causa, se encuentra el Reglamento RE 1051 “Instrucción para Operaciones de Seguridad”, producido por el Ejército en 1977 y que ordena en caso de secuestro de personas la inmediata separación de los niños de sus padres. 

También dispone que en esos operativos debían utilizarse capuchas o vendas para trasladar a los detenidos sin que supieran adónde.


Metodología

De los distintos centros clandestinos de detención de Campo de Mayo (ver tapa), las parturientas eran llevadas al hospital, donde aun con los ojos vendados y maniatadas se les aplicaba suero para acelerar el proceso de parto que concluía, indefectiblemente, con una cesárea.

Según denuncias presentadas ante la Comisión Nacional Sobre Desaparición de Personas (CONADEP) por 6 médicos obstetras, 4 parteras y 2 enfermeras que se desempeñaban en el hospital en aquella época, había un movimiento permanente de embarazadas que se extendió desde el ‘76 hasta el ‘80.

Eran ingresadas como NN y tras el parto se les quitaba la criatura para ser llevadas nuevamente a los centros clandestinos.

En otra denuncia se destaca que un sargento carpintero de apellido Falcón, había violado a una de las embarazadas siendo sancionado con 10 días de arresto, tras los cuales siguió normalmente en servicio.


Saber poco

La jerarquía de los médicos militares estaba por sobre la de los civiles. Cuando una parturienta era llevada desde el servicio de Epidemiología, Sala de Hombres, al de Ginecología y Obstetricia -a cargo del mayor médico Julio César Caserotto-, la mayor parte del plantel médico civil (incluso de otros servicios) era reemplazado por militares sin darles explicaciones al respecto.

“No era conveniente saber demasiado, era una época en que todos estábamos sospechados y el hecho de hacer alguna pregunta inconveniente para ellos, podía ser motivo para que tomaran represalias contra uno o contra nuestra familia”, manifestó un médico que prestaba servicios en el hospital.


Mejorar la raza

Lo declarado por otros denunciantes también da cuenta de otro médico militar -de quien no se registró el nombre-, que apareció en el hospital en 1978 y tenía la pretensión de “mejorar la raza”.

De la misma manera que las parturientas eran ingresadas sin registrar, así se realizaban los “vuelos de la muerte” con las que se las arrojaba al mar desde aviones Hércules, Fokker y desde helicópteros, junto a otros secuestrados.

Generalmente en esos vuelos iba un médico “que le inyectaba a las víctimas una droga llamada pananoval que hacía estragos en segundos y producía como un paro cardíaco”, declaró el ex sargento Ibáñez en abril del ‘95.

Luego de eso los médicos volvían a la cabina del avión y no empujaban a los secuestrados al mar “por el Juramento Hipocrático”, se especificó en las denuncias.


No sabe, no contesta

El 10 de junio de 1984 la CONADEP le envió un cuestionario de oficio al mayor médico Caserotto, que aun se desempeñaba en el hospital militar.

En sus respuestas reconoce haberse desempeñado como jefe del servicio de Maternidad de Campo de Mayo desde enero del 77, hasta diciembre del ‘83.

Manifestó también tener conocimiento del ingreso de personas enfermas al servicio de Epidemiología, pero ignoró si eran o no registradas. Obviamente desconoció los otros hechos sobre los que se lo interrogaba y que están consignados más arriba. 

En una semana, si se presentan en el juzgado, los 3 directores del hospital de aquel período deberán declarar en la causa que sigue el juez Bagnasco y que guardan íntima relación con los hechos aquí contados.

No fue citado Caserotto que, según las denuncias, cometió los delitos más graves que se imputan en la causa, pero tal vez se deba a que también quedó amparado por la ley de Obediencia Debida que impulsó Aldo Rico.


Cementerio de Grand Bourg

El 25 de mayo del ‘76, elementos uniformados allanaron la casa de un obrero metalúrgico de apellido Sosa que vivía en San Miguel y fue secuestrado. Su cadáver apareció al día siguiente en el Río Reconquista, muerto por un golpe en el cráneo y con signos de haber sido torturado. Se lo identificó y el juez ordenó que se le informara a los familiares.

La policía lo hizo en un domicilio erróneo, por lo que Sosa no fue reclamado por ningún familiar y se determinó su entierro como NN en el cementerio de Grand Bourg, en una fosa común. Seis años después sus familiares conocieron la ubicación del cuerpo de Sosa, que estaba junto a otros 4 NN. 

Alertados por el hallazgo, familiares de desaparecidos concurrieron al lugar que derivó en una denuncia presentada al juez federal Hugo Gándara, donde se detalló la existencia de unos 300 cadáveres registrados en los libros del cementerio como NN, inhumados durante los años de la dictadura. En el ‘84 Gándara ordenó la exhumación, encontrando 90 fosas donde se comprobó que había entre 3 y 5 cadáveres en cada una, por lo que se dedujo que el número de cuerpos inhumados ilegalmente superaba la cifra mencionada.

El cementerio fue inaugurado en mayo del ‘76, durante mucho tiempo no tenía alambre perimetral, por lo que el acceso podía hacerse desde cualquier parte. Algunas versiones indicaban que en los registros del cementerio, al lado de cada NN figuraban en borrador el nombre y apellido de la mayoría de ellos.

 

 

Carolina y Pablo. Itinerario de dudas

Un denunciante cree ser el padre de Pablo Bianco.

Uno de los querellantes de las 4 causas de sustracción de recién nacidos durante el gobierno de facto que investiga el juez Marquevich y motivó la detención del ex general Jorge Videla, cree que Pablo Bianco es su hijo.

Se trata de Abel Madariaga que, según sus investigaciones, Pablo pudo haber nacido en julio del 77 en el hospital militar de Campo de Mayo, donde habría estado detenida en forma clandestina su esposa, la médica Silvia Quintela, secuestrada en enero de ese año.

Madariaga obtuvo los datos de un sobreviviente de Campo de Mayo, que en Madrid dijo haber visto a Silvia en el campo de concentración El Campito, que funcionaba en la guarnición militar.


Papeles

No obstante, la duda está planteada porque por la misma fecha hubo 3 partos más: los de Beatriz de García, Norma Tato y Valeria Belaustegui. Madariaga inició la querella cuando comenzaron a llegar denuncias que tanto Pablo como Carolina (en este último caso ver La Hoja Nº 462), estaban en poder del mayor médico Norberto Bianco.

La partida de nacimiento de Pablo fue firmada por el doctor Carlos Raffinetti, obstetra que trabajó junto a Bianco en el hospital de Campo de Mayo (en la actualidad lo hace en la clínica del Buen Ayre, donde La Hoja realizó varias gestiones para entrevistar al profesional, sin tener aun respuesta favorable), aunque este negó que se tratara de su firma.

Mientras tanto, tanto Bianco como su esposa, Nilda Wherli, afirman que Pablo fue cedido por una tal Leticia, mucama de unos amigos del matrimonio. En tanto que a Carolina, se las entregó una tal Mirta Rodríguez un año antes del nacimiento de Pablo.

(del Suplemento Especial publicado en la edición Nº 430 del lunes 23 de marzo del ´98)



Una operatoria bien planificada

El Ejercito tenia un reglamento de lucha antisubversiva que establecía como proceder con los recién nacidos clandestinamente. El caso de Pablo Bianco

Dos reglamentos del Ejército utilizados durante la época de la dictadura militar establecían que en los enfrentamientos no debían quedar sobrevivientes y, además, se debía separar a los chicos de sus padres y madres en caso de secuestros.

El reglamento que hace referencia a cómo actuar en el caso de los chicos, fue heredado de Estados Unidos, según informó públicamente el general Martín Balza, que también especulo con que podría haber sido utilizado durante la guerra de Vietnam.

Por otra parte, el ex capitán José Luis D’Andrea Mohr, que realizó una extensa investigación sobre estos hechos y que publicará en un libro próximamente, comentó en varios programas de radio que “de ninguna manera pudieron operar como maternidades clandestinas el Hospital Militar Central y el de Campo de Mayo, si no hubiera existido un plan”.


Atención

Del trabajo de D’Andrea Mohr se desprende que los partos se producían después de que las detenidas estuvieran bien alimentadas y bien tratadas. Si el chico nacía por parto normal se lo dejaba a la madre dos días, después el chiquito iba a la nursery del hospital y a la madre la desaparecían.

Si nacía por cesárea, se lo dejaban 5 días y luego ocurría lo relatado en el párrafo anterior.

Además del reglamento de marras, Julio César Caserotto, que fuera mayor médico y jefe de Ginecología del hospital militar de Campo de Mayo en aquella época, declaró ante el juez Bagnasco que “existían órdenes verbales y escritas por la superioridad, para que se asistiera a las parturientas traídas por personal de inteligencia”.

Las órdenes escritas tenían como título “Plan de Operaciones Normales para con el personal de inteligencia” y estaban firmadas por el director del hospital, general médico Agatino Dibenedetto.


Ordenes

Según Caserotto, las que él recibió consistían en asistir a partos y no registrar a las parturientas y los nacimientos. En su declaración agregó que “cuando volvía a mi trabajo al día siguiente de un parto, la parturienta y el recién nacido ya no se encontraban en el lugar”.

Ante esta situación el juez Marquevich manifestó, entre otras cosas, que “esta lejos de parecer consecuencias de designios criminales individuales... por el contrario parecen el resultado de un propósito único o concierto previo”.


Caso Pablo Bianco

Abel Madariaga, unos de los querellantes de la causa que investiga Marquevich y que puso sobre el tapete la conexión local de la detención del ex general Jorge Videla (La Hoja Nº 462), supone que Pablo Bianco es su hijo (ver Itinerario de dudas).

El ex mayor médico Norberto Bianco, ahora detenido en la cárcel de Caseros junto a Videla habría sustraído a Pablo de uno de los partos que se realizaron en el hospital militar de Campo de Mayo.

(Publicado en la edición Nº 464 del lunes 15 de junio del ´98)





Hijos de desaparecidos

Denuncian a dos médicos de la zona

Estarían implicados en la apropiación de dos menores durante los anos de plomo

Según denuncias de organismos de derechos humanos, el médico obstetra Ovidio Alvarez y el neonatólogo Carlos Raffinetti, que se desempeñan en las clínicas General Sarmiento de San Miguel y Del Buen Ayre de Bella Vista, respectivamente, habrían estado implicados en la apropiación de dos menores durante la dictadura militar.

Se trataría de Pablo Hernán y Susana Carolina que, según las denuncias, quedaron en poder del mayor médico Norberto Atilio Bianco, que cumplía funciones en el hospital militar de Campo de Mayo, y de su esposa, Hilda Wherli, ex docente de los colegios Nº 9 y Nacional de Bella Vista.

Los bebés pertenecerían a dos detenidas-desaparecidas embarazadas, cuyos partos, de acuerdo a las denuncias, habrían sido atendidos en esa guarnición militar.

Cuando la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo logró la orden judicial para la realización del análisis hematológico de ambos chicos, Bianco junto a su esposa y las criaturas, ya se habían fugado de su casa, ubicada en Ricchieri 565, Bella Vista. 

En el ‘87 se descubrió que estaban ocultos en Paraguay consiguiéndose la extradición de los cuatro aunque, hasta la fecha, no se pudo restituir a Pablo Hernán y a Susana Carolina a sus familias biológicas.


Implicados

Las mismas denuncias con las que se descubrió la maniobra de Bianco, establecen que Raffinetti habría firmado las partidas de nacimiento de ambos chicos. 

El negó que se tratara de su firma, aunque dijo conocer a Bianco de la época en que trabajaban juntos en el hospital de Campo de Mayo. Alvarez, por su parte, quedó procesado en la causa por decir que asistió a Nilda Wherli en el parto de Susana Carolina, en una clínica de la zona.

La orden de procesamiento se desprende de la declaración contradictoria de Alvarez, dado que en el formulario Nº 1 del Registro de las Personas dice que el parto se realizó en el domicilio de Bianco.


Lugar

Bianco estaba a cargo del Pabellón de Epidemiología del hospital militar de Campo de Mayo, donde eran trasladadas las mujeres secuestradas que estaban por parir.

Luego se las atendía en Ginecología y Obstetricia donde, tras el parto, los recién nacidos eran apropiados por los secuestradores y las madres derivadas a otros campos clandestinos de detención donde eran asesinadas.

Norberto Bianco se desempeño en ese lugar junto al actual teniente coronel médico Julio Caserotto (en esa época mayor), también implicado en esa causa en el Juzgado de Instrucción Militar Nº 17, y el teniente primero médico Ricardo Lederer quien, según lo establecen las denuncias de los organismos de derechos humanos: “Tenía la pretensión de mejorar la raza”.


Sospechas

Las denuncias fueron hechas por colegas de la esposa de Bianco.


“Cuando la esposa del doctor Norberto Bianco, Nilda Wherli, apareció con dos chicos en su poder, las docentes y auxiliares que trabajaban con ella en las escuelas comenzaron a sospechar, porque sabían que no podía tener hijos”, comentó Gustavo Godoy, miembro de la comisión directiva del Centro de Estudiantes de la Universidad Nacional de General Sarmiento.

Godoy también contó que “esto motivó a las docentes a hacer las denuncias promoviendo la investigación de los organismos de derechos humanos”. Ahora, y en relación a la denuncia que se presenta en la nota central (ver “Denuncian a dos...”), Godoy agrega: “Bianco no actuaba solo, lo hacía con colaboradores como Alvarez y Raffinetti, que hoy siguen prestando servicios en clínicas de la zona”.


Compromiso

Sobre el particular, el dirigente estudiantil manifestó: “Es de vital importancia que el conjunto de la sociedad se expida, pero no sólo con declaraciones, también tiene que haber acciones de los dueños de las clínicas, de las asociaciones médicas, de las obras sociales y de las organizaciones políticas y sindicales”.

La causa contra Bianco y en la que estaría implicado Alvarez, es la 1284/85 y está asentada en el juzgado federal de San Isidro.

(Publicado en la edición Nº 462 del miércoles 10 de junio del ´98)



“Yo mismo la atendí”

Es directivo del Sanatorio General Sarmiento. Está mencionado en la causa contra Bianco, que ayer cobró vigencia a partir de la detención del ex dictador Jorge Videla.

- ¿Usted estuvo implicado junto con el doctor Raffinetti en el caso de Susana Carolina, la recién nacida sustraída por el doctor Bianco?
- No estoy implicado con el doctor Bianco, él es el actor de esto. Todo esto ya lleva un proceso largo del que estoy al tanto. Lo único que quiero reafirmar es lo que ya dije en varias oportunidades a nivel del juzgado federal de San Isidro, donde fui citado porque el doctor Bianco tiene dos hijos que le imputan como de la subversión. Puedo aclarar que en el caso de la nena nació en el Sanatorio General Sarmiento, creo que fue el 1º de octubre del ‘76 y yo mismo la atendí. Fue en el chalet viejo del sanatorio.


- ¿Por qué en el certificado de nacimiento consta como nacida en el domicilio?
- Eso es muy sencillo y fácil de demostrar. La nena nace acá en el sanatorio y yo emito de puño y letra el certificado de nacimiento donde el parto figura como realizado en el domicilio del doctor Bianco, pero debe haber por lo menos 200 partidas de nacimiento comprendidas entre los años 75 y 78 firmadas por mí, de partos asistidos en el sanatorio y en donde figura como que la atendí en el domicilio de los progenitores. En aquella época el proceso de inscripción de los chiquitos en el Registro Civil (de San Miguel) era de largas colas y de largos meses y como estaban abiertos los Registros Civiles de José C. Paz y de Bella Vista, omitíamos esa espera haciendo constar que el nenito nacía en el domicilio y lo anotaban rápidamente.


- ¿Usted trabajó en el hospital de Campo de Mayo?
- No fui nunca médico del hospital de Campo de Mayo.


- ¿Que grado de certeza puede haber de que la parturienta que fue traída acá no haya sido una detenida desaparecida?
- En esto hay que pensar con lógica. No puedo asegurar que no lo fuera, pero si pienso con lógica supongo que hubiera venido todo un operativo militar trayendo a la chica, no simplemente Bianco. Además esa paciente que, según a mí me dicen, era la señora de Bianco, pienso que hubiera intentado al menos pedir auxilio. Por otra parte, existe el hecho que en el hospital de Campo de Mayo se hacían los partos, no tiene sentido que traigan a una institución privada una detenida a tener familia cuando lo podrían haber hecho tranquilamente allá. También están las declaraciones de Bianco donde manifiesta que una señora iba a ceder a la chica y que él se haría cargo.


- ¿Tenía alguna relación con el doctor Bianco?
- No. Sólo lo conocía como médico y porque el 4 de junio del ‘76, unos meses antes del parto de esa chica, mi esposa y mis 5 hijos tuvieron un grave accidente en el cruce de la salida del hospital de Campo de Mayo a donde son trasladados y es Bianco el que me llama para darme la noticia.


- ¿Con el doctor Raffinetti tiene algún tipo de relación?
- Sí. Una relación profesional de cuando yo vine a hacer mis primeras armas como médico a San Miguel, ingresé en la guardia del Larcade como practicante en la maternidad y él era jefe de ese servicio.


- ¿Cuántas veces fue citado a declarar en el juzgado?
- Cuando todo esto empezó, no más de 2 veces. El juez federal en ese momento era el doctor Alberto Piotti, pero yo nunca lo vi, siempre me recibió el juez subrogante que era el doctor Quiroga. El año pasado cuando fue traído Bianco fuimos con el doctor Fermanelli y la partera Celletti.


- ¿Qué implicancia tenían estas dos personas?
- Según tengo entendido, Bianco en su declaración dice que consigue, por vía indirecta, una mujer que iba a donar al chico y de ahí viene el contacto. Quisiera que la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo me investigara para que vean qué tipo de persona soy y que después le den credibilidad a lo que digo, que es lo que conté siempre.





Videla detenido


La orden de prisión la libró el juez de San Isidro Markevich, horas antes que Videla se presentara a declarar en los tribunales de San Martín.

El destituido militar golpista, Jorge Rafael Videla fue detenido ayer a las 18:30 en Cabildo al 600 de Capital Federal. Aunque los abogados del ex militar dicen desconocer los motivos por los que el juez federal Roberto Markevich lo mandó a detener, trascendió que Videla estaría implicado por lo menos en cuatro causas por apropiación de cinco menores. 

Entre los casos que se mencionan que podrían complicar la situación procesal de Videla se menciona el caso Bianco, el matrimonio de Bella Vista que tenía en su poder a dos niños que serían hijos de desaparecidos. Norberto Atilio Bianco se encuentra preso, luego de ser extraditado, junto a su mujer, desde Paraguay, lugar donde se refugiaron en el '86 cuando se desató el escándalo. Los chicos, Pablo Hernán y Susana Carolina, hoy se encuentran viviendo en Paraguay (ver aparte).

Anoche el ex dictador no declaró ante el juez, hecho que ocurriría mañana en calidad de procesado. Por su parte el abogado de los Bianco, Carlos Sánchez Herrera, se manifestaba sorprendido por la decisión del magistrado pues en la causa no se mencionaba jerarquías ni vinculación con estamentos militares.

Hoy Videla debía presentarse a declarar en San Martín por el caso de la restitución de los cuerpos de Santucho y Urteaga. Anoche los organismos de derechos humanos, que estaban organizando el acto de repudio para hoy, se trasladaron a San Isidro para manifestarse en contra del genocida.

(Publicado en la edición Nº 462 del miércoles 10 de junio del ´98)





Doctor Pedro Fermanelli

“Solo fui el nexo entre una embarazada y el doctor Bianco”

Trabajo durante 38 anos en el hospital militar de Campo de Mayo desde el 51 hasta el 89. Comenzó como practicante, luego fue subteniente de reserva hasta desempeñarse como medico civil en el servicio de Cirugía. Ahora trabaja en SEMESA y atiende su consultorio en Charlone 1119 en San Miguel. Coincidiendo con el doctor Ovidio Alvarez, afirma que la hija del mayor médico Norberto Bianco no es de una detenida desaparecida.


- ¿Conoció al doctor Bianco?
- Sí, él trabajaba en el servicio de Traumatología del hospital militar.


- ¿También conoció al doctor Roberto Schinocca?
- Sí, era médico civil del servicio de Obstetricia y Ginecología.


- ¿Al doctor Raffinetti?
- Sí, por supuesto, al doctor Raffinetti lo conozco desde que era estudiante o médico recién recibido, porque estuvieron conectados el papá y él con el hospital de Campo de Mayo.


- ¿Se desempeñaba como médico militar o civil?
- Creo que en cierta época fue médico militar y luego trabajó como médico civil.


- Usted afirma que Carolina Bianco no es hija de una detenida-desaparecida. Reláteme la historia.
- Aparece una joven embarazada a mi consultorio, que por razones especiales no quiere quedarse con su bebito. En base a eso y sabiendo, por contacto con una partera (Maru Celletti) del Sanatorio San Miguel, que el doctor Bianco, al no tener hijos, tenía interés en la adopción, realizo el contacto.

Bianco se conecta conmigo, siempre por intermedio de la señora Maru Celletti y luego de eso la paciente se interna en el Sanatorio Sarmiento. El estaba contento y satisfecho de poder ser el benefactor o el eventual papá del hijo que tuviera esta joven.


- ¿La chica se lo entrega?
- Una vez que el doctor Bianco dice que él quiere encargarse de la atención de esa joven, yo ya no actué más en el tema. Sólo fui el nexo entre una embarazada a término que no quiere hacerse cargo de su hijo, consiguiendo a través de una partera que alguien adopte al chico.


- ¿Quién era la parturienta?
- Una joven que se presenta a mi consultorio... como no es alguien que iba a atender yo, ni recuerdo si la examiné, lo único que sabía que era un embarazo a término.


- ¿Por qué se presenta en su consultorio?
- Posiblemente porque sabían que yo hacía obstetricia y porque ya era conocido en el ambiente de la especialidad, porque también hacía ginecología y, por supuesto, cirugía. Ha venido por razones de referencia.


- ¿En lugar de hacer la conexión por medio de la partera Maru Celletti, por qué no lo habló directamente con Bianco si lo conocía del hospital militar?
- Qué sabía yo de que Bianco quería adoptar un bebe, incluso en ese momento ya me había alejado de Obstetricia. Uno no sabe quién es la persona que puede querer un bebé.


- ¿Y entonces por qué lo habla con Maru Celletti?
- Porque trabajé con ella durante varios años haciendo obstetricia en el sanatorio Sarmiento.


- ¿El doctor Alvarez estaba en conocimiento de esto?
- No. El doctor Alvarez recién está en conocimiento cuando le presentan a esta joven, para ser el partero que atienda su parto.


- ¿El sabía que se trataba de una donante que le iba a dar el bebé a Bianco?
- Eso no lo sé. Yo intervine hasta que Bianco me dice "sí, me interesa".


- ¿Usted sabía lo que sucedía con las embarazadas en el hospital militar durante el gobierno de facto?
- No estaba enterado absolutamente de nada. Yo cumplía con mi trabajo atendiendo el consultorio externo cuando me correspondía y los días de cirugía iba al quirófano, luego me venía a mi casa.


- ¿Nunca escuchó comentarios de lo que allí pasaba?
- Nunca. Ni siquiera sabía de chicas embarazadas que estuvieran allí. Si bien me ha tocado operar a gente de la subversión.


- ¿Qué opina de que todos estos médicos que usted conoce puedan estar implicados en la sustracción de recién nacidos?
- No puedo opinar y hacer un testimonio de algo que no conozco, porque yo no sabía que en el servicio de Epidemiología había chicas embarazadas como aparece en los diarios. Incluso ese servicio lo conozco desde el año ’51, y allí fui practicante durante dos años.


- ¿Y en cuanto a Bianco, que está en una situación más comprometida?
- Tampoco puedo decir nada, porque mi postura fue como médico civil en un momento en que de la subversión, ahí, no se hablaba mucho. Solamente como médico del servicio de cirugía lo que nos correspondió hacer en determinado momento, si llegaban heridos de la subversión, era operarlos. Pero de ahí en más yo no me encargaba del manejo de esa gente.

- ¿Se sigue relacionando con estos médicos?
- No. Desde que salí del hospital, hace 7 años, muy pocas veces los veo. Ellos están trabajando en Bella Vista y yo estoy en San Miguel.


Sin palabras

En diálogo telefónico con La Hoja, desde la Clínica del Buen Ayre donde se desempeña como obstetra, el doctor Eduardo Poisson, manifestó que no haría declaraciones a este medio porque: “éramos médicos civiles (presuntamente del Hospital Militar de Campo de Mayo) y nunca me tocó atender a ninguna embarazada en esa situación (en supuesta referencia a las detenidas-desaparecidas).

Más adelante aclaró que la negativa también se debía a que “en los medios aparecieron informaciones no reales, por eso decidimos no hacer declaraciones”, y puntualizó: “por otra parte ya declaramos ante el juez Bagnasco y lo que le dijimos fue algo muy simple”.

(Publicado en la edición Nº 470 del lunes 29 de junio del ´98)




Chicos robados

“No hubo mala intención”

El ex militar médico que está detenido por sustracción de menores, reveló que los padres biológicos de sus hijos no son desaparecidos.

El ex mayor médico Norberto Bianco, en dialogo con diversos medios, manifestó que el juez Marquevich, que atiende la causa por la sustracción de dos chicos que se encontraba en manos del militar, ya fue informado sobre la identidad de los verdaderos padres de sus hijos biológicos. "No voy a revelar sus nombres porque no quiero mezclar las cosas, pero puedo decir que uno de ellos me fue entregado en un establecimiento asistencial y el otro en forma particular". Asimismo el médico detenido sostuvo que "tanto Pablo como Carolina saben quienes son sus verdaderos padres, y cuando salga en libertad vamos a ir juntos a buscarlos".


Trámite engorroso

Según puede deducirse de los diversos datos que han surgido de la causa, la clínica donde recibieron a Carolina sería el Sanatorio General Sarmiento. El doctor Alvarez, quien aparece mencionado en la causa, señala que en el '76 atendió a una mujer embarazada traída por Bianco, y que él siempre creyó que era su esposa, Susana Wehrli, y no una secuestrada-desaparecida, como sospechan los organismos de derechos humanos.

Bianco dice que los chicos fueron anotados como propios apenas nacieron, para evitar los engorrosos trámites judiciales pero "sin ninguna mala intención". Lo que varias familias de desaparecidos sospechan es que Carolina (22) y Pablo (20), fueron sustraídos de sus madres apenas nacieron y antes de ser 'trasladadas’, eufemismo que en el lenguaje militar de los '70 significaba 'asesinada'.

La única manera de verificar los dichos de Bianco es con la aparición de los padres biológicos de los chicos o con los estudios genéticos. Luego de catorce años que lleva la causa nunca apareció nadie que dijera ser padre biológico de ninguno de ello, y hay una persistente negativa a realizar los estudios genéticos. El juez Marquevich sostuvo que no siempre es voluntario la realización de esos análisis, y que apenas se logre extraditar a los muchachos se pedirá la realización de los estudios.



Dictador detenido

Un hombre integro

Bianco recuerda con respeto a Videla, a quien se lo citó nuevamente para declarar en la causa Santucho.

El ex mayor Norberto Bianco recordó al ex militar Videla como "un hombre integro, una excelente persona, un ser que merece todo mi respeto". Videla está detenido porque podría ser el autor mediato de la sustracción de los chicos que Bianco tenía en su poder, y que hoy se encuentran en Paraguay. Según documentación que obran en juzgados federales, el autor del golpe de estado de marzo del '76 habría avalado un plan donde se contempla que en cada operativo de los grupos de tareas se procediera a la separación de los chicos de sus padres (ver aparte).

Videla fue detenido el martes de la semana pasada, pero su situación se complicaría cada vez más. Hay varios juzgados que reclaman su competencia para detenerlo y juzgarlo por el caso de sustracción de menores, además del reclamo de tribunales extranjeros como el del juez español Garzón. 


Caso Santucho

El miércoles pasado debía presentarse en los tribunales federales de San Martín, por la causa Santucho, pero no pudo asistir por estar preso en San Isidro. El juez Alfredo Bustos giró un oficio al juez Marquevich para notificarlo de la situación de Videla. El famoso preso de Caseros deberá presentarse a declarar en San Martín el 12 de julio, para declarar sobre el destino de los cuerpos de los guerrilleros Santucho y Urteaga. 

En el mismo tribunal se presentaría la cuñada de Domingo Mena, otro miembro desaparecido de la cúpula del ERP, para que se investigue el destino del cuerpo del guerrillero y su esposa. Se trata de Alba Lanzilotto, secretaria de la organización Abuelas de Plaza de Mayo, quien tiene la sospecha que la hija de su hermana desaparecida sería Carolina Bianco, y no descarta que los cuerpos de su hermana y su cuñado estén enterrados en Campo de Mayo.

(Publicado en la edición Nº 464 del lunes 15 de junio del ´98)



Chicos nacidos en cautiverio

“La verdad te libera, pero duele”

Juliana García es hija de Beatriz Recchia y Antonio García. A comienzos del 77 las Fuerzas Armadas asesinaron a su padre y secuestraron a la madre que estaba embarazada. El bebe nacido en cautiverio puede ser Pablo, el chico que habría secuestrado el mayo medico Noberto Bianco. Juliana sigue buscando a su hermano junto a las Abuelas de Plaza de Mayo.


- ¿Recordás la noche del operativo?
- Sí. Lo realizó el Ejército el 12 de enero del ‘77 a la madrugada. Yo tenía 3 años recién cumplidos y vivía con mi mamá y mi papá en Villa Adelina. De golpe entraron, lo fusilaron a mi papá y se llevaron a mi mamá. Ella estaba embarazada de 4 ó 5 meses y le pide a los milicos que, por favor, me lleven a la casa de mi abuela. El jefe del operativo acepta, pero sé por versiones que el resto no quería. Finalmente me dejaron en la casa de mi abuela.


- ¿Por qué suponés que Pablo puede ser tu hermano?
- El 20 de mayo del 77 llama a la casa de mi abuela una mujer diciendo que había nacido José Antonio. Eso era todo lo que teníamos. En realidad mis viejos lo querían llamar Ignacio, que era el nombre de un compañero caído, pero yo le quería poner José y mi viejo se llamaba Antonio. Así que no era muy descolgado el dato. Después apareció gente testimoniando que había visto a mi vieja en Campo de Mayo.


- ¿De quiénes son los testimonios?
- Hay dos que son claves: el de Beatriz Castiglione (que tras la detención de Videla declaró ante el juez Marquevich), que también estaba embarazada junto con mi vieja y unos días antes de tener el bebé la liberaron. Ella comenta que mi vieja tuvo un varón por parto normal. El otro testimonio es el de Juan Carlos Scarpatti.


- ¿Tuviste algún tipo de acercamiento con Pablo o con la familia Bianco?
- Hicimos dos viajes a Paraguay con Alba Lanzillotto, posible tía de Carolina (la otra chica que habría secuestrado Bianco), Estela Carlotto, Alcira Ríos (abogada de Abuelas) y Abel Madariaga (que supone que él podría ser el padre de Pablo ya que su esposa, Silvia Quintela, era amiga de Beatriz Recchia, fue secuestrada por la misma época en Campo de Mayo y también tuvo un varón). En ese viaje fuimos a la casa pero los chicos no estaban, obviamente. Después viajamos nuevamente Abel y yo porque el marido de Carolina había dicho que los chicos querían hablar con nosotros. Cuando llegamos, la abogada de ellos nos imposibilitó el diálogo. Sé que estas cosas son previsibles, aunque una va esperando lo mejor.


- ¿Qué opinás de la reacción de Pablo y Carolina?
- En estos casos es normal y lógico que se nieguen rotundamente, que no quieran saber nada. Pensá que estos pibes fueron criados por los posibles asesinos de sus viejos y que estos sabían que los estaban buscando. Entonces los preparan para que no duden de ellos, los hacen muy sumisos y dependientes. 

Para ellos enterarse que son hijos de “subversivos”, como les habrán dicho, es terrible porque es como ser hijo del enemigo. Es como si un día me dijeran “vos sos hija de Videla”, no voy a querer saber nada. La verdad es liberadora, cuando la sabés te sacás un peso de encima, pero igualmente duele mucho.

(Publicado en la edición Nº 488 del lunes 10 de agosto del ´98)



Robo de bebés

Silencio de la Asociación Médica

El nuevo presidente de la entidad que nuclea a los médicos de General Sarmiento adelantó que no se expedirán antes que la justicia.

En una charla telefónica con La Hoja relacionada con los médicos de la zona que debieron declarar ante la justicia por los casos de robos de bebés nacidos en cautiverio, el recientemente electo presidente de la Asociación Médica de General Sarmiento, doctor Eduardo Fuentes, manifestó que “la entidad no se va a expedir sobre hechos en investigación, generalmente esperamos que las actuaciones concluyan. Tenemos que actuar sobre cosas certeras para no cometer equivocaciones”.

Sobre los hechos en cuestión también dijo que “en lo personal no se nada, no me consta nada”, y sobre la entidad que preside aseguró: “acá nunca hubo denuncias ni actuaciones de ese tipo. Sólo sé que algunos médicos tuvieron que ir a tribunales y nada más”.


Con todos

Fuentes también dijo que el tema tendría que ser discutido en Comisión Directiva, y apuntó: “a la luz de hechos que judicialmente estén bien establecidos”.

La Asociación sancionó en 1996 a la, por ese entonces, secretaria de Salud de San Miguel, doctora Graciela Otero, por firmar una nota en la que recomendaba al intendente José De Luca “exterminar a los subversivos”, refiriéndose a médicos que trabajaban en el hospital Larcade.

Al año siguiente también recibió una sanción el doctor Alejandro Amegeiras -en esa época secretario de Salud de Malvinas Argentinas-, por despedir a 3 médicos que denunciaron a las autoridades sanitarias de la Región la existencia de casos de cólera en ese distrito.

(Publicado en la edición Nº 475 del viernes 10 de julio del `98)


Médicos

Solicitan que se expida

Los diputados nacionales del Frepaso le enviaron una nota a la Asociación Médica de General Sarmiento, para que tome posición ante los médicos presuntamente implicados en la apropiación de bebés durante la dictadura militar.


En una nota firmada por nueve diputados nacionales del Frepaso, enviada a la Asociación Médica de General Sarmiento, le solicitaron que por medio del Tribunal de Etica Médica entiendan en la situación de los médicos del distrito -asociados a esa entidad- que estuvieron presuntamente implicados en la apropiación de chicos nacidos en cautiverio durante la última dictadura militar.

En uno de sus párrafos manifiestan que “... nuestra sociedad sufre con mayor dolor la actuación de quienes, habiendo jurado defender la vida por sobre todas las cosas, se aliaron con los mercaderes de la muerte para privar a los niños de su historia en aquella siniestra época, y lo continúan haciendo ahora negándose a develar la verdad de aquellos años, para evitar las sanciones que la justicia prevé para los delitos que se cometieron”.


Tribunal

En tal sentido, entienden que el Tribunal de Etica Médica debe intervenir para conocer los diferentes grados de responsabilidad y dar a conocer a la sociedad lo que, de cada uno de estos médicos, dictaminen sus pares.

Cuando La Hoja conversó en su oportunidad con el recientemente electo presidente de la entidad, Eduardo Fuentes, sobre el tema éste manifestó que “la entidad no se va a expedir sobre hechos en investigación, generalmente esperamos que las actuaciones concluyan. Tenemos que actuar sobre cosas certeras para no cometer equivocaciones”.

Sobre los hechos en cuestión, también dijo que “en lo personal no sé nada, no me consta nada”.

(Publicado en la edición Nº 488 del lunes 10 de agosto del ´98)




Niños desaparecidos

El ojo de la tormenta

Un medico opina sobre la situación de sus colegas y su asociación en relación a los casos de sustracción de menores durante el proceso.

El ojo que tú ves
No es ojo porque tú lo ves
Es ojo porque te ve.

(Antonio Machado)


Nuestro distrito se encontraba en el ojo de la tormenta en los años horrendos que se vivieron durante la dictadura más cruel que registra la historia argentina.

El asalto realizado el 24 de marzo del ‘76 por la banda armada encabezada por Jorge Rafael Videla, implementó desde las estructuras del estado, entre otros objetivos, un plan perfectamente elaborado para el secuestro, asesinato y desaparición de personas.

La tormenta se desató con una fiereza inusual, cínica, perversa, incalificable de tan horrorosa.

¡Tan horrorosa!, que hoy, el horror se espanta al recordarla.

¿Por qué estábamos en el ojo de la tormenta?

Sin dudas por la presencia dominante entre nosotros de Campo de Mayo y su Hospital.

Tormenta furiosa, implacable, pero que devastaba selectivamente. Que llevó a cabo uno de los aspectos más denigrantes del horror vivido por seres humanos en todos los tiempos. La desaparición de niños nacidos en cautiverio.

El Hospital Militar de Campo de Mayo actuó también como maternidad, allí se realizaban los partos y/o cesáreas de las detenidas, que luego de "parir" eran desaparecidas.

Desaparecidas las madres estaba perfectamente reglamentado el reparto de los hijos, como botín de guerra.

Hoy, por el esfuerzo inclaudicable de las "Abuelas de Plaza de Mayo, que primero fueron "Madres", muchos de esos "Hijos" fueron recuperados y viven con sus familias biológicas.

En el ojo de la tormenta de Campo de Mayo, y sobre todo en su Hospital, infinidad de personas sabían y algunas eran cómplices, por acción o por omisión.

¡El ojo se cerró y nadie vio nada!

El ojo de la tormenta que miró a los niños que nacían en cautiverio, se los llevó y quiso borrar su historia. Pero ignoraba que la historia se reconstruye paso a paso y que el ADN no se borra tan fácilmente.

Nuestra Institución nunca dijo nada al respecto.

Ni antes ni después de este rebrote moral que significan las recientes investigaciones que involucran a un grupo de Profesionales socios de nuestra entidad.

Se continuó como en plena tormenta, no diciendo nada.

El silencio fue lo normal

¿Puede seguir siendo lo normal?

La tormenta pasó y el ojo no vio nada.

Lo anormal entonces era que un grupo de "locas" giraran en la Plaza reclamando por sus hijos.

En plena tormenta y muchos ojos mirando.

Hoy tengo la Responsabilidad Dirigencial de la Asociación Médica de General Sarmiento y, desde esa responsabilidad, no puedo, ni debo, ni quiero dejar pasar por alto esta omisión que no le hace ningún bien a nuestra Institución, ni a los colegas que pudieran verse involucrados en estos hechos aberrantes.

Lo normal hoy, lo moral hoy, lo ético hoy es encontrar la verdad y contribuir a difundirla.

Hay algunos colegas a quienes, los medios de comunicación, pusieron en tela de juicio su honorabilidad.

No pensamos, no queremos creer, no esperamos responsabilidad de los mismos.

Espero que en tiempo muy breve la justicia pueda expedirse con la más amplia colaboración de los colegas involucrados y las Instituciones Médicas que los agrupan y se aclare su situación.

Si el fallo fuera favorable (todos ansiamos que así sea), una alegría infinita se adueñará de mí y seguramente de toda la comunidad en general y, en forma especial, de la Asociación Médica de General Sarmiento.

Pero también digo que si se comprueba en forma fehaciente su responsabilidad, con la angustia y el dolor cargados en aquellos tiempos, bregaré para que la Institución actúe en consecuencia.


Doctor Domingo Grande
Secretario General de la Asociación Médica de General Sarmiento


(Publicado en la edición Nº 503 del lunes 14 de setiembre del ´98)

 

Un juez estaría implicado en una causa

También quedaría involucrado el medico que habría firmado el acta de nacimiento de uno de los hijos del mayor medico Norberto Bianco

Según denunció Alba Lanzilotto, secretaria de Abuelas de Plaza de Mayo, la ex esposa del juez Aníbal Olivieri -titular del juzgado en lo Criminal y Correccional Nº 4 de San Martín-, reconoció que nunca estuvo embarazada de sus dos hijos (un varón y una nena) y que su marido habría falsificado las actas de nacimiento.

El tema surge de una investigación realizada por el noticiero “24 horas” de canal 9, y establece que Olivieri se habría apropiado de dos chicos nacidos en el hospital militar de Campo de Mayo durante la época de la dictadura.


Partida

También allí destacan que en la partida de nacimiento de la hija estaría la firma del médico Carlos Raffinetti, acusado de suscribir el certificado de uno de los hijos del mayor médico Norberto Bianco, detenido en la cárcel de Caseros denunciado por la sustracción de menores en la década del ‘70 y por la que termina detenido allí el ex general Jorge Videla.

La partida de la chica está fechada el 24 de febrero de 1978 y figura como nacida en el domicilio de la familia Olivieri (Migueletes 576). Un tema que también salió a la luz a través de estas investigaciones y que dan cuenta de médicos de la zona que firmarían partidas como si los partos hubiesen sido realizados en los domicilios y no en centros de salud.


Vecinos

Lanzilotto destacó que en la causa que se abrió en su momento y en la que intervino la jueza federal María Servini de Cubría, Olivieri admitió conocer al doctor Raffinetti porque fueron vecinos del mismo barrio y que las actas de nacimiento eran falsas.

El magistrado fue sobreseído por su colega, dado que las pruebas de ADN realizadas a los hijo no concordaron con los de la familia Mendoza-Segarra, de quien se suponía podrían ser nietos. Aunque el sobreseimiento fue provisorio porque no se podía descartar la posibilidad de la apropiación.

Esto motivó que Abuelas pidieran un nuevo cruce de genes con las familias más cercanas que tenían nietos por nacer, pero el juez presentó a la supuesta madre natural, pero aun el verdadero origen de los chicos no se esclareció.


Silencio

La Hoja, por su parte, intentó dialogar en varias ocasiones con el doctor Carlos Raffinetti, solicitando entrevistas telefónicas a la Clínica Del Buen Ayre de Bella Vista, donde se desempeña en el área de obstetricia.

Durante una semana una recepcionista se encargó de tomar el nombre del periodista y el teléfono del medio porque, supuestamente, el doctor se comunicaría con nosotros. Sin embargo, anteayer una interlocutora de la clínica informó que Raffinetti no haría ningún tipo de declaración a los medios.



Firmada

A partir de las investigaciones que distintos medios realizan en relación a la sustracción de hijos de desaparecidos, se habría encontrado una orden escrita del ex presidente de facto Roberto Viola, donde establecía qué hacer con los niños y bebés tras los operativos de represión efectuados por los grupos de tareas de la dictadura.


Vacaciones

El juez Aníbal Olivieri fue víctima de una golpiza en su vivienda de Gaspar Campos 2593 de San Miguel, en enero último, cuando tres delincuentes entraron al domicilio presuntamente con intenciones de robo.

Los golpes los habría recibido al intentar evitar que uno de los malvivientes violase a su hija -por la que surge esta denuncia (ver nota central)-.

Allí sufrió lesiones en la región frontal, parietal y occipital izquierda, cortes en el cuero cabelludo, hundimiento en la región malar derecha, fractura del hueso malar y traumatismo torácico izquierdo.

(Publicado en la edición Nº 467 del lunes 22 de junio del ´98)