Testimonios

La Sombra de Campo de Mayo

 

 

Marcelo Parrilli

“Hay que marcar a fuego a esos hipocritas”

Es el abogado que lleva las causas contra Astiz, Vergez, Etchecolatz, Massera y Acosta. Tras lo ocurrido en Diputados, cree que la Obediencia Debida y el Punto Final no se van a derogar.


- ¿Era previsible que se frustrara el debate sobre las leyes de Obediencia Debida y Punto Final?
- Me parece que el Justicialismo, el Frepaso y la UCR buscaron distintos ángulos para no tratar la ley, de manera que creo que esto no va a ser tratado. Lo rescatable es que la mayoría de la población está a favor de la derogación y anulación de estas leyes y eso significa la posibilidad de volver a juzgar a los responsables y ejecutores de los crímenes durante la dictadura.

- Una diputada radical nos manifestó en una entrevista que eso jurídicamente es imposible...
- Esa es una posición política traducida jurídicamente. En primer lugar hay que decir que la derogación para nada es absurda. Derogarlas para que no tengan ningún efecto práctico es un absurdo lógico, pero es perfectamente posible que tengan efecto jurídico. El ejemplo más claro es la ley de autoamnistía que promulgó la dictadura militar el 22 de septiembre del ‘83, que tenía de por si sola el mismo efecto que las leyes de Punto Final, Obediencia Debida y los Indultos todo junto. Esa ley se derogó y se declaró nula y no porque fuera dictada por un gobierno de facto, sino porque garantizaba la impunidad para autores de crímenes aberrantes y delitos de lesa humanidad.

De manera que se podría volver a hacer, porque no cambió la situación jurídica del país, pero sí cambio la situación política. Lo que dicen los radicales no me extraña porque ellos motorizaron estas leyes.

- ¿A qué instancia volverían los casos que usted patrocina?
- Habría que reiniciar los procesos que estaban en curso y seguir de acuerdo a la etapa en que estuvieran los juicios, siempre con grandes problemas porque además de estas dos leyes, siempre hubo muchas limitaciones jurídicas que garantizaron la impunidad de los militares.

Acá partimos mal desde el momento en que se juzga a los autores de un genocidio con el mismo Código con que se juzga a los ladrones de gallinas.

- ¿En que instancias estarían los casos Vergez, Etchecolatz, Walsh y el de las monjas francesas?
- El de Walsh y las monjas están en la Cámara Federal, que ahora lo único que está haciendo es investigar qué pasó con ellos, pero sin sanciones penales de por medio. De derogarse estas leyes la Cámara tendría que reabrir la investigación para averiguar quienes fueron los responsables de lo que les pasó.

Vergez, por ejemplo iría preso. Etchecolatz aun no, pero estaría en camino porque la cantidad de pruebas que hay contra él es enorme. Es el responsable número uno después de Camps.

Astiz, por el caso de las monjas, recibiría una condena de la misma manera que ya fue condenado en Francia. En cuanto a Walsh, habría responsabilidad de Massera, Acosta y habría que determinar si Astiz intervino en el secuestro.


Derogación

Parilli consideró que no había grandes expectativas de que se anularan las dos leyes.

“No creo que deroguen la Obediencia Debida y el Punto Final, por eso hay que marcar a fuego a estos hipócritas y oportunistas políticos del radicalismo, el Frepaso y el PJ que jugaron una vez más con los sentimientos más nobles de la gente”, manifestó el abogado Marcelo Parilli, luego de presenciar el frustrado debate en la Cámara de Diputados.

No obstante, consideró que “nadie tenía demasiadas expectativas” de que las leyes fuesen derogadas y consideró de “canallesco” el accionar de los legisladores.

Por otra parte reconoció como “burrada jurídica” la intención de la UCR de modificar el artículo 514 del Código de Justicia Militar tipificando la Obediencia Debida porque “la obediencia ciega jamás fue causa de eximición penal” y agregó que “desde la época de San Martín se sabe que las órdenes ilegítimas no tienen que ser obedecidas”.

Aseguró que esa fue una excusa “de décimo orden” para que el PJ alegara que ese tema no estaba en el Orden del Día y que no lo iban a votar, dándole pie al radicalismo para no bajar al recinto.

Por último, Parilli expresó su repudio “a esta parodia del Congreso” y consideró que este “es un ejemplo bastante claro de cuál es la naturaleza de esta unión”, en relación a la conformación de la Alianza.

(Publicado en la edición Nº 411 del viernes 6 de febrero del ´98)

 

 


Hebe de Bonafini

“Aca se asesinó, se torturó y se violó”

En Campo de Mayo, mientras el juez allanaba el Comando de Institutos Militares

- ¿Por qué vinieron las Madres a Campo de Mayo?
- Vinimos a reivindicar a nuestros hijos en este lugar tan siniestro, a decir que no están muertos, que están más vivos que nunca; no son cadáver, los milicos son cadáver, nuestros hijos viven en cada uno que lucha y pelea. Vinimos a cortar la entrada para que los policías y los militares no puedan pasar y tengan que dar la vuelta, entró el juez. Como siempre, no estamos de acuerdo con la exhumación ni con la reparación económica, pero tuvimos la necesidad de venir con Marito Santucho, a acompañarlo y a gritar con toda la fuerza que tenemos que nuestros hijos están más vivos que nunca, mientras ellos están más muertos que nunca. Ellos nunca pensaron que la historia de este país se iba a escribir así y tampoco pensábamos que después de 21 años de burla y de ser tan reprimidas en este lugar, íbamos a venir a gritarles que viva la revolución.

- ¿Por qué es tan importante el Comando de Institutos Militares?
- Es un lugar de muerte, un lugar de muchísimo poder, de mucha cobardía y de mucha tortura, un lugar donde creyeron que iban a poder con todo. Secuestraron a nuestras madres, a nuestros hijos, y sin embargo hoy nosotras estamos aquí, diciéndoles presente a nuestros hijos, a nuestras madres y a los pibes jóvenes que luchan, para que sepan que las madres estamos dispuestas seguir peleando con ellos, con la misma dignidad de siempre. Acá se asesinó, se torturó, se violó, se enterró, en estos inmensos campos, como en la Escuela de Mecánica de la Armada y como en tantos lugares de la Policía, el Ejército y de la Marina, que se convirtieron en esto. Los tiraron de los aviones, los enterraron abajo de las autopistas, los quemaron y no pudieron con ellos, porque viven, están en cada lugar a donde vamos. Por eso les podemos gritar asesinos, con toda la boca que tenemos.

- ¿Tienen esperanzas de que aparezcan los restos de Santucho?
- No importan los restos, porque donde hayan caído son otra cosa, no son los restos de nuestros hijos, nuestros hijos están mucho más allá, mucho más lejos. Es lo mismo que Cabezas, yo dije: 'José Luis, seguro que vos vas a poder sacar una foto de Menem, Yabrán y Massera juntos, pero por eso no te van a poder matar, porque estás tan alto y tan metido en el corazón de todos'. Es lo mismo que nuestros hijos, ya no los pueden matar, están mucho más allá y mucho más lejos, pero más cercanos a nuestros corazones.

(publicado en la edición Nº 417 del viernes 20 de febrero del ´98)

 



Represión

La fabrica del miedo

Un obrero relata la experiencia en la fábrica Ford durante el Proceso.

Daniel Hagelin, ex concejal de San Miguel y empleado de la subsecretaría de Trabajo, trabajó en la fábrica automotriz Ford durante la dictadura. "Entré a trabajar en el '78 y el predio estaba copado por militares", relató Hagelin a La Hoja el mismo día que el CTA presentaba, en España, denuncias contra empresas que colaboraron con la represión militar. 

- ¿Había militares en la fábrica Ford durante el Proceso?
- Había una gran presencia militar adentro del predio, de hecho el área de deportes, donde estaban las canchas de fútbol, tenis, quinchos y vestuarios de los obreros, era el cuartel de los militares; los trabajadores tenían vedado el acceso a ese sector. Pero además de eso nuestros comedores de planta tenían un horario para que fueran a comer los militares destacados en el lugar, incluso había chicos que hacían el servicio militar en la fábrica, como si fuera una unidad más. No puedo decir que había un regimiento, pero había más de cien personas afectadas, por lo menos una compañía militar había en la fábrica, y no fabricando autos precisamente.

- ¿Para qué estaban allí?
- No cumplían tareas de seguridad de las instalaciones, de eso se ocupaba la propia empresa, sino que tenía la tarea específica de represión. Los militares actuaban a pedido de la gerencia, que tenía su voz cantante en un tal Galarraga, gerente de Relaciones Institucionales. No podemos decir que los militares mandaban a los trabajadores, sino que estaban para algún caso de reclamo salarial o reclamo gremial que se llevara adelante. La dirección de la empresa era pro militar. Fue famosa la situación que vivió la comisión interna que sufrió el golpe, que meses antes de la caída del gobierno de Isabel tuvo una discusión con Galarraga, quien les dijo textualmente: "Yo con ustedes no discuto más, y a partir de ahora denle mis saludos a Camps". Nadie sabía quien era el tal Camps, quien luego del golpe aparece como jefe de la policía de la provincia de Buenos Aires, y llegó a desaparecer a dos miembros de esa comisión directiva.

- ¿Hubo desaparecidos entre sus compañeros?
- En una oportunidad, en el '79, hubo una petición escrita por el área de matricería que solicitaba una recategorización y aumento del sueldo. Por la noche, yo estaba presente, nos visitó una compañía de militares, revisaron nuestros cofres, y se llevaron a algunas personas que tenían panfletos o copias de la petición. Al otro día hubo una mayor presencia militar, como queriendo atemorizar al personal. Las personas que fueron llevadas luego figuraron como despedidas, no me consta que hayan sido desaparecidas, aunque no volvieron a trabajar, ni yo los volví a ver nunca más. Se decía que al ser detenidos fueron trasladados al complejo deportivo, donde estaba el destacamento militar, pero nunca pude comprobarlo.


Trabajo

Condición infrahumana

Las jornadas laborales en tiempos del Proceso.

Daniel Hagelin recuerda los días de trabajo durante la dictadura militar dentro de la fábrica Ford, en General Pacheco. "La jornada era casi de esclavitud. Yo estaba en el área de prensa y balancines, que es una de las más duras de la fábrica por el tipo de trabajo, dentro de la planta de estampado, que es donde hacen el chaperío del vehículo. Las prensas eran de cuatro por cuatro metros, y para realizar la tarea no hacía falta intelectuales sino personas con mucha fuerza física. En esa parte el trabajo era casi infrahumano, y los primeros reclamos en democracia fue mejorar las condiciones del obrero en esa área".

En relación al salario percibido en aquella época sostuvo: "Siempre los empleados de Ford, que en aquel entonces eran 12.000, tuvieron buenos sueldos, y entre las terminales automotrices era la primera o segunda. Pero durante el Proceso el salario era magro, ocupaba el séptimo u octavo lugar; se mejoraron las condiciones luego del '83"


Falcon verde

Como dato para marcar la connivencia entre la empresa y el Ejército recordó: "En el '80, cuando se empezó a construir la nueva planta fabril que incluía el proceso de cataforesis, los helicópteros del Ejército ayudaban a trasladar los paneles de la actual planta de camiones".

"Se cae de maduro que había excelentes relaciones entre la multinacional y el gobierno militar, de allí a obtener modelos Falcon para los operativos había un solo paso", señaló al recordar el modelo de auto que usaban los militares para sus operativos de represión.


Denuncia

Connivencia empresarial

El CTA presentó los casos ante la justicia española.

El lunes, la Central de Trabajadores Argentinos presentó una denuncia ante el juez español Baltasar Garzón, donde señalan la connivencia entre empresas y militares en la tarea de represión. La central obrera opositora presentó una lista de 9000 trabajadores desaparecidos en aquella época. 

Entre las empresas acusadas se encuentran Acindar, Ingeniero Ledesma, Hospital Posadas, Astilleros Astarsa y Mestrina. El caso de Ford apareció en el informe 'Nunca Mas' de la Conadep, donde dos miembros de la comisión directiva del '76, Adolfo Sánchez y Juan Carlos Amoroso, figuran desaparecidos. Los operativos y secuestros de decenas de trabajadores era algo cotidiano en los primeros años del Proceso. También se menciona a Galarraga, gerente de Relaciones Institucionales de la misma empresa, un personaje que habría cumplido el rol de colaboracionista a destajo.

Casos de cinismo se vieron en empleados que fueron detenidos dentro de la fábrica, estuvieron desaparecidos por algún tiempo, mientras la empresa les mandaba telegramas donde se los acusaba por 'abandono de tareas'.

Los libros 'Las organizaciones sindicales y el poder militar' de Alvaro Abós y 'Dossier Secreto' de Martín Andersen, describen la situación que se vivió en algunas empresas argentinas.

(Publicado en la edición Nº 428 del miércoles 18 de marzo del ´98)

 



Alberto López Camelo

“No estoy a la altura de los desaparecidos”

La experiencia de los municipales tras el golpe de Estado, relatado por uno de los sobrevivientes.

- ¿Cómo vivieron el golpe de Estado?
- Hasta el 24 de marzo de 1976 era concejal de la Alianza Popular Revolucionaria en General Sarmiento, una conjunción de fuerzas que integraban el Partido Intransigente, el Demócrata Cristiano y el Partido Comunista. A los dos días me citaron los militares para entregarles las pertenencias del concejo deliberante y luego solicité volver a mi trabajo, que era como portero del hospital Larcade.

Pero el 2 abril, mientras hablaba Martínez de Hoz al país explicando las bondades del plan económico, se producen una serie de allanamientos masivos deteniendo a mi esposa, Elsa Roja, Fortunato Quiroga, hermano del actual Secretario General del Sindicato de Municipales, otros eran Sica, “Lalo” Grenón, el doctor Rubén Vizzo y Salvi, que los militares, confundidos, se llevaron al hermano mellizo que no era a quien buscaban.

- ¿ A usted no lo llevan?
- Por esas circunstancias de que no nos encontrábamos en nuestros domicilios, nos salvamos Salvi (el que buscaban), yo y otros compañeros.

- ¿ Desde dónde los llevaban?
- En muchos casos desde sus lugares de trabajo. En el caso de mi esposa desde la cocina del hospital, porque ella trabajaba allí. También se llevaron a Tomás Quintero, que hoy está desaparecido, a Daniel Treinta, Ríos y otros más. Los municipales tuvimos una experiencia amarga con las medidas que tomaron los militares.

- ¿Adónde los llevaron?
- Estuvieron detenidos casi un mes en la Comisaría de San Miguel. Yo me presenté ante las autoridades militares, después que liberaron a mi esposa y estuve varios días detenido.


La segunda

- Hubo otro secuestro...
- Sí, un año después me secuestran a mí y a mi esposa en un operativo que sembró el terror en varios lugares de San Miguel y José C. Paz, porque hicieron una ostentación extraordinaria de vehículos y armas.

- ¿Supieron a dónde los llevaron?
- Suponemos que en alguna dependencia de Coordinación Federal. Nos tuvieron 10 días.

- ¿Los torturaron?
- Sí. Hubo mucha tortura psíquica, como hacernos escuchar conversaciones entre ellos donde manifestaban que habían reventado a mi hijo, o que iban a hacer con nosotros durante la noche, o al otro día.

- ¿Pudieron volver a sus lugares de trabajo?
- No. nos aplicaron una ley de Prescindibilidad y nos dejaron cesantes a todos, y había que cuidarse porque si ellos consideraban que podíamos estar incluidos en el artículo 7º, te acusaban de subversivo, no cobrabas ninguna indemnización y te echaban del trabajo.

- ¿Lo marcó mucho esta experiencia?
- Creo que hemos tenido suerte, primero porque estamos vivos, segundo porque pude sobrevivir haciendo todo tipo de cosas, gracias a varios amigos que me dieron una mano. No puedo ponerme a la altura de otros compañeros que fueron torturados con mayor saña y hasta asesinados. Yo rindo homenaje a esos compañeros, lo nuestro fue un episodio lamentable que se inscribe dentro del terrorismo de Estado de ese momento, pero no quiero ponerme a la altura de compañeros que estuvieron años presos o que aun están desaparecidos.


Municipales

Arreglos y batidas

Luego del golpe de Estado del ‘76, el Sindicato de Trabajadores Municipales de General Sarmiento, sufrió el cese de varios de sus miembros.

Sin embargo, el por entonces -y durante un extenso período- secretario general, Francisco Carosio, no fue destituido de su cargo al igual que otros que acompañaban su gestión y, se presume, arreglaron con el gobierno militar comunal.

Carosio siguió al frente del gremio durante todo el gobierno de facto y durante 10 años más del período democrático. En distintos medios él manifestó que también fue detenido por los militares, pero se trató de 30 días de arresto por unas declaraciones que habría formulado contra la guerra de Malvinas.

“Acá hubo un personaje que siempre fue buchón de los servicios de informaciones, que considero fue el responsable de nuestros secuestros”, comentó López Camelo, aunque no quiso decir de quién se trataba “por respeto a su familia”.

No obstante, se presume que se trataría del hermano del dirigente radical Luis Rábago, de quien distintos comentarios lo señalarían como colaborador del gobierno de facto.

(Publicado en la edición 431 del miércoles 25 de marzo del ´98)

 



Guillermo Nano

Los abogados y la dictadura

La trama de las negociaciones por detenidos y desaparecidos.

Guillermo Nano fue presidente de la Federación Argentina de Colegios de Abogados, entre 1973 y 1977. “La profesión ya tenía sus problemas, pero nunca los problemas fueron de la magnitud que tuvieron después del 24 de marzo de 1976”, recordó.

En abril de 1977, se entrevistó con el entonces presidente de facto, Jorge Rafael Videla y le espetó: “Presidente, los abogados argentinos creemos que a los enemigos políticos no se los puede hacer subir a un avión y cuando están a 4.000 metros sobre el río hacerlos bajar”.


Abogados de abogados

Nano afirma que durante el peor momento hubo unos 40 abogados desaparecidos y otros tantos detenidos. “Todas las semanas íbamos a hablar con el general Harguindeguy, ministro del Interior, y llevábamos nuestras listas de abogados desaparecidos y presos, pero lo que podíamos hacer era muy limitado”, señaló.

Los abogados generalmente eran secuestrados cuando solicitaban un hábeas corpus por algún desaparecido: “Cuando pedimos una explicación se nos dio una lista donde estaban algunos abogados, de los desaparecidos decía que no había noticias y de los detenidos decía ‘por su vinculación con el terrorismo’, de dónde salía eso nunca se supo, en muchos casos por el ejercicio de la profesión”.

“Se vivían momentos muy difíciles, la justicia no se movía y los hábeas corpus no se trataban, porque los jueces tenían miedo”, recordó. “La decisión de la FACA era seguir subsistiendo en la medida que se pudiera, había que tocar todos los timbres que fueran posibles”.


Postales del infierno

Nano recordó varios casos aberrantes, algunos que datan desde antes del golpe de Estado, como el fusilamiento de un grupo de abogados en Chivilcoy en diciembre de 1975.

Más tarde, una bomba destruyó íntegro el edificio del Colegio de Abogados de Tucumán. “En Mar del Plata secuestraron a cuatro abogados, uno de ellos era un profesor de derecho constitucional muy prestigioso que apareció muerto en el baúl de su coche. Fuimos todos y cuando había que reconocer el cadáver, le avisamos a la familia que no fuera, porque corría riesgo; fue el presidente del Colegio de Abogados de Mar del Plata a la morgue”, recordó.

“Había un colega por el que la mujer bregó ante la Iglesia para que lo dejaran en libertad. Alguien advirtió que quedara en Olmos, porque ahí estaba seguro; pero salió, lo levantaron a las dos cuadras y lo mataron”.


Volver al ‘76

El abogado no cree que se pueda volver a lo que vivió la Argentina durante la dictadura: “Creo que estamos lejos de eso, pero tenemos que seguir con este sinceramiento. Las críticas que merezca el terrorismo de Estado están bien, sancionemos a los Massera, pero las fuerzas armadas de la Argentina son nuestras y creo que no hay posibilidades de que el Ejército vuelva a lo ocurrido en el ‘30, el ‘43, el ‘55, el ‘62”.

Pero también advirtió: “El país diseñado en este momento es un país de corrupción y de injusticia, donde tres o cuatro millones de argentinos viven bien y el resto no cuenta. Esa exclusión puede ser un caldo de cultivo peligroso para reacciones”.



Hablando con el diablo

Nano, los abogados y el diálogo con un gobierno de facto.

- ¿Por qué reconocieron como tal a un gobierno ilegal?
- Frente a la falta de la fuerza física para hacer una sublevación armada, para defender la constitución y las leyes con nuestros cuerpos, a la hora de tratar de salvar una vida había que hacer lo posible, que hoy puede parecer indecoroso. 

"Llamamos leyes a las que sancionó un ejecutivo sin congreso y a los jueces que no eran nombrados por la Constitución les decíamos señor juez. La mayoría de los gremialistas tenían diálogo con el gobierno militar y al ministro de Trabajo de facto le decían señor ministro y muchos políticos estaban en la primera línea de batalla, pero otros estaban escondidos debajo de la cama.

"Uno decía que iba a hablar con el intendente, cuando era un tipo puesto a dedo por el gobernador, puesto a dedo por un presidente que se había puesto por la fuerza. 

"Hay una franja donde todos tenemos una parte de responsabilidad, porque el periodismo no se ejercía como ahora, ni la profesión de abogado o la actividad política y gremial. Pero no critico al que para darle de comer a sus hijos un día se tuvo que poner el luto por Evita y otro día tuvo que jurar por el Estatuto.

(Publicado en la edición Nº 432 del viernes 27 de marzo del ´98)

 



Hijos de desaparecidos

“Era imposible usar la palabra abuela”

El actual decano de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, doctor Andrés D’Alessio, presidía la Sala II de la Cámara de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal en 1984 cuando concedió la restitución de la niña Paula Eva Logares a su abuela biológica. Fue la primera restitución judicial de la hija de una desaparecida por el gobierno militar. D’Alessio, que siempre residió en Hurlingham, fue miembro del tribunal que juzgó a las Juntas Militares en 1985.

- ¿Cuáles fueron los pormenores de la restitución de Paula Logares?
- La causa comenzó en el juzgado federal Nº 1 a cargo del doctor Juan Fégoli donde medió la restitución. A mi juicio fue pedida un poco apresuradamente porque coincidía con el día del niño y se les ocurrió que era una buena forma de festejarlo. Como se produjo la denegatoria, la abuela, Elsa Pavón de Aguilar apeló a la Cámara, mientras tanto el juez en primera instancia dictó la prisión preventiva de Ruben Lavallén y Teresa Leiro (el policía retirado y la mujer, que tenían a Paula), eso fue importante porque antes de la prisión preventiva es muy difícil tomar otro tipo de medidas precautorias como es el cambio de tenencia de la menor.

- ¿Entonces se sumaron dos trámites judiciales?
- Claro, se sumaron la apelación de la abuela por la tenencia y la de los Lavallén a la prisión preventiva. En ese momento se empezaba a conocer la prueba de ADN, así que no la teníamos, pero era abrumadora la prueba de que Paula no era hija de Leiro. Aunque ella había viajado al interior y había vuelto con la chiquita, tuvimos testimonios recibidos en La Pampa, donde Leiro residió, de que no había estado embarazada.

Por otra parte había una cantidad de indicios importantes de que debía ser hija de una pareja que fue secuestrada en Uruguay y entregada aquí. Este tema estaba muy claro para confirmar la prisión preventiva.

- ¿Y en el caso de la restitución?
- Hasta ese momento no había antecedentes de que se hubieran concedido restituciones, por eso los camaristas consultamos al cuerpo técnico de la Cámara y además, cada uno de nosotros, buscamos un psicólogo para que opinara acerca de esto. A pesar que había una gama de posiciones diferentes ante este tema de gente que era más bien de derecha, todos coincidieron en que si la menor no era restituida o, por lo menos, no se le decía la verdad antes de que llegara a la pubertad, era casi seguro que en la adolescencia iba a hacer una crisis psicótica. Por otra parte era imposible decirle la verdad y dejarla con los tenedores que negaban esa verdad y de cuya admisión o no a la prueba de ese secuestro, dependía que quedaran en libertad o siguieran presos.

- ¿Por qué se toma la decisión de restituirla?
- Después de meditarlo bastante profundamente el 13 de diciembre del ‘84 citamos a los procesados con la chica y les notificamos la confirmación de la prisión preventiva y la disposición de entregar a la menor. Esto produjo un altercado y una actitud muy dura de Lavallén y casi el desvanecimiento de la mujer.

- ¿Quién se encargó de hacer la restitución?
- Los peritos de la Cámara habían elegido al doctor Ledesma, pero ante estos hechos él se retiró y me tocó a mí reemplazarlo sin haber tenido ninguna preparación previa. Alrededor de las 11.30 empezamos la tarea con la chiquita.


La foto

- ¿Cómo reaccionó Paula?
- Fue una situación muy difícil, porque le habían hablado mucho en contra de esta posibilidad. Era imposible usar la palabra “abuela” porque se ponía muy exitada, y descubrimos que si decíamos ‘la mamá de tu mamá’ esto era más fácil. La chica era muy inteligente y negociaba cuándo y cómo ver a la abuela que luego entró, aunque el que equilibró las cosas fue el marido de ella, en el que Paula enseguida confió.

- ¿Cuándo aceptó a la abuela?
- Paula se movía de tal manera que siempre entre la abuela y ella hubiera unos dos metros de distancia. En un momento dado la abuela sacó una foto y le dijo que era de ella cuando era chiquita. Paula fue a verla y la asistente social de la Cámara le puso un espejito al lado, allí le hice una seña a la abuela y se fue acercando.

- ¿Qué tiempo duró todo esto?
- Horas. Empezó a las 11.30 y terminó a las cinco de la tarde. Pero lo que me sorprendió en relación a la foto es que Paula hizo una observación que me dejó helado, dijo: ‘esta es una foto muy nueva para ser de cuando yo era chiquita’ y tenía razón. Pero la abuela le explicó que se trataba de una ampliación que había hecho la semana anterior, porque sabía que ese día la iba a ver. Incluso, le mostró la boleta de la casa de fotos. Allí empezó a tomar confianza con la abuela.


Corolario

Paula Eva Logares se fue de los tribunales, junto con su abuela, a las 17 del 13 de diciembre de 1984, justo un año después de que se iniciaran las acciones legales para su restitución ante el juzgado de instrucción Nº 9 del doctor López Correa, quien no concedió las medidas cautelares.

El 20 de diciembre del ‘83 el expediente pasa al juez Juan Fégoli y el 3 de agosto del ‘84 éste desestima la restitución, que luego es concedida por D’Alessio. Paula nació el 19 de junio de 1976 y fue secuestrada junto a sus padres -que parmenecen desaparecidos- el 18 de mayo de 1978.



Restitución

La evolución de paula junto a su abuela. Los cambios físicos y psicológicos de una nena que se reencontró con su pasado:


Los patines

Cuando el doctor D’Alessio fue a la casa de la abuela de Paula en Banfield, para hacer el seguimiento de su estado, se encontró que siempre andaba en patines y el psicólogo de ella decía que era una forma de distanciarse de todo. “Un día cercano a la Navidad -relata el ex camarista-, me llama a casa el psicólogo, Roberto Sevilla, para decirme que Paula se había sacado los patines”. Después no los usó más.


Desarrollo

Algo que llamó mucho la atención de todos, fue que Paula tenía un desarrollo óseo de la edad ficticia y no de la real -los apropiadores habían anotado su nacimiento en el momento del secuestro, cuando tenía casi 2 años, borrándole su identidad original-. Al año siguiente de la restitución recuperó la diferencia. “Ahí se comprobó que su salud dependía de reencontrarse con su historia, con su verdadera identidad”, apuntó D’Alessio.


Visitas

La Cámara fijó un régimen de visitas entre Paula y los Lavallén, que fue considerado esencial por los camaristas que entendían que no podía ser entregada abruptamente a la familia original, tras 6 años de vivir con los apropiadores. “En la primera entrevista en el despacho del juez Juan Fégoli, al año de la restitución, cuando Ruben Lavallén la quiso saludar, Paula le dijo: ‘si querés que te salude decime dónde están mi papá y mi mamá”, contó el ex camarista. Después de esto, los Lavallén nunca más insistieron en la restitución de Paula.




El arma

D’Alessio recordó un hecho anecdótico en relación a Lavallén y así lo relató:


“Justamente la noche anterior (a la citación para restituir a Paula) yo pensaba: seguramente este hombre va a estar armado ¿lo palpamos antes de entrar o no?, me pregunté. Y me pareció que eso era demostrarle que le temíamos miedo. Lo consulté con los doctores Valerga Aráoz y Ledesma y los tres opinamos que no. Luego, en el momento de la discusión con Lavallén, este dice ‘yo no soy un hombre violento, nunca le he pegado a nadie. Señor secretario tenga mi arma’, y ahí sacó el arma y se la entregó al secretario.


La detención de Videla

En relación a la detención del ex dictador, ordenada por el juez Roberto Marquevich, Andrés D’Alessio opinó: “Esto confirmó que el juicio y la condena a las Juntas era la única forma de resolver civilizadamente esta situación. Toda esta resurrección de los hechos después de 22 años, se produce como consecuencia directa del indulto dispuesto por el presidente (Carlos) Menem. 

“No entiendo por qué Marquevich pega el salto hasta Videla y no procesa a los escalones intermedios. Es una circunstancia que hace pensar que no fue una decisión muy objetiva”.

(Publicado en la edición Nº 480 del miércoles 22 de julio del ´98)

 



Luis Rábago

“Caminamos distintos ideales”

El dirigente radical se despegó de su hermano y aclaró la actividad que desarrollaba cada uno durante la dictadura militar.

“Me hubiese gustado estar en una nota en La Hoja reivindicando los valores morales que tuve durante toda mi vida, el ideal democrático que me llevó a estar donde estoy hoy y el respeto que he tenido por la familia y el derecho de todas las personas de nuestro país”, dijo Luis Rábago, tras haber sido mencionado como el hermano de un integrante de Inteligencia del Ejército que actuó durante la dictadura militar (La Hoja Nº 431).

En la multipartidaria que se creó para gestar el regreso de la democracia, Luis Rábago integró la Comisión de Derechos Humanos. También fue detenido por el gobierno militar, siendo llevado del restaurante La Positiva de San Miguel (Alem y Belgrano).


Colaborador

Destacó que con su hermano Raúl: “caminamos distintos ideales de vida”. Incluso la situación generó una pelea entre ambos que ya lleva más de 20 años.

Raúl perteneció a la Gendarmería Nacional, prestando servicio en el servicio activo de Inteligencia del Ejército: “todo San Miguel sabe que él tenía una actividad de Inteligencia dentro del distrito”, apuntó Rábago y aclaró “de mi larga familia radical, el único integrante de un servicio de inteligencia fue mi hermano”.

En tal sentido recordó que su padre, que también era gendarme, fue dado de baja por no ponerle luto al sable cuando murió Eva Perón.


Detenido

La detención de Luis Rábago se produjo una noche mientras tomaba un café en La Positiva: “estaba comentando con otros correligionarios el trabajo que hacíamos con el doctor Emilio Mignone, con quien integraba una Comisión de Derechos Humanos en la Universidad de Luján”, relató el dirigente radical y continuó “no sabía que en una mesa detrás mío cenaba la custodia del general Harguindeguy (por ese entonces ministro del Interior de la Nación), que se estaba atendiendo en una clínica de la zona, ahí mismo me detuvieron y me llevaron a la comisaría de San Miguel”.

En la mesa de Luis Rábago estaba el doctor Martínez Sosa que se encargó de sacarlo. Sobre ese hecho recordó: “él tenía miedo que me llevaran a Campo de Mayo y me dijo ‘Luis, si te llevan a Campo de Mayo no sé si aparecés’. Después de ese episodio estuve un año sin salir de mi casa”, concluyó el dirigente.



Todo servicio

Algunos militantes del Partido Comunista (PC), que solicitaron mantener resguardada su identidad, comentaron a La Hoja que, en los años de plomo Raúl Rábago solía deambular por San Miguel haciendo ostentación de estar fuertemente armado.

“También se jactaba de pertenecer a la Alianza Anticomunista Argentina (AAA) y ya durante la democracia se manejaba con documentos fraguados”, aseguró la fuente.

(Publicado en la edición Nº 434 del miércoles 1 de abril del ´98)

 



Desaparecidos

Los subsidios de la democracia

El gobierno de Alfonsín implementó una serie de beneficios para los familiares de secuestrados durante el gobierno de facto. Julio Cesar Franchino, abogado de varios que vivían en General Sarmiento, explica en que consistían. Hay un nuevo subsidio recientemente votado por Diputados y Senadores, que aun no cobro vigencia.

- ¿Cuál fue su participación junto a los familiares de los detenidos-desaparecidos de la dictadura?
- Por mi edad y por mi actuación profesional me toca la etapa posterior al terrorismo de Estado, las secuelas que dejó. Hubo un episodio que me tocó muy de cerca, porque la madre de una prima hermana de mi esposa fue secuestrada y el padre fue detenido durante 6 años en la cárcel de Ezeiza.

Por el ‘85 yo estaba recién recibido de abogado y comienzan a llegar a mi estudio familiares que buscaban tramitar el recobro de las pensiones a desaparecidos.

- ¿De qué se trataban estas pensiones?
- Las primeras leyes democráticas establecían un juicio de ausencia por presunción de fallecimiento. Después el gobierno de Alfonsín lo repara con la CONADEP, donde se establece a ciencia cierta la desaparición forzosa de pensiones.

De allí en más, la Secretaría de Derechos Humanos estableció el sistema de pensiones y reintegros, no sólo a los familiares de los que habían muerto, sino a los que habían estado detenidos. En el ‘87 se tramitaron los primeros cobros, que dependían del Ministerio del Interior y hoy mucha gente vive gracias a esas pensiones.

- ¿Cómo se acercaba esta gente?
- Con mucho temor de reclamar, porque pensaban que el hecho de reclamar un beneficio que el Estado les daba los colocaba ante el conocimiento público. Primero el horror que había generado el golpe militar y luego el horror de descubrir que un familiar había estado relacionado con estos tristes hechos.

- ¿Se dieron otros beneficios?
- Sí. Desde el gobierno se armaron los gabinetes psicológicos de apoyo a los familiares, se otorgaron planes de vivienda, pensiones, reintegro por fallecimiento. Era una forma de reparar en cierta medida esta situación.

- ¿De que consta la pensión?
- Es el equivalente a una jubilación mínima para todos aquellos que acreditaran la desaparición forzosa de personas en un nivel de parentesco directo (padres, hijos o hermanos). No había que demostrar carencia ni inhabilidad económica, sino que era un derecho para todos los que habían padecido esta secuela del horror. Esto iba acompañado de un subsidio para los hijos de desaparecidos que incluía capacitación universitaria y financiación de su educación.

- ¿Hasta cuando se otorgó esto?
- La ley para acogerse al beneficio vencía en el ‘91 y Menem la prorrogó hasta el ‘95. Pero aun existen dos leyes nacionales que establecen un beneficio de 200.000 pesos para los familiares de detenidos-desaparecidos, que ya fue votado por ambas cámaras pero todavía no lo instrumentó el Ministerio de Economía.

- ¿Cómo se concedía la pensión?
- El trámite era muy sencillo, si la persona estaba citada en el libro de la CONADEP, había que mencionar en qué parte del libro figuraba. Con esto se libraba un oficio de forma en el Ministerio del Interior, que se remitía a cada juzgado para ver si tenían conocimiento de la existencia o no de la persona. Después se comenzaba a cobrar.

En el caso de los que estén cobrando la pensión podrán percibir este nuevo subsidio de 200.000 pesos en forma directa, porque ya está acreditado el vínculo y su nivel de pertenencia con el beneficio. Para los que no perciban la pensión, deben ir a la Subsecretaría de Derechos Humanos donde se realiza este trámite.

(Publicado en la edición Nº 438 del lunes 13 de abril del ´98)

 



Lectores

Verdad histórica

En el reportaje que me realizara el periodista Alfredo Sayus, publicado en la edición del 25 de marzo de 1998, referido a los desagraciados acontecimientos ocurridos durante la Dictadura Militar hubo, seguramente por falta de espacio, algunas omisiones que quisiera salvar por medio de la presente.

Durante ese reportaje quise destacar especialmente la solidaridad demostrada por muchas personas en la detención que sufrimos con algunos compañeros del gremio y en el posterior secuestro y tortura de que fuimos objeto junto a mi esposa y los compañeros Minaglia, Calandria y el Dr. Marcos. Esa solidaridad quedó de manifiesto en las actitudes valientes de Monseñor Blois, Francisco Benemio, Ana Cuesta Silva de Ibarrola y Ricardo Péndola, todos ellos representativos de la comunidad pero, ante todo excelentes seres humanos.

En épocas en que jugarse por un detenido podía significar perder la vida, ellos no dudaron en enfrentar al Poder en defensa de dirigentes gremiales, con muchos de los cuales no compartían posiciones filosóficas ni políticas.

En lo personal, quiero expresar un especial agradecimiento al Dr. Francisco Mugnolo quien, durante mi secuestro, fue quien firmó el Habeas Corpus reclamando ante las autoridades por mi vida y la de mi esposa, actitud que a muchos abogados les costó el estar aun hoy desaparecidos.

Si bien es cierto que hubo quienes colaboraron o callaron ante el genocidio que realizó la Dictadura, no es menos cierto que hubo actitudes valientes de personas que enfrentaron como podían al régimen de facto.

A ellos, entre los que se encuentran los aquí mencionados, mi reconocimiento y el honor de haberlos conocidos y de saber, en los momentos en que más hace falta, que podía contar con ellos.

Alberto López Camelo
DNI 5.608.872

(Publicado en la edición Nº 438 del lunes 13 de abril del ´98)

 


Nora Cortiñias

“Etica y Justicia deben caminar de la mano”

Es una de las fundadoras de Madres de Plaza de Mayo. Participó del escrache a Rico y considera que si no hay justicia penal, debe existir la condena social para los genocidas.

- ¿Qué opina de este escrache a Rico?
- Mientras no haya justicia y estén en la cárcel todos los que tengan que estar, el escrache y la denuncia callejera y pública es un modo de buscar, aunque sea, la condena social y que los vecinos sepan entre quiénes están y quiénes viven en cada barrio. Nosotros apoyamos y creemos que hay que seguir insistiendo y buscar que haya justicia como la que queremos nosotros.

- ¿Qué piensa que en San Miguel fue la gente la que votó a Rico y lo puso como intendente?
- Son los fenómenos que se van dando, así como lo votan a Bussi o a Ulloa y otras figuras que fueron bastante notorias durante la dictadura militar. Son fenómenos que se dan en los pueblos, como ellos nos roban el lenguaje nuestro entonces van convenciendo a la gente, pero algún día se va a terminar.

- Ustedes hicieron una muestra en el Centro Cultural San Martín, ahora hay otra de las Abuelas de Plaza de Mayo en el Centro Cultural Recoleta, se siguen haciendo los escraches ¿Cree que se está revirtiendo la falta de memoria de nuestro pueblo?
- Creemos que tuvo una gran apertura la memoria, por dar un ejemplo, aunque a Pinochet lo dejen en libertad Chile no va a ser igual. La misma derecha y los mismos golpistas que lo apoyaron están teniendo cierta reserva con la figura de él. Cuando todo el mundo dice que es un asesino, que cometió delitos atroces contra la humanidad que no tienen olvido ni perdón, hay una parte de la sociedad, especialmente la derecha fascista, que se repliega un poco. Lo mismo pasa con los asesinos que tenemos acá: Massera, Videla, Astiz y tantos otros. Ahora en Francia se reabre un juicio contra Astiz por el resto de los desaparecidos que no se mencionaron cuando se le hizo el juicio por las monjas. También Italia, Suiza, Suecia y Francia piden que sea encarcelado Pinochet. No hay ocultamientos, de acá en más tienen que caminar la ética y la justicia de la mano.

- Junto a otros organismos de derechos humanos ustedes vienen desarrollando una lucha de años para revertir está situación, pero hay muchos personeros del Proceso que siguen en el poder ¿Qué hace falta para sacarlos definitivamente?
- Hay que seguir movilizados, denunciando y en un trabajo político de base sin partidismos, como el nuestro, ir enseñándoles a los chicos la verdadera historia de nuestro país. Ir destapando todo, porque también el enemigo se va destapando. Hace unos días la OEA y los Estados Unidos elige Mar del Plata para lanzar la Doctrina de la Seguridad Continental, que es otro Plan Cóndor pero para toda América del Sur y el Caribe, esto nos está diciendo que tenemos que estar más atentos que nunca, que tenemos que seguir luchando y no bajar los brazos.

(Publicado en la edición Nº 537 del miércoles 2 de diciembre del ´98)

 


Patricia Walsh

“No se puede elegir un intedente golpista”

Cuando concluyó el escrache a Aldo Rico, la hija del periodista Rodolfo Walsh (asesinado por la dictadura) e integrante de HIJOS, dialogó con la Hoja y calificó al jefe comunal de cómplice de genocidio.

- ¿Cómo ves este escrache contra Rico?
- Nosotros entendemos que Aldo Rico está impune, que se levantó en armas, que es un golpista, que es cómplice de genocidio en la medida en que cómo militar nunca se expreso en relación a las violaciones de derechos humanos y sobre él pesa una acusación que nuestra Agrupación sostiene. Tendría que estar en la cárcel y no lo está porque en nuestro país está instalada la impunidad.

- ¿A partir de la detención de Videla, Massera y Pinochet, crees que el tema de la impunidad comienza a tomar otro cariz?
- Con esas detenciones la impunidad comienza a quebrarse y a las detenciones que vos mencionas le van a seguir la de Bussi, Rico y todos los genocidas que se encuentran en libertad. Por eso estamos aquí para escracharlos, porque en la medida que no haya justicia nosotros empezamos a mover las ruedas de esta lucha, entendiendo que tenemos que ganar la calle y que tenemos que exigir que los cómplices y los genocidas vayan presos.

- ¿Todo esto reactiva la memoria?
- Creo que sí, y sobre todo creo que en esta recuperación de la memoria y de la lucha y de la intención de hacer justicia en nuestro país, más temprano que tarde, intervienen los chicos que hoy tienen 18, 20, 22 años que de ningún modo se conforman con un país donde se haya instalado la impunidad. Son los más chicos los que ganan la calle, los que exigen que los genocidas vayan presos.

- ¿Qué implica para ustedes que toda esta gente siga en libertad?
- El haber dejado un genocidio hasta hoy impune, como ocurrió en nuestro país, es la verdadera causa de todo lo que lo continúa: más de 400 casos de gatillo fácil y la corrupción absolutamente instalada. Estas son las herencias de la impunidad, una impunidad que no comienza con el genocidio de la última dictadura, pero tiene allí el momento más alto de represión.

- ¿Suponés que es factible que en el caso de los bebés nacidos en cautiverio sigan las acusaciones a través de la cadena de mandos?
- Creo que es factible en la medida que sigamos la lucha. Lo que garantiza que esto sea una realidad que empieza a construirse, es nuestra exigencia y nuestra presencia en la calle. Nosotros no estamos confiando en tal o cual juez, sino en nuestra capacidad de denuncia, de reclamo, en que la gente nos acompañe, se anime. Hoy venimos a decirle a la gente de San Miguel que eligió con su voto a Rico, que no se puede elegir a un intendente golpista, que hay que repensar este voto para construir una democracia real.

- ¿Por qué crees que la gente lo votó a Rico?
- Supongo que una persona como Aldo Rico apeló a las cosas que suelen apelar sujetos de derecha como es él. Habrá hablado de combatir la corrupción y de poner mano dura, mucha gente tienen buenos motivos para querer esto en su municipio. En lo que hay un error de base es en suponer que alguien que se alza en armas contra la Constitución y es un golpista que ha quedado impune, puede ser un intendente democrático.

- ¿Cómo se revierte ese error de base?
- Trayendo las denuncias, recordándole a la gente quién es Aldo Rico.


Rodolfo Walsh

Estado de las causas

Las causas iniciadas por Patricia sobre el asesinato de su padre el 25 de marzo de 1977, por un grupo de tareas de la Armada, están en trámite. Ella destacó que hasta que no se consiga la nu-lidad efectiva de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, las causas no pueden proseguir en función de sanción penal.

Sí prosiguen en cuanto a la búsqueda de la verdad. Mientras tanto Patricia y otros integrantes de HIJOS que también iniciaron expedientes judiciales, hicieron reserva de que todo lo que puedan obtener en el marco de esas causas, aun sin sanción penal, lo utilizarán para bregar ante la justicia Nacional e Internacional, para que los delitos de genocidio sean castigados.

"La posibilidad de llevar las denuncias, a través de la prensa, al conocimiento de la gente es importante", dijo Patricia Walsh y agregó: "pero mientras no se obtenga la nulidad efectiva de las leyes de impunidad, en nues-tro país la justicia está trabada y la impunidad instalada".

(Publicado en la edición Nº 538 del viernes 4 de diciembre del ´98)