Los que no están

Desaparecidos y dictadura cívico-militar en Florencio Varela (1976 – 1983)
 

 

 

PARTE  III

 

 

 

FLORENCIO VARELA

 

 

     La ciudad cabecera del Partido de Florencio Varela se encuentra a 23 Km. al sur de la Capital Federal, a 35 Km. de la Ciudad de La Plata y a 11 Km. de Quilmes. Limita con distritos de gran concentración urbana y con áreas predominantemente rurales, ocupando el límite sudeste del Área Metropolitana lindante con la Ciudad de Buenos Aires.

 

       Cuando el actual territorio de Florencio Varela pertenecía administrativamente al Partido de Quilmes bajo la denominación “Pueblo de San Juan” (reconocido como tal a partir del 11/02/1873), no era más que una estancia subdividida a través de un loteo cuyo casco (y primera vivienda del pueblo) era conocido como ‘Casa de Tejas’. La llegada del ferrocarril en Octubre de 1884 sacó del aislamiento al pueblo. “El primer convoy pasa humeante y ruidoso y se detiene en el pequeño andén de la estación San Juan (desde el 19/02/1884 denominada Estación Florencio Varela) ante la mirada curiosa de los vecinos. Al principio dos viajes de ida y otros tantos de vuelta al día, bajo la supervisión de A. J. Raggio, primer jefe de la estación. Tiempo después el incremento de viajeros obliga a aumentar el número de coches, a la vez que los vagones de carga se completan con la riqueza de la zona: cereales, granos y leche de los numerosos tambos de los alrededores”1.

 

     Aprobada la Ley 2.391 en ambas Cámaras de la Legislatura bonaerense, y promulgada el 30 de enero de 1891 por el Gobernador Julio A. Costa, se crea el Municipio de Florencio Varela. El 15/09/1891 se aprobaron en la Gobernación de la Pcia. de Buenos Aires los límites del nuevo municipio, y el 18/02/1892 se designaron las autoridades municipales, constituyéndose Intendente Municipal el terrateniente Guillermo Davidson.

 

     Durante la primera presidencia de Juan D. Perón, en junio de 1948 “se produjo un hecho muy importante para el futuro del Partido (de Florencio Varela): el Poder Ejecutivo Provincial inició la compra de los campos propiedad de los Davidson, en la zona de La Capilla, para el Instituto Autárquico de Colonización, con la intención de instalar en esas tierras 250 chacras. Esto significó el fin de unos de los  mayores latifundios de la zona y determinó la población de un sector hasta entonces casi deshabitado del Partido, volcando la tierra hacia la producción hortícola y floral. La superficie total abarcó más de 1500 hectáreas y estimaciones oficiales indicaban la presencia en el lugar de colonos italianos, portugueses y japoneses”2.

 

      El poblamiento de Florencio Varela estuvo marcado por las distintas corrientes migratorias desde fines del siglo XIX y durante todo el XX. En un principio, los inmigrantes vinieron desde países europeos, principalmente de Italia, Portugal, España, y Bélgica, y, además, del Japón. También desde naciones limítrofes como Bolivia, Chile y Paraguay (estos últimos en gran número hacia fines del siglo XX). La radicación, a través de las migraciones internas, se incrementó sensiblemente, durante las primeras presidencias de Perón (1946-1955), con las corrientes poblacionales venidas del litoral y del norte de nuestro país, aunque para esa época Florencio Varela seguía teniendo las características de un ‘pueblo’ de la Provincia de Buenos Aires.

     En 1970 el partido de Florencio Varela contaba con 98.446 habitantes, de los cuales 92.492 vivían en la zona urbana3. Durante esa misma década, y según los datos del Censo Económico de 1974, había en el partido 259 establecimientos industriales, teniendo en cuenta desde pequeñas industrias (con 4 o 5 empleados) hasta las grandes fábricas. Esta presencia industrial ocupaba a 7.993 trabajadores del sector4.

 

     Entre los años 1970 y 1980 Florencio Varela vivió un crecimiento de la población del 76%, contabilizando, en 1980, 173.452 habitantes; esto lo convirtió en el partido con mayor crecimiento de población entre esos años5. Este crecimiento estuvo acompañado por una precarización de las condiciones sociales y económicas de la población (algo que se daba en todo el país y cuyas causas se expusieron en el apartado anterior), reflejada en los datos de 1980: sólo el 12% de las personas de entre 20 y 29 años había terminado la escuela secundaria,  686 personas cursaban estudios Universitarios y el número de trabajadores ocupados en el sector industrial había disminuido del 8,12% en 1974  al 4,36% en 19846.

 

     Los datos mencionados muestran de qué manera se sintió en Florencio Varela y cuáles fueron las consecuencias de la política económica llevada adelante por el gobierno militar.

 

 

     El 11 de Marzo de 1973, en las elecciones que ganó Héctor Cámpora y que marcaron la vuelta del Partido Justicialista a la competencia electoral, en Varela se dio una división dentro del peronismo. “La Junta Electoral de la provincia, ante la presentación de dos listas por parte del Frente Justicialista de Liberación (una encabezada por Luis Calegari y la otra por Juan González) decidió no oficializar ninguna de las dos, por lo cual dicho movimiento político no pudo concurrir en el orden local. Ante dicha situación las autoridades partidarias decidieron propiciar el voto en blanco para intendente y concejales”7. Esto permitió que Juan Carlos Fonrouge, candidato por Unión Vecinal, ganara la intendencia. El Consejo Deliberante quedó conformado con 10 concejales de Unión Vecinal, 7 de la U.C.R y 3 del Partido Intransigente. Por otra parte, resultó presidente del Consejo Deliberante Guillermo Perrone, y Secretario Iván Cascardi. Juan Fonrouge fue un intendente atípico en algunos aspectos, ya que era una persona a la que se podía ver caminando por los barrios o sentado en las mesas de los bares, y cuyo comportamiento era el de un vecino más. Aunque, en otros aspectos (los administrativos), tuvo diferentes cuestionamientos a su labor. Es oportuno recordar las palabras de Ramona Campodónico cuando relataba las condiciones en que se encontraba el Hospital, la  poca acción de Juan Fonrouge y la  cercana relación de éste con algunas personas más adictas a los negocios que a la política (véase Parte I). Si bien Fonrouge decide la intervención del Hospital Municipal (Diciembre de 1973), no fue mucho lo que cambió a partir de esta medida. Muchos vecinos, aunque no cuestionan a Carlos Fonrouge, sí lo hacen a las personas de las que él se rodeó durante su administración. El Partido Justicialista, que no había podido participar en las elecciones de Marzo de 1973, también cuestionó, desde distintos frentes, la labor del Intendente, puesto que consideraba que no era representante de la voluntad popular, sino que servía a un sector minoritario y conservador.

 

 

     Con el golpe de Estado de 1976, Juan Fonrouge presentó su renuncia al cargo de Intendente Municipal. Se ponían en vigencia el Acta y el Estatuto del gobierno militar (mencionados en la Parte II), y los militares tomaban en sus manos todos los cargos administrativos, prohibiendo la actividad política y sindical. Por un momento se creyó que, al no ser un político peronista, Fonrouge iba a mantener su cargo, pero no fue así. El teniente coronel Muñoz asumió transitoriamente la intendencia hasta el 14 de Junio, momento en que es nombrado el prefecto mayor (R) Adolfo Antonio Hamilton, quien ocupó el cargo hasta el año 1981, cuando fue reemplazado por Oscar Mingote, el último intendente nombrado por los militares, y que se mantendría hasta 1983, año de la reapertura democrática. La intendencia de Hamilton respondió a los lineamientos del gobierno militar, es decir, Florencio Varela  reprodujo los dictados del Proceso.


 

Notas


 

1 Linari Graciela, Florencio Varela, Pueblo Mío, Buenos Aires, 1999, pág 34.

2 Ibídem. pág 25.

3 Instituto Nacional de Estadísticas y Censo, Censo nacional de población, familias y viviendas, 1970.

4 Instituto Nacional de Estadísticas y Censo, Censo económico, 1974.

5 Instituto Nacional de Estadísticas y Censo, Censo nacional de población, familias y viviendas, 1980.

6 Comparación de datos de los Censos de población de 1970 y 1980.

7 El Varelense, diciembre de 1973. Número Especial.

 

 

 

 

 
   
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